Está en la página 1de 27

La Virgen Morena

Del Tepeyac
Historia y comentario sobre la Virgen de Guadalupe,
cuya basílica está en la cuidad de México
 Luis Rodríguez
Primera Parte
Un cuaderno que aprueba la aparición
Códice Mendocino
La Estrella del Norte de México
María Favorece a los Hispanoamericanos
La Preeminencia de La Virgen de Los Remedios
¿Cuál Es la Diferencia Entre Dios y La Imagen?

***

Al escribir estas líneas, recuerdo que en mi infancia, mi madre me llevaba de la mano al


Santuario del Tepeyac, y postrado junto a ella, rezaba a la virgen y la contemplaba.
También viene a mi mente la vez que, siendo aun pequeño, me llevó al santuario de Talpa
para conocer a la virgen que ahí se adora. En esa ocasión vi cuadros que nunca se me
olvidarán, hombres cargando enormes cruces de madera verde, atados de los pies pudiendo
apenas avanzar unos cuantos centímetros en cada paso, otros individuos con pencas de
nopal suspendidos en el pecho y en la espalda y con una corona de espinas en las sienes, y
otras personas caminando de rodillas desde enormes distancias y sangrando
abundantemente. Cuadros capaces de conmover a corazones de piedra.
Consideramos en este libro la aparición de la Virgen de Guadalupe, cuyo culto no tan sólo
es continental, sino que, ha adquirido carácter universal, porque como sabido es, el
arzobispo de México, Luis María Martínez asistió en abril de 1949, a la coronación
litúrgica de dicha virgen, en la Cuidad de París, Francia.
Respetable lector, te invito a que pienses, a que medites, a que reflexiones, a que hagas uso
de tu cerebro. Dios te ha dotado de él, para que puedas discernir, es decir, para que puedas
deducir si una cosa está dentro de la razón, o no, si es verdad o mentira, si es buena o mala,
y ésa es la más grande diferencia entre el hombre y el animal irracional, por lo tanto, espero
que pongas toda tu atención y medites en los distintos puntos que trataré en el curso del
presente tema, para que al final, llegues a la conclusión de si fue aparecida la virgen de
Guadalupe o no.
Para escribir este libro, antes tuve que leer algunas obras guadalupanas escritas por
sacerdotes, siendo las principales, las siguientes:
*La Inmaculada del Tepeyac por L.G. Villanueva, (segunda
edición de 1945);
*La Milagrosa Aparición de la Sma. Virgen de Guadalupe
por el Pbro. Fortino Hipólito Vera, (edición de 1889);
*La Virgen del Tepeyac, Patrona Principal de la Nación
Mexicana, (edición de 1884);
*Estrella del Norte de México por el Sacerdote Francisco de
Florencia, (historia escrita en 1688 y reimpresa en el siglo
pasado).
Otras de las obras que me costó trabajo encontrarlas por su antigüedad y porque tal vez no
se hayan reimpreso, son:
*La Virgen---Historia de la Madre de Dios y de su Culto por
Orsini, (edición de 1853, que en esta ocasión dará grandes
luces),
*María al Alcance de la Juventud escrita por un Hermano
Marista, (traducción libre por el R.P. Félix Alejandro Cepeda,
edición de 1907, editor Gustavo Gill, Barcelona).
Posteriormente iré aludiendo a otras historias religiosas que también leí antes de escribir
este libro.
Los escritores guadalupanos de la actualidad, han estado diciendo a los cuatro vientos que
sí hay documentos respecto a la aparición de la Virgen Morena y citan las obras que se
escribieron en el siglo 17, que fueron la del Padre Miguel Sánchez, escrita en 1648,
(siendo esta la primera historia que se escribió); la del Padre Luis Lazo de la Vega,
Capellán del Santuario, (escrita meses después y que vino a ser la segunda). Citan
también las informaciones rendidas durante el proceso clerical de 1666, cuando solicitaron
la canonización de la Virgen; también aluden a la obra de Miguel Becerra y Tanco y la de
Francisco de Florencia, escritas en aquel siglo 17.
La Tradición Cuenta...
Parece que es necesario hacer la aclaración de que la Virgen se apareció (?) en el
principio del siglo 16 y no a mediados del 17. Además, es de tomarse muy en cuenta que
su primer historiador, el Padre Sánchez, dice que él escribió de acuerdo con la tradición, no
basándose en documentos escritos en 1531, cuando dicen que se verificó el milagro. La
tradición es un cuentecito que inventan los mismos curas, y tal cosa tiene reprobación
divina. Cristo no estuvo de acuerdo en que se diera crédito a la tradición y se menospreciara
el precepto divino:
"Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén, diciendo:
"¿por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las
manos cuando comen pan". El les respondió diciendo: "¿Por qué también ustedes
quebrantan el mandamiento de Dios por causa de su tradición?" ".
En tal sentido se expresó también el apóstol San Pablo; si se duda, véase el capítulo 2 de la
Epístola a los Colosenses, verso 8 y la Epístola a Tito, capítulo 1:14. También véase el
Evangelio de San Marcos, capítulo 7, del versículo primero al noveno.
Si dijésemos que las tradiciones son cuentos propios para niños, que los mismos curas han
inventado, creo que no sería una falsa afirmación. Tomemos por ejemplo: dice la tradición
que cuando deje de venir, en su excursión económica anual la Virgen de Zapopan a la
Ciudad de Guadalajara, Jal., desaparecerá dicha capital. ¿SERA CIERTA TAL
TRADICIÓN? ¿Sí o no?
Cuenta la tradición que la Virgen de Talpa solía por las noches salirse del Templo e irse
para otra parte, y que dejaba en el camino la huella de sus pies, y dicha virgen es de pasta y
no está viva, en consecuencia pregunto: ¿SERA VERDAD TAL TRADICIÓN? ¿Sí o no?
También se cuenta por tradición que el templo donde está la Virgen de San Juan de los
Lagos, fue construido por hombres y ángeles. Es decir, los albañiles durante el día
construían hasta determinada altura las paredes, y que al día siguiente las encontraban más
arriba, porque los ángeles habían trabajado en la noche. Y por datos históricos sabemos que
duró casi 50 años la construcción. Por lo tanto, cabe preguntar: ¿SERA CIERTA DICHA
TRADICIÓN? ¿Sí o no? De modo es que, si los ángeles no les ayudan, todavía estarían
construyendo el templo ¿verdad?
