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Amor y fecundidad
Resumen
Summary
E
n el libro “Diálogos con Pablo VI”1, publicado en
1967, Jean Guitton nos ha dejado una especie de
retrato del alma del Papa Montini. Mientras tenía
lugar la minuciosa investigación que precedió a la
publicación de la encíclica Humanae vitae, del 25
de julio de 1968, y tras un largo proceso de reflexión para escoger
las frases exactas y el modo que mejor expresara el pensamiento
del entonces Vicario de Cristo, el autor intenta presentar, a través
de un diálogo con el Papa, los principios eternos del cristianismo
aplicados a este momento tan agitado y tan decisivo de la historia
humana2. Entre las páginas 297 a 315 se reproducen, tras el suge-
rente título de “rayos de luz sobre cuestiones candentes”, algunas
conversaciones sobre el amor, en el que el filósofo francés y el Papa
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“intercambian” puntos de vista sobre este importante tema, sobre
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el cual -como sobre todas las cosas de las que depende el sentido
de la vida- conviene más guardar silencio y dejar espacio a la con-
templación, que dar lugar a una irrespetuosa palabrería, producto
de la superficialidad y, por qué no, de la arrogancia. Unas líneas de
este diálogo pueden servir de punto de partida para lo que sigue:
“Los vínculos entre el amor y la fecundidad son muy fuertes (…) Todo
auténtico amor, todo amor que no sea egoísta, tiende al a creación
de un ser, fruto de su amor (…) El amor se orienta a la fecundidad” 3.
1
Dialogues avec Paul VI. Traducción castellana: GUITTON, Jean. Diálogos con Pablo VI.
Madrid: Encuentro, 2014 (Traducción de José María Valverde y Andrés Bosch).
2
Cf. Ibíd., Prefacio, p. 8.
3
Ibíd., p. 305.
Adrián Alberto Aguilera Arámbula
Sucede con estas frases lo que con tantas otras de esta misma
hondura: la evidencia con que expresan estas verdades, sin la fan-
farronería del que disimula su ignorancia tras un velo de palabras
pomposas, ocultan fácilmente el hecho de que su contenido no es
de ningún modo baladí, es tal la sencillez que reviste estas pala-
bras, que podría dar la impresión de que se trata de cosas sabidas
por todos, pues encuentran eco en el corazón de cada uno. No obs-
tante, el lector atento encuentra en ellas tal elocuencia, que hace
que merezca la pena volver a meditarlas una y otra vez, para dar
nuevo lustre y vigor a la verdad en ellas contenidas: “Por medio del
4
TOMÁS DE AQUINO. De Virtutibus, 2.2 c).
5
GUITTON. Op. cit., p. 305.
Amor y fecundidad
Ibíd.
6
FRANCISCO, Amoris Laetitia. México: Buena Prensa, 2016. En adelante se referirá sim-
7
plemente como AL, seguida del número del que se hace mención.
Adrián Alberto Aguilera Arámbula
8
En algún contexto se ha llamado “generatividad” a esta concepción amplia de la fecundi-
dad que aquí proponemos.
9
AL, n. 38.
10
Contexto en el que a nadie le causaría ningún problema entender a la sexualidad des-
vinculada de la procreación, ni tampoco entender ciertas formas de procreación sin el
recurso a la sexualidad, a través, por ejemplo, de las técnicas de fecundación artificial.
Amor y fecundidad
homilies/2013/documents/papa-francesco_20130708_omelia-lampedusa.html. Con-
sultado el 12 de julio de 2016.
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12
Cf. RATZINGER, Joseph. Homilía de la misa pro eligiendo pontífice, 18-IV-2005. En: http://
www.vatican.va/gpII/documents/homily-pro-eligendo-pontifice_20050418_po.html.
Consultado el 15 de julio.
13
BENEDICTO XVI, Caritas in Veritate. México: San Pablo, 2009. La cita corresponde al
número 43.
14
Cf. RATZINGER, J., en el Prólogo de SCHOOYANS, M. El evangelio frente al desorden mun-
dial. La respuesta científica de la Iglesia frente a los grandes debates políticos actuales
sobre bioética. México: Diana, 2000.
15
Jean Paul Sartre ha presentado de manera genial esta forma de pensar en su “A puerta
cerrada” (SARTRE, J. A puerta cerrada. Buenos Aires: Losada, 2004): puesto que la liber-
tad es fin en sí misma, puede quedar limitada solo por la libertad del otro, quien en esta
perspectiva se convierte en mi infierno: “el infierno son los otros… y estaremos juntos
para siempre” (cf. p. 80).
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16
Cf. BENEDICTO XVI. Deus caritas est. México: San Pablo, 2005. Véanse, por ejemplo, los
números 1 y 2.
17
Citado en GUITTON, L. Op. cit., p. 302.
18
FRANCISCO, Lumen fidei. México: Sapientia, 2013. La cita es del número 27.
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19
AL, n. 6.
20
AL, n. 36.
21
Cf. Ibíd.
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22
En efecto, los hijos son una de las mayores fuentes de unión para una pareja. Y este
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motivo de unidad permanece aunque cambien los sentimientos, que por su propio carác-
ter son cambiantes e inestables.
23
AL, n. 36.
24
Ibíd.
