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CAPITULO 1 3 Carl Rogers y la perspectiva centrada en la persona aan ee Cart Rogers ha eercido tna influencia indeeble sobre la psicologia y la psico ia, ast como sobre la educacidn, A él se deben Ja creacidn y la promocién ter ferapia centrada en la persona, la puesta en marcha del movimiento de los He de encucntro, la fundacién —junto con otros eminentes psicdlogos— de gre jogia humanista y por tltimo, la dreccién de los primeros grupos centra- terra persona dedicados a la resolucién de conflictos politicos internacionales. ‘h lo largo de su vida profesional, aun cuando sus intereses se enriquecieron ajestenderse no s6lo a la psicoterapia individual y la terapia de grupo, sino tam- tiga aos sistemas educativos, sociales y gubemnamentales, los conceptos filo- vifcos de Rogers siempre conservaron el optimismo y el humanismo que los tanacterizd desde el principio. No concuerdo con la idea, por demds generalizada, de que el hombre es una criatura esencialmente irracional cuyos impulsos, si no son controlados, provo- carfan la destruccién de los demds y de s{ mismo, La conducta del hombre ¢5 ¢x- quisitamente racional, pues, a efecto de alcanzar los objetivos que se plantea su organismo, procede con un orden y una sutileza de gran complejidad./Nuestra tragedia consiste en que nuestros mecanismos defensivos nos impiden apreciar esta racionalidad en su verdadera magnitud, de tal forma que, en el plano cons- ciente, tomamos una direccién muy diferente de la que nos obligan a seguir las cexigencias del organismo. (1969, p. 29) Decidido a no permitir que la popularidad y la aceptacién de sus primeras obras limitaran sus investigaciones ulteriores, Rogers nunca cesé de modificar sus ideas y sus métodos. Aunque invitaba a otros a que probasen sus afirmaciones, nunca tomé seriamente la empresa de formar una “corriente rogeriana”, la cual no ha- bia hecho sino imitar 0 reproducir sus descubrimientos, Fuera del émbito de la Psicologia formal, su obra ha sido, para decirlo con las palabras del propio Ro- ets, “uno de los factores que contribuyeron a cambiar los conceptos del lide- razgo industrial (y hasta militar), de la préctica del trabajo social, de enfermeria y de l misién religiosa (...] Incluso, ha modificado las ideas de los estudiantes de teologia y filosofia” (1974a, p. 115). Lo que para mi comenzé en la década de 1930 como una forma cambiante pero supuestamente aceptada de ofrecer terapias a las personas, se articulé de mane- 2 torpe como creacién mia en la década siguiente [...] Cabria afirmar que fue luna “técnica” para brindar asesoria lo que se convirtié en una forma de aplicar 'a psicoterapia, Esto, a su vez, dio lugar a una teorfa de la terapia y de la perso- nalidad, la cual proporcioné unas hipétesis que generaron ramas de investi- Bacién totalmente nuevas. Actualmente, se extiende a la esfera de la educacién Como un método para favorecer el aprendizaje en todos los niveles. Se trata de luna forma de realizar experiencias grupales intensivas que ha ejercido cierta in- fluencia sobre la teor‘a de la dindmica de grupos. (1970) Durante la década de 1970 y los primeros afios de la de 1980, los intereses de 8 se desplazaron de la terapia con los clientes a una participacién interna- cal en la formacién de equipos y en el fomento de las comunidades de gran Sut Tambien profundizé —con la consecuente adopcién de una actitud més ‘ante— en las experiencias espirituales y misticas. Su empefio en enriquecer Para todos seré evidente que, entre las implicaciones de los ‘conceptos que he presentado aqui, se cuenta la de que la naturaleza bésica del ser hhumano, cuando funciona Uibremente, es constructiva y digna de confianza. (Rogers, 1968, p. 290) 413 f 414 _Teorias de ta personalidad Una sehal de ta represion sutil que se ejerce en la esfera familiar es que tres de seis hijos ccontrajeron uicera estomacal en algin periodo de su vida. (Rogers, 1967, p. 352) sus ideas, aunado a su fe en la capacidad de las personas para ayudarse a si mis- mas, sigue influyendo en las actividades de los asesores y los psicélogos de todo el mundo (Caspary, 1991; Macy, 1987). Biografia ‘Carl Rogers, el cuarto de scis hermanos, nacié el 8 de febrero de 1902 en Oak ark, Illinois, en el seno de una familia protestante fundamentalista y prospera. Su infancia