Está en la página 1de 96

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE ARTES - ASAB

PROYECTO CURRICULAR
ARTES PLÁSTICAS Y VISUALES

AQUÍ NO SE HABLA DE POLÍTICA

SERGIO LEONARDO BARRIOS MARTÍNEZ

2019
AQUÍ NO SE HABLA DE POLÍTICA

Proyecto de grado presentado como requisito para optar


por el título de: Maestro en Artes Plásticas y Visuales.

Sergio Leonardo Barrios Martínez.


Cód: 20111016003.
Director: Gustavo Sanabria.

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS


FACULTAD DE ARTES - ASAB.
Proyecto Curricular de Artes Plásticas y Visuales.
Bogotá D.C. Colombia.
2019
A Penélope y Zari.
AGRADECIMIENTOS

A Zareth, la persona que la política trajo y que el amor asentó, gracias por
todo tu apoyo, tu crítica, por tus pensamientos, has hecho esto posible. A mi
madre y a mi padre, Nelly y Abel, por su formación y apoyo. A mi amigo Fabian
por los recuerdos y las reflexiones, a mi amiga Angélica Riaño por acercarme
más a la lucha de ideas políticas. A Jenny Alfonso por su ayuda incondicional.
A aquellas que tendieron su mano de apoyo en los diferentes momentos del
proceso de creación de este proyecto.

A todas aquellas que me han permitido acompañarlos en la lucha, gracias por


enseñarme. Que la lucha nos siga uniendo.
«El hombre es por naturaleza un animal político.»
Aristóteles, Politeia
«Llega un momento en el que el autocuestionamiento
individual se topa con algo más grande que sí mismo,
y del cual no puede dar cuenta sin que el individuo
se deje de concebir como un sujeto cerrado e
independiente de los demás. Ese campo que desborda
constantemente al individuo humano es la sociedad y
en consecuencia la política.»
Cesar Vargas Villabona, Miedo Y Colectivo.
Utopía y distopía de una experiencia audiovisual de creación
colectiva en torno a la inclusión y la exclusión.
«La actividad política…hace ver lo que no tenía que
ser visto, hace escuchar un discurso allí en donde sólo
el ruido tenía lugar, hace escuchar como discurso lo
que no era escuchado más que como ruido.»
Jacques Rancière, El Desacuerdo.
«El hombre es a-político. La política nace en el
entre-los-hombres, por lo tanto completamente fuera
del hombre. He ahí que no haya ninguna substancia
propiamente política.»
Hannah Arendt, ¿Qué es la política?
«Los únicos que todavía creen en el mundo son los artistas.»
Hannah Arendt
INTRODUCCIÓN

Aquí no se habla de política, este texto habla de mí y el recorrido que


realizo para convertirme en un ser artista/político, si es que al final del
relato llego a serlo. Una buena parte de mi carrera como estudiante de
artes plásticas y visuales fui visto como un ser politizado, provocando
a mi alrededor debates al respecto y no pocas burlas y calificativos,
como el ser mamerto* palabra que define genéricamente a aquella
persona que habla constantemente de política y que, virtualmente no
habiendo más, es de izquierda. Esta situación que, por supuesto, parte
de un interés particular por el concepto de lo político y la política, ha
permeado mis intereses visuales, literarios, mi creación artística y mi
discurso hasta el punto de preguntarme si lo que hago o he hecho
realmente es o tiene que ver con la política.

Aquí no se hace política, este es un proyecto cuyo resultado final


está enmarcado en un requisito para el grado como Maestro en artes
plásticas y visuales, por lo tanto, este texto y su consecuente propuesta
plástica es posible que se queden en el plano de lo simbólico sin una
conexión directa con la sociedad (¿acaso no sucede lo mismo con la
mayoría de la práctica artística actual?), por lo que valdría preguntarse
si es el arte una herramienta propia o incluso adecuada de la práctica
política, luego ¿es realmente político el arte creado y enmarcado bajo
ese título? ¿cómo hacer un arte político?

Política, político, arte político son conceptos para los que posiblemente
la lectora de este texto, ya tenga una definición o por lo menos una
noción, que pueden coincidir o no con las nociones propias, y no diré
que la intención de este proyecto no es definir esos conceptos, al
contrario, busca dar claridad de éstos o por lo menos no dejarlos en la

*El origen de la palabra mamerto se remonta a los años 60 en Colombia para nombrar de manera
despectiva a los militantes del PCC - Partido Comunista Colombiano, aunque actualmente su uso se ha
extendido para referirse a los simpatizantes de la izquierda.

1
indefinición. Una reflexión de la política a través de la práctica visual
(¿sería lo mismo a la acción política a través de la práctica visual?).

Esta reflexión solo es posible por medio del análisis de cómo la política
se manifiesta en el acontecer diario ¿Dónde está la política? ¿acaso
todo es política? ¿Se es un sujeto político y al serlo ya no se puede
devenir en un sujeto no-político? Luego «aquí no se habla de política»
si bien se muestra como una afirmación, el interés es que sea un
llamado de atención, un cuestionamiento desde mi experiencia sobre
la política y su lugar, si es un espacio; o accionar, si es un hecho a
realizar. Pero también sobre el camino que esta como concepto ha
recorrido en nuestro país y sobre sus posibilidades futuras.

Para iniciar esta reflexión abordaremos las anécdotas que me acercaron


a la política (si es que esta no se encuentra en todo), posteriormente
buscaremos el origen de la noción actual que se tiene del concepto
de política en nuestro contexto y la relación que este concepto ha
tenido con el arte, finalimente se lanzará un manifiesto desde una
nueva concepción de la política y el arte, y una nueva concepción del
arte político. Distintas imágenes acompañarán este texto, algunas
de archivo que permitiran darle contexto a la narración y otras de mi
autoría que espero expongan mis intentos a un arte político o uno
conscientemente apolítico.

2
YO CREÍ
QUE HACÍA
POLÍTICA
¡Amigo mirón
únase al montón
su hijo es estudiante
y usted es trabajador!

En mi más temprana juventud nunca tuve lo que se llama una


formación política o un acercamiento a la política más allá
de lo que veía en las noticias que, como a cualquier niño, me
aburrían sobremanera. En mi casa, la entrada para la política
era más bien estrecha, aunque esto era más circunstancial que a
propósito. Mi papá era un trabajador del Estado, su profesión es
una de las que, desde un movimiento social como el estudiantil,
es vista fuertemente con sospecha y cautela (y con razón debo
decir), él fue militar y durante mi niñez y bien adelantada mi
adolescencia sus historias configuraron en mí una visión de
país que chocaría fuertemente con la visión actual (¿a que joven
no le pasa?), en esta visión había más bien pocos matices y sus
actores tenían unos roles y características morales claramente
definidos: sabía en ese momento quienes eran los buenos y
quienes lo malos. Como niño es difícil no dejarse impresionar
por la estructura militar, los desfiles, el despliegue de armas
y vehículos, el aura de la vida bajo esta profesión (para mí el
lema de: «Los héroes en Colombia sí existen» llegó antes) y por
supuesto por las anécdotas de mi papá.

Fue parte de mi formación colegial o, para ser más exactos, el


paso por el colegio, lo que comenzaría a quebrantar esa visión,

5
expandiéndola y volviéndola más compleja (de nuevo ¿a qué joven
no le pasa?) y aunque aquella, seguramente, chocaría fuertemente
con la que he construido y poseo actualmente (alguna vez en el
colegio quise representar al candidato a la presidencia Álvaro
Uribe, por el que sentía una genuina admiración, al final y para
mi tristeza, terminé siendo el candidato a la Vicepresidencia
de Noemí Sanín), fue allí donde se sembró las inquietudes que
actualmente mueven este proyecto. Empecé a participar en el
Consejo Estudiantil, me manifesté con carteles a favor del voto
en blanco para unas elecciones de personeros, al siguiente año
fui candidato a la Personería del colegio, y conformé o, mejor,
traté de conformar con mi mejor amigo un grupo de estudio en
los descansos, entre otras acciones que tenían como objetivo
proyectar mi escasa visión del mundo o por lo menos de nación,
pero también intentar ampliar esa visión, clarificarla.

Mi escasa formación política me llevaba a tener unos juicios


respecto a ciertos personajes públicos (ya sabemos mi temprana
admiración al candidato Uribe) y a los consabidos problemas
nacionales: pobreza, corrupción, inequidad, etc. Y no fueron
pocas las «conversaciones para arreglar el mundo», como las
llamaba mi mamá, que tenían como base esos juicios, pero sentía
un gran vacío conceptual acerca de lo que podríamos llamar la
súper-estructura de la política nacional o en llanas palabras
del funcionamiento del Estado colombiano y los conflictos para
tener su control. Aún así no eran pocas las veces en las que sentía
indignación, en las que sentía la necesidad de actuar, de formar
parte. De ser el Zoon politikon de Aristóteles.

Así llegó el 2011.

6
¡Aleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerta!
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta que camina
La lucha estudiantil por América Latina!
¡Y venga! ¡y venga! ¡y venga compañero!
¡Que aquí se esta luchando la educación del pueblo!

En el 2011 un proyecto de ley para reformar el sistema educativo


superior del país o Ley 30 de 1992, que presentó el entonces
presidente de la república Juan Manuel Santos junto a su Ministra
de Educación María Fernanda Campo, despertó una resistencia
dentro de la comunidad académica que ganó el apoyo de buena
parte de la sociedad colombiana. Apoyo que, entre otras cosas,
no se había visto, por lo menos, hacía 40 años desde el gran paro
estudiantil de 1971, teniendo algunos paréntesis, quizá, como
el movimiento de séptima papeleta de finales de los 80 nacido
también del estudiantado universitario.

Esta gran resistencia a la reforma a la Ley 30 no quedó únicamente


ahí, es decir, en la contención de la iniciativa gubernamental,
sino que derivó en un movimiento nacional que se manifestó
en una serie de propuestas organizativas y de confrontación
no violenta cuyo objetivo, además de reversar la reforma, era
imponer una reforma legislativa alternativa construida de
manera conjunta y que proviniera desde la misma academia, con
preeminencia del sector estudiantil liderado por la Mesa Amplia
Nacional Estudiantil – MANE* y que desembocaría en uno de los

* La Mesa Amplia Nacional Estudiantil fue una organización gremial de carácter nacional, que
nació a inicios del 2011 y que convocó a estudiantes en general sin importar si eran universitarios
o no, o si estaban vinculados a algún tipo de organización. Su origen se dio a partir de un
encuentro realizado por 9 organizaciones estudiantiles: Organización Colombiana de Estudiantes
– OCE, Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios - ACEU, Federación de Estudiantes

7
paros universitarios más grandes en la historia del movimiento
estudiantil nacional, hasta ese momento. Las manifestaciones
de este movimiento, su puesta en escena y el apoyo recibido le
daría un nuevo aire a la lucha y la organización estudiantil.

