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Electivo Hinpnosis, Psicología UV, 2018

EL FENÓMENO HIPNÓTICO

Thomas W. Wall

El fenómeno hipnótico puede ser visto desde dos perspectivas: el fenómeno que resulta de la
aplicación de técnicas y estrategias hipnóticas (ej. lo que la gente hipnotizada hace) o el fenómeno de la
hipnosis en sí (ej. lo que la gente hipnotizada experimenta). El objetivo de este artículo es el fenómeno que
llamamos hipnosis y donde sea apropiado, también será discutido el fenómeno usado en intervenciones
terapéuticas. El énfasis estará en la hipnosis clínica, ya que como lo notó Haley (1983), la hipnosis en
investigación y en terapia son dos fenómenos diferentes.

Este artículo da la oportunidad al lector de familiarizarse con las bases subyacentes que me han
servido en mis esfuerzos para entender la hipnosis y ciertos fenómenos hipnóticos. Las líneas de
investigación incluirán varios puntos de vista. El tema de que, si la hipnosis requiere una base de trance
especial o estado, será usado para informar al lector de los problemas de lenguaje para construir modelos
para explicar el fenómeno de la hipnosis. El análisis del trance lógico como un fenómeno será usado para
ejemplificar una característica hipnótica central y las dificultades para explicar el fenómeno hipnótico. El
concepto de disociación como una alternativa a los diferentes modelos, será usado como base de la noción
de que los fenómenos hipnóticos son mejor explicados en términos de un proceso. Finalmente, las evidencias
de la especialización hemisférica serán usadas como base para la creencia de que la hipnosis es el resultado
del cambio de actividad desde el hemisferio izquierdo al hemisferio derecho.

Existe algo aparentemente único en el proceso y contenido de ciertas comunicaciones verbales y no


verbales generadas por una persona, que llevan a lo largo del día a exhibir varios fenómenos hipnóticos. Por
ello, parece haber algo inusual acerca de lo que le pasa a la persona que recibe estas comunicaciones,
cuando puede ser tan dramático como el desarrollo de una cirugía sin agentes anestésicos que reduzcan la
experiencia del dolor, el control de sangrado y la promoción de curas tanto físicas como psicológicas.

Haley (1973), al discutir el trabajo de Milton Erickson, ha establecido que la hipnosis resulta de un
ESTILO ESPECÍFICO DE COMUNICACIÓN. No es el estado de una persona, más aún, es un tipo especial
de intercambio entre personas. Algo llamado "la respuesta hipnótica" debe suceder para permitir que ocurra
este tipo de evento interpersonal. Para examinar este tipo especial de intercambio, se requiere de una
discusión acerca de un problema básico a considerar para todos los eventos experimentales. Cualquier forma
de lenguaje usado o explicación construida para tomar en cuenta los eventos que se piensa que ocurren
durante la hipnosis serán hallados inadecuados. Esto es, cualquier descripción lingüística de una experiencia
no representará lo mismo que la experiencia misma, particularmente si el tipo de experiencia no está basado
en lenguaje. El leguaje puede crear modelos acerca de la hipnosis y los eventos hipnóticos, pero el lenguaje
acerca de la experiencia nunca es la experiencia en sí. La realidad está representada como una construcción
neurológica y depende de que un modelo o esqueleto conceptual se desarrolle. Esto es, que usamos un
modelo explicativo, o modelo meta, para explicar otro modelo que se presume que existe como un sistema
neurológico. Esta es la posición propuesta por Bandler y Grinder (1975).

Hay muchos niveles en los cuales describimos la misma cosa. Por ejemplo, la experiencia auditiva
de música producida eléctricamente o amplificada puede ser descrita en términos de sensaciones corporales,
ritmo, golpes y calidad tonal, o en el lenguaje peculiar de la electricidad y el movimiento de electrones.
Debemos seleccionar cual estructura de lenguaje funciona mejor para los propósitos en vista, esto es, explicar
y apreciar la experiencia de este tipo de música o construir un amplificador de alta fidelidad. Existen fórmulas
numerosas y divergentes acerca del fenómeno de la hipnosis, en parte porque son diferentes niveles posibles
de construcción de modelos o descripciones. Ofrezco al lector una variedad de posibles modelos para
entender mejor y apreciar lo que pasa.
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Existen un número de suposiciones básicas que son importantes de considerar cuando examinamos
el fenómeno de la hipnosis. La primera suposición es que la hipnosis es un evento interpersonal que requiere
de una relación recíproca interpersonal; la hipnosis no requiere y no debería implicar un terapeuta dominado o
controlando la relación con el sujeto. El evento hipnótico es visto como el resultado de una interacción donde
una persona hace o dice algo que permite a la otra tener una experiencia internamente generada.

La segunda suposición es que la capacidad hipnótica es inherente y reside en cada individuo por
virtud de un set de recursos personales para generar un proceso de inducción. Estos recursos pueden estar al
descubierto o, en circunstancias particulares, ser descubiertos por primera vez, pero nada intrapersonal
necesita ser añadido o quitado. El terapeuta provee la oportunidad de explorar estas capacidades o recursos
si el sujeto está de acuerdo.