Lector quizá alguna vez tu habrás platicado una cosa a una persona, quien la contó más
adelante, pero agregándole algo de su "motu propio", y la tercera persona la comunicó a
otra, aumentándolo algo nuevo, total que, después de andar de boca en boca lo que tú
dijiste, resulta ser muy distinto de lo que dijiste a la primera persona. Así somos los
humanos; cambiamos lo que oímos, y lo mismo sucedió entre los discípulos de nuestro
Señor Jesucristo. Veamos:
Sn. Juan 21:20-23
(20) Volviéndose Pedro a mirar, vio venir detrás al discípulo
amado de Jesús, aquel que, en la cena, se reclinaba sobre su
pecho, y había preguntado: Señor, ¿quién es el que hará
traición?
(21) Pedro, pues, habiéndole visto, dijo a Jesús: Señor, ¿qué
será de este?
(22) Respondiéndole Jesús, dijo: Si yo quiero que así se
quede hasta mi venida, ¿a ti qué te importa? Tú sígueme a mí.
(23) Y de aquí se originó la voz que corrió entre los
hermanos, de que este discípulo no moriría. Mas no le dijo
Jesús: no morirá; sino: Si yo quiero que así se quede hasta mi
venida, ¿a qué te importa? (copiado de la Biblia católica de
Torres Amat)
 
Pongamos mucha atención a este comentario que respetuosamente hago, pues, es una
necesidad, a fin de convencernos de que se trató de tergiversar lo que el Señor Jesús había
dicho. El versículo 20 nos dice que el discípulo amado seguía al Maestro y a Pedro, y el
verso 21 nos informa que Pedro preguntó a Cristo: "¿Qué será de éste? refiriéndose a Juan,
entonces el Señor Jesús contestó a Pedro diciéndole: "Si yo quiero que así se quede hasta
mi venida, ¿a ti qué te importa? (versículo 22).
Según el versículo 23 "los hermanos" , es decir, los apóstoles y los discípulos que ahí se
encontraban en ese momento, comenzaron a decir que Cristo había dicho que Juan no
moriría, cosa que no era verdad, como lo aclara el mismo autor sagrado en el mismo verso
23.
Ahora hagamos el siguiente razonamiento: si los apóstoles y los discípulos de Cristo
tergiversaron las palabras de su Señor y Maestro y formaron una tradición FALSA cien por
ciento, ¿qué podemos esperar de las tradiciones inventadas por los sacerdotes de la iglesia
papal?
Un cuaderno que aprueba la aparición
Como no faltó quien hiciera ver que la tradición no es un argumento de peso, entonces los
aparicionistas inventaron que había un cuaderno en el cual se encontraba asentado lo de la
aparición; pero ese famoso cuaderno nadie lo vio, sólo ha existido en la mente de los
propagandistas de la aparición. Era natural que inventaran una salida. Y es mi deber dar a
conocer el camino que siguió el imaginario cuaderno, a fin de que el pueblo mexicano se dé
cuenta de que es otra argucia, para hacer creer la apócrifa aparición, suplico se me preste
toda la atención posible, a fin de que, tu lector amigo, puedas apreciar en todo su valor los
datos históricos que a continuación voy a recordar.
Nos dice el sacerdote autor de La Virgen del Tepeyac (obra citada antes), en las páginas del
20 al 22, que el Lic. (cura) Miguel Becerra y Tanco, al escribir su obra en 1667, se sirvió
del aludido cuaderno que poseía Fernando de Alba, quien murió en 1640, y que este señor
lo obtuvo de Antonio Valeriano, descendiente de uno de los reyes de Texcoco, (fue uno de
los alumnos aprovechados del colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco, fundado por los
franciscanos en el año de 1535, cuatro años después de la cacareada aparición, y a este
detalle agregaremos los años que debe haber estudiado Valeriano en dicho colegio, y por
lógica, llegaremos a la conclusión de que Zumárraga ni los demás españoles que había en el
país, sabían escribir, y hasta que Antonio Valeriano aprendió a hacerlo, escribió en el
cuaderno el drama de la inventada aparición de la Virgen Morena.
¡Qué bien! ¡Cuánta candidez! ¿Verdad? Fácilmente se deduce que es una fábula lo de la
apareció, y conste, mal forjada, con la aclaración de que, los interesados en que se crea,
todos son sacerdotes, pues los Lics. Miguel Sánchez y Becerra y Tanco lo fueron, así como
Fernando de Alba y Antonio Valeriano, y como lo han sido posteriormente los principales
autores de las historias guadalupanas.
Como al señor Zumárraga se le atribuye el principal papel de la aparición, es de suponerse
que si tal cosa hubiera sido cierta, él habría levantado una constancia por escrito con acopio
de detalles y de testigos, éstos, de las personas más destacadas de la Ciudad de México, y a
no dudarlo, habría sacado miles y miles de copias, para mandarlas a España y a otras
ciudades del mundo, particularmente a Roma, y el papa no habría esperado el año de 1537
para declarar que los indios eran racionales y tenían alma, declaración que en su
oportunidad recordaré.
Las Historias del Siglo 16 Nada Dicen de la Aparición
Mientras más escudriñamos, más nos convencemos de que la famosa aparición (?) es una
farsa y son muchos los detalles que prueban esto, por ejemplo, los historiadores del siglo 16
nada dicen del milagro aparicionista. Un historiador de filiación católica-romana, quien
con buena fe tomó cartas en el asunto, después de examinar cuidadosamente los escritos del
Sr. Zumárraga nos dice:
"Si del Señor Zumárraga pasamos a su inmediato sucesor, el
Sr. Monatufar, a quien se atribuye parte principal en las
erecciones de ermitas y traslaciones de imágenes, hallaremos
que en 1569 y 70 remitió, por orden del visitador del Consejo
de Indias D. Juan de Ovando, una copiosa descripción de su
arzobispado (que tengo original), en la cual se da cuenta de
las Iglesias de la ciudad sujetas a la mitra, y para nada
mencionan la ermita de Guadalupe, por pequeña que fuese,
lo ilustre de su origen y la imagen celestial que encerraba
merecían muy bien una mención especial, con la
correspondiente noticia del milagro. Interrogando a los
primeros religiosos los hallaremos igualmente mudos: Fr.