A la ASAB, la fuerza del movimiento entró relativamente


tarde, la facultad fue ajena a los acontecimientos y discusiones
que se dieron en el primer semestre del 2011* tanto en la
Distrital como en otras universidades públicas en donde los
estudiantes, organizados como los no-organizados, informados
de las intenciones gubernamentales, veían la posibilidad de
construir un paro de carácter nacional** para enfrentarlas.
La distancia de la facultad tenia origen de diversos factores,
además de la composición del campus de la Distrital que la
dispersa por toda la ciudad, en la ASAB se tenía un prejuicio y
cierta desconfianza del movimiento estudiantil y sus prácticas,
en la mente de los estudiantes-artistas estaban las imágenes
de grupos de encapuchados bloqueando facultades y rayando
paredes, comunes en otras sedes de la Universidad y no cabía
la idea de detener las actividades o de que se destruyera su casa
(El Palacio de La Merced) “¡allá la Distrital con sus problemas,
agitaciones, paros y demás y acá nosotros encerrados en la
meditación y creación estética!”*** , así mismo discursos como
el de la “privatización de las universidades públicas” ya habían
sido escuchados con anterioridad y parecían no tener la misma
contundencia a la hora de convencer a los estudiantes-artistas.

Universitarios – FEU, la Federación Universitaria Nacional – FUN Comisiones MODEP, Proceso


Nacional de Identidad Estudiantil, Comuna Universitaria, Conciencia Crítica, Rebeldía Estudiantil
Organizada - REO y el colectivo Yuca Brava.
Su primera sesión fue realizada en el campus de la Universidad Distrital Francisco José de
Caldas, en donde fue construido el Programa Mínimo, bandera principal del movimiento, inspirado
en el construido por el movimiento estudiantil de 1971.
*Estas discusiones desembocaron en una primera movilización el 7 de abril que convocó a los
estudiantes, profesores y trabajadores agrupados en sindicatos como la CUT.
**Algunas universidades públicas como la Universidad de Córdoba ya habían entrado en paro
por una reivindicación particular, sin embargo, este tipo de acciones se articularían más tarde con
el movimiento nacional.
***Esta situación de la ASAB y su comunidad viéndose ajena o lejana al resto de la Universidad
la vi y la viví desde el primer momento de entrar a la Facultad, varios de los integrantes de la
comunidad veían a la “Distri” como fuente de diversos males, ya sea corrupción de parte de
sus directivas, ya sea de radicalización y agitación de parte del estudiantado. Visión que era

8
9
Fue la radicación formal del proyecto por parte del gobierno
nacional al Congreso de la Republica en la primera semana de
octubre de 2011 lo que airó los ánimos y extendió la indignación
por nuestra facultad de arte.

Ante la inminencia del paro nacional y después de numerosos


y acalorados debates, la ASAB y su comunidad, reacios, en un
principio a las lógicas de un movimiento estudiantil que veían
ajeno y añejo, adoptó y adaptó los esquemas organizativos del
movimiento para hacer su propuesta de confrontación político-
artística para la participación en los acontecimientos próximos.
En ese instante se organizaron asambleas de estudiantes y
profesores, consejos estudiantiles, entre otros encuentros que
al principio eran esporádicos pero que prontamente pasaron a
ser estructurados y masivos, tomándose pasillos, aulas, el patio
y el auditorio; se empezó a hablar de asamblea permanente, de
currículo alterno, se comenzaron a oír mociones de orden, de
réplica, de suficiente ilustración, conceptos que se sumaron como
herramientas discursivas a las creativas prácticas estéticas de la
facultad y su comunidad. Se estudió la propuesta gubernamental
y sus alcances, para lo cual incluso se tuvo colaboración de
estudiantes de derecho de otras universidades**, se hicieron
análisis sobre las implicaciones de la reforma ante la enseñanza
de las artes, se hicieron foros con estudiantes de Chile que vivían
una situación similar para la época, entre muchas otras acciones.

La ASAB se sumó así al resto de la Universidad Distrital y a las


29 universidades públicas (de 32) de todo el país que entraron
en huelga, en el Paro Nacional Estudiantil. Para octubre de 2011,
además de la mayoría de universidades públicas, se habían sumado
a las manifestaciones, estudiantes del SENA, de instituciones

correspondida por el resto de la comunidad universitaria que sentía a los integrantes de la facultad
de artes como gente ajena que daban la espalda a las vicisitudes de su alma mater, de una
universidad pública como la Distrital.

**Recuerdo particularmente a varios estudiantes de derecho de la Universidad del Rosario,


exponiéndonos (no satisfactoriamente, debo decir) las falencias de la propuesta gubernamental y
de la problemática actual de las universidades públicas originadas, incluso, por la misma Ley 30
de 1992 que se pretendía reformar. Esto último dio para uno de los lemas del estudiantado que
decía: Ni Ley 30 ni reforma.

10
técnicas y tecnológicas, y de universidades privadas, que si bien
por sus dinámicas no podían entrar a un cese de actividades,
formaron mesas amplias estudiantiles respectivamente para
organizarse, proponer y alimentar al movimiento y la protesta,
exponiendo sus propias luchas y reivindicaciones, pertinentes a
la situación del momento, tales como aumentos de matriculas,
bienestar estudiantil, prácticas universitarias entre otras.
Este hecho, la integración de estudiantes y profesores de las
universidades privadas al movimiento estudiantil fue uno de los
indicadores que, con el tiempo, me ayudaron a comprender que
este movimiento era diferente a los demás que hasta ese momento
yo había observado, y que se manifestaban intermitentemente
por no-sé-que-causa a reivindicar* .

Mientras tanto el presidente de la época, Juan Manuel Santos,


salía en televisión con su Ministra de Educación, insistiendo que
la reforma “iba porque iba”, protagonizaba spots de televisión
promocionando los beneficios de la reforma y declaraba ante los
medios que los estudiantes no habíamos entendido el articulado
o que incluso no la habíamos leído. Se llegó a imitar (parodiar) un
video realizado por estudiantes de la Universidad de Antioquia
criticando la propuesta, para atacar al movimiento estudiantil,
su herramienta de presión, manipular y confundir a la opinión
pública, en dicho video jóvenes actores argumentaban que el
paro y la MANE estaban dejando sin oportunidades a miles de
estudiantes y señalaba, de manera falsa, que los estudiantes
en paro no tenían una propuesta, entre otras cosas. En fin, la
confrontación por parte del Gobierno Nacional se visualizaba en
diversos escenarios, paradójicamente ninguna en la calle, donde
la presencia de los estudiantes se imponía y la única presencia
del Estado era representada por la policía.

La MANE convocaba exitosamente una movilización cada


semana, llenando las calles no sólo de estudiantes sino también

*Comprensión que se daba desde una profunda ignorancia del tema. Más allá de lo que presenciaba
en noticias desconocía por completo la historia y el presente del movimiento estudiantil, de sus
organizaciones, luchas y logros, muchos de los cuales provenían precisamente desde los campus
de algunas universidades privadas.

11
de profesores, padres de familia y transeúntes afines a la causa.
Pocas veces hubo algún enfrentamiento violento con la policía
o el ESMAD, en cambio abundaron las manifestaciones tipo
carnaval, los besatones, los abrazatones, los disfraces, la música,
la batucada, las marchas de antorchas y la alegría. Acciones que
explican el éxito y la acogida del movimiento. Sin embargo, el
gobierno estaba poco persuadido de retirar la propuesta ante
lo cual la MANE respondió con la organización de una de sus
mayores manifestaciones: La Toma a Bogotá.

Para inicios de noviembre estudiantes de distintas partes del


país viajaron hacia la capital para participar en la Toma a Bogotá,
una manifestación que tenía como objetivo no solo llegar a la
Plaza de Bolívar como usualmente se hacía, sino concentrarse
en distintos puntos de la ciudad para visibilizar aún más lo que
estaba sucediendo, y por supuesto, para demostrar la fuerza
y el apoyo de la sociedad a los estudiantes. La cita era el 10 de
noviembre, la ASAB por supuesto iba a ser parte de la jornada,
como ya lo llevaba siendo desde hacía algún tiempo, y empezó
a crear mesas de trabajo para coordinar la participación, se
crearon banderas, banderines y pancartas, se compusieron
nuevas arengas y canciones, se elaboraron máscaras para ser
usadas sketches de teatro que iban a ser presentados conforme
la marcha avanzara, y se concibieron coreografías.

Como parte de la logística de la facultad se llegó al acuerdo de


“acordonar” el bloque propio de la ASAB mediante el uso de
banderas para proteger, en caso de alguna eventualidad como un
disturbio, a los estudiantes y demás participantes provenientes
de la facultad, así como sus instrumentos, vestuario y demás
objetos. Por lo tanto, este bloque iría a su paso y no participaría
en las llamadas “resistencias” (momento donde un gran grupo
de estudiantes se detiene y se agacha o se sienta en el piso para
posteriormente salir corriendo) permitiendo además poder
desplegar las distintas muestras artísticas antes mencionadas.
En este punto hay que señalar que, si bien el movimiento

12
estudiantil había introducido nuevas formas de manifestarse
caracterizadas por la creatividad y la presencia del arte, sin duda
la participación de la ASAB en la Toma a Bogotá marcó una pauta
que la visibilizó y acercó al grueso de la comunidad universitaria,
en particular de la Distrital.

13
¡Llueva o truene el paro se mantiene!

Anticipándose a la magnitud de la movilización el gobierno


de Juan Manuel Santos había propuesto a la MANE que si los
estudiantes levantaban el paro ellos retiraban la reforma,
propuesta que por supuesto fue rechazada por la MANE, sin
embargo, días antes, el 9 de noviembre, y contra todo pronóstico
el Gobierno retira del Congreso la totalidad del articulado* ,
aunque hay que aclarar que el retiro no se dio porque el gobierno
nacional fue persuadido por los argumentos de los estudiantes o
los académicos, el presidente mantenía la posición de que éstos
no habían entendido la reforma y si se retiraba era para salvar el
semestre (Rodríguez, 2012), a lo que la MANE agregó que era una
estrategia para torpedear la Toma a Bogotá.

Para pesar del gobierno el 10 de noviembre llegó y la comunidad


estudiantil respondió al llamado, la ASAB salió en un bloque
nutrido de estudiantes, profesores y funcionarios, se escuchaban
tambores, trompetas y saxofones, una gran pancarta iba a la
vanguardia y las banderas ondeaban a los costados visibilizando
a la facultad dentro del rio de gente presente, el bloque se detenía
en algunos puntos y se daba acción a la danza y a un sketch de
teatro que mostraba a un mercader vendiendo la educación como
cualquier vil mercancía; de los edificios adyacentes a la avenida
10ª y por donde pasaba la marcha, se veía la aprobación de

* Entre las maniobras realizadas por el gobierno para convencer a los estudiantes de levantar el
paro, estuvo también la modificación parcial de la propuesta en donde se eliminó la propuesta, de
las más polémicas del articulado, de permitir las instituciones de educación con ánimo de lucro
(23 de agosto de 2011), maniobras que como todos sabemos no dieron fruto.

14
trabajadores y transeúntes, confeti de papel caía sobre la cabeza
de los caminantes, aunque no fue lo único que cayó, una fuerte,
temprana y continua lluvia también los acompañaba en su
camino hacia los puntos de concentración, en el caso de la ASAB
a la plaza de Bolívar, por la ruta que debería rebautizarse como el
marchódromo: la carrera 10ª y 7ª.

