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La mayoría de nosotros probablemente no tiene muchos problemas

distinguir a un ser viviente de un objeto inanimado. Un humano es un ser


vivo, una piedra no. ¡Fácil!
Sin embargo, científicos y filósofos no lo ven tan claro y han pasado siglos
tratando de definirlo. Grandes pensadores, desde Aristóteles hasta Carl Sagan, lo
han intentado, y hasta ahora nadie ha dado con una que satisfaga a todos.

En un sentido muy literal, todavía no sabemos el "significado" de la vida.

La respuesta a este problema se ha vuelto más difícil en los últimos 100 años.
Hasta el siglo XIX, una de las ideas predominantes era que la vida se debía a la
presencia de un alma intangible o "chispa vital". Esa concepción perdió
popularidad entre académicos y fue reemplazada por un enfoque más científico.
Este cambio de visión ha originado más de 100 definiciones de vida, que en su
mayoría giran en torno a atributos como metabolismo y reproducción.
Para hacerlo más complicado, cada campo científico tiene sus criterios sobre lo que
debe es indispensable para determinar cuándo estamos frente a un ser viviente.
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 Los genes que siguen luchando por la vida incluso días después de la muerte

Es decir, para un químico la vida se reduce a ciertas moléculas, mientras que para
un físico tiene que ver con la termodinámica.

Estos son algunos de los científicos que están trabajando en la frontera que
separa los seres vivos de todo lo demás.
 El macabro destino de los cadáveres a los que les late el corazón

Virólogos: explorando la zona gris


En la escuela se suele enseñar que la vida se define a través de siete
procesos: movimiento, respiración, sensibilidad, crecimiento, reproducción,
excreción y nutrición.
Derechos de autor de la imagenSCIENCE PHOTO LIBRARYImage captionLos virus cumplen con
los criterios clásicos que se se usaron para definir la vida.
Y aunque este es un buen punto de partida para desarrollar un concepto, no es
definitivo. Hay muchas cosas que pueden cumplir con esos siete criterios, como por
ejemplo ciertas proteínas infecciosas (las llamadas prion) e incluso algunos
programas de computación.
O los virus, ejemplos perfectos de la zona gris entre cosa y ser viviente.

"No son células, no tienen metabolismo, y se mantienen inertes hasta que


encuentran una célula. Por eso muchos concluyen que los virus no están vivos",
dice Patrick Forterre, microbiólogo del Instituto Pasteur, en Francia.

En su opinión los virus están vivos, aunque admite que todo dependen del
momento especifico cuando los estudias.

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