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El cura vicioso

Fecha: 14/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente:


CuentoRelatos

Sebastián, cincuentón, alto, doble y tirando a feo, después de


haber confesado a Gerardo y a muchas más personas, de decir
misa y de arreglar unas cosas, se fue a su casa. Aurora, su
sobrina y criada, una treintañera, morena y con todo muy bien
puesto, o sea, que tenía un polvazo, le puso la comida en la
mesa.

El cura, después de comer, estuvo esperando por Gerardo,


pero Gerardo no apareció. Se cagó en su puta madre, en sus
muertos y en todo lo que se movía, hasta que ya entrada la
noche recibió una llamada de Adelita preguntándole porque no
fuera a su casa, en ese momento se cagó en su propia madre.

A media noche, la criada entró en la habitación del cura. Había


cortado la luz. Traía un quinqué en la mano. Llevaba puesto un
vestido blanco de novia, un largo velo y estaba descalza. Puso
el quinqué sobre la mesita de noche. Sebastián, vestido con su
sotana, se arrodilló al lado de la cama. Aurora se acercó a él.
El cura le besó los pies. La criada comenzó a hablar con voz
dulce y pausada.

-Levántate y desnuda a tu aparición virginal, Sebastián.

El cura, le abrió la cremallera del vestido de novia y el vestido


cayó al piso de la habitación. Aurora llevaba puesta lencería
antigua... un corsé y unos pololos del mismo color que el
vestido. Sebastián le desató los cordones del corsé y unas
tetas grandes con pezones erectos quedaron al descubierto.
Aurora, le dijo:

-Mira pero no toques los impolutos senos de una virgen.

-Como mandéis, virgencita.

-Acaba de ...

... desnudar a tu angelical señora.

Sebastián le quitó los pololos. Volvió a besar los pies de


Aurora, subió besando y lamiendo los muslos hasta llegar a su
coño peludo. Aurora, lo cortó de nuevo.

-No profanes mi sagrada cueva con tu lengua pecadora.

-¡¿Qué clase de virgen es esa que me dice que la desnude,


que la mire, pero que no la toque?!

-Una santa mujer.

-¡Pues maldita sea mi suerte!

-No maldigas, Sebastián. ¿Has pecado de pensamiento,


palabra u obra?

-Sí, señora.

-Dame la fustigadora.
El cura cogió debajo de la cama una zapatilla negra con el piso
de goma del mismo color y se la dio.

-Date la vuelta y levanta la sotana, pecador.

El cura, empalmado como un asno, se dio la vuelta, levantó la


sotana y se inclinó. No llevaba calzoncillos. Su culo estaba
blanco como la leche, aunque por poco tiempo, Aurora, se lo
iba a poner rojo como un tomate maduro.

-¡Plas, plas, plas!

Aurora, dejó caer la zapatilla, y le dijo al cura:

-Reza...

El cura ya estaba como un toro.

-¡Reza tú, calienta sotanas!

-Respétame, Sebastián

-¡Échate sobre la cama!

-No abuses de mí, por favor.

El cura cogió la zapatilla y le largó a su sobrina cuatro veces en


las nalgas:

-¡¡Plas, plas, plas, plas!!


Aurora se echó sobre la cama y tapó su cuerpo con el velo. El
cura abrió un cajón de la mesita de noche y sacó un spray con
aceite perfumado. Apartó el velo y le echó aceite sobre una
teta, sobre el brazo, en parte del vientre y por una pierna y un
pie. ...
El cura vicioso

Fecha: 14/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente:


CuentoRelatos

... Aurora se volvió a tapar con el velo. El cura, primero


masajeó el brazo, y después, con las dos manos, por debajo
del velo, masajeó esa teta por ambos lados, Aurora, al
principio, ponía una mano sobre ella para que no le masajease
el pezón, pero poco después. Cuando el pezón rayaba acero,
se quitó el velo de encima, estiro los brazos a los lados de su
cuerpo, cerró los ojos y se dejó hacer. El cura masajeó su otro
brazo, su otra teta y después las dos. Echó más aceite y
masajeó su vientre y sus costillas para luego masajear sus
pies, dedos, plantas, tobillos... Subió masajeando sus muslos,
los lados de la vulva y le besó el clítoris, que ya estaba fuera
del capuchón. Aurora, juntando las piernas, exclamó:

-¡Ay que me corro!

Sebastián, puso una mano de canto entre sus piernas, Aurora


las abrió de par en par. Con tres dedos acarició su coño
abierto. Los movimientos horizontales de los dedos fueron
lentos al principio. Cogieron velocidad poco a poco, y cuando
ya iban a toda hostia, Aurora, chilló:

-¡¡¡Me corro!!!
Al acabar de correrse, el cura le dio la vuelta. Masajeó su
cuello, sus hombros, su espalda, sus costillas, y su culo.
Masajeó sus ...