Ante el fuerte aguacero y empapados completamente, los


estudiantes gritaban ¡Resistencia!¡Resistencia! y la arenga
¡llueva o truene el paro se mantiene!, en la plaza los esperaba
la estructura de un gran árbol para las fiestas de navidad que
fue cubierto de pancartas y banderas de organizaciones, traídas
desde distintas partes del país, así como una tarima que acogía
a los lideres de la movilización que pronunciaban tremendos
discursos y a bandas musicales entre las que se encontraba una
compuesta por estudiantes de la ASAB, y otras más que apoyaban
el movimiento. Esa noche se dio un gran concierto, mientras
tanto, en la punta del árbol, ya no de la navidad sino de la
indignación, ondeaba una bandera negra con un escudo redondo
y blanco: la bandera de la ASAB* .

Empero, el movimiento inesperado del gobierno creaba confusión


dentro del movimiento estudiantil respecto a la continuación
del paro como medida de presión, aun así, el calendario de
movilizaciones se mantuvo y el semestre fue cerrado con la
Gran Marcha Continental Por la Educación realizada el 24 de
noviembre, una jornada organizada a la par con el Movimiento
Estudiantil de Chile, quienes ese mismo año habían adelantado
una serie de huelgas, marchas y protestas ante las reformas
educativas presentadas por el presidente Sebastián Piñera como
parte de su plan de gobierno. En la jornada participaron también
estudiantes y ciudadanos de Uruguay, Puerto Rico, Brasil,
* Se calcula que la Toma a Bogotá movilizó a 120 mil personas (Barrera Gil, 2015),
aproximadamente 5 mil personas habían llegado de diferentes partes del país como Pereira,
Medellín, Tunja, Villavicencio, Cali, entre otras. En la marcha además de los estudiantes
universitarios participaron sindicatos como la Federación Colombiana de Trabajadores De La
Educación - FECODE y la Central Unitaria de Trabajadores – CUT, estudiantes de secundaria
y padres de familia, concentrando en la Plaza de Bolívar a 30 mil personas aproximadamente.

15
16
Honduras, entre otros. Paradójicamente y a pesar del éxito de
la jornada, se iniciaba, sin que lo supiéramos en ese momento,
el lento pero progresivo declive y suspensión del movimiento
estudiantil nacional.*

Ya con la reforma tumbada lo que significaba una gran victoria


para los estudiantes surgieron las dudas sobre los siguientes
pasos a dar, había un programa mínimo construido por la MANE
que contenía una serie de reivindicaciones que no eran resueltas
solo con el retiro de la propuesta por tanto durante esos meses se
sintió una fuerte tensión por el levantamiento del paro dándose
opiniones divididas dentro de la MANE sobre si continuar o no con
el método de presión para lograr los otros objetivos. En la ASAB
se reflejó esta situación donde los quiebres y divisiones dentro de
la comunidad estudiantil que participó en las manifestaciones,
incidirían lenta pero definitivamente al desmantelamiento de la
Mesa Amplia Nacional Estudiantil* . Para algunos estudiantes de
la ASAB el retiro del proyecto de ley era motivo suficiente para
levantar el paro e iniciar clases de inmediato, otros consideraban
que las condiciones no estaban dadas pues no había garantías
para terminar el semestre de manera efectiva, recuperando el
tiempo invertido en el cese de actividades**. Finalmente, el paro
nacional fue levantado y se crearon distintos mecanismos para la
conclusión del semestre dependiendo de las particularidades de
cada institución. En el caso de la facultad el calendario académico
fue extendido hasta enero.

* El movimiento estudiantil no volvería a tener tal nivel de organización ni contundencia hasta


las protestas del 2018 dirigidas por las organizaciones estudiantiles UNEES – Unión Nacional
de Estudiantes de Educación Superior y ACREES – Asociación Colombiana de Representantes
Estudiantiles de la Educación Superior.
* La MANE duraría tres años más siendo el 2014 el año que vio su ultima reunión, durante esos
tres años su nivel de convocatoria se reducía progresivamente. Así mismo su propuesta de Ley
Alternativa de Educación nunca pasó del borrador. Las organizaciones que gestaron la MANE
volvieron a sus agendas particulares y en el país otro tema captaba toda la atención: los diálogos
de paz con la insurgencia de las FARC – EP.
** Esta sería, quizá, la mayor herida y causa de enemistad entre el grueso del estudiantado con
la organización de la MANE que se sintieron traicionados o por lo menos no tenidos en cuenta,
pues al levantar el paro sin ningún tipo de condicionamiento adicional muchos corrían el riesgo de
ver cancelado el semestre. Igualmente, sintieron que las reivindicaciones locales dejaron de ser
tenidas en cuenta y puestas en un segundo plano.

17
La MANE y el movimiento estudiantil del 2011 junto con el
de Chile, estuvieron enmarcados en una serie de agitaciones,
manifestaciones y protestas que se dieron a nivel mundial como
la Primavera Árabe en Túnez, Argelia, Egipto y varios países más
del medio oriente y el África mediterránea, el movimiento We
are 99% y Occupy Wall Street en Estado Unidos, el Movimiento
15-O de Europa y América, el 15-M Español, entre muchas otras.
Manifestaciones que aún hoy siguen resonando, desatando
eventos que aún se siguen desarrollando. A finales de ese mismo
año el manifestante (the protester) fue el personaje del año de
la revista TIMES. Sobre el carácter político de los movimientos
estudiantiles aún hoy queda el cuestionamiento, estando
la política tan fuertemente señalada y estigmatizado por la
opinión pública algunos deciden desmarcarse de ese concepto
por lo menos nominalmente para caracterizar el movimiento
como una respuesta de defensa netamente gremial. Al respecto
reflexionaremos más adelante.

18
Quién es Usted? – Soy estudiante.
¡No lo escuche! – Soy estudiante.
¡Una vez más! – Soy estudiante, soy,
soy estudiante, soy.
Yo quiero estudiar para cambiar la sociedad
¡Vamo’ a la lucha!

Yo cursaba el segundo semestre como estudiante de la Carrera


de Artes Plásticas y Visuales en la Facultad de Artes – ASAB
mientras todo lo anterior sucedía, y como muchos participé de
manera intermitente en el movimiento estudiantil, intervine
una que otra vez en las asambleas a las que asistía e intentaba
entender lo que estaba sucediendo, me vinculaba por momentos
a los procesos organizativos aunque para ser francos no tenía,
en su momento, una concepción clara de la magnitud de los
acontecimientos; en un primer momento llegué a pensar que
estas movilizaciones eran iguales a las de años anteriores de
las cuales era testigo más que todo por televisión o radio, pues
este es un país donde se marcha continuamente – posiblemente
mientras estoy escribiendo esto o mientras usted lo esta leyendo
se está desarrollando alguna marcha o manifestación en el
país- Compartí, de manera suspicaz, el pensamiento de que los
voceros de la MANE buscaban construir una plataforma política*
en el sentido electoral y sentía instrumentalizada la indignación
y el movimiento, es más, la MANE para mí en ese momento era
* No estaba equivocado en el sentido que algunos líderes estudiantiles de la MANE se lanzaron
posteriormente a cargos de elección popular, como el dos veces candidato a la Cámara de
Representantes Sergio Fernández, vocero nacional de la MANE por la Organización Colombiana
de Estudiantes y miembro actual del Comité Ejecutivo del Polo Democrático Alternativo, durante
su segunda candidatura trabajé como voluntario de su campaña en el área de diseño gráfico. Con
el tiempo le quité la suspicacia a una práctica que ahora veo como natural y necesaria: que los
líderes de los movimientos sociales se lancen a cargos de representatividad popular.

19
20
un ente indefinido que agrupaba a todos los estudiantes, no sabía
como se había conformado o como funcionaba, y aún así sentía
que era parte de ella. Ignoraba la existencia de las organizaciones
estudiantiles, sus diferencias y mucho menos conocía sus
conexiones con la política extra – universitaria.

En las movilizaciones a las que asistía veía subir a la tarima


políticos, en ese entonces igualmente desconocidos, y de
nuevo pensaba que en rio revuelto todo mundo quiere pescar,
los veía como unos oportunistas; quería, de manera ingenua,
un movimiento alejado de la política tradicional que debía
suplantarse para lograr los objetivos que el movimiento se
había propuesto; pensaba que el sentimiento de indignación
no debía servir a intereses encarnados en curules u otra forma
de representación institucional, sino a “algo mayor” diferente
a las vanidosas y corruptas estructuras gubernamentales. Era
parte de un momento que sería histórico por los alcances, por
sus logros, por su magnitud y era incapaz de verlo, aún así fue
un punto de ruptura en mi concepción de mundo, de a poco se
me fue revelando el orden de los distintos niveles de la política,
institucional o no, universitaria o fuera de ella, local y nacional,
hasta tener un alcance mundial, aunque esto último ya es decir
demasiado* .

Tenía un interés genuino por la política, aunque no sabía como


acercarme a ella o incluso definirla, estaba ahí la mayoría de
veces expectante a los acontecimientos diarios, viendo cómo
en la facultad nacían periódicos**, nuevas arengas, sketches
de teatro, pancartas y coreografías, ignoraba una parte de las
* Cualquiera diría que había llenado un vacío conceptual con el que bastaba asistir y prestar
atención a una clase de cívica.
** Asistí a algunas reuniones para el diseño de la publicación de El Conejo Eléctrico proyecto
editorial dirigido por la entonces maestra de Historia del Arte de la Facultad, Liliana Cortés y
realizada por estudiantes, que contenía escritos, dibujos, ilustraciones y montajes fotográficos
que reflexionaban alrededor del paro estudiantil y el movimiento en general. Su nombre Conejo
Eléctrico tenia como inspiración a los primos Santos: el presidente de ese momento Juan Manuel
Santos y al ex – vicepresidente y en ese momento director de noticias de RCN Radio Francisco
“Pacho” Santos. Hacer conejo es una expresión que se usa cuando alguien desea engañar y no
cumplir con la palabra empeñada, hecho por el que el sector estudiantil señalaba a Juan Manuel
Santos al no retirar la reforma totalmente; y eléctrico por las declaraciones de “Pacho” en las que
proponía aplicar descargas eléctricas a los estudiantes como forma de controlar las marchas.
La publicación que aspiraba a ser periódica solo tuvo una edición.

21
nuevas expresiones de movilización del movimiento y por
eso sentía que la ASAB le estaba “enseñando” e innovando
en la protesta, después caí en cuenta que la facultad iba en
dirección al nuevo espíritu de manifestación que configuraba
un nuevo discurso para dar visibilidad y respuesta a las viejas
problemáticas reflejadas en la reforma. Asistía a las marchas
con cierto prejuicio y cantaba las arengas con cierto recelo, tenía
una desconfianza del estudiante que entraba a una universidad
pública y se “radicalizaba”, se “mamerteaba”.