Toribio de Motolinía escribió en 1541 su historia de los
indios de la Nueva España, donde refiere varios favores
celestiales otorgados a los indios: mas no aparece nunca en
ella el nombre de Guadalupe, lo mismo sucede en otro
manuscrito de la obra que poseo, muy diferente del impreso.
"Es muy notable el silencio de la célebre carta del Ilmo. Sr.
Garcés al Sr. Paulo (Papa) en favor de los indios, en la cual
refiere también algunos favores que habían recibido del cielo.
Tampoco se halla cosa alguna en las cartas del V. Gante; del
Sr. Funlea, de D. Antonio de Mendoza y de otros muchos
obispos, virreyes, oidores y personajes, que últimamente se
han publicado en las Cartas de Indias, y en la voluminosa
colección de documentos inéditos del Archivo de Indias.
"Fr. Bartolomé de las Casas estuvo aquí en los años de
1538 y 1546; indudablemente conoció y trató al Sr.
Zumárraga, pues ambos asistieron a la junta de 1546. De su
boca pudo haber oído la relación del milagro. Pero en
ninguno de sus escritos habla de él, y eso que le había sido
tan útil, para esforzar su enérgica defensa de los indios. ¡Qué
efecto no habría producido en los católicos monarcas
españoles la prueba, de que la Virgen Santísima tomaba bajo
su especial protección la raza conquistada! ¡Qué argumento
contra los que llegaron a dudar de la racionalidad de los
indios y los pintaban llenos de vicios!
"En las demás crónicas de aquel tiempo escritas por
españoles o indios buscamos también en vano la historia:
Muñoz Camargo (1576); el Padre Valdez (1579); El P.
Duran (1580), el P. Acosta (1590); Dávila Padilla (1596);
Tezozomoc (1598); Ixtlixóchil (1600); Grijalva (1611)
guardan igual silencio. Tampoco dijo nada el P. Fr. Gabriel
de Talavera que en 1597 publicó el Toledo una Historia de
Ntra. Señora de Guadalupe de Extremadura, aunque hace
mención del Santuario de México. El cronista Francisco
Daza, en su crónica de 1611; Fernández en su Historia
Eclesiástica de nuestros tiempos (1611) el cronista Gil
Gonzáles Dávila en su Teatro Eclesiástico de las Iglesias
de Indias (1649), escribieron la vida del Sr. Zumárraga y
callaron la Historia de la aparición". ---Carta Acerca del
Origen de Nuestra Señora de Guadalupe en México, por el
ilustre historiador Joaquín García Icazbalceta (de la página
12 al 14).
Los Curas Responden al Silencio de los Historiadores
Cuando a los curas aparicionistas se les hace notar el silencio de los historiadores del siglo
16 respecto de la aparición, contestan que tampoco la combaten y que eso es una prueba de
que sí se verificó, este argumento es completamente absurdo, ni siquiera llega a infantil,
pues es fuera de lógica y de sentido común, combatir un mal que no ha aparecido, ¿o será
cuerdo llamar a un doctor para que cure a una persona que no está enferma?
Veamos a continuación otro dato histórico de suma importancia, y en el cual nada se dice
de la aparición guadalupana.
Origen del Santuario de Tepeyac
Siendo rey de España Felipe II y virrey de México Dn. Martín Enríquez de Almanza, aquél
preguntó a éste, cuál era el origen del santuario del Tepeyac, contestándole el día 25 de
Septiembre de 1575, que por los años de 1555 y 1556, existía ahí una ermita con la imagen
de Nuestra Señora, a la que llamaban de Guadalupe, en virtud de que tenía cierto parecido a
la del mismo nombre de España, y que comenzó a tener devotos, porque un hombre de
campo, contó que había sanado de una enfermedad, porque había ido a visitar aquella
imagen.
La razón y el sentido común nos dicen que, el virrey tuvo que hacer las investigaciones
pertinentes a fin de informar con veracidad al rey de España, a quien NADA le dijo de la
aparición, puesto que no se había verificado.
En virtud de que los sacerdotes autores de La Virgen del Tepeyac (pág.285, obra citada
antes) nos dicen que los indios escribieron con jeroglíficos la aparición guadalupana, es
necesario hojear la historia en este otro aspecto, suplicándote benévolo lector, pongas toda
tu atención en los datos históricos que a continuación voy a presentar.
Códice Mendocino
Es una verdad histórica que los indios durante muchos años después de la conquista,
continuaron escribiendo en jeroglíficos, no tan sólo su historia antigua, sino la conquista
misma y muchos hechos notables hasta el año de 1607, y en ninguno de los
interesantísimos códices que existen hoy día, se encuentra el relato de la aparición;
mencionaré dos de estos valiosos documentos, en los cuales, era imposible desde todos los
puntos de vista, que no se hubiera insertado el suceso de la aparición, puesto que habría
sido un caso insólito, único en su género. Concedamos pues la palabra a la historia y
veamos en primer lugar el Códice Mendocino. Deriva su nombre de Don Antonio de
Mendoza, primer virrey de México, que lo mandó hacer para enviarlo a Carlos V. Hecho
poco después de la conquista, está pintado en papel europeo; pero sus autores eran peritos
en el arte, pues las pinturas tienen todo el carácter de los jeroglíficos antiguos. No sabemos
asertivamente si es obra original de los indios instruidos, que al efecto comisionó Mendoza,
o copia de diversas pinturas antiguas que se coligieron en este Códice. Esta parece ser la
opinión del señor Ramírez, porque al autor le llama copiante. En la publicación de Purchas
se da a entender que son pinturas originales, pues se dice que no sin gran trabajo sacó el
virrey de manos de los indígenas la historia con su interpretación en lengua mexicana, la
que hizo traducir al español. El señor Orozco, al decir que la colección fue formada por
indígenas entendidos, parece inclinado a creer, que si bien no son pinturas anteriores a la
conquista, sí fueron hechas por historiógrafos del antiguo imperio mexicano y son
originales de ellos. Nosotros creemos que son copias perfectas de varios jeroglíficos
antiguos, que unieron en colección para formar un cuerpo completo de la historia de los
mexicanos. Esto fue lo que quiso enviar a Carlos V. el virrey Mendoza y esto lo que
encargó a algunos indios de los más inteligentes que habían sobrevivido al derrumbamiento
del señorío de Moctezuma. Hay un dato importantísimo para creerlo: la segunda parte del
Códice es una copia con ligeras variantes del libro de tributos que existe en el Museo. De
todas maneras debemos considerar estas pinturas como copia auténtica, y pudiéramos
deducir, oficial, y por lo tanto, como un documento importantísima para nuestra historia.
