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CAPITULO 2 Sigmund Freud y el psicoanalisis Por su estilo tteraioy ta amplitud y (a audacia de sus ‘especulaciones, Sigmund Freud fevolucioné el pensamiento, ta ida y La imaginacion de una era (.} Resultara dite mencionar en la historia de las ideas, y ‘un en ta historia de ta rligén, 2 alguien cuya loluencta fuera tan Inmediata, amplia 0 Profunda, (Woltheim, 1974, p. x) Era profundamente Judie, no en el sentioo doctrinal de la ‘expresién, sino por su concepto 6e la moral, su amor al ejercicio lescéptico dela raz, su escontanaa de la usin, ta {forma de su talento profético. (Bruner, 1956, p. 344) 18 de Sigmund Freud, originada en las ciencias biol6gica, neurol6gica y ris Sm ane ier ttl movié hasta sus cimientos la cultura occidental. Su concepto de la condicién humana, que contradecia abiertamente las opiniones prevalecientes fed su tiempo, proporcionaba un método complejo y atractivo para entender el funcionamien. to tanto normal como anormal de la mente. Las ideas de Freud se manifestaron como una explosién que resquebrajé las ideas de los intelectuales victorianos 50. bre la naturaleza humana. Los lados oscuros de la psique humana en los que pe- netré Freud sirvieron para entender muchos de los horrores que ocurrieron durante la Primera Guerra Mundial, asf a seus cambios que produ. i horrores en todos los pafses que la suftieron. ee cad export pahepaghpet ue habfan sido ocultadas por la moral y la filosoia vietoriana. Cre nuevos tratamientos para los enfeemos mentals. Sy obra cuestioné todos los tabties culturales, religiosos, sociales ya tficos. Sus ¢seritos, su personalidad y su empefio por extender los alcances de sus invest. gaciones lo colocaron en el centro de un intenso y cambiantecitculo de amigos, Aiscipulos y erticos. Freud someta sus ideas a una revision y una reformulacién constants. Es interesante observar que, entre sus criticos més encarnizados, S€ contaban muchos a quienes habla supervisado en diversas etapas de su desa, rrollo intelectual. Resulta imposible exponer todas las contribuciones de Freud en el espacio de un capitulo. Por tanto lo que sigue no puede ser sino una simplifcacién de un sistema complejo ¢ intrincado. Trétase de un repaso cuyo propdsito es tornar ‘mis intligibleel estudio sistematico de las ideas freudianas, asi como dar eabi, da a una comprensin més cabal de ls téricos cuya obra muestra una gran in fluencia de Freud, Biografia Sigmund Freud nacié el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia, una regién ai hay forma parte de la Replica Checa. Al cumplir los euatro aon so fn :dbido a problemas econdmicos, se mudé a Vien, ciudad en fa qu el me ico vivid la mayor parte de su vida. En 1938 se traslad6 a Inglater hayendo de la ocupacién alemana, Durante su nifie, Freud se destacé como estudiante. Pese ala limitada si tuaci6n econémica de su familia, la cual obligaba a los ocho miembros a vive eg sHeedvefo departamento, Freud, el hijo mayor, tenia su propia habitacin ein faigo tna Kimpara de petrdleo que usaba para estudiar, mientras quel resto de ts familia tenia que areplrselas con velss, En el ginnasium sigusd obscrvano tn desempefio académico sobresaiente: “Fui el mejor de mi clase durante sce afios. Gozaba de privilegios especiales, y ara vez se me exigia que presentara ex ‘menes” (Freud, 19284, p. 9). Era tal el antisemitismo que prevalecia en aquellos afios en la sociedad aus- triaca que, debido a que Freud era judo, el estudio de casi todas las profesioncs con excepcin de la medicina y el derecho, le estaba vedado, Finalmente, en 1878 decidié ingresar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena Capitulo 2. Sigmund Freud y el psicoanaliss 19 ‘Sus experiencias en dicha universidad, donde se le motejaba de “inferior y ‘extranjero” debido a su origen judio, no hicieron sino fortalecer su capacidad para tolerar la critica. “A una edad muy temprana, descubri que mi destino era formar parte de la oposicién y suftir la proscripcién de la Sinmensa mayoria’. As{ se sentaron las bases para construir cierta independencia de criterio” (1935, P. 11). Sus estudios de medicina se prolongaron durante ocho afios, tres més de Jo habitual, En esos afios, Freud trabajé en el laboratorio fisiolégico de Ernst Briicke, donde realizé por su cuenta investigaciones histolégicas (el estudio de la estruc- ‘ura microscépica del tejido animal y vegetal) y publicé articulos sobre anatomia ¥ neurologia. A los 26 afios se gradué como médico. Continué trabajando con Briicke un afio mds, mientras vivia con sus padres. Aspiraba a ocupar el siguiente puesto vacante en el laboratorio, pero Briicke tenfa dos destacados asistentes antes que Freud, quien resumié esta experiencia con las siguientes palabras: “El ‘momento decisivo llegé en 1882, cuando mi maestro, a quien tenia en la mds alta estima, corrigié la generosa improvisién de mi padre al recomendarme de ‘manera enfitica que, en vista de mi mala posicién econémica, abandonara mi carrera en los medios teéricos” (1925a, p. 13). Por afiadidura, Freud se habia ‘enamorado y se daba cuenta de que, para casarse, tendrfa que obtener un em- pleo mejor remunerado, Adopt6 la prictica privada a regafiadientes, pero sus intereses seguian cen- trados en la investigacién y la observacién cientfica. Desempeiiindose primero como cirujano y luego como médico general, se convirti6 en “médico residen- te” del hospital mds importante de Viena. Tomé un curso de psiquiatria que le sirvié para profundizar en el estudio de las relaciones entre los sintomas menta- les y las enfermedades orgénicas. En 1885 alcanzé el prestigioso puesto de cate- drético en la Universidad de Viena. Su vida profesional comenzaba a tomar un sesgo prometedor. Entre 1884 y 1887, Freud realizé algunas de las primeras investigaciones so- bre la cocaina. Al principio se sintié impresionado por las propiedades de esta sustancia: “He probado el efecto de la coca, la cual elimina el hambre, el suefio y la fatiga, y me ayuda a realizar esferzos intelectuales muchas veces superio- tes a los que consigo en condiciones normales” (1963, p. 11). Escribié