... nalgas, su periné y su ojete... Aurora ya no paraba de gemir.


Unos veinte minutos más tarde, le metió un dedo en el culo y
otro en el coño. Aurora, le dijo:

-¡Sigue y haz que me corra de nuevo, huevón!

El cura sacó los dedos, cogió la zapatilla, y le dio:

-¡¡ay ay ay ay... -se quejaba Aurora- plas plas plas!!

-¡¿Quién es un huevón, puta, más que puta?!

Se ve que le gustara, ya que le respondió:

-¡Tú! ¡¡Huevón, huevón, huevón!!

El cura, le volvió a dar.

Sebastián, caliente como un perro, dejó de largarle y se la


metió en el culo. Aurora, que aún estaba más caliente qué el,
no tardó en tener un orgasmo anal, diciendo:

-¡¡¡Llego al cielo!!!

Después de que disfrutara Aurora, el cura, se la quitó del culo a


su sobrina y se la metió en el coño. Con una docena de
clavadas, se corrió, diciendo:
-¡¡Toooma, zorra!!

Al acabar la faena, le preguntó el cura a Aurora:

-¿Te gustaría echar unos polvos con Adelita, Marta, Gerardo y


conmigo?

-¿Gerardo, el ciego, su hija y Marta, la hija del farmacéutico?

-Sí.

-¡¿Quieres hacer una orgía?!

-Quiero.

-La cosa promete. Cuenta conmigo.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.


MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM

LA PRIMA DEL CURA, EL CURA Y LA


PANDILLA

Quique(capalo.33@gmx.es)
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El cura es muy guarro, su prima tiene mucho vicio... Este relato


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a un amigo/a
Benedicta, una joven de 26 años, de un metro sesenta
centímetros de estatura, morena y guapa que estaba comiendo
pato a la naranja con el cura en la cocina de la casa parroquial,
y le decía el cura:

-Los muchachos de este pueblo hacen orgías homosexuales


en el monte.

-¿Y tú cómo sabes eso, Nicolás?

-Me lo contó Pancho.

-¿En confesión?

-Sí, en confesión.

Fue cómo si le dijera que hacía un sol de carallo. Sabía que su


primo se pasaba el secreto de confesión por el forro de los
cojones. Mientras echaba gaseosa a un vaso con vino tinto, le
preguntó:

-¿Y qué piensas hacer al respecto?

-Nada. Son cosas de juventud. Una etapa. No creo que


ninguno de ellos acabe siendo maricón.
-Si acaso bisexual cómo tú, ¿no?

-Puede.

-¿Ya se la mamaste a Pancho?

-Sí.

-¿Y le desvirgaste el culo?

El cura, con la boca llena, le respondió:

-Desvirgué.

-¿Dejaste que te diera?

-Qué menos.

Hablaban del pecado cómo del pan nuestro de cada día.

Después de comer, el cura, que era un treintañero, moreno y


alto, fue a sus aposentos a tomar la siesta.

La habitación estaba pintada de blanco y no era muy amplia.


Tenía el piso y el techo cubiertos con madera de roble, un
armario con tres puertas y con un espejo en la puerta del
medio, una mesita de noche, una ventana y en la pared de la
cabecera de la cama colgaba un oleo con una mujer desnuda
en una pose provocativa en vez de un crucifijo.
Benedicta, que era prima y criada del cura, después de recoger
la mesa y lavar los cacharros, fue junto a su primo y se echó a
su lado. El cura estaba por encima de la cama con los zapatos
y la sotana puesta, Benedicta lo besó en el cuello y en la boca
y le echó la mano a la polla por encima de la sotana mientras
su lengua acariciaba la del cura. Frotó su polla hasta que se la
puso dura, luego se desnudó. Tenía unas tetas cómo sandías,
con areolas marrones y pezones enormes, y en el coño tenía
un felpudo de pelo negro. Le dio la teta izquierda a mamar. El
cura, con las manos detrás de la nunca, mostrando una
chulería desmedida, le pasó la lengua por un pezón después
por el otro y apartó la cabeza. Benedicta, cabreada, cogió la
teta con la mano izquierda y se la aplastó contra la boca.

-¡Mama!

El cura no le hizo ni puto caso. Benedicta se quitó el vestido,


quitó las bragas y el sujetador, se echó boca arriba y se puso a
hacer un dedo. El cura le dijo:

-¡No te irás a masturbar!

