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Contents

Índice
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Introducción
Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente?
Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido?
Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura
Capítulo 4. Mejora tu Comprensión
Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización)
Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida
Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura
Capítulo 8. Mentalidad necesaria para la Lectura Rápida
Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro
Capítulo 10. Conclusión
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Valoración
Colección de Productividad
Partes del libro

Introducción
Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente?
Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido?
Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura
Capítulo 4. Mejora tu Comprensión
Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización)
Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida
Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura
Capítulo 8. Mentalidad necesaria para la Lectura Rápida
Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro
Capítulo 10. Conclusión
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Introducción
¿Cuántas cosas más podrías hacer a lo largo del día si completases todo tu
material de lectura en la mitad de tiempo?
¡Felicidades! Al tener este libro en tus manos, has dado un paso muy
importante para mejorar tus habilidades lectoras. Como probablemente no
has tenido ningún tipo de formación en técnicas de lectura desde que
empezaste el colegio, ahora tienes la oportunidad de aprender algo nuevo
sobre como leer de forma más efectiva y eficiente.
Si es la primera vez que entras en contacto con la Lectura Rápida, este libro
te ayudará a dominar las bases de esta técnica. Simplemente con esta guía y
siguiendo los ejercicios, podrás leer, al menos, el doble de rápido. Conforme
sigas practicando las técnicas seguirás aumentando tu velocidad de lectura.
Antes de empezar a leer, piensa qué significaría para ti el poder leer el doble
de rápido. ¿Serías capaz de ahorrar mucho tiempo? ¿Qué harías con ese
tiempo extra? ¿Lo usarías para leer aún más o para hacer otras cosas? ¿Qué
otras cosas harías? ¿Piensas que te ayudaría en tu trabajo el hecho de leer el
doble de rápido que el resto de trabajadores? ¿Qué tipo de impacto crees que
tendría en tu vida?
Si, después de haber respondido a estas preguntas, todavía te sientes atraído
¡te felicito! Estás dando el primer paso hacia el Tú del futuro, el cual leerá
más rápido, será más productivo, y recordará más de las cosas que lee.
Estos son los beneficios que vas a obtener con este libro:

Leer el doble de rápido


Mejorar tu comprensión
Recordar mejor la información
Ahorrar tiempo
Ganar confianza y sentirte más en control de la sobrecarga de
información
Disfrutar más de la lectura

Ahora, sigue leyendo y descubre cómo leer más rápido. Vas a encontrar este
libro tremendamente útil, siempre que practiques lo que aquí se enseña
¡Empecemos!
Materiales que vas a necesitar para la lectura rápida:

bolígrafo o lápiz
rotulador para subrayar
papel
calculadora
cronómetro
tarjeta en blanco
material de lectura que te sea familiar (libro, revista,
periódico...)

¿Qué quieres sacar en claro de este libro?


Esto quizá te resulte sorprendente, pero ahí va: la lectura efectiva NO
empieza al coger el libro para leerlo. Vas a multiplicar la efectividad de tu
lectura al dedicar, simplemente, 3 minutos antes de empezar a leer para
decidir lo que te trajo a este libro específicamente.
Necesitas establecer objetivos o metas para ese libro y decidir lo que quieres
aprender de ese material. Al darte cuenta de lo que quieres saber antes de
empezar a leer, tu mente se va a concentrar en encontrar la respuesta a esas
preguntas, y será mucho más fácil reconocer la información útil cuando la
veas.
Simplemente hazte, antes de empezar a leer, estas dos preguntas:

¿Por qué estoy leyendo este libro?


¿Qué quiero aprender de este libro?
Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente?
“Lo que se puede medir, se puede manejar y, por tanto, se puede mejorar”
(Peter Drucker).
El primer paso, antes de que empieces a mejorar tu velocidad de lectura, es
saber a qué velocidad lees actualmente. Así que vamos a comprobarlo.
Tu velocidad de lectura se mide en palabras por minuto (PPM). Para saber tu
velocidad actual, simplemente tienes que leer durante un minuto y, a
continuación, contar cuantas palabras leíste durante ese periodo.
Mientras lees, asegúrate de ir a una velocidad a la que te sientas a gusto, en la
que todavía puedas comprender lo máximo posible. Simplemente sigue tu
velocidad normal, no trates de ir más rápido o más lento.
Cuando hayas acabado de leer, necesitarás contar el número de líneas que has
leído y multiplicar ese número por 15 (la media de palabras por línea en este
ejemplo). Si quieres estar completamente seguro, cuéntalas de una en una.
Normalmente lo que haremos será calcular el “número de líneas multiplicado
por la media de palabras por línea” para que sea más cómodo. Pero si quieres
contarlas de una en una, me parece perfecto.
¿Preparado? Para realizar los ejercicios vas a necesitar un cronómetro
(cualquier smartphone trae uno de serie). Ajusta tu cronómetro en un minuto
y empieza a leer. Cuando hayas acabado, calcula tu velocidad de lectura y
anótala en un papel. ¡Preparados, listos, YA!

¡Hazlo Simple!
Lo has visto muchas veces; ya sea a la hora de perder peso o al aprender
algo nuevo (como la lectura rápida). La gente siempre está buscando la
mejor dieta, la pastilla mágica que les hará perder peso… Y lo gracioso es
que, en esos primeros momentos, lo único que tienes que hacer es comer
menos y hacer más ejercicio. Tan simple como eso.
¿Cuál es la relación de este ejemplo con la lectura rápida? Muy simple. Lo
que estoy intentando reflejar aquí es que, al principio de tu aprendizaje, no
necesitas complicar las cosas. Todo lo que tienes que hacer es lo que te
enseño aquí, e intentar ser un 80% de lo bueno que quieras ser.
Por ejemplo: si tu objetivo final es leer 100 páginas en una hora, conténtate
con leer 80 páginas por hora en un principio. Ya irás progresando con el
tiempo. Olvídate de ser un perfeccionista; concéntrate en la mejora
constante.
No necesitas complicarte la vida buscando la solución perfecta a un
problema porque, en esos primeros momentos, todo lo que necesitas es dar
un pequeño giro de tuerca a lo que estabas haciendo previamente.
No confundas esto con que quiero que seas un conformista. Simplemente
digo que, al principio, el hecho de tratar de ser un perfeccionista sólo va a
conseguir que te agobies porque no puedes conseguir lo que querías; y eso
probablemente haga que lo acabes dejando. Concéntrate en mejorar
constantemente.
Imagínate una bola de nieve que cae desde la cima de una montaña. Al
principio tiene un determinado tamaño y va a descender lentamente; pero
conforme sigue bajando va haciéndose más grande y desciende más rápido,
hasta que al final es una fuerza imparable.
Así es como tienes que ver el hecho de aprender una nueva actividad o de
cambiar un determinado hábito. No puedes pretender que la bola de nieve
vaya a la misma velocidad cuando está empezando que cuando está
llegando al final.
Por eso es por lo que, al principio, necesitas hacer la adquisición de esta
nueva habilidad tan simple como sea posible. A lo largo del camino, ya se
irá complicando, pero no necesitas preocuparte por eso en estos momentos.
Todo lo que tienes que hacer ahora es practicar, al menos, 20 minutos al
día y seguir los ejercicios que se indican en el libro.
Quiero dejar claro que con la lectura rápida estamos tratando de cambiar un
determinado comportamiento. Estás intentando pasar de leer durante años
subvocalizando, leyendo palabra por palabra y retrocediendo cada vez que
olvidas algo; a no tener que hacer ninguna de estas cosas, simplemente con
la ayuda de un bolígrafo y con un movimiento de tus ojos más rápido.
Esto no es algo que vaya a cambiar de la noche a la mañana; va a llevar
tiempo. Por eso sé que el hacerlo más simple al principio no va a hacer
daño. Tienes que pensar a largo plazo. Si te estuviese pidiendo que hicieses
mucho ahora, o que le dedicases 3 horas al día, lo dejarías en un par de
días.
Lo que intento conseguir es que, al ir poco a poco, vayas descubriendo el
proceso y te sientas cómodo con él. El hecho de que te sientas cómodo va a
hacer que te guste más, y eso hará que poco a poco le vayas dedicando más
tiempo. Conforme le vayas dedicando más tiempo, leerás mucho más
rápido. ¿No era ése el plan?
Al principio, concéntrate en el 20% de actividades que te van a dar el 80%
de los resultados. En este caso, ese 20% sería no volver la vista hacia atrás
cuando lees, y aprender a mover los ojos más rápido. Simplemente
dominando estas dos habilidades vas a doblar tu velocidad de lectura.
Por eso, al principio de cualquier nueva actividad o hábito que quieras
cambiar, tienes que HACERLO SIMPLE.
Lo más importante para la lectura rápida es no volver hacia atrás y
mover los ojos más rápido

Mi relación con la Lectura Rápida


La primera vez que oí hablar de la lectura rápida fue en el libro de Ramón
Campayo “Desarrolla una Mente Prodigiosa”. Aprendí la técnica de lectura
rápida que el autor explicaba en ese libro y la estuve usando durante un
año. La verdad es que leí muchísimo más rápido y me gustaba bastante. Al
año siguiente, recuerdo que en una clase de Francés en la Alliance
Française de Granada, tenía una compañera de clase (creo recordar que su
nombre era María), que tenía un libro de Tony Buzan y me comentó que
era alguien que tenía una visión distinta y muy interesante sobre técnicas
de aprendizaje, así que, cuando llegué a mi casa me metí en internet a
buscar información sobre Tony Buzan. Vi que tenía varios libros de algo
llamado Mapas Mentales, pero vi que también tenía uno llamado “El Libro
de la Lectura Rápida”. Como era un lector voraz, y me intrigaba la idea de
ser capaz de leer muy rápido, decidí hacerme con ese libro.
En esa época (el año 2008) Amazon todavía no había llegado a España, así
que me metí en Agapea.es y lo pedí. Cuando me llegó y empecé a leerlo
sentí un subidón de adrenalina. Estaba leyendo el libro y haciendo los
ejercicios, y veía que iba mejorando poco a poco.
Recuerdo que una vez que devoré el libro, era hora de ponerme a practicar
con un libro de verdad. Todavía me acuerdo de que libro era, “La Casa de
la Playa”, de James Patterson. Aunque parezca difícil de creer, todavía me
acuerdo de la trama del libro y, no es porque el libro fuese tan bueno que
mereciese ser recordado para siempre, sino porque fue un momento que
marcó mi vida.
Empecé a leer el libro y me acuerdo que en ese primer momento use la
técnica más simple, el pasar el boli de línea en línea una por una, lo más
rápido que puedas y sin volver hacia atrás.
Leí ese libro (unas 350 páginas) en algo más de 3 horas. La sensación fue
que iba volando sobre el libro. No podía creer que leyese tan rápido y que
me estuviese enterando de lo que leía al mismo tiempo. El caso es que, si
lees 100 páginas en una hora, es mucho más probable que te acuerdes de lo
que pasaba al principio que si lees 50 páginas por hora, puesto que lo tienes
más fresco en tu mente.
El caso es que no me podía creer lo rápido que estaba leyendo, y una vez
que acabé, me di cuenta de que era una nueva persona. Algo que ahora,
después de 6 años, me parece tan normal, en aquel momento fue una
experiencia que supe que me había cambiado. Sentía una sensación de
superioridad difícil de explicar, una sensación de ser más capaz;
básicamente, me sentía como si tuviese superpoderes.
Luego, con el tiempo, fui experimentando con las distintas técnicas de
lectura rápida. Al principio cuesta un poco (es lógico, estas aprendiendo
una nueva habilidad; como montar en bici), pero luego, una vez que la
dominas, merece la pena. Hoy en día, la técnica que más uso es la de
zigzag. Digamos que sería como marcar una Z. Vas leyendo una línea,
cuando llegas al final pasas la siguiente como si fuese el palo de una Z, y la
tercera línea la vuelves a leer de manera normal. Es la que uso cuando leo
una novela o un libro de ficción.
Cuando leo algún libro de no-ficción, normalmente me hago las preguntas
sobre qué quiero aprender del libro y porqué, y luego voy escaneando el
libro hasta encontrar la información.
Hoy en día la lectura rápida para mí es simplemente lectura, puesto que es
mi manera de leer y me sale de un modo muy natural, no necesito pensar
en ello. De vez en cuando viene bien pensar en ello y darte cuenta de las
técnicas que no usas y que te ayudarían a leer todavía más rápido.
La lectura rápida para mí es muy importante porque, como buen yonqui de
la información y de buenas historias que soy, el ser capaz de leer
muchísimo más rápido y de comprender y recordar la información que
quiero, es un regalo que ninguna cosa material puede igualar. Ése es el
regalo que te quiero hacer con este libro. Te estoy dando el mapa del tesoro
y las indicaciones para llegar a él. Lo único que tienes que hacer es seguir
las instrucciones y allí estará esperándote.