acerca de los posibles usos terapéuticos de esta sustancia para las perturbaciones tanto fisicas como mentales. Posteriormente le preocuparon los efectos adictivos de la droga, por lo que suspendié las investigaciones (Byck, 1975). Con el respaldo de Bricke, Freud obtuvo tna beca para colaborar con Jean- Martin Charcot en Paris, donde se dedicé a estudiar las técnicas hi Participé como intérprete en las cétedras y conferencias del cienti (Carroy, 1991). No escaparon a Charcot las cualidades de Freud como esta. diante, por lo que lo autoriz6 a que tradujera sus articulos al aleman cuando regresara a Viena. Los trabajos en Francia aumentaron el interés de Freud en la hipnosis como herramienta terapéutica. Con la cooperacién del distinguido y anciano méclico Josef Breuer, Freud (1895) exploré la dinémica de la histeria. El mismo se en- ¢argé de resumir los resultados: “Los sintomas de ls pacientes histticos depen: den de ciertasescenasimpresionantes pero olvidadss de sus vidas (traumas La terapia que debia administrarse consist, pues, en induce al pacente a ecoedsa Y constructs experencias en un estado dehipnoss (cass) (1914, p13) ipnéticas y fico francés PRI T CORTE yay Ra Nien aquellos ais ni mucho ‘menos en etapas posteriores de ii vida, sent alguna predileccién particular por la profesién médica. Mas bien, lo que me ‘movia era una especie de ‘curiosidad, la cual, sin embargo, Girigiase mas a cuestiones hhumanas que a objetos naturales; tampoco habia comprendido la Jmportancia de la observacién ‘como uno de los mejores medios para satisfacer dicha curosidad. (Freud, 1935, p. 10) ‘Aun la mirada més superficial a Imi obra revelar la inmensa euda que tengo con tos brillantes descubrimientos de Freud. (Jung, en McGuire, 1974) , 20 _Teorias de la personalidad ‘Mientras subi al estrado en Worcester para dictar mis “Cinco conferencias" en torno at psicoanalisis, me parecié vivir wna especie de increible ensuefo: et psicoandliss yano era producto ‘el deirio, se habia convertido fen una parte valiosa de la Fealidad. (Freud, 19250, p. 104) ‘Sin embargo, descubrié que la hipnosis no era tan efectiva como esperaba, pues no permitia al paciente nial terapeuta vencer la resistencia de aquél a reconstruir los recuerdos traumiticos. Freud terminé por desechar la hipnosis. En su lugar, permitfa que sus pacientes expresaran con plena libertad cualesquier cosa que se les ocurriera, sin importar que sus palabras guardaran 0 no alguna relacién, ‘con los sintomas. En 1896, Freud utilizé por primera vez. el término psiconndlisis para descri- bir su método, En 1897 dio inicio a su autoandlisis. El interés de Freud en los conocimientos sobre el inconsciente qué revelaban los suefios narrados por sus pacientes rindié sus primeros frutos con la publicacién, en 1900, de La inter- Pretacién de los sueios. Este andlisis formal del significado de los sueiios, radical ;para su tiempo, recibid poca atencién, pero hoy muchos lo consideran como su ‘obra mas importante. Al afio siguiente, Freud publicé otra obra fundamental, la Picopatologia de la vida cotidiana, en la que se estudian los momentos de la vida diaria en los que revelamos deseos ocultos sin percatarnos de lo que hacemos 0 decimos, Freud terminé por rodearse de un circulo de médicos interesados en sus investigaciones;entre los cuales se encontraban Alfred Adler, Sandor Ferenczi, Carl Gustav Jung, Otto Rank, Karl Abraham y Ernest Jones. Este grupo fundé luna sociedad, escribié ensayos y dirigié una publicacién: comenzaba asi a exten- derse el movimiento psicoanalitico. No tardaron en organizarse grupos de este tipo en numerosos paises. Hacia 1910, Freud fue invitado a Estados Unidos de ‘América para dictar una serie de conferencias en la Clark University, en Worcester, Massachusetts. Sus obras comenzaban a traducirse al inglés. El publico empeza. ba, por fin, a interesarse cn las teorias del doctor Sigmund Freud Freud dedics el resto de su vida a claborar, extender y perfeccionar el psi- coanilisis. Con el afin de conservar el control que ejercia sobre el movimiento psicoanalitico, expuls6 a los miembros que disentian de sus puntos de vista y exi- ‘fa una lealtad incondicional hacia su persona y sus ideas. Jung, Adler y Rank, entre otros, abandonaron el circulo de Freud tras repetidos desacuerdos de orden te6rico con las ideas del maestro, Més tarde, cada uno de ellos fund su propia corriente psicoanalitica. Freud escribié exhaustivamente, Sus obras completas comprenden 24 voli ‘menes ¢ incluyen ensayos relacionados con detalles de la practica clinica, una serie de conferencias en las que se expone a fondo la teoria psicoanalitca y mono- Brafias especializadas sobre temas religiosos y culturales. Intent6 construir una estructura que le sobreviviera y que, al final, significara una reorientacién de la ciencia psiquistrica general. En ciertos campos se mostraba dogmético ¢ intransi gente, mientras que en otros admitia la critica y la revisién. Temia que los anal tas que habjan desertado de su circulo pervirtieran los procedimientos que habia establecido y diluyeran la fuerza y las posibilidades del psicoandlisis. Sobre todo, queria impedir la distorsién y el abuso de la teoria psicoanalitica. Cuando en 1931 Ferenczi modificé los procedimientos freudianos definiendo la situacién psico- nalitica como una esfera en que los afectos podian expresarse més libremente, Freud le escribié: ‘Veo que nuestras diferencias han alcanzado un punto insostenible respecto a un deralle que bien vale la pena discutt. Para nadie es un secreto que usted best 2 sus pacientes y permite que ellas lo besen {.... Capitulo 2. Sigmund Freud y el psicoandlisis 24 Ahora bien, no pertenezco al grupo de personas que, por puritanismo o por consideracién a las convenciones burguesas, condenan las pequefias gratifica- ciones erdticas de este tipo [...] Hasta ahora, en la aplicacién de nuestras téc- nnicas hemos Ilegado a la conclusién de que las pacientes no deben recibir Bratificaciones eréticas. Imagine usted ahora cudles serfan los resultados de la divulgacién de su tée- nica. No hay revolucionario que no haya sido expulsado del