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El Alma y el Espíritu en la Biblia

A través de toda la historia humana, el hombre ha bregado por


encontrar la respuesta a cualquier número de preguntas importantes
(con frecuencia difíciles) que tienen que ver con su origen, existencia,
naturaleza y destino.  Interrogantes tales como “¿De dónde vengo?”,
“¿Por qué estoy aquí?”, y “¿A dónde voy?”, periódicamente nos intrigan
y cautivan.  Pistas asegurando la exacta composición de la criatura
conocida popularmente como Homo sapiens siempre ha sido una de las
búsquedas más agudas del intelecto humano.  Y a lo largo del camino,
quizás ningún tema nos ha intrigado o despertado nuestro interés, tanto
como el que pertenece al origen, naturaleza y destino del alma.
Considere, si lo desea, el concepto del alma y los asuntos que saltan de
ella.  ¿Cuál es la definición de alma?  Si el alma realmente existe, ¿cuál
es su origen?  ¿Los humanos poseen un alma? ¿Los animales?  Si en
realidad existe el alma, ¿son puramente temporales – de este modo
viviendo mientras exista nuestra naturaleza corpórea?  O ¿es inmortal –
sobreviviendo a la muerte del cuerpo físico?  ¿Cuál es la diferencia, si
hay alguna, entre el “alma” y el “espíritu”  ¿Cuál es el destino final de
alma?  Y ¿qué parte juega el alma en la declaración bíblica de que el
hombre y la mujer fueron creados “a imagen de Dios” (Gén. 1:27)? 
Estas son el tipo de cuestiones que quisiera investigar en este libro.
El tema del alma  – incluyendo su origen, naturaleza y destino – ha sido
controversial desde hace mucho.  Algunas personas creen que no hay
tal cosa como un alma.  Ciertos individuos defienden la posición de que
solamente los humanos poseen un alma, pero que deja de existir a la
muerte del cuerpo.  Otros buscan defender que los humanos y los
animales poseen un alma, y que esas almas mueren de igual manera
cuando muere el cuerpo físico.  Aún otros están convencidos de que los
animales y los humanos poseen un alma inmortal.  Y finalmente, hay
aquellos que han concluido que los humanos poseen un alma inmortal,
pero no los animales.  Entonces, ¿cuál es la verdad del asunto?
Obviamente la ciencia no puede proveer las respuestas a tales
preguntas, porque la vida está más allá del alcance del método
científico.  En cualquier momento que preguntas de importancia
espiritual estén bajo consideración – como cuando se discute la
existencia, origen, naturaleza, y destino del alma – la única fuente
confiable de información debe por necesidad ser Aquel que es el
Originador y Sustentador del alma.  Dios, como Creador de todas las
cosas físicas y espirituales (Gén. 1:1 y Sigs., Ex. 20:11), y El mismo
siendo un Ser Espiritual (Jn. 4:24), es el origen (o fuente) final del
alma.  Entonces, la Biblia como la Palabra inspirada de Dios (2 Tim.
3:16-17; 2 Ped. 1:20-21), debe permanecer como la autoridad
preeminente sobre este tema.  Hace mucho tiempo el Salmista
escribió:“La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu
justicia”(119:160).  Hablando como un miembro de la Deidad, Cristo
dijo:  “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Jn. 17:17).
Si vamos a conocer la verdad acerca del alma – debemos examinar esa
Palabra de una manera profunda y estar preparados para aceptar lo que
dice.  Solamente entonces podremos obtener las respuestas a las
muchas preguntas sobre este vital tema que nos ha intrigado y asediado
a través de los milenios.
Definición del Alma
Si usted y yo estuviéramos en medio de una conversación y mencionara
la palabra “banano”, probablemente no tendría ninguna dificultad en
entender lo que quiero decir.  Su procesamiento mental inmediatamente
traerá a la memoria una fruta larga – con una cubierta exterior amarilla
y un color beige suave, con un cuerpo interior suave – que crece en los
árboles y es útil como alimento para los humanos y los animales.  Pero
si le pidiera que definiera el término “florete”, sin ver la palabra en el
contexto posiblemente usted no podría saber lo que quiero decir.  Podría
estarme refiriendo a:  (1) un sustantivo usado para definir una espada
de esgrima; (2) un sustantivo que indica un metal delgado, brillante
usado por los cocineros en las cocinas de todo el mundo; o (3) un verbo
usado como sinónimo para “derrota”.  Sin embargo, si dijera, “He
cubierto el pavo con florete antes de colocarlo en el horno”, usted sabría
inmediatamente que tenía en mente.
Lo mismo es verdad de la definición de la palabra “alma”.  Desprovista
de su contexto, es difícil, si no imposible, definirla con precisión. 
Hablando de la posición ventajosa de un erudito del idioma que había
estudiado hebreo y griego durante casi sesenta años, el difunto Guy N.
Woods sugirió una vez que “... no hay una respuesta adecuada y fácil a
la pregunta, ‘¿Qué es el alma?’” (1980, 122[6]:163).  ¿Por qué es este
el caso?  Primero, la palabra “alma” en el uso moderno del Español está
representada por varias palabras en los idiomas hebreo y griego en que
originalmente fue escrita la Biblia.  Segundo, esas palabras hebreas y
griegas pueden tener un número de significados diferentes en sus
contextos originales.  Robert Morey ha comentado:
Estos términos no son palabras técnicas en el sentido de que tienen un
significado consistente a través de las Escrituras.  Despliegan unidad y
diversidad  porque a veces son sinónimas cuando se refieren al lado
inmaterial del hombre, y en otras ocasiones, se refieren a diferentes
funciones o formas de relación.  Es obvio que no deberíamos imponer
las pautas de consistencia y precisión lingüística del siglo veinte a un
libro que fue escrito hace miles de años ... (1984, Pág. 44).
Tercero, debe ser considerado el asunto de la naturaleza progresiva de
la revelación de Dios al hombre.  Aunque es totalmente cierto que el
Señor posee una naturaleza constante, incambiable (Mal. 3:5; Stg.
1:17), Su revelación de esa naturaleza y Su voluntad por la humanidad
fue un proceso progresivo que fue adaptado al hombre a medida que
maduraba espiritualmente a través de los siglos.  Esto explica por qué,
en el curso de la historia humana, algunas veces Dios toleró en el
hombre actitudes y acciones que eran menos que lo que se proponía el
ideal divino.  Esto, por supuesto, no significa que el Santo Dios vacile en
Su ética o moralidad; más bien significa sencillamente que a causa de
Su amor infinito – El trata gentil y misericordemente al hombre en el
estado particular de madurez espiritual en que lo encontró en aquel
entonces (cfr. Hch. 14:15-16 y 17:30-31).  A medida que Dios revelaba
progresivamente más y más de Su naturaleza y voluntad, lo hizo así en
una forma y términos que se ajusten a la ocasión.  Al dirigirse al fracaso
de algunos en comprender y apreciar la importancia de este concepto,
Morey comentó por tanto, de ciertas palabras,
... se puede tener una docena de significados distintos, dependiendo del
contexto y la naturaleza progresiva de la revelación.  El fracaso en evitar
las definiciones reduccionistas y simplistas, está basado en la conjetura
solapada de que una vez que es descubierto el significado de una
palabra en un solo pasaje, este mismo significado debe prevalecer en
todas las otras apariciones de la palabra ... La oposición a la idea de que
lo que alma significaba para Moisés no era probablemente lo que
significaba para David o Pablo está basada en la conjetura inconsciente
de aquellos para quienes la Biblia  es un libro escrito de una vez.   De
esta manera a medida que nos acerquemos al término bíblico que
describe el lado inmaterial del hombre, no intentemos desarrollar una
definición artificial basada en la absolutes del significado de una palabra
en un solo pasaje sino reconociendo que un acercamiento contextual
revelará un amplio rango de significados (Págs. 44-45).
La palabra “alma” ciertamente se dá el lujo de “una gran variedad de
significados”.  Para entender estos significados, es necesario examinar
cómo es empleada la palabra dentro de los varios contextos en la
Escritura donde aparece.
Uso de la Palabra “Alma” en las Escrituras
La palabra para “alma” en la Biblia (Hebreo nephesh [de naphash,
aliento]; Griegopsuche) es usada en al menos cuatro formas diferentes
(véase Ardnt & Gingrich, 1957, Pág. 901-902; Thayer, 1958, Pág.
677).  Primero, el término es empleado simplemente como sinónimo