se vio restringida por las ideas y las actitudes de sus padees, asi como por la forma en que interpretaba el pequefio Rogers dichas ideas: Creo que, de manera esquemética, la actitud hacia las personas ajenas a nuestra numerosa familia puede resumirse en los siguientes términos: los demas se conducen de formas que, por cuestionables, no son aprobadas por Ia familia. ‘Muchos juegan cartas, van al cine, fuman, ailan, beben y realizan otras activi- dades, a veces inconfesables. Portal raz, lo mejor es ser tolerante —pues acaso zo sepan Jo que hacen—, no intimar con ellos y limitarse a convivir con la fa- milia. (19734, p. 3) Rogers fue un nifio introvertido y un alumno dotado que amaba los libros. Sin embargo, no-era agresivo, detestaba los deportes y su infancia fue més bien solita- ria, “Todo Jo que hoy consideraria como una felaci6n personal estrecha y comu- _nicativajme faltaba por completo en aquellos afios” (1973a, p. 4). Para proteger ‘atin mds a sus hijos de “la corruptora influencia de la ciudad y los suburbios” (Kirschenbaum, 1980, p. 10), los padres de Rogers se mudaron a una granja cercana a Glen Ellyn, Illinois, cuando cursaba el bachillerato. Su desempefio aca- démico siguié siendo destacado; fue entonces cuando comenz6 a interesarse en las ciencias. Hoy, me doy cuenta de que era una persona extrafia, un solitario sin lugar ni ‘oportunidades en el mundo de las personas. Desde. del todo is no fueranffelaciones superficales, Durante ‘este periodo, mis fantasias eran francamente raras, y quiz me hubieran diagnos- ticado una esquizofrenia; por fortuna, nunca acudi al psicélogo. (19734, p. 4) lad de Wisconsin resultaron significativas y gra- “Por primera-ver-en-mi-vida fuera del émbivo familiar descubr el scati- do de la ce y Ia intimidad auténticas” (1967, p. 349). Desde el segundo rts universidad inicio sus pstudios sacerdotales| Al afio siguiente, 1922, vviaj6 a China para asistir a una conferencia de la Federacién Mundial de Est diantes Cristianos en Beijing. Al poco tiempo, realiz6 una gira por el oeste chino y otros paises asidticos, Toe onineié samosas acon) Este viaje sir ¥i6 para temperar sus actitudes religiosas fundamentalists, lo cual representé la primera oportunidad para conseguir cierta independencia psicol6gica, “A parti, _de este viaje estableci mis propias metas, mis propios valores y-mi-propia filoso- fia,-sin recurrir mds a los conceptos que defendian mis padres.y que hasta en tonces tenia-por-irrenunciables” (1967, p. 351). Capitulo 13. Cart Rogers y la perspectiva centrada en la persona 415 En 1924 se cas6 con Helen Elliott, a quien habia conocido desde la secun- daria. Con la esperanza de que el recién casado se dedicara a buscar trabajo, los padres de ambos insistieron en que Rogers abandonara sus estudios. Sin em- turgo, éste perseverd y decidié seguir estudiando, La pareja se trasladé a Nueva York, donde Rogers se inscribié en el seminario Union Theological. Posterior- mente, decidi6 terminar sus estudios de psicologfa en el ‘Teachers College de la Universidad de Columbia. Este cambio se debié en parte a un seminario dirigido por estudiantes, el cual le brinds la oportunidad de analizar sus dudas en torno asu vocacién religiosa, Algyin tiempo después, durante un curso de psicologia, descubrié con agrado que el profesional interesado en la consulta privada podia ganarse la vida fvera de la iglesia, trabajando en estrecho contacto con individuos que necesitaran ayuda. Consiguié su primer empleo en Rochester, Nueva York, en un centro de crientacién infantil, trabajando con menores que habian sido enviados por di- versas instituciones sociales. “No tenfa relacién con ninguna universidad, nadie supervisaba mi trabajo tratando de imponerme alguna terapia en particular. [A las instituciones] les importaba un bledo el método que escogiéramos, con tal que nuestros servicios tuvieran alguna utilidad” (1970, pp. 514-515). Entre 1928 y 1939, mientras vivid en Rochester, la forma en que Rogers entendia el proceso de la psicoterapia atravesé por un cambio significativo, a resultas del cual habria de sustituir el método prescriptivo y formal por lo que més tarde llamé terapia centrada en la persona. ‘Atin en Rochester, Rogers escribié The Clinical Treatment of the Problem Child (1939). Esta obra fue bien recibida y dio lugar a una oferta para impartir luna