No le contestó, siguió acariciando el clítoris con dos dedos y


metiéndolos dentro de la vagina. Al rato el cura levantó la
sotana, cogió la polla y mirando cómo su prima se masturbaba,
comenzó a hacer una paja. Poco después se besaban. Luego
el cura fue a por sus tetas, si antes se las despreciara, ahora,
mientras la meneaba, se las devoró, sí, devoró, se las lamía, se
las chupaba y le mordía tetas y pezones. Benedicta, con el
placer que le proporcionaba masturbarse y que le devorara las
tetas, se puso de un cachondo subido de tono. Dándole la
espalda, le puso el coño en la boca, le cogió la polla y se la
mamó haciendo un 69. El cura sacó la lengua y dejó que
Benedicta se diera placer moviendo el culo... Pasado un
tiempo, al ver que se iba a correr si se seguía frotando en la
lengua, puso su coño mojado sobre la polla, la clavó hasta el
fondo y después folló a su primo con clavadas tan fuertes que
mismo parecía que le quería romper la polla. El cura tenía poco
aguante. No le duró ni cinco minutos. Al correrse puso sus
manos en su gordo culo y empujó. Quería quitarse de encima a
Benedicta, pero la muchacha ya se empezara a correr y
jadeando cómo una perra, apretó aún más su culo contra él.

Al acabar, le dijo el cura:

-¡Puede que quedaras preñada, insensata!

-Tranquilo, si eso pasara no le iba a decir a nadie que es tuyo.

-Eso espero.

Benedicta sacó la polla, se dio la vuelta y le puso el coño en la


boca.

-Toma, que sé que te gusta.

El cura la cogió por la cintura, lamió el coño y se trago su


semen y los jugos de su prima, que le preguntó:

-¿Cómo tiene la polla Pancho?

-Larga y delgada.
Pancho era un amigo mio, alto cómo un castillo y que
aparentaba ser formal, aparentaba, ya que cuando los de la
pandilla jugábamos en el monte a \"me la chupas\" él se iba y
decía que no se la chupaba a nadie. El cabrón mentía bien,
pues todos lo creíamos.

El \"me la chupas\" consistía en hacer pajas en parejas, para lo


cual se tiraba una moneda al aire y se pedía cara o cruz, las
caras se las tiraban con las caras y las cruces con las cruces y
al que se corría antes que el otro se la tenía que chupar la
pareja que le tocara, y chupar hasta que se corría otra vez.

Los nueve andábamos entre los diecisiete y los diecinueve


años. Éramos, Pancho, 17 años, moreno, muy alto, delgado y
el más guapo de la pandilla. Cascorro, 18 años, moreno, bajo
de estatura, gordito y con cara de bonachón. El Tirillas, 17
años, de estatura mediana, moreno, flaco cómo un fideo y
difícil, de ver. El Miñoca, 17 años, estatura mediana, moreno,
fuerte, no muy difícil de ver y con la polla muy delgadita. El
Llorón, 18 años medio rubio, fácil de ver y un cagado ante las
peleas. Pampín, 17 años, moreno, de estatura mediana,
bastante agraciado y un busca pleitos. El Cañotas, 18 años,
moreno, de facciones duras y complexión, fuerte. Lucho,19
años, moreno, de estatura mediana, ni guapo ni feo y un poco
chulo, y por ultimo yo, 17 años, moreno, de estatura mediana,
musculado y ni guapo ni feo ni todo lo contrario.

Os pongo en situación. Pancho se había ido, los otros en


medio de un pinar, de pie, con la polla fuera, la sacudíamos
con los ojos cerrados y concentrados cada uno en una chavala,
bueno, yo no, a mi siempre me gustó pensar en mujeres
casadas. Dándole leña al mono, oímos decir a Pancho:
-Mirad que os traigo.

Abrimos los ojos y vimos que Pancho traía cogida por los pelos
a una mujer y le tapaba la boca con la otra mano, era
Benedicta, la prima del cura. Lucho, el mayor de la pandilla, le
dijo a Pancho:

-¡Qué haces, retrasado! ¡¡Te va a moler a palos la guardia civil!!

-Os estaba espiando y se tocaba el coño.

Aquello ya cambiaba las cosas.

-¡No jodas! ¿La prima del cura es una pajillera

Pancho, estaba crecido.

-Eso parece.

Benedicta llevaba puesto un vestido marrón oscuro que le


llegaba a los pies y calzaba unas sandalias. Para nosotros era
un misterio el cuerpo que había debajo. La rodeamos. Pancho
le quitó la mano de la boca. Con cara de asustada, nos
preguntó:

-¡¿Qué me vais a hacer?!

Lucho, le respondió:

-Te vamos a follar los nueve.


Se puso altiva.

-Os denunciaré si me folláis.

Lucho le bajó los humos.

-A ver, Benedicta, te vamos a follar sí o sí. ¿Quieres que sea


por las buenas o quieres que sea por las malas?

-Iréis los nueve a la cárcel.

Lucho, besando su cuello, le dijo:

-No atreverás a contarlo. Quedarías cómo una puta.

Benedicta se encontraba en un apuro. Tenía tres manos en el


culo, dos en las tetas, dos bocas en el cuello, una mano en el
coño, que era mi mano derecha, y a Lucho queriendo comer su
boca. Le entró el calentón y cómo era rápida pensando,
apartando la boca de la de Lucho, dijo:

-¿Y si os la chupara a los nueve?