Tercero, como Spiegel (1978) había notado, la capacidad de ser hipnotizado es un signo de
funcionamiento mental relativamente intacto. Aunque los pacientes más perturbados pueden ser hipnotizados
(Scagnelli, 1976, 1980), en general, sus capacidades para el trance hipnótico están limitadas de alguna
manera.

Cuatro, cada persona experimenta la hipnosis en forma única y no pueden hacerse generalizaciones
de lo que ocurrirá o cómo una persona será absorbida en la experiencia hipnótica. Debido a que cada uno de
nosotros tiene patrones únicos de respuesta y patrones únicos de consciencia (Tarte, 1975), el terapeuta
debe descubrir cual método y cual esquema permite elegir mejor el fenómeno hipnótico deseado.

Por último, el fenómeno hipnótico (trance) es naturalístico (Erickson, 1958), reflejando capacidades
dentro de nosotros. La hipnosis surge de un reordenamiento de componentes que constituyen nuestra
experiencia ordinaria en el mundo.

Consciencia y el Fenómeno de Trance

La hipnosis usualmente ocurre en cuatro fases: preparación, inducción, utilización y conclusión del
trance. El fenómeno llamado estado hipnótico o trance ha sido sujeto a muchos debates. Haley (1965) ha
aclarado la confusión con respecto a la noción de trance. Debido a que su descripción sería difícil de mejorar,
su reproducción es la siguiente:
Varios estudiosos han propuesto por fin las siguientes descripciones del trance hipnótico. El trance
es sueño, pero no lo es. Es un reflejo condicionado, pero sucede sin condicionamiento. Es una relación de
transferencia que incluye esfuerzos instintivos libidinosos y sumisos, pero se debe a esfuerzos instintivos
agresivos y sádicos. Es un estado en el cual una persona es hipersugestionable a sugestiones ajenas, pero
es un estado donde sólo la autosugestión es efectiva ya que se necesita de la cooperación del sujeto. Es un
estado de atención concentrada, pero es alcanzado por disociación. Es un proceso de juego de roles, pero el
rol es subjetivamente real. Es un cambio neurológico basado en sugestiones psicológicas, pero los cambios
neurológicos no han sido medidos aun y las sugestiones psicológicas aún deben ser definidas. Finalmente,
hay un estado de trance, el cual existe separadamente del fenómeno de trance, como la catalepsia,
alucinaciones y otros, pero estos fenómenos son esenciales para un verdadero estado de trance.

El trance es un "estado especial", definido por la experiencia subjetiva. Los argumentos para el
trance o el estado de hipnosis tienen una serie de suposiciones comunes:

1. Existe un estado especial de conciencia llamado trance hipnótico.


2. Se caracteriza por sugestibilidad aumentada, imaginería estimulada e imaginación, incluyendo la
posibilidad de memorias visuales de una historia personal.
3. Incluye una disminución en la función de planeamiento, sin pérdida en la habilidad de iniciar o terminar
acciones.
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4. Existe una reducción en las pruebas de realidad. Se han reportado una variedad de distorsiones de la
realidad. Estas incluyen la aceptación de memorias falsificadas, la producción de alucinaciones positivas
y negativas (Orne, 1962), revivificación de memorias tempranas con sugestiones de regresión de edad,
amnesias post-hipnóticas y distorsiones en la experiencia subjetiva del tiempo. Representantes de la
existencia del trance hipnótico o estado son Fromm y Shor (1972), Hilgard (1977), Orne (1977) y Erickson
(1967).

En oposición a este punto de vista está lo que Barber ha llamado la "posición cognitivo-conductual"
(1974). Este punto de vista arguye que los que responden a las sugestiones de los tests están teniendo
diferentes experiencias "no debido a que están en diferentes estados, sino a que reciben diferentes
comunicaciones" (Barber, 1972). Las características de esta posición son:

1. La propuesta de una diferencia de estado no es necesaria para tomar en cuenta las diferentes respuestas
a las sugestiones de los tests.
2. Las diferencias en las respuestas se relacionan a actitudes, motivaciones y expectativas hacia la
comunicación recibida.
3. La respuesta de la persona a las sugestiones del test tiene una relación interna positiva hacia la
comunicación que recibe.
4. La no respuesta de la persona a las sugestiones del test tiene una relación interna negativa hacia las
comunicaciones que está recibiendo.
5. Los tres factores de actitud, motivación y expectativa varían e interactúan en formas complejas para
determinar la respuesta a la sugestión.
6. Los conceptos tomados de psicología anormal (trance o disociación) son engañosos y no explican
respuestas conductuales y subjetivas. La respuesta a la sugestión es un fenómeno psicológico normal.
7. El fenómeno asociado con sugestiones de tests está considerado dentro del rango normal de
capacidades humanas.

Barber y Wilson (1977) han propuesto que, sin considerar si un procedimiento de inducción de trance
es usado, los sujetos responden a las sugestiones de los tests, con varios fenómenos hipnóticos, debido a
que ellos piensan e imaginan los temas tal como se sugieren. Hilgard, en un estudio intensivo en 1979,
confirmó el rol del involucramiento imaginativo como un antecedente importante y condición para la respuesta
hipnótica. Por ello, los puntos de vista tanto de Barber como de Hilgard acreditan que la capacidad del
involucramiento imaginativo juega un rol significativo en el logro de fenómenos asociados con el uso de la
hipnosis.