cétedra de tiempo completo en la Universidad Estatal de Ohio, Rogers se- falaba que, en virtud de que habla empezado “desde arriba”, no tive queso. —tucterse a las presiones-y tensiones que menudean en los estratos inferiores del ~sscalafon académico, las cuales asfixian la innovacién:y-la-creatividad. Como profesor de la Universidad Estatal, Rogers grabs por primera vez las Sesiones terapéuticas reales. Entonces se consideraba impensable grabar y, por ende, escudrifar, las sesiones psicoanaliticas. Sin embargo, como él no pertene- cia a la comunidad terapéutica, goz6 de la libertad necesaria para realizar sus in- Wsstigaciones sin interferencias. Los resultados de aquéllas, combinados con su labor docente, indujeron a Rogers a escribir un andlisis formal de la relacién te- Taptutica titulado Counseling and Psychotherapy (1942) __Aunque el éxito de esta obra fue casi inmediato, ninguna publicacién psi- Guidttica o psicolégica le dedicé siquiera una resefia. Por afadidura, a pesar de que Sus cétedras gozaban de una gran popularidad entre los estudiantes, Rogers mis- ‘MO cra “una especie de proscrito en su propio departamento de la Universidad Estatal, donde se le habia relegado a una misera oficina, con horarios incémo- Yuna cooperacién casi nula” (Kirschenbaum, 1995, p, 19) En 1945, la Universidad de Chicago le ofrecié la posibilidad de fundar un huevo centro de consultas basado en sus ideas y hasta 1945 se encarge de su direc ion, Bl creciente énfasis de Rogers en la confianza se reflejaba en las politicas ‘emocraticas de toma de decisiones que se adoptaron en el centror Si podia Sncomendarse a los pacientes la aplicacidn de sus propias terapias, también po- ‘fa confiarse al personal la direccién de su propio entorno de trabajo. En 1951, Rogers publicé Client-Centered Therapy, Esta obra contenia la pri- ‘meta hipétesis formal de la terapia, la teorfa de la personalidad y algunas de las OM re Se me ocurrié que, a menos que ‘uvlera la necesidad de mostrar imi astucia y mis conocimientos, lo mejor seria confiarme a las ‘ecisiones de cliente respecto de la relacion que deberia tomar et proceso. (Rogers, 1967, p. 359) 416 _Teorias de ta personalidad investigaciones que utlizd para formular sus conclusiones. Alli, Rogers sf ba que a decign dea slain apt debe sega alent Peta. Tal inversién de los lazos convencionales resulté revolucionaria, por low ha sido blanco de numerosas crticas. La terapia centrada en el cliente cust naba una de las premisas més basicas¢ irefutables de la relacién terapéutca no, cl terapeuta lo sabe todo y el paciente no sabe nada. Las implicaciones gence les de esta postura fuera del Ambito de la terapia se formularon en la obra Oy Becoming a Person (1961). Las experiencias de Rogers en Chicago fueron interesantes a la ver ques tistactorias. Asimismo, suffi un retroceso que, irénicamente, gener6 un canbe positivo en su desarrollo profesional. Cuando trabajaba de manera estrecha con tana cliente con graves perturbaciones, Rogers qued6 entrampado en los tay tomnos patol6gicos de esa persona, A punto de sufrir un colaps, huyé del cen. tro, se toms unas vacaciones de tes meses ¥, al final, se sometié a terapa con tuno de sus colegas. Una ver terminada, la interaccién de Rogers con sis cen tes se tomé cada vez mis libre y espontinea ‘Amenuio recuerdo con grand En 1957 se trasladé a la Universidad de Wisconsin, en Madison, con la ‘que, cuando mis necestaba iisién de desempefiar un cargo directivo compartido en los departamentos de ayuda personal, me dedicaba a —_psiquiatria y psicologia. Desde el punto de vista profesional, fue un periodo di- instr a terapeutas que er89|——_ficil, ya que menudeaban los conflictos con el personal de psicologia. Penones or siminat yaese ria ques lecoartaba la libertad de cited Yas alimnos, a libra cual me brindaron exactamente _-aprendizaje. “Soy muy bucno para vivir y dejar_vivir, entonces si no se permite Grtipo de ayuda qe requeria, vivir a mis alumnos, las cosas se tornan insatisfactorias” (1970, p. 528). (Rogers, 1967, p. 367) ‘Rogers plasmé su indignacidn en el ensayo “Current Assumptions in Gradua: te Education: A Passionate Statement” (1969). Aunque el texto fue rechazado por The American Pycholagist, fue ampliamente difundido en los circulos est iantiles antes de que se le publicara. “El tema de mi ensayo es que preparamos a