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Revista de Geografía Norte Grande, 54: 51-66 (2013)


Artículos

La geografía histórica, la imaginación y


los imaginarios geográficos1

Perla Zusman2

RESUMEN
Las nociones de imaginación e imaginación geográfica son ampliamente usadas
en la geografía en la actualidad. El objetivo de este texto es identificar las formas
a través de las cuales algunos geógrafos anglosajones han construido su noción de
imaginación e imaginación geográfica, qué papel le han otorgado en su proyecto
disciplinar y cómo han articulado estas ideas en sus análisis de geografías pasa-
das. En primer lugar, se han trabajado las propuestas de geógrafos de la décadas
de 1960 y 1970 que recurrieron a estas nociones para superar el escaso interés
por lo social y cultural de la geografía. En segundo lugar se presentan las pers-
pectivas desarrolladas en la década de 1990 de la mano de las geografías posco-
loniales y de la cultura visual. Finalmente se presentan las repercusiones de estas
perspectivas en algunas líneas de trabajo en América del Sur.
Palabras clave: Geografía histórica, imaginación, imaginarios geográficos, episte-
mología

ABSTRACT
Notions of geographical imagination and imagination are widely used in Geogra-
phy today. The purpose of this paper is to identify the assumptions of these notions
within some Anglo-Saxon geographers; specifically we are interested in studying
the role of these ideas in their own discipline project and how these ideas were
articulated in their analysis of past geographies. Firstly this paper discusses the
concepts of imagination and geographical imagination used during the 1960s and
1970s with the aim of overcoming little Geography awareness with social and
cultural aspects. Secondly we present perspectives around these ideas developed
in the 1990s by postcolonial geographies and visual culture studies. Finally, we re-
cognize their impact on some lines of research that are being developed in South
America in the last decades.
Key words: Historical geography, imagination, imaginative geographies, epistemo-
logy

1 Artículo recibido el 6 de abril de 2012, aceptado el 2 CONICET - Instituto de Geografía, Universidad de


1 de agosto de 2012 y corregido el 4 de septiembre Buenos Aires (Argentina).
de 2012. E-mail: perlazusman@yahoo.es
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Los términos imaginación, imaginarios Geografía anglosajona, nuestro análisis busca