25
Ibíd., nn. 37 –38. En el libro– entrevista El nombre de Dios es misericordia (FRANCISCO,
El nombre de Dios es misericordia. Una conversación con Andrea Tornielli. México: Ed.
Planeta, 2016), lo mismo que lo hace continuamente en Amoris Laetitia (cf. n. 47, por
ejemplo), previene ante la tentación de considerar la doctrina y la verdad no como una
bendición que ilumina el camino de la propia vida y abre a la experiencia de conver-
sión, sino como una pesada piedra que solo sirve para arrojarla sobre las espaldas de
los demás; propone al contrario adoptar la misma actitud de Jesús “para el lo que cuenta
realmente es alcanzar a los lejanos y salvarlos, como el buen pastor que deja a la gruñe
para ir en busca de la orejita perdida. Entonces, como hoy, está lógica y esta actitud pueden
escandalizar, provocan la queja de quien está acostumbrado siempre, y solamente, a hacer
que todo entre en sus propios esquemas mentales y en la propia paridad ritualista, en lugar
de dejarse sorprender por la realidad, por un amor y una medida más grande (…)” (El
nombre de dios es misericordia, p. 80).
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AL, n. 325.
26
Cf. NEWMAN, John. Apología pro vita sua. Historia de mis ideas religiosas. Madrid:
27
28
Cf. BENEDICTO XVI. Deus caritas est., cit., n. 19.
29
Por ejemplo en “Los Arrianos del siglo IV”.
30
NEWMAN, J. Op. cit., pp. 389, ss.
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tro entre los cónyuges, encuentro entre padres e hijos, entre her-
manos, entre generaciones.
33
AL, n. 308.
34
Ibíd., n. 300.
35
Ibíd., n. 312.
36
Pablo VI habló en alguna ocasión de la “edad adulta del laicado”, en esa misma línea había
enseñado en su época el Cardenal Newman, este último escribió en 1859 un importante
artículo Sobre la consulta a los fieles en materia doctrinal, en el que desarrolla la doctrina
eclesiológica del Cuerpo Místico, y expone lo que más tarde se llamará el sensus fide-
lium. Fundamenta asertivamente en el ejemplo histórico de la herejía arriana del siglo
IV, cuando el dogma de la divinidad de Jesucristo fue proclamada y sostenida mucho más
por los fieles que por el episcopado, y (humanamente hablando) fue conservada mucho
más por la “Ecclesia docta” que por la “Ecclesia docens”; el cuerpo del episcopado fue
infiel a su responsabilidad mientras el cuerpo del laicado fue fiel a su bautismo.
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37
FRANCISCO. El nombre de Dios es misericordia, pp. 78 - 79.
38
Ibíd.
39
Ibíd.
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40
BENEDICTO XVI, Deus caritas est, cit., n. 1.
41
CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 22. En: http://www.vatican.va/archive/
hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_
sp.html. Consultado el 20 de julio.
42
PABLO VI. Sacerdotales caelibatus, n. 24. En: http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/
encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_24061967_sacerdotalis.html. Consultado el 18 de
julio.
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acto concreto buscar solo la emoción que éste nos produce, y que la
técnica puede facultarnos para eliminar alguna de sus consecuen-
cias naturales, pero esto no elimina el vínculo entre aquel acto y
esas mismas consecuencias naturales.
43
AL, n. 165. El amor hace posible lo imposible, puesto que gracias al amor uno más uno da
como resultado: uno, en el sentido bíblico del “Por eso dejará el hombre a su padre y a su
madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo corazón”. También la fecundidad del
amor se traduce en que uno más uno es igual a tres: el amor abre a las personas el uno al
otro y al hijo posible, testigo privilegiado de su amor.
44
Esta cuestión del carácter metafísico de la sexualidad en cuanto ella está al servicio de la
comunicación de la existencia se puede profundizar en WOJTYLA, Karol. Amor y respon-
sabilidad. Palabra, Madrid, 2015. Pueden verse particularmente el apartado “El impulso
sexual y la existencia” (p. 64, ss.), y también “Justicia para con el creador” (pp. 272-288).
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47
Ibíd., n. 10.
48
Ibíd. En este mismo sentido, Juan Pablo II habló de la “facultad que los esposos tienen
de usar su libertad inviolable del todo sabio y responsable, teniendo en cuenta tanto las
realidades sociales y demográficas, como su propia situación y sus deseos legítimos”
(Citado en AL, n. 167).
49
Ibíd.
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Ibíd., n. 10.
50
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51
AL, 165.
52
Cf. Ibíd., n. 166.
53
Ibíd.
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CONCLUSIÓN
uno puede hacer de sus deseos el único referente que guíe sus
pasos. Es la inexorable paradoja del pensamiento contemporáneo
que por un lado, ha alcanzado conquistas impresionantes, pero que
por otro experimenta una terrible incertidumbre y naufragio en lo
que respecta a la identidad y sentido humanos.
54
Citado en AL, n. 14.
55
Cf. AL, nn. 172-177.
56
Cf. AL, nn. 187 - 198.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BENEDICTO XVI, Papa. Deus Caritas Est. México: San Pablo, México,
2005.
NEWMAN, John. Apología pro vita sua. Historia de mis ideas religio-
sas. Madrid: Encuentro, 2010, p. 53.
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