VELOCIDAD MEDIA DE LECTURA


Ahora que has terminado ¿cuántas palabras leíste? La velocidad media de
lectura suele ser entre 150-250 PPM. ¿Leíste más? ¿Leíste menos? ¿En la
media? No hay ningún problema si tu velocidad estuvo por debajo de la
media. Mientras sigas leyendo el libro y completando los ejercicios, tu
puntuación en la primera prueba sólo será una historia que contarás a tus
nietos alrededor de una hoguera.
Si puntuaste por encima de la media, recuerda que vas a seguir mejorando tu
velocidad a lo largo del libro. Y no sólo vas a mejorar la velocidad de lectura,
sino también la comprensión y la retención de lo que lees.
Antes de continuar, sólo quiero recordarte que la velocidad media (150-250
PPM) está basada en material de dificultad media. Si estás leyendo un texto
muy técnico, tu velocidad de lectura bajará. Por otro lado, si lees algo como
un libro infantil, con letras grandes y párrafos cortos, tu velocidad de lectura
aumentará.
Dependiendo del tipo de material que leas, tu velocidad oscilará entre las
100-300 PPM. Lo que vas a conseguir siguiendo estos ejercicios es alcanzar
un nivel superior. Tienes que tener en cuenta que otros factores pueden
afectar a tu velocidad de lectura. Por ejemplo: si estas distraído, o cansado, tu
velocidad de lectura disminuirá bastante.
También te tienes que dar cuenta de que la velocidad de lectura se mide en
PPM (palabras por minuto). Esto sería muy útil si leyésemos en distintas
tandas de un minuto. Pero, como normalmente leemos durante más tiempo,
eso va a suponer que la velocidad media durante ese tiempo (supongamos
que son 20 minutos) será menor de 250PPM; ya que no mantenemos la
misma velocidad durante cada minuto. A medida que leemos, nos cansamos
más; y cuanto más nos cansamos, más lento leemos.
Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido?
Comprensión vs. Retención
Antes de empezar es necesario aprender a distinguir entre estos dos términos.
Muchas veces son confundidos y pueden dar lugar a malentendidos.
Comprensión se refiere a lo que entiendes del material que lees. Esto es
distinto de la retención, que es la cantidad de información que recuerdas
después de haber leído y comprendido el texto. Ambos son distintos pero
suelen ser confundidos.
La comprensión se basa en el entendimiento del texto en el momento en el
que lees (en otras palabras, que entiendes lo que lees). Retención es lo que
recuerdas después de leer.
El nivel de comprensión dependerá no sólo de tu velocidad de lectura, sino
también del conocimiento que previamente tuvieses de la materia. Por
ejemplo, imagina que estás leyendo “Rebelión en la Granja” (George
Orwell). Si, antes de leerlo, estás al tanto del contexto histórico en el que se
escribió el libro (La Revolución Rusa), probablemente serías capaz de enlazar
la historia con lo que estaba pasando en el mundo en ese momento. Pero, en
caso de que sea un niño el que lea el libro, sería capaz de comprender las
palabras; pero el nivel de entendimiento sería bastante distinto al de un adulto
con un mínimo conocimiento de Historia.
Ahora que ya sabes tu velocidad de lectura y sabes diferenciar entre
comprensión y retención, es hora de empezar a mejorar tu capacidad lectora.
Barreras mentales comunes al leer
Probablemente tengas una serie de barreras mentales (o creencias que te
limitan) sobre la lectura. Estas barreras te frenan y hacen que no leas de
forma más rápida y eficiente. Si quieres leer más rápido, necesitas deshacerte
de estos pensamientos antes de poder seguir avanzando.
Probablemente nunca antes te has planteado la naturaleza de tu habilidad
lectora. La mayoría de la gente piensa que leer conlleva mucho tiempo, pero
esto no es necesariamente cierto. Según lo que quieras leer, tardarás más o
menos. La mayoría también piensa que para retener la información necesitas
leer lo más lento posible y repetir las frases, para no perderte ni una sola
palabra del texto. Esto no es verdad.
No deberías olvidarte de que leer es una habilidad, como tocar la guitarra o
jugar al fútbol. Como cualquier otra habilidad, puede ser mejorada.
Lo primero que tienes que reconocer es que leer es una habilidad adquirida,
no algo con lo que naciste. Como en cualquier deporte, habrá gente que lo
pille más rápido que otros, pero el hecho es que tú puedes mejorar
drásticamente tu velocidad de lectura y comprensión con la práctica.
Si quieres progresar con tu velocidad de lectura, necesitas deshacerte de estas
barreras mentales.

Barrera Mental #1: cuanto más rápido leo, menos comprendo y


retengo. Necesito ir más lento para poder comprenderlo mejor.
A no ser que leas poesía (en cuyo caso la lectura rápida no tiene mucho
sentido), el leer lentamente es simplemente un signo de mala
concentración. NUNCA es un signo de mejor comprensión. Los lectores
lentos tienen poca concentración, lo que conlleva una mala
comprensión. Los lectores rápidos están más enfocados y comprenden
mejor los materiales de lectura, ya que están más concentrados mientras
leen.
La habilidad de concentrarte te permitirá leer más rápido a la vez que
mejoras tu comprensión.

Barrera Mental #2:necesito leer todas y cada una de las palabras


del texto para poder comprenderlo
Esto tampoco es verdad. Al menos la mitad de las palabras que lees no
aportan ningún tipo de contenido al texto; sólo están ahí por razones
gramaticales. Son como el pegamento que mantiene todo junto, pero no
son importantes por sí solas.
Perder tiempo y energía en leer estas palabras te impedirá mejorar tu
velocidad de lectura y tu comprensión. Evitan que te concentres en las
palabras que de verdad dan sentido al texto y te distraen de lo que es
verdaderamente importante. Ser capaz de deducir a qué palabras
debemos prestar atención forma parte de convertirte en un lector más
rápido y eficiente.
Debemos empezar a construir esta habilidad reconociendo que no todas
las palabras necesitan ser leídas cuidadosamente. Si quieres ser un lector
eficiente, necesitas reconocer que algunas palabras deben ser casi
pasadas por alto; les debemos prestar menos atención.
Si de verdad quieres pasar al siguiente nivel, necesitas cambiar tu
percepción de lo que lees. A partir de este momento, vas a concentrarte
en ideas, no en simples palabras. Si pasas mucho tiempo en cada
pequeño detalle y pierdes de vista el texto como un todo (si ves el árbol
pero no ves el bosque), no vas a ser capaz de mejorar tu velocidad de
lectura.
Barrera Mental #3: comprendo poco porque no puedo recordar lo
que leo
Estamos mezclando la velocidad con el tocino. No ser capaz de recordar
el texto que acabas de leer es un problema de memoria, no de
comprensión. Con la práctica, cuanto mejor te concentres, más fácil te
será recordar lo que lees; pero la mejor técnica para recordar lo que lees
es la “repetición espaciada”.
La repetición espaciada significa la repetición múltiple, a lo largo del
tiempo, del material de lectura que quieres recordar. Aunque eso no
significa que tengas que volver a leerlo todo cada vez que quieras
recordar algo. Puedes hacerlo simplemente tomando notas de lo que
lees, y luego revisando esas notas.
Algunas personas tienen este problema porque no se concentran y
siempre quieren saber lo que pasa antes de que haya pasado. Es como la
gente que está en el cine viendo una peli y, cuando sólo lleva 5 minutos,
empieza a preguntarte ¿quién es este? ¿Y quién es este otro? Y todo tipo
de preguntas de las que tú, que también llevas viendo la película durante
5 minutos, no tienes ni idea. “Por qué no te callas un ratito y prestas
atención? Lo mismo, incluso te enteras de qué va la peli”.
Imagínate que tuvieses que rebobinar una película cada vez que te
olvidas de algo. En vez de dos horas tardarías 8, y probablemente te
cansarías de verla antes de que terminase. Aunque suene extraño, esto es
lo que hacemos con los libros.
Barrera Mental #4: debería poder entender y recordar todo lo que
leo a la primera
A no ser que seas un prodigio, probablemente no vas a recordar todo lo
que lees, y mucho menos a la primera. No importa lo rápido que leas, no
vas a comprender y a recordar todo a la primera.
El que puedas recordar el texto se consigue con la repetición. Como
expliqué antes, esto no significa que tengas que volver a leerlo todo cada
vez; simplemente tienes que coger notas de lo que lees.
La comprensión se puede conseguir a la primera sin muchos problemas,
aunque a veces, cuando estás leyendo sobre una materia con la que no
estás familiarizado, a lo mejor necesitas releerlo para poder
comprenderlo.
La clave de la retención a largo plazo es tomar notas al margen, subrayar
las palabras clave, hablar con alguien sobre el tema... Cualquier cosa que
refuerce en tu mente la información que has adquirido durante tu lectura.
Barrera Mental #5: no necesito mejorar mi capacidad lectora, ya
leo suficientemente bien

Como mencioné anteriormente, leer es una habilidad como cualquier otra, y a


través de la “práctica deliberada” puedes mejorarla. No importa si empiezas
leyendo más lento o más rápido; en ambos casos vas a mejorar tu velocidad y
tu comprensión siguiendo este método. La mayoría de las personas no
imaginan de lo que pueden ser capaces a través de la “práctica deliberada”.

3 obstáculos al leer
Para poder leer más rápido, necesitas cambiar la forma en la que lees
actualmente. Ahora que ya conoces las barreras mentales que te impiden leer
más rápido, tienes que alejarte de ellas como de la peste.
Lo que comentamos anteriormente eran barreras mentales (excusas que te
pones a ti mismo para justificar el no hacer nada); ahora vas a aprender los
hábitos que tienes que te impiden leer más rápido. Son muy comunes, todos
los tenemos (o hemos tenido), y son los que hacen que leas muchísimo más
lento de lo que puedes. Es como intentar correr los 100 metros con diez kilos
en cada pierna. Se puede hacer, pero no vas a hacer muy buen tiempo; y las
probabilidades de frustrarte, o de cansarte, son bastante altas.