campo por otro més radical. Muchos pensadores independientes en las cuestiones técnicas se dirén: ‘por qué limitarse a un beso? (Jones, 1955, pp. 163-164) A pesar de que su salud se deterioraba dfa tras dia, Freud logré mantener sus consultas privadas, un horario para escribir y una correspondencia cada vez més nutrida, déndose tiempo incluso para responder a cartas de desconocidos que le pedian ayuda (Benjamin y Dixon, 1996). Las criticas contra él se recrudecieron a medida que su obra se populatizaba. En 1933 los nazis, ofendidos por la fran- queza con la que abordaba los problemas sexuales, quemaron tna pila de libros suyos en Berlin. Al respecto, Freud coment6: “Estamos progresando. En la Edad ‘Media se me habria condenado a la hoguera, mientras que hoy se conforman con quemar mis libros” (Jones, 1957). Eternamente enfrascado en polémicas sobre la validez.o la utilidad de sus in- vestigaciones, continué escribiendo. Su tiltima obra, Introduccidm al psicoandlisis (1940), comienza con una advertencia directa a los critics: “Las ensefianzas del sicoandlisis se basan en un niimero incalculable de observaciones y experiencias, y Sélo quien haya realizado una y otra vez dichas observaciones en s{ mismo 10 y €n otros podré emitir un juicio apropiado en torno al psicoandlsis” (p. 1). Los tiltimos afios de Freud fueron dificiles. A partir de 1923 su salud decli- 1n6 cada vez més, pues padecfa céncer en la boca y en las mandibulas. Suftia dolores casi continuos y fue sometido a 33 operaciones para contener el avance de los tumores. Cuando en 1938 los alemanes invadieron Austria y amenazaron 4 Anna, su hija, Freud huy6 a Londres, donde murié un afio después. Por desgracia, el amigo intimo y primer biégrafo de Freud, Ernest Jones, Presenta una semblanza aséptica del maestro, por lo que fue necesario que las Beneraciones siguientes se encargaran de elaborar una biografla més objetiva (Gay, 1988). Muchos criticaron a Freud por una supuesta relacién amorosa con su cu fiada (O'Brien, 1991), por carecer de honestidad profesional (Masson, 1984) y Por violar flagrantemente las reglas de confidencialidad del psicoandlisis (Gole- man, 1990; Hamilton, 1991). También se le acusé de distorsionar los detalles de algunos de sus casos més eélebres (Decker, 1991) ¢ incluso de erigirse en “el falso profeta del mundo de las drogas” (Thornton, 1984). S6lo la innegable im- Portancia de las teoriasfreudianas justifica la publicacién de estos ataques. En iiltima instancia, la influencia de Freud puede inferirse no sdlo del cons- tante interés y los debates que han suscitado aspectos de la teorfa psicoanalitica sino, en mayor medida, de la cantidad de conceptos frcudianos que han engro- sado el acervo cultural de Occidente. Debemos a Freud el haber iluminado par. cialmente la dialéctica del mundo que alienta en los estratos inferiores de la conciencia, Nadie que, como yo, conjure al ‘mas maligno de los mal domeiados demonios que ‘habitan en el corazén humano y se atreva a luchar con él, puede alentar la esperanza de salir ileso de tal aventura. (Freud, 19050) a 22 _Teorias de la personalidad Aveces salgo de sus cétedras [de (Charcot) con una idea totalmente eva de la pertecci (..] Ningin otro hombre ha ejercido Sobre mi una influencia siqulera comparable, (Freud, en E. Freud, 1961, pp. 184-185) Antecedentes intelectuales El pensamiento de Freud fue una original sintesis de su contacto con ideas fi- loséficas, su educacién en el rigor cientifico y sus propias experiencias con el inconsciente. Filosofia En sus tiempos de estudiante en la Universidad de Viena, Freud recibié ta in- fluencia del poeta roméntico alemin Clemens Brentano, al mismo tiempo que establecfa sus primeros contactos con las ideas de Friedrich Nietzsche (Godde, 19914). Para este ultimo, por ejemplo, las ideas morales tenfan por fuente la agresién interiorizaday con lo cual Freud concordaba plenamente (Roazen, 1991), Sus conceptos también presentan ciertas afinidades con las ideas de Ar- thur Schopenhauer. Ambos tienen en comiin la forma en que visualizan la vo- Juntad, la importancia que atribuyen a la sexualidad como factor de formacién de la conducta, el dominio de las emociones sobre la razén y la centralidad de la represién, es decir la negacidn de las propias experiencias (Godde, 19916). Biologia Una parte de la fe de Freud en los origenes biolégicos de la conciencia se re- ‘montan a la ideas de Bricke, quien alguna vez juré regirse por la siguiente pro- posicién, la cual, para aquellos tiempos, resultaba generosa y optimista: En el organismo no prevalece ninguna otra fuerza que no sean las fisicas y qui micas. Los casos que no puedan explicarse todavia por la intervencién de estas fuerzas deberin determinarse ya sea detectando la forma especifica que adoptan agutllas mediante el método fisicomatemético, o bien, suponiendo la presencia dde nuevas fuerzas de magnitud comparable a las potencias quimicas y fsicas de 4a materia, reducibles a la ley de la atraccién y la repulsin. (Rycroft, 1972, p. 14) Charcot demostré que era posible inducir 0 mitigar los s{ntomas histéricos me- diante sugestidn hipnotica. Al igual que otros investigadores, Freud observé que en Ia histeria los pacientes manifiestan sintomas que, desde el punto de vista fi siolégico, resultan imposibles. Por ejemplo, en los casos de anestesia del guante, la persona no puede “sentir” su mano, aun cuando las sensaciones de la mufieca y el brazo sean normales. Puesto que los nervios proceden desde el brazo hasta la mano, no puede haber una causa fisica que explique este sintoma. Para Freud, ra claro que la histeria tenfa causas que requerian una explicacién psicologica. El inconsciente ——— SSS No se debe a Freud el descubrimiento del inconsciente. Ya los antiguos griegos recomendaban el estudio de los suefios. Poco antes de la época de Freud, Johann Capitulo 2. Sigmund Freud y el psicoandlisis 23 Wolfgang von Goethe y Friedrich von Schiller “habfan buscado las rafces de la creacién poética en el inconsciente” (Gay, 1988, p. 128), al igual que muchos poetas romanticos ¢, incluso, que Henry James, el novelista y contempordneo