"Formada la colección y escrita la interpretación de ella, fue desde luego mandada por el
virrey al Emperador, probablemente en el año de 1549, en la flota que zarpó de la
Veracruz". --México a Través de los Siglos por Vicente Riva Palacio, Tomo I, pág. VIII de
la introducción.
A continuación se insertan otros datos históricos y posteriormente se hace la descripción
del códice, la cual no copio por ser muy extensa; pero en honor a la verdad, nada en
absoluta dice de la aparición, y el lector interesado podrá desengañarse personalmente
viendo esta obra que estoy citando, y no es difícil encontrarla, pues debe haberla en todas
las Bibliotecas de los Estados, cuando menos en las capitales, por ser única en su género.
Es necesario tomar muy en cuenta que, el Sr. Antonio de Mendoza, se hizo cargo del puesto
de virrey el día 15 de Octubre de 1535, cuatro años después de cuando dicen, se apareció la
Virgen, y es imposible que dicho señor no hubiera sabido lo de la aparición, si la hubiera
habido, forzosamente tenía que saberlo, en consecuencia, al mandar hacer el Códice, que
venía a ser una información gráfica jeroglífica de la historia del pueblo conquistado, y si en
dicho documento se hacen constar las cosas más naturales como son: el nacimiento de un
niño, los matrimonios y sus ritos, y hasta los grandes jurados que juzgaban los delincuentes,
es de elemental lógica y de sentido común que, tenía que insertar todo lo relacionado con la
aparición si la hubiera habido, pues, por la propia naturaleza del acontecimiento, era
imposible se omitiera, y menos aun, porque el monarca Carlos V le había encarecido al
señor Mendoza:
"...se informara del estado que guardaba la propagación de la
fe cristiana y del culto católico en la Nueva España" .
---México a Través de los Siglos , V. Riva Palacio, Tomo II,
pág. 231.
Además, el Códice se hacía pocos años después de la llegada del Sr. Antonio de Mendoza,
cuando aun debería estar muy fresco el recuerdo en la mente de los testigos presenciales;
pero en el aludido documento, ni el más insignificante dato se encuentra sobre la aparición.
La omisión es una prueba convincente de que, ni el virrey, ni ninguno de sus
contemporáneos, supieron nada de la aparición de la virgen morena. Resulta pues chistoso
y ridículo que 117 años después el padre Miguel Sánchez, se le haya ocurrido decir que era
aparecida.
Veamos a continuación otra cita histórica, esforzándonos en apreciar su importantísimo
contenido, pues es trata de un documento que, en el asunto que nos ocupa, es de mayor
importancia que el anterior, por lo tanto, se constituye una prueba irrefutable en contra de
la cacareada aparición guadalupana.
Códice Vaticano
Se conserva en la Biblioteca del Vaticano bajo el número 3,738. Es copia en papel
europeo e igual al códice Telleriano-Remense; pero tiene la ventaja de estar completo. La
ejecución artística es más incorrecta, precisamente porque es más fiel al original. Se
encuentran algunas variantes entre ambos códices, lo que acusa mayor cuidado en el copista
del Vaticano; pero no puede desconocerse que ambos son copias de un mismo original.
Esta copia fue hecha por el dominicano Fray Pedro de los Ríos hacia el año de 1562; y sin
duda desde entonces estuvo en la Biblioteca del Vaticano, pues Acosta da razón de haberla
visto ahí a fines del siglo 16 (Vea México a Través de los Siglos, V. Riva Palacio, Tomo I,
pág. X de la Introducción).
A continuación sólo copiaré la parte final de la descripción que se hace del interesantísimo
documento que estamos viendo, por ser la parte que interesa en el asunto que estamos
estudiando; pero esto no obsta para que el lector deje de consultar la obra que se cita al
margen, pues ahí podrá ver la descripción completa de estos documentos y de otros más,
sin encontrar nada sobre la inventada aparición guadalupana.
"La parte histórica principia con la peregrinación desde Aztlán y la salida de las tribus de
Chicomoztoc: ésta tiene doce láminas con quince pinturas y es curiosa en episodios, sobre
todo en lo relativo a la guerra de Chapultepec y a la servidumbre de los mexica en
Culhuacán, siendo minuciosa respecto a la fundación de la ciudad. Las tres primeras
láminas de los reyes están invertidas como en el códice Telleriano, y la historia del señorío
de México, semejante; pero más perfecta que la de aquel códice, comprende diez y siete
láminas con treinta pinturas. Concluye el códice con nueve láminas desde la conquista hasta
la muerte del Arzobispo Zumárraga" . --México a Través de los Siglos, V. Riva Palacio,
Tomo I, pág. X de la Introducción.
Como se puede ver en las primeras líneas, la copia fue sacada por el sacerdote Fray Pedro
de los Ríos en el año 1562, y lo que hay que tomar muy en cuenta, es que el referido
Códice trae inclusive la muerte de Zumárraga, que es una cosa natural, en cambio no
registra la aparición de la Virgen María. ¿Cómo es posible creer que, en un documento
donde se hacen constar los hechos históricos, y no tan sólo los de antes de su cautividad,
sino inclusive los ocurridos años después de haber principiado su esclavitud, se omitiera la
aparición? Si la hubiera habido, habría sido el acontecimiento cumbre del siglo, y por
elemental lógica, se la habría comunicado al pontífice romano. El Códice, antes de
remitirse a Roma, debe haber sido examinado cuidadosamente por los mismos sacerdotes
de la Cuidad de México, y ellos habrían protestado por la omisión, si es que hubiera habido
la aparición de la V. María.
Si el Códice del Vaticano tuviera el relato de la aparición de la Virgen María, los curas ya
habrían sacado millones de copias fotostáticas de tal jeroglífico y las habrían esparcido por
todas las naciones del mundo. ¿O hasta cuándo se iba a escribir un acontecimiento que, por
su propia naturaleza exigía que en el acto se hiciera constar con caracteres indelebles y con
todos sus detalles? Estos dos códices citados constituyen una ENORME PRUEBA de que,
la aparición que comenzó a cantar el padre Miguel Sánchez en el año de 1648, es una burda
mentira, y que recurrieron a ella los curas capitalinos, en virtud de que, los sacerdotes de la
Nueva Galicia, les llevaban la delantera en la propaganda que ellos hacían, para elevar a la
Virgen de San Juan de los Lagos, sobre todas las demás del país.