Obstáculo #1: Fijación


Consiste en fijar tus ojos en todas y cada una de las palabras de cada página
(no querrás perderte una preposición, esto podría ser letal para tu
comprensión del texto ¿no?). Esto es algo que estoy seguro que haces al leer,
enfocas tu vista en la primera palabra, luego pasas a la segunda... y así hasta
el final del libro.
No te preocupes que no es nada raro, simplemente lo haces porque así es
como te enseñaron a leer. Esta es la forma en que empezaste a leer y, en ese
momento, quizá fuese esa la forma más inteligente de empezar; pero, después
de un tiempo leyendo así, deberían enseñarte otras formas ¿no crees? ¿Te
imaginas a Cristiano Ronaldo haciendo el mismo tipo de entrenamiento que
un niño de 6 años que empieza a jugar al fútbol? Cuando tienes 6 años y
empiezas a jugar te enseñan de una forma, y luego esa forma va
evolucionando a lo largo del tiempo.
Parece una tontería, pero esa es la forma en que nos enseñaron. Una vez que
sigues creciendo y leyendo, te quedas estancado, ya que sigues usando la
misma técnica que usabas al empezar a leer en la escuela. Lo que deberían
haber hecho, en su lugar, es enseñarnos nuevas formas de mejorar nuestra
velocidad y nuestra comprensión lectora.
¿Cómo arreglar este hábito de la “fijación”? Lo que se hace es coger grupos
de palabras a la vez, en vez de ir una por una. ¿Cómo es esto posible? Muy
simple, usando tus ojos de la forma en que pueden, y deben, ser usados;
usando tu visión periférica (la misma que usas cuando conduces, practicas un
deporte, caminas...). Esto es algo muy normal en cualquier otra actividad que
realizamos, pero parece que nos hemos olvidado de ella a la hora de leer.
Ahora mismo lo que hacemos es usar, en vez de nuestra visión periférica,
nuestra visión de túnel (enfocando una palabra, luego la siguiente... y así
hasta el final de los tiempos). Esta forma de enfocar tu vista hace que tu
lectura sea aburrida y, a la vez, agotadora.
Probablemente notas molestias cuando llevas leyendo un buen rato, y esto es
porque tu cerebro, que puede ir a 1000 km/h, va a 10 km/h. Me juego lo que
quieras a que no notas este tipo de cansancio en la vista cuando vas
caminando por el parque o estás jugando al tenis. ¿Por qué? Porque no estás
enfocando tu vista en una cosa pequeña (como una palabra) sin ningún tipo
de guía que te ayude a ahorrar esfuerzos (como un bolígrafo).
Si sigues leyendo de esta forma (con la visión de túnel) no vas a conseguir
leer muy rápido. Pero no te preocupes, a través de la práctica deliberada
conseguirás eliminar este hábito progresivamente.
Obstáculo #2: Regresión
Éste es el que te va a costar más trabajo eliminar. En realidad, nunca lo vas a
poder eliminar del todo, simplemente tienes que concentrarte en hacerlo lo
menos posible. Probablemente lo haces siempre que lees. Has estado leyendo
durante un par de minutos y te das cuenta de que se te olvidó lo que el
personaje principal estaba haciendo o porqué había llegado a ese sitio; así que
das un salto atrás hacia lo que acabas de leer, y empiezas a leer de nuevo.
La regresión consiste en volver hacia atrás y releer partes del texto que ya has
leído. Si eres una persona normal, probablemente pasas la tercera parte del
tiempo que lees yendo hacia atrás y releyendo partes del libro. Esto significa
que, por cada 30 minutos que lees, 10 minutos te los pasas volviendo hacia
atrás y releyendo. Como puedes suponer, una vez que reduzcas este hábito
vas a leer muchísimo más rápido. Y, una vez que sabes cómo leer más rápido,
no necesitas volver hacia atrás para ver lo que ha pasado.
Como ya he explicado, éste es el hábito más difícil de controlar. Yo todavía
lo hago de vez en cuando. De lo que la gente no se da cuenta es de que no
necesitas releer algo que no te quedó claro, ya que en el 99.99% de los casos
el tema va a volver a salir en el texto, siempre que sigas hacia delante con tu
lectura. No tengas miedo y sigue adelante, te prometo que tus dudas van a ser
resueltas a lo largo del libro.
La regresión puede ser debida a una comprensión pobre; falta de
concentración; falta de interés; pobre vocabulario del lector; porque el autor
no es claro al explicar los conceptos... Si sigues hacia delante con tu lectura,
resolverás tus dudas y ahorrarás mucho tiempo en la lectura del libro.
Obstáculo #3: Subvocalización
Este es el hábito por el cual decimos las palabras en voz alta en nuestra
cabeza. Aquí es donde necesitas dejar de leer palabra por palabra y empezar a
tomar fotos mentales de grupos de palabras. Este método de subvocalización
te lo enseñaron también cuando empezaste a leer. Aprendiste a leer
pronunciando las palabras en alto. Después de un tiempo de práctica, te
enseñaron a leer esas palabras pero para ti mismo, en tu cabeza.
¿Por qué te está impidiendo la subvocalización convertirte en un lector más
rápido? Porque la velocidad a la que tu mente puede ir es muchísimo mayor
que tu capacidad de leer palabra por palabra. Si lees palabra por palabra en tu
mente, tu velocidad de lectura va a ser la misma que tu velocidad al hablar. E,
incluso si dudas de lo que digo, no necesitas leer una palabra en voz alta, o
dentro de tu cabeza, para entender lo que dice.
Piensa en ello, cuando lees en voz alta, hay dos actividades que tienen lugar
en tu cerebro. Una parte de tu cerebro está intentando comprender el texto,
los conceptos... mientras que, al mismo tiempo, la otra parte de tu cerebro se
está concentrando en pronunciar las palabras. Estas dos actividades mentales
trabajando al mismo tiempo están impidiendo a la otra que funcione al 100%
de su capacidad. Dicho de otro modo, decir las palabras en voz alta no te
ayuda necesariamente a comprenderlas mejor.
¿No te ha pasado alguna vez que has tenido que salir a leer enfrente de toda la
clase y, al finalizar, no sabías lo que habías leído? Tu mente es como un
lienzo en blanco en ese momento y no puedes recordar nada. Esto te pasó
porque te estabas concentrando en leer y en pronunciar, no en comprender el
texto. Si quieres hacer ambos a la vez tienes que trabajar extra. El problema
con la subvocalización es que te impide leer más rápido de lo que hablas.
Tu velocidad mental es mucho más rápida que tu velocidad al hablar. Por eso
es por lo que necesitas deshacerte de la subvocalización para poder leer más
rápido.
No te preocupes, incluso si encuentras esto difícil de creer, no necesitas “leer
en voz alta” las palabras dentro de tu cabeza. Tu cerebro reconoce y
comprende las palabras en el momento en que entran dentro de su campo
visual (en el momento en que las ve).
Tu objetivo aquí es reducir al máximo el número de veces que dices las
palabras en alto dentro de tu cabeza. Olvídate de la perfección ahora, nunca
lo vas a hacer perfecto. Sólo preocúpate de reducir el número de veces que lo
haces.
Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura
Anteriormente has aprendido sobre los comportamientos que te están
impidiendo leer más rápido. Ahora vas a saber qué hacer para poder mejorar
tu velocidad de lectura. Asegúrate de que sigues las instrucciones y recuerda
que, como con cualquier otra habilidad, cuanto más practiques de forma
deliberada, más mejorarás.
Usa un bolígrafo para leer más rápido
Esto es muy fácil de hacer. Simplemente coge un bolígrafo, o un lápiz, y
úsalo para guiarte de una línea a la otra. El bolígrafo te va a servir para
enfocar lo que estás leyendo y, mientras muevas el bolígrafo por la línea, los
ojos lo seguirán. Si no te sientes cómodo usando un bolígrafo, puedes usar la
mano.
Ya sé que esto es lo que tus profesores te dijeron que no hicieras cuando eras
pequeño porque para “leer bien” había que leer en voz alta y sin usar la
mano. Y, sin embargo, cuando usabas la mano para ayudarte leías bastante
más rápido (me pregunto quién sería el primer “iluminado” que dijo que no
se debía leer usando la mano). Incluso sigues usando la mano para guiarte
cuando buscas en las Páginas Amarillas, en un diccionario, en un mapa...
Recuerda, usamos el bolígrafo porque queremos que haga de guía para
nuestros ojos. Nuestros ojos seguirán el movimiento del bolígrafo alrededor
de las líneas. ¿Por qué hacemos esto? Pues porque, si no usásemos un
bolígrafo como guía, tus ojos tendrían que gastar mucha más energía
concentrándose en la línea, eliminando todo lo que la rodea. ¿Por qué?
Porque hay muchas cosas que atraen tu atención al mismo tiempo.
Mientras escribo esto puedo, incluso con el ordenador delante mía, ver a mi
gato sentado en el sofa a mi derecha; puedo ver el ratón y la lámpara; una
libreta a mi izquierda, la puerta, también a mi izquierda, la papelera... ¿Por
qué te cuento esto? Para que veas que, si no tienes una guía (como, por
ejemplo, un bolígrafo) que te ayude a enfocar tus ojos en una dirección
concreta, tus ojos van a estar mirando muchas cosas al mismo tiempo. Y
tendrán que usar más energía para poder concentrarse sólo en una línea del
libro.
Por eso este simple truco te va a ayudar a leer más rápido y a ahorrar energía.
¿No es maravilloso? No sólo vas a leer más rápido sino que, al ahorrar
energía, vas a poder hacerlo durante más tiempo.
Practica con el bolígrafo, úsalo para guiarte por las líneas. Pasa el bolígrafo
por cada línea, concentrándote en mirar la punta del bolígrafo. No te
preocupes en un primer momento por la comprensión. Ahora mismo estás
aprendiendo una nueva habilidad, que es el mover los ojos más rápido
mientras te ayudas del bolígrafo. Simplemente úsalo en una página y lee cada
línea en medio segundo. Acostúmbrate y mueve tus ojos más rápido a la vez
que sigues la dirección del bolígrafo.
Leer más rápido practicando ejercicios
Además de usar el bolígrafo, vamos a empezar a practicar para que así puedas
aprender a aumentar tu velocidad de lectura. Tu objetivo aquí es leer más
rápido de lo que normalmente lees. Esto es el comienzo, así que quiero que te
concentres en la velocidad, no en la comprensión. No te preocupes, vas a
dominar ambas con la práctica; pero, al principio, es como tratar de montar
dos bicicletas al mismo tiempo. Quizá puedas hacerlo, pero vas a conducir
ambas mucho más despacio.
Ahora mismo vas a practicar la velocidad, céntrate sólo en la velocidad y, con
todo lo que has ido aprendiendo hasta ahora, vas a ir más rápido de lo normal.
No te preocupes si notas que te centras más en unas palabras que en otras,
esto es algo normal. Algunas palabras se te van a quedar pegadas en la mente,
algunas las vas a pasar de largo o, quizás, no las entiendas individualmente.
Esto es algo que debes esperar. También debes esperar que tu comprensión,
al principio, baje drásticamente (entre 0 y 20%).
¿Por qué voy a leer más rápido si no lo voy a entender mejor, dices? Porque
lo que estamos haciendo ahora mismo es entrenar tus ojos para que se
muevan y vean más rápido; y para que se acostumbren a ello. Estás
entrenando tus ojos para que estén cómodos viendo grupos de palabras a la
vez. Ya sabes que, para poder leer más rápido, tienes que ser capaz de ver
más rápido.
Este ejercicio está diseñado para entrenar tus ojos de modo que sean capaces
de ver más en menos tiempo. No te vuelvas loco/a con la comprensión ahora
mismo, solo estamos entrenando la velocidad, ¿ok? En lo que te tienes que
concentrar es en ver las palabras tan rápido como puedas.
Hay 3 tipos de habilidades que usamos cuando leemos: velocidad,
comprensión y retención (o memoria). Para que puedas leer más rápido,
necesitas mejorar cada una de estas habilidades. No podemos trabajar en
todas a la vez. Necesitamos trabajar cada una individualmente y después
unirlas todas cuando leamos con el objetivo de comprender el texto.
Instrucciones para el siguiente ejercicio:
Vas a leer durante 3 minutos. Supongamos que lees 1000 palabras. A
continuación vas a intentar leer la misma cantidad (1000 palabras) en menos
tiempo. En este caso, en 2 minutos y 40 segundos. Después sigues intentando
bajar el tiempo, esta vez a 2 minutos y 25 segundos. Recuerda, el objetivo de
este ejercicio es conseguir que tus ojos lean más rápido de lo que están
acostumbrados; no te preocupes por la comprensión ahora mismo.
¡IMPORTANTE!
Para dominar la lectura rápida, no tienes que leer las palabras en tu cabeza,
sólo tienes que VERLAS. Lo que haces es tomar fotos mentales de grupos de
palabras. En este ejercicio, el hecho de volver a leer la misma cantidad en
menos tiempo va a forzar a tus ojos a moverse más rápido. Recuerda que
buscamos velocidad, no comprensión (eso vendrá después).
Vamos a ello. Recuerda:

Usa un bolígrafo, o tu mano


Visualiza las palabras, no las leas
Siempre hacia adelante
Concéntrate en grupos de 3 o más palabras
Olvídate de la perfección, irás mejorando con la práctica
Multiplica el número de líneas que lees por 15 (número medio de
palabras por línea)

Ejercicio: Entrenamiento de Velocidad


Lee lo máximo que puedas en 3 minutos
Vuelve a leer la misma cantidad de palabras en 2 minutos y 40
segundos
Vuelve a leer la misma cantidad de palabras en 2 minutos y 25
segundos
Vuelve a leer la misma cantidad de palabras en 2 minutos y 12
segundos

Textos sacados del blog http://tubusinesscoach.es/poder-metas/ y


http://tubusinesscoach.es/como-ganar-1-hora-dia/
A veces sentimos que queremos conseguir algo, no podemos evitar el
cosquilleo interior pensando en lo mucho que queremos conseguirlo y
nos ponemos a ello como locos; y, sólo un par de días después,
perdemos nuestra concentración (no sabemos a dónde se fue) y
empezamos a buscar nuevos objetivos. Y seguimos repitiendo el
mismo comportamiento una y otra vez. Una y otra vez. Así hasta el fin
de los días. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué crees que vas de un lado a
otro, como pollo sin cabeza?
Probablemente conoces a alguien que haga esto. Probablemente lo has
visto una y otra vez repitiendo este comportamiento, siempre con
nuevas ideas, y siempre dejándolas al cabo de un par de días. Quizás
hasta lo conoces demasiado bien, como si fueras tú mismo…
¿Por qué hacías esto? Porque no tenías un Objetivo claro, definido, con
las acciones a tomar y con un plazo determinado para conseguirlo.
Todos hemos oído al menos una vez en nuestras vidas la importancia
de tener objetivos, pero ¿a cuánta gente conoces que de verdad tengan
objetivos claros y definidos, con una serie de acciones a seguir y con
un plazo que cumplir? Baja drásticamente el número de personas que
conocías ¿no crees?
Si quieres mejorar, necesitas establecerte objetivos que conseguir.
Mucha gente, especialmente los PESIMISTAS, se quejan de sus vidas
todo el rato; pero, si les preguntas cuáles son sus objetivos en la vida y
por qué creen que no los han conseguido todavía, te miraran como si
acabases de aterrizar en una nave espacial, y a continuación se seguirán
quejando sin haber contestado a tu pregunta. ¿Cómo puedes ser infeliz
en tu vida si ni siquiera sabes lo que quieres conseguir en tu vida?
“Si no sabes a dónde quieres ir, cualquier camino te llevara allí”
Una meta es simplemente un objetivo que quieres conseguir. Tener una
meta hace que enfoques tu mente en un determinado objetivo y te
olvides de lo que sea superfluo e innecesario, enfocándote solo en
oportunidades y las actividades que tienes que realizar para conseguir
ese objetivo.
“Una meta es un sueño con un plazo determinado para cumplirlo”
Necesitas establecer metas si de verdad quieres ser productivo y
eficiente. Sin metas, lo único que haces es perder tu tiempo.
Lo bueno de establecer metas es que, como con todo en la vida,
después de un tiempo haciéndolo te vuelves más eficiente. Cuando
tienes una oportunidad de hacer algo, puedes compararlo con tu lista de
metas a conseguir y así decidir si merece la pena hacerlo o no. Imagina
que tu objetivo para el 2014 es hablar chino fluido. Y, en el mes de
junio, te llega una oferta para apuntarte a una academia de francés al
lado de tu casa en la que el primer mes es gratis. ¿Qué deberías hacer?
¿Deberías dejar de estudiar chino y ponerte con el francés? ¿Deberías
estudiar los dos a la vez? ¿O, quizás, deberías olvidarte del francés y
seguir con el chino, con el que llevas ya 6 meses y que es el que de
verdad quieres aprender a hablar para final de año?
Si tu objetivo era aprender a hablar chino, deberías concentrarte en ello
y olvidarte del francés. Mucha gente contestaría que se pueden hacer
los dos, pero eso es como conducir dos bicis a la vez (con una pierna
en cada bici), es posible, pero la velocidad que llevarías seria mucho
menor, y a la mínima que pilles un bache probablemente te caigas. Si
coges sólo una bici vas a llegar muchísimo más rápido a donde quieres
llegar.
Desglosando tus metas
Tienes que ser específico. Si dices, “quiero aprender portugués en los
próximos 3 meses” ¿qué significa “aprender” en ese sentido? ¿Quieres
decir que quieres ser capaz de mantener una conversación fluida en
portugués? ¿O que quieres ser capaz de estudiar en una universidad
portuguesa? “Aprender” portugués es una meta muy poco específica.
Por otro lado, si tu objetivo fuese “quiero ser capaz de ir a Lisboa y
moverme por la ciudad sin necesidad de ningún interprete” o “quiero
ser capaz de mantener una conversación sobre fútbol con mi amigo
Joao”; eso es una meta específica, y será mucho más fácil conseguirla
puesto que, una vez que sabes lo que quieres, es más fácil desglosar
esta meta en pequeñas acciones que necesitas realizar para conseguirla.
Tienes que comprender que no puedes controlar el resultado final de
tus acciones, pero sí puedes controlar las actividades que son
necesarias para conseguir el resultado deseado. Dos personas que
siguen el mismo plan no consiguen los mismos resultados; pero las
actividades que deben realizar para alcanzar estos resultados son las
mismas.
La importancia de los plazos
“No existen las metas irreales, solo los plazos irreales”
Si tu objetivo era hablar mandarín, y quieres conseguirlo en una
semana, lo más probable es que falles miserablemente. Después de
haber fallado, estarás frustrado porque no fuiste capaz de conseguirlo,
pensarás que eres un fracasado y dejarás de establecerte metas.
¿Cuál era el problema de la meta “hablar Mandarín en una semana”?
No era la meta en sí, sino el plazo que te diste a ti mismo para
conseguirla. No era un plazo realista. Con más tiempo para conseguir
esa meta, habría sido probable que la consiguieras. Cuando estableces
tus metas tienes que apuntar alto, pero no tan alto que ya antes de
empezar sabes que no lo vas a poder alcanzar.
Pasos a seguir. ¿Qué puedes hacer?
Piensa en 1 meta que quieres conseguir en este mes (escribir
un blog, leer 3 libros, aprender 100 palabras en inglés...)
¿Por qué quieres conseguir estas metas? ¿Cuál es el beneficio
que buscas?
¿Qué acciones son necesarias para alcanzar esta meta? Escribe
sólo la primera acción que necesitas (comprar un libro, escribir en
Word...).
Cada día, justo después de levantarte, escribe tu meta para ese
día. Por ejemplo, si tu objetivo es aprender chino, to objetivo para
ese día es aprender 5 verbos en chino.
En un mes, tienes 4 semanas y media. Eso son unos 20-22 días
entre semana. Unas 20-22 pequeñas acciones que puedes tomar
para conseguir tu objetivo en un mes (y eso que no contamos los
fines de semana). Es simple, ¿no crees? Cuando estableces una
meta y la descompones en pequeñas acciones, se hace mucho más
llevadero el conseguirlas.
Escribe tu progreso en una libreta o en un documento Word
Es importante que, al final de la semana, compruebes lo que
has hecho durante la semana y así puedas ver lo que está
funcionando y lo que no, y porqué. Simplemente hazte estas
preguntas y escribe la respuesta a mano:
1. ¿Cuál fue el momento más importante de la semana? (ej.:
Aprendí 30 verbos en Chino)
2. ¿Cuáles fueron los obstáculos o qué no funcionó? ( ej.: No se
me da muy bien la pronunciación en Chino porque no sé
diferenciar los tonos)
3. ¿Cómo puedo mejorar lo que no funcionó? (ej.: Puedo ver
vídeos en YouTube sobre como pronunciar los tonos en Chino)
Esto es todo lo que necesitas para ser más productivo y conseguir hacer
cosas. Escoge 1 meta que quieres alcanzar y sigue los pasos que te he
explicado anteriormente. Ya al final de la primera semana verás que
has hecho más en una semana que en el mes anterior (en el que no
tenías metas claras). Y, si sigues con ello, al final del primer mes no
creerás lo mucho que has cambiado.
Si hay un día, dos días, o una semana en la que no sigues con tus
objetivos (por el motivo que sea), no los abandones. Simplemente
sigue por donde lo dejaste y sigue hacia delante. El fracaso es algo
que debes esperar. A mí me ha pasado muchas veces que empiezo y
luego hay una semana en la que no hago tanto como debería. Sigue
moviéndote, sigue hacia adelante. Y verás lo mucho que cambias en un
mes.