nuestros psicologos de manera poco inteligente, ineficaz y dispendiosa, todo ello en detrimento de nuestra especialidad y de la sociedad en general” (196%, p. 170). Algunas de las premisas basicas contra las que Rogers dirigia sus ata {ques eran las siguientes: = No puede encomendarse al estudiante su formacién cientifica y profesional. t» Evaluacion es educacién; educacién es evaluacién, f Presentacidn es igual a aprendizaj: el estudiante aprende lo que se presen ta en ha cétedra, Las verdades de la psicologia no son arcanos ina {Qu significa el método ks. ts De educandos pasivas se forman cientficos creativos. (1969, pp. 169-187) entrada en la persona? Es un término que exprsa el principal tema de m vida profesional, el : : wer iticmnade rma através ‘Noes de sorprender, pues, que Rogers abandonara su eitedra en 1968 y sem dela experiencia, ta interaccion dara al recién fundado Instituto de la Ciencia Conductual Occidental en La Jol con lor dems yl investisacln. California. Pocos afios después participé cn el establecimiento del Centro ee eae Estudios de la Persona, una agrupacién poco estructurada de profesional fcjetvor que he apicado ‘dedicados a la prestacibn de ayuda - Sito tera ere case oe ml La creiente inluencia de Rogers en la esfera educativa se habla hecho =? Carrera cone pacsloge: consult evidente, que escribié un libro con el propésito de exponer en detalle os P to iectva, terapiacentrada——_ientes educativos que proponia y a cuya creacién dedicaba wna buens Pom) eno sus enengias, En efecto, Fvredam to Learn (1969) y Freed to Lear fir he 8. cena en ealunne, ers? (1993) contienen Ia exposicién mis clara de Rogers en rorno a a natu p14) Jos seres huumanos. Capitulo 13. Cart Rogers y ta pespectiva centrada en ta persona _417 su rabajo con los grupos de encuentro se remonta a sus afios de California, oud de libertad para experimentar,inventar y probar sus ideas sin la inter- 2 instituciones sociales o academias. Sus investigaciones acerca del tema fenen en Carl Rogers om Encounter Groups (1970). ‘Uno de sus viajes fuera de la esfera psicoterapéutica se centré en la explora dade los eambios en as tendencas y los valores de los matrimonios normales uesrudio naturalista Becoming Partners: Marriage and Its Alternatives (1972) es Sr andlss de las ventajas y desventajas de las diferentes clases de relaciones.. “Tras dividir sus intereses durante varios afios, Rogers terminé combinando sutrabajo de grupo y sus estudios sobre innovacidn educativa. Junto con algu- fos miembros del Centro de Estudios de la Persona, dirigié grupos con activida- tes intensivas para los alumnos de la universidad y los estudiantes de un colegio jauita, asi como un sistema escolar de filiacién catélica (de la escuela primaria a hhuniversitaria). Asimismo, brindé asesorias para el sistema escolar de Louis- ‘lle, Kentucky (Rogers, 19746, 19750, 19756). ‘Animado por los resultados positivos, Rogers abandoné gradualmente las reaciones centradas en el cliente que constituyeron el objetivo de la mayor parte de u carrera profesional. Le interesaban mds las situaciones centyadas en la per- sma, las cuales tenian revolucionarias implicaciones para cualquier sistemafpolt- tico y social, La propia revolucién interior por la que atravesé Rogers y sus resultados se presentan en Carl Rogers on Personal Power (1978). En un articulo que escribié cuando tenia 85 atios, Rogers no puede ocultar Inalegrfa que le causaba la influencia cada vez. mayor de su obra: Dos documentos que recib{ el dia de ayer constituyen una pequefia muestra Uno de ellos menciona 165 articulos en tomo al método de los grupos centrados en la persona publicados entre 1970 y 1986. Lo sorprendente de esta cifta es que alude a los articulos publicados y escritos en Japén. El otro documento des- ctibe una gran conferencia organizada en Brasil cuyo tema era el método cen- trado en el cliente y la persona. (19876, p. 150) Hasta su muerte en 1987, a los 85 afos de edad, Rogers dirigié el Centro de Estudios de la Persona. En la iltima década de su vida, se dedicé a aplicar sus ideas a situaciones politicas y organizé talleres dedicados a la resolucién de con- flictos y a la diplomacia ciudadana en Sudéfrica, Austria y la ex Unién Soviética (Macy, 1987; Rogers, 1986b, 19874; Swenson, 1987). Rogers manifesté un interés en los estados alterados de