geográficos, geografías imaginarias o imagi- identifi car las tendencias que se han desa-
nativas circulan desde hace alrededor de dos rrollado en esta tradición. Reconocemos dos
décadas en algunos ámbitos de la Geografía coyunturas claves en su conceptualización:
internacional (Harvey, 1990; Gregory, 1994; la primera se vincularía a las propuestas que
Soja, 1996; Cosgrove, 2008a; Daniels, 2011). surgen como reacción al cuantitativismo en
La incorporación del término imaginario en la décadas de 1960 y 1970 representadas por
la disciplina en América Latina (Hiernaux, la Geografía humanista y en Geografía mar-
2002; Lindón, Aguilar, Hiernaux, 2006; xista; la segunda se asociaría a las Geografías
Lindón 2007; Hiernaux, 2007) es contempo- poscoloniales y los estudios de cultura visual
ráneo a su difusión en las ciencias sociales llevados adelante en la década de 1990.
de la región (Canclini, 1997; Telles, 2004,
Gorelik, 2002). Su uso generalizado en las ¿Qué idea de imaginario geográfico cons-
Ciencias Sociales a nivel internacional lleva truye cada autor? ¿Qué relación establece
a autores como Wunenburger (2008) a supo- cada autor entre la imaginación y su estudio
ner que el “éxito” del término se asociaría al de las geografías pasadas? ¿Están presentes
interés de ciertas perspectivas posmodernas estos conceptos hoy en los trabajos de Geo-
de hacer desaparecer “el sujeto como autor grafía Histórica en América del Sur? Estas
de sus representaciones, en beneficio de pro- preguntas guían el recorrido que proponemos
cesos de simples juegos (de textos, imágenes, llevar adelante en el presente texto.
etc.) que, por combinatoria y deconstrucción
engendran, de manera indefinida, nuevos
efectos de signifi cación (J. Derrida, G. De- Terrae incognitae, imaginación
leuze, etc.)” (Wunenburger, 2008: 18). Por e imaginarios en la visión
su lado, García Canclini sostiene que, frente del pasado de la geografía
a la pérdida de credibilidad de las teorías
totalizadoras y frente a las difi cultades que humanista
se presentan para conocer la totalidad de lo
real, “lo imaginario viene a complementar, a La idea de imaginario geográfico irrumpe
dar un suplemento, a ocupar fracturas o los en la geografía histórica de la mano de los
huecos de lo que sí podemos conocer” (Can- aportes de la Geografía Humanista, una pers-
clini, 2007: 90). pectiva de análisis de base fenomenológica
que, desde la década de 1960, toma en cuen-
En Geografía, la idea de imaginarios geo- ta la subjetividad en el conocimiento del en-
gráficos parecería haber sustituido a otros torno y que reconoce la proximidad entre la
términos que, en otros contextos, permitieron Geografía y el arte o la poesía. La Geografía
relacionar lo cultural con lo espacial como humanista procuraba otorgar protagonismo al
fue la idea de percepción en la década de sujeto en un momento en que la racionalidad
1960 (Capel, 1973). A su vez, ella parece económica y cuantitativa era hegemónica en
convivir con aquellas discusiones que tra- la disciplina.
bajan con el concepto de representaciones
espaciales3 (Bailly, 1985; Di Méo & Buléon, Dentro de la Geografía estadounidense,
2005). El objetivo de este texto es realizar un esta propuesta de investigación fue delineada
recorrido por los usos de la noción de imagi- por J.K.Wright (1891-1969) quien se des-
narios geográficos en el campo de la Geogra- empeñó como presidente de la Asociación
fía Histórica. En la medida que este camino de Geógrafos Americanos y de la Sociedad
ha sido recurrentemente frecuentado por la Americana de Geógrafos. Su tesis, presentada
en la Universidad de Harvard, se tituló The
Geographical lore of the time of Crusades
(1925) (El conocimiento geográfico en la épo-
3 Desde esta perspectiva se concibe la construcción ca de las Cruzadas). En este trabajo Wright
de las representaciones como parte de un proceso reconoce la influencia de las ideas religiosas,
cognitivo de carácter racional que implica la elabo-
ración de imágenes mentales. Estas imágenes otor-
comerciales, políticas e intelectuales en el
gan significación a los lugares en el marco de una conocimiento del entorno en el período me-
red de lugares (Bailly, 1985). dieval. A su vez, establece diferencias entre el
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saber geográfico de un académico o religioso con el poder seductor e imaginativo del arte
y el de un comerciante, un soldado o un pe- y la poesía que podría ser puesto en diálogo
regrino. Mientras que los primeros alimentan con los distintos tipos de conocimiento geo-
su visión, en parte, en los conocimientos he- gráfico. Este tipo de imaginación que Wright
redados de la antigüedad, los segundos la ad- reconoce como subjetividad estética, garan-
quieren a través del viaje y de la exploración tiza la empatía entre el geógrafo y su lector,
(Keighren, 2005). y permite “participar con él [el lector] de las
impresiones que el lugar o la circunstancia,
Esta línea de reflexión encuentra conti- han dejado en nosotros: hacerlo descender
nuidad en los contenidos de la conferencia de su elevado puesto de mira y hacerlo ver
que Wright dicta como presidente de la con nuestros propios ojos y sentimientos”
Asociación de Geógrafos Americanos, en (Wright, 1977: 177).
ocasión de la reunión anual celebrada en
1946, titulada Terrae incognitae: the place of Wright reconoce en todo geógrafo esta
the imagination in geography (Terrae incogni- capacidad imaginativa que denomina libido
tae: el lugar de la imaginación en geografía) geográfica “consistente enteramente en la
(Wright [1947] 1977). Para J.K. Wright las sensibilidad estética al estímulo de las mon-
terrae incognitae (tierras desconocidas) no tañas, desiertos o ciudades tanto como a un
son comunes para todos los grupos humanos. deseo intelectual de resolver objetivamente
De hecho, los espacios inexplorados para los los problemas que tales entornos presentan”
europeos en el siglo XVI, no eran los mismos (Wright, 1977: 178). Si el geógrafo no posee
que para los pobladores americanos. De esta esta capacidad imaginativa puede recurrir a
manera, J.K. Wright busca superar la perspec- impresiones imaginativas prestadas, es decir
tiva occidental que universaliza procesos que puede acudir a los puntos de vista de los
tienen que ver con su propia historia. A su viajeros o a los otros saberes incorporados a
vez, reconoce otras formas de conocimiento su proyecto de Geosofía (el de agricultores y
sobre la superficie terrestre diferenciadas del pescadores, ejecutivos y poetas, novelistas y
saber científico de carácter eurocéntrico. pintores, beduinos y hotentotes) que demues-
Estos presupuestos epistemológicos sostienen tren una sensibilidad para captar las especifi-
su propuesta de Geosofía (Geo: tierra, Sofía: cidades de la relación entre la naturaleza y la
conocimiento), es decir de una historia de sociedad.
la Geografía que toma en cuenta no solo el
estudio del conocimiento de los académicos Su reflexión sobre el papel de la imagi-
sino también de otros sectores sociales. En la nación en la construcción del conocimiento
medida que las terrae incognitae varían con- geográfico lo lleva a concebir que las tierras
forme a los grupos sociales, la Geosofía pre- incógnitas no solo existen en la geografía ma-
tende dar cuenta de todos los puntos de vista, terial sino que también pueden encontrarse
de todas “las ideas geográficas, tanto verda- “en la mente y el corazón de los hombres”
deras como falsas, de todas las modalidades (Wright, 1977: 187). A través de sus dos
de gente- no solamente geógrafos sino agri- acepciones de lo desconocido (aquella que
cultores y pescadores, ejecutivos y poetas, tiene que ver con los ámbitos de la superfi-
novelistas y pintores, beduinos y hotentotes” cie de la tierra no explorados y aquella que
(Wright, 1977: 182). Para Wright todos estos se vincula con los espacios de la mente no
sujetos se aproximan a ámbitos geográficos escrutados), Wright propone una epistemolo-
desconocidos a través de sus imaginarios, gía para la geografía que tome en cuenta la
vinculados en parte con la experiencia que subjetividad como elemento clave en la dife-
cada grupo tiene del mundo real (Keighren, renciación espacial, una diferenciación que
2005). tiene que ver con las formas de imaginar el
medio, de aproximarse y actuar en él.
La elaboración de imaginarios pone en
acción a la imaginación. En tanto facultad David Lowenthal y Hugh Prince recogen
sicológica (Wunenburger, 2008), la imagina- la propuesta de Wright para restaurar la pri-
ción se combina con lo racional en la cons- macía de lo sensible (Wunenburger, 2008) y
trucción del conocimiento. Wright homologa analizar las valoraciones y preferencias que
el canto de las sirenas del relato de la Odisea los sujetos desarrollan frente al medio. “Ni el
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mundo, ni las imágenes de él son idénticas a interactúan con el pasado. Esta aproximación
la geografía” afirma Lowenthal ([1961] 1977: puede implicar su negación, creación, recrea-
189). Este señalamiento expresa el recono- ción o invención. También puede signifi car
cimiento de que el conocimiento geográfico que los vestigios dejados por sociedades an-
se construye en el vínculo entre realidad y teriores en el paisaje sean valorizados selecti-
aquello que en la época se denominó percep- va y jerárquicamente.
ción y que incluía un conjunto de procesos
distintos más o menos relacionados: desde el Ahora bien, así como Lowenthal ([1985]
contacto sensible, la experiencia, la organiza- 1998) reconoce que las sociedades tienen
ción del conocimiento a través de imágenes distintas formas de vincularse con su entor-
hasta las actitudes y decisiones que definen no, también entiende que ellas se relacionan
nuestras intervenciones en el medio (Capel, de forma diferencial con su pasado y que el
1973). Lowenthal (1977) observa que la an- vínculo que se entabla hoy con ese pasado
tropología cultural, la sicología fi losófi ca y difiere de aquel que tuvieron los protagonis-
la lingüística4 ofrecían avances teóricos para tas de aquellos momentos que estamos re-
entender tanto la organización de cosmovi- creando en la actualidad. Ello lo lleva a recu-
siones privadas e individuales como grupales perar en su estudio la frase que abre el libro
(ligadas a la estructura social, al contexto cul- The Go-Between del novelista inglés Leslie
tural y al lenguaje). Desde su punto de vista, Poles Hartley “El pasado es un país extraño”.
las ideas de experiencia y de imaginación De esta manera, Lowenthal afirma que “hasta
discutidas en aquellas disciplinas, nos ayudan el siglo XIX, aquellos que dedicaban alguna
a aproximarnos a las geografías personales5 reflexión al pasado histórico se lo imaginaban
que conviven con aquellas geografías dife- similar al presente. El drama de la historia de-
renciadas desde el punto de vista cultural y jaba constancia de los principales cambios en
también con aquellas otras desarrolladas en la vida y el paisaje, pero la naturaleza huma-
distintos momentos históricos. na se suponía que permanecía constante y los
acontecimientos siempre daban a causa de
Bajo estos presupuestos Lowenthal & las mismas pasiones y los mismos prejuicios
Prince (1964, 1965) trabajan el gusto de los (…) Así, los cronistas describían los tiempos
ingleses por el paisaje. Ellos demuestran que pasados con una inmediatez y una intimi-
las ideas que se desarrollaron en Inglaterra dad que reflejaban esta supuesta semejanza
fueron modeladas a través de la literatura, (…) Solo a fines del siglo XVIII, empezarían
la pintura, la arquitectura y popularizadas los europeos a concebir el pasado como un
entre los distintos sectores sociales. Este aná- dominio diferente, no ya solamente otro país
lisis muestra las preferencias por las áreas sino un sinfín de tierras extrañas con histo-
rurales en relación a las urbanas, de lo viejo rias y personalidades únicas” (Lowenthal,
en relación a lo nuevo, de lo bucólico y lo 1998: 7).
pintoresco en relación a lo industrial. En esta
misma línea Lowenthal (1975) se interesó por El pasado para Lowenthal presenta las
entender la forma en que distintas sociedades mismas dificultades para su exploración que
las tierras incógnitas (materiales y mentales)
de Wright y, en la aproximación al mismo,
4
la imaginación es una facultad a partir de la
En su comentario del texto “Geography, experience,
and imagination: towards a geographical epistemo-
cual se puede otorgar sentido a las acciones,
logy” Livingstone (1994) reconoce las influencias de a los pensamientos y a las materialidades
los filósofos Willard Van Orman Quine, Roderick M. pretéritas, siempre permeadas por las visiones
Chisolm, Karl Polanyi y del lingüista Benjamin Lee del presente. Del mismo modo, para Prince la
Whorf en las ideas de Lowenthal.
5
imaginación aparece como un artilugio meto-
“El entorno privado, pues, incluye mucho más varia-
dos paisajes y conceptos que el mundo compartido, dológico del investigador que consiste en la
lugares y potencias imaginarios, tanto como aspec- búsqueda por recrear en su mente las miradas
tos de la realidad con los cuales solo cada individuo de época. Esta tarea puede ser facilitada por
es familiar. El infierno y el Jardín de Edén pueden testimonios materiales, visuales o textuales.
haberse desvanecido en nuestro mapa mental, pero
la imaginación, la distorsión, y la ignorancia todavía
Así, podrían comprenderse, por ejemplo, las
adornan nuestros paisajes privados” (Lowenthal, actitudes diferenciadas entre antiguos colo-
1977: 200). nizadores y recién llegados en relación a la
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valorización de escenarios, recursos y formas Para Harvey la incorporación en el aná-