de Freud. La contribucién de éste radica en haber observado esta parte de la men- te, junto con sus origenes y su contenido, utilizando las recién creadas herra- mientas del anilisis cientifico. La obra de Freud y el interés al que dio lugar significé la incorporacién del inconsciente al léxico vulgar. ___ Los esfuerzos de Freud por establecer una psicologia basada en la neurolo- gia (1895) pudieron haberse originado en sus propias y claboradas investiga- iones con la cocaina (Fuller, 1992). Este modelo, que al final fue desechado por su propio creador, ha sido reconstruido y considerado por algunos expertos como el primer exponente, no por olvidado menos brillante, de las teorfas con- temporineas que asocian ios cambios en la quimica cerebral con los estados emocionales (Pribram, 1962). Conceptos principales La semana anterior, una noche en la que trabajaba arduamente, atormentado con aquella dosis de dolor que parece ser el mejor estfmulo para obligar a tra- bajar el cerebro, las barreras stibitamente se disolvieron, los velos se desco- rrieron y obruve una clara vision, desde los detalles de las neurosis hasta las condiciones que hacen posible la eonciencia. Todo parecta conectarse, el con- junto funcionaba adecuadamente y hasta tuve la impresién de que la cosa era cn. realidad una méquina que no tardaria en marchar por si sola [..] todo era per- fectamente claro, y sigue siéndolo, Como es natural, apenas si puedo contenerme ppara dar rienda suelta a mi alborozo. (Freud, carta a Fliess, en Bonaparte, 1954). Detris de todas las ideas freudianas se encuentra el supuesto de que el cuerpo es la tinica fuente de la energia mental. Freud anhelaba cl advenimiento de una épo- ca.en [a que todos los fenémenos mentales pudieran explicarse haciendo refe- rencia directa a la fisiologia del cerebro (Sulloway, 1979). En su intento por ‘rear una teoria que abarcara toda la actividad mental, Freud partié de un mo- delo biolbgico. Entre sus conceptos mds significativos se cuenta la divisién ¢s- tructural de las partes de la mente, sus etapas de desarrollo, su aprovechamiento de la energia y los factores que Ia impulsan. Determinismo psiquico Freud suponia que habia discontinuidades en la vida mental y que todos los pen- samientos y todas las conductas poseen un significado preciso. Afirmaba que nada ocurre al azar, regla a la que tampoco se sustrafan los procesos mentales. Cada pensamiento, sensaci6n, recuerdo 0 acto tiene una o varias causas. Todos los fendmenos mentales advienen por medio de una intencién consciente o in- consciente y estin determinados por los sucesos que los preceden. Pareceria que muchos fenémenos mentales ocurren de manera espontinea; sin embargo, Freud comenz6 a investigar y a describir los lazos ocultos que vinculan los he- chos conscientes. ‘Muchos de tos mis sesconcertantes y aparentemente arbitrarios aspectos de a teoria psicoanaitica constituyen[..] ya sea supvestos biolégicos cults 0 resultados cirectos e dichos supuestos. (Halt, 1965, p94) Mester No hay necesidad de defini to {que hemos dado en lamar consciente”. Elo mismo que ta Conciencia de tos fléofosy las Opiniones de la vida cotiiana (Freud, 1940, p. 16) La aparente inintenclonaliad de Ciertas incongruencias de uestras funciones y tareas Dsiquicasresutan cosas bien fundadas al someterse ala ‘nvestigacionpsicoanaitica, (Freud, 1901) Consciente, inconsciente, preconsciente Freud desea mete como dvds en es pares l consents, tin, (Los sueiios repetitivos ocurren cuando un suceso diumo desencadens el mis- so tipo de angustia que dio lugar al suefo original. Por ejemplo, de manera oca- sional una mujer activa y felizmente casada puede sofar, alos 60 afios, que estd por presentar un examen en Ia universidad. Al ingresar al aula; descubre que el Paamen ha terminado, es decir, que ha llegado demasiado tarde, Suele tener este Suefo cuando algiin problema cotidiano le provoca angustia; empero, esta an- gusta no se relaciona con la universidad ni con Jos eximenes, que abandoné muchos afios atrds. ‘Aun cuando reconozcamos hasta clerto punto las viruses de (a teoria de la satistaccén de los deseo, 0 cierto es que hemos logrado superara, A nestro oso de ver, cha teoria no _agota el significado del sue (Gung, cata a Freed, en NeGulre, 1974) EL suo es, pues, una picsis, 00 todos los absurdos, los Geli y lat iussones propio de tuna pscoss. Sin dada, se trata de una picsis de corta ‘duracié, inotensiva y hasta bbenéica para la salud mental (Freud, 1940) PP 38 _Teorias de ta personatidad Los suetos no deben compararse on los sonidos atemperados que femite un instrumento musical tahido por el soplo de una fuerza externa y no por la mano de un fejecutante; nl son absurdos ni carecen de significado [les ede insertar en a cadena de los actos mentales conscientes mis intetigbes; se les construe ‘merced a una compliadisima ‘actividad dela mente, (Freud, 1900) os suetios son los verdadero Intérpeetes de uestras incinacones, ero se Fequiere un arte especial para Infundirtes orden € nterpretartos. (Montaigne, 1580, Enscyos) Reflexion personal ————— @ Analice sus suefios 2 sempre amano un cuadero Junto a su carr para leva un diario ge Sesto ola hana, anes de acer call! cosa, tome nae pase potas acerca de sus sutos un le costa recordarlos, ete rocedimeng I seria para reconstruttosverbalmente, Se ba demetrago Que os gape Ge etucantes 9 lor que se encomienda ext tres recuerdan is suchor og rea regular» os pocos das, ids de esrba ss sches empeand todos os tals que recur de, scutes sn sus azociacones con determinadoraepectos de Sus suchen Cempruebe 3 estas asoleciones apuntan a posiblessignfcados, Por er bl, ieprezentan sz aun una tntatva Ge satisfacion de dese? tats cnr toque sgntiquen tor segment. Pest atencicn aos agent ea farezcan formar parte des "residue duno". Obsena usted saa oe ee Jers deseoroattuces hacia otros personast Lieve este claro gurante varios semanas. Al leer otras partes de esta bra, aprenderanueves formas de analiza ios suetos. De ver th cuando, So Sute st aro yensaye nueasterpretacones pare especlaments er cine auier tema o pauta reciente. (ar capitios Geicades 6 