Para la Toma a Bogotá, participé en una de las mesas, integrada


por profesores y estudiantes de otras carreras, encargada de
diseñar y realizar las banderas que acordonarían el bloque de la
ASAB. Después de una lluvia de ideas y algunos bocetos se llegó
a dos imágenes. La primera un poco Kitsch de un personaje que
encarnaba las artes que se enseñan en la facultad, un bailarín de
silueta grecorromana en posición de ballet, con un gran pincel en
una mano y un escudo con una llave de sol en la otra, que llevaba
sobre la cabeza una máscara al estilo de la comedia italiana. La
segunda, las siluetas de dos rostros con el escudo de la facultad.
Me encargué de realizar las dos imágenes en una plantilla para
ser reproducida por estarcido en 8 telas de corte vertical de
colores naranja, verde y amarillo, después de estampar el diseño
armé la estructura que las sostenía, las repartí entre estudiantes
voluntarios y coordiné su ubicación en el bloque. El 10 de noviembre
estaba allí en primera fila cargando una de las banderas bajo el
gran aguacero que nos dejaba empapados de pies a cabeza y que
probaba nuestro compromiso con la marcha ¡con la causa! Caminé
bajo la lluvia y llegué a la Plaza de Bolívar cantando: “Facultad
de artes ASAB - ¡Presente!¡Presente!¡Presente!¡Presente!”. Ese
fue mi paro estudiantil, ese fue mi acto memorable, esa fue mi
acción política* .

* Viviría intensamente por lo menos 2 paros más dentro de la Universidad Distrital. En uno que
transcurrió en el 2014 contra los acuerdos 008 y 009 que tenían como objetivo reestructurar
el Alma Mater, llegué a dirigir asambleas y a ser “vocero” de la facultad frente al resto de la
universidad. Las vanidades.

22
¡Eeeeo! ¡Paro Nacional!
¡Eeeeeo! ¡Todos a marchar!
¡Eeeeo! ¡Paro Nacional!
¡Eeeeeo! ¡Todos a marchar!
...

El Paro Nacional Estudiantil había finalizado, el siguiente año


transcurrió en relativa calma salvo por el anuncio del gobierno
nacional de haber iniciado conversaciones con la guerrilla de las
FARC – EP, anuncio que me conmovió profundamente y que fue
seguido ese mismo año por un sentido discurso dado por una de
las partes contendientes del conflicto, el de Iván Márquez líder
negociador de la insurgencia, en las instalaciones de la mesa
de diálogo en Oslo. Aunque al respecto no sentía que pudiera
realizar alguna acción específica más allá de estar al tanto. Algo
contrario al desarrollo y acciones de la MANE que a pesar de las
divisiones seguía vigente, quería llenar los vacíos que tenía sobre
la organización y me mantenía informado con los comunicados
que ésta sacaba y en donde anunciaba la construcción de su ley
alternativa, un proceso en el cuál yo quería participar aunque en
ese momento no supe como.

En agosto de 2013 estalla de nuevo otra coyuntura de carácter


nacional y, cómo no, los estudiantes estábamos ahí de nuevo
apoyando la lucha por las reivindicaciones, esta vez, de los
campesinos. Me propuse estar más activo y enterado de este
conflicto, veía con obsesión los informes periodísticos y participé
de algunos encuentros o foros con líderes campesinos, buscaba mi
lugar en la lucha política, sea lo que fuera que esto significara. En

23
el marco del paro agrario el maestro Guillermo Vanegas
nos lleva a una charla con miembros del movimiento
político País Común, del que era parte Feliciano Valencia
en su momento precandidato presidencial de origen
indígena y actual senador de la República, al final de
ésta me acerco a los expositores para preguntar sobre
las maneras de participar dentro de su movimiento
y la forma de obtener más información, hecho que
produjo algunas burlas de mis amigos por “mi afán por
regalarme a los comunistas” sin embargo mi interés no
fue satisfecho.

Durante la coyuntura participé también de una


reunión realizada en las redes del sindicato de la ETB
Sintrateléfonos para conocer el pliego de peticiones
que un sector campesino que participaba en el paro
había radicado ante el gobierno*. Descubrí de paso que
no todos lo movimientos campesinos participantes se
manifestaban bajo una misma bandera o pertenecían
a una misma organización, teniendo incluso puntos
contradictorios frente a sus pliegos de peticiones.
Fui a marchas con cacerola en mano para demostrar
mi apoyo a los campesinos y hacer parte de las
manifestaciones que visibilizaban ese tal paro agrario
que para el presidente Juan Manuel Santos no existía.
Durante las marchas me puse en contacto con un
activista de ANZORC y lo invité a dar una charla en
una de las cátedras de la ASAB y finalmente participé
en la gran marcha del 29 de agosto convocada a nivel
nacional y que en Bogotá resultó en un gran disturbio
que tristemente terminó afectando la imagen del paro
a nivel nacional.
*El Paro Agrario de 2013 fue el punto culmen de una serie de protestas realizadas a
lo largo del país por diversos movimientos campesinos iniciando por el paro cafetero
liderado por Dignidad Cafetera en febrero de ese año. El paro inició oficialmente el
19 de agosto y en el participaron por lo menos 3 grandes bloques de asociaciones
campesinas: La Mesa Nacional Agropecuaria de Interlocución y Acuerdo – MIA, el
Coordinador Nacional Agrario - CNA, y Dignidad Agropecuaria.

24
EL TAL
PARO
NACIONAL
AGRARIO
NO EXISTE

25
Para finales del 2013 había sido invitado a ser parte de una
organización estudiantil y consecuentemente a un partido
político, como parte de mis nuevas tareas participé en el Octavo
Plenario de la MANE realizado en Bogotá, mi primer plenario y el
último realizado por la MANE y fui, por corto tiempo, candidato
al Consejo de Facultad de la ASAB para unas elecciones que nunca
se realizaron (un nuevo paro en la Universidad Distrital estaba
a punto de iniciar). Al parecer había encontrado a la política, o
un lugar para hacerla. Vi y sentí la posibilidad de poder incidir
directamente en mi realidad y cambiarla.

Sin embargo mi militancia política duró más bien poco,


posiblemente, debido a que aún no sabia a ciencia cierta a qué
tipo de organización política pertenecía, aun me faltaba piezas
en el gran rompecabezas de la política nacional (y aunque aún
no puedo decir que lo he completado mi comprensión actual es
sin duda mayor a la que tenía para esa época, paradójicamente
la de mayor agitación personal), también es posible que mis
nuevas tareas como cuadro de un partido no se ajustaban a
mis expectativas y anhelos, no las entendía como actividades
políticas trascendentales para configurar un cambio (tal vez
duré muy poco). Por otra parte le tenía un fuerte miedo al tipo
de compromiso político que encasille mi pensamiento, “militar
limita” recuerdo haberle oído decir a uno de los integrantes
de País Común, no obstante mi pre-militancia (como debería
llamarla para ser honestos) me dio a conocer a mucha gente
(entre ellas mi pareja) con la que actualmente comparto y me
acerco a la actividad política (si es que ésta, la actividad política,
no se realiza en todo momento).

Como parte de mi búsqueda del activismo político real y que


pudiera enlazar con la actividad artística, trabajé con distintas
instituciones como artista comunitario, título que podría
alternarse con el de tallerista y cuyas diversas funciones pueden
abarcar desde llenar formularios hasta, no se, realizar murales
o cortos de vídeo. Funciones con las que uno espera impactar

26
positivamente a los participantes. Durante este tiempo entré
en contacto con los conceptos de “comunidad” o “territorio”,
grupos de personas y lugares a los cuales llegaba y en donde no
fui parte. Esperaba, genuinamente, poder transformar con el
arte el contexto y las vidas de las “comunidades” a las que iba,
y de cierta manera lo logré, pero, aunque no quiero ni puedo
desmeritar el trabajo realizado y el cual es proceso y fruto de una
gran cantidad de personas, descubrí que ese tipo de trabajo poco
me satisfacía. Encontré que este tipo de iniciativas no podían estar
mediadas solamente por relaciones bajo una figura contractual y
debe partir, ante todo, por inquietudes y conocimiento propias
y profundas con el lugar y su gente. Como diría Max Weber, la
acción política debe tener un gran componente de pasión que
debe estar al servicio de una causa y que debe estar orientada por
un sentido de responsabilidad con esa causa (Weber, 1919), ser
parte.

Ese ser parte, esa pasión y responsabilidad la encontré en las


redes de amistad y compañerismo que había enlazado de mi
intentona partidista, las he puesto a disposición (a través de la
creación artística encaminada por el diseño) a distintas causas
y actividades a las que me siento por fin afín, una de ellas está
enmarcada dentro del escenario que, en el país, es considerado
por excelencia el lugar de la actividad política: las elecciones.

En las contiendas electorales del 2018 para el Congreso de la


República y la Presidencia participé como diseñador gráfico
voluntario para promover las candidaturas de personas, pero
sobretodo de programas, en los que confío y creo. Trabajé en
la campaña del antiguo líder estudiantil de la MANE Sergio
Fernández para la Cámara de Representante y para la campaña
de Sergio Fajardo a la Presidencia de la República. Durante
este tiempo, además de mi aporte con el diseño, me inmiscuí
en discusiones sobre los distintos candidatos y trataba de
demostrar las cualidades de los míos, trataba de ganar votos
y pensaba en la particularidad de las elecciones dentro de la

27
actividad política como un suceso lleno de espectacularización,
tensiones y agitaciones que permea cada rincón de las relaciones
cotidianas mientras dura y que además ocupa, se quiera o no, la
agenda del ciudadano, es decir, de aquel que tiene la capacidad
de votar, movilizando sentimientos profundos, viscerales así
como aspiraciones del querer ser parte de un algo que proyecte
las visiones individuales pero sobre todo grupales de nación.

No obstante, el estar en las primeras líneas de acción de esta


empresa (la campaña electoral) fue lo que hizo que me cuestionara
sobre la acción política propia, y sobre la acción política en sí.
Como diseñador mi deber era la de transmitir un mensaje que
atrajera al votante y como simpatizante mi anhelo. El diseño
se me convertía en una labor vital con la cual pretendía suplir
mi necesidad de actuar político, por lo tanto, trataba no solo
ilustrar el contenido de las propuestas del candidato, sino verme
reflejado en el discurso, en esa promesa de gobierno futuro.
Pero ¿era política lo que hacía? Esas imágenes resultantes, esa
propaganda ¿podía considerarse arte político?

Durante esta narración las palabras, política y político, han


aparecido frecuentemente entre otras cosas por la falta de un
término con el cual reemplazarlas, cuando se leen se tiene en
mente ya una definición o una noción de lo que significa. Así
como aparecen en este escrito, esos dos términos son esgrimidos
a diestra y siniestra por diferentes medios, siendo omnipresentes
dentro de las noticias nacionales, lo cual más que aclararlos los
cubre con una densa bruma. Entonces ¿qué es la política?

28
AQUÍ NO SE
HABLA DE
POLÍTICA
“En nuestro tiempo, si se quiere hablar sobre política,
debe empezarse por los prejuicios que todos nosotros,
si no somos políticos de profesión, albergamos contra
ella. Estos prejuicios, que nos son comunes a todos,
representan por sí mismos algo político en el sentido
más amplio de la palabra: no tienen su origen en la
arrogancia de los intelectuales ni son debidos al cinismo
de aquellos que han vivido demasiado y han comprendido
demasiado poco”
Hannah Arendt, ¿Qué es la política?

He interactuado hasta el momento con las palabras política


y político de manera intuitiva, a través de mis prejuicios, tal
como he venido interactuando con ellas durante gran parte del
tiempo, en mis acciones, labores, representaciones artísticas,
en mi discurso, en fin, en mi construcción como sujeto político,
influenciado por la ligereza con que el término es usado en
mi contexto, en la radio, en la televisión, en la prensa, en la
academia, en las redes sociales, etc. Algo paradójico en un país
que aparentemente no cree en la política, tal vez porque pocas
veces la hemos visto.