de vida (Prince, 1971). lisis de la imaginación geográfica supone
trabajar cuestiones que no están lejos de
David Harvey, el marxismo y aquellas que los geógrafos humanistas han
buscado introducir en la disciplina en la
la imaginación geográfica en década de 1960. Se trata de establecer “las
la concepción histórica del relaciones entre forma espacial, signifi cado
simbólico y comportamiento espacial” (Har-
espacio y del tiempo vey, 1985: 26). Harvey reconoce que las geo-
grafías personales planteadas por Lowenthal
El cuantitativismo no solo despertó las
participan en la conformación del espacio
reacciones de aquellas vertientes de base
social; ellas constituyen una “imagen común”
fenomenológica, sino también de algunas
provenientes de algunas normas del grupo (y,
propuestas marxistas. De hecho es el propio
probablemente, de ciertas normas para actuar
David Harvey que recomienda recurrir a la
con respecto a dicha imagen), y en alguna
imaginación para incorporar los procesos
medida una “imagen única que es altamen-
sociales en el análisis disciplinar. En su texto
te idiosincrática e impredecible” (Harvey,
Urbanismo y desigualdad social (1973) pro-
1985: 28). En síntesis, es esta imagen común
pone hacer uso de la imaginación espacial
para poner en relación procesos espaciales presente dentro de un grupo cultural la que
y procesos sociales en los análisis urbanos. precisa ser incorporada en el estudio de la
Para construir su definición de imaginación relación entre formas espaciales y procesos
espacial Harvey se inspira en la idea de ima- sociales.
ginación sociológica de Wright Mills. Esta
implica que cada individuo pueda captar su Siguiendo esta perspectiva, Harvey otorga
situación en su tiempo y en relación con sus importancia a la imaginación geográfica tam-
contemporáneos. “La imaginación sociológi- bién en su proyecto de geografía histórica del
ca nos permite captar la historia y la biografía espacio y del tiempo desarrollado en la déca-
y la relación entre ambas dentro de la socie- da de 1990. Para Harvey las ideas de espacio
dad. Detrás de su uso está siempre la necesi- y tiempo no pueden disociarse del modo
dad de saber el significado social e histórico de producción y de sus relaciones sociales
del individuo en la sociedad y el periodo en características (Harvey, 1990: 418). En parti-
que tiene su cualidad y su ser” (Mills citado cular, Harvey analiza la reconfiguración que
en Harvey, 1985: 16). Desde su punto de hace el capitalismo, tanto de las nociones del
vista, la imaginación geográfica o conciencia espacio y del tiempo como de la geografía
espacial permite comprender el papel del mundial en la búsqueda de disminuir el tiem-
espacio en la trayectoria personal y en la de po de producción de plusvalía, de aminorar
las otras personas, en las “transacciones entre los tiempos de rotación de capital y ampliar
individuos y organizaciones” (Harvey, 1985: los espacios de producción y consumo. Bajo
17). La imaginación geográfica contribuye la compresión espacio temporal, las distin-
a que el sujeto comprenda su vínculo con tas significaciones otorgadas al espacio y al
acontecimientos y lugares próximos o más tiempo por distintos actores sociales entran
distantes. A su vez, puede hacer un uso crea- en conflicto. Este conflicto se expresa en la
tivo del espacio6 y “apreciar el significado de lucha por la apropiación y dominación de es-
las formas espaciales creadas por otros” (Har- pacios y tiempos particulares. En este marco,
vey, 1985: 17). Harvey comprende, por ejemplo, el interés de
la Comuna de París de 1871 por destruir la
columna de Vêndome. Los comuneros la con-
sideraban símbolo de la reorganización espa-
cial que tuvo lugar con la reforma de Haus-
mann orientadas a imponer por las normas
6 Para este geógrafo marxista los artistas plásticos y valores del capitalismo. De hecho, en este
poseen una gran habilidad para trabajar con la contexto los trabajadores fueron expulsados
imaginación geográfica. Esta habilidad no se asocia
solo al desarrollo de la experiencia estética sino que
del centro de la ciudad. Así, la destrucción
también a la mayor exploración de relaciones espa- de la columna se convirtió en un símbolo de
ciales desde el arte. la preocupación del movimiento de 1871 por
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imponer su propio orden espacial: comunita- gias militares, administrativas o políticas, sino
rio y no jerárquico (Harvey, 1990: 421). que la cultura también ha tenido un papel
decisivo en la medida que, en términos de
Dentro de su análisis, Harvey otorga a Gramsci, ha permitido la construcción de
la imaginación geográfica un papel político hegemonía. Said señala la aportación de dis-
destacado no solo para reflexionar sobre el tintos tipos de textos –desde novelas hasta
rol de las ideas del espacio y del tiempo en el memorias de gobierno pasando por literatura
pasado sino también sobre el futuro de estas de carácter antropológico, arqueológico o
nociones. Desde esta perspectiva, la imagina- lingüístico– en la construcción de imaginarios
ción geográfica, en tanto conceptualización geográficos sobre Oriente, un Oriente que
que permite comprender espacialmente el habla más de Occidente que de los propios
tiempo que nos toca vivir, también puede procesos que tuvieron lugar en Asia. El crítico
ayudar a reflexionar sobre los conceptos de literario palestino recurre al pensamiento de
espacio y tiempo que deseamos establecer Foucault para comprender que la construcción
en una sociedad que se pretenda “socialista y cultural que Occidente hace de Oriente pone
ecológicamente responsable” (Harvey, 1990: en juego relaciones de poder asimétricas. Así,
432). De esta manera, Harvey otorga signifi- el pensamiento orientalista supone una volun-
catividad a la imaginación geográfica en la tad –a través del conocimiento– de “controlar,
elaboración de un proyecto político. Esta po- manipular y hasta incorporar, aquello que es
litización de la imaginación geográfica, difícil un mundo manifiestamente diferente (o alter-
de encontrar en el marco de la Geografía hu- nativo y nuevo)” (Said, 1990: 24).
manista, se observa también en los estudios
de Geografía poscolonial. Sin embargo, el La relación poder-conocimiento sobre
contenido otorgado a esta politización ad- Oriente se expresa en las geografías imagi-
quiere otras connotaciones que observaremos narias a las que se refiere Said. En términos
a continuación. de Gregory (1995b), Said politiza la poética
del espacio de Gastón Bachelard, orientada a
Las geografías poscoloniales y otorgar una contenido emocional (a través de
sueños, imágenes y vocabularios) a aquellos
los imaginarios geográficos de lugares que podrían aparecer como distantes
Edward Said (Said, 1990: 65). El autor de “Orientalismo”
desvenda la significatividad política de estas
Hacia la década de 1990 la idea de ima- geografías imaginarias, reconociendo que
ginarios geográficos se difunde ampliamente ellas convierten a Oriente en “un campo
en los estudios de Geografía poscolonial. cerrado, un palco teatral anexo a Europa
Estos análisis se interesaron en desvendar (…). En la profundidad de ese palco teatral
el compromiso de la Geografía con los pro- existe un prodigioso repertorio cultural cuyos
yectos de los imperios modernos. Desde apartados individuales evocan un mundo
esta perspectiva, se entiende que este saber fabulosamente rico: la Esfinge, Cleopatra, el
disciplinar contribuyó a la dominación co- Edén, Troya, Sodoma y Gomorra, Astartea,
lonial tanto a través de sus intervenciones Isis y Osiris, Saba, Babilonia, los Genios, los
materiales como también a través de sus con- Magos, Nínive, el Preste Juan, Mahoma y una
ceptualizaciones y discursos. Estos discursos docena más, escenarios, en algunos casos,
vehiculizaron ciertos imaginarios sobre aque- apenas nombres, medio imaginarios, medio
llos espacios de ultramar que legitimaron conocidos; monstruos demonios, héroes,
y promovieron las acciones imperiales. La terrores, placeres, deseos” (Said, 1990: 73),
fuente de inspiración de los estudios en Geo- todos ellos no sufren modificaciones a lo lar-
grafía poscolonial fue fundamentalmente la go del tiempo, “son lo que son, porque son lo
interpretación que Edward Said (1935-2003) que son, ahora y siempre” (Said, 1990: 80).
construyó sobre la forma en que Occidente
construyó su imagen de Oriente. Este Oriente esencializado se constituye
así en la alteridad espacial de Occidente y
En efecto, en su texto Orientalismo (1978) es depositario de ciertos imaginarios que
Edward Said destaca que la expansión impe- aparecen representando lo misterioso, lo
rial no solo fue llevada adelante por estrate- sensual, un espacio dominado por gobiernos
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absolutos, en contraposición a un Occidente viajeros imaginarse la vida en el harén como