Mientras la controversia continúa, el clínico que usa la hipnosis debe tomar en cuenta esta
importante diferencia, esencialmente: ¿Existe un estado de trance? La pregunta puede ser superflua, desde
un punto de vista clínico, ya que los clínicos están más relacionados con el alivio del dolor que con posiciones
teóricas particulares. Como un modo de resolver estas diferencias he encontrado el punto de vista de Tart
(1975) útil para unir la separación entre las diferencias teóricas y la experiencia clínica. Tart toma una posición
de estado especial. Él distingue entre estados discretos de consciencia (d-SOC), un estado alterado discreto
de consciencia (d-ASC) y un estado e consciencia de base (b-SOC). Este autor define un d-SOC como "un
patrón de configuración de estructuras psicológicas único, dinámico; un sistema activo de subestructuras
psicológicas". Los ejemplos citados son el estado de alerta normal, el sueño y el dormir.

Un d-ASC se refiere a un estado que es diferente de la consciencia de base. Este es un sistema


nuevo, con propiedades únicas que han sido generadas como una reestructuración de la consciencia.
"Alterada" se entiende, en este sentido, como un término puramente descriptivo que no conlleva valores. En
otras palabras, la experiencia de la hipnosis (d-ASC) resulta de un proceso de construcción internamente
generado, de actitudes, valores, motivaciones y expectativas (inducciones) que se originan en el terapeuta y
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se transmiten al sujeto. Por definición, una inducción es cualquier actividad usada para crear un d-ASC de
hipnosis, el cual es un reordenamiento de las fuentes existentes y capacidades de una persona.

La consciencia de base está estabilizada por un número de procesos, incluyendo los relacionados
con la variabilidad del medio. Es aparentemente difícil procesar estímulos actuales sin una distorsión eventual
en el procesamiento neurológico, por ello, el proceso de construcción es susceptible a confusiones bajo
condiciones de variabilidad mínima, por ejemplo, la privación sensorial. Las inducciones hipnóticas están
diseñadas para ayudar a la transición lejos de la consciencia base a una d-ASC, o lejos de la realidad externa,
lo cual es la mayor fuente de estabilización de consciencia.

El término trance como es usado aquí, es la experiencia subjetiva que se origina con un cambio de la
realidad externa hacia la interna. El cambio está lejos de "actuar" en el mundo, supone "experimentarlo" más
directamente. Esto implica comenzar a estar disociado de conceptos ordinarios o categorías de experiencia, y
a estar involucrado más directamente con la experiencia. Los estados de trance son experiencias sin lenguaje
o categorías lógicas, no son forzados y resultan de respuestas espontáneas a ideas internas y externas. Por
el contrario, la consciencia base compuesta de representaciones conceptuales del mundo, es un modelo de
realidad mantenido por tres factores primarios (Miller, 1979):

1. Flujo continuo de impulsos sensoriales a la corteza sensorial y hacia órganos de percepción.


2. El vasto trabajo de funciones asociativas que están interactuando continuamente en la corteza humana y
produciendo el fenómeno de consciencia en vigilia y alerta del mundo externo.
3. Los estímulos variantes (ej. alteraciones en luz, color, sonido, forma, olor, tacto) que producen reacciones
y por ello contribuyen a la consciencia y la alerta.

Volviendo a la idea inicial, nosotros no operamos directamente en el mundo en el cual vivimos.


Creamos un modelo o mapa y usamos esto para guiar nuestra conducta. Este modelo determina la manera
como percibimos el mundo, nuestras actitudes y motivaciones, por ello, una intervención hipnótica efectiva
implica algún cambio o diferencia en la manera de representar nuestra experiencia. La consciencia de base
es estabilizada como resultado de este proceso de construcción y es relacionada a sistemas de feedback.
Estos sistemas de feedback pueden incluir ideas originadas de sensaciones corporales como también de
cambios en el medio.

Bandler y Grinder (1975) han propuesto tres procesos fundamentales para tomar en cuenta la
diferencia necesaria entre el mundo y el modelo construido o representación del mundo. Estos procesos son
la destrucción, distorsión y generalización. La destrucción es el proceso mediante el cual la atención es
derivada selectivamente hacia ciertas dimensiones de experiencia y excluye otras. El modelo es reducido de
la experiencia original debido a que ocurre este proceso de no atención selectiva. El resultado es un modelo
empobrecido. En segundo lugar, la distorsión es el proceso que permite un cambio en la experiencia
sensorial. Un ejemplo podría ser la fantasía, el soñar despierto o la creación de alucinaciones positivas y
negativas. Por último, la generalización es el proceso por el cual los elementos del modelo de la persona
empiezan a ser separados de la experiencia original y representan la categoría completa de la cual la
experiencia es un ejemplo. Bandler y Grinder (1975) citan el ejemplo de una persona que en algún momento
de su vida había sido rechazada y hace la generalización de que no es lo suficientemente buena, por ello
destruye los mensajes y los distorsiona como si no fueran sinceros. La implicancia para el uso clínico de la
hipnosis es tal vez obvia, por lo tanto, las intervenciones deberían ser dirigidas a representaciones más
completas y exactas de la experiencia.