Es curioso cómo, cada vez que le cuento a alguien que entreno 6 días a
la semana, su respuesta (solo el 99% de las veces) es “¡qué bien! ¡Ojala
yo pudiera hacer lo mismo!”. ¿En serio? Y ¿por qué no lo haces? ¿No
tienes 45 minutos libres cada día? ¿Estás intentando decirme que,
desde el momento en que te levantas hasta que te acuestas, has estado
ocupado/a todo el día? ¿En serio?
Un caso parecido. Cuando estaba en la universidad tenía un compañero
de piso (que trabajaba como abogado) que siempre estaba diciendo
(con los hombros caídos y en tono cansado): “estoy tan ocupado. Ojalá
pudiera clonarme a mí mismo”. Pero el caso es que (a lo mejor esto es
pura coincidencia), cada vez que lo veía estaba hablando por teléfono
(con amigos, nada de negocios), mirando fotos en Facebook, viendo
pelis en el portátil... Pero, como estaba sentado en el escritorio
mientras hacía esto, supongo que se debería considerar “trabajo”,
¿verdad?
Intento ser tan productivo como puedo; por eso cuando hablo con
alguien que tiene este tipo de actitud (el 90% de las personas) me
hierve la sangre. La gente pierde tanto el tiempo que es hasta
vergonzoso. Y lo mejor es que, si intentas explicarles como ser más
productivos, siempre te responderán con una excusa, o mejor aún, te
dirán “ sí, la verdad es que debería hacer lo que dices” (y después
nunca lo hacen).
Eso es lo que David Schwartz, autor de “The Magic of Thinking Big”,
llamo “excusitis”. Esto es una enfermedad que tiene mucha gente y que
les hace crear excusas para cualquier cosa. Esta es una lista de cosas en
las que la gente pasa mucho tiempo y que no les da ningún tipo de
beneficio:
Ver la Tele (a no ser que veas Breaking Bad). Ver la tele una
hora al día para despejarte, ver una serie... está bien; pero verla
desde que llegas a tu casa hasta que te acuestas o, mejor aún,
“ponerla de fondo” mientras intentas hacer otras cosas, es una
pérdida de tiempo.
Facebook: todos sabemos que es muy divertido ver fotos de
gente que ha engordado con el paso de los años, pero tampoco te
tienes que pasar la tarde con eso.
Whatsapp. Por qué no puedes dejar pasar el tiempo sin
responder un whatsapp. ¿Por qué tienes que responder al
momento? ¿Cuándo fue la última vez que respondiste un
whatsapp a la hora y perdiste tu trabajo o dinero como
consecuencia? ¿Cuándo ha sido la última vez que contestaste un
whatsapp al momento y ganaste dinero?
YouTube
Ver las noticias o leer el periódico.
Si lo que quieres es mejorar, tienes que empezar a diferenciar entre
prioridades. Tienes tiempo de hacer cualquier cosa que quieras, pero
tienes que priorizar unas y dejar otras de lado. Si, por ejemplo, no
quedaste con un amigo para tomar algo, pero te tiraste media hora
viendo las noticias, luego fotos en Facebook, después te metiste en
YouTube... no se trata de que no tuvieses tiempo, se trata de que tus
prioridades eran otras. ¿Qué es más importante para ti? ¿Pasar tiempo
con tus amigos, entrenando...? ¿O viendo fotos en Facebook?
Tus prioridades no se basan en tus palabras, sino en tus acciones.
Si dices que odias tu trabajo y que quieres cambiar, pero nunca echas
un CV ni hablas con nadie en una ETT, entonces tu prioridad no es
cambiar de trabajo. Tu prioridad es quejarte y seguir como estás. Tan
simple como eso. Mucha gente se ofende cuando les digo esto, y
entonces empiezan a mentirse a sí mismos diciendo que es que no han
tenido tiempo.... Y así llegan a los 40 con trabajos que odian y
despotricando de sus jefes; en vez de echar la culpa al verdadero
responsable (ellos mismos).
Si hablas en serio cuando dices que quieres tener tiempo para las cosas
que DE VERDAD quieres hacer, sigue leyendo.
¿Cuáles son las 3 actividades que te hacen perder más el tiempo?
Escríbelas en una libreta. ¿Por qué crees que te hacen perder el
tiempo? ¿Qué harías con el tiempo extra que ganarías cada día?
Por ejemplo: yo solía perder 30 minutos leyendo el periódico online.
¿Qué hice para dejar de perder el tiempo? Me puse una aplicación en
Google Chrome que no me deja acceder a esas websites.
¿Cómo puedes hacer esto? Imagina que quieres dejar de ver tanta tele.
¿Qué tipo de obstáculos puedes usar? Puedes hacer algo tan simple
como poner el mando a distancia bastante lejos de la tele y en un sitio
de difícil acceso (siempre que la tele no tenga botones para cambiar de
canal); o puedes desenchufar el cable de la tele y esconderlo en un
armario.
Parece una tontería, pero pensemos un momento. Antes de hacer esto,
simplemente tenías que coger el mando, sentarte en el sofá, y empezar
a ver la tele. Ahora, cada vez que quieras ver la tele tienes que ir a por
el cable, abrir el armario, coger el cable y volver a conectarlo; después
ya podrías sentarte en el sofá a ver la tele. ¿Crees que esto afectaría en
algún modo al tiempo que pasas viendo la televisión cada día?
Si todavía tienes dudas (y hablas inglés), déjame que te enseñe este
experimento que Brian Wansink (autor de Mindless Eating) realizó con
secretarias y chocolatinas.
http://www.discovergoodnutrition.com/2011/04/is-your-workplace-
making-you-fat/).
Puedes ver que, simplemente poniendo las chocolatinas a metro y
medio (poniendo un pequeño obstáculo) las secretarias comieron la
mitad de chocolate. Un pequeño giro de tuerca que ayuda a las
secretarias a consumir la mitad de calorías cada día y perder algo de
peso.
Entonces ¿qué tienes que hacer para evitar tus 3 actividades que más te
hacen perder el tiempo?
Piensa porqué quieres dejar de realizar estas actividades
¿Qué vas a hacer con el tiempo extra?
Pon obstáculos

SIGUIENTE PASO: DESPUÉS DE FINALIZAR UN EJERCICIO


Ahora que has finalizado el primer ejercicio de velocidad, vas a volver a
comprobar tu velocidad de lectura.
Lee el siguiente texto a la máxima velocidad que puedas, dentro de un
nivel que sea cómodo para ti. Recuerda seguir las siguientes
recomendaciones:
Usa un bolígrafo, o tu mano
Visualiza las palabras, no las leas
Siempre hacia adelante
Concéntrate en grupos de 3 o más palabras
Olvídate de la perfección, irás mejorando con la práctica

Listo, ajusta tu cronometro a 1 minuto y empieza a leer el siguiente texto.


Cuando hayas terminado, calcula tu velocidad de lectura multiplicando el
número de líneas que leíste por 15 (número medio de palabras por línea).
Texto sacado del blog http://tubusinesscoach.es/paradoja-opciones/
A lo mejor sólo me pasa a mí, pero cada vez que voy a hacer la compra y
no llevo una lista, tan pronto como me pongo a mirar las diferentes
opciones me empieza a entrar un cosquilleo por la espalda y una sensación
de nervios. Veo muchos tipos diferentes de carne, huevos, de esto y de lo
otro... ¿Qué pasa si escojo éste? éste tiene buena pinta, pero... no, espera,
este otro pone que es 90% libre de grasas, quizá debería elegir ése... Justo
aquí es cuando empiezo a sentirme abrumado. ¿Te suena familiar?
Pienso que es algo fascinante el hecho de que, en un sitio en el que tienes
miles de productos a tu disposición, donde hay muy pocas limitaciones
sobre las opciones a escoger, en vez de sentirte libre y disfrutar de la
experiencia, empiezas a ponerte nervioso, a ir de un lado a otro, volviendo
hacia atrás a por cosas que olvidaste, y cuando tienes que optar por un
producto donde tienes que elegir entre 4 posibles opciones empiezas a
sentirte paranoico.
Esto es por lo que, cuando leí “The Paradox of Choice”, me di cuenta de lo
equivocado que había estado toda mi vida. Siempre pensé que el hecho de
tener la libertad de elegir lo que quieras te haría más feliz, pero, al parecer,
es todo lo contrario.
Tener tantas opciones no nos hace más felices, nos hace miserables. ¿Por
qué? Porque siempre estamos cuestionando nuestras acciones. ¿Qué pasa si
elijo este en vez de ese otro? ¿Sería mejor? ¿Pero, qué pasa si me equivoco?
¿Qué pasa si fracaso?
Para evitar estas confrontaciones contigo mismo cada vez que tienes que
elegir entre muchas opciones, lo mejor que puedes hacer es limitarte a ti
mismo. Limitar el número de opciones que tienes para que, al final, solo
tengas que elegir entre dos opciones.
¿Por qué? ¿Por qué, si vivo en una sociedad libre debería limitar mis
opciones? Ésa es una buena pregunta. Antes que nada, no estoy sugiriendo
que te vayas a vivir a Corea del Norte para así no tener que elegir nada. Lo
que estoy diciendo es que, si quieres ser feliz y tomar mejores decisiones,
tienes que limitar tus opciones y elegir entre las dos mejores.
Tienes que ser un escogedor ( decidir y escoger una opción), no un
recolector (alguien que abre la puerta a 1000 opciones pero que no escoge
ninguna).

Necesitas eliminar las deliberaciones que no son importantes. Lo


único que consiguen es hacerte perder tu tiempo y tu energía, y eso es
algo que nunca recuperaras.
¿Qué es lo que quieres? ¿Cuál es tu objetivo? Concéntrate en esas
áreas donde tus decisiones importan.