para persona.  Moisés escribió:  “Todas
laspersonas [almas (nephesh) – RV1865; RV2000; VM; Septuaginta;
T. Amat] que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en
Egipto” (Ex. 1:5; cfr. Dt. 10:22).  En asuntos legales, la palabra alma a
menudo era usada designar a unindividuo.  El Señor dijo a
Moisés: “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuandoalguna
persona [nephesh] pecare por yerro en alguno de los mandamientos
de Jehová sobre cosas que no se han de hacer, ...” (Lev. 4:2; cfr.
Septuaginta).  Cuando Jacob estaba hablando de él mismo en Gén.
49:6, usó la expresión, “mi alma” (nephesh)  – que significa “yo” (cfr.
DHH; NVI; T. Amat).  Números 9:6 registra que “Pero hubo algunos
que estaban inmundos a causa de muerto[nephesh meth – (“persona
muerta” – LBLA; “alma de hombre” – Septuaginta)], y no pudieron
celebrar la pascua aquel día; ...” (cfr. Núm. 6:6 y Ec. 9:5).  En el Nuevo
Testamento, la palabra psuche es empleada de la misma manera.  En
Hch. 2:41, Lucas registra que “Así que, los que recibieron su palabra
fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres
mil personas [almas – psuchai– BJ; LBLA; NC; Septuaginta; VM]”.  
En la primera carta de Pedro, cuando se dirigió al tema del diluvio del
Génesis se refirió al hecho de que “... en la cual
pocas personas [psuchai – almas (Septuaginta, VM), es decir, ocho,
fueron salvadas por agua” (3:20).  En cada uno de estos casos,
personas reales – individual o colectivamente – estaban bajo discusión.
Segundo, la palabra alma es usada para indicar la forma de vida que
posee el hombre en común con los animales y que deja de existir en la
muerte.  En su ampliamente usado Léxico Hebreo-Inglés del Antiguo
Testamento, Brown, Driver y Briggs comentaron que nephesh a menudo
es usada para significar “principio de vida” (1907, Pág. 659).  Al cubrir
el uso de la palabra “alma” en tales pasajes como Génesis 2:7 y 1:20,
Woods escribió:
... la palabra alma del Hebreo nephesh aparece, por vez primera en los
escritos sagrados, en Gén. 1:20 [“alma” - cfr. VM; Septuaginta; SSE],
donde es asignada a los peces, las aves, y a todo lo que se arrastra. 
(Véase también otro uso similar en Gén. 1:30 [“alma” - cfr. VM],). 
Como es usada de esta manera, es claro que alma en estos pasajes no
se refiere a algo peculiar a la constitución del hombre.  Significa, como
lo indica su uso, y lo afirman los léxicos, a cualquier criatura que
respira, en todas estas primeras apariciones en el libro del Génesis.  No
es correcto concluir que la frase aliento de vida en la declaración de
Moisés (“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”  –
2:7), resuma o fuera designada para indicar toda la constitución del
hombre.  La palabra “vida” aquí es, en el texto hebreo, plural,
literalmente aliento de vidas (nishmath khay-yim).  Aparece de manera
similar, en otros tres lugares en los primeros capítulos de Génesis
(6:17; 7:15; 7:22).  En el primero de estos la frase es ruach khay yim;
en el segundo lo mismo; en la tercera, nishmath ruach khay-yim, y de
entre los cuatro casos donde la frase, espíritu de vida, aparece en
nuestra traducción, en los tres últimos es aplicada a las bestias, las
aves, y a todo lo que se arrastra.  Por tanto, se sigue que la frase
“aliento (o espíritu) de vida” no determina algo peculiar al hombre.  Y en
vista del hecho de que la palabra “alma”, del hebreo nephesh,
igualmente se extiende para incluir al mundo animal, las aves y todo lo
que se arrastra, no puede ser limitado propiamente al hombre ... (1985,
127 [22]: 691).
En Génesis 1:20,24 y 30 [“alma” - cfr. VM; Septuaginta; SSE], Dios
habló delnephesh hayyah – literalmente “almas respiradoras” o “vidas
respiradoras” (a menudo traducida como “criaturas vivientes” o “vida” –
cfr. Lev. 11:10; gramáticalmente la frase es singular pero lleva un
significado plural).  El escritor de Proverbios declaró con respecto a los
animales:  “ El justo cuida de la vida(nephesh) de su bestia; mas el
corazón de los impíos es cruel” (12:10).  Por consiguiente el erudito
hebreo Hugo McCord comentó:
Entonces los traductores comprendieron que el significado primario
denephesh es “aliento”, y por eso Génesis 1:20,24,30 y Génesis 2:7
(cfr. RV2000; Septuaginta; SSE; VM), todos se integran en el
entendimiento de Moisés como diciendo que todos los animales y el
hombre también son respiradores.  Respiradores, unido a hayyah,
“viviente”, los traductores pensaron que estaría bien traducida, en el
caso de los animales, como “criaturas vivientes”, y en el caso del
hombre como un “ser viviente” (1995, 23[1]:87-88).
En Exodo 21:23, Moisés mandó:  “Mas si hubiere muerte, entonces
pagarás vida(nephesh) por vida (nephesh)” [Cfr. RV1865;
Septuaginta].  Más tarde escribió“Porque la vida (nephesh) de la carne
en la sangre está, ...” (Lev. 17:11,14 – Cfr. BL95; RV1865; RV2000;
Septuaginta; SSE).  A menudo es dicho que la sangre es la sede de la
vida porque cuando la sangre es derramada, ocurre la muerte (cfr. Dt.
12:23 – RV2000; SSE; T. Amat).  Al hablar de la retribución de Dios
sobre los Egipcios durante el tiempo del Exodo, el salmista escribió: 
“Dispuso camino a su furor; no eximió la vida [almas – nephesh – BJ;
LBLA; RV2000; VM] de ellos de la muerte, sino que entregó su vida a la
mortandad” (78:50).  En este caso particular,  las almas egipcias
representaban su vida física y nada más.  Ezequiel comentó más
tarde:  “El alma (nephesh) que pecare, esa morirá ...” (18:20).
En el Nuevo Testamento, el principio es el mismo.  Cristo advirtió con
respecto a los humanos:  “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra
vida (psuche), qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, ...” (Mat. 6:25 – cfr. Scío, Septuaginta).  Dios le dijo a
José:  “Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel,
porque los que atentaban contra la vida del niño (psuche) han
muerto” (Mat. 2:20 – LBLA; cfr. Septuaginta).  En el libro del
Apocalipsis, Juan hablo del hecho de que “Y murió la tercera parte de
los seres que estaban en el mar y que tenían vida (psuchas); y la
tercera parte de los barcos fue destruida” (8:9 – LBLA; Septuaginta; cfr.
16:3, psuche; BJ; RV1865; RV2000; Septuaginta; SSE; VM). A muchos
seguidores de Cristo se les dijo que tenían que arriesgar sus vidas
(psuches) por el Señor (Mat. 16:25 – cfr. Scío, Septuaginta).  En
Hechos 15:25-26, Lucas registra que Bernabé y Pablo eran“hombres
que han expuesto su vida (psuchas) por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo”, (Cfr. Septuaginta).  Muy al principio, Juan registró a Pedro
diciendo al Señor:  “... Mi vida (psuchen) pondré por ti” (Jn. 13:37-38;
cfr. RV2000; Scío; Septuaginta, SSE).  En Filipenses 2:25 y Sigs., Pablo
habló de “25...  Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de
milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis
necesidades; ... 30porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la
muerte, exponiendo su vida (psuche) para suplir lo que faltaba en
vuestro servicio por mí” (cfr. Septuaginta).  Y en Lucas 14:26, una de
las condiciones del discipulado era aborrecer su propia vida (psuche)
[cfr. Septuaginta), – eso es, estar deseando negarse uno mismo hasta
el punto de perder la vida de uno por Cristo (cfr. Luc. 9:23; Ap. 12:11).
Tercero, la idea del alma es usada para referirse a las variadas
emociones o pensamientos internos de un hombre — una circunstancia
que explica por quénephesh es traducida “corazón” (15 veces) o
“mente” (15 veces) en el Antiguo Testamento y por qué psuche es
traducida como “corazón” (1 vez) y “mente” (3 veces) en el Nuevo.  El
hombre fue llamado para amar a Dios con todo su corazón y con toda su
alma (nephesh; Dt. 13:3b).  Es dicho que el alma (nephesh) llora (Job
30:16;  Sal. 119:28 – cfr. BJ; LBLA; RVA) y debe ser ejercitada en la
paciencia (Job 6:7-11).  Del alma (nephesh) se origina el conocimiento y
el entendimiento (Sal. 139:14), ama (1 Sam. 18:1 – cfr. BJ), y se abate
(Lam. 3:20).  En Su discusión con un intérprete de la ley, Jesús
dijo:  “... Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma (psuche), y con toda tu mente” (Mat. 22:37).  En Hch. 4:32,
Lucas registra cómo en una ocasión, “... la multitud de los que habían
creído era de un corazón y un alma (psuche); y ninguno decía ser suyo
propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en