El movimiento o cambio de b-SOC a d-ASC implica ciertos principios. El proceso de inducción debe
tomar en cuenta el patrón de funciones o las muchas relaciones estabilizadoras que mantienen la
consciencia. El lector recordará la analogía de la música citada antes y los variados lenguajes que pueden ser
usados para describir los diferentes niveles de experiencia.
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Aunque la inducción o cambio del estado de vigilia al estado hipnótico ha sido descrito por varios
autores, la transición actual y su proceso continúan siendo un misterio. Tart ha especificado las operaciones
de inducción como un proceso de dos pasos: "interrupción" y "modelamiento". Erickson especifica los dos
pasos como una "aceptación" y utilización", mientras que Bandler y Grinder se refieren al "paso" y "guía"
como términos descriptivos de estas operaciones. Lo que se prefiera, todos son términos descriptivos para un
proceso de dos estados que requiere de las mismas operaciones generales en principio.

El primer estado de inducción es la aplicación de un proceso interruptivo que empieza por aceptar el
b-SOC y después gradualmente empieza a interrumpir los elementos de estabilización. Esta interrupción
necesita ser de una magnitud suficiente (aunque empieza frecuentemente en forma súbita) para interrumpir la
estabilización lo suficiente para que los patrones de base de la consciencia no puedan mantener su
integridad. Se debería observar que esto no puede suceder en la ausencia de consentimiento y sin la
motivación, actitud y expectación apropiadas. La simple aplicación del patrón de interrupción es usualmente
insuficiente para producir un estado alterado de consciencia.

Las fuerzas de interrupción deben ser seguidas mediante la aplicación de patrones de fuerzas, la
segunda operación. La función psicológica interrumpida es requerida ahora para formar un patrón nuevo, un
estado alterado de consciencia. Como dice Tart, estos patrones de fuerzas pueden también utilizarse para
interrumpir el funcionamiento ordinario del estado de vigilia debido a que son incongruentes con el
funcionamiento de este estado; por ello, el mismo estímulo puede servir tanto para funciones interruptivas
como para funciones de modelamiento. El proceso es la interrupción en el estado construido (modelo) de
consciencia y la reconstrucción para la formación de una estructura nueva, autoestable. La reversión de este
proceso, o deinducción, trabaja en la misma manera para reinstalar el estado previo de base. Ejemplos de
fuerzas de interrupción son: una atmósfera quieta, focalización de la atención, la aceptación de la conducta
del paciente y "sentir con" la experiencia evocada por ideas verbales (opuesta a la disociación y pensamiento
acerca de lo que se dice). Otros ejemplos de fuerzas de interrupción son las sugestiones que crean lazos
asociativos a las experiencias previas, disociación de ideas corporales y la desaparición de las sensaciones
corporales de la consciencia. Las sugestiones de relajación y alejamiento de tensiones (ej. sentarse tranquilo
e inmóvil en una posición confortable) reducen significativamente cualquier idea corporal que pudiera ser
usada para mantener la consciencia de base.

Una fuerza de modelamiento poderosa implica el cambio gradual en el lugar de control de la


autodirección, implica permitir a la voz y pensamientos del operador tomar el rol de director. Gill y Breuman
(1977) han propuesto esto como un aspecto de transferencia de la hipnosis. Ellos enfatizan la creencia de que
uno no debería hablar del "estado" de hipnosis, pero sí de la "relación hipnótica".

El fenómeno de la hipnosis puede ser visto como un proceso en el cual la consciencia base es
interrumpida y remodelada. Formando este nuevo estado, se alteran diversos puntos de vista aparentemente
consistentes y se originan otros describiendo el mismo proceso con diferentes modelos lingüísticos. Algunos
factores importantes como: las expectativas hacia la experiencia hipnótica, cómo reaccionan los sujetos
hipnotizados, la motivación y las actitudes hacia la experiencia de la hipnosis son determinantes poderosas
hacia el entendimiento del procedimiento de la inducción hipnótica y el rol de la consciencia.

Si uno adopta el modelo cognitivo conductual o el modelo del estado de trance, parece de menos
importancia el entendimiento y el uso de los principios comunes y generales que ambos ofrecen. Ambas
posiciones toman en cuenta las variables psicológicas de la motivación, expectación y actitud que usualmente
incluyen la preparación del sujeto o el establecimiento del rapport. Barber (1974) enfatizó el rol de los deseos
del sujeto para pensar e imaginar con los temas que se le sugieren. Este es un proceso de autointerrupción
que tiene que alterar la consciencia y modelarla de otra forma, por ello, cómo uno describe el proceso es visto
de menos importancia que la comprensión de la salida o resultado y el cómo lograrlo.
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Trance Lógico

En un artículo que ha recibido considerable atención y argumento, Orne (1959) discutió el fenómeno
del trance lógico, que es la habilidad de los sujetos hipnóticos para demostrar incongruencias lógicas. Orne
(1977) ha establecido que "lo que caracteriza al sujeto hipnotizable no es satisfacer cualquier y todos los
requerimientos, sino que la tendencia específica o habilidad para responder a sugestiones designadas para
obtener el fenómeno hipnótico". Específicamente, Orne ha usado la alucinación transparente y doble
reportada por sujetos como evidencia para la tolerancia de inconsistencias lógicas.