concebido como contenedor de acciones ra- un ámbito donde predominaba la sensualidad
cionales y gobiernos democráticos. y el erotismo (Cerarols, 2008).

Los imaginarios geográficos de Said pro- En particular, Derek Gregory se interesó


movieron el desarrollo en la Geografía Histó- por analizar los imaginarios geográficos pre-
rica un conjunto de líneas de trabajo que se sentes en los relatos de viajeros que visitaron
interesaron por explorar las representaciones, Egipto hacia mediados del siglo XIX (Gregory,
fantasías y sueños sobre los espacios de “los 1995a, 1995b). Si bien su concepción de
otros” vehiculizados a través de los relatos imaginarios geográficos se nutre en la pers-
de viaje, de las fotografías, las pinturas y las pectiva de Said, Gregory pretende superar
cartografías. A través de estos dispositivos las limitaciones que se plantearon a la con-
culturales se promueven y divulgan imáge- ceptualización de este crítico literario pales-
nes como las del desierto del Sahara visto tino al proponer una idea de Oriente menos
como un espacio hostil para ser vivido por monolítica y más plural que se asemeje más
el hombre occidental, donde solo pueden a la heterotopía foucaultiana. Así, desde su
sobrevivir las poblaciones nómadas, aun- punto de vista, los imaginarios de los viajeros
que algunos viajeros lo entienden como un –como Gustav Flaubert o Florence Nightin-
espacio de fuga de la vida urbana europea gale– se construyen a partir de textos leídos
(Zusman, 2008); o del trópico presentado a en el lugar de origen y a partir de las miradas
veces como un paraíso terrenal, otras como moldeadas en la cosmovisión europea. Sin
un espacio de abundancia y fertilidad pero embargo los viajeros diferenciados desde el
también de excesos y enfermedad (Driver, punto de vista cultural, de clase y género en
2004). En los estudios también se analizan las el destino renegocian estos imaginarios que
fantasías masculinas en torno al harén, uno así se tornan múltiples, ambiguos e inesta-
de los espacios más reservados e inaccesibles bles. A pesar de ello todos los imaginarios
del mundo musulmán para sociedades occi- participan en la construcción de un Egipto
dentales7. En la medida que ellos no podían que es transcripto y traducido en clave eu-
ser visitados, las lecturas de distintos textos ropea, compuesto pictóricamente y exhibido
como “Las mil y una noches” conducía a los a los fines de tornarse un espacio liminal en-
tre occidente y oriente, entre lo familiar y lo
desconocido (Gregory, 1995b)8.