A continuación comentaré un argumento falso, con apariencia de bueno, que los
aparicionistas esgrimen en favor del mito guadalupano.
La Belleza de la Imagen
Los sacerdotes católico-romanos, aprovechándose de la fácil credulidad y buena fe de sus
feligreses, los han hecho creer que la imagen de la Virgen de Guadalupe es tan bella, que
manos humanas no podrían haberla pintado (según ellos). De esto sacamos la siguiente
conclusión: si la imagen de la Virgen de Guadalupe no es hechura humana, entonces se
deduce que es de origen celestial (?), que allá en el cielo deben haberla pintado los ángeles
o el mismo Dios.
No se necesita ser maestro en el arte de la pintura, para descubrir que la imagen de la
guadalupana es imperfecta, mal ejecutada, sólo se requiere un poquito de sentido común. Si
observamos de cerca y detenidamente dicha imagen, descubriremos que su cara y manos
son defectuosas, y si de la Basílica nos trasladamos inmediatamente al Museo de Historia
en Chapultepec, y visitamos la sala de pinturas, y observamos el cuadro de Fray Alonso de
la Veracruz, en cuya cara y manos se notan perfectamente las venas (con la aclaración de
que no todos los pintores saben dibujar venas perfectas), y desapasionadamente
comparamos ambas pinturas, nos daremos cuenta de que, la de Fray Alonso de la Veracruz,
es perfecta y maravillosamente ejecutada, mientras que, la de la guadalupana no lo es.
En San Marino, Calif., EE.UU., existen otras pinturas extraordinariamente ejecutadas,
incomparablemente superiores a la de la Virgen de Guadalupe.
En el ex-convento de Santa Mónica en Puebla, Pue., existe una colección de bellísimas
pinturas de tamaño natural: La Magdalena, El Ciego de Jericó, Domingo de Ramos, La
Samaritana y La Oración del Huerto, ejecutadas por el fallecido indígena cholulteca Rafael
Morantes, una por una es muy superior a la de la guadalupana, con la aclaración de que,
están hechas en terciopelo, y por eso fue mucho más difícil de ejecutar, y si a dichos
cuadros se les observa formando un ángulo agudo, se puede apreciar la tercera dimensión.
¿Cómo se explica el hecho de que los hombres saben hacer pinturas de mucha mejor
calidad, que las que hacen en el cielo?
Gentil lector, reflexiona, haz uso de tu cerebro para que puedas distinguir lo bueno de lo
malo, lo feo de lo bello, la verdad de la mentira.
Los católicos aconsejados por los curas llaman belleza sin igual a los fenómenos que
adoran, y como prueba al final de este libro pondré uno esos fenómenos, al cual llaman
"Madre de Dios".
A continuación analizaré ciertos detalles de los diálogos que hubo (?) entre la Virgen y el
inventado Juan Diego, de acuerdo con lo narrado por dos señores sacerdotes: Fco. de
Florencia, autor de La Estrella del Norte de México, y lo consignado por el sacerdote autor
de La Virgen del Tepeyac; he aquí lo que uno y otro nos dicen:
La Estrella del Norte de México
Primera Aparición de la Santísima Virgen
Habla la Virgen: "Hijo Juan, ¿a dónde vas?
Contesta el indio: "Señora, yo voy a la doctrina que los padres de San Francisco nos
enseñan en Santiago del Tlaltelolco, y oír la misa de la virgen, que se canta en su Iglesia los
sábados".
Vuelve a hablar la Virgen: "Sabe, hijo, que yo soy María Virgen (ésa cuya misa vas a oír)
Madre del verdadero Dios (cuya doctrina vas a aprender y rezar), mi voluntad es, que en
este sitio se me edifique un Templo en que me mostraré piadosa madre contigo y con los
tuyos: con mis devotos, y con los que me buscaran para remedio de sus necesidades. Ve al
obispo y en nombre mío le dirás lo que has visto y oído; y que yo digo, que es voluntad
mía, que él me edifique un Templo en este puesto; y yo con beneficios agradecida te pagaré
este cuidado.
La Virgen del Tepeyac
Primera Aparición
Habla la Virgen: "Hijo mío, Juan Diego, a quien amo tiernamente, como a pequeñito y
delicado. ¿a dónde vas?"
Contesta el indio: "Voy, noble dueña y señora mía, a México y al barrio de Tlaltelolco a oír
la misa que nos muestran los ministros de Dios y sus substitutos suyos".
Vuelve a hablar la Virgen: "Sábete, hijo mío, muy querido, que soy la siempre Virgen
María, Madre del verdadero Dios, Autor de la vida, Criador de todo, y Señor del cielo y de
la tierra, que está en todas partes, y es mi deseo, que se me labre un templo en este sitio,
donde, como madre piadosa tuya y de tus semejantes, mostraré mi clemencia amorosa, y la
compasión que tengo de los naturales y de aquellos que me aman y buscan, y de todos los
que solicitaren mi amparo, y me llamaren en sus trabajos y aflicciones; y donde oiré sus
lágrimas y ruegos, para darles consuelo y alivio; y para que tenga afecto mi voluntad, has
de ir a la ciudad de México y al palacio del Obispo que ahí reside, a quien dirás que yo te
envió, y como es gusto mío, que me edifique un templo en este lugar, le referirás cuanto por
mí hicieres en esto que te encargo, y te afamaré y sublimaré por ello: ya has oído, hijo mío,
mi deseo; vete en paz, y advierte que te pagaré el trabajo y diligencia que pusieres: así harás
en esto todo esfuerzo que pudieres".
Contesta el indio: "Ya voy, nobilísma señora y dueña mía, a poner por obra tu mandato,
como humilde siervo tuyo: quédate en buena hora".