común” (cfr. T.Amat; BL95; BLS).  De una forma similar, “alma”
también es usada para referirse a la naturaleza física, inferior, de la
humanidad.  En su primera carta a los cristianos en Corinto, Pablo
escribió que “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu
de Dios” (1 Cor. 2:14).  El hablar de la intención específica de este
pasaje, Woods comentó que la frase “hombre natural” es literalmente ...
en vista de que el adjetivo “natural” [psuchikos] traduce una forma de la
palabra griega para alma, la cual puede ser expresada en Español como
física.  De esta manera, este uso es apoyado por la etimología y
requerida por el contexto.  Véase, especialmente, la enseñanza de Pablo
en 1 Cor. 1:18-28 y 2:6-16 (1980, 122[a]:163).
Cuarto, la palabra alma es usada en las Escrituras para designar la
porción de una persona que es inmortal y de esta manera nunca
muere.  Tan al principio como el libro del Génesis, la Biblia fija tal
concepto.  Por ejemplo, comentando sobre la muerte prematura de
Raquel en el nacimiento de su hijo, Moisés escribió:  “Y aconteció que al
salírsele el alma [nephesh) (pues murió), llamó su nombre Benoni;
mas su padre lo llamó Benjamín” (Gén. 35:18).  En una ocasión
mientras el profeta Elías estaba en la casa de una viuda en la ciudad de
Sarepta, el hijo de la mujer cayó enfermo y finalmente murió.  Pero el
pasaje indica que Elías “... clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te
ruego que hagas volver el alma(nephesh) de este niño a él” (1 Rey.
17:21).  Cuando el salmista oró a Jehová por perdón, clamó: “...
Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma (nephesh), porque
contra ti he pecado” (41:4).  En su discusión del destino final de
aquellos que se atreven a confiar en las riquezas terrenales antes que
en el poder supremo del Dios del cielo, el salmista lamentó que tales
personas eran “12... semejante a las bestias que perecen ... 15Pero
Dios redimirá mi vida (nephesh) del poder del Seol, porque él me
tomará consigo” (49:12,15 – cfr. BJ; LBLA).
Muchos años después, Cristo advirtió a Sus discípulos:  “Y no temáis a
los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más
bien a aquel que puede destruir el alma (psuche) y el cuerpo en el
infierno” (Mat. 10:28).  Durante Su discusión con los Saduceos en Mateo
22, el Señor citó de Exodo 3:6 donde Dios dijo a Moisés:  “Yo soy el
Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob”. 
Cristo entonces tuvo la intención de declarar (22:32):“... Dios no es
Dios de muertos, sino de vivos” – una realidad que los oponentes de los
Saduceos, los Fariseos, ya aceptaban como verdad (cfr. Hch. 23:8).  Sin
embargo, cuando Dios habló con Moisés (aproximadamente en el 1446
A.C.) acerca de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, esos tres
hombres habían estado muertos en sus tumbas durante literalmente
cientos de años.
En vista de las propias palabras de Cristo sabemos que “Dios no es Dios
de muertos, sino de vivos”, el punto es obvio.  Abraham, Isaac y Jacob
aún deben haber estado vivos.  ¿Pero cómo?  Por supuesto, la solución
al aparente problema, reposa en el hecho de que mientras sus cuerpos
habían muerto, sus almas inmortales no.  Cuando al apóstol Juan le fue
permitido mirar dentro del libro “sellado con siete sellos” (Ap. 5:1),
vio “... vi bajo el altar las almas (psuchas)de los que habían sido
muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que
tenían” (Ap. 6:9).  Cada uno de estos pasajes es instructivo del hecho
de que hay dentro del hombre un alma que nunca muere.
“¿Cuál es la diferencia entre el alma y el espíritu del hombre?”, Guy N.
Woods contestó como sigue:
Aunque es característico de la mayoría de las personas hoy día usar
estos términos intercambiablemente, las Escrituras los diferencian muy
definidamente.  “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más
cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y
el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y
las intenciones del corazón” (Heb. 4:12).  En vista de que los escritores
sagrados posibilitaron “partir el alma y el espíritu”, en aquellos casos
donde son diferentes, así también debemos nosotros si vamos a sopesar
los conceptos bíblicos de estas palabras.
La palabra “espíritu” cuando indica el ente humano (de la palabra
griega pneuma), es un término específico y designa esa parte de
nosotros que no es susceptible a la muerte y que sobrevive a la
disolución del cuerpo (Hch. 7:59).  Es infundida en nosotros
directamente de Dios y no es producto de la generación humana (Heb.
12:9).  Sin embargo “alma”, de la palabra griega psuche, es una palabra
genérica y su significado debe ser determinado, en cualquier dado caso,
del contexto en que aparece (1980, 122[6]:163).
En mi discusión anterior sobre el uso de la palabra “alma” en las
Escrituras, examiné las varias formas en que son empleados los
términos hebreos y griegos para alma.  Ahora quisiera examinar las
varias formas en que son empleados los términos hebreos y griegos
para “espíritu” dentro del texto sagrado.
El término hebreo para “espíritu” es ruach (de rawah, respirar).  En
su Léxico Hebreo e Inglés del Antiguo Testamento, Brown, Driver y Brigs
observaron queruach tiene nueve significados diferentes, dependiendo
del contexto específico. Ruach puede referirse a (1) el Espíritu Santo;
(2) a los ángeles, buenos y malos; (3) el principio de la vida encontrado
dentro del hombre y los animales; (4) los espíritus sin cuerpo; (5) al
aliento; (6) el viento; (7) la disposición o la actitud; (8) el asiento de las
emociones; y (9) el asiento de la mente y la voluntad en los hombres
(1907; Págs. 924-925).
La palabra ruach, como nephesh, tiene una gran variedad de
significados.  Primero, parece haberse referido originalmente al viento,
que era observado como siendo invisible e inmaterial (Gén. 8:1). 
Segundo, en vista de que Dios es invisible e inmaterial como el viento,
El es descrito como “espíritu” (Isa. 63:10).  Tercero, puesto que los
ángeles de Dios son invisibles e inmateriales, son llamados
“espíritus” (Sal. 104:4 -- SSE; cfr. Heb. 1:14 – NVI; DHH).  Cuarto,
dado que el principio de vida que anima al hombre y a los animales es
invisible e inmaterial, también es llamado “espíritu” (Gén. 7:22-23).  En
este sentido era observado como el “aliento” de vida que parte al morir. 
Quinto, en vista de que el hombre tiene un yo o alma inmaterial e
invisible que trasciende al principio de la vida por su propia conciencia,
mente o corazón del hombre, es llamado su “espíritu” (Sal. 77:6; Pr.
29:11 – SSE).  El lado invisible del hombre que es llamado “espíritu” no
puede ser reducido al simple principio de la vida física o al aliento del
cuerpo porque el yo del hombre que trasciende es contrastado con esas
cosas en lugares tales como Isa. 42:5.  También, la conciencia del
hombre como una percepción del yo interior  obviamente trasciende al
principio de vida que opera en los animales.  En la muerte, este yo
interior trascendente o mente separada del cuerpo es llamado un
“espíritu” o un “fantasma” (Job 4:15).  Esto es paralelo arephaim o
espíritu separado del cuerpo  (Job 26:5 – PDT; RV1989).  De esta
manera en la muerte, aunque el principio de vida o aliento de vida deja
de existir en el hombre o animales, el yo superior o espíritu del hombre
asciende en la muerte a la presencia de Dios (Sal. 31:5; Ec. 12:7) ...
Sexto, puesto que las actitudes y disposiciones tales como el orgullo, la
humildad, el gozo, o la tristeza son invisibles e inmateriales, son
descritas como siendo el “espíritu” de alguien (Pr. 11:13; 16:18).  El
Espíritu Santo es descrito como los “siete espíritus” en el sentido de que
dá a las personas disposición, actitud, o espíritu de sabiduría,
inteligencia, consejo, poder, conocimiento, temor y santidad (Isa. 11:2;
cfr. Rom. 1:4; Ap. 3:1) [Morey, Págs. 52-53].
El término griego para “espíritu” es pneuma (de pneo, respirar).  En
su Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento y Otra Literatura
Cristiana Primitiva, los eruditos Arndt & Gingrich observaron
que pneuma tiene siete significados diferentes, dependiendo del
contexto específico.  Pneuma puede referirse a:  (1) el viento o aire; (2)
lo que da vida al cuerpo; (3) las almas separadas del cuerpo; (4) la
personalidad humana o el yo interior que es el centro de la emoción, el