Los prejuicios que predominan al momento de acercarme al


concepto de la política claramente no son exclusivamente míos,
y al preguntar a distintas personas lo que ésta significa surgen
sus propios prejuicios expuestos en respuestas que transitan
entre dos ideas, por un lado “la política lo es todo, todo acto del
ser humano es un acto político” y por el otro lado “la política es
lo que hacen los políticos y todos los políticos son iguales, por lo
tanto tengo poco o nada que ver con ella”.

33
En la primera noción, la política permea cada aspecto de la vida
diaria, cada acción del ser y además esta presente en todo lugar.
En la segunda, la política es una actividad ajena realizada por
ciertos personajes también ajenos y cuya relación e influencia en
la vida propia no es clara o es difícil de dilucidar más allá de ser la
acción de quienes gobiernan.

Estas dos definiciones tienen una característica en común y es


su vaguedad, la incapacidad de definición del concepto. En el
primero, la política, al estar presente en cada acción humana
desde las más privada hasta la más pública, dificulta su posibilidad
de distinción, no podemos señalar qué es la política y contrastar
con otro tipo de actividades no-políticas una característica
que, más que fortalecerla, la debilita y la invisibiliza, si todo es
política nada es política. En el otro lado de la moneda la política
sigue sin ser definida más allá de ser una acción que realizan una
serie de sujetos específicos, los políticos, y se vislumbra un rasgo
aparentemente característico de ésta que es el poder, en este
caso, de gobernar pues son los políticos, todos, sin distinción
alguna, los que gobiernan, mandan, administran* .

La dificultad de definición de la política es compartida con el


arte; Arte y Política y arte político constituyen una dimensión
epistemológica y de acción con limites difusos y porosos.
Situación que como dije en la introducción al texto no pretendo
resolver totalmente (me sería imposible así quisiera) pero que
sí deseo aclarar, algo así como tener la capacidad de señalar un
objeto que si bien posee límites difíciles de distinguir puede ser
descrito y ubicado en un espacio. Para ello recorrerémos una
ruta indirecta, donde presenciaremos distintos escenarios de la
historia del país que han ayudado a construir en la ciudadanía
nociones y prejuicios que sobre la política tienen. Continuando
con el símil, el andar por el camino más largo para encontrar

* Estas dos nociones afectan también la concepción del sujeto político, así pues, en la primera
tenemos a una persona que se constituye como sujeto político y ya constituido no puede dejar
de serlo y por tanto sus acciones siempre serán políticas es, por lo tanto, un estado permanente,
y en el segundo caso el sujeto es político dependiendo de sus acciones y el escenario en el que
éstas se ejecutan, siendo un estado transitorio

34
ese objeto indefinido-la política y el arte- nos ayudará para
diferenciarlo de su entorno, para separarlo de aquello que no es
pero que ha pretendido ser.

«CUANDO LA POLÍTICA»
ANECDOTARIO [a]POLÍTICO.

Una definición precisa de la ciencia política sólo sería


realmente posible si ésta estuviera acabada, si se hubiera
explorado enteramente su dominio. Se está lejos de ello,
muy lejos.
Maurice Duverger.

El primer escenario que visitamos para aproximarnos a la


política es bien conocido: la contienda electoral y lo haremos
aprovechando que durante la escritura de este texto el país se
encuentra en temporada electoral. Las elecciones suponen un
acontecimiento que convoca a toda la sociedad para decidir, no
solo sobre quiénes deben dirigir un país y sus instituciones sino
también sobre cómo deben ser dirigidas, basada en la trayectoria
de los ciudadanos elegidos (los políticos) y en los programas de
gobierno que son presentados y discutidos en la esfera pública.

35
En Colombia el ejercicio electoral nació con la declaración de
independencia y después de ésta se ha ejercido con sus diferentes
variantes: Sufragio restringido, sufragio universal masculino,
voto indirecto, sufragio universal sin calificación, entre otras.

Las elecciones son acontecimientos en donde los ánimos de los


ciudadanos se caldean y los enfrentamientos se multiplican
por defender a uno u otro candidato, las familias se dividen y
pueden romperse hasta amistades de vieja data, situaciones
que se pretenden calmar generalmente con la frase de “no hay
que pelear por política” o si la situación ya se vuelve demasiado
incomoda se corta de tajo con la sentencia de “aquí no se habla
de política”, típicas frases que hemos escuchado entre amigos o
en reuniones familiares; este tipo de ánimos en época electoral
no son exclusivos del país, o de estos tiempos en que las redes
sociales han permitido multiplicar los debates, las rencillas,
la indignación y las posiciones por asuntos electorales; pelear
por asuntos políticos es, según un reciente estudio, natural a la
condición humana.

Sin embargo, la particularidad del Estado colombiano y el


conflicto armado interno que ha sufrido (cuyas raíces algunos
rastrean hasta la misma independencia -conflicto de índole
político- y que si bien no ha provocado la suspensión de elecciones
o por lo menos no por lagos periodos como sucedió con los países
del cono sur que sufrieron de dictaduras) ha configurado una
relación particular de los ciudadanos con la actividad electoral
que ha determinado su concepción de la política.

Durante años en varios municipios del país no se pudo votar en


paz y muchas veces se tuvieron que cambiar puestos de votación
por el conflicto o los conflictos, que traían dentro de su repertorio
asesinatos de candidatos a los distintos cargos de elección popular
ya sea para concejos municipales, alcaldías, o la presidencia;
Estas condiciones estaban presentes desde la más temprana edad
de la república y ya habían sido observadas por el suizo Ernst
Röthlisberger en 1880 durante su estancia en Colombia como
profesor de la Universidad Nacional: “Los días de elecciones son,

36
para las tropas y para la población, fechas duras y difíciles, en las
que siempre se piensan con alguna preocupación” y más adelante
agrega después de narrar el día electoral: “de forma sombría se
advierte siempre la perspectiva de la cercana explosión de una
guerra civil.” (Carbó, 1995) Y aun con este ánimo electoral,
impulsado sobre todo por las clases dominantes o gobernantes
del país, Colombia es un país sumamente abstencionista, ya sea
porque, como se dijo anteriormente, en sus inicios el derecho al
voto estaba sumamente restringido o por la irregularidad que
trajo el conflicto que privó durante años a mucha gente a ejercer
su derecho al voto, o como sucede actualmente, en donde los
anteriores obstáculos se han ido superando, porque hay una
aparente desilusión del sistema democrático aplicado en el país
que ha conllevado a un desinterés general por la participación
electoral. No hay que mirar muy lejos para encontrar muestras
de este desinterés, en la elección a la presidencia pasada (2018)
el umbral de participación general si acaso superó con enorme
dificultad el 50% de votantes y en otros tipos de consulta los
resultados tampoco son muy alentadores, tales como en la
Consulta Anticorrupción realizada también en 2018 donde solo
participaron 32,05%* del total del censo sin llegar a superar el
umbral necesario para hacer efectiva sus propuestas o en el triste
y emblemático caso del Plebiscito Por La Paz para refrendar los
acuerdos del Estado y la guerrilla más antigua del país y del
mundo, las FARC – EP, que sumo en total una participación de
37,43% . **

Para el pesar de las nuevas ciudadanías libres, declaradas con


optimismo en las últimas elecciones cuando se vio por primera
vez la posibilidad de ascenso a la presidencia de un candidato
alternativo, el sistema participativo colombiano representado
en el ejercicio electoral esta en crisis y lo ha estado desde hace
mucho tiempo sin que se vislumbre una pronta salida, una
realidad que puede ser desalentadora si consideramos que, para
gran parte de la población, la época electoral es el paradigma y la
definición de lo que es la política o que puede ser una oportunidad

* / ** Fuente: Registraduría Nacional Del Estado Civil.

37
para desempolvar este concepto y ponerlo de nuevo en frente sin
brumas que los cubran.

Está más que claro que hay una mayoría de colombianos que no
se han apropiado, o que incluso han desechado, aquel derecho
a elegir y ser elegidos, y sobre todo a ser consultados sobre los
destinos del territorio que habitan, pero sería injusto señalarlos
y juzgar esta actitud sin mirar en el pasado, quizá esta apatía
es solo un síntoma de una enfermedad desarrollada a través de
la historia republicana la cual es, precisamente, que no se ha
necesitado de la consulta de los ciudadanos o mejor aún de los
habitantes para tomar las decisiones que han guiado al país en
sus 200 años de existencia o incluso antes en la colonia cuando
las ordenes provenían de ultramar, o antes desde la conquista del
territorio a manos de los españoles desconociendo la posesión
que sobre este tenían los pueblos originarios, o mucho más antes.
Por tanto, sigamos explorando en la historia para rastrear la raíz
de esa relación de apatía entre ciudadanos y la política, relación
que ha llevado a acuñar frases como que “la política no es para
gente decente” o la conocida de “todos los políticos son iguales”

Unos de los principales hitos históricos que ha influido en la


construcción de la noción actual que se tiene de política es el
asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, algunos han identificado este
hecho como el germen de los conflictos actuales por los que pasa
el país, por lo que nuestra revisión histórica no podía comenzar
en otro lado sino en este acontecimiento. Y es que el asesinato
de Gaitán desató una serie de eventos desafortunados, siendo
el más significativo el período de excitación y terror conocido
como el bogotazo, que a la vez inauguró esa época de pasión
denominada genérica e impunemente como La Violencia, “esa
Violencia con mayúscula, que en algunas regiones de Colombia
se llamó más elocuentemente la época de ´Cuando la Política´”
que consistió en una guerra civil no declarada que, aún cuando
tuvo como punto central el estallido social en la capital con el
magnicidio, cayó con mayor fuerza y en su forma más cruda
en el campo. Los bandos beligerantes no eran otros sino los
partidos tradicionales Liberal y Conservador cuyos directores

38
39
se disputaban, por supuesto, el control del Estado por medio de
varias formas de lucha incluyendo la armada: por un lado, estaba
el partido Conservador de la mano del ejercito oficial, las policías
regionales y las bandas de carácter paramilitar, y por el otro el
partido Liberal al principio también, de la mano de guerrilleros
y combatientes irregulares*. El año anterior al 9 de abril de 1948
la “Violencia política” había causado catorce mil asesinatos,
número que aumentó drásticamente con la muerte de Gaitán
llegando a cuarenta y tres mil (Caballero, 2018), sumado al éxodo
de cientos de miles de personas de los campos a las grandes
ciudades, los desplazados por la violencia.
____