7 En su libro Sueños en el umbral la escritora marro-


quí Fatima Mernissi historiza los harenes y distingue
entre “harenes imperiales” y “harenes domésticos”. 8 La cuestión de las geografías imaginativas ha sido
Mientras que los primeros se vinculan con la expan- abordada ampliamente por Derek Gregory en el
sión territorial y el crecimiento económico de las libro Geographical Imaginations. En este texto, de
dinastías musulmanas, los segundos corresponden neto corte epistemológico, explora los imaginarios
a aquellos que se conforman después de la pérdida espaciales y urbanos creados a través del discurso
de poder musulmán en 1909, luego de la derrota disciplinar y recreados a partir de la interacción de
del imperio otomano. El harén imperial otomano la Geografía con la teoría social. Las ideas de ima-
alimentó las fantasías de occidente e inspiró los ginación geográfica de David Harvey y de Edward
cuadros orientalistas que se pintaron entre los siglos Said, y la conceptualización de Timothy Mitchell del
XVIII y XX. En contraposición al harén oriental con- mundo como exhibición son fuentes de inspiración
formado por “espléndidos palacios llenos de muje- de la idea de imaginarios geográficos trabajada en
res lujosamente ataviadas y reclinadas lascivamente este texto. Gregory reconoce el carácter eurocéntri-
con indolencia, con esclavos a su lado y eunucos co de los imaginarios construidos por los discursos
vigilando las puertas (…) los harenes domésticos científicos occidentales y sus implicancias en el
(…) son más bien una familia ampliada, práctica- desencadenamiento de procesos de exclusión. La
mente sin ningún aspecto erótico digno de mención. incorporación de las interpretaciones feministas y
En estos harenes domésticos vivían juntos un hom- de los estudios subalternos pretenden contribuir a
bre y sus hijos con sus esposas (…) No es la poliga- superar estas exclusiones. Rosalyn Deutsche nos
mia lo que lo define como harén, sino el deseo de ofrece una lectura interesante de esta obra de Gre-
los hombres de recluir a sus esposas y mantener una gory Derek. Desde el punto de vista de Deutsche,
familia ampliada en vez de dividirla en unidades Geographical Imaginations nos aproxima a una
nucleares (Mernissi, 2002: 41). En este libro Mernis- interpretación posdisciplinaria de la Geografía don-
si describe al harén doméstico como un espacio en de su discurso tiene más que ver con el género de
que la vida cotidiana se desarrolla en forma lúdica y ficción que con un relato científico. Además, esta
creativa. especialista en historia del arte sostiene que Gregory
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A través de esta búsqueda, Gregory se la tradición disciplinar, los análisis orientados


propone un objetivo más ambicioso que es por esta perspectiva procuraron, en primer
comprender algunas estrategias epistemo- lugar, deconstruir los supuestos epistemo-
lógicas de la modernidad que ordenan y lógicos, metodológicos e ideológicos que
jerarquizan estos imaginarios geográficos. suponían la correspondencia directa entre
En este sentido, la noción de mundo como la realidad y las representaciones, sean estas
exhibición de T. Mitchell permite comprender paisajísticas, fotográfi cas o cartográfi cas. En
las distintas estrategias culturales (museos, segundo lugar, esta línea de investigación, al
exposiciones, entre otras) que, asociadas a considerar que el conocimiento es perspecti-
la colonialidad del poder (Mignolo, 2003), vo y diferenciado desde el punto de vista de
presentan al mundo como un cuadro para ser género, de clase y étnico, buscó superar la
visto y experimentado de una única manera, postura que sostenía la existencia de una mi-
aquella establecida por las potencias imperia- rada de carácter universal desde donde había
les. Esta organización naturaliza la superiori- sido posible y era posible elaborar representa-
dad y dominación occidental y la inferioridad ciones de carácter geográfico. Partiendo de la
de la población no europea. Bajo este orden desconstrucción de estos supuestos, en tercer
epistemológico se organizan ciertos imagina- lugar, se persiguió entender los efectos perfor-
rios sobre las poblaciones aborígenes, sobre mativos de las prácticas de visualidad tanto en
las formas de vida de las poblaciones urbanas el pasado como en el presente. En este marco
y rurales en los continentes asiáticos y africa- se pretende comprender la proliferación de
nos. Desde el punto de vista de la Geografía, imágenes en el contexto de la globalización
ello significa el triunfo de espacio abstracto y a analizar qué ideas y valores sobre el
sobre el vivido y garantiza la efectividad territorio son comunicadas a través de las
de los procesos de apropiación territorial representaciones sobre el espacio difundidas,
imperial (Warf, 2009). Esta relación entre por ejemplo, a través del Google Earth, del
expresiones visuales, imaginación y procesos Discovery Channel o de Internet (Lois, 2009,
de dominación son las que han orientado los Hollman, 2008, Tolia-Kelly, 2012).
análisis de gran parte de los trabajos de las
geografías poscoloniales. Sin embargo, será Quizás sea Denis Cosgrove (1948-2008)
Denis Cosgrove quien procurará construir uno de los primeros geógrafos que buscaron
una reflexión específica sobre la relación en- comprender la relevancia de la visión en la
tre lo visual y los imaginarios en Geografía. construcción de las formas de aproximación
de la Geografía a la realidad. De hecho, ya
Visualidad y creatividad en los en su texto Social Formation and Symbolic
Landscape (1984), Cosgrove entiende que en
imaginarios geográficos. las descripciones geográficas, en los concep-
La aportación de tos de paisaje y de región, en las representa-
Denis Cosgrove ciones cartográficas o en la propia forma de
presentación de los modelos de la geografía
La década de 1990 vivenció también la cuantitativa, lo visual ocupa un papel desta-
consolidación de la línea de trabajo en cul- cado. Además de ser garantía del realismo y
tura visual en la Geografía anglosajona en de la síntesis buscadas por el conocimiento
general y en la Geografía histórica en parti- disciplinar, “parece que los geógrafos requie-
cular9. A partir de reconocer la centralidad de ren que la demostración de sus teorías sea
la experiencia de la visión en la definición de sustentada por una evidencia visual del mun-
do que los rodea” (Cosgrove, 1984: 31).