Satisface más, maximiza menos


Podemos relacionar esto con el perfeccionismo. Muchos de nosotros
tratamos de ser perfectos en distintas facetas de nuestras vidas y, aunque en
algunos casos esto te lleve a ser mejor (como en los deportes); en otros
simplemente hará tu vida más miserable.
Necesitas decidir qué áreas de tu vida quieres maximizar y, al mismo
tiempo, necesitas aceptar cuando algo es lo suficientemente bueno en
ciertas áreas de tu vida.
Por ejemplo, hablemos de las relaciones. Todos nosotros, cuando tenemos
novia/o, empezamos a ver a nuestros amigos como si tuviesen el Secreto de
la Felicidad Eterna. Empezamos a envidiarlos y a pensar que, si nosotros
también estuviésemos solteros, estaríamos siempre de fiesta, ligando con
tías impresionantes, y esto y lo otro. Pero, tan pronto como cortamos con
nuestras novias, nos damos cuenta de que la vida que pensábamos que iba a
solucionar todos nuestros problemas y a hacernos más felices, únicamente
nos hace más miserables. Nos damos cuenta de que hemos cambiado el
estar con nuestra novia, alguien que nos conoce íntimamente, con la que
teníamos planes, íbamos la cine, nos acurrucábamos en la cama... por salir
un sábado por la noche para encontrar a una chica fácil que se venga con
nosotros y que, al día siguiente, no significará nada y, tan pronto como se
haya ido, te dejara contigo y con tu soledad y tus miserias de nuevo.
En este caso, en el momento en que dejamos a nuestras novias lo que
estamos intentando es maximizar nuestras vidas. Lo estamos haciendo
porque pensamos que vamos a disfrutar más y porque queremos más, más
de la vida, queremos exprimir todo hasta la última gota cada día.. Y al final,
¡sorpresa!, cuando llevamos solteros una semana queremos volver con
nuestra ex.
¿Por qué estoy despotricando sobre este tema? Porque, en este caso,
habríamos estado mucho mejor si hubiésemos tenido la mentalidad de
“satisfacer” en vez de la mentalidad de “maximizar”. Deberíamos haber
pensado, “mi relación va muy bien, tengo una novia que me quiere;
tenemos planes en común; nos encanta pasar tiempo juntos, pero a la vez
cada uno tiene sus propios proyectos...” Entonces te habrías dado cuenta de
que esa parte de tu vida estaba satisfecha. No necesitabas más que eso.
Necesitabas seguir mejorando esa relación día a día, no buscar otra nueva.
El perfeccionismo, en este caso, sólo te trajo miseria.
Esto no significa que no puedas ser perfeccionista en otras áreas de tu vida
(como en tu vida profesional, en los deportes...); pero tienes que recordar
que tratar de maximizar todas y cada una de las distintas áreas de tu vida
solo conseguirá hacerte miserable. Eso es por lo que necesitas elegir qué
áreas de tu vida quieres maximizar y que áreas de tu vida necesitas
satisfacer.
¿Cómo seguir usando este patrón restrictivo para ser más feliz?

Mantente fiel a lo que compras normalmente. No trates de cambiar


cada producto que compras cada vez que vas el supermercado.
No caigas en la trampa de comprar algo simplemente porque es
nuevo y mejorado. Si tu iPad 3 satisface toda tu necesidad, no
necesitas comprarte el nuevo iPad Air. Lo único que conseguirás será
tener el mismo tipo de comportamiento en cada área de tu vida y, más
tarde o más temprano, querrás un nuevo coche, una nueva tele, una
nueva casa, una nueva novia...
No te rasques a no ser que te pique de verdad. No trates de arreglar
algo que funciona bien y satisface tus necesidades

Otra cosa importante que puedes hacer es:

Haz tus decisiones irreversibles, de modo que no tengas que volver


a pensar en ellas.

Sé Agradecido:

Pon una libreta al lado de la cama y, cada mañana, escribe 5 cosas


por las que estas agradecido (tu novi@, tu trabajo, tu familia, tus
amigos...)

Arrepiéntete menos:

Adopta la mentalidad de “satisfacer”


Reduce el número de opciones
Practica la gratitud, se agradecido por las cosas que tienes

Anticipando la adaptación
Controla las expectativas. Si es tu cumpleaños y sabes que tus padres
quieren regalarte un coche, y llevas dos meses pensando en ese coche que
tus padres te van a regalar, y en tu mente es un BMW; no importa lo que
hagan tus padres o el dinero que se gasten, si no te dan ese BMW en el que
estabas pensando, vas a estar decepcionado y cabreado.
Tus padres te podrían haber regalado un par de camisas, pero no, se
gastaron el dinero y te regalaron un coche nuevo, y aun así ¿tú estás
decepcionado? ¿No es increíble?
Es por esto por lo que necesitas controlar tus expectativas, no porque no
quieras las mejores cosas en la vida; sino porque tú no puedes controlar
factores externos o lo que hacen terceras personas.
Tienes todo el derecho del mundo a pensar que te vas a comprar el BMW
con tu dinero, porque eso es algo que controlas tú. Pero el tratar de
controlar las acciones de terceras personas o el basar tu felicidad en ello te
va a hacer bastante infeliz (como el basar tu felicidad en que tu equipo de
fútbol gane o pierda, algo que escapa totalmente de tu control).
Por esto precisamente necesitas controlar tus expectativas, porque, si no,
vas a estar pensando que la gente va a actuar de una manera determinada y,
cuando no sea así, vas a llevarte una gran desilusión.
Limita las comparaciones sociales
No trates de competir con tu vecino:

Céntrate en lo que te hace feliz


Céntrate en lo que da sentido a la vida

Aprende a amar las restricciones. No porque te vayan a hacer sentir


miserable, sino porque te ayudarán a ser más feliz.
Expansión perceptual
Si te concentras en el centro de la pantalla del ordenador, todavía puedes
percibir y registrar lo que hay a los lados de la pantalla. Entrenar la visión
periférica para que registre la información de forma más efectiva puede
incrementar la velocidad de lectura más de un 300%.
Los lectores no entrenados usan hasta la mitad de su campo periférico en
márgenes al moverse de la primera palabra a la última, gastando un 25-50%
del tiempo de lectura leyendo márgenes sin contenido.
Para ilustrar este ejemplo, usemos esta línea:
“Érase una vez, los estudiantes disfrutaban leyendo cuatro horas al día”.
Si hubieses sido capaz de comenzar la lectura en “vez” y acabarla en “4”,
habrías eliminado 5 palabras de 11 posibles, con lo que doblarías tu velocidad
de lectura.
El concepto es fácil de implementar y combinar con el seguimiento y ritmo
que has ido practicando con el bolígrafo.
1) Técnica (1 minuto):
Coge ahora un libro, revista… que quieras leer. Usa el bolígrafo para moverte
sobre cada línea, a una velocidad de 1 segundo por línea. Empieza con la
primera palabra de la línea y acaba con la última palabra de la línea.
No te preocupes por la comprensión. Mantén cada línea a un máximo de 1
segundo, e incrementa la velocidad con cada página que pases. Lee, pero bajo
ninguna circunstancia deberías tardar más de 1 segundo por línea.
2) Técnica (1 minuto):
Usa el bolígrafo para moverte sobre cada línea a una velocidad de 1 segundo
por línea (como máximo). Empieza por la segunda palabra de cada línea y
acaba en la penúltima palabra de cada línea.
3) Velocidad (3 minutos):
Empieza al menos por la tercera palabra de cada línea y acaba, al menos, en
la antepenúltima palabra de cada línea. Repite la técnica, dejando para cada
línea medio segundo como máximo.
Puede que no comprendas nada al principio, lo que es de esperar. Mantén la
velocidad y la técnica; estás acondicionando tus reflejos perceptivos, y esto
es un ejercicio de velocidad diseñado a facilitar estas adaptaciones a tu
sistema. No disminuyas la velocidad. Medio segundo por línea durante 3
minutos; enfoca la vista en la punta del bolígrafo y concéntrate en mantener
la técnica y en la velocidad. Concéntrate en el ejercicio, no dejes a tu mente
divagar.
4) Calcula tu nueva velocidad de lectura (PPM)
Lee con un cronómetro durante 1 minuto. Lee a la máxima velocidad que
puedas para comprender lo que lees. Multiplica el número de líneas por el
número medio de palabras por línea para determinar tu nueva velocidad de
lectura (en PPM).
Capítulo 4. Mejora tu Comprensión

“La mejora del vocabulario es, singularmente, el factor más importante en el


aumento del nivel de la inteligencia de los seres humanos”
La mejora de nuestra comprensión al leer va a basarse en estos factores:

La cantidad de vocabulario que conocemos


Nuestro conocimiento de los tipos de párrafos que existen
La concentración que tengamos al leer
VOCABULARIO
El hecho de conocer el tipo de vocabulario usado en el texto va a determinar
la comprensión del mismo. Si estamos leyendo un texto con muchos
tecnicismos que desconocemos, nuestra comprensión del texto va a ser menor
y la velocidad con la que leamos el texto también va a disminuir.
Cuanto más familiarizados estemos con el vocabulario usado en el texto, más
comprenderemos del mismo y más rápido podremos leer.
Por eso cuando estamos aprendiendo un nuevo idioma nos va a costar usar las
técnicas de lectura rápida. Podremos leer más rápido al no usar la
subvocalización, la fijación y al evitar la regresión; pero hay técnicas más
avanzadas (que verás más adelante) que no debemos usar porque, al no tener
un gran vocabulario en ese idioma, no vamos a comprender lo que leemos.
Lo mismo les pasa a los niños pequeños; les podemos ayudar a que eviten los
errores como la regresión, fijación… Pero hasta que no tengan un dominio
del vocabulario más amplio, las técnicas más avanzadas de lectura rápida no
les van a servir de mucho.
TIPOS DE PÁRRAFOS
El conocer la estructura de los párrafos te va a ayudar a aumentar tu
velocidad y comprensión de la lectura.

Párrafos Explicativos
Son aquellos en los que el escritor se dedica a explicar un determinado
concepto o punto de vista. Normalmente son muy fáciles de reconocer y,
con suerte, fáciles de entender.
Párrafos Descriptivos
Normalmente contienen una expansión de ideas sobre una materia que
ha sido introducida previamente.
Párrafos de Enlace

Son aquellos que unen otros párrafos. Como tales, normalmente contienen
información clave, puesto que resumen el contenido de lo que ha sido
explicado previamente y de lo que sigue a continuación.
Si tienes conocimiento previo del tema, lo más fácil es que pierdas más
tiempo con los párrafos de enlace; y pases más rápido los párrafos
descriptivos y explicativos.
Si no tienes conocimiento previo del tema, es mejor dedicarle tiempo a los
párrafos explicativos y de enlace; los párrafos descriptivos los puedes pasar
más rápido, puesto que están elaborando información sobre una idea
explicada previamente.
CONCENTRACIÓN
Cuando quieres leer rápido, necesitas estar concentrado. No importa si es
lectura rápida o cualquier otra actividad, si no estás concentrado estarás
perdiendo el tiempo. Este es el motivo por el que vamos a hablar de las
mayores distracciones y las mejores maneras de concentrarse.
¿Por qué es importante la concentración? La concentración te ayuda a:

1. Ser más productivo


2. Mejorar tu calidad de vida
3. Conseguir más en menos tiempo
4. Acceder a una profunda reserva de energía (como estás haciendo más
en menos tiempo, vas a tener más energía una vez que terminas)

Si de verdad te quieres concentrar y llegar a un estado de práctica profunda,


necesitas estar centrado en la tarea. Hay estudios que prueban que, una vez
que estás inmerso en una actividad, y te distraes (ya sea porque el teléfono
suena, alguien te interrumpe...) te va a llevar al menos 15 minutos volver a
ese estado de concentración, suponiendo que vuelvas a él.
Eso significa que, si simplemente te distraes porque el teléfono suena durante
10 segundos, habrás perdido, al menos, 20 minutos. ¿Te imaginas si estás en
un sitio donde te distraes todo el tiempo porque suena el teléfono, las
notificaciones del whatsapp, tus compañeros hablando...? En un lugar así, es
imposible concentrarse y hacer nada de forma adecuada.
No importa cuánta gente diga que puede trabajar así. Una cosa es que puedas
trabajar, y otra que la productividad sea la misma. La productividad nunca va
a ser igual a la que conseguirías si trabajases en un ambiente libre de
distracciones.
Hay muchos factores que mejoran o reducen tu velocidad de lectura. Aquí
vas a aprender cuáles son y cómo puedes mejorarlos para conseguir leer lo
más rápido posible:
Lugar e intensidad de la luz
Esto es muy importante, dado que la posición y la intensidad de la luz
van a afectar la manera en que lees el libro, y esto afectará a la velocidad
con la que eres capaz de leer.
Tu lámpara debe estar situada en el lugar contrario a la mano que usas
para leer. Si usas la derecha, pon la lámpara a la izquierda. En mi caso,
como soy zurdo, me pongo la lámpara a la derecha. Esto me ayuda a
tener más claridad, al evitar las sombras que se darían al estar mi mano
entre la luz y el libro (si la lámpara estuviese situada a la izquierda).
La intensidad va a afectar a la claridad con la que puedes ver las letras.
Si la luz es demasiado fuerte, te va a perjudicar porque no vas a poder
ver bien las letras debido al brillo. Lo mismo pasa con una luz pobre, no
puedes ver bien las letras y, como consecuencia, tu velocidad de lectura
se ve afectada.
Disponibilidad de materiales
Es importante que tengas a mano los materiales que vas a necesitar, para
no tener que estar interrumpiendo constantemente tu lectura al tener que
levantarte. Si haces esto, estarás obstaculizando tu estado de “flow”, tu
velocidad de lectura y tu comprensión.
Confort físico
Lo importante aquí es tener un balance. Necesitas sentarte con la espalda
y el cuello rectos. Si te inclinas hacia atrás más de 90 grados, tu cerebro
activa el “modo sueño”, y tu concentración y estado de alerta se ven
bastante disminuidos. Si estás leyendo y te inclinas hacia delante, te vas
a hacer daño en la espalda y, una vez que esto pase, tu concentración
caerá también.
Como decía mi profesor Mr. Maxwell, “tu capacidad de aprendizaje está
proporcionalmente relacionada con la capacidad de permanecer sentado
confortablemente”. Una vez que empiezas a notar molestias en la
espalda, cuello... ya no prestas tanta atención, porque tu concentración
está en tu dolor, no en la lección (o, en este caso, en el libro).
Altura de la mesa y de la silla
Si la silla está muy alta o muy baja, tus piernas van a sentirse
incómodas. Lo mismo pasa con tu escritorio. Tu silla debería permitirte
mantener tus piernas a 90 grados para que sea confortable. Tu mesa
debería permitirte apoyar los codos sin elevar o bajar tus hombros.
Distancia entre los ojos y el material de lectura
Para poder leer rápidamente, el libro necesita estar a unos 50 centímetros
de tus ojos. Si está más lejos, va a ser difícil ver las letras claramente. Si
está más cerca, te va a ser difícil tomar la fotografía mental que necesitas
para la lectura rápida.
Postura
La espalda y el cuello deben estar rectos. Si no haces esto, el dolor de tu
cuello y/o de tu espalda vendrá pronto y te distraerán de la lectura; y,
como consecuencia, tu velocidad de lectura disminuirá.
Interferencias: cansancio, ruido, problemas de salud...