intelecto, y la voluntad; (5) un estado o disposición de la mente; (6) un
ser independiente; inmaterial tal como Dios y los ángeles; y (7) como
Dios – como en el Espíritu Santo de Dios, el espíritu de Cristo, etc.
(1957; Págs. 680-685).  En suLéxico Griego-Inglés del Nuevo
Testamento, Thayer proporciona cinco definiciones para pneuma (1968,
Págs. 520-524).
La palabra pneuma en sus varias formas se encuentra 406 veces en el
Nuevo Testamento ... Primero, los escritores del Nuevo Testamento
siguieron el grupo anterior por los traductores de la Septuaginta por
medio de usar las palabras griegas para viento tal como animas en lugar
de pneuma.  El único caso dondepneuma se refiere de modo definitivo al
viento es en Juan 3:8 donde hay un juego poético sobre el movimiento
soberano del Espíritu divino y el viento.  Segundo,pneuma se refiere al
principio de la vida que anima al cuerpo.  Este es en realidad un uso
muy raro en el Nuevo Testamento.  Por ejemplo, el falso profeta que
acompañó al Anticristo en los últimos días hace que un ídolo “viva” (Ap.
13:15).  Tercero, pneuma es usado para describir la naturaleza
inmaterial de Dios y los ángeles (Jn. 4:24; Heb. 1:14).  Cristo definió un
“espíritu” o “fantasma” como un ser inmaterial (Luc. 24:39). 
Cuarto, pneuma se refiere a la actitud que caracteriza a una persona, tal
como el orgullo, la humildad, etc. (1 Ped. 3:4).  Quinto, pneuma es
usado para describir el espíritu o alma del hombre separado del cuerpo
después de la muerte (Mat. 27:50; Luc. 24:37,39; Jn. 19:30; Hch.
7:59; Heb. 12:23; 1 Ped. 3:19) ... Sexto, el yo interior trascendente del
hombre, también es llamado pneuma a causa de su naturaleza
inmaterial e invisible (1 Cor. 2:11).  Es descrito como el centro de las
emociones, intelecto y voluntad del hombre (Mr. 8:12; 2:8; Mat.
26:41).  En vista de que el pneuma del hombre trasciende a su mera
vida física, es contrastado frecuentemente con su cuerpo, o carne (Mat.
26:41; Mr. 14:38; Luc. 24:39; Jn. 3:6; 6:63; 1 Cor. 5:5; 7:34; 2 Cor.
7:1; Gál. 5:17; 6:8-9; Stg. 2:26).  Es el pneuma del hombre lo que
asciende a Dios en la muerte (Hch. 7:59) [Morey, Págs. 61-62].
En vista de que ruach y pneuma se derivan ambos de raíces significando “respirar”, no debería sorprender
que en ocasiones sean usados sinónimamente, como lo documenta la información en la Tabla 1.
Escribiendo en la International Standar Bible Encyclopedia acerca de las
similitudes y diferencias entre las palabras nephesh y ruach del Antiguo
Testamento en comparación con su contraparte psuche y pneuma en el
Nuevo Testamento, J.I. Marais comentó:
En el NT psuche aparece más o menos bajo condiciones similares como
en el AT.  El contraste aquí es mantenido tan cuidadosamente como
allí.  Es usado donde pneuma estaría fuera de lugar; y aún así a veces
parece estar empleado donde pneuma podría haber sido substituido.  De
esta manera, en Jn. 19:30 leemos que Jesús entregó Su pneuma al
Padre, y en el mismo evangelio (Jn. 10:15), “Jesús puso Su psuche por
las ovejas”, y en Mat. 20:28 dio Su psuche (no Su pneuma) como
rescate ... (1956, 5:2838).
Aunque el “espíritu” (pneuma) es reconocido como una posesión
individual del hombre (eso es, eso que distingue a un hombre de otro y
de la naturaleza inanimada), en ocasiones lo mismo puede ser dicho del
alma (psuche; Mat. 10:28 y Ap. 6:9-11).  El pneuma de Cristo fue
entregado al Padre en la muerte; Supsuche fue entregada, Su vida
individual fue dada; “en rescate por muchos”.  Su vida “fue dada por las
ovejas”.  En Hechos 2:27, Lucas citó el Salmo 16:10 con respecto a la
muerte física de Cristo:  “Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni
permitirás que tu Santo vea corrupción”.  La palabra que Lucas usó para
“alma” espsuche, que es empleada aquí no solo como la contraparte
griega para la hebreanephesh, significando cuerpo, sino representando
especificamente un nephesh meth – un cuerpo muerto (cfr. Núm. 6:6;
9.6; y Ec. 9:5).  De esta manera, el cuerpo de Cristo no fue abandonado
en el hades.
Hades es usado en las Escrituras para referirse al menos a tres lugares
diferentes:  (a) la morada general de los espíritus de los muertos, sean
buenos o malos (Ap. 1:18; 6:8; 20:13-14); (b) un lugar temporal de
castigo para los impíos que han muerto (Luc. 16:23; Ap. 20:13); y (c) el
sepulcro (1 Cor. 15:55; cfr. Hch. 2:27).  En el Salmo 16:10 (el pasaje
citado por Lucas en Hch. 2:27), el escritor declaró:  “Porque no dejarás
mi alma en el Seol,  ...”  En el Antiguo Testamento, seol también es
usado para referirse a tres lugares diferentes:  (a) la morada no vista
para los espíritus de los muertos (Job 14:13-15; Ez. 26:20; Jonás 2:2);
(b) un lugar de castigo temporal para los impíos muertos (Sal. 9:17); y
(c) el sepulcro (Davidson, 1970, Pág. 694; Harrist, et al., 1980, 2:892;
cfr. Núm. 16:30-37 donde la conclusión de la rebelión de Coré [y
aquellos simpatizantes con ellos] contra Moisés es descrita con estas
palabras:  “31Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas
palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. 32Abrió la tierra
su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y
a todos sus bienes. 33Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos
al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la
congregación”).  En Hch. 2:27 (hades) y en el Salmo 16:10 (seol), el
contexto parece requerir el último uso — eso es, el sepulcro.  De esta
manera, David y Lucas estaban indicando (para parafrasear):  “No
dejarás mi cuerpo en el sepulcro, ni permitirás que tu Santo vea
corrupción”.  Efectivamente, solo cuatro versículos después, el escritor
inspirado se refirió a la declaración de David, y comentó que “viéndolo
antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en
el Hades, ni su carne vio corrupción” (Hch. 2:31).
Refiriéndose a la muerte del cuerpo físico, Salomón escribió que “los que
viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ...” (Ec.
9:5).  El salmista habló del mismo punto cuando escribió:  “No alabarán
los muertos a JAH, ni cuantos descienden al silencio” (Sal. 115:17) y
“Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus
pensamientos” (146:4).  Cuando Cristo entregó Su alma/vida (psuche;
cfr. nephesh, Sal. 16:10), Su cuerpo muerto fue dirigido al sepulcro y
por tanto estaba en la condición en que “no podía saber nada” ni “alabar
a Jehová”.  [El espíritu (pneuma) que había desocupado el cuerpo
estaba vivo y bien en el Paraíso (Griego, paradeisos, Luc. 23:43).  Pablo
se dirigió a este principio cuando dijo de  los discípulos de Cristo “pero
confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al
Señor” (2 Cor. 5:8; cfr. 1 Tes. 4:14).  Woods comentó:
Muerte, mortalidad, corruptibilidad, decaimiento, destrucción nunca es
afirmado del espíritu.  En la naturaleza del caso, es imposible para un
espíritu morir.  Las escrituras afirman la inmortalidad de los ángeles; y
los ángeles no mueren porque sean ángeles, sino porque son espíritus
(1985, 127[22]:692).
No obstante, también es imposible para un alma morir (Mat. 10:28; Ap.
6:9-11).
Sin embargo, como lo ilustra Hebreos 4:12, hay veces cuando las
palabras espíritu y alma no son usadas sinonimamente.  Algunas veces
la palabra espíritu se refiere al viento o al aire (Gén. 3:8; 8:1; Jn. 3:8);
la palabra alma no.  De vez en cuando la palabra espíritu se refiere a los
demonios (Mr. 5:2; Luc. 9:39); la palabra alma no.  De cuando en
cuando la palabra alma se refiere al hombre interno y externo (por ej.,
toda una persona; Ex. 1:5; Ez. 18:20; Hch. 2:41; Rom. 13:1); la
palabra espíritu no.  Algunas veces la palabra alma se refiere a un
cuerpo muerto (Núm. 5:2; 6:6; Sal. 16:10; Hch. 2:27); la palabra
espíritu no.  La palabra alma en una ocasión se refiere a un olor,
fragancia, o perfume (Isa. 3:20); la palabra espíritu no.
De esta manera, mientras es verdad que en algunas ocasiones las
palabras “alma” y “espíritu” son usadas intercambiablemente, en otras
ocasiones son empleadas en una forma no sinónima.  Como comentó
Woods, bajo ciertas condiciones dentro de la Escritura (léxica, lógica y
realmente estos términos difieren y no deben ser confundidos” (1985,
127[22]:692).  En cualquier estudio de estos términos como aparecen
en la Palabra de Dios, el contexto e intención de los escritores son los
factores decisivos que deben ser considerados y respetados.
 