Jung, kone Frag Yes pstreudianos contenen diferentes metodos para regs los sueheny ‘Muchos sucfios no parecen cumplir una funcién satisfactoria; unos producen de- ~ PresiGnotros perturbaci6n, otros mas inquietud y algunos son simplemente os. curos. Hay suefos que reviven acontecimientos del pasado, mientras que oxtos Pparecensprofticos) Mediante el andlss detalado de decenas de suetios, que vincw. {aba con sucesos de a vida de la persona que los sofaba, Freud demostré que el trabajo del suefio es un proceso de seleccidn, distorsin, transformacidn, inver- sion, desplazamicnto y otras modificaciones de un deseo original. Estos cambios hacen que el deseo modificado resulte aceptable para el yo, aun cuando el deseo original fuese totalmente inaceptable para la conciencia despierta. Freud indi 6 las razones de la libertad de que gozamos en los suefios, en los cuales actuamos trasgrediendo las restricciones morales de la vigilia, En los suefios matamos, herimos y destruimos a enemigos, parientes 0 amigos; concretamos nuestra erversiones y tomamos como parejas sextales a una amplia gama de personas. En dos sucfios combinamos gente, lugares y ocasiones de una manera que resultaia imposible en el mundo diurno. ‘Aunque la finalidad de los suefios es la satisfaccidn de los descos, no siem- Bre se alcanca esta meta, “En ciertas condiciones, el suefio consigue su objetivo Psicoandlisis, el terapeuta ayuda al paciente a interpretar {os suefios con vistas a recuperar los materiales inconscientes, Freud forrmalaba Geartas generalizaciones respecto de algunos tipos de suefios (por ejemplo, cae, Olas madar y la presencia con fuego), si bien aclaraba que no siempre se aplican las reglas generale las asociaciones oniricas de la persona son més importantes ue cualquier conjunto de reglas predeterminadas, Capitulo 2. Sigmund Freud y el psiccandlsis 39 Cadnque algunos detracto actores de Freud seialan que insistia demasiado en los elementos sexuals de los sefos ens afin por infundircberencla su teola general, la respuesta de Freud es bastante clara: “Jamés he profesado el aserto que con demasiada frecuencia se ha dado en atribuirme, en el sentido de que-a inrerpretacion demuestra que todos los suefios poseen tn contenido sexual aque se deriva de fuerzas motrices de orden sexual” (Freud, 1925a, p. 47),\En Jo que insistfa era que los suefios no son ni azarosos ni accidentales, sino que constituyen una forma de satisfacer descos no realizados " (itro reproche que se hacia a Freud era cl escaso conocimiento que tenia de las sociedades no curopeas. En India, por ejemplo, “no se impone al ser [y sus sucfios] los severos limites que suele establecer nuestra cultura” (O'Flaherty, 1984, p. 22), mientras que entre los indigenas estadounidenses la funcién y la interpretacién de los suefios no guardan ninguna relacién con las especulaciones, freudianas. “En la mayor parte de los 16 modelos empleados por los indigenas ro hay una separacin tajante entre el mundo sofado el mundo vivdo [..] En contrast, los modelos occidentales de la actividad onivica dstinguen de mane- ra neta el suefio de la vigila, concibiendo el sufi como un estado alterado de concienca determinado or factors bokigioe qu, in embargo, brinda infor- macién de gran utilidad en las manos de un intérprete experto™ (Krippner ‘Thompson, 1996). “pee epee! Ropers En modo alguno anticuado, el método freudiano de penetracién en el mun- do de los suefios conserva su vitalidad y sigue siendo objeto de reflexién y de- bate (Kramer et al., 1994), Angustia El principal problema de la psique es c6mo solucionar la angustia, La angustia se genera por un incremento previsto 0 esperado en la tensidn o en el dolor: apa- rece en cualquier situacién (real 0 imaginaria), cuando la amenaza contra algu- ha parte del cuerpo o de la psique es demasiado visible como para pasarla por alto, dominarla o descargarla. “Algunos sucesos con el potencial de generar angustia son los siguientes: 1. Pérdida de un objeto deseado; por ejemplo, un nifio privado de su padre, un amigo intimo 0 una mascora 2. Pérdida del amor; por ejemplo, el rechazo 0 el no poder recobrar la estima o la aprobacidn de una persona a la que se profesa un interés especial. 43. Pérdida de la identidad; por ejemplo, temor a la castracién, menoscabo de la propia reputacidn 0 miedo al ridiculo. 4, Pérdida de la autoestima; por ejemplo, un supery6 que desaprueba ciertos rasgos, sf como los actos que dan por resultado culpabilidad 0 desprecio de sf mismo. Hay dos métodos generales para disminuir la angustia. El primero consiste en cenfrentar directamente la situacién. Superamos obstéculos, nos enfrentamos preferimos huir de las amenazas y resolvemos nos adaptamos a los problemas fon el fin de reducir al minimo sus efectos. De estas formas, nos esforzamos por eliminar las dificultades, por educr las posibilidades de que ocurran y por os sues son eas nentras ran: zeabria deci algo mis acerca de a vida? (Havelock is) Freud carecia de argumentos convincentes para extraer deseos {infantis ceprimides dela paraferalia de suetos fsimilados al inconsciente como las principales fuerzas motrices de nuestros sues. (Grunbaum, 1994, p. 81) La angustia genera represion y no, como soliamos pensar, a inversa (Freud, 1933, p. 69) — A0_Teorias de la personalidad Cuando et yo se ve obigado a econocer su impotenci, incure en un proceso de angusia ngustia realsta al conacer el ‘stro del mundo extero, angustia moral al consderar el superyé y angustianeurétiea al descubrir el poder de tos Impulsos del ello. (Feu, 1933) E10 es, primero que nada, un ye corporal. (Freud, 1937) disminuir la probabilidad de que se presenten en el futuro. Para decitlo con las Palabras de Hamlet: “Nos armamos contra un mar de problemas y,resistiendo, los destruimos.” El enfoque alternativo consiste en sustraerse a la angustia distorsionando 0 ‘negando la situacién misma. El yo protege al conjunto de la personalidad falsi. ficando la naruraleza de la amenaza. Las formas en que se hacen las distorsiones Sc denominan mecaniomos de defen. Estos son descritos detalladamente por Anna Freud (1936) en el capitulo 5, y