En la alucinación transparente, el sujeto hipnotizado profundamente reporte ver a una persona


alucinada sentada en una silla y, simultáneamente, ver la silla a través de la persona alucinada. En la
alucinación doble, el sujeto ve a la persona actual parada en la habitación y, al mismo tiempo, ve una
alucinación de la misma persona en cualquier parte de la habitación. Orne ha notado que el trance lógico es
visto solamente casi en todos los sujetos altamente sugestionables, quienes han estado bajo procedimientos
de inducción hipnótica y son considerados en estado hipnótico. El trance lógico es reportado por pocos
sujetos que se les pide simular la hipnosis. Orne arguyó que el trance tiende a ser una característica única de
la hipnosis.

Contrario a la noción de que la hipnosis tiene características únicas, es el trabajo de Barber (1969) y
de Sarbin y Coe (1972). El trabajo de Johnson, Mahler y Barber (1972) fue un intento de replicar el trabajo de
Orne. Estos investigadores concluyeron que el trance lógico no era considerado como una característica
discriminativa en sujetos hipnóticos. Hilgard (1972), en una crítica al trabajo de Johnson y sus colegas,
concluyó que sus datos producían resultados demasiado indeterminantes, pero favoreciendo los hallazgos de
Orne. En una respuesta a las críticas de Hilgard, Johnson (1972) arguye que sus desacuerdos reflejan
problemas generales de conducción de la investigación en hipnosis. Johnson nota que Orne y Hilgard siguen
el paradigma de estado específico, el cual postula que la inducción hipnótica causa cambios cuantitativos en
el organismo. Más aún, este estado especial es instrumental en la producción de ciertas conductas como la
catalepsia, rigidez muscular, anestesia, regresión de edad, alucinaciones, amnesias y otros fenómenos. No es
sorprendente que los investigadores que usan este paradigma observen esos fenómenos que ellos predicen
que ocurrirán. Si uno asume el trance lógico, uno lo observa cuando la persona hipnotizada actúa en forma
diferente.

Orne ha propuesto que la investigación en hipnosis debería empezar con definiciones operacionales
razonables del fenómeno. Las dos maneras principales ofrecidas para definir la hipnosis son: lo que se ha
hecho al sujeto y la respuesta del sujeto. Orne (1977) resume su definición definiendo la hipnosis como el
"estado o condición en la cual los sujetos pueden responder a sugestiones apropiadas con distorsión de la
percepción de la memoria". Él ofrece una definición más descriptiva que explicativa. Nota que la característica
más sobresaliente de los sujetos hipnotizados, opuesto a los simuladores, es "su deseo marcado para
mezclar las experiencias sugeridas por el hipnotizador con las percepciones del mundo real".

Contrario a este punto de vista, Barber (1969) ha propuesto un acercamiento cognitivo-conductual


con las siguientes suposiciones:

1. Los fenómenos explicados son las conductas abiertas y los reportes subjetivos tradicionalmente
asociados con sugestiones/procedimientos llamados inducciones hipnóticas.
2. La estrategia más adelantada, confiable en la actualidad, para explicar estas "conductas hipnóticas" (ej.
catalepsia, anestesia, regresión de edad, alucinaciones y amnesia) es establecer relaciones probables
entre la conducta y antecedentes demostrativos en las condiciones del momento.
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3. Como las relaciones de antecedentes-consecuencias están establecidas, los investigadores deberán


proceder a integrar las relaciones bajo unos pocos principios generales que usan conceptos que están
unidos íntimamente a los datos.

Importancia de la Especialización Hemisférica en la Hipnosis

Está claro que el viejo argumento del estado versus el no estado aún persiste en función del punto
de vista. ¿Cómo puede el clínico ser capaz de reconciliar estas diferencias y aplicar los resultados para una
comprensión del fenómeno de la hipnosis? Los investigadores han estudiado el fenómeno de las
alucinaciones transparentes, "desaparición" de partes del cuerpo, cambios en el equilibrio, cambios en la
distancia de la voz del experimentador y otras sensaciones de no realidad.

Para evitar este argumento repetitivo, veo la hipnosis desde un punto de vista comunicacional o
informacional, como proceso. La investigación en la función cerebral y la especialización hemisférica parece
útil. En los años 60´, Roger Speny en el Instituto Tecnológico de California empezó a estudiar a ciertos
pacientes epilépticos, en los cuales el cuerpo calloso había sido seccionado, separando la mayor
comunicación entre los hemisferios (comisotomía terapéutica o división cerebral). Sus resultados fueron
interesantes y reveladores en la aclaración de diferencias en la especialización hemisférica. Watzlawick
(1978) ha resumido estos hallazgos:

"Las consecuencias observables de la desconexión hemisférica del cerebro humano


muestran que actualmente poseemos dos cerebros, que pueden funcionar en forma
independiente. Como resultado de esta dualidad, ambos hemisferios pueden no solamente
reaccionar en un modo idéntico a los estímulos ambientales, sino que también responden
solamente a aquellas influencias externas que caen dentro del dominio de su competencia. De
esto se deduce que cualquier intento para influenciar uno u otro cerebro debe ser hecho en el
lenguaje específico del hemisferio para que la señal o comunicación recibida sea procesada"

Es típico en la gente diestra que el hemisferio izquierdo procese la información presentada


secuencialmente o utilizando lenguaje abstracto en conductas receptivas verbales y expresivas verbales para
tareas de razonamiento analítico. El hemisferio derecho procesa la información en un patrón holístico o
global, usando estímulos que no están codificados lingüísticamente. El hemisferio derecho se asocia más con
la intuición, creatividad, imaginación y habilidad de razonamiento espacial. El lenguaje del cerebro izquierdo
son palabras y números organizados secuencialmente, y el del derecho son imágenes sensoriales y/o
representaciones.