Lucho iba a piñón fijo.

-Eso ya lo podemos hacer nosotros.

Yo iba a lo mío.

-A mí si me dejas que te coma el coño...

Pancho también se conformaba con poco.


-Y a mí si me dejas que te coma el culo...

Cascorro también pasaba de meter y sacar.

-Yo me conformo con desnudarte y que me la mames.

Los otros se conformaron con la mamada. Lucho se quedó solo


en su afán de meter.

-Vale, la mayoría gana. No te follaremos el coño. Ataca,


Cascorro.

Cascorro, que el más bajito de la pandilla, la desnudó. Al


quitarle el vestido, el sostén y las bragas vimos lo que había
debajo, unas tetas grandiosas con areolas del color de su
vestido, unos pezones enormes y un coño muy peludo.
Benedicta, vestida solo con unas medias marrones, unas ligas
negras y calzando las sandalias, se puso en cuclillas, cogió dos
pollas, la del Llorón y la del Miñoca y se las sacudió. Lucho se
la metió en la boca... Al rato, el Tirillas se corrió en su espalda,
Lucho, en su cara. Las pollas del Llorón y del Miñoca las frotó
en sus tetas cuando se corrieron. Yo me corrí debajo de un
sobaco, Cascorro en su espalda, Pancho cerca de su culo y
Pampín y el Cañotas en sus hombros. Quedó hecha un asco,
pero caliente cómo no había estado en su vida. Lo supe porque
al ponerse en pie me agache yo, la cogí por la cintura, le lamí
el coño y estaba petado de jugos espesos. Se le escapó un
gemido que nos puso de nuevo las pollas tiesas, luego dijo:

-¡Para, Quique, para qué me corro!


Sus palabras alborotaron el gallinero, mis ocho colegas
comenzaron a decir lo mismo:

-¡Sigue, sigue, sigue, sigue, sigue, sigue, sigue, sigue...!

Seguí y Benedicta, en segundos, se encogió cómo un


acordeón y cayó de culo sobre la hierba. En posición fetal y
temblando, se corrió a lo bestia. Cascorro y el Miñoca se
volvieron a correr, esta vez sobre sus costillas.

Cuando se pudo incorporar. Benedicta, cogió las bragas y se


limpió la leche que tenía por delante, Pancho le limpió la de la
espalda y al terminar le lamió el culo. A Benedicta se le
apretaron los muslos, se le separaron las pantorrillas, con ellas
los pies y echó las dos manos al coño al más puro estilo
Marilyn Monroe en La Tentación Vive Arriba, solo que sin falda
y sin la brisa del metro. El guarro no paró ahí, y no paró porque
ella no se movió mientras le frotó la polla en el ojete, y cómo no
se movió le clavó la cabeza de la polla en el culo. Esto hizo que
se pusiera tiesa cómo un palo. El Llorón y yo fuimos a por sus
tetas y se las comimos. Lucho le comió la boca. Benedicta ya
no se cortaba, le devolvía los besos a Lucho al tiempo que le
cogía las pollas al Tirillas y a Pampín... Los otros se la pelaban.
Benedicta estaba más que cachonda. Con la polla de Pancho
dentro del culo se fue echando hacía atrás hasta que Pancho
quedo boca arriba con ella encima. No me pude resistir, volví a
comerle el coño y en nada se volvió a correr, pero esa vez
pataleaba cómo queriendo huir. Aún se estaba corriendo y
jadeando cuando Pancho se corrió dentro de su culo. Después
se quitó de debajo de ella. Se la froté em el coño, y me dijo:

-Mete.
No me lo tuvo que repetir. Se la clavé. Mi polla entró cómo una
bala por aquel túnel engrasado. Al llegar al fondo me cogió el
culo y me apretó contra ella. Le dije:

-Me voy a correr.

-Corre.

¡Era increíble! Pasara de no querer follar a dejar que me


corriera dentro de ella. El gallinero se volvió a revolucionar.

Al sacarme yo, el Llorón y el Cañotas le pusieron la polla en la


boca. Se las meneó y chupó por turnos mientras Pampín la
follaba cómo un conejo... Esta vez, con unas treinta clavadas,
la que se corrió fue Benedicta, diciendo:

-¡No pares, no pares! ¡Me corrooooo!

Al sacarse Pampín, el Llorón, a punto de correrse, la montó y


en segundos su corrida se unía a las otras dentro del coño. Era
obvio que Benedicta quería quedar preñada. El Miñoca no
quiso ser menos, pero no le dio tiempo y se corrió en su cara.
El Cañotas era duro cómo una piedra y cerdo cómo él solo. Al
metérsela la besó con la leche del Miñoca en los labios y la
folló a romper más de diez minutos, la folló hasta que
Benedicta se volvió a correr, y al hacerlo nos insultó.

-¡Hijos de puuuta!