La Estrella del Norte de México
Aparición Segunda de la Santísima Virgen
Habla el indio: "Que era verdad que lo había recibido humanamente, que lo había oído con
paciencia, y héchole diversas preguntas y repreguntas sobre el mensaje; pero del modo de
remitirlo, para cuando hubiese más lugar y espacio de examinarlo, y saber más de raíz la
verdad del caso; y de la tibieza que en sus palabras mostró al despedirlo, colegía que no se
había satisfecho de su embajada, ni dado entero crédito a sus palabras, juzgando acaso que
su propuesta era imaginación, o sueño suyo, y no mensaje de ella; que por tanto, le rogaba
se dignase de encargar aquel negocio a otra persona de más suposición y de más lustre, a
quien el obispo diese más crédito, que él no era para ello".
Vuelve a hablar la virgen: "Agradezco, Juan, tu cuidado y obediencia; pero sabe, que
aunque tengo a muchos a quien mandarlos, conviene que tú, y no otro, lo solicites y
efectúes; y ésta es mi voluntad, en cuya conformidad te ordeno que mañana vuelves al
obispo y le digas cómo por segunda vez, te he mandado le lleves el mismo recado de mi
parte. Ve y haz lo que te mando, que yo te gratificaré esta diligencia.
La Virgen del Tepeyac
Segunda Aparición
Habla el indio: "Niña mía, muy querida, mi reina y altísima señora, hice lo que me
mandaste; y aunque no tuve luego entrada a ver y hablar con el obispo, hasta después de
mucho tiempo, habiéndole visto, le di tu embajada en la forma que me ordenaste: oyóme
apacible y con atención: mas a lo que yo vi en él, y según las preguntas que me hizo, colegí,
que no me había dado crédito, porque me dijo volviese otra vez, para inquirir de mí, mas
despacio el negocio a que iba y escudriñarlo muy de raíz, presumió que el templo que pides
se te labre, es ficción mía, o antojo mío, y no voluntad tuya, y a ti te ruego que envíes para
esto alguna persona noble y principal, digna de respeto, a quien deba darse crédito; porque
ya ves, dueña mía, que soy un pobre villano, hombre humilde y plebello, y que no es para
mí este negocio a que me envías; perdona, reina mía mi atrevimiento, si en algo he
excedido al decoro que se debe a tu grandeza; no sea yo haya caído en tu indignación, o te
haya sido desagradable con mi respuesta".
A Continuación habla la Virgen: "Oye, hijo mío, muy amado, sábete que no me faltan
sirvientes, ni criados a quien mandar, porque tengo muchos que pudiera enviar, si quisiera,
y harían lo que les ordenase; mas conviene mucho que tú hagas este negocio y lo solicites,
y por intervención tuya ha de tener efecto mi voluntad y mi deseo: y así te ruego, hijo mío,
y te ordeno, que vuelvas mañana, a ver y hablar al obispo, y le digas que me labre el templo
que le pido, y que quien te envía es la Virgen María madre del Dios verdadero".
Contestóle Juan Diego a la Virgen: "No recibas disgusto, reina y señora mía, de lo que he
dicho, porque iré de muy buena voluntad y con todo mi corazón a obedecer tu mandato, y
llevar tu mensaje, que no me excuso, ni tengo el camino por trabajo; mas quizá no seré
acepto, ni bien oído, o ya que me oiga el obispo no me dará crédito; con todo haré lo que
me ordenas, y esperaré, señora, mañana en la tarde en este lugar, al ponerse el sol y te traeré
la respuesta que me diere: y así queda en paz, alta niña mía, y Dios te guarde".
La Estrella del Norte de México
Tercera Aparición
Habla el indio a la Virgen: "Fui, Señora, como me mandaste, a ver segunda vez al Obispo,
propúsele como tú me enviabas repetidamente a pedirle templo en este lugar, no obstante
haberte propuesto mi indignidad, y que enviase a otra persona a quien diese crédito, con lo
demás que entonces me dijiste, y esto con sentimiento y con lágrimas en mis ojos; pero él
con severidad y mesura respondió: que si quería yo que al sólo dicho de un indio de tan
poca autoridad se moviese un obispo a una cosa de tanto peso, ¿y a una obra tan pública?
Examinóme en todo cuanto yo decía de tu persona y de lo que de ti había oído y entendido,
y yo, aunque con rudeza y toscas palabras, le di razón de tu talle y persona, de tus palabras
y dulzura en el hablar, y a lo que creo, no sin efecto, porque entre dudoso y persuadido, se
resolvió en que me creerá si tú quieres enviarle conmigo alguna seña cierta de que eres
María, Virgen y Madre de Dios, y de que tú eres quien me envía y quien pides el Templo
en este sitio: y que no es embeleco o imaginación mía. Yo le prometí de pedírtela. Vengo,
pues, a decirte su resolución, para que a tu voluntad determines lo que tengo de hacer en el
empeño en que estoy puesto".
Contestóle la Virgen: "Hijo mío, mañana me volverás a ver, y yo te daré señal tan bastante,
que desempeñes mi embajada, y den a tus palabras entero crédito, con que seas recibido y
despachado con aplauso y admiración. Y advierte, que no ha de quedar sin premio tu
cuidado, ni ha de echarlo en olvido mi gratitud. Aquí te espero mañana; no me olvides"
La Virgen del Tepeyac
Tercera Aparición
Habla el indio a la Virgen: "Como en cumplimiento de su mandato, había vuelto al Palacio
del Obispo. y le había dado su mensaje; y que después de varias preguntas y repreguntas
que le había hecho, le dijo que no era bastante su simple relación, para tomar resolución en
un negocio tan grave, y que te pidiese, Señora, una señal cierta; por la cual conociese que
me enviabas tú, y que era voluntad tuya que se te edificase templo en este sitio"
La Estrella del Norte de México
Cuarta Aparición de la Santísima Virgen
Habla la Virgen: "Que no tenía por qué recelar el peligro de su tío en la enfermedad que
padecía, teniéndola a Ella por Madre; que estuviese cierto que Juan Bernardino, desde
aquel punto, estaba enteramente sano y bueno....Que subiese a la cumbre del cerro en que la
había visto las otras veces, donde hallaría diversas rosas y flores; que las cortase y
recogiese todas en la tilma y se las trajese".
Dizque el indio sube al cerro y vuelve con las famosas flores; entonces la virgen el dice:
"Estas flores y rosas son la señal que has de llevar al Obispo, a quien de mi parte dirás todo
lo que has visto, y que por señas de ellas, hago luego lo que le ordeno".
La Virgen del Tepeyac
Cuarta Aparición
Habla la Virgen: "¿A dónde vas, hijo mío, y qué camino es el que has seguido?"