Lo que caracteriza las diferencias hemisféricas más críticamente no es que estén especializados en
trabajar con diferentes tipos de material, el izquierdo con palabras y números, y el derecho con relaciones
espaciales y formas. Además, cada hemisferio se especializa en un estilo cognitivo diferente; el izquierdo con
un modo analítico y lógico de uso de palabras y números como herramientas, y el derecho con un modo
holístico adecuado para relaciones espaciales, relaciones parte-todo y recursos artísticos (Galin, 1974).

Watzlawick (1978) enfoca el traslado de la realidad percibida, que es, construcción de modelos, o la
síntesis de nuestra experiencia del mundo en una imagen - como la función más probable del cerebro
derecho. Barnett (1981) propone la visión que la actividad del lado derecho proporciona el concepto común de
la inconsciencia; por ello, un grupo creciente de científicos pensaron en el funcionamiento cognitivo y
postularon que la especialización hemisférica muestra que los dos hemisferios cerebrales por separado
procesan información en formas diferentes y especializadas. Por ejemplo, la activación del hemisferio derecho
está asociada con la habilidad aumentada de la imaginatividad e hipnotizabilidad. En un libro provocativo,
Hilgard (1979), examinando muchos antecedentes de condiciones de personalidad, ha demostrado que la
capacidad para el involucramiento imaginativo está relacionada íntimamente a la hipnotizabilidad. Milton
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Erickson descubrió que esos pacientes que trataban con problemas lógicos y analíticos (lado izquierdo) eran
más difíciles de hipnotizar; de aquí el desarrollo de la técnica de confusión, designada para distraer el
hemisferio izquierdo en un esfuerzo para cambiar el patrón comunicacional al hemisferio derecho. Barnett
(1981) comentó que el hemisferio derecho parece ser aún una consciencia paralela subordinada no
directamente accesible a la vigilia.
La posibilidad de que la hipnosis pueda interferir selectivamente con el hemisferio izquierdo, ha sido
considerada por muchos investigadores. Zeig (1977) usó temperatura bilateral timpánica (golpe auricular)
para explorar la relación entre la hipnosis y la simetría cerebral funcional. Reportó que la supresión de la
función del hemisferio izquierdo ocurrió en el grupo altamente susceptible durante la inducción hipnótica. En
otro estudio, Fromkin, Ripley y Cox (1978) usaron una tarea auditiva dicótica para explorar la relación entre la
hipnosis y la lateralización cerebral de la función. Sus resultados apoyaron un cambio en la lateralidad
cerebral, acompañando un cambio de consciencia normal o alerta a la hipnótica. La hipnosis parece facilitar
un cambio hacia una participación mayor en el hemisferio cerebral derecho. Pagano y Freemkin (1977),
usando la audición dicótica, demostraron que la practica de la meditación trascendental puede producir un
cambio hacia la función cerebral. Braham y Pernicano (1979), estudiando la relación entre el dominio
hemisférico y la susceptibilidad hipnótica, sugirieron que puede existir una conexión entre la hipnosis y el
hemisferio no dominante. Sus resultados sugirieron que la hipnosis implica una gran activación del hemisferio
derecho para la mayoría de los sujetos. Su trabajo también sugiere que la hipnosis puede implicar un cambio
cognitivo de estado y que muchos fenómenos hipnóticos no pueden ser explicados completamente en
términos de variables motivacionales.

En una prueba directa del funcionamiento cortical, Chen, Dworkin y Bloomquist (1981), usando el
espectro de poder cortical (cds) de potenciales cerebrales, reportaron un patrón de lateralidad cambiado en
CDS que sucedía en diferentes estados durante una cirugía oral desarrollada bajo hipnosis. Había una
reducción significativa en el poder cortical total desarrollado durante la hipnosis, y el poder del hemisferio
derecho empezó a ser más dominante durante todos los estados post quirúrgicos. Los altos niveles pre-
hipnóticos de la corteza izquierda se restablecieron después de la hipnosis. Estos datos parecerían confirmar
que el hemisferio cerebral izquierdo domina (ej. posee más poder) en el estado de consciencia normal, y que
el hemisferio derecho estaba relativamente más activo en el estado "alterado" de consciencia.

La relación entre la hipnosis y las diferentes relaciones de los hemisferios, se sugirieron para
tomarse en cuenta en fenómenos hipnóticos bien conocidos. La hipnosis ha sido usada frecuentemente para
inducir varios estados emocionales artificialmente (Levitt y Chapman, 1972). Esto produce usualmente una
expresión emocional más poderosa que la obtenida por la expresión directa (Hepps y Brady, 1976). La
participación aumentada del hemisferio derecho en el proceso emocional ha recibido apoyo clínico y
experimental (Galin, 1974; Dimond y Col, 1976) y puede considerarse en la alta intensidad de la experiencia
emocional en hipnosis.