Él Cañotas también le llenó el coño de leche. Lucho, le dijo al


tiempo que la montaba:
-Hija de puta, tú, hija de puta y puta.

Lucho estaba tan cachondo que ni un minuto tardó en llenarle


el coño de leche. Cuando el Cascorro y el Tirillas la follaron ya
el coño echaba por fuera, y echando por fuera se corrieron
dentro. Cuando la volví a follar sentí cómo si mi polla fuese un
pesó que se metía dentro de un vaso de leche y la leche
desbordaba. Los huevos se me encharcaban al meterla hasta
el fondo. El picor se apoderó de mi polla mientras la follaba. A
Benedicta le iba a venir el gusto, y esta vez lo dijo:

-Me voy a correr.

El gallinero se alborotó de nuevo.

-¡Dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale...!

Le di, y viendo cómo mis colegas se la seguían machacando,


exclamó:

-¡¡Me corrooooooo!!

Su coño echaba por fuera, y aún echó más cuando me corrí yo


dentro de él.

Seguía Benedicta tirando del aliento cuando vi venir al Miñoca


y al Tirillas con la polla en la mano. Salí de encima de ella
cagando leches. Sabía lo que venía a continuación. El Miñoca
y el Tirillas se corrieron en su cara. El Llorón, Pampín y el
Cañotas, en sus tetas, Cascorro, en su cara y Lucho en su
vientre.
Después de regarla pasó sus manos por la leche y se dio una
especie de masaje en la cara, en las tetas y en el vientre.
Acabó echando la mano al coño y después se chupó los diez
dedos. Quedamos anonadados, todos menos el Cañotas, que
le echó las manos a las axilas, la levantó en alto en peso y se
la clavó en el coño, Benedicta, rodeó su cuello con los brazos,
lo besó y después dijo:

-Que alguien me la meta en el culo.

Se formó una fila india. Yo me puse de último, por las dudas. El


Miñoca fue el primero y se corrió sin haberla metido del todo.
Pampín duró mucho, tanto duró que Benedicta se corrió
sacudiéndose una cosa mala y mordiendole a El Cañotas en el
cuello. Después fue Pancho, al que no le dio reparo ver salir la
leche de Pampín del culo, bueno, ni a él ni a nadie. El caso fue
que el culo se fue abriendo y cada vez le daba más gusto la
doble penetración a Benedicta. Cómo ya dije, yo fui el último.
Cuando se la metí en el culo el Cañotas y Benedicta se
estaban corriendo juntos y se comían las bocas. Al meterla
sentí las contracciones de su culo, me quedé quieto y mi polla
reaccionó soltando leche por un tubo.

Después de esto, Benedicta se vistió y regresó a su casa. Iba


fresca cómo una rosa y nosotros quedamos agotados. Era
mucha mujer de Dios.

Al llegar a casa le contó con pelos y señales a su primo el cura


lo que había ocurrido en el monte. Acabó diciendo:
-... Así si el otro día quedé preñada ya tenemos a quien echarle
la culpa.

El cura tenía un empalme brutal. Se levantó de la silla y le quitó


el vestido. Vio sus bragas blancas llenas de manchas amarillas
que hiciera la leche al secar. Se las quitó mientras Benedicta
sacaba el sujetador. Se agachó y vio la leche seca cubriendo
los pelos de su coño y toda la raja. El muy cerdo, jadeando
cómo un perro le lamió los pelos, el coño y después todo el
vientre, las tetas, la cara, le comió la boca, a continuación la
cogió por la cintura y la arrimó a la mesa de la cocina. Sin
anestesia le clavó la cabeza de la polla en el culo, al tiempo
que le decía:

-¡Toma, puta!

Mientras la polla entraba forzando su culo, Benedicta, le dijo:

-¡Maricóóóóóóóón!

Ni maricón ni hostias, agarrándola por las tetas le dio caña


brava.... Poco después, cuando el cura se iba a correr, la sacó
y le dijo:

-¡Mama, perra!

Benedicta le dio media docena de mamadas, después se


levantó, le plantó un beso con lengua, se volvió a dar la vuelta,
separó las piernas, y le dijo:

-Métela en el coño y córrete dentro.


Le mordió las nalgas, le lamió el coño y después le folló el ojete
con su lengua. Al metérsela en el coño ya los dos estaban a
punto para descargar. El cura la folló lentamente para no
correrse tan pronto, pero Benedicta quería correrse, y quería
correrse ya. Movió el culo de delante hacia atrás y de atrás
hacia delante a la velocidad del rayo hasta que se detuvo, y en
bajito dijo:

-Me corro. Lléname.

El cura, sintiendo cómo gemía, cómo temblaba y cómo le


apretaba la polla y cómo la bañaba, le llenó el coño de leche a
su prima.

Cuando se separaron le dijo Benedicta:

-Lo del monte fue mentira, Nicolás.

-¡¿Qué?! ¿Y la leche seca en el coño?

-De una paja.