Huye de las personas cuando te quieres centrar en hacer algo, cuando quieres
alcanzar ese estado de “flow”. Una vez que estás concentrado, cada vez que
alguien te distrae, tardas al menos 15 minutos en volver a ese estado de
concentración (si es que vuelves). Piénsalo. Simplemente una pequeña pausa
porque tu teléfono sonó o porque alguien te preguntó algo sin importancia, y
habrás desperdiciado al menos 20 minutos. Por eso es por lo que necesitas
estar concentrado durante 25, 30, 40 minutos, sin nadie que te moleste. Ya
tendrás tiempo durante el descanso para hablar con la gente; pero durante tus
sesiones de lectura, tienes que estar concentrado para conseguir ese estado de
“flow” y sacar el máximo rendimiento posible a tu tiempo.
Escucha a tu cuerpo también. Si sabes que estás muy cansado, tu
concentración y tu velocidad de lectura van a ser malas. Si eres una persona
mañanera, lee por la mañana. Si eres un ave nocturna, lee por la noche.
Todos estos factores van a influenciar tu habilidad de leer rápidamente, de
comprender los materiales, y de alcanzar ese estado de “flow” necesario para
llegar el siguiente nivel.
Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización)
Usar un subrayador de forma eficiente
A la hora de usar los rotuladores para resaltar la información importante, la
mayoría de la gente los usa mal. Usan los rotuladores para colorear el libro.
Ven un párrafo que les interesa, y proceden a colorear todo el párrafo. Si
queda algún espacio en blanco, lo rellenan. Después ven que el color
sobresale un poco por los márgenes, así que, para que quede todo uniforme,
se dedican a colorear los márgenes también. Hemos pasado de estar leyendo
y buscando información importante a estar coloreando el libro (una actividad
totalmente pasiva en la que no vamos a aprender nada).
Esta actividad de colorear distrae mucho y es una pérdida de tiempo. Esto se
debe a que el colorear pospone el aprendizaje. Si necesitas aprender esa
información para un examen, entonces estás usando los rotuladores de un
modo muy ineficiente. Antes o después tendrás que volver a leer todo el
párrafo, tratando de descifrar porqué lo subrayaste en un principio.
Si quieres usar los subrayadores de forma efectiva, subraya sólo las palabras
clave. Es muy raro que tengas que subrayar más de una frase. Las palabras
clave son las que tienen más sentido en la frase o en el párrafo.
Si cada vez que usas un rotulador sientes la necesidad de colorear todo el
párrafo, usa las notas al margen. La única vez que debes subrayar todo el
párrafo es cuando necesitas documentar una cita.
Escribir notas en el margen
Crear notas al margen es a menudo más fácil y efectivo que subrayar. Con el
bolígrafo, dibuja una flecha que vaya desde la frase o palabra clave al
margen; lee el párrafo entero para asegurarte de qué es lo importante; y, a
continuación, con tus propias palabras y tan brevemente como sea posible,
escribe una nota en el margen.
Puedes usar las notas al margen para resumir lo que dice el párrafo, o porque
esta idea la quieres relacionar con otras. Crea una nota que te haga recordar
porqué era importante este párrafo.
Si primero subrayas y luego creas una nota al margen, tardarías más tiempo
al principio al crear las notas, pero luego vas a pasar menos tiempo
repasándolas porque se te van a quedar mejor.
Tomar notas en un folio
Tomar notas lleva un poquito más de tiempo pero es muy útil para aprender
material con el que no estás familiarizado o para documentar el libro. Puedes
poner el título de cada capítulo en el margen izquierdo del folio, y luego
desarrollarlo en el lado derecho; puedes usar mapas mentales… Lo que te sea
más cómodo.
Lo que estás haciendo es poner la información más importante del libro en
tus propias palabras. Esto funciona muy bien para libros de no-ficción.
Para libros de ficción, el tomar notas se usa para crear un sistema que te
ayude a estar al tanto de los personajes, la trama, los conflictos… Este
sistema puede ser tan simple como coger una tarjeta en blanco en el que
pongas los nombres de los personajes y alguna característica, y luego usarlo
como marca-páginas. Esto no suele ser necesario si lees el libro de una vez;
pero si dejas la lectura para los fines de semana va a ser muy útil, ya que
llegas al libro con la información clave de cada personaje. Del otro modo
sería muy difícil para ti recordar todos los personajes y la trama del libro.
Esto te ayudará a reducir tu frustración al tener que ir hacia atrás y encontrar
quién era quién y qué pasó.
Repetición espaciada
La repetición espaciada es una técnica de aprendizaje que incorpora
crecientes intervalos de tiempo entre repasos de un material que has
aprendido previamente; buscando aprovechar el efecto espaciado (efecto por
el cual las personas recordamos o aprendemos mejor las cosas cuando las
estudiamos de un modo espaciado a lo largo del tiempo; en vez de repetirlas
muchas veces en un espacio corto de tiempo).
Por ejemplo, si quieres recordar información para un examen, es mejor
empezar a estudiar un mes antes, luego repasas la información al día
siguiente, luego a los dos días, a los 3, a la semana…
Usar la repetición espaciada (estudiar a intervalos en espacios más largos de
tiempo) es mejor que estudiar el día antes de un examen.
Así que, para resumir, estos son los pasos necesarios para recordar la
información:

1. Subrayar las palabras clave


2. Tomar notas al margen: explicando el concepto en tus propias
palabras o relacionándolo con otras ideas
3. Tomar notas en un folio: si es un texto importante que contiene
información que quieres recordar
4. Repetición espaciada: cada cierto tiempo, repasa las notas que ha
tomado
Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida
Una cosa que probablemente no sabías sobre tus ojos es que éstos ven
adecuadamente cuando se concentran (fijan la vista) en el objeto al que están
mirando.
Probablemente crees que tus ojos ven mientras se mueven pero, en realidad,
es de la otra manera; el movimiento hace que la imagen sea borrosa,
difuminada.
Mucha gente, cuando se les pide que describan el modo en que sus ojos se
mueven durante la lectura, dicen que sus ojos se mueven con fluidez sobre
cada línea, parándose un momento al final antes de ir al principio de la
siguiente línea. Aparentemente, parece como si fuese un movimiento fluido y
constante (aunque mucha gente admite que vuelve hacia atrás con alguna
palabras).
Lo que no entienden es que, de hecho, el proceso de lectura es bastante
diferente a lo que ellos piensan; porque los ojos se fijan en la información
escrita solo cuando está inmóvil (quieta).
Los ojos hacen saltos cortos y constantes. Estos saltos llevan el ojo de un
punto de fijación a otro punto de fijación, normalmente algo más de una
palabra cada vez.
Para concluir, el ojo no se mueve fluidamente sobre las líneas; al contrario, se
mueve en pequeños saltos de izquierda a derecha, parándose sólo
momentáneamente para fijarse en una o dos palabras; para, a continuación,
seguir repitiendo el mismo proceso.
Mientras los ojos se están moviendo y parando una y otra vez, la información
es absorbida solamente durante las pausas. Estas pausas son las que te llevan
más tiempo, por lo que queda claro que, para mejorar tu velocidad de lectura,
debes pasar menos tiempo en cada pausa.
Buen lector vs. Mal lector
Un mal lector hace casi el doble de pausas (o fijaciones). Sus pausas extra
son causadas por el hecho de que, a menudo, relee palabras leídas
anteriormente, algunas veces incluso volviendo al párrafo o a la página
anterior, para asegurarse de que lo ha entendido todo correctamente.
Estos saltos hacia atrás (o regresiones) son los que causan el gran número de
fijaciones de un lector pobre. Cada vez que hace una pausa está perdiendo
más tiempo, y esto obviamente hace su velocidad de lectura más lenta.
El buen lector ha conseguido dos cosas:
No está yendo hacia atrás mientras lee
Ha alargado sus saltos de un grupo de palabras a otro. Ahora es capaz
de ver 3 palabras cada vez.

Si, por ejemplo, asumimos que cada fijación nos lleva el mismo tiempo, y
(simplemente nos lo imaginamos para este ejemplo) el tiempo que pasamos
en cada fijación es medio (1/2) segundo, podemos ver que el tiempo total de
lectura (del buen lector que lee dos palabras por salto) para 8 palabras es
1/2+1/2+1/2+1/2=2 segundos. Por otro lado tenemos el lector pobre. Él, para
la misma cantidad de palabras, va a tardar
1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2 +1/2 +1/2+ 1/2+1/2= 8
segundos (4 veces más de lo que el buen lector tarda).
Después de este ejemplo, puedes ver que es obvio que tenemos que eliminar
las regresiones y los saltos hacia atrás. La mejor manera de hacer esto es
empezando a incrementar la percepción de nuestro campo visual.

Diferencias entre leer por encima, ojear, y saltar


Leer por encima
Se refiere a echar un vistazo al libro en busca de pistas que nos ayuden a
entender su significado

Hazlo cuando estés buscando la idea principal o ideas de un texto.


Debes leer por encima cuando tu propósito es:

Sacar las principales ideas de una gran cantidad de material


Comprobar si un párrafo puede saltarse
Encontrar material que necesita ser leído más a fondo
Obtener una idea general del texto, sin la necesidad de leer
concienzudamente todo el material

Ojear o escanear
Úsalo cuando estés buscando algo específico, una pieza de información
especial.
Saltar
Se refiere a dejar algo sin leer. Haz esto si el texto es innecesario, repetitivo,
o simplemente está de relleno.
Para saber si debes usar una de estas técnicas (leer por encima, ojear o saltar)
lo mejor que puedes hacer antes de empezar a leer es:

Identificar el propósito de esa lectura; ¿por qué quieres leer el texto?


Realizar una vista preliminar de todo lo que leas
Superar tu miedo a perder información si te saltas parte del texto
Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura
Todos lo hemos vivido. Nos damos cuenta un día de que, sin saber cómo han
llegado hasta ahí o quién los compró, tenemos un montón de libros y revistas
esperando a ser leídos. Y ese montón se ha ido acumulando y haciendo
mayor con el paso del tiempo. Nuestra intención era leerlo todo “un día de
estos”; así que, ¿qué hicimos en lugar de leerlos todos? No leímos ninguno.
Ni una sola página. Y cada vez que miramos a esa esquina en la que están
amontonados, un escalofrió recorre nuestra espalda de arriba abajo y una gota
de sudor se derrama por tu frente.
La perfección es tu enemiga
¿No es extraño? Ése es uno de los problemas con el perfeccionismo; cuando
eres un perfeccionista, si no puedes hacer algo de modo perfecto, no lo vas a
hacer. Por eso la perfección, la mayoría de las veces, se convierte en una
excusa para la inacción. Y eso es un error porque, al no hacerlo, al menos de
forma más pobre al principio, no recibes la información que necesitas de esos
libros.
Si eres un perfeccionista, no vas a hacer cosas, porque te sientes fatigado
antes de empezar. Si, por ejemplo, te concentrases en leer sólo el 20% de los
materiales (el 20% más importante) vas a ser muchísimo más productivo que
siendo un perfeccionista (y no haciendo nada).
“Cualquier cosa que merece la pena hacerse, merece la pena hacerse
pobremente (al principio)”
Por eso es por lo que necesitas usar la regla del 80/20 con tu pila de libros.
Antes de seguir, veamos cuáles son tus contribuciones personales a tu pila de
lectura y cómo podemos clasificarla:

1. Ya lo leeré después. Lo más seguro es que no leas nada de nada.


2. Si estoy leyendo, eso significa que no estoy trabajando. Eso es una
tontería. Necesitas leer para poder coger nuevas ideas que te harán
progresar en tu negocio o en tu trabajo. Si no lees, no tienes ningún tipo
de ventaja sobre un analfabeto. Piénsalo.
3. Tengo que leer todo lo que recibo. ¿Por qué? No necesitas leer todo.
Necesitas leer las cosas más importantes para ti, las cosas que te harán
crecer (y, en tu tiempo libre, las cosas sobre las que quieres leer).
4. Tengo que recordar todo lo que leo. Nadie recuerda todo lo que lee.
Simplemente necesitas recordar los puntos más importantes, tomar
notas, y usar tu capacidad de análisis para ver cómo las puedes aplicar
en tu vida.
5. Lo necesito para mi desarrollo profesional o personal. Eso es una
buena intención. Pero, una vez más, no necesitas leer todos los libros ni
todas las páginas de cada libro para obtener la información que
necesitas.