El mejoramiento de la memoria es otro fenómeno común que se relaciona con la hipnosis. Freemkin
y cols. (1978) notaron que la memorización activa, intencional, está bajo la influencia del hemisferio izquierdo,
y la memoria involuntaria está gobernada por el hemisferio derecho. Además, notaron que los casos más
dramáticos de mejora de memoria durante la hipnosis involucran la recuperación de información, o casos
donde ningún esfuerzo fue hecho para memorizar el material. Tal vez es razonable concluir que ciertas
formas de mejora de memoria (recuerdo) y la habilidad para responder a ciertos estados emocionales, están
relacionados con la especialización del hemisferio derecho en el proceso hipnótico.

Un fenómeno que ha confundido tanto a clínicos como a experimentadores y que fue descrito en
forma primaria por Hilgard y Hilgard (1975), involucra una consciencia de alerta del sujeto a estímulos que su
conducta indica como no existentes. El "observador oculto" fue el término usado para describir este
fenómeno. Los hallazgos de que la hipnosis reduce temporalmente la función cerebral izquierda o dominio y
promueve un cambio a un procesamiento de información cerebral derecha, sugiere una lateralización cerebral
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para la división o disociación en la consciencia notada por los Hilgard. La disociación es el mayor fenómeno
hipnótico que ha recibido considerable atención, especialmente en el área de las relaciones de conductas
cerebrales.

Consciencia y Disociación

A. R. Luria (1978) definió la consciencia como "la habilidad para procesar la información sensorial,
responder a ella con pensamientos y acciones críticas, y retener trances de memoria para que trances o
acciones pasadas puedan ser usadas en el futuro".

La habilidad para apoyar continuamente y permanecer listo para responder simultáneamente sugiere
una función dual y disociativa, una consciencia dividida. En una demostración, ahora famosa, Hilgard (1977)
describió que los sujetos hipnotizados pueden registrar y entender la información, y aún no responder en
hipnosis. La información obtenida del estado alterado de hipnosis es válida para el "observador oculto", la
parte no válida de la consciencia de la persona hipnotizada. El observador oculto se disocia de la experiencia
hipnótica del sujeto. Miller (1979) propuso que cuando se usa un estímulo fuerte, focal, no variable, por
ejemplo, con la fijación ocular, se tiende a reducir e inhibir los procesos asociativos en la corteza sensorial.
Esto, según lo dicho por Miller, promueve la disociación y una actividad motora disminuida a través de un
efecto inhibitorio en la corteza.

Una especulación, que ha sido útil en mi trabajo con la hipnosis, es considerar el fenómeno del
observador oculto como una función del hemisferio izquierdo disociado del hemisferio derecho. La función del
hemisferio izquierdo parece congruente con el modo de cognición que los psicoanalistas llaman el proceso
secundario de pensamiento, el cual posee un lenguaje basado en la función de planeamiento. La función
cerebral derecha parece más análoga a lo que los psicoanalistas han llamado el "proceso primario de
cognición", una forma de pensamiento que es característica de la mente inconsciente. Galin (1974) observa:

1. El hemisferio derecho usa primariamente un modo no verbal de representación, en imágenes


presumiblemente: visual, táctil, kinestésico y auditivo.

2. El hemisferio derecho razona mediante un modo no lineal de asociación, más que por una lógica
silogística; sus soluciones a los problemas están basadas en múltiples determinantes convergentes, en
vez de una cadena causal simple. Es muy superior al izquierdo en relaciones del todo y las partes, que
es, tomar el concepto del todo a partir de una parte.

3. El hemisferio derecho está menos involucrado con la percepción del tiempo y secuencias que el
hemisferio izquierdo.

4. Existe una considerable evidencia de que el hemisferio derecho procesa palabras, pero no las organiza
para el uso en proposiciones.

Aunque el cerebro derecho puede expresarse en lenguaje, sería consecuente con su modalidad de
función cognitiva el uso de palabras que reflejan el proceso holístico. Esto es, recopilar patrones de lenguaje
complejos simultáneamente, más que en forma individual y secuencial. Podemos, por ello, especular que los
aforismos, metáforas, humor, chistes y lenguaje figurativo pueden ser ilustrativos de la clase de patrones
verbales entendibles para el hemisferio derecho. Es bien sabido que la hipnosis involucra metáforas,
analogías y lenguaje figurativo.

Evidencia adicional que asocia los estados alterados de consciencia a una disociación del
funcionamiento cerebral, es el sueño. De nuevo, este es un ejemplo del tipo de actividad mental descrita por
los psicoanalistas como "procesamiento primario", una característica de la mente inconsciente.
Electivo Hinpnosis, Psicología UV, 2018

Davidson (1975) explicó que este tipo "puede ser descrito como secuencias espaciales y temporales,
extralógicas e independientes de reglas formales de causalidad, y que usa representaciones no verbales por
imágenes de multimodalidad".