En 1949 un año y unos meses después del asesinato de Gaitán,


dentro el Congreso de Colombia se escucharon disparos, no eran
rebeldes gaitanistas tratando de llevar a cabo una revolución a
causa de la muerte de su líder o criminales queriendo asaltar la
institución, no; eran disparos hechos por congresistas durante
una sesión de la Cámara que terminó en altercado. En esta
sesión los parlamentarios del Partido Liberal pertenecientes
a la Cámara de Representantes queriendo aprovechar que en
el congreso conservaban las mayorías, propusieron adelantar
las elecciones presidenciales que se iban a efectuar el siguiente
año, proposición que por supuesto obtuvo la resistencia de la
bancada conservadora; entre las palabras que se esgrimieron
en el debate se alternaron argumentos jurídicos y ataques
personales, extendiéndose la discusión hasta la madrugada
donde se dió un breve receso en el cual algunos de los legisladores
decidieron beber algunas copas de licor en el bar del Congreso
, ya con los tragos encima la discusión terminó acalorándose
hasta que el conservador Carlos Del Castillo, Representante a la
Cámara por Boyacá, retó al representante liberal de Antioquia,
Lázaro Restrepo, a un duelo. Al momento y después de algunos
insultos el representante Del Castillo saca su revolver y dispara,
asesinando al liberal Gustavo Jiménez e hiriendo mortalmente al
representante Jorge Soto del Corral, desatando un tiroteo dentro
del capitolio en el que participaron otros representantes, más de
50 disparos se escucharon . Dos meses después el presidente de

40
la nación Mariano Ospina Pérez clausura el Congreso y suspende
todas las asambleas departamentales, instaura la censura a la
prensa e impone el estado de sitio. El Congreso no volvería a
funcionar con normalidad hasta 1958 al término de la dictadura
del general Rojas Pinilla y con la instauración del periodo
conocido como El Frente Nacional. Como adición, las elecciones
finalmente sí se adelantaron sin embargo los liberales no se
presentaron*.
_______

No se equivocan quienes ven en La Violencia el germen de los


conflictos políticos actuales, pues además de la confrontación
armada que se vivió en casi todo el territorio nacional, posterior
a ella y para acabarla se pactaron acuerdos de gobernabilidad que
hasta hace poco influían en la vida nacional, como el llamado
Frente Nacional; si alguna época ha sido determinante para la
estructuración del actual Estado colombiano ha sido aquella,
aún después de haber pasado por la creación de una nueva
Constitución. El camino hacia el Frente Nacional se dio de la
siguiente manera: con el país incendiado y el Congreso cerrado,
se efectuaron unas elecciones donde el único candidato era el
dirigente ultraconservador pro-falangista Laureano Gómez,
esto después de que el partido Liberal decidiese que no iría a
los comicios por falta de garantías, argumento que se apoyaba
por supuesto en la violencia ejercida contra esta colectividad en
los campos donde eran cazados, como dije anteriormente, por
el ejercito, las policías y las fuerzas paramilitares conocidas
como Los Pájaros en el suroccidente del país y los Chulavitas en
el nororiente; pero además, en el ataque que sufrió en Bogotá la
marcha proselitista del que hubiera sido el candidato Liberal,
Darío Echandía y en donde resultó muerto su hermano y otros
manifestantes más.
Por supuesto el ganador de la “contienda” fue el candidato único
Laureano Gómez quien inmediatamente convoca una Asamblea
Nacional Constituyente (que no se reuniría hasta tres años
después para legitimar la posesión del golpista Rojas Pinilla)
y busca instaurar el “Orden Social Cristiano”; Sin embargo,

* Luego, ambos partidos usarán la fuerza represiva del Estado, indistintamente, para proteger su hegemonía.

41
Laureano no duraría mucho tiempo frente a la presidencia y
por cuestiones de salud dejaría a cargo a su ministro de Guerra
Roberto Urdaneta. Para esta época la Violencia llegaría a su peor
degradación, arrasando literalmente los campos y sus habitantes
mediante crudas y sangrientas manifestaciones de tortura y
asesinato. Frente a esta situación, en el año 1953 entra en escena
un militar cuya carrera iba en rápido ascenso y que sería recibido
tanto por sectores conservadores y liberales como el salvador de
la patria y el “segundo libertador”, el Teniente General Gustavo
Rojas Pinilla. Los liberales calificaron la acción de Rojas no como
un golpe de Estado sino como un “golpe de opinión”, declaración
secundada por toda la prensa, exceptuando por supuesto al
periódico de Laureano, El Siglo.

La presidencia de Rojas Pinilla tuvo como objetivo pacificar


los campos colombianos, para lo cual creo una amnistía para
las guerrillas liberales que estaban resistiendo desde la zona
de los Llanos orientales y se habían expandido hacia el Tolima
y Santander, bajo esa promesa de amnistía la mayoría de
guerrilleros liberales se desmovilizaron. Tiempo después la
mayoría de los dirigentes guerrilleros iban a ser asesinados,
aparentemente por el propio Estado. Pronto el gobierno de Rojas
daría un giro hacia una dictadura militar personalista, giro
ciertamente no inesperado teniendo en cuenta las características
de sus ministerios y sus alcaldes encargados, encabezados
principalmente por militares. Su imagen sería impulsada por
una amplia campaña realizada desde las oficinas de la ODIPE
– Oficina de Información y Propaganda del Estado, creada en
el gobierno anterior, tanto así que en 1954 y para conmemorar
un año desde el ascenso a la presidencia del General, la ODIPE
encargó a los gobernantes locales del país la inauguración de
obras públicas que serían bautizadas con el nombre 13 de junio,
fecha del golpe; a la par se tenía programado que para esa misma
fecha del año se lanzara el servicio de televisión, inaugurándolo
por supuesto el General con un famoso discurso.

* Así registró El Espectador el tiroteo en la Cámara de Representantes, en https://www.


elespectador.com/noticias/judicial/asi-registro-el-espectador-el-tiroteo-camara-de-represe-
articulo-653818 8 de septiembre de 2016, consultado el 19 de enero de 2019

42
No obstante, fueron otro tipo de medidas del Presidente militar
lo que deterioraría las relaciones con sus antiguos aliados de
los partidos tradicionales; la Asamblea Nacional Constituyente
creada por Laureano fue usada por Rojas para aumentar su
poder, así por ejemplo ésta aprobó la reelección del presidente
militar para el siguiente periodo. Las medidas represivas pronto
iban a reaparecer e ir en aumento y se impuso la censura a la
prensa, los periódicos El Tiempo y El Espectador cambiaron
de nombre durante esta época y sus ediciones estaban
supervisadas por censores militares. Durante una marcha
estudiantil de conmemoración realizada el 8 y 9 de junio de
1954 se disparó contra los manifestantes y en consecuencia
murieron unos cuantos, el presidente militar inmediatamente
culpó al comunismo y el resultado fue la ilegalización del Partido
Comunista. Como dije anteriormente, estos hechos conllevaron
a la ruptura de Rojas con sus aliados conservadores – liberales
y hasta con la iglesia, quienes convocaron un paro nacional en
donde llamaron a los trabajadores de la industria, la banca y el
comercio, así como a los estudiantes a manifestarse en contra del
régimen; y aquellos que celebraron en algún momento el ascenso
de Rojas como “segundo libertador” eran ahora las cabezas de la
oposición civil, “Se trataba de lo que Antonio García denominó la
insurrección de las clases altas” (José Fernando Ocampo, 2010).
Alberto Lleras Camargo líder liberal fue a España a encontrarse
con el depuesto y exiliado Laureano Gómez y firmaron el 24 de
julio de 1956 en Benidorm un acuerdo para regir conjuntamente
el gobierno de los próximos 16 años, acuerdo que sería reforzado
el 20 de julio de 1957 en Sitges y se sometería a plebiscito el 10 de
diciembre de ese año , jornada electoral que será recordada por
poseer el porcentaje de participación más alto en la historia del
país y por ser la primera vez en donde la mujer iba a ejercer su
derecho al voto.

Durante el Frente Nacional el monopolio del Estado volvió a


la oligarquía Liberal – Conservadora, años antes señalada con
razón por Jorge Eliecer Gaitán, estos se alternarían la presidencia
cada cuatro años y la burocracia sería repartida por mitad a sus
integrantes, cualquier otra organización sea partido político o

43
movimiento civil sería excluido, “Se era partidario del Frente
Nacional o se era enemigo de Colombia” (José Fernando Ocampo,
2010). El Frente Nacional solucionaría parcialmente la violencia
del país, por lo menos los partidos Liberal y Conservador no
volverían a alzarse en armas el uno contra el otro, sin embargo,
debido a la reducción en la participación en el Estado y la
exclusión de corrientes de pensamiento que no se amoldaban al
bipartidismo dominante, nacerían otras violencias más longevas
que la anterior.

El periodo del Frente Nacional, ese que prometía la estabilidad


y la paz, vio surgir diversos grupos guerrilleros, no todos de
ideología comunista: El Movimiento Obrero Estudiantil y
Campesino – MOEC nacido en 1959, fundado por intelectuales,
obreros y estudiantes, y cuyo aparato armado se rastrea a las
antiguas guerrillas liberales no desmovilizadas; las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC nacida a partir
de las autodefensas campesinas a mediado de los años 50’s
y oficializada en 1964; el Ejercito de Liberación Nacional –
ELN fundado en 1962 por estudiantes, trabajadores y antiguos
militantes de las FARC inspirados en la teoría del foquismo
guerrillero aplicada en la revolución cubana; el Ejercito Popular de
Liberación – EPL nacido en 1964, brazo armado de las disidencias
del Partido Comunista señalándola como revisionista para dar
paso al Partido Comunista de Colombia, marxista-leninista; el
Movimiento 19 de abril – M-19 nacido en 1974 desde sectores de
la ANAPO – Alianza Nacional Popular (partido de Rojas Pinilla)
y exmilitantes de las FARC, como reacción al fraude electoral
sufrido por Rojas Pinilla ante su contrincante conservador y
frente nacionalista Misael Pastrana en las elecciones de 1970. Por
otra parte, además de los grupos armados nacerían movimientos
civiles que se opondrían a la dominación bipartidista y que
consecuentemente fueron reprimidos fuertemente por ésta,
hay señalar que de los 16 años que duro oficialmente el Frente
Nacional 14 estuvieron bajo Estado de Sitio.
_____

A los conflictos que se heredaron del Frente Nacional se debe

44
sumar que a finales de los años 70’s y en los años 80’s un nuevo
fenómeno aparecería en el país. Impulsado por los movimientos
contraculturales estadounidenses, el consumo de Marihuana
se disparó estimulando su comercialización desde los campos
colombianos y creando con esto una nueva empresa para el
país, el narcotráfico. Cuando los hippies se esfumaron y fueron
remplazados por los exitosos yuppies (si es que no eran los
mismos) la Marihuana fue igualmente reemplazada por un
narcótico más fuerte, la cocaína, y los antiguos comerciantes
de yerba aprovechando su experiencia se adueñarían del nuevo
negocio. Negocio que no tendría mayor inconveniente sino
fuera porque la comercialización de cocaína fue ilegalizada
y perseguida por los Estados Unidos de América y, por tanto,
también lo era por Colombia. La ilegalidad del negocio, favoreció
su rentabilidad y su rentabilidad justificó toda clase de excesos y
estrategias para comercializarla, siendo una de las más dañinas
la corrupción generalizada del aparato estatal y en general de la
sociedad colombiana.