-¿Y ese sabor a semen de tu cuerpo?

-Todo meo. Te autosugestionaste.

-¡¿Por qué me engañaste?!

-Para que te volvieras a correr dentro. Quiero tener un hijo


tuyo.

-¡Serááááás!
Mentirosa compulsiva, es lo que era, entre otras cosas.

Quique.
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
M
MI SOBRINA DESDE LOS CINCO

Fecha: 26/11/2017, Categorías: Incesto Autor: ardifer76,


Fuente: SexoSinTabues

Hola, es la primera ves que escribo y nada mas de acordarme


se me para la verga. Tuve dos sobrinas con las que disfruté de
los placeres carnales desde pequeñas, pero ahora les hablaré
de la segunda. Todo empezó cuando a los cinco años se
empezó a sentar en mis piernas y lógico se me paraba y
siempre me decía que era y yo le decía que era un palo. La
primera vez inocentemente lo agarró y yo me sentí en el cielo.
Afortunadamente no había nadie y entonces le dije, síguelo
sobando y mis ojos se pusieron en blanco. Esa vez lo sobó
sobre mi pantalón y me vine. Ya después hubo mas
oportunidades pues mi familia trabajaba y me quedaba con
ellas a cuidarlas. Y poco fui subiendo el tono, empecé
sobándole la panochita mientras me agarraba el palo. Ella
sentía rico porque cerraba los ojos hasta que un día me decidi
cuando tenía siete años y le mamé sus tetitas planas, despúes
de un ratito ella que estaba abajo se voltea y me besa en la
boca con pasión a lo que respondí y le dije ¿quieres sentir mas
rico? y me dijo si. Yo estaba a mil y la acosté, le ...
... bajé su calnzón y le empecé a mamar su conchita, ella se
retorcía pero no decía nada. Y así estuvimos un tiempo, yo se
la mamaba y ella me la sobaba hasta que me venía. Un día en
su cumpleaños, le regalé una muñeca que deseaba mucho y al
día siguiente que se fueron todos, ella me abrazó y me dijo que
estaba muy feliz, que haría lo que yo quisiera. Le dije bueno, yo
te la regalé con amor porque te amo y tu? me dijo ya también y
quiero ser tu mujercita como dice mi mama. Le dije, has visto a
tu mama haciendo algo? me dijo si, veo que le chupa el palito a
mi papa. Y le dije bueno pues chupamelo a mi pues ya eres mi
mujercita y me dijo pero es que sabe feo, le dije solo la primera
vez sabrá feo si quieres le hechamos chocolate y me dijo
bueno y me la mamo. Cuando terminé se tragó mi leche y me
dijo sabe rico, puedo de nuevo? le dije espera unos minutos y
después que se volvió a levantar la volvió a mamar. Asi
estuvimos un buen tiempo haciendo el 69, ya después les
contaré cuando me la cogí, fue realmente delicioso sentir su
panochita apretada.
Mi sobrina de 5 Parte 2

Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: JSV0410,


Fuente: SexoSinTabues

Todo ocurrió hace dos días, un lunes normal y corriente; mis


padres trabajaban hasta las 10 y veía porno al tener la casa
para mí, hasta que me llegó un mensaje de mi hermano sobre
un problema que le surgió en el trabajo, tras un rato hablando
me preguntó si podría ir a buscar a Eli al cole; pero esta vez Eli
iba con una amiga a la que iba a invitar a su casa. Yo le
contesté que sin problema (aunque me volvía a pasar como en
el primer relato, llevaba tiempo sin auto aliviarme y me subía
por las paredes) pero que me debía una. Paso la mañana con
pensamientos de volver a aprovecharme de mi sobrinita,
aunque se vieron eclipsados por el problema de que llevaba a
una amiga; me quité los pensamientos de la cabeza y tras
vestirme me dirigí al cole para recogerla. Cuando llegué estaba
Eli esperándome con una niñita muy mona a su lado (supuse
que era su amiguita), era igual que mi sobrinita en cuanto a
proporciones, solo que era un pelín más nalgona y pelirroja.
Las saludé y me presentó. "Tito, esta es Isabel, mi mejor
amiga, aunque puedes llamarla Isa" - dijo con una gran sonrisa
mientras la subía en brazos para darle un beso "Buenas tardes
señor, gracias por acompañarnos" - contestó la pequeña con
una pequeña reverencia. "Hola, aunque no hace falta que me
digas señor, que me haces sentir viejo, llámame Arnau" - le dije
después de subirla en brazos y darle un beso en la mejilla.
Después de las presentaciones nos dirigimos a mi casa,
llevaba a Isabel de la mano y a Eli subida en ...