Contesta el indio: "Niña mía muy amada, y Señora mía, Dios guarde. ¿Cómo has
amanecido? ¿Estas con salud? No tomes disgusto de lo que te dijere. Sabe, dueña mía, que
está enfermo de riesgo un sirvo tuyo, y mi tío, de un accidente grave y mortal; y porque se
ve muy fatigado, voy de prisa al Templo de Tlaltelolco en la ciudad, a llamar a un
sacerdote, para que venga a confesarle y olearle; que en fin nacimos todos sujetos a la
muerte; y después de haber hecho esta diligencia, volveré por este lugar a obedecer tu
mandato. Perdóname, te ruego, Señora mía, y ten poco de sufrimiento, que no me excuso de
hacer lo que has mandado a este siervo tuyo, ni es disculpa fingida la que te doy, que
mañana volveré sin falta".
La Virgen le contesta: "Oye, hijo mío, lo que te digo ahora; no te moleste ni aflija cosa
alguna, ni temas enfermedad, ni otro accidente penoso, ni dolor. ¿No estoy aquí yo, que soy
tu Madre? ¿No estás debajo de mi sombra y amparo? ¿No soy yo vida y salud? ¿No estás
en mi regazo, y corres por mi cuenta? ¿Tienes necesidad de otra cosa? No tengas pena ni
cuidado alguno de la enfermedad de tu tío, que no ha de morir de ese achaque; y ten por
cierto que ya está sano".
Contestóle el indio: "Pues envíame, Señora mía, a ver al Obispo, y dame la señal que me
dijiste, para que me dé crédito".
Vuelve a Hablar la Virgen: "Sube, hijo mío muy querido y tierno, a la cumbre del cerro en
que me has visto y hablado y corta las rosas que hallares allí, y recógelas en el rezago de tu
capa, y tráelas a mi presencia, y te diré lo que has de hacer y decir".
Dizque el indio volvió con las rosas y la Virgen le dijo: "Ves aquí la señal que has de llevar
al Obispo, y le dirás, que por señas de estas rosas, haga lo que le ordeno: y ten cuidado,
hijo, con esto que te digo; y advierte que hago confianza de ti. No muestres a persona
alguna en el camino lo que llevas, ni despliegues tu capa, sino en presencia del Obispo, y
dile lo que te mandé hacer ahora: y con esto le pondrás ánimo para que ponga por obra mi
templo".
Amable lector, si leíste detenidamente los coloquios, habrás notado una marcada diferencia,
entre los diálogos del libro "La Estrella del Norte de México y el libro La Virgen de
Tepeyac (cuyos autores son sacerdotes), en este último están corregidos y aumentados; es
prudente preguntar: ¿no sería lógico y razonable que consignaran exactamente lo mismo los
dos historiadores guadalupanos? ¿Sí o no? ¡Claro que sí!, entonces, esa disparidad es una
prueba de que no hubo las apariciones, que fue un invento y que desde un principio estuvo
mal forjado.
También llama la atención el lenguaje florido que usaba el indio, por ejemplo: mesura,
siervo, diligencia, excuso, colegí, villano, escudriñarle muy de raíz, decoro que se debe a
tu grandeza, etc., palabras que ni siquiera una persona de mediana cultura usa, menos un
indio analfabeto e ignorante, como aseguran los mismos guadalupanos lo era Juan Diego.
Hemos visto que en la cuarta aparición el indio Juan Diego dijo a la virgen, que iba a
Tlaltelolco a llamar a un sacerdote, para que confesara a su tío Juan Bernardino, porque se
encontraba grave, tal afirmación es falsa de acuerdo con la historia y paso a probarlo.
Sin entrar en detalles: En 1522 llegaron al país los primeros franciscanos: Fray Juan de
Toic (o de Tecto), Fray Juan de Ayora y Fray Pedro de Mura (célebre éste después con el
nombre de Fray Pedro de Gante). En 1524 llegaron 12 franciscanos más y se establecieron
en Tlaltelolco, y en 1526 arribaron once dominicanos, y resultó lo siguiente: franciscanos y
dominicos libraron una batalla teológica; los primeros sostenían que los indios eran siervos
de la naturaleza, que no tenían alma, por lo tanto, no les administraban los sacramentos;
mientras que los sacerdotes dominicanos sostenían lo contrario; el pleito duró años, hasta
que lo hicieron del conocimiento del Papa Paulo III, éste no falló de inmediato, sino que lo
pensó durante mucho tiempo, hasta que, por fin, en su breve del mes de Diciembre de 1537,
falló declarando que los indios sí tenían alma y que se les debieran administrar los
sacramentos.
La historia nos dice que el sacramento de la extremaunción, se les comenzó a otorgar
primeramente a los indios de Michoacan, y después en la Ciudad de México y en otras
partes del país.
Por lo antes visto, cien por ciento es falso que Juan Diego iba a Tlaltelolco a traer un
sacerdote para que confesara a su tío Juan Bernardino (véase el II Tomo de México a
Través de los Siglos, desde la página 276 en adelante).
Despierta suspicacia el hecho de que sólo a indios se les aparecía la Virgen María, veamos:
"Este es el verdadero paraje donde fue hallada la Ssma.
Virgen (de los Remedios), debajo de un maguey, por el
cacique D. Juan D. Aguila Tovar, el año de 1540, donde le
dijo que la buscara en las veces que se le había aparecido".
--Nuestra Señora de los Remedios, por el Pbro. Jesús
Gutiérrez García, edición de 1940, pág. 231.
¡Aquí está!, la Virgen de los Remedios se le apareció a otro indio Juan, y según el sacerdote
autor de esa misma obra, Antonio Valeriano tomó parte activa en el drama de la Virgen de
los Remedios, así lo dicen en las páginas 14 y 15 de su historia.
En la milagrosa (?) renovación de la Virgen de Talpa en el año de 1644, la india Tenanche
María y el indio Diego Felipe, fueron los principales protagonistas, pues así se narra en la
historia de dicha Señora de Talpa, en las páginas 9 y 10.
También la Virgen de San Juan de los Lagos, se le aparecía y le hablaba (?) a la india María
Magdalena, pues así nos lo dice el canónico autor de la Historia de Nuestra Señora de San
Juan de los Lagos, segunda edición en la página 20.
Y el sacerdote Fco. de Florencia en su libro La Estrella del Norte de México nos dice que la
guadalupana, también se le apareció a otro indio llamado Andrés.