El voraz apetito de parte de los consumidores gringos por la


cocaína impulsó la siembra de coca en los campos colombianos
que, sumado al abandono histórico de estos por parte del Estado
colombiano, la posterior apertura económica que conllevaría a
la importación masiva de los productos agrícolas y el conflicto
armado librado por las distintas guerrillas (y que se efectuaba
principalmente en el campo) encontraron en el cultivo de la
planta de Coca (cultivos ilícitos) una forma de generación de
capital, creando un coctel explosivo que estalló en una violencia
igual o peor que la vivida en los años 50’s. Los comerciantes
de cocaína pronto comenzaron a tener contradicciones con las
guerrillas y, siendo fieles a la historia de violencia colombiana,
comienzan a confrontarla con un aparato militar financiado
con el prospero negocio y hasta cierto punto apoyado por el
Estado como parte de su lucha contrainsurgente. La cocaína y
su negocio permeó a la insurgencia, lo cual era previsible, pero
también penetró rápidamente el sistema estatal comprando
funcionarios públicos, fuerza pública (militares y policías),
poniendo congresistas y presidentes. En el campo las peores

45
escenas y prácticas vividas durante la Violencia de los años
50 fueron reinterpretadas y multiplicadas con sevicia, y
si en aquella época a algunos los mataban por ser godos
o por ser liberales, en ésta se hacía por “auspiciar” a la
guerrilla o a los paramilitares.

La Lucha contra la guerrilla y posteriormente la lucha


por desarmar a los paramilitares, repito en algún punto
apoyados por el Estado, pero salidos de control, fueron
durante más de tres décadas el punto central de discusión
en los debates políticos, es decir en el país, de los debates
electorales. En algunos momentos se valoraba más a
aquellos candidatos que prometían una salida negociada
del nuevo conflicto y en otros a aquellos que prometían
mano dura, y hasta hace poco hemos estado en ese vaivén.
___________

Las crisis del Estado colombiano, que explica la crisis de


la política o por lo menos la crisis del sistema electoral, no
se han dado tanto por su conflicto con sujetos externos,
como por su propia naturaleza. Hay que agregar a las
anécdotas arriba descritas, que en el siglo XIX el país
estuvo a merced de distintas guerras civiles promovidas
desde las altas esferas regentes y que tenían como
resultado las modificaciones/creaciones constantes de
constituciones (una decena) y el consecuente cambio de
nombre de la nación, hechos que provocaban un nuevo
conflicto en un ciclo constante de agitación y violencia.
En el siglo XX las reformas constitucionales continuaban
aunque hay que señalar que la constitución en sí, la de
1886 mantuvo su vigencia por más de 100 años (ha
sido la más larga que ha tenido el país) en parte por la
ventaja que daba su artículo 121 que servía a la voluntad
del gobernante de turno para imponer el Estado de Sitio,
una práctica continua, generalizada y legitimada por
las Leyes y que convertía de inmediato a la democracia
más antigua de Latinoamérica en un Estado de continuas
dictaduras civiles, donde se restringía la prensa, se

46
47
daban poderes extraordinarios al presidente, se atacaban a los
opositores y demás estrategias ya conocidas de tipo totalitario.

Esta naturaleza a la que hago referencia es la naturaleza de los


sujetos que han ostentado el poder y han tenido el control y la
organización del Estado, alrededor del mundo este control ha
estado bajo la figura del monarca, en otros del parlamento, en
otras del pueblo y específicamente en el caso colombiano de la
oligarquía, digámoslo de una vez (sin que esté diciendo algo
nuevo) en Colombia la oligarquía ha sido el Estado, realidad que
ciertamente a cambiado poco en 200 años de vida republicana
y que sigue dejando huella en la vida política nacional. Una
situación que ilumina muy bien uno de los prejuicios que sobre la
política se tiene, al definirla como aquella actividad exclusiva de
quienes nos gobiernan.

48
“En la calurosa sala de visita, junto al espectro de la
pianola amortajada con una sabana blanca, el coronel
Aureliano Buendía no se sentó esta vez dentro del
círculo de tiza que trazaron sus edecanes. Ocupó una
silla entre sus asesores políticos, y envuelto en la manta
de lana escuchó en silencio las breves propuestas de
los emisarios. Pedían, en primer termino, renunciar
a la revisión de los títulos de propiedad de la tierra
para recuperar el apoyo de los terratenientes liberales.
Pedían, en segundo termino, renunciar a la lucha
contra la influencia clerical para obtener el respaldo
del pueblo católico. Pedían, por último, renunciar a las
aspiraciones de igualdad de derechos entre los hijos
naturales y los legítimos para preservar la integridad
de los hogares.
- Quiere decir - sonrió el coronel Aureliano Buendía
cuando terminó la lectura - que sólo estamos luchando
por el poder.”
Cien años de soledad.

Viendo las anteriores anécdotas a las que nos ha acercado


nuestra ruta indirecta no es difícil entender como hemos llegado
a las actuales definiciones o nociones de política y su inevitable
conexión con la actuación de los políticos, nombre dado a un tipo
de dirigente especial que llega a algún cargo de elección popular
o trabaja como funcionario público, Max Weber los describió
muy bien en su conferencia La Política como Vocación, donde los
separaba en dos tipos diferentes de personas, los que vivían por
la política y los que vivían de la política, una clasificación que no
era necesariamente excluyente, es decir puede existir el político
que viva para y de la política. Estos políticos en Colombia estaban
hasta hace poco conectados (con muy pocas excepciones) con los
partidos tradicionales, Liberal y Conservador, partidos que se
han ido diluyendo en diversos movimientos y en otros partidos
políticos desde la constitución de 1991.

49
“No existe, realmente, la política. Tan solo hay políticos.
Estos han sido a través del tiempo hombres que han
impuesto su voluntad de todas las formas posibles”.

Los acontecimientos históricos de nuestro anecdotario [a]


político nos señalan implícitamente una de las características
de la política: su contextualidad, su principal propiedad es ser
local. La política fue pensada, por los filósofos griegos (quienes
fueron los que fundaron la reflexión alrededor de esta), como
una actividad exclusiva de las poleis* griegas, excluyendo a las
sociedades europeas bárbaras, una situación aparentemente
contradictoria con la sentencia del Zoon politikon aristotélica y
que Hannah Arendt con agudeza señala:

“Aristóteles, para el que la palabra politikon era un adjetivo


para la organización de la polis y no una caracterización
arbitraria de la convivencia humana, no se refería de ninguna
manera a que todos los hombres fueran políticos o a que en
cualquier parte donde viviesen hombres hubiera política, o sea,
polis. De su definición quedaban excluidos no solamente los
esclavos sino también los bárbaros de reinos asiáticos regidos
despóticamente, bárbaros de cuya humanidad no dudaba en
absoluto.” (Arendt, 1995)

Actualmente no se duda de que la política es una actividad que


se realiza en todo el mundo, o por lo menos eso nos hace ver
los distintos medios quienes usan la palabra indistintamente,

50
ya sea para hablar de regímenes democráticos, monárquicos o
dictatoriales, acá “los prejuicios se anticipan, van demasiado
lejos, confunden con política aquello que acabaría con la política”
(Arendt, 1995) Sin duda este uso del termino tiene raíces en su
concepción aristotélica, quien como vimos paradójicamente no
lo usaba en todos los casos de gobierno. Para Aristóteles solo
entre los hombres libres que se agrupan de manera autónoma y
armónicamente, surge la politeia y en ella cada hombre cumple
una función específica en la búsqueda de un proyecto común,
como la felicidad. En los casos donde esta agrupación no se da de
manera armónica, en donde exista una relación desigual se cae
necesariamente en una desviación de la organización de la polis,
tales desviaciones eran para Aristóteles la tiranía, la oligarquía y
la democracia. No obstante, al centrar la reflexión de la política en
la organización de los estados, dio paso a que la lucha por el poder
y la dirección del gobierno fueran las características principales
que definen la política. La ciencia del poder y la administración
del Estado.

La respuesta de Arendt y Rancière a esta concepción de la política,


da luces sobre cómo podemos encontrarle, de nuevo, un sentido
a ésta y ponerla a favor de las luchas que consideremos justas,
como la libertad o la equidad. Para estos dos autores la política
no existe en sí misma, solo nace en la relación entre los hombres,
pero no a la manera de Aristóteles, donde cada hombre, ahora
diríamos cada persona, reconoce su lugar y su función en la
sociedad y conforme a ello se asocia, como dijimos anteriormente,
de manera armónica. No. Para Arendt y para Rancière la esencia
de la política esta precisamente en la falta de armonía de toda
estructura organizativa, esta estructura cuyas características
son: “la organización de los poderes, la distribución de los lugares
y funciones y los sistemas de legitimación de esta distribución”
(Rancière, 1996) y que Rancière propone llamarlo Policía,
(término que por lo demás tiene una acepción en el diccionario
cercana o parecida a la propuesta por el filósofo francés) y que es
la cualidad de los Estados contemporáneos, llámense dictadura,
monarquía o democracia.

51
“La política es en primer lugar el conflicto acerca de la existencia
de un escenario común, la existencia y la calidad de quienes están
presentes en el” (Rancière, 1996) No existe política simplemente
porque haya una estructura que permita la gobernabilidad de
una asociación de personas y no existe tampoco por la simple
búsqueda del poder, es decir de la posibilidad de dirigir dicha
estructura, hay política en el momento en el que un grupo de
personas que no se sienten con voz dentro de dicha estructura
y por lo tanto no hacen parte, luchan para darse dicha voz,
para ser parte. “La política existe cuando el orden natural de la
dominación es interrumpido por la institución de una parte de
los que no tienen parte. Esta institución es el todo de la política…”
(Rancière, 1996)

Por lo tanto, en la política aquellos que no son tenidos en cuenta


dentro de la organización, dentro de la policía, no solo buscan
ser escuchados, tener voz también significa tener lugar, mover
los cimientos de la estructura. Rompe la homogeneidad de ésta
para darle paso a la heterogeneidad, por lo mismo su búsqueda
no es la llana igualdad, sino la equidad, la justicia. “Misión y
fin de la política es asegurar la vida en el sentido más amplio”
(Arendt, 1995).

En Colombia pocas veces ha existido la política o, mejor dicho, la


política ha sido invisibilizada por la policía. Las luchas por controlar
la dirección de la nación colombiana han sido principalmente
entre aquellos que siempre la han dirigido alternadamente,
han sido ciertamente entre hombres que siempre han tenido
parte, remitiéndonos incluso a las luchas independentistas.
La existencia de la política ha estado en aquellas acciones que
una parte de la sociedad pide, precisamente, no politizar, como
cuando una periodista de radio le dice a un estudiante dentro de
una marcha estudiantil que mantenga el movimiento lejos de la
política, como para que no se contamine.

El discurso de la no-polarización, que se ha extendido dentro de


*Poleis: Plural del sustantivo Polis.

52
la opinión pública en estos últimos años, rechaza y niega la acción
política, pues parte de la negación de los distintos conflictos
que nacen de las visiones y las reivindicaciones de los distintos
grupos que conforman una sociedad y necesitan ver sus luchas
reflejadas en la estructura social. En colombia, la política que ha
sido reemplazada por la policía a nivel institucional ahora se ve
en el riesgo de la total anulación desde la (in)acción.