¿Cómo reducir tu lista de material para leer?

Cancela tus suscripciones. ¿Es verdaderamente importante que lo


leas? ¿Te va a hacer crecer, o es algo que de verdad te gusta leer? Si la
respuesta es NO, cancélalo.
Vista preliminar para todo. Esto te ayudará a ahorrar tiempo al ver si
el material de verdad merece la pena.

Fotocopia o recorta artículos. No necesitas leer o mantener toda la


revista. Si hay un artículo que de verdad te gusta, córtalo y guárdalo en
un archivo. Tira el resto de la revista. De ese modo ahorrarás bastante
espacio.
Usa Post-its. Para recordarte las cosas más importantes que leer.
Ten una libreta a mano y escribe el índice. Esto te ayudará a
centrarte en la estructura del libro y ver qué es lo más importante para ti,
y lo hará todo más fácil cuando tomes notas.
Tira el correo basura. Todo lo que te haga perder el tiempo, tíralo. Ni
siquiera lo abras. Tan simple como eso.
Capítulo 8. Mentalidad Necesaria para la Lectura Rápida
9 DIRECTRICES PARA UNA LECTURA CRÍTICA
Estas 9 directrices para una lectura crítica te ayudarán a convertirte en un
mejor lector. Normalmente tenemos muchas presunciones generalizadas
sobre los libros (una de ellas el que, si algo está escrito en un libro, debe ser
verdad). Pero nada más lejos de la realidad. Estas directrices te ayudarán a
desarrollar tu pensamiento crítico y a mejorar la forma en la que ves y
absorbes las ideas de otras personas.
1. Sé abierto respecto a nuevas ideas
No pases todo el tiempo en tu castillo sin ningún contacto con el mundo
exterior. Exponerte a nuevas ideas te ayudará a ver las cosas de un modo
distinto y a tener una mayor comprensión de las cosas que ya conoces; y
también te dará la energía necesaria para tener tus propias ideas
creativas.
2. No discutas sobre cosas de las que no sabes
No hay cosa que me dé más coraje que la gente que habla de todo y que
necesita dar su opinión sobre cualquier asunto; incluso aunque no tienen
ni pu”{{a idea de lo que hablan. Es como ver los programas en la tele en
los que los tertulianos, famosos por acostarse con alguien “famoso”, lo
mismo te comentan los cuernos que le puso uno a otro que la situación
en Oriente Medio.
Si no sabes de lo que estás hablando, este es el mejor consejo que te
puedo dar: Mantén la boca cerrada. Y escucha. Obviamente, cuando
hay una discusión cada persona tendrá un punto de vista distinto.
Simplemente oye lo que dicen y fíjate en lo que te parece más coherente;
y, si estás interesado en la materia, cuando llegues a casa métete en
internet y busca artículos sobre el tema, o cómprate un libro sobre el
tema en Amazon. De ese modo, la próxima vez podrás unirte a la
discusión y aportar una nueva perspectiva.
3. Saber cuándo necesitas más información
A veces conoces la materia de un modo superficial, así que puedes tener
una idea general de lo que la gente comenta a tu alrededor. Pero sabes
que necesitas más información para poder aportar tus opiniones a la
discusión.
4. Sé consciente de que la gente tiene diferentes ideas respecto al
significado de las palabras
5. Conoce la diferencia entre algo que debe ser verdad y algo que
quizás sea verdad
No es lo mismo “La reina Sofía está embarazada” que “La reina Sofía
quizás esté embarazada””. La primera establece algo que es
completamente cierto. La segunda está basada en rumores, que quizá
sean ciertos, quizá no. Cuando leas, ten cuidado a la hora de determinar
que algo es absolutamente cierto (cuando la verdad es que quizá sea
cierto, quizá no). Esto te ayudará a evitar tener un punto de vista erróneo
sobre una materia.
6. Huye de las generalizaciones rápidas
“Las mujeres no saben cómo leer los mapas”, “los hombres no saben
escuchar...”. Esas son generalizaciones que, incluso aunque en algunos
casos puedan ser ciertas, no significa que siempre lo sean. Si generalizas
en muchas situaciones, tu punto de vista sobre el mundo va a ser muy
limitado y eso va a afectar a la forma en que ves la vida, la forma en que
absorbes las ideas de otros, y la forma en que te relacionas con otras
personas.
7. Cuestiona cualquier cosa que no tenga sentido
Si no tiene sentido para ti, a lo mejor no es correcto. Sólo porque algo
esté escrito en un libro, no significa que sea cierto.
8. Separa las emociones de la lógica
Por ejemplo, si estás leyendo un libro sobre la Historia de la ETA, y tu
padre era Guardia Civil, probablemente vas a tener unos sentimientos
bastante fuertes sobre lo que estás leyendo. Y esas emociones no te van
a dejar ver las ideas que están expuestas en el libro (ya sean ciertas o
no).
Por eso es por lo que necesitas separar, en la medida de lo posible, tus
emociones cuando estás leyendo sobre una materia que te puede afectar
personalmente. Esto no es algo fácil de lograr, pero te ayudará a
comprender mejor y más objetivamente las cosas.
9. Desarrolla tu vocabulario para poder comprender a otros y para
hacer que te comprendan a ti.

Aumentar tu vocabulario te ayudará a expresar mejor tus ideas y a ser capaz


de comunicarte mejor con la gente.

10 COSAS QUE NO TE ENSEÑARON EN EL COLEGIO


Cada vez que vuelvo la vista atrás a la época en que estaba en el colegio,
pienso en la cantidad de tiempo perdido. Con todas las horas que pasamos en
esas clases, y después de tantos años, la mayoría de la gente no sabe ni leer ni
escribir correctamente. Entonces ¿a qué han dedicado varios años de su vida?
En mi opinión es vergonzosa la relación entre el tiempo empleado y los
resultados obtenidos. Y el hecho es que, cuando el tema sale en una
conversación, todo el mundo trata de culpar a otros, “es el gobierno”, “no,
son los profesores”, “no, son los padres; si enseñasen a sus hijos en su casa
no tendríamos tantos problemas”... La cosa es que, al final (sorpresa sorpresa)
nadie tiene la culpa de nada y el sistema escolar sigue siendo lo que es. Una
absoluta pérdida de tiempo.
No estoy diciendo que la educación no sea necesaria, ni mucho menos; lo que
quiero decir es que con el actual sistema perdemos un montón de tiempo, de
recursos, y de dinero. Si, después de haber pasado unos 8 años en el colegio,
un niño no sabe leer correctamente ¿qué ha estado haciendo exactamente las
miles de horas que ha estado dentro de ese edificio llamado colegio?
¿Alguien me lo puede explicar?
De todos modos, el objeto de este post no es empezar una conversación que
no nos lleva a ningún lado, puesto que “nadie es responsable” por ello...
Mi objetivo aquí es darte un indicio de las 10 cosas que no te enseñaron en el
colegio, y que deberían haberte enseñado. No te las enseñaron por dos
posibles razones (no sé cuál de las dos me hace sentir peor):

Porque no quisieron
Porque no sabían cuáles eran ni cómo hacerlo (por desconocimiento)

Pienso que probablemente sea la segunda opción. La cosa es que, si los


maestros no saben estas simples reglas de lectura ¿qué tipo de personas están
enseñando a tus hijos? ¿Qué pueden aprender tus hijos de ellos? Ahí te dejo
con el enigma.
Volviendo a las 10 cosas que no te enseñaron en el colegio, aquí van. Todas
son muy importantes y, si las eludes, lo haces bajo tu cuenta y riesgo:

1. No tienes que leer todas las palabras de un libro


2. No tienes que leer en voz alta o leer hacia dentro palabra por palabra
3. Debes usar tus dedos para ayudarte a enfocar la parte por la que vas
leyendo
4. No necesitas comprender exactamente todo lo que lees
5. No tienes que recordar todo lo que lees
6. La calidad es mejor que la cantidad (si puedes obtener la
información que necesitas leyendo sólo 20 páginas ¿por qué deberías
leer las otras 200?)
7. Lee por encima, ahorrarás tiempo
8. Escribe y toma notas en tus libros
9. Sólo tienes que leer lo que es importante para ti, no todo lo que
puedas
10. La velocidad es importante

CREDOS DE LA LECTURA RÁPIDA

1. Aceptaré que soy humano y capaz de cometer errores


2. Estaré al tanto del movimiento de mis ojos cuando estoy leyendo
3. Haré que mis ojos se fijen en las palabras más importantes del texto
4. Recordaré la relación entre el conocimiento previo de un tema y la
comprensión lectora
5. Leeré en un lugar tranquilo y sin distracciones
6. Leeré sin escuchar música de fondo (quizá algo de música clásica, sin
letra)
7. Siempre sabré mi objetivo antes de empezar a leer un libro de no-
ficción
8. No leeré algo relacionado con el trabajo o la Universidad con la tele de
fondo
9. Leeré los informes o el material de estudio en un escritorio o en una
mesa
10. Leeré material de ocio dondequiera y siempre que quiera
11. Reevaluaré la luminosidad de la habitación antes de leer y la ajustaré
para que sea beneficiosa para mis ojos
12. Estaré pendiente de las distracciones tanto físicas como mentales antes
de empezar a leer.
13. Trataré de relajarme cuando tenga mucho material que leer
14. Recordaré la diferencia entre ojear y saltar información
15. Seré capaz de eliminar información que no es necesaria sin sentirme
culpable
16. Estaré pendiente de mi velocidad de lectura y la cambiaré según mis
objetivos y el conocimiento previo que tenga sobre el tema.
17. Reevaluaré lo que considero, de verdad, material técnico
18. Disfrutaré más de la lectura

Acabamos de hablar sobre los credos de la lectura rápida. En esta ocasión,


vamos a hablar de la lectura y los credos de la gestión del tiempo. En otras
palabras, cómo encontrar tiempo para poder leer. Aquí van:

1. Encontraré tiempo para leer


2. Resistiré la tentación de coger el teléfono mientras leo
3. Resistiré la tentación de comprobar mis emails
4. Escucharé podcasts y audiolibros para mi desarrollo profesional
5. Evitaré sesiones maratonianas de lectura, tomando descansos cortos y
frecuentes (cada 40 minutos, toma 5 minutos de descanso)
6. Si llega a mis manos información práctica, inmediatamente tomaré
nota de ello en el libro o en una libreta
7. Crearé un sistema de referencias para realizar un seguimiento de
importante información práctica

Ésta es una lista muy interesante de preguntas que te puedes hacer a ti mismo
para llegar al siguiente nivel de la Lectura Rápida. No te preocupes si no las
usas todo el tiempo (yo no lo hago), pero de vez en cuando vienen bien
cuando necesitas extraer tanta información como puedas de un libro,
informe...
Cuando lees No-Ficción, tu objetivo es:

Justificar que lo que ya sabes es preciso


Aprender algo nuevo
Distinguir los hechos de la ficción
Cambiar tu modo de pensar si se demuestra que estabas equivocado
Ver que el autor llega a una conclusión

Desafiando al autor:

Quizás el autor no ha desarrollado un argumento sólido o su


planteamiento parece débil
Ten un escepticismo sano sobre los motivos del autor para escribir lo
que ha escrito

Preguntas sobre el autor:

¿Tiene experiencia en la materia?


¿Es hombre o mujer? ¿Afecta esto a su punto de vista?
¿Cómo afecta la experiencia del autor a su interpretación de los
hechos?
¿Cuál es la intención del autor?
¿Es el autor objetivo, no influenciado por las emociones o los
prejuicios? O subjetivo?

Preguntas sobre el contenido

¿Cuál es el público al que va dirigido el libro?


¿Qué es lo que está diciendo literalmente el autor en el texto?
¿Qué es lo que está intentando decir, o que está dando a entender?
¿Qué quiere decir esto?
¿Están los argumentos basados en hechos o en anécdotas?
¿Son los argumentos y las conclusiones consistentes?

Preguntas sobre ti mismo

¿Estoy familiarizado con el trabajo de este autor? Si lo estoy, ¿de qué


manera me influencia esto? ¿Soy más, menos objetivo?
¿Qué opino de la lectura?
¿Concuerda la información con lo que conozco del tema? ¿En qué se
diferencia?
¿Cómo afecta esto a lo que necesito saber, o como lo puedo usar?