A partir de estas reflexiones Cosgrove tam-


se preocupa más por los efectos del discurso disci- bién se ha interesado por comprender las re-
plinar que por el campo del conocimiento propia- laciones entre la visión y la imaginación. Así
mente dicho (Deutsche, 1995). entiende que la significación otorgada a las
9 La relación entre visualidad, imaginarios y cartogra- representaciones incorpora elementos de la
fía ha sido profundizada en la última década. En la
medida que ella merece una indagación particular,
imaginación. En este sentido, la imaginación
preferimos no trabajarla en este artículo y dejar su es “entendida como la capacidad de formar
análisis en manos de especialistas. imágenes mentales, especialmente de las co-
LA GEOGRAFÍA HISTÓRICA, LA IMAGINACIÓN Y LOS IMAGINARIOS GEOGRÁFICOS 59

sas que no se ha sido directamente testigo o mundo y en su historia a fin de que ambos se
que no han sido experimentadas” (Cosgrove, vuelvan más habitables” (Begué, 2003: 25).
2008a : 8). Las representaciones permiten que
las imágenes que se derivan de los sentidos o Según Cosgrove, la imaginación lleva a
de la imaginación dejen de ser individuales y que la información captada a través de los
se tornen colectivas (Staszak, 2009). sentidos no sea reproducida de forma miméti-
ca sino que sea “metamorfoseada” generando
Cosgrove se distancia de las propuestas nuevos significados. “Las transformaciones
que trabajan las imaginaciones geográfi cas del mundo en la imaginación puede llevar a
asociadas a procesos de dominación, orien- transformaciones materiales en la naturaleza:
tadas por un reconocimiento de cierta instru- drenaje de pantanos, conservación de espe-
mentalidad social donde, desde su punto de cies, encuentro de un camino en medio del
vista, son las preocupaciones en torno al po- mundo silvestre” (Cosgrove, 1994: 388).
der y la justicia las que se están discutiendo
en última instancia. Así, desde su perspectiva, En uno de sus últimos textos, Cosgrove
el papel de la imaginación es complejo “ya abordó la relación entre imaginarios ambien-
que se interesa, a veces, en alcanzar el bien tales (ideas, imágenes mentales y valores en
y realizar deseos y sueños (aun cuando es- relación al medio) y representaciones visuales
tos se consigan bajo el costo de producir un (pinturas de paisajes, fotografías, mapas, imá-
daño desconocido en los otros) y, otras veces, genes digitales, películas y videos) en ciertos
en provocar conscientemente un daño en el momentos relevantes de la historia estadou-
mundo” (Cosgrove, 2008a: 9). nidense del siglo XX a fin de comprender el
papel activo de los primeros en la construc-
Apoyándose en la perspectiva de Paul Ri- ción del mundo social, particularmente en la
coeur, Cosgrove pone el énfasis en entender conformación de las teorías ambientalistas y
el papel de la imaginación en el desencade- en la política ambiental. Esto implica que las
namiento de procesos creativos y, particular- ideas y valores de determinadas épocas son
mente en sus implicancias en la transforma- las que orientan la lectura que se hacen de
ción de la geografía material10. Se trata así, ciertas imágenes concebidas como represen-
siguiendo la perspectiva de Ricoeur, de acudir tativas de la relación de la sociedad con su
a la imaginación “a los fines de incidir en el entorno11. Así, Cosgrove reconoce la relación
entre la divulgación de ciertas pinturas y fo-
tografías icónicas del Parque Yosemite con la
preocupación de preservar un ámbito presen-
10 Cosgrove busca asociar algunas conceptualizacio- tado como paradisíaco luego de finalizada la
nes específicas de Ricoeur en torno a los imagina-
rios con algunas cuestiones discutidas en la Geo- guerra civil. Hacia inicios del siglo XX el Par-
grafía cultural. Así el imaginario cósmico atribuye que Yosemite se constituye en el paradigma
la tierra la idea de madre fecunda y al aire la de de las políticas proteccionistas en el marco
libertad y espíritu. El imaginario onírico –unión de del aumento de la explotación del oro, de la
la psiquis y el cosmos– otorga poder imaginativo
deforestación y del sobrepastoreo y de la ex-
a términos como humedales, desiertos, bosques,
mares. Finalmente los imaginarios poéticos (basados pansión de la ciudad de San Francisco (Cos-
en los símbolos cósmicos y oníricos expresados a grove, 2008b: 1865-1866). En este contexto,
través del poder metafórico del lenguaje) asociados se constata una asociación entre los idearios
a la geografía imperial europea de fines del siglo nacionalistas y la preservación del mundo sil-
XIX y principios del XX han permitido crear los
imaginarios del “Este misterioso”, de “Africa Negra”, vestre. Del mismo modo, Cosgrove se intere-
de “los polos helados” y del carácter paradisíaco de
“las islas australes”. De la misma manera, las ideas
de ideología y utopía (entendidas como imagina-
rios con distintas implicancias políticas: la primera 11 Las interpretaciones de los imaginarios ambientales
como reafirmación de la autoridad y el orden social vehiculizados a través de distintas representaciones
y la segunda como la ruptura con dicho orden so- visuales, correspondientes a distintas coyunturas,
cial) pueden expresarse en la organización urbana y podría ser también objeto de críticas semejantes a
territorial de Estados Unidos. Mientras que el plano las que fue objeto el Orientalismo de Said. Cosgrove
de Washington sería expresión de la ideología fede- nos ofrece un único relato que orienta la lectura de
ralista, la organización del medio oeste en pequeños las imágenes. Seguramente estas lecturas pueden ser
municipios mostraría la utopía agraria jeffersoniana. múltiples, culturalmente diferenciadas y también
(Cosgrove, 1994). conflictivas entre sí.
60 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

sa por identificar los idearios difundidos por como “un organismo vulnerable” (Cosgrove,
el fotoperiodismo y por filmes respecto a las 2008a: 1874).
tormentas de polvo que tuvieron lugar en las
planicies estadounidenses hacia la década de Cosgrove encuentra una continuidad entre
1930. Estos dispositivos de visualización ofre- las representaciones del planeta obtenidas
cen una imagen apocalíptica del avance de en el marco de los proyectos espaciales de la
las nubes de polvo. Ellas aparecen arrasando National Aeronautics and Space Administra-
las áreas cultivada, provocando miseria y mi- tion (NASA) y aquellas que desde el siglo XV
gración. La fotografía y el cine contribuyeron muestran a la Tierra como un globo. Desde su
a representar los efectos de los intereses del punto de vista, se revitalizan las ideas sobre
capitalismo ajeno a las llanuras del Oeste y la unidad de la vida, sobre el íntimo vínculo
desconocedores de los imperativos y ritmos entre el cuerpo de la tierra y el cuerpo huma-
naturales. Así desde el discurso fílmico y foto- no y sobre la relación entre la individualidad
periodístico, frente a la codicia humana, la y la trascendencia concebidas como “el sue-
naturaleza aparecía tomándose su venganza. ño de la Cosmografía” (Cosgrove, 2006: 25).