La polarización es un fenómeno propio de la política, desde donde


se concibe la política y se constituye el campo de acción de esta,
no es una manifestación nueva que ocurre en Colombia y mucho
menos es una expresión que da claridad sobre las posiciones de
sus habitantes, quienes se han mantenido, ya sea de manera
consciente o no, ajenos a las dinámicas políticas (no más hay que
ver el porcentaje de abstención). Hay que seguir polarizando el
país hasta que se expongan las necesidades y reclamos de todos los
habitantes y no se quede ninguno por fuera de la construcción del
país. Hay que dejar de temerle a la lucha de clases, parafraseando
a Rancière: los primeros en tener claro la lucha de clases fueron
los griegos. Los griegos, aquellos que concibieron la política.

53
54
55
ARTE Y POLÍTICA EN COLOMBIA

“La acción, no es utilitarista, no se medirá por


su éxito histórico, sino por este gesto de inicio,
de innovación…

La acción no es siempre política, para serlo debe


estar unida al discurso.”
Hannah Arendt

Antes de continuar, hay que señalar que el concepto de arte


político que a continuación se analizará esta vinculado a aquellas
prácticas que buscan desmarcarse del discurso oficial (así no lo
logren) y que tienen como intención reaccionar de alguna manera
a la situaciones de injusticia, violencia, y demás que merezcan
ser denunciadas, por lo tanto acá no entraremos a exponer el
arte creado bajo el discurso político estatal, o según la claridad
de los conceptos anteriormente vistos, el discurso policial tales
como los monumentos, las esculturas y estatuas.

Menos que querer hacer una cronología o un análisis particular de


la creación de arte denominado político en el país, los siguientes
párrafos son un breve análisis de las características que debería
tener todo arte que quiera ser político. Reflexionando, de manera
general, alrededor de las prácticas artísticas que dominan la
titularidad de arte político y las posibilidades que tienen para
serlo.

La claridad que nos da los párrafos anteriores nos permite indagar


sobre esta relación arte – política y podría iniciar diciendo que

56
el arte político (no todo puedo decir, pero si la generalidad) se
ha movido en dos frentes, uno centrado en darle visibilidad y
denunciar aquellas situaciones que consideran injustas, es un
arte que de cierta manera se queda como testigo y registro, y
considera que de esta manera adopta las características de la
política y otro que ha buscado romper la estructura del medio -
el medio artístico me refiero- para hacer válidos sus lenguajes
y otorgar la característica de arte a aquello que antes no lo
poseía, estos dos frente no son excluyentes el uno del otro y son
frecuentemente mezclados por los artistas políticos. En el primer
frente podríamos ver esa característica ineludible de la política
de darle voz a quienes no la tienen, sin embargo, como vimos
anteriormente no es suficiente con dar voz, no es suficiente con
dar visibilidad, a través de la representació, a aquellos que han
sido invisibilizados, debe necesariamente mover los cimientos
de la estructura que no los hace parte, para darles cabida, no solo
de manera nominal o visual, sino de manera efectiva. “Si el arte
busca incidir, debe entender los mecanismos de participación
política” (Esfera Pública, 2018) diría el maestro Guillermo
Vanegas.

El segundo frente ha permitido la creación de prácticas estéticas


que nunca hubieran sido adoptadas por las instituciones artística,
sin la lucha constante y la insistencia de su validez, como el
performance, siendo este último el acto artístico por excelencia
que ha adoptado el tema de lo corporal como lugar de la política
y la ubicación de ésta en cada acto humano. Y podríamos decir
que en efecto ha tenido éxito, si lo ubicamos en la política
institucional del arte, y no dudo que es de las prácticas artísticas
que podrían tener mayor efectividad dentro de la lucha política
general.

Con todo, estas posibilidades se han mantenido principalmente


en el terreno de lo teórico y han sido pocas excepciones las que
el arte denominado como político, en Colombia, ha sido tal. El
arte político colombiano ha estado marcado sobre todo por la
representación, y esto en un país sobrecargado de imágenes
de violencia o injusticia, es una letanía. Y en muchos casos ha

57
propiciado para que los causantes de los actos denunciados
y representados queden en la sombra, o se enmarquen en la
narrativa oficial, la de la policía.

Entre las excepciones de arte político en Colombia hay que resaltar


la obra de Guillermo Villamizar, un artista cuya obra gira alrededor
del asbesto y la polémica de su uso y su proceso de prohibición
como material para la construcción. Villamizar empezó con una
investigación sobre la conexión entre la colección de arte Daros
Latinoamérica y los dueños de las principales fábricas que usan
asbesto como Eternit. No tardó mucho Villamizar en darse cuenta
que los dueños de esta última también lo eran de la primera.
Villamizar escribió sendos artículos exponiendo esta relación y
continuó con una serie de «performance institucional», como lo
denominó el maestro Guillermo Vanegas, en donde entre otras
cosas, constituyó una fundación: Colombia Libre de Asbesto, y
ayudó a la redacción de una ley que prohibiera la explotación y
uso de este material en el país.

Afiche Del Evento


ASBESTO. Arte Ciencia Y
Políticas. Donde uno de los
participantes era el artista
colombiano Guillermo
Villamizar.
FUGA - 2015
58
ESTO IBA A SER
UN MANIFIESTO
“La política consiste en una dura y prolongada penetración
a través de tenaces resistencias, para la que se requiere, al
mismo tiempo, pasión y mesura.”
Max Weber.

Esto iba a ser un manifiesto, pero no lo es, para que lo sea debe ser
suscrito por más sujetos, por el momento solo me circunscribe a
mí, sin embargo no deja de ser una declaración, una declaración
de amor a la política y al arte que me han traido todo lo que hasta
el momento tengo y han conformado lo que en este momento
soy. Por lo tanto:

Me niego a que la poesía cubra la barbarie. Y me niego también a


que la barbarie niegue la posibilidad de poesía.
En un mundo que grita porque se haga presente la política y
el arte, es imperioso luchar todos lo días para que éstos no
sean cubiertos en brumas que las distorsionan, las alejan y nos
confunden.

Si la palabra arte no logra disipar la neblina que la rodea, estará


condenada a la inocuidad aún cuando su intención sea el escape
de la realidad a la fantasía.
Si la palabra política no logra disipar la neblina que la rodea,
estaremos condenados nosotros a una vida inocua y tortuosa.

El arte no es una herramienta para la acción política. El arte debe


ser la acción política.

Por tanto, no todo puede ser arte, como no todo es política. Nuestra

61
capacidad para poder distinguirlos es una de las herramientas
más poderosas para darle paso a la acción. Si durante años la clase
gobernante nos ha ido despojando de lo material, no permitamos
que nos despojen de los conceptos. Colombia es un país donde
la acción política está prohibida, y quienes la prohíben toman
medidas como el asesinato para mantenerla lejos, ellos durante
años han escamoteado hasta las palabras para condenarnos a la
inacción. ¡No se lo permitamos!

¡Volvamos al arte, volvamos a darle sentido a la política, y


llenemos las calles de éstas, una y otra vez, hasta que el cambio no
tenga otra opción sino llegar, hasta poder vivir tiempos mejores!

62
LA OBRA

El resultado plástico de esta reflexión se expuso en el Monumento


a los Héroes, un espacio gestionado por mi pareja Zarethe Torres
y por mí mismo, en el que siempre tuve la intención de montar
mi proyecto de grado y en el que confluyen distintas nociones de
lo político.

La exposición se realizó en el mes de marzo entre los días 21 y 29.

63
64
65
66
67
68
69
ÍNDICE DE IMÁGENES

Pág. 9. ¡Advertencia! Construyendo educación GRATUITA y de


CALIDAD. Autor Desconocido. 2011. Imagen realizado en el marco de las
manifestaciones estudiantiles.

Pág. 13. Fotograma del video NI UN PASO ATRÁS - Toma a Bogotá, 10 de


noviembre de 2011. Realizado por Kinorama Colombia. 14 de noviembre de
2011. https://youtu.be/RK6muKxxe2g

Pág. 16. Fotografía del arbol de navidad instalado en la plaza de Bolivar


envuelto con distitntas banderas de organizaciones estudiantiles y pancartas.
Autor Desconocido. 2011

Pág. 20. Fotogramas del video NI UN PASO ATRÁS - Toma a Bogotá, 10 de


noviembre de 2011. Realizado por Kinorama Colombia. 14 de noviembre
de 2011. https://youtu.be/RK6muKxxe2g. En el video podemos observar
distintas banderas en representación de la Facultad de Artes- ASAB cuyo
diseño son de mi autoría.

Pág. 25. Imagen extraida del video donde el entonces Presidente Juan
Manuel Santos dice su famosa y desafortunada frase «El tal paro agrario
no existe».

Pág. 29. Esta familia defiende la U. pública y apoya el paro estudiantil


Imagen usado durante el paro estudiantil del 2018 para manifestar el apoyo
al movimiento estudiantil. Imagen de mi autoría. 2018

Pág. 39. El verdadero poder electoral. Imagen de mi autoría. 2010.

Pág. 47. Imagen de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolivar.

Pág. 54 / 55. Postales Greetings from Colombia. Imagen de mi autoría. 2015.

Pág. 63. Invitación a la exposición 14 cañonazos graduables. Muestra de


proyectos de grado de la Facultad de Artes - ASAB. 2019

Pág. 64 - 69. Registro de la obra Aquí no se habla de política. 2019

70
FUENTES

Rancière, J. (1996). El Desacuerdo . Buenos Aires: Ediciones Nueva


Visión.
Arendt, H. (1995). ¿Qué es la política? Barcelona: Paidós.
Esfera Pública. (10 de 12 de 2018). Esfera Pública. Obtenido de http://
esferapublica.org/nfblog/guillermo-vanegas-si-el-arte-busca-incidir-debe-
entender-los-mecanismos-de-participacion-politica/
Aristóteles. (1986). Politeia. Bogotá : Caro Y Cuervo.
Caballero, A. (2018). Historia de Colombia y Sus Oligarquías. Bogotá:
Planeta.
José Fernando Ocampo, J. O. (2010). Historia De Las Ideas Políticas en
Colombia. Bogotá: Taurus.
Rodriguez, E. C. (2012). La Mane y el paro nacional universitario de 2011
en Colombia. Ciencia Política, 140 -193.
Carbó, E. P. (1995). Civilizar las urnas: Conflicto y control en las
elecciones colombianas, 1830 - 1930. Boletín Cultural Y Bibliográfico
Banco de la República, 48 - 55.
Weber, M. (2001). La Política como vocación. Madrid.
Suazo, F. (2005). A Diestras y Siniestra. Comentarios sobre arte y política.
Ciudad De México: Fundación de Arte Emergente.
Gil, F. B. (2015). El lugar de la Ley en la movilización social:
Movilización estudiantil del 2011 y de los campesinos en el Paro Agrario
de 2013. Bogotá: Proyecto de grado, Universidad Javeriana.
Restrepo, J. D. (2015). Setenta años esperando la democracia. Boletín
Cultural y Bibliográfico, 21 - 40.
María Sol Baron Pino, C. O. (2011). Editoriales visuales. Publicidad,
grádica y cine al final del Frente Nacional. Cuadernos de Música, Artes
Visuales y Artes Escenicas, 117 - 151.
Jaramillo, J. A. (2010). El Movimiento Obrero Estudiantil Campesino
7 de enero y Los Orígenes de la Nueva Izquierda en Colombia. Bogotá:
Proyecto de Grado de Maestría en Historia, Universidad Nacional de
Colombia.

71

También podría gustarte