Al final, recuerda que todos los autores intentan influenciar nuestros


pensamientos de un modo o de otro (yo, por ejemplo, trato de influenciarte
para que leas más rápido).
Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro
¿Por qué quiero mejorar?
(Ejemplo) Quieres mejorar porque vas a conseguir un ascenso; más dinero; o
tener más poder en la toma de decisiones de tu empresa.
¿Qué herramienta está siendo más eficaz?
En este caso, la herramienta más eficaz para ti es la lectura rápida, porque es
la que te va a llevar un paso más allá del resto de tus compañeros y te va a
convertir en la persona más productiva de tu empresa.
Pasos Maestros:

Decide lo que de verdad quieres y qué es lo que está evitando que lo


consigas
Consigue un efecto máximo: asocia un dolor masivo si no cambias ya,
y un placer masivo si cambias Ya.
Interrumpe un comportamiento limitador
Crea una nueva y poderosa alternativa
Condiciona un nuevo patrón hasta que es consistente; después
refuérzalo
Pruébalo

¿Qué es lo que de verdad quiero? Quiero aprender la lectura rápida para


poder ser el mejor en mi trabajo
Consigue un efecto máximo: si no hago esto, voy a tener que competir con
mucha gente que es mejor que yo en otras cosas; y las posibilidades de seguir
en el mismo puesto durante muchos años es algo demasiado doloroso para
pensarlo siquiera.
Interrumpe un patrón limitador: puedes leer 2 veces más rápido de lo que
lees actualmente. Sin ningún tipo de duda.
Crea una nueva y poderosa alternativa: voy a ser el mejor en mi campo.
Voy a ser imparable.
Continúa entrenando y aprendiendo lectura rápida hasta que hayas
adquirido la habilidad
Pruébalo: ya estás comprobando la lectura rápida y, si has ido practicando
los ejercicios del libro, sabes que funciona.
¿Cómo conseguir la maestría?
“Al final, el dinero y el éxito duraderos llegan no a aquellas personas que se
concentran en alcanzar sus metas, sino a aquellas que se enfocan en
alcanzar la maestría y satisfacer su propósito en la vida”.
Para poder ser un Maestro, primero tienes que ser un aprendiz. La “Fase de
Aprendizaje” (para aprender cualquier habilidad) es esta:

1. Observación profunda (Modo Pasivo)


2. Adquisición de habilidades (Modo de Práctica)
3. Experimentación (Modo Activo)

Aprender cualquier tipo de habilidad te prepara para llegar a ser un maestro.


Cuando entras en el mundo de la Lectura Rápida, tu misión es aprender y
absorber tanto como puedas. Para ese propósito, debes intentar volver a un
estado de niñez, en el que te sientes inferior, vulnerable; y debes sentirte a
gusto. Entras en un nuevo mundo en el que no eres un experto, así que
necesitas ser humilde, aceptarlo, y empezar a absorber tanta información
como puedas.
Cuando elijas una nueva habilidad que aprender:

1. La habilidad que elijas debe ser realística (si quieres aprender a volar
como un pájaro, lo tienes difícil)
2. Debes deshacerte de tu sensación de confort y seguridad (cuando estés
aprendiendo lectura rápida, te vas a sentir incomodo al principio porque
no vas a entender la mayoría de lo que lees).

Lo que separa a los Maestros de los demás es, normalmente, algo muy
simple. Cuando estamos aprendiendo una nueva habilidad, solemos
llegar a un punto en el cual nos frustramos; lo que estamos aprendiendo
parece fuera de nuestro alcance. Si nos dejamos llevar por esos
sentimientos, inconscientemente dejamos de creer en nosotros mismos,
justo antes de abandonar.
Para poder llegar a ser un Maestro, recuerda estas 3 reglas:

1. Resiste la tentación de ser amable contigo mismo. Se tu peor crítico,


reconoce tus debilidades.
2. Resiste la tentación de levantar el pedal de tu concentración. Te
entrenas a ti mismo para concentrarte en la práctica con el doble de
intensidad, como si fuese la realidad multiplicada por dos. Te das a ti
mismo fechas límite arbitrarias, siempre presionándote más allá de tus
límites.
3. Al final, tus cinco horas de trabajo intenso y concentrado son el
equivalente de 10 horas de trabajo para la mayoría de la gente.

Ama el aprender por sí mismo


A través de una intensa absorción de la Lectura Rápida durante un periodo de
tiempo, llegarás a entender todas las partes que lo componen.
Cuando te conviertes en un Maestro, ganas una sensación intuitiva del todo.
Literalmente ves o sientes la dinámica.
Cuando te conviertas en un Maestro, habrás alcanzado una forma de
inteligencia superior gracias a todo tu esfuerzo, tu conocimiento, y el
desarrollo de tus habilidades analíticas.
La clave de conseguir este nivel superior de inteligencia es hacer tu tiempo de
estudio cualitativamente rico. No solo absorbes información- la internalizas y
la haces tuya encontrando la manera de poner este conocimiento en práctica.
La Maestría no depende de ser un genio o del talento. Depende del tiempo y
la intensidad aplicada a una actividad.
Y recuerda, la práctica deliberada a lo largo del tiempo no puede fallar,
sólo puede producir resultados
Capítulo 10. Conclusión
1. La Lectura Lineal es ineficiente-no tienes que leer cada palabra para
poder extraer la información que quieres
Tu meta, cuando estás leyendo un libro de no-ficción, no debería ser leer cada
palabra de cada página; tu objetivo debería ser extraer la información útil del
material.
La lectura lineal (leer palabra por palabra) es muy ineficiente. Para poder
mejorar tu velocidad de lectura deberías hacer un tipo de lectura no-lineal.
Esto significa saltar párrafos, tomar notas, referencias y ojeadas rápidas.
Repito: el objetivo no es leer el 100% de las palabras en el texto; tu objetivo
es extraer toda la información relevante que va a serte útil.
Esto va a llevar algún tiempo. No leer todas las palabras de un libro se parece
a no comerse toda la comida en el plato. Estamos acostumbrados a comernos
toda la comida y, normalmente, debe ser algo realmente malo para que dejes
tu plato sin terminar.
Una vez que comprendas que la lectura no-lineal es lo que debes hacer, vas a
leer mucho más rápido, y recuerda: deja el libro en la estantería una vez que
has obtenido la información que querías de él.
#2. Elige tus batallas: edita sin compasión tu pila de libros sin leer
¿Tienes, por casualidad, varios libros o documentos esperando ser leídos?
Entre los documentos, email, libros... tu pila de lectura se está convirtiendo
en un monstruo.
Necesitas tener prioridades y elegir los materiales más críticos primero.
Imagínate que fuese una sala de Urgencias, donde los doctores primero
identifican a los pacientes que necesitan ayuda urgente; los demás pueden
esperar. Un infarto va a tener prioridad sobre un caso de indigestión.
Puedes aplicar los mismos principios a la lectura; quizá tengas una larga lista
de materiales para leer, pero algunos documentos van a tener prioridad sobre
otros.
Tienes que ser claro con respecto a lo que quieres conseguir, para poder ser
efectivo a la hora de escoger el material de lectura. Necesitas tomarte 5
minutos primero para definir tus objetivos (¿qué información quieres extraer
del documento?). De este modo será mucho más fácil decidir si ciertos
materiales de lectura te ayudarán a conseguir lo que quieres.
#3. Preguntas antes del Contenido: el poder de las Metas
Esto quizá te resulte sorprendente, pero ahí va: la lectura efectiva NO
empieza al coger el libro para leerlo. Vas a multiplicar la efectividad de tu
lectura al pasar, simplemente, 3 minutos antes de empezar a leer para decidir
lo que te trajo a este libro específicamente.
Necesitas establecer objetivos o metas para ese libro y decidir lo que quieres
aprender de ese material. Al darte cuenta de lo que quieres saber antes de
empezar a leer, tu mente se va a concentrar en encontrar la respuesta a esas
preguntas; y será mucho más fácil reconocer la información útil cuando la
veas.
Simplemente hazte, antes de empezar a leer, estas dos preguntas:

¿Por qué estoy leyendo este libro?


¿Qué quiero aprender de este libro?

#4. Condicionamiento: los beneficios de un vistazo rápido


Condicionamiento significa, en este caso, “programar” tu cerebro para que se
dé cuenta de ciertas cosas sobre su entorno. Por ejemplo, piensa en un tiempo
en el que querías comprarte el Audi A5. De repente, sólo veías Audi A5 por
la carretera. Si esto te ha pasado, entiendes lo que quiere decir
condicionamiento. No fue que la gente se diese cuenta de que ya no querían
más sus Ford y sus Mercedes, y se comprasen todos Audi A5. Es
simplemente que tu cerebro estaba buscando Audi A5 por las calles y estaba
filtrando los otros coches como irrelevantes. Tu cerebro estaba enfocado sólo
en encontrar Audi A5, por eso te diste cuenta cuando aparecieron a tu lado.
El condicionamiento pasa inconscientemente, pero puedes ayudar a
provocarlo. Al establecer metas u objetivos antes de empezar a leer,
básicamente le estás diciendo a tu cerebro que filtre el resto de las cosas para
que así te puedas centrar en lo que te interesa.
Este hábito de condicionamiento te va a dejar leer mucho más rápido (si estás
muy familiarizado con el condicionamiento, puedes ojear todo el libro hasta
que tu cerebro reconoce algo como importante para ti). Mientras ojeas, te
darás cuenta de que tus ojos se paran en las partes del texto relacionadas con
lo que estás buscando.
Más trucos de nivel avanzado: la Tabla de Contenidos y el Índice. La tabla
de contenidos te da información sobre la estructura del libro, el contenido y el
orden. El índice es básicamente un mapa con los términos clave del libro.
Cuando quiera que encuentres un término que no conoces con un gran
número de citaciones, probablemente será importante (así que escríbelo en
una lista de términos esenciales antes de empezar a leer).
Simplemente con que establezcas tus metas previamente, y con la ayuda del
condicionamiento, vas a sentir que vuelas por el libro.
#5. El pensamiento es más rápido que la palabra
Probablemente el mayor obstáculo para leer más rápido es la subvocalización
(leer en tu cabeza en voz alta). El primer paso para eliminarlo es darte cuenta
de que lo haces. Darte cuenta de que puedes comprender el material sin
subvocalizar va a incrementar tu velocidad de lectura dramáticamente.
#6. Tus ojos pueden absorber más información de la que crees
Tus ojos son una de las máquinas más perfectas que existen. Tus ojos pueden
fácilmente asimilar más de una palabra cada vez. En vez de hacer esto,
deberías absorber grupos de entre 3-5 palabras cada vez. Esto incrementará tu
velocidad de lectura y mejorará tu comprensión.
#7. Toma notas para una mejor comprensión y retención
Leer no es una actividad pasiva (como ver la televisión). Es un proceso
mental activo que resultará en todo tipo de inesperadas conexiones y
entendimientos, así que mejor que estés preparado para capturarlos antes de
que los olvides.
No dudes en escribir mientras lees. Tomar notas va a reforzar lo que has
aprendido y creará un archivo de tus pensamientos para futuras referencias.
#8. Elimina distracciones para mejores resultados
Para poder leer rápidamente debes estar concentrado y enfocado. Si tu
teléfono está sonando, estás recibiendo whatsapps cada 2 minutos, o tienes a
gente alrededor interrumpiendo todo el rato, no vas a conseguir nada. Mejor
encuentra un lugar donde te puedas concentrar durante periodos de tiempo
más largos.
#9. Desafía al autor-recopila tus preguntas y objeciones
Recopilar tus pensamientos mientras vas leyendo es una oportunidad
increíble de involucrarte con el autor y otros lectores y hablar sobre el libro.
Una vez que has hecho un esquema de tus pensamientos con respecto a ese
libro, te vas a encontrar en un lugar donde puedes tener interesantes
discusiones sobre el libro con otras personas (y hoy en día, a través de
Twitter, a lo mejor incluso puedes hablar con el autor).
#10. Leer no es suficiente- Concéntrate en APLICAR lo que lees
Tu objetivo al leer no-ficción no es leer una buena historia, lo que quieres es
leer algo útil, práctico. Tu lectura no va a dar beneficios hasta que no apliques
lo que aprendas. Después de leer un libro de no-ficción, debes ser capaz
añadir 3 cosas que hacer a tu lista de tareas.

La Lectura Efectiva de No-Ficción es una Habilidad- Los dividendos son


enormes
Recuerda que la lectura efectiva de no-ficción es una habilidad. Lleva algún
tiempo y práctica el poder aprenderlo; pero una vez que lo haces, vas a
incrementar tu velocidad y productividad enormemente.
Supongo que a estas alturas querrás poner en práctica lo que acabas de
aprender, así que, aquí va un reto para ti. Coge el libro que quieres leer y date
a ti mismo una hora (no más). Tienes que seguir estos pasos:

Escribe en papel: ¿Por qué estoy leyendo este libro?


Escribe en papel: ¿Qué quiero aprender de este libro?
Echa un vistazo al libro
Toma notas
Elimina las distracciones (encuentra un buen sitio donde puedas
concentrarte)
Desafía al autor (escribe en papel tus ideas mientras lees).

Después de hacer esto, dime qué piensas del experimento y cuéntame que tal
te fue. Mándame un email a unaivero@gmail.com, con el encabezado “Libro
de Lectura Rápida”; y cuéntame cómo te ha ido, cómo has mejorado, y cuáles
son los principales problemas con los que te encuentras.
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que nos da ¨vida¨ a los autores. Es lo que les hace
ver a otras personas que hay gente que ha leído mi
libro.
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en el futuro (lo que no está nada mal).
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de clientes, y un botón que pone ¨escribir mi opinión¨
(o ¨Write a Customer Review¨). Simplemente haz clic ahí y:
3)Selecciona el número de estrellas que quieres darle
al libro (5 estrellas no estaría nada mal…)
4) Escribe unas cuantas palabras (me gusta este libro
porque / este libro me ha ayudado a …)
5) Haz clic en el botón SUBMIT (que está en naranja)
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para mí. Si te gustaría que te mandase una nota de
agradecimiento personal por haber dejado la reseña,
simplemente mándame un correo a unaivero@gmail.com
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Te responderé personalmente.
Antes de despedirme, muchas gracias por tu apoyo, y
disfruta de tu día!
-José
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