Existen dos escuelas de pensamiento respecto al estudio de la parte invisible del ser humano, los
"Tricotomitas" y los "Dicotomitas".

Tricotomitas:

Los "Tricotomitas" creen que le ser humano esta compuesto de tres partes de espíritu, alma y
cuerpo.
Dicotomitas:

Estos creen que el ser humano está compuesto por dos partes espiritu/alma y Cuerpo, donde las
palabras espíritu y alma son usadas para hacer referencia a la misma cosa.

Las diferencias:

El mayor problema existe es que los Tricotomitas al hacer diferencia entre el alma y el espíritu
establecen que el Espíritu es aquella parte del ser humano que tiene la capacidad de comunicarse
con Dios sin ninguna intervención de la razón o el entendimiento. Maestros Tricotomitas sostienen
la idea de que "el hombre es un espíritu que posee un alma y vive en un cuerpo". De esta manera
si el ser humano es tripartito, entonces lo que sucede en el alma puede ser conocido por el espíritu
pero no lo opuesto.  El Sr. Gary Zeolla, Dicotomita, de Darkness to Light Ministries en un estudio
respecto a este tema dice lo siguiente respecto a los comentarios al maestro Tricotomita,
Watchman Nee:

Watchman Nee (1930-1972) fue un influyente predicador cuyas ideas todavía


influyen la iglesia hoy. Su posición es un buen ejemplo de la tricotomita.

Nee escribe, "Que el cuerpo es la cobertura externa del hombre es


indudablemente correcto, pero la Biblia nunca confunde el espíritu y el alma como
si fueran una misma cosa. No son solamente estos distintos términos; si no que la
misma naturaleza difiere entre uno y otro" (1)

¿Y Cuales son estas distintas naturalezas? Nee enseña que "…el alma es la
expresión de la personalidad. La Voluntad, intelecto y emociones del hombre están
ahí. (2)

Y continúa, "Los elementos que nos hacen humanos están en el alma. Intelecto,
pensamiento, ideales, amor, emoción, discernimiento, decisión, selección, etc. son
experiencias del alma" (3)

En cuanto al espíritu, Nee escribe, "…TODA comunicación de Dios con el hombre


ocurre allí". Nee enseña que el espíritu tiene tres funciones primarias: 'Conciencia',
'intuición' y 'comunión'.  Estas tres funciones están definidas como:

"La conciencia es el órgano que discierne y distingue entre lo


bueno y lo malo, pero, NO, ATRAVES DE LA INFLUENCIA DEL
CONOCIMIENTO que esta en la mente sino por un juicio directo y
espontáneo…"

La Intuición es el órgano de sensación del espíritu humano… ese


conocimiento que viene a nosotros SIN NINGUNA AYUDA DE LA
MENTE, emoción o voluntad, viene intuitivamente…"

La Comunión es adoración a Dios. Los órganos del alma son


incompetentes para adorar a Dios. DIOS NO ES APPREHENDER
POR NUESTROS PENSAMIENTOS, sentimientos o intenciones
porque Él puede solo ser conocido directamente por nuestros
espíritus…(4)
Los Dicotomitas objetan a esta supuesta relación con Dios en la cual el intelecto de la persona no
está involucrado y lo cual llevaría a una relación sin fundamento basado en conocimiento ya que
todo ocurre en el ámbito espiritual, de forma espontánea y sin ser procesado por la mente.

Los Dicotomitas sostienen que la Biblia a primera instancia da la impresión de enseñar la


"Tricotomía" del hombre pero que una vez cuidadosamente estudiada en realidad enseña la
"Dicotomía". Cuando se hace un estudio del significado de alma y espíritu en el diccionario tal
parece que las definiciones fueran iguales….

Alma (l. anima)
1. El principio vital en los seres humanos, acreditado con facultades de
pensamiento, acción y emoción y a menudo concebido como una entidad
inmaterial.
2. La naturaleza espiritual de los seres humanos, se le cree como inmortal, que se
separa del cuerpo en la muerte, y susceptible a la felicidad o miseria en un estado
futuro.

3. El espíritu sin-cuerpo de los seres humanos muertos; una sombra…


5. Un ser humano: "los hogares de algunas novecientas almas"(Garrison Keillor).

Espíritu
1. a. La parte principal o fuerza animadora de los seres vivientes. b.Conciencia
Incorporal…

2. El alma, considerada como lo que sale del cuerpo cuando la persona muere

6. a. La parte del ser humana asociada con la mente, voluntad y


sentimientos: Auque incapaz de unirse a nosotros hoy, está con nosotros en
espíritu.  b. La naturaleza esencial de una persona o grupo.

7. Una persona caracterizada por su estado de calidad: Él está de un espíritu


orgulloso.(11)

El Sr. Zeolla hace la siguiente observación:

Una comparación de estas definiciones nos muestran muchas similitudes. La más


importante para esta discusión es la primera definición para el alma donde se dice
tener "acreditado con las facultades de pensamiento, actuación y emoción" y la
sexta definición del espíritu donde se dice estar "asociado con la mente, voluntad,
y sentimientos".

Y note que la definición para alma usa la palabra espíritu (#3); y que la definición
para espíritu usa la palabra alma(#2).

En adición una rápida mirada al Tesoro Roget's muestra que uno de los sinónimos
para la palabra alma es espíritu; Y uno de los sinónimos para la palabra espíritu es
alma; Por lo que en su uso popular, las palabras son intercambiables.

Un estudio de las palabras originales en el griego y el hebreo parecen ofrecer resultados similares..

HEBREO:
Alma (nephesh):
1) alma, ser, vida, criatura, persona, apetito, mente, ser viviente, emoción, pasión
1a) aquello que respira, la sustancia que respira o el ser, el ser interior del hombre
1b) ser viviente
1c) ser viviente (con vida en la sangre)
1d) el mismo hombre, ser, persona o individuo
1e) asiento de los apetitos
1f) asiento de las emociones y pasiones

Espíritu (ruach)
1) viento, aliento, mente, espíritu
1c) espíritu (como aquello lo cual respira rápidamente con animación o agitación)
1c1) espíritu, animación, vivacidad, vigor
1c2) coraje
1c3) temperamento, ira
1c4) impaciencia, paciencia
1c5) espíritu, disposición (como: turbado, amargado, descontento)  1c6) disposición
(de varias clases), impulso descontrolado   
1d) espíritu (de los vivientes, ser que respira en hombres y animales)
1d1) como regalo, preservado por Dios, espíritu de Dios, se va al morir, ser sin
cuerpo
1e) espíritu (como asiento de la emoción)
1e1) deseo
1e2) angustia, preocupación
1f) espíritu
1f1) como asiento u órgano de los actos mentales
1f2) rara vez de la voluntad  
1f3) como asiento especialmente de carácter moral (13)

GRIEGO:

Alma (psuche):
1) aliento
1a) el aliento de vida
1a1) la fuerza vital que anima el cuerpo y se muestra a sí mismo en la respiración
1a1a) de animales
1a1b) de humanos
1b) vida
1c) aquello en lo cual hay vida
1c1) un ser viviente, un alma viviente
2) el alma
2a) el asiento de los sentimientos, deseos, afecciones, aversiones, (nuestro
corazón, alma, etc.)
2b) el alma (humana) en cuanto a lo que esta constituida por Dios para que por el
uso correcto de facilidades otorgadas por Dios puede obtener su mas alto fin y
asegurarse vida eterna
2c) el alma como una esencia la cual difiere del cuerpo y no se disuelve con la
muerte...  