... uno de mis brazos. En poco tiempo llegamos al portal y


montamos en el ascensor; una vez dentro me fijé en que Isabel
estaba colorada y le pregunté que porqué estaba así, a lo que
ella me contestó que yo tenia la bragueta bajada. Me sonrojé
también a la vez que me la subía y veía a Eli y a Isabel reír.
Una vez dentro les dije si querían tomar algo para merendar, a
lo que Eli contestó: "¿Tito, me puedes dar leche de esa tuya
otra vez, porfa?" - decía mientras se sentaba en una silla con
las piernas abiertas dejando ver sus pantis rosas bajo la faldita
del cole. "¿E-e-eli, de que hablas?, aquí en casa solo te p-p-
puedo dar un zumo de naranja o de piña si queréis" - contesté
de la mejor manera que pude viendo que Eli intentaba volver a
provocarme. "Señor Arnau, yo también quiero probar esa leche
suya, Eli ya me contó que jugó con ella en la ducha con su
cosita y que le dio lechita buena" - dijo Isa subiéndose a la
misma silla que Eli y abriendo también las piernas un poco.
"¿C-c-cómo?, ¿ELI, TE DIJE QUE ERA UN SECRETO!,
porque se lo has contado a alguien. " - dije con la cara roja de
vergüenza. En ese momento las dos se bajaron de la silla y me
saltaron encima, cayendo los tres en el sofá que tenia detrás
de mi. Eli le dio un beso a Isa, un beso que me descolocó tanto
a la pequeña como a mi. Acto seguido, mi sobrinita empezó a
quitarse la ropa quedando solo en pantis; yo estaba paralizado
y completamente excitado, en mi pantalón se distinguía mi
polla que formaba una tienda de ..
Mi sobrina de 5 Parte 2

Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: JSV0410,


Fuente: SexoSinTabues

... campaña. Isa seguía las instrucciones de Eli sobre cómo


quitarse la ropita mientras recibía besos, las dos quedaron en
pantis, los de Eli rosas y los de Isabel blancos con conejitos.
Entonces pensé un momento, "llevo una semana sin correrme,
Eli está tan excitada como yo, ¿debería abusar de la
situación?,. ¿si, porque no?", me decidí y puse mis dos manos
encima de las vaginitas de las pequeñas, para mi sorpresa noté
un poco de humedad en ambas. Eli le dijo a su amiguita que
me quitase los pantalones, a lo que obedeció, dejándome solo
con los bóxers ya que me quité yo mismo la camiseta; entonces
dijo: "Eli, ¿que es eso tan grande que hay dentro de los
calzoncillos de tu tito?" - dijo Isa con cara de asombro. "Eso es
su cosita, y si su cosita está así, es porque ha visto algo que le
gusta. ¿Verdad tito, te gustamos las dos, a que si?" - contestó
Eli mientras yo empezaba a pensar de repetir la jugada del
perrito con las dos pequeñas. "Cielo, ¿recuerdas que le
gustaba a mi cosita?, recuerdas que le gustaba verte jugar a
ser una buena perrita, ¿verdad?. ¿Quieres jugar hoy también?-
dije mientras bajaba poco a poco mis bóxers, descubriendo mi
excitado rabo frente a sus caritas. "Siiiiii, yo quiero volver a ser
una perrita buena,. Isa, sígueme a mi y verás como nos da
leche si somos buenas"-contestó mientras daba pequeños
saltos que hacían que mi polla se creciera aun más. "B-b-
bueno, vale. ¿Pero me va a doler como me dijiste?" - vi a Isabel
preocupada al decir esto a lo que le ...

... contesté. "Tu tranquila, Eli aguantó y le gustó mucho, se que


tu también aguantarás como una chica valiente. Aunque
primero, necesito saber si sois unas perritas buenas, y las
perritas buenas menean la colita si están contentas al ver su
comida, pero vosotras. " - dije mientras meneaba mi polla frente
a las hipnotizadas miradas de las pequeñas. Después de mi
último comentario, las niñas empezaron a mover sus culitos de
un lado a otro como verdaderas perritas mientras que con una
señal mía, Eli empezó a lamer mi rabo, seguido de pequeños e
inseguros lametones de Isabel por ser su primera vez. Agarré
mis huevos y dije que se pondrían tristes si no recibían besos;
Isa tomó la iniciativa y se metió una de mis dos pelotas en su
boquita, se la sacó y alternaba entre lametones y succiones.
Estuvimos un buen rato así, con las dos niñitas demostrando
su 'agradecimiento' a mis partes con besos, lamidas y
succiones. Entonces las detuve, las puse a cuatro y procedí a
sobar sus vaginitas tras quitarles sus ricas pantis. Alternaba
entre caricias con mi mano y comidas enteras a esas pequeñas
vaginas, mi rabo estaba que explotaba de la excitación. Me
levanté tras un tiempo acariciando a las pequeñas y les dije
que ahora les haría lo que tanto querían. "Isa, ¿estás lista?, a
Eli también le dolió al principio, pero se acostumbró y le gustó
mucho" - dije "S-s-si, estoy segura. Deme su leche, por favor"
dijo ella con carita tierna "Bueno, si esta perrita tan mona
insiste, no tendré más remedio que ...
Mi sobrina de 5 Parte 2

Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: JSV0410,


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... darle su buena ración de salchicha. Sé que has sido una


chica muy buena, ahora te daré una salchicha bien gorda y
dura solo para ti" le contesté completamente desbordado por la
lujuria. Le dije a Eli que se pusiera al lado de su amiguita y la
besara y acariciara para relajarla. Me puse detrás de la
pequeña Isabel y coloqué mi hinchado rabo en la entrada de su
vaginita, empujé suavemente y abrí un poco los labios de su
coñito; entonces me salí, lubriqué con un poco de saliva y volví
a intentar. A mi sorpresa, con un leve empujón de mi cadera
entró todo el glande; Isabel pegó un grito que fue ahogado en
los labios de mi sobrinita. Seguí entrando hasta que noté que
no podía más, igual que con Eli, entró hasta la mitad. Empecé
entonces con el mete-saca y me fijé en la sangre que cubría mi
rabo; lo saqué y nos limpié a ambos antes de seguir. Estuvimos
unos 10 minutos así, Isabel en posición perrito mientras yo le
daba poco a poco y hacia chocar mis colgantes pelotas contra
su cadera; sus nalguitas eran el agarre perfecto para mi. De
repente, Eli se puso debajo de su amiga y me pidió que le diera
su ración de 'salchicha' a ella también, que había sido una
perrita muy buena. Salí de Isa y ensarté a mi sobrina de un
solo golpe, ella gimió mientras recibía su ración doble de carne
en su coñito de niña de 5 años. Duré bastante con Eli mientras
metía dos dedos en su amiga para no dejarla abandonada.
Entonces ocurrió lo inevitable, quería correrme como nunca;
salí de la pequeña y me ...
... pude de pie diciendo lo siguiente: "Os habéis portado muy
bien las dos, nunca había visto unas perritas tan buenas. Ahora
os daré lo que queríais des de un principio, ¿queréis lechita,
verdad perritas mías? - les dije mientras veía como se
arrodillaban moviendo sus culitos de lado a lado y lamiéndome
los huevos mientas que con sus manitas me ayudaban a
pajearme el rabo. Con sólo dos sacudidas más de mi mano
estallé y me corrí sobre sus lindas caritas; varios chorros de
fresca y caliente leche salieron disparados hacia las pequeñas,
alternaba los manguerazos, una en cada carita. Tras muchos
chorros, me fijé bien y vi a las dos con sus caras
completamente cubiertas de semen. Pero hubo un gran
problema, por primera vez en mi vida, incluso tras menos de
dos minutos después de correrme, me vinieron ganas de
eyacular otra vez. "Chicas, creo que viene otra ración de
lechita. Sólo se la puedo dar a una, ¿quién la quiere?" - dije,
cuando vi que Eli aún seguía saboreando y Isabel decidió toda
solita, meterse todo el glande de mi sobreexcitada y venosa
polla en su boquita. "Ooooooh, siiiiiiiiiii" - gemí al ver como
Isabel apartó mi mano y machacó mi rabo ella solita hasta que
me corrí en su boquita. Intentó de todas las formas tragarlo
todo, pero se le escurrió por la comisura de sus labios, a lo que
Eli decidió recogerlo con sus manitas. Una vez agotado mi
cargamento de semen, Isa se la sacó de la boca (aunque la
muy zorrita siguió pajeándome suavemente) y Eli le dijo: "Isa,
ahora vamos …
Mi sobrina de 5 Parte 2

Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: JSV0410,


Fuente: SexoSinTabues
... las dos a hacer algo que le encanta a las bolitas del tito" -
dijo mi sobrinita mientras untó mi propia leche sobre mis
huevos; acto seguido, las dos pequeñas zorritas lamieron y
succionaron hasta la última gota de mi miembro y bolas.
Estuvimos 15 minutos recuperando el aliento y les dije que nos
ducháramos para estar limpios. En la ducha me volví a
machacar hasta que me pude correr (aunque con poca
cantidad) dentro de la boca de mi sobrinita. Al salir les dije que
no contaran nada de lo que ocurrió a nadie, o si no, las
castigaría a las dos. Asintieron y decidimos sentarnos en el
sofá a ver la tele y descansar de tanta acción. Más tarde llegó
mi hermano a por su pequeña y la amiguita. Me dio las gracias
y me dio un billete de 20€ como agradecimiento por hacer de
canguro. Cuando lo vi salir por la puerta mis dos pequeñas
zorritas me guiñaron un ojo a la vez que hacían un gesto de
guardar silencio. Espero que esta segunda parte haya sido de
su agrado; todo esto ocurrió realmente, no es mentira. Si
alguna vez se vuelve a repetir, intentaré escribir un nuevo
relato, Muchas gracias a todos por leerlo. Saludos
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
MMM

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