Cosgrove se aproxima también a las imá- Al distanciarse de las propuestas que


genes y discursos que en la década de 1950 asocian imaginación con prácticas de domi-
presentan cierta preocupación en relación nación12 Cosgrove permite que la creatividad
al crecimiento urbano a expensas de la ocu- se despliegue a través de la imaginación. Pero
pación de tierras dedicadas a las actividades esta creatividad está permeada de ciertos
agrícolas y al ocio afectando las caracterís- valores individuales y colectivos. En este sen-
ticas estéticas de paisaje norteamericano. tido, Cosgrove busca alimentar un proyecto
Esta inquietud, que está presente aún en la disciplinar propio, que, siguiendo la línea de
actualidad, se apoya en la lectura de mapas trabajo definida por J. K. Wright, Hugh Prince
y fotografías áreas. Si bien en un principio o David Lowenthal se interesa por contribuir
estas representaciones visuales fueron leídas a defender intereses universales y humanita-
como la expansión del modelo de vivienda rios. La defensa de estos intereses no deja de
industrial fordista, posteriormente estos mis- poseer cierto contenido político. Como vimos
mos dispositivos visuales fueron interpretados David Harvey nos proponía imaginar los con-
como expresión del crecimiento suburbano ceptos de espacio y tiempo que desearíamos
que se imponía en la “naturaleza prístina y establecer en una sociedad que se pretenda
en la vida social de las familias norteamerica- “socialista y ecológicamente responsable”.
nas” (Cosgrove, 2008a: 1870) Del mismo modo Cosgrove estaría buscando
poner la imaginación geográfica al servicio de
Otras imágenes destacadas por Cosgrove la creatividad a los fines de construir, en tér-
son aquellas vinculadas a las pruebas nuclea- minos de Ricoeur, un mundo más habitable.
res llevadas adelante en las décadas de 1940
y 1950 en los “desiertos” del Oeste ameri-
cano y los atolones del Pacífico, concebidos Una primera exploración sobre
como espacios de “poca utilidad” (margina- el uso de la idea de imaginarios
les) para la “civilización”. Las fotografías de geográficos en los estudios de
revistas como Life o Newsweek o los noticie-
ros de cine y televisión representaron los test geografía histórica en
nucleares a través de fotos que retrataban el América del Sur
momento en que el hongo se elevaba en la
atmósfera provocando el efecto de lo sublime En términos generales, la Geografía histó-
en el espectador. En el marco de la guerra rica en América del Sur se abocó a la recons-
fría, estas imágenes expresaban el poderío trucción de los espacios pasados, tomando en
armamentístico de Estados Unidos. Este tipo
de prácticas (y las imágenes asociadas) serán
puestas en cuestión en la década de 1960 12 El interés por resaltar este tipo de valores lo lleva a
con la crítica ambientalista, que elegirá a las distanciarse de las propuestas que entienden las dis-
imágenes de la tierra enviadas por los pro- tintas representaciones del globo como expresión de
yectos lunares Apolo para mostrar al planeta los proyectos imperiales (Cosgrove, 2006).
LA GEOGRAFÍA HISTÓRICA, LA IMAGINACIÓN Y LOS IMAGINARIOS GEOGRÁFICOS 61

cuenta dinámicas de carácter ambiental (Cu- tintos funcionarios pasaron a ser objeto de in-
nill Grau, 2005), económico (Moraes 2000), terés en la medida que en ellos podían iden-
o técnico (Santos, 1978). Algunos de estos tra- tificarse los imaginarios geográficos respecto
bajos han sido orientados por las propuestas a las características ambientales y sociales de
anglosajonas clásicas (Difrieri, 1981; Randle, algunas áreas del continente. En este sentido,
1981), por las perspectivas de los geógrafos un particular interés ha despertado el proceso
franceses (Santos, 1978; Tovar, 1986) o por las de defi nición y difusión de los imaginarios
propuestas de historiadores políticos o econó- del desierto (Lois, 1999, Zusman, 2000), de la
micos contemporáneos (Abreu, 2006; Moraes, tropicalidad (Rojas López, 2007), del sertón
2000). Sin embargo, el énfasis otorgado a lo (Moraes, 2009) o de la Cordillera de los An-
material, apenas ofrece espacio para el trata- des como muralla (Hevilla, 2007). Los análi-
miento de las representaciones o imaginarios sis realizados demuestran que estos imagina-
asociados a esa geografía material. Así por rios geográficos han sido útiles a la hora de
ejemplo, los relatos de viaje fueron utilizados denominar y dominar áreas sometidas a otras
esencialmente para reconstruir los paisajes formas de organización política, económica
pretéritos (Rey Balmaceda, 1976) y no como y social (las de las poblaciones indígenas o
una forma de aproximarse a las ideas, fanta- campesinas). Homologados a los conceptos
sías o valores de una época y a sus efectos en de vacío, de tierras hostiles o infértiles, ellos
la configuración del entorno. promovieron la incorporación de estas áreas
a la lógica de los países en constitución, invi-
Algunos estudios de la Geografía Histórica sibilizando sus efectivos ocupantes. En algu-
en América del Sur, particularmente aquellos nos casos, estas imágenes mostraban algunas
orientados al análisis de los procesos de for- áreas con escasas condiciones, en términos
mación territorial13, hacia la década de 1990, ambientales, para ser incorporados a los mo-
han comenzado a trabajar la cuestión de los delos económicos vigentes. En muchos otros,
imaginarios. Si bien, este tipo de abordaje en como en la Puna Argentina, estos imaginarios
influyen y definen aún hoy la forma en que
los textos de Geografía Histórica merecerían
estas zonas son pensadas e incorporadas a
una investigación particular, nuestra primera
las economía nacionales o transnacionales,
aproximación nos lleva a observar que no son
desestimando las formas de vida de las pobla-
las perspectivas de los geógrafos anglosajo-
ciones locales (Benedetti, 2005; Castro, 2007;
nes que hemos abordado en la primera parte
Tomasi, 2010).
del artículo las que han influenciado en esta
forma de abordar la relación entre espacio y
Los trabajos han indagado también las
tiempo, sino que es esencialmente la pers-
ideas y sueños geográficos que acompañaron
pectiva de E. Said en torno a los imaginarios
la definición de los proyectos estatales nacio-
geográficos la que ha inspirado a los estudios
nales. Así, por ejemplo, la consolidación de
llevados adelante por geógrafos o por histo-
un proyecto de territorio moderno en Chile
riadores que desarrollan trabajos en conjunto
implicó el pasaje de un imaginario de país ho-
con geógrafos en la región. Se entiende que rizontal a vertical. La extensión del ferrocarril
existe una relación entre las valoraciones es- cumplió un papel clave en la consolidación
téticas, racionales y oníricas realizadas por las del proyecto de país vertical (Núñez, 2010). A
elites intelectuales y políticas y los proyectos su vez, el proceso de formación del territorio
políticos que modelan los territorios. argentino involucró el ideal agrario jefferso-
niano de formación de un país de pequeños
Particularmente las descripciones de agricultores, como puede observarse en el
viajeros o naturalistas o las memorias de dis- proyecto de país ideado por Domingo Faustino
Sarmiento pero que solo se efectivó en algunas
áreas de la provincia de Buenos Aires, de San-
13 Desde esta perspectiva interesa trabajar la génesis ta Fe o Entre Ríos (Zusman, 2006).
de conjuntos espaciales contemporáneos que, en el
pasado, no tenían necesariamente unidad e integra- El estudio de los procesos de incorpora-
ción. Además, la constitución territorial se entiende
vinculada a procesos de tipo político, económico y
ción de áreas bajo dominio indígena permite
cultural donde entran en juego distintos proyectos entender que, dentro de los proyectos esta-
en pugna (Ver Moraes, 2000). tales, la Patagonia, el Chaco, la Amazonia
62 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