se les considera elementos constitutivos de los conceptos centrales del psicoanlisis Estructura Freud abordé casi todos los aspectos de la vida mental y social, En diferentes épocas de su vida y aplicando varios métodos, analiz6 aspectos importantes, como la energi, las relaciones sociales, ls emociones, el inteleto, elf a fan. cidn especial que desempefia la terapia. Lo que sigue no es sino un intento de infundir un poco de orden a un sistema inmensamente complejo. Energia = En el centro de las teorias de Freud se encuentra el concepto del flujo de ener- Bia, Este concepto vincula todas ls ideas relacionadas con el iconsciente el dest. rrollo psicoligico, a personalidad y la neurosis, “Sus teortas sobre las pulsiones se ocupan principalmente de la fuente de la energfa mental; sus teorias el dese, rrollo psicosexual y los mecanismos de defensa se centran en la desviacién de la nergla.y sus teoras acerca del yo, el ello y el superyé comprenden los cone. ‘as en el uso de la energla y sus efectos” (Cohen, 1982, p. 4), Cuerpo oe Freud clabord sus teorfa con base en supuestos fisicosy bioldgicos. Los impul- sos bisicos se originan en fuentes sométicas; la energfa libidinal se deriva de fa cenergia fisica; las respuestas a la tensién son tanto mentales como fisicas. El cuerpo representa el centro de la experiencia, Para decirlo con Sulloway, “fue ¢lrecurso continuo de Freud a los supuestos biolégicos lo que jusificaba st con- viccién personal de haber creado, finalmente, una teorfa de validez universal ara explicar la conducta y los procesos mentales humanos” (1979, p. 419). Ademés, las principales fuentes de energia adoptan diversas formas de ex: Presi6n sexual (oral, anal y genital). Hasta cierto punto, la madurez se define como la capacidad de alcanzar una calidad expresiva en la sexualidad genital. En lugar de estudiar a fondo la teoria freudiana, muchos de sus detractores termi- naron por obsesionarse con la reintroduccién de los aspectos fisico y sexual en Jos Ambitos del llamado funcionamiento mental. AA pesar de la importancia central que atribufa Freud al cuerpo, sus textos consagrados a la terapia lo pasan por alto casi totalmente. Quizé la negacién “v Capitulo 2. Sigmund Freud y el psicoanilisis 41 cultural del cuerpo que prevaleciaen la época quel tox vivir influyé en su apa fennel de ae fs estoy, as postu yl enpresones fas qu mani ientes. Muchos de los freudianos de ¢pocas posteriores, como Erik Erikson y Frederik Perls, junto con los teéricos que rompieron con Freud, ‘como Carl Jung y Wilhelm Reich, prestaron mi 6 7 ee eee prestaron mds atencién al cuerpo real en de- Relaciones sociales Las interacciones y las relaciones de los adultos estin determinadas en gran me- Hasta sor, ls pseslonos dida por las experiencias de la primera infancia. En este sentido, las elaciones més no han entero corectamente decisivas son las que se verifican dentro de la familia nuclear. Todas las relaciones _'2 naturaleza incluyente de (2 posteriores tienen la influencia de la manera en que se formaron y mantuvieron _STera sex De hee, lp dichas relaciones iniciales. Las diadas biseas de nifio-madre, nifc-padre y nifio. Pr™me rent eres smal hermano constituyen los prototipos sobre os que se miden inconscientemente las equveca. La reproduccn no es interacciones siguientes. Hasta cierto punto, son recapitulaciones de la dinimica, 0 uno gels aspectos del las tensiones y las gratificaciones que ocurrieron dentro de la familia original. i Saal de ta cual el otro ‘escenario de actividad eset cerebro. (krishna, 1974) ‘Nuestras elecciones en la vida (de amantes, amigos, jefes e incluso de ene~ ‘migos) se derivan de los lazos entre padres ¢ hijos. Reflexion personal Hay esquemas en su vida He aqui una forma de analizar sus relaciones actuales ata luz de las relacio- nes que mantiene usted con sus padres. Parte 1 1. Elabore una lista de las personas que mas le han simpatizado o més ha ‘estimado en su vida, sin contar a sus padres. Anote por separado a hom- bres y mujeres. 2. Deseriba los aspectos agradables y desagradables de cada persona. 3. Observe, analice o anote las similitudes y las diferencias en sus listas. ‘Hay rasgos comunes entre los hombres y las mujeres? Parte 2 1. Elabore una lista de las caracteristicas agradables y desagradables de sus padres. 2. Mencione los aspectos agradables y desagradables de sus padres tal como Usted los percibia en la Infancia. (Puede o no haber coincidencias entre ambas listas.) Parte 3 Compare la lista de atributos de sus padres con los de otras personas impor tantes en su vida. y 42 _Teorias de la personalidad Contieso que el sumerginme en la sexualidad en los planos tanto tebrico como prictico me es ‘epugrante.;Pero qué importan mis gusto y mis sentimientos Fespecto de lo decorota y lo Indecoroso cuando lo que interesa aqui es descubn a verdad? (Brever, en Sulloway, 1979, p. 80) yy Las rivalidades naturales se condensan en nuestros papeles sexuales y en jy forma en que nos adaptamas a las exigencias de los demds. Una y otra vez, repro. ducimos la dindmica que conocimos en nuestra casa, y a menudo escogemos come amigos a personas que despiertan en nosotros ciertos aspectos no resueltos de Iuestras primeras necsidades, Para algunos, son elecciones conscientes; pag otros, se trata de preferencias que no implican necesariamente un conocimiente consciente de la dinémica subyacente. . A cicrtas personas les consterna este aspecto de la teorfafreudiana, pues in. dca que nuestras decisiones futuras escapan a nuestro control. El problema por resolver aqui es la medida en que las experiencias de la infancia determinan las clecciones en la vida adulta. Por ejemplo, uno de los periodos decisivos en el de. sarrollo de las rclaciones se presenta durante la etapa filica, cuando ambos sexes gnffentan por primera vez sus crecentes sentimientos eréticos hacia los padres fon la consecuente incapacidad de satisfacer estas necesidades. De acuerdo con la teorfa de Freud, aun cuando las complicaciones edipicas se resuelvan, esta ae rndmica sigue actuando sobre las relaciones de la persona, {Las relaciones se establecen sobre la