Espíritu (pneuma)
2) el espíritu, i.e. el principal vital por medio del cual el cuerpo es animado
2a) el espíritu racional, el poder por el cual el ser humano siente, piensa, decide
2b) el alma
3) un espíritu, i.e. a esencia simple, vaciada de toda o por lo menos toda materia
gruesa, y poseída de poder de conocimiento, deseo, decisión, y actuación
3a) un espíritu dador de vida
3b) un alma humana que ha dejado el cuerpo   
4) la disposición o influencia la cual llena y gobierna el alma de alguien
4a) la fuente eficiente de cualquier poder, afección, emoción deseo, etc. (14)

El Sr. Gary Zeolla hace aquí la siguiente observación:

"De esta manera en el Griego "alma" se refiere al principio de animación el cual siente, desea, y
puede obtener vida eterna. Y el "espíritu" es también el principio el cual siente, piensa y decide. Y
note una vez mas, el uso de la palabra alma para definir espíritu (dos veces de hecho: 2b, 3b)
Solamente #4 para espíritu da suficiente como para establecer que los dos pueden ser distintos."

Además, los Dicotomitas señalan que existen solamente dos versos en la Biblia que se pudieran
utilizar para respaldar una posición Tricotomita (Hebreos 4:12 y I Tesalonicenses 5:23). 

Hebreos 4

12
 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

1 Tesalonicenses 5

23
 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo.

Ellos (los Dicotomiítas) creen que la referencia en 1 Tesalonicenses 5:23 es solamente una forma
que el escritor usa para referirse al todo o "la totalidad" del ser humano y no necesariamente para
establecer una diferencia entre el alma y el espíritu, y que la referencia del verso en Hebreos
4:12 tampoco justifica el que se divida una cosa de la otra sino que es una referencia al poder de la
Palabra y no necesariamente a una diferencia entre el espíritu y el alma.

Un estudio de la forma en que se usan las palabras "alma" y espíritu" en la Biblia nos demuestra
que las características del alma y del espíritu son aparentemente idénticas y que tienen las mismas
capacidades por lo que es probable que sean una referencia a la misma cosa. El Teólogo Louis
Berkhoff dice lo siguiente en cuanto al tema:

La postura usual es que el hombre consiste de dos partes, cuerpo y alma.  Esto está en armonía
con la auto-conciencia del hombre, y es también tomado de la Escritura, la cual habla del hombre
como consistiendo de "cuerpo y alma",  Mateo 6:25; 10:28, o de "cuerpo y espíritu," Eclesiastes
12:7; I Corintios. 5:3,5. Algunos son de la opinión de que las palabras 'alma' y 'espíritu' denoan
distintos elementos, y que por lo tanto el hombre consiste de tres partes, cuerpo, alma y espíritu,
ver I Tesalonicenses 5:23. Sin embargo, es evidente, que las dos palabras 'alma' y 'espíritu' son
utilizadas intercambiablemente.  La muerte a veces es referida como entregando el alma, Genesis
35:18; I Reyes 17:21, y otras veces como entregando el espíritu, Lucas 23:46; Hechos 7:59. Los
muertos en algunos casos son llamados "almas", Revelación. 9:6; 20:4, y en otros 'espíritus',  I
Pedrp 3:19; Hebreos 12:23. Los dos términos denotan el elemento espiritual del hombre desde
distintos puntos de vista.  Como espíritu es el principio de vida y acción, el cual controla el cuerpo,
y como  alma es el sujeto personal, el cual piensa y siente y desea, y en algunos casos es el
asiento de las afecciones.
Por otro lado, también existen versos en la Biblia que resultan difíciles de explicar de un punto de
vista Dicotomita. Por ejemplo:

1 Corintios 14

14 Porque si yo orare en lengua desconocida, mi espíritu ora; mas mi


entendimiento es sin fruto. 15 ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, mas oraré
también con entendimiento; cantaré con el espíritu, mas cantaré también con
entendimiento. 16 Porque si bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de un
mero particular, ¿cómo dirá amén á tu acción de gracias? pues no sabe lo que has
dicho. 17 Porque tú, á la verdad, bien haces gracias; mas el otro no es edificado.
18 Doy gracias á Dios que hablo lenguas más que todos vosotros: 19 Pero en la
iglesia más quiero hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe también
á los otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.

Romanos 8

16 Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de


Dios

Estos versos 'parecen' indicarnos que el espíritu de la persona tiene la capacidad de funcionar sin
intervención alguna del entendimiento o la mente de la persona aunque en la primera cita (1
Corintios 14) es preciso entender que quien habla lengua desconocida entiende lo que habla al
mismo tiempo que puede cadecer de la capacidad para interpretarlo a la lengua vernácula. 
Tambien debemos entender que la intención del Apóstol en estos versos arriba no es promover la
separación de actividad entre el alma y el espíritu ya que él siempre insta a los Cristianos a estar
alertas en todo tiempo y 'conscientes' de sí mismos (Romanos 12:2; Efesios 4:23) Pero si creemos
que el "entendimiento" (mente) es sinónimo de "alma" (aparte del espíritu) entonces podríamos
tener aquí una buena base para creer que el hombre está compuesto de tres partes (tricotomía).
Pero otro problema existe en que encontramos algunos versos que "parecen"  establecer una
diferencia entre el 'alma' y la 'mente'...

Mateo 22 / Marcos 12:30 / Lucas 10:27

37 Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, yde toda tu


alma, y de toda tu mente.

Pero al separar "el alma" de "la mente" como  parece hacerse en estos versos, tendríamos
entonces un ser de cuatro partes (espíritu, alma, mente y cuerpo), lo cual, por supuesto, nos
complicaría el tema aún más.  Por lo tanto, creo que si versos como estos (Mateo 22 / Marcos
12:30 / Lucas 10:27) no pueden ser utilizados para separar al "alma" de la "mente" como dos
cosas distintas, entonces es también muy posible que versos como estos ( Hebreos 4:12 y I Tes
5:23)tampoco puedan ser utilizados para separar el "espíritu" del "alma" como dos cosas distintas,
lo cual nos llevaría a una Dicotomía.

Otra alternativa

El Dr. Osvaldo Marino, presenta otra alternativa a este dilema en su libro Neuiasis :

"Pero por no obedecer a Dios el hombre quedará con la naturaleza de la carne y


será destituido de la imagen espiritual. Cuando el hombre llega a Cristo, la Biblia
nos enseña que el Espíritu Santo recrea en él la imagen perdida de Dios (2
Corintios 3:18). Pensamos entonces que el hombre natural es poseedor tan solo
de cuerpo y alma. A través de su vida pasará por su sinnúmero de circunstancias
que serán usadas por Dios para moverlo a la fe. Esta fe que promovida por el
Espíritu Santo y propulsada por el gran amor de Dios por sus criaturas hace que el
corazón se abra a Dios. El Espíritu Santo entonces entra al alma del individuo y la
fecunda.

De esta unión producida por la fe se da el nuevo nacimiento. En el momento en


que el Espíritu Santo toca el alma humana se concibe un nuevo ser. Este hombre
será ahora cuerpo, alma y espíritu"(Pág.82).

Él dice que el hombre sin Dios no tiene espíritu, es solo alma y cuerpo pero que el creyente si tiene
espíritu y por lo tal es "espíritu, alma y cuerpo.  No quiere decir que esta interpretación este
correcta ni tampoco que este equivocada, solo que así de esta manera tiene usted otra puerta de
pensamiento respecto a este tema.

Finalmente

Existe la interpretación, que dice que el hombre es tripartito "espíritu-alma y cuerpo. Pero que el
alma y el espíritu están inseparablemente unidos aunque son dos entidades distintas.  No existe
separación entre uno y otro aunque si se diferencian lo uno de lo otro.  Creo que esta interpretación
nos ayudaría a entender de otra forma las interrogantes sobre este tema y  tiene respaldo
especialmente de aquellos versos que nos parecen indicar que el hombre es un ser tripartito, pero
también, como en el caso de los 'Tricotomitas', levanta una nueva interrogante: ¿Cómo se
diferencian el alma del espíritu si como vimos arriba, bíbicamente es imposible establecer una
distinción ya que  los términos se utilizan intercambiablemente?  .