conciencia, esto es, “el espacio interior [...] el reino de las potencias psicol6gicas y las capacidades Psiquicas de la persona humana” (19806, p. 12).. También adopt una.actitud abierta y expresiva en sus relaciones, Respecto a este tiltimo cambio, expli- calo siguiente: “No me refiero simplemente a la psicoterapia, sino a un punto de vista, una filosofia, un modo de ver la vida, una forma de ser en la que el ere- ‘imiento (del individuo, del grupo, de la comunidad) es parte del objetivo gene- ral? (1980a, p. ix), ers resume su postura citando las palabras de Lao“Tsé, un filésofo chino del siglo vi a.C., contempordneo, segtin algunos historiadores, de Confucio: ‘Sime abstengo de entrometerme, ls demds cuidan de s mismos. ‘Si me abstengo de ordenar a los demds, ellos se gobiernan a sf misma. Fs claro que nuestras ‘experiencias comprenden lo trascendente, lo inefable, lo cespiritual. Me siento compelido a pensar que, como tantos otros, he subestimado la importancia de esta dimension mistica y spiritual, Rogers, 1984) oT eas 418 _Teorias de la personalidad ‘si como en mi carrera no hubo tuna sola persona destacada 0 lustre, no twve al final nadie a len superar 0 contra quien Febelarme. (Rogers, 1970, . 502) Ni la Biba los profetas —ni Freud nl las Investigaciones [be] pueden tener precedencia bce mi propia experiencia directa. (Rogers, 1961, p. 24) SE —_ ‘Sime abstengo de predicay, los demés avanzan por s soles. ‘Si me abstengo de imponer mi voluntad, ls demas se comierten em ellos (19734, p. 13) mn, El dia de su muerte se le habia enviado una carta en la que s¢ le notificaba san, minacién al Premio Nobel de la Paz, en lo que representa una excelente cu. nnaci6n a su larga trayectoria (Dreher, 1995). Antecedentes intelectuales La teoria de la personalidad de Rogers se originé en sus experiencias clinics, refa que, al evitar una identificacién demasiado estrecha con una corrieme, con. servaba la objetividad de su propio enfoque. En realidad, jamds he pertenecido a ming © cofradia de profesionas|4 pesar de que me eduqué y trabajé con psicdlogos, psicoanalistas, pga, trabajadores sociales psiquidtricos, trabajadores sociales especializados, dua dores y ministros religiosos, nunca me he identificado, en un sentido total ode compromiso, con ninguno de estos grupos [...] A menos que alguien me con sidere como un némada desde el punto de vista profesional, debo afadir qu kx centro de esta criticas se percibe cierta desconfianza hacia el optimism branable de Rogers. Su fe incondicional en la bondad innata dels yes ‘manos no parece coincidir con la experiencia de quienes hacen desu obra, sus investigaciones un blanco de sarcasmo. Las personas que profesan no en la benevolencia humana rara vez perciben manifestacions de éta Lo na que conceden es que acaso se trate de una caractritica latente, no activa a Maslow, la bondad humana esté condicionada a presiones personales culture, Por su parte, Rollo May sefiala que “el proyecto de Rogers no toma en una deraci6n los impulsos de poder del terapeuta, de ahi que no juzpar no sy real”. Por su parte, Walt Anderson insiste en lo siguiente: “No juzgan, no max. pular. éNo son rasgos especificamente humanos?” (Arons y Harri, 1992), Sg embargo, una lectura atenta€ imparcal de los resultados que obtuvo Rogts ey su obra de resolucin de conflictos indica que tratar a las personas como l ms. imo las traté produce los resultados pronosticados en su teoria Al leer las criticas tanto emocionales como equilibradas de Rogers, no po- demos menos que conclu que los criticos 0 han visto diferentes tipos de px cientes o simplemente no aceptan la idea rogeriana segtin la cual es necesaro confiar en los demas para encontrar el propio camino (Rogers y Skinner, 1956) Karl Menninger sostiene que la insistencia de Rogers en la tendencia innata salud es, en el mejor de los casos, la expresion de una verdad a medias: “Muchos de los pacientes alos que hemos tratado se comportan como si se hubieran com prometido, de manera consciente 0 inconsciente, con el estancamiento 0 con lx ‘muerte espirituallenta” (Menninger, 1963, p. 398) En este debate, no hay una sola parte que presente datos o resultados dei vestigaciones; evidentemente, todos se acogen a su experiencia personal. As, Quinn (1993) opina que “la prictica de la psicoterapia en el método centro en Ia persona insiste demasiado