y la Araucanía fueron imaginadas como la desconocido como a compartir con los otros
alteridad de la nación (Serjé, 2005). Desde las variadas experiencias respecto de los lu-
el punto de vista de Margarita Serjé , la pre- gares. Siguiendo la línea marcada por Wright,
sentación de estos ámbitos como los lugares David Lowenthal y Hugh Prince entendieron
de la inseguridad y el desorden, permitieron que esta sensibilidad involucraba los valores,
reservar al Estado-Nación los ideales de se- gustos y preferencias. En el desarrollo de esta
guridad y de orden (social y estético). A partir sensibilidad en relación al pasado y a sus pai-
de aquí se imaginaron políticas específi cas sajes estos geógrafos reconocían la influencia
como la organización de reservas indígenas, de expresiones artísticas como la literatura, la
los planes de colonización, los parques na- pintura o la arquitectura que, a su vez, ofre-
cionales y, más recientemente, los proyectos cían indicios sobre las miradas de época.
de carácter turístico (Osorio Machado, 1989;
Fortunato, 2011; Núñez, 1999; Navarro Flo- Desde la perspectiva de David Harvey
ria, 2007). la imaginación geográfi ca procuraba llenar
el hueco dejado por la ausencia de lo social
Reconocemos que la indagación realiza- en el estudio de las formas espaciales. La
da en torno a la relación entre imaginarios imaginación geográfi ca, puesta en práctica
y Geografía Histórica en la región es muy para aproximarnos al pasado, permitiría, por
inicial y que también el recorrido realizado un lado, entender las nociones de espacio y
hasta el momento por la Geografía Histórica tiempo que convivían y entraban en conflic-
local en la exploración de esta área de traba- to en una determinada época y, por el otro,
jo es aún incipiente. Un camino interesante comprender las luchas por la apropiación
para trabajar sería articular la relación entre espacial que se derivaban del choque entre
imaginarios geográficos hegemónicos e ima- estas nociones.
ginarios geográficos que negocian y resisten a
los primeros y que acaban reconfigurando la Ya en la década de 1990, los estudios de
geografía material. geografías poscoloniales procuraron incorpo-
rar al análisis las fuentes textuales, pictóricas,
fotográficas y literarias para comprender que
Conclusiones el proceso de dominación imperial en los
territorios de ultramar incluía dispositivos cul-
El recorrido realizado en torno al papel turales y que los imaginarios geográficos que
que distintos geógrafos anglosajones han ellos vehiculizaban permitían entender los
otorgado a la imaginación y a los imaginarios proyectos coloniales, sus silencios y fisuras.
geográficos en el entendimiento de las geo- En términos de Derek Gregory, los espacios
grafías (materiales y simbólicas) del pasado, coloniales se mostraban múltiples, ambiva-
nos lleva a recuperar las ideas que García lentes e inestables.
Canclini nos ofrece sobre su relevancia so-
cial. Parafraseando a este sociólogo cultural, A su vez, la propuesta de Cosgrove pre-
parecería que las geografías imaginarias tendía llenar el vacío derivado de la descons-
vendrían a complementar, ocupar fracturas trucción de la representación visual como fiel
o los huecos de lo que sí podemos conocer. retrato de la realidad y, siguiendo la herencia
En este sentido, las primeras búsquedas por humanista, buscaba abordar las ideas y va-
incorporar la imaginación y los imaginarios lores de época que creaban y recreaban los
en la Geografía fueron orientadas por un significados que se otorgaban a las distintas
interés por trabajar aquello que hasta enton- representaciones de la superficie terrestre,
ces la disciplina no se había interesado por sean estas de los paisajes o de la tierra en su
conocer cómo era el componente cultural en totalidad.
la definición de las relaciones con el entor-
no. La postura fenomenológica representada Hemos también presentado algunas líneas
por la perspectiva de John K. Wright enten- de trabajo que se están llevando adelante en
día a la imaginación geográfica como una la Geografía Histórica en América del Sur en
sensibilidad estética frente al “estímulo de las que los imaginarios parecerían ser los por-
las montañas, desiertos o ciudades” (Wright, tadores de los idearios culturales de las elites
1977: 178) que ayudaba tanto a conocer lo locales en la búsqueda por organizar los te-
LA GEOGRAFÍA HISTÓRICA, LA IMAGINACIÓN Y LOS IMAGINARIOS GEOGRÁFICOS 63

rritorios de los estados nacionales siguiendo CERAROLS, R. L’imaginari colonial espan-


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o norteamericanas. Además de indagar so- viatges (1859-1936). Barcelona: Universidad
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caminos por recorrer, quedaría también por
analizar si, detrás de estas lecturas del pasado COSGROVE, D. Social formation and
realizadas en el Cono Sur, también se hacen symbolic landscape. Londres y Sidney: Croom
presentes o podrían perfilarse, como se obser- Helm, 1984.
va en las propuestas de David Harvey o De-
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