Conclusión

Resulta difícil llegar a concluir si el ser humano está compuesto por dos o por tres partes. Pero no
estamos solos, como me escribió el Sr. Gary Zeolla:

"San Agustín trató de llegar a una decisión al respecto y no pudo. Por lo tanto, si
una mente tan grande como la de San Agustín no pudo resolver esto, no se sienta
mal si usted no puede!"

Que Dios nos ayude a buscar y encontrar la verdad.

¡Amen!

1Ts.5: 23 “Y el mismo Dios de paz os santifique por


completo; y todo vuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo”.

La petición del apóstol comienza con un ruego, que todo


nuestro ser, es decir, no solamente nuestra parte externa, o la
emotiva, sino que incluyendo la más interna, la del espíritu, sea
plenamente santificada. Aquí es necesario establecer cuales
son estas tres partes que constituyen todo nuestro ser: espíritu,
alma y cuerpo.

En el Antiguo Testamento Dios nos habló por medio de figuras,


símbolos de las cosas que representan verdades muy
profundas, que posteriormente en el Nuevo Testamento reveló
como la realidad misma de las cosas que antes señaló por
medio de “sombras” (Heb.9: 23, 10: 1).

Hoy, teniendo la declaración completa de Dios, nos resulta muy


fácil comprender muchos símbolos del Antiguo Testamento. Por
ejemplo, empleando la figura del tabernáculo, podemos
comprender estas tres partes que constituyen todo nuestro ser.

El tabernáculo tenía tres secciones bien definidas: a) El atrio o


patio, era la parte de más afuera, estaría representando nuestro
cuerpo biológico. b) El lugar santo, correspondería a nuestra
alma, y c) El lugar santísimo, el de más adentro, donde Dios se
comunicaba con el hombre, estaría simbolizando nuestro
espíritu.

Toda la creación de Dios lleva su sello trinitario. Existen tres


cosas básicas: Espacio - Materia y Tiempo. Y cada una de ellas
es a su vez trina.

¿Qué es el espacio? Simplemente: Largo - Ancho y Alto.

¿Qué es la materia? Únicamente: Energía - Movimiento y


Fenómeno.

¿Qué es el tiempo? Siendo uno solo, lo componen tres: Pasado


- Presente y Futuro.

Dios es trino, y todo lo que él ha creado, lleva ese sello


indeleble. El hombre que fue creado a su imagen y semejanza,
no podría ser una excepción. Por este motivo nos dice la
Palabra de Dios que el hombre es un ser tripartito, compuesto
de espíritu, alma y cuerpo.

Antes de entrar en detalle sobre cada una de estas tres partes,


es necesario recordar que la Biblia es un libro escrito para el
hombre, y como tal, está escrito en un lenguaje común y de fácil
comprensión para nosotros. Por ejemplo, en ciertas ocasiones
decimos: “No se ve ni un alma en la calle”. Con esto queremos
decir que no hay ninguna “persona”.

En la Biblia también en ciertos pasajes se emplea el vocablo


alma, como sinónimo de persona. Esto sucede en Ez. 18: 20,
donde se está refiriendo a personas: padres e hijos. Allí, en ese
vr.20 no cabe la menor duda que la palabra alma se utiliza en
su equivalencia de persona.

Tampoco hemos de confundir el “espíritu” como parte integrante


del ser humano y que es de exclusividad de él, (porque es el
único ser vivo aquí en la tierra que puede comunicarse con su
Creador), con el “espíritu de vida” que existe en todos los seres
vivos. Esa es la fuente de vida que proviene de Dios, y la
poseen hombres y animales. Esto se aprecia en el Sl. 104
cuando se refiere a los animales que tienen ese hálito de vida, o
espíritu de vida.

También en Gn. 7: 21 dice que a consecuencia del diluvio:


“murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves
como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra
sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de
espíritu de vida en sus narices”.

Después de esta aclaración, quiero indicar que de aquí en


adelante, cuando me refiera a espíritu o alma, lo haré con
relación al hombre que fue creado a imagen y semejanza de
Dios y que posee esa constitución eterna entregada por Dios.

El cuerpo es nuestra parte orgánica que nos pone en contacto


con el mundo que nos rodea, por medio de los cinco sentidos
que nos ha dotado el Creador. Ellos son los conductos con que
alimentamos el alma.

El alma del hombre es donde están asentados nuestros


sentimientos, sede de la conciencia. Es con lo que amamos y
odiamos. Lo que nos permite reír y llorar, características
exclusivas del hombre de entre todos los seres vivos.

En Mt. 22: 37 dice: “amarás al Señor tu Dios con todo tu


corazón, y con toda tu alma”. En el capítulo 26: 38 agrega: “Mi
alma está muy triste”. El alma, dentro de esta formación
tripartita del hombre, corresponde a nuestra personalidad, a
nuestro “YO”. Allí se radica toda nuestra conciencia.

Cuando el Señor nos descorre el velo de la eternidad y nos


permite saber qué hay más allá de la muerte, nos dice en Lc. 16
que cuando murió el rico fue sepultado, pero su alma fue
trasladada a ese lugar de tormento donde continúo en plena
conciencia de sus sufrimientos, incluso recordaba a sus cinco
hermanos que vivían en la tierra. También cuando murió el
mendigo, Lázaro, su alma fue llevada por los ángeles de Dios al
lugar de consolación.

Aquí deja en evidencia que nuestro “YO”, nuestra conciencia y


nuestras emociones no están en nuestro cuerpo mortal, ni en el
corazón, tampoco en el cerebro, sino que en nuestra alma
inmortal.

Todos los seres humanos, sean creyentes o inconversos, tienen


la capacidad de ser estimulados por emociones que lo pueden
hacer reír o llorar, amar u odiar. Inclusive ser arrastrados hasta
un estado de histeria, mayormente si esta motivación se hace
en forma colectiva.

Esto es lo que vemos a diario a través de la pantalla del


televisor, donde nos muestran imágenes de personas cuyas
almas son estimuladas hasta la histeria, algunas con
convulsiones, agitaciones y completamente enajenadas, hasta
caer al suelo en estado de inconciencia.
Esta clase de histeria colectiva se observa en las ceremonias
pagana-religiosas en África y otros lugares del mundo, en
eventos deportivos, conciertos Rock, y en muchas reuniones de
los carismáticos. Estas orgías emocionales afectan a todos
aquellos que asisten a esos eventos masivos, con los cuales se
encuentran fuertemente comprometidos por un fanatismo
ideológico que los une.

Los organizadores de esta clase de actividades masivas, se


esfuerzan por lograr la mayor exacerbación emocional en su
concurrencia, para ello recurren a toda clase de elementos y
recursos disponibles para obtener sus propósitos, dentro de los
cuales siempre estará la música con su estridencia al mayor
número de decibeles que sus sofisticados equipos estéreos se
lo permitan. También habrá conductores encargados de
hacerles saltar, gritar y aplaudir como parte del show que irá en
ebullición hasta lograr ese frenesí colectivo que planificaron.

En este punto, su público estará a merced de ellos y podrán


manipularlos hasta hacerles perder la conciencia, provocando
ataques de risas o llantos según lo deseen. Por este motivo
vemos que todas esas reuniones públicas que he señalado,
tienen un mismo común denominador, hasta el grado en que
resulta muy difícil diferenciarlas con una sola mira rápida en el
televisor.

Esta clase de personas que son controladas por las emociones


que están radicadas en el alma, jamás podrá lograr un cambio
en sus vidas. Incluso ocurre con los que asisten a las reuniones
de una iglesia y participan de los mismos estímulos externos.
Allí podrán recibir “un espíritu de carcajada”, como literalmente
lo llaman; o un “espíritu de llanto” o “embriagarse en el espíritu”,
hasta caer en un estado enajenador, pero eso nunca cambiará
sus vidas.

Personalmente he conocido hombres y mujeres que me han


dicho que: “el Domingo estuve en una reunión tan hermosa, que
me emborraché en el espíritu”. Y que gozaron con las
maravillas de Dios. Pero el Lunes ya estaban nuevamente con
sus vidas de costumbre, inclusive hablando las mismas
groserías de siempre. Por este motivo, cuando el próximo
Domingo vuelven a hacer el llamado de quien quiere recibir al
Señor, ellos vuelven a pasar adelante. Y así están siempre
“salvándose” todos los Domingos.