en la empatia y el amor en detrimento del autenticidad, en lo que representa un error atribuible a un enfoque demasiado ‘optimista de las cosas” (p. 7). Dejemos a Rogers, en un articulo descubierto¥ publicado después de su deceso, la tiltima palabra: No quisiera que se malinterpetara en este sentido. No tengo un cons OF timista dela humanidad. Estoy conscinte de quc los mecanismos dfs leo iterres inden cnc como ess io regresivas,antsocales 0 malignas, no denen parangén eon ning = tua, No obwante, una des feta mi graces y ales ‘xpericnca consist en trabajar con penonas que pose dichas acters «ual me permite vshumbrar as tendenciasdirecionalesposias que hy nes como en todos nosotros, en los estratos mis profundos. (Rogers, 1995 P La imagen de la humanidad que presenta Rogers carece de sentido para 5 ticos. Por consiguiente, dudamos que nuevas investigaciones y prucbas ms“ lidas sirvan para haceres cambiar de opinion, Para Rogers, lx prude validea de su postura no depende de la elegancia esilistca sino de la uel ‘general. Las obras de Rogers cobran una importancia y una difusiOn er mayor; adems, su popularidad dentro y fuera de la psicologa ica dia con dia, Frew “Aunque suene simplista, ls ideas de Rogers, al igual que las de Fret Pertaron un interés por entender todos los aspectos de la naturale! Capitulo 13. Carl Rogers y la perspectiva centrada en la persona 445 sn nderenca de que aqullisstsfacen una necsidad especifcamente est os ese. La flosoiarogeriana “ence al perfec con la tain demo- ine de Estados Unidos de América. El cliente es tratado como un igual, om un individuo que cuenta con las herramientas necesaria para ‘ou ee sin tener que confiase a la sabidurfa de una autoridad o un experto” riper, 1959, p- 83). La estreca afinidad de los conceptos rogerianos con la (Mipovsion estadounidense ha favorecido la aceptacién generalizada de sus irs forma de concebir la terapia su afirmacion del deseo y la capacidad ‘pdvidual de aleanzar Ia plenitud. Elintenso interés que expresa Rogers en la persona se manifiesta en una se- sede enunciados de lo que el propio autor denomina aprendizajes signifcativos. Serata de la suma de “las miles de horas que he trabajado en intima relacién con personas atribuladas” (1961, p. 16). A continuacién, presentamos algunas de sus conclusiones: 1. En mis relaciones con las personas, he descubierto que a la larga no sirve de nada conducirme como alguien que no soy en realidad. 2, Descubro que soy mas eficaz cuando puedo escucharme y aceptarme y, por nde, ser yo mismo. 43, Hay un inmenso valor en el permitirme entender a otra persona. 44 Me parece enriquecedor abrir canales a través de los cuales otros me comu- niguen sus emociones y sus percepciones més personales La experiencia de aceptar al otro me parece gratificante. 6. Guanto mas me abro a las realidades que hay en mi y en el otro, tanto me- ros me apremia la necesidad de “arreglar las cosas”. 7. Puedo confiar en mi experiencia. (pp. 16-22) Su obra en tomo a la resoluci6n de conflictos concluye con un conjunto de axio~ ‘mas similares, algunos de los cuales Rogers formulé en los términos siguientes: Soy una persona satisfecha desde el punto de vista politico: Cuando se ayuda a todas las personas a tomar conciencia de su propio po- der y fortaleza. ‘Cuando los miembros del grupo descubren que compartir el poder es més satisfactorio que urilizarlo para controlar a los dems. ‘Cuando cada persona ejecuta las decisiones del grupo mediante el control de su propia conducta. ‘Cuando cada uno de los miembros del grupo conoce las eonsecuencias de tuna decisin, tanto sobre ellos como sobre el mundo exterior. (1984) Rogers concluye su lista con la siguiente observacién: “Estoy seguro que mu- chos de ustedes consideran lo anterior irremediablemente idealista. Empero, se- ‘iin mi experiencia, sobre todo cuando se crea una atmésfera propicia para los ‘Brupos, sus miembros deciden tomar mds o menos la direccién que describ I+ neas arriba.” Rogers nunca abjuré de su fe en la benevolencia dltima de la hu- manidad, desde sus primeros afios como terapeuta con familias desintegradas hasta sus dltimos afios, los cuales dedicé a trabajar con paises divididos. En il. tima instancia, sus aciertos y sus errores serin sefialados por las observaciones y la experiencia de cada uno, no por los expertos y los académicos. Este