base de los efectos residuales de ls in reas experiencias de la infancia. Las relaciones de los adolescentes, os jvenes Y los adultos, al igual que las pautas de amistad y de matrimonio, no son ans ue una reproduccién de problemas infantiles no resucltos. Emociones oo clase de objetos que generarian una fuente de angustia més amenazance ‘ partir de la observacién de las expresiones emocionales tanto apropiadas como inapropiadas, Freud descubrié la clave para develar y entender la mot vaciones que operan dentro del inconsciente, Intelecto ee Cees ee ti Et intelecto es una de las herramientas de las que dispone el yo. La persona que fora de mayor libertad puede usar la razén cuando sea necesario ¥ cuando'st Yida emocional puede abrirse a una inspeccién consciente. Dicha persona 0 esti dominada por vestigios no resueltos de acontecimientos pasados, sino que ‘fSsponde directamente a cada siruacién, equilibrando las preferencias individu les con las restricciones que impone la cultura, En Freud, a fuerza emocional més sorprendente y acaso més poderosa era st PasiGn por la verdad y su inqucbrantable fe en la razén. Para él a razdn era la BN Capitulo 2. Sigmund Freud y el psicoandlists 43 kh . tinica capacidad humana que ayudaba a resolver el problema de la existencia 0, Para Freud, la razén esa nica 5 al menos, mitga los slkimientosinerentes aa vida human ee k ira Freud, como para la época en que le tocé vivir, no era posible sustraerse ee E alefecto de la obra de Darwin’ Una das metas priortaras del época era de- Se wi pre desi 5 ‘mostrar que el pensamiento racional colocaba al hombre en wna posicién su- independizarse de ls perior con respecto a los animales. Gran parte de la resistencia que se opuso _autoriades esclavizantes t inicialmente a la obra de Freud se debi a la evidencia de que las personas eran, _establecer una autoridad propia, t de hecho, menos racionales, menos duefias de sus emociones y més parecidas a (Fromm 1959) E los animales de lo que nadie habia sospechado hasta entonces. La esperanza y la E fe personal de Freud era que la razén era primero y que el intelecto era la he- . rramienta més importante, cuando no la nica, que posee la conciencia para do- minar su lado més oscuro. F Lo que Freud descubrié cra que cualquier aspecto de la existencia incons- 2 ciente, al somererse a la luz de la conciencia, podia acometerse con las armas de F la raz6n: “Donde esté el ello, que gobierne el yo (1933, p. 80). Esto significa gue, cuando priven las necesidades irracionales¢ instintvas, se les debe exponer, ' moderar y somerer al dominio del yo. Para que la pulsién original no sea supri- 5 ida, es tarea del yo, a través del intelecto, ingeniar métodos de satisfaccién. seguros y suficientes. El uso del intelecto depende completamente de la capaci- dad y la fortaleza del yo. i Self t El wif es el ser total: el cuerpo y los instintos, as{ como los procesos conscientes i ¢ inconscientes, Para Freud, un sef independiente o separado del cuerpo no tie- ne lugar en el Ambito de la biologia. Al interrogérsele acerca de esta imagen me- tafisica (0 espiritual) de la humanidad, respondié que no formaba parte de sus competencias como cientifico. Desde entonces, los psicélogos han superado la postura de Freud escribiendo intensivamente en torno al tema del self. Terapeuta/terapia Hasta ahora, nos hemos ocupado principalmente de la teorfa general de la per Ain o se reinen pruebas sonalidad creada por Freud. Sin embargo, el propio Freud participé en las suficientes para demastrar que aplicaciones précticas de su obra: el psicoanilisis, cuyo propésito es ayudar al pa- Pecans representa un Ciente a establecer el mejor funcionamiento posible del yo, habida cuenta de los Wacamiene ne tRachwman y: inevitables conflictos que generan el medio externo, el supery6 y las implaca- "1980.78 bes exigencias instintvas del ello. Kenneth Colby, un antiguo maestro de analis- tas, describe el objetivo del procedimiento analttic: Alreferienos al objetivo de la psicoterapia, el término curacién|...J require de- finirse. Si por ewracién entendemos que se libere al paciente de dificultades, de tipo neurético, entonces tales, cietamente, nuestro objetivo. Si por ewracién tentendemos una liberacién permanente de los conflictos emocionales y los pro blemas psicoldgicos, no puede ser nuestro objetivo. Asi como una persona pue- de sufrir neumonia, una fractura y diabetes en el transcurso de su vida y requerir 44 Teorias de ta personalidad Para sustraerse a este asalto general del paciente, se necesita Aue el anaista se haya analizado si mismo de manera completa € integral (..] El propia analista, {e quien depende el destino de tantas personas, debe conocer y controlar las debiidades mas, secretas desu propio cardcter. “odo lo anterior resulta imposible sin un analisis exhaustivo y completo, (Ferenczi, 1955) E concepto de tansferenca [..] sefiala que la observaciéa, ta comprensiony a cscusn de tas reacciones emocionales del paciente ante ta situacign peicoanalitica constituyen las vias mas crectas para entender la estructura caracterolégca y, or ende, los problemas del paclente. Es por estas razones due la transferencia se ha convertion la herramienta mis efieaty, por ende, en un {nstrumento indispensable de la terapia analitica. (Horney, 1939, pp. 3334) ‘medicamentos y tratamientos especiales para cada condicién, otra persona pu. de padecer, en diferentes periodos, una depresién, impotencia y fobias, cada tuna de las cuales requiere su propia psicoterapia... (1951, p. 4) Conviene tener presente que la terapia, tal como la aplican los tedricos esta dos en esta obra, no sélo no “cura” los problemas del pasado, sino que tampoco previene los conflictos del futuro, El papel del psicoanalista ————eeeee La misicn del terapeuta consiste en ayudar al paciente a recordas, reconstruir y reintegrar los materiales inconscientes a fin de que su vida sea mds satisfactoria. Freud sefala Lo conminamos a seguir la rela fundamental del aniliss, la cual ordena que, en lo sucesivo, el paciente gobiemne su condueta hacia nosotros. Deberi com, nicarnos no sélo lo que pueda decir de manera