Estas características del funcionamiento del proceso primario son las que se piensan son
características de la función cerebral derecha durante la hipnosis. Esto no niega la presencia de la función del
hemisferio izquierdo durante la hipnosis. La experiencia hipnótica requiere de la integración del proceso
secundario para que "tenga sentido" para el sujeto. Los estados hipnóticos luminosos son frecuentemente
llamados estados mixtos, involucrando una mezcla de procesos conscientes (vigilia) e inconscientes (fuera de
la vigilia). Sucede hasta en estados profundos, más disociados, caracterizados por un involucramiento mayor
de los procesos inconscientes. La falta de casi cualquier capacidad para integrar el proceso secundario en
algunos individuos, puede ser la causa de porqué los psicóticos frecuentemente son difíciles de hipnotizar.

Si hay un cambio hacia un dominio de funcionamiento cerebral derecho durante la hipnosis, entonces
la ineficiencia del lenguaje analítico y razonable puede explicar la experiencia subjetiva de la hipnosis. Por
definición, los estados de trance podrían desafiar las estructuras lógicas y reglas que conducen la conducta
que yace bajo el lenguaje analítico. Davidson (1975), comentando acerca de la meditación y otros estados
místicos, dice que:

"Si el stress está dentro de la lógica de la independencia del espacio y tiempo


simultáneo (holístico) versus el procesamiento secuencial o percepciones no verbalizadas, es
aparente el parecido con los conceptos comunes del funcionamiento del hemisferio derecho."

Aunque no hay un desacuerdo real en que la mayoría de la función de lenguaje es del hemisferio
izquierdo, la mayoría de los estados alterados de consciencia que han sido estudiados o practicados son
llamados ineficaces o que no pueden ser descritos. Nuestras descripciones del fenómeno hipnótico son, por
ello, modelos acerca de nuestra experiencia y no son lo mismo que la experiencia. Dependiendo de la
experiencia propia con la hipnosis, estos modelos descriptivos varían.

La habilidad aparente de una entrevista hipnótica para penetrar la tan llamada barrera de represión,
puede ser una función de diferencias en los modelos cognitivos de los dos hemisferios. Aún en adultos
normales, la relación funcional de los hemisferios permanece como un misterio. Galir (1974) especuló que
ambos pueden operar en forma alterada: tomando turnos, dependiendo de las demandas contextuales.
Podría haber una función de inhibición de un hemisferio cuando el otro funciona, o el hemisferio dominante
hace uso de uno o más subsistemas del otro hemisferio, inhibiendo el resto. Otra visión es la de Galin (1974)
que dice que un sistema domina al otro en conducta, pero puede solamente desconectar en vez de inhibir
totalmente (interrumpir) el otro hemisferio, el cual permanece consciente independientemente. Esta última
visión es consistente por analogía con la visión disociativa de Hilgard.

En mi modelo de explicar mi experiencia con pacientes hipnotizados, he encontrado que las


diferencias entre hemisferios son una explicación útil en la construcción de intervenciones, usando tanto la
hipnosis como otras modalidades de terapia. Veo las inducciones verbales y no verbales, interrumpiendo
necesariamente las estrategias comunicacionales para influenciar el funcionamiento del hemisferio izquierdo
a través de la distracción o disociación. Esto resulta, cuando es seguido por sugestiones, en un estado
alterado (hipnóticamente) de consciencia o cambio hacia modelos de funcionamiento cerebral derecho. El
cambio varía en grados a través de la experiencia hipnótica. Para aumentar la probabilidad de una inducción
exitosa y sostenida se requiere de un patrón continuo de comunicación que refuerce el cambio hacia modelos
de estilo cognitivo cerebral derecho en el procesamiento de la inducción.
Electivo Hinpnosis, Psicología UV, 2018

En esta sección, he tratado de sugerir que el fenómeno de disociación en la hipnosis resulta del
cambio de una función predominantemente cerebral izquierda a un proceso cognitivo derecho. Cuando uno
compara características de la hipnosis acordadas generalmente y fenómenos hipnóticos con funciones
especializadas discretas, hemisféricas, es difícil escapar de la conclusión que los fenómenos hipnóticos
pueden ser descritos como cambios mentales del cerebro izquierdo al derecho. Más aún, dichos cambios
pueden ser descritos en el lenguaje de la psicología, con el lenguaje de la fisiología.

Conclusión

El objetivo de este capítulo ha sido lo que se supone que ocurre como resultado en el fenómeno de
la hipnosis y la naturaleza de la experiencia hipnótica. Si la hipnosis requiere de un estado especial o un
trance, se usó para advertir al lector del problema de lenguaje en la construcción de modelos para explicar el
fenómeno de la hipnosis. El examen del trance lógico, como un fenómeno, fue usado para ejemplificar una
característica central de la hipnosis, y las dificultades, para explicar el fenómeno hipnótico. El concepto de la
disociación, como una alternativa a los diferentes modelos, fue usado para apoyar la noción de que el
fenómeno hipnótico es mejor explicado en términos de proceso. La evidencia de la especialización
hemisférica apoya la creencia que la hipnosis es el resultado del cambio de la actividad hemisférica izquierda
a la derecha. No se hizo intento en la discusión de fenómenos más específicos, como la analgesia y
anestesia, alucinaciones, sugestiones posthipnóticas y regresión de edad. Aunque estos son los fenómenos
clínicos más comunes, deseo motivar al lector para adquirir nuevas enseñanzas y comprensión a través de
mi propio deseo e investigación,

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