nuevo mundo seré mis humano y humanitario. Explorar Y favorecera la riqueza y as capacidades de la mente y cespintu humana, Producics Inchiduos mis integradas y pleros. Seré un mundo que valore Ia dimension individual de la persona, la cual representa nuestro recurso mis grande. (Pogers, 19800, p. 356) Con el mejor de los ieres Cuando el trabajo se termina Y¥se cumple ta mision “Tedos dicen a una vor "Le hiekmas nosotros” (La0-Te en et To0 Te King. Rogers sempre lo levaba en su carters) ww 446 _Teorias de la personalidad La teoria en sus fuentes Las ideas de Rogers? En esta seleccién se ilustran las ideas de Rogers acerca de la teropia centro da en el cliente. Los conceptos tedricos que se han definido, junto cor los sucintos enunciados for. males del proceso y los resultados de la psicoterapia centrada en el cliente, se ils. tran de manera sorprendentemente clara en una carta enviada al autor por una Joven mujer llamada Susan, quien se sometié a terapia con un profesional que, ‘como podra apreciarse, logré sentar las condiciones para una atmésfera terapéut ca. A continuacién reproducimos dicha carta, seguida de una explicacién de la for ima en que los enunciades tedricos han operado en el caso de Susan. Estimado Dr. Rogers: Acabo de leer su libro On Becoming a Person y no puedo menos que confesarme impresionada. Lo encontré por casualidad un diay comen- cé a leerio. Me parece una especie de coincidencia, ya que ahora mismo necesito algo que me ayude a encontrarme a mi misma. Me explico [expone su situacion feducativa actualy algunos de sus planes tentativos de estudiar una profesiénrela- ‘cionada con la ayuda a las personas). No creo que pueda hacer mucho por los de. ‘més hasta que me encuentre a mi misma {..-]- Creo que comencé a perderme cuando cursaba el bachillerato. Siempre quise realizar una actividad en la que pudiera ayudar a la gente, pero mi familia sere sistia, y pensé que debian tener razén. La cosas transcurrieron sin problemas du: rante cuatro 0 cinco afies, hasta hace alrededor de dos afios, cuando conoci a un Joven que me parecia ideal. Luego, hace casi un fio, reparé en nuestra situacion y “descubri que yo era todo lo que el queria que fuera y nada de lo que realmente era yo. Siempre he sido una persona emocional y, por consiguiente, fueron muchas cosas las que me pasaron por la cabeza. La verdad es que nunca pude separarias 0 iden- tificarlas. Mi prometido me preguntaba si estaba loca o simplemente feliz, yo le respondia que si, y todo acababa ahi. Pero luego, cuando me fijé en nosotros, me per- caté de que estaba furiosa porque no hacia caso de mis verdaderas emociones. Después de romper amistosamente con mi prometido, me di ala tarea de en ccontrar todas las piezas que habia perdido. Luego de algunos meses de bisqueda, descubri que habia muchas mas piezas de las que yo creia y no sabia qué hacer con elias. Comencé a visitar al psicélogo, y en la actualidad sigo frecuentandoto. El me ayudé a encontrar partes de mi cuya existencia ignoraba. Algunas de estas partes son malas a la luz de las normas de la sociedad, pero creo que son bastante bue- nas para mi. Desde que me atiende el psicdlogo, me siento mis amenazada y con fundida, aunque también més aliviada y segura de mi misma, Recuerdo una noche en particular. Después de visitar at psic6logo, como de costumbre, habia regresado a casa mathumorada porque deseaba hablar de algo y 2 Tomado de Comprehensive Textbook of Psychiatry, de A. M. Freedman, H. |. Kaplan y BJ. S8¢- dock, Williams & Wilkins, Baltimore, 1975. Copyright 1975 by Williams and Wilkins. Reimoreso on autorizacién, Capitulo 13. Carl Rogers y la perspectiva centrada en la persona 447 1, no pode recordar de qué se trataba. A las ocho de esa noche estaba tan aifies, que comence a asustarme, Telefoneé al psicélogo y me indicé que acu- et gsultorio tan pronto como pudiera. Al llegar, lloré durante una hora y lue- 2 jabras comenzaron a brota. No recuerdo bien lo que dij, solo que habia sel Tay una Ira que no sabia que existferan dentro de mi. Al regresar a casa, A cio ue UN extrafo se habia posesionado de mi y veia alucinaciones, como Meios pacientes que alguna vez vi en el hospital estatal, Esta sensacién duré al- 1 ompo, hasta Que una noche, mientras meditaba, me percaté de que este ex- pra el yo qe habia buscado con tanta desesperacin «a exde entonces, descubri que las demas personas ya no eran tan extrafas para sg Hoy parece que comienza una nueva vida para mi. Ahora mismo estoy sola pero ™ pustaday, dems, no siento la necesdad de mantenerme ocupada, Me agrada Maecerme y hacerme amiga de mis pensamientos y emociones. Por ello, he apren- Guo a disfrutar de la compania de la gente. Hay un hombre en particular —un srcana muy enfermo— que me hace sentir viva. Acepta a todos. El otro dia me dijo ‘peo habia cambiado mucho. Segin él, ahora soy una persona abierta y amable. gree que siempre he querido a la gente, y as se lo ije. “iLo notaban?