intencional y voluntaria —lo cual significaré un aivio, como si se tratara de una confesién—, sino todo cuanto se le ocurra, aun cuando le rsulte desagradable comunicarlo, aun cuando le parcr- a intrasendente y hasta absurdo, (1940, p. 31) El analista debe mostrarse abierto a estas revelaciones, sin aprobar ni desaprobar su contenido, Para ello, no deberd adoptar ninguna postura moral, sino hacer las veces de pantalla en blanco para las opiniones del paciente. El terapeuta debe ‘mostrar lo menos posible su personalidad al paciente, pues ello le brinda a éste libertad para tratar al analista de una multitud de maneras, transfiriéndole acti- tudes, ideas ¢ incluso caracterstcas fisicas que, en realidad, pertenecen a la per- sonas que conforman el pasado del paciente, Esta transferencia es decisiva para ¢l proceso terapéutico, ya que sirve para situar los acontecimientos del pasado en lun contexto que favorece la comprensién. Por ejemplo, si una paciente comien- 72 tatar a un terapeuta de sexo masculino de la misma forma en que trata a su padre (sumisa y deferente en el exterior, pero un tanto hostile irrespetuosa en el interior), el analista puede esclarecer estos sentimientos en beneficio de la pa- “Introductory lectures on psycho-analysis, en Stan- dard edition, vols. 15 y 16 (publicado originalmente en 1916). Dos series de conferencias dictadas en la Universidad de Virginia. La primera parte de esta obra no eige co- ‘nocimientos del tema; la segunda supone un conoci- ‘miento de la primera, Conferencias ideadas y dictadas para estudiantes 1A general selection from the works of Sigmund Freud (comp. ‘de John Rickman), Doubleday, Nueva York, 1957, Una interesante seleccidn de lecruras tomadas de dife rentes partes de la obra de Freud. Aungue hay otras antologias igualmente interesantes, preferimos éta — Tiree case histories, Collet Books, Nueva York, 1963. ‘Tres casos analizados por Freud, con materiales coma- dos directamente de aquellos e intercalados con su teo- tfa del desarrollo, Estos textos son lo mis cecano a vet a Freud en accidn, al menos en comparacién con lo ‘que podemos imaginar a partir de sus otros textos. Obras acerca de Freud y sus ideas Gay, R, Freud: A life for our time, W. W. Norton, Nueva York, 1988. La mejor biografia de Freud de cuantas disponemos ‘en la actualidad. Gay no ataca ni defiende a Freud, y evita la subjetividad en que incurren la mayor parte de las biografias. El autor entiende tanto la época como al hombre, Hall, C. S.,A primer of Freudian prycholegy, New American Library (Mentor Books), Nueva York, 1954. ‘Una exposicién breve, accesible y licida de los aspec- tos mis importantes de la teorias freudianas, Sucinta ¥ fidedigna. La mejor introduccién disponible, Hall, y G, Lindsey, “The relevance of Freudian psycho- logy and related viewpoints for the socialsciences", en G Lindzey y E. Arronson (comps.), The handbook ofa! py. chology, Addison-Wesley, Menlo Park, Cal, 2a. ed., 1968 ‘Una exposicién de nivel intermedio en torno al pen- samiento psicoanalitco, con énfass en su rlevancia ara la priclogia social: Un enfoqu més teico que Rapapory, D., “The structure of psychoanalytic, S. Koch (comp,), Pyebolayy: The study of a science, armas of he eran ad the ial conte, Mey ‘Nueva York, 1959. Entre los estudios tedricos mds claborados ¥ comple tos dl pensamientopicoanalitico, No apo pr sonas de esprtu deicado. Roazen, P, Meeting Freud family, University of Masa, sets Press, Amherst, 1993. Diverido para ectorinteresad en as eran, ‘menudo banales anécdotas en torno a las relacons entablada en el centro del mundo psicoanalitn clyendo las del ciculo familiar de Freud Sullowa, E, Freud, biologi ofthe mind: Beyond the pce ‘tc legend, Basic Books, Nueva York, 1979. Propone que Freud tenia mds lzos con la biologi qu con la psicologia. Una perspectiva mis humana, se nos heroica, s6lidamente basada en documentos hs téricos. Desmiente a Jones en cuestiones de hecho ‘opiniones. Innumerables referencias bibiogrifias Obras acerca del psicoanalisis Bergman, M. y E Hartman (comps.), The evolution of choanalytic technique, Basic Books, Nueva York, 1976. Ensayos selectos de la primera ola de movimiento cambios emanados de las ideas originals de Freud. Te tos de quienes se consideraban miembros del ello freudiano, Entre los colaboradores se cuentan Erik- son, Fenichel, Ferenczi, Alexander y Reich. Tie fallacy of understanding..An inquiry into the cl ing structure of prychoanalyis, Basic Books, Nueva Yor 1972, ‘Una deliciosa reflexidn en torno a la forma en que * sualizamos ¢ interpretamos la obra de Freud con # ventaja que brindan los aos y la distancia cultucl 2 excelente reformulacién de las ideas bésicas de Fre junto con la expresin y la primera recepcidn que les dispensé, representa una refiescante mirada © que se subraya el aspecto préctico. Levenson, E. y 8. Mitchell, Relational concepts in po nnalysic An integration, Harvard University Press, bridge, Mass., 1988. Un innovador y a menudo atractvointento por i afar las ramificaciones mis exitosas del psicounili tradicional, como a pscoogt de sf, psoas sis existencial, las teoras de las relaciones de los ob ts el psicoanilisis interpersonal. No se recomie™ al lector medroso, ite | ; | Safer, Rey The ana atid, Basic Books, Nucra York, ‘Una exploracién de los mecanismas ineriores dela men- te del aril dra ltr masa, porunprofsor de psiquiatria del Centro Médico de Capacitacién e In- vestigacién Psicoanalitica de la Columbia University. ‘Obra popular, uriisima y elogiada por los profesional, Obras psicoanaliticas acerca de ias mujeres Jordan, J., A. Kaplan, J. Mille, I. Striver y J. Surrey, Wo- Iran growth in ennai, Gilford Pres, Nuc York, Estos autores son los mejores te6ricos posfreudianos especializados en la psicologia femenina, No circuns- crito a temas psicoanaliticos. Bibliografia general ‘Auden, W. H., The collected poems of W. H. Auden, Random House, Nueva York, 1945, Benjamin, L. y D. Dixon, “Dream analysis by mail: An ‘American woman seeks Freud’s advice”, en American Py- cholgist, 51(5), 1996, pp. 461-468. 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