Toda esta manipulación emocional que se hace, tiene influencia


únicamente sobre los inconversos, debido a que sus vidas
están controladas por el “YO”, que como decía, corresponde al
estado del alma, donde están asentadas las emociones de
todos los seres humanos.Copiado ilegalmente de EstudiosMaranatha.com

Entonces ¿qué es el espíritu? El espíritu es la parte más interior


de nuestro ser, con la cual podemos comunicarnos con Dios y a
la cual Él se dirige cuando desea relacionarse con nosotros.
Corresponde en la figura del tabernáculo, al lugar santísimo.

El ser más Santo que pisó la tierra, el Señor Jesucristo, nunca


se comunicó con el Padre por medio de la música, saltos,
gritos, aplausos, lenguas ni ninguno de los elementos tan
recurrentes en muchas iglesias de nuestros días. Él pasaba
quietamente noches enteras en comunión con su Padre.

Aquellos que son movidos por la carne dicen: “Eso es aburrido,


esas son iglesias muertas, allí no está el Espíritu”. Porque no
saben reconocer la diferencia entre espíritu y alma. Nunca han
gustado de una comunión a través del espíritu con el Señor, sin
las influencias de las emociones.

También justifican su desorden y griterío (aunque Dios es Dios


de orden) diciendo: “Hemos de danzar, porque David danzó”. A
éstos debemos decirle lo mismo que les dijo el Señor: “Erráis
porque desconocéis las Escrituras”.

En el Antiguo Testamento no estaba el Espíritu Santo sobre la


tierra para guiarles y expresar su adoración, como sucede hoy
en el tiempo de la iglesia. Ahora adoramos en espíritu y en
verdad a través del Espíritu Santo, pero antes del descenso de
Él, se expresaban físicamente por medio de ceremonias y
manifestaciones corporales, porque esa era la única forma que
tenían para expresarse.

Es imposible pedirle a una persona que se exprese por medio


del Espíritu Santo, si es que no lo posee, como era el caso de
las personas del Antiguo Testamento y de aquellos que en el
día de hoy aún no son templos del Espíritu Santo y Éste no
mora en ellos. Por lo tanto deben recurrir a las expresiones
físicas.

Una persona que se mueve emocionalmente hasta perder el


control de su voluntad, no es debido a que está dominada por el
Espíritu, sino por el alma. Porque el fruto del Espíritu (Gál.5: 22)
es justamente lo contrario a ese desorden frenético.

Dice Dios que el Espíritu se manifiesta por medio de la paz, el


control, dominio propio, templanza. Lo cual es justamente lo
contrario a lo que vemos en esas reuniones de embriagues
emocional, las que se asemejan más a una reunión de los
Baales.

Cuando los 450 profetas de Baal (1 Ry. 18) estuvieron toda la


noche saltando y gritando frenéticamente, Elías se burlaba de
ellos y les decía (vr.27) “gritad en alta voz, porque dios es...tal
vez duerme, y hay que despertarle”.

También en Éxodo 32 la Biblia nos relata para nuestra


enseñanza lo que sucedió cuando “el ungido del Señor”, Aarón,
el sumo sacerdote del pueblo de Israel cedió ante las presiones
del pueblo y les hizo un becerro de oro para que lo adoraran en
una fiesta pagana, la cual seguía asegurando (vr. 5) que
“mañana será fiesta para Jehová”.

Esto es lo terrible que muchos líderes religiosos continúan


haciendo; corrompen al pueblo, pero aún sostienen que es
“fiesta para el Señor”. Y ¿en qué consistía esa fiesta pagana?
Trajeron toda clase de instrumentos musicales y comenzaron a
danzar dando alaridos; tal es así, que Josué lo confundió con
alaridos de pelea (vr.17).

Juzgue Ud., escudriñe la Palabra de Dios y obedezca al Señor.


Deje de seguir a hombres y de gritar irracionalmente amén por
cualquier cosa que los hombres le digan. Decídase por Cristo y
dígale amén solamente al Señor y a lo que él dice en Su
Palabra: “Salid de en medio de ellos, pueblo mío”.

Que esta pequeña meditación sobre lo que realmente significa


que todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo sea plenamente
santificado, sirva de bendición para todos aquellos que son
guiados por el Espíritu, porque esa es la promesa divina, que el
Espíritu Santo nos guiará a toda verdad. Amén.

Según 1 Tesalonicenses 5:23, el hombre es una tri-unidad. Y el mismo Dios de paz os santifique
por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la
venida de nuestro Señor Jesucristo. Dios hizo al hombre espíritu, alma y cuerpo para que
funcionara integralmente como un ser humano completo. La diferencia principal entre las bestias
y el hombre es que le hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Por
tanto, el hombre es una personalidad, es creativo, y es eterno. Cuando el hombre no funciona
integralmente en las tres dimensiones ya mencionadas, no está completo. Por lo tanto, no puede
funcionar adecuadamente.
El espíritu es parte del hombre que se relaciona con Dios y con los asuntos espirituales. Antes de
conocer al Señor como Salvador, el ser humano está muerto espiritualmente porque el pecado
nos separa de Dios, (Efesios 2:1). El hombre goza de la comunión con Dios a través del espíritu.
Cuando el ser humano no está en comunión con Dios, automáticamente esta muerto
espiritualmente y por ende separado de Dios.
El alma es la parte del hombre que se relaciona con otros seres humanos. El hombre es
consciente de sí mismo a través del alma. El alma se compone de la mente o intelecto,
emociones (sentimientos), y la voluntad. El alma es la parte o dimensión psicológica. El espíritu
y el alma son eternos.
El cuerpo es la parte del hombre que se relaciona con el mundo físico a través de los cinco
sentidos. Por medio del cuerpo se expresa la personalidad del hombre. El cuerpo no es eterno y
además es corruptible.
Hay algunos que creen que el hombre se compone de solo dos entidades, el alma y el cuerpo.
Además dicen que el alma y el espíritu son una misma cosa, sin embargo, no niegan que existe
un alma y un espíritu en el hombre, nada más intercambian el uso de los vocablos alma y
espíritu para referirse a la misma cosa, la parte inmaterial del hombre. En el Antiguo Testamento
los vocablos espíritu y alma a veces se usan intercambiablemente. Pero para afirmar que el
hombre posee un espíritu, alma y cuerpo Hebreos 4:12 dice claramente que la Palabra de Dios
penetra hasta la división del alma y del espíritu. Apocalipsis 6:9 y Hebreos 12:23 distinguen las
dos dimensiones del alma y espíritu, y sus funciones. En Apocalipsis 6:9 se usa el vocablo alma
en relación con los que mueren sobre la tierra por la causa del evangelio ante los hombres. En
Hebreos 12:23 se usa el vocablo espíritu con relación a los que están delante de Dios. Por tanto
y a la luz de lo que dice Pablo en 1 Tesalonicenses 5:23 acerca del ser humano, creemos que el
hombre se compone de tres partes: espíritu, alma y cuerpo.
Al momento de la muerte el espíritu y el alma del hombre no dejan de existir puesto que el alma
del hombre fue creada eterna, seguirá existiendo por toda la eternidad. Jesús dijo: Y no temáis a
los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar (Mateo 10:28)
La muerte no habla de separación. La persona sin Cristo está separada de Dios, por lo tanto está
muerto espiritualmente en sus pecados, aunque siga funcionando como un ser humano (Efesios
2:1). La muerte física implica la separación del alma y del espíritu del cuerpo. El cuerpo vuelve a
la tierra porque de ella fue tomado. Polvo es y al polvo volverá (Génesis 3:19, Job 34:15, Salmo
104:29). El espíritu y el alma vuelven a Dios que los dio, para determinar su destino (Eclesiastés
3:21, 12:7). Las almas de las persona que mueren sin Cristo seguirán separadas de Dios en el
Hades, reservadas hasta el juicio final, y sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder 2 Tesalonicenses 1:9. Los que mueren en Cristo
estarán ausentes del cuerpo, y presentes ante el Señor, esperando la resurrección 2 Corintios
5:8. Las almas y los cuerpos de todos los seres humanos se unirán en la resurrección. Todos los
que han muerto resucitarán, uno para vida eterna y otros para condenación eterna (Daniel 12:2,
Juan 5:28-29, Hechos 24:15). Los que mueren en Cristo, es decir lo que lo han recibido en su
corazón como Salvador y Señor, tiene la esperanza y la confianza de resucitar con un cuerpo
nuevo, transformado, incorruptible y glorificado como el del Señor (Romanos 15:51-52, 1 Juan
3:2) Así vivirán los creyentes con el Señor para siempre 1 Tesalonicenses 4:17.

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