™, me pre- sunt. No creo que haya expresado mi amor con més fuerza que mi célera o mi reentimiento. Entre otras cosas, descubro que, en realidad, nunca me tuve mucho respeto. snore que comienz0 a aprender a gustarme, encuentro una inmensa paz dentro de ni, Gracias por haberme ayudado a descubrir esto. La vinculacién con la teorfa Al resumir algunos de los episodios fundamentales de la carta de Susan, podr apreciarse la relacién entre sus experienciasy los enunciados tedricos. "Ne perdia, Necesitaba algo que me ayudara a encontrarme.” En retrospecti- va, Susan descubre que percibia una vaga contradiccin entre la vida que Ulevaba y la persona que creia ser. Esta imprecisa conciencia de la contradiccién 0 incongruen- «ia epresenta un recurso real para la persona que toma conciencia y se mantiene al tanto de ella. Asimismo, Susan proporciona algunas claves relacionadas con las razones de la pérdida del contacto con sus propias experiencias. “is reacciones interiores indicaban que deseaba realizar algin tipo de traba- Jo, pero mis familiares me sefialaban que no era eso lo que querian." Ciertamen- te, esto revela La forma en que habia construido un concepto falso de si misma, Sin duda, tal proceso comenz6 en la infancia, pues de otra forma no habria aceptado taintervencién de sus familiares. El nif experimenta algo en su organism: una sen- sacion de temor, ira, celos, amor 0, como en este caso, la necesidad de tomar una nes sociales generales de su obra. Basta le sin lo para tener una idea mds precisa del contenido texto: “La fuerza interior y sus efectos revises Fios, La extensién de las ideas desarrllads eo rapia a los sistemas educativos y politicos.” A way of being, Houghton Mifflin, Boston, 198. CCompilacin de ensayos y discusos que puede lr como una autobiografia abreviads iusra ls Os: en que Rogers tomaba el efecto social de su aba alld dela psicologia. Conmovedor y optimist su libro mds intimo y amable. —, Freedom to learn for the 80's, Merci Cofubs, Ohio, 1983 alternatives, Det Versién corregida y aumentada de un eis 2 rior. Ahi, el autor dedica un espacio conse = la descripcién de su labor en las aulas pro™ “libertad responsable”. ws Rogers, C. R. y B. Stevens, Person to person Pres, Pocket Books, Nueva York, 1971 Vint C= Cal., 1967. ake Recopilacién de artculos, en 31 MaYOC PH es gers, con apasionantes comentarios && SE Capito 13,_Cart Rogers y ta perspectva centrada en ta persona_453 piptiografia general sired Adler's influence on ‘ean the three lea- therapy and behavior change, Wiley, Nueva York, 1971, PP. Hy sot eof humanistic ppcology”y n Jounal of fot iy 30(4), 1990, pp. 45°83 Nyy. Hat, Comets with he fader, ma J, Grinder, The structure of magic, vos. Ly 2, sade havin Tl Alto, Caly 1978, , py GJ Bn, Cline centre coming: A re A acon, Boston, 1982 pels) M-y EN. Rice sRudiene, self craizaton lh se) Ge of peranaiy, Aldine, Chicago, 1963, pene. tote, By E. MeMaon, “Religious type expesenss in etm of humanistic and traspersonal psychology” a Senate mpasmal Pycelan, 6, 1974, pp. 1-17 Capi Wy, “Catt Rogers vals, persons and pols: The cere of individual and community”, en Journal of Hi san Pyebolgy, 31(4), 1991, pp. 8-31 Cae, CN. y M. Appley, Motivation: they and researc ‘ey Nueva York, 1964. Daher, D., “Toward a person-centered politics: John Vas ‘ones en M. M. Suhd (comp), Carl Rages and other ‘table be influenced, Science and Behavios, Palo Alto, GA, 1985, pp. 339-372. Egan, G., Encounter: Group process for interpersonal growth, Frnks|Gole, Monterey, Cl, 1970. A, “Requisite conditions for basic personality chan xno Cnn Pra 23, 1959, pp- 538: Bans, RL (comp.), Card Rogers: The man and his ideas Duron, Nueva York, 1975. Fue, B,D. 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