Los sacerdotes católico-romanos en todas partes han inventado que la Virgen María se
aparece. Como prueba veamos en forma muy lacónica, las apariciones de la Virgen María
en algunos países hispanoamericanos, apariciones verificadas (?) en el curso de los siglos
16 y 17, y si tú, lector amigo, pones mucha atención, podrás apreciar que hay similitud con
las apariciones de la Virgen de Guadalupe y de la de los Remedios de nuestro país.
María Favorece a los Hispanoamericanos
Comencemos con la famosa imagen de Colombia "Nuestra Señora de Chiquinquirá". Su
origen se remonta a la época de la conquista. Según el clero romano colombiano, el día 26
de Diciembre del año de 1586, una mujer llamada María Ramos, se encontraba platicando
con una india llamada Isabel, y que ésta traía de la mano a un indito de 4 años de edad,
cuando en un momento inesperado, el indito comenzó a decirles: "Miren, miren a la Madre
de Dios". --María al Alcance de la Juventud, edición de 1907, páginas 547-578 y 588.
Según el clero católico de Cuba, en el año de 1628, la Virgen de la Caridad del Cobre se
les apareció a dos indios y a un criollo, cuando estaban a punto de morir ahogados; así
comenzó el cuentecillo, de lo que llegaría a ser el famoso Santuario de la Virgen de la
Caridad del Cobre en la Isla de la Cuba; la estatura de la Virgen es de 15 pulgadas.
En la República de Bolivia tenemos a "Nuestra Señora de Copacabana" en la provincia
de Omasuyos, departamento de la Paz, a orillas del bello Lago de Titicaca, a una altura de
4,008 metros sobre el nivel del mar, encontramos la ciudad y puerto de Copacabana. Desde
los tiempos de los Incas esta ciudad era reconocida como lugar sagrado, pues ahí se
construyó un bello templo pagano dedicado al ídolo que representaba al Sol, el cual era
visitado por todos los habitantes de los pueblos indígenas, dominios de los Incas. A la
entrada del templo había dos gigantescos leones y dos cóndores. Los sacerdotes romanos al
llegar ahí, inteligentemente aprovecharon la costumbre de los indios de visitar su ídolo, lo
quitaron y en su lugar pusieron una imagen de la Virgen María bajo la advocación de
"Nuestra Señora de Copacabana" (véase: María al Alcance de la Juventud), exactamente lo
que hicieron los curas romanos después de la conquista en México: quitar del adoratorio del
Tepeyac a la diosa Tonantzín, y colocar en su lugar una imagen de la Virgen de Guadalupe.
A propósito, cuentan los curas que, cuando se le dio la noticia de la aparición al pontífice
Benedicto XIV, éste exclamó: "non fecit taliter omni nationi" (la Virgen no se ha mostrado
tan propicia con otras naciones). Si meditamos en esta exclamación, llegaremos a la
conclusión de que la Virgen María practica la discriminación.
Por último veamos la famosa aparición de la Virgen María en el Ecuador, sin entrar en
detalles. Los curas del Ecuador aseguran que, el día 30 de Diciembre del año de 1696, se
verificaba una procesión de unas 500 distinguidas personalidades, y que en un momento
dado, un sacerdote comenzó a gritar diciendo: "¡La Virgen! ¡La Virgen!" (véase: María al
Alcance de la Juventud), y que todos los procesionistas dirigieron la vista al cielo, hacia
donde el cura señalaba con el dedo, y que todos vieron en una nube, una gigantesca imagen
de la Virgen María, de esa manera comenzó la inventada aparición de "Nuestra Señora de
la Nube" de la República de Ecuador. ¡Cuánto candor de los católicos, pues creen a pie
juntillas todo lo que los curas les dicen!

La Similitud Entre las Vírgenes


Veamos ahora algo del viejo Continente. Recordaré un detalle de la inventada aparición de
la Virgen María, a la enfermiza chiquilla Bernardita Souvirous de Lourdes, Francia, detalle
que tiene completa semejanza con la inventada aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan
Diego, a quien dizque le dijo: "Es mi deseo que se me labre un templo en este sitio". La
similitud está en que los curas aparicionistas de la Virgen de Lourdes afirman que la Virgen
le dijo a la chiquilla: "...que pidiera en su nombre a los sacerdotes que le edifiquen un
santuario" y ¡claro se lo construyeron! (Nuestra Señora de Lourdes, pág. 3).
En París el templo de "Nuestra Señora de los Campos" antes estaba dedicado a la diosa
Ceres.
En Tolosa el templo de "Nuestra Señora de la Dorada" antes pertenecía a la diosa Pallas.
Creo prudente dar a conocer el motivo que los curas de la capital azteca tuvieron para
inventar la aparición de la Virgen de Guadalupe. Ya es tiempo de decir que fue el resultado
de una competencia que hubo entre los sacerdotes capitalinos y los de la provincia de San
Juan de Los Lagos. Bien se puede decir también que fue entre los clérigos establecidos en
la Nueva Galicia y los del Valle de México. ¿Cuándo y por qué tal competencia? Paso a
informar:
La Competencia Entre los Clérigos
Nos dice el canónigo jalisciense, autor de la Historia de Nuestra Señora de San Juan, que
por el año de 1630, San Juan de los Lagos, Jalisco (entonces llamado San Juan de
Mezquititlán) era un pueblo de casas de zacate habitado por puros indios, y que había en
dicho lugar una imagen que un religioso había regalado a los naturales, cuando por ahí
pasó. Siendo la india Ana Lucía la encargada de cuidar la ermita, hubo un acontecimiento
que los curas declararon milagro, cosa que no fue verdad; pero que lo narro a fin de que se
conozca. Se asegura que una niña estaba meciéndose en un columpio del cual cayó,
causándose la muerte; pero que habiéndole la india Lucía puesto la imagen de la Virgen
"sobre los pechos", la niña resucitó. Así informó el jesuita Fco. de Florencia; pero otro cura
dice que la niña había llegado al pueblo ya muerta, pues se trataba de la hija de un
volantinero, que iba de San Luis Potosí a Guadalajara; no se pusieron de acuerdo en su
piadosa mentira. Para mayores datos véanse las páginas 20, 21, y 22 de la Historia de
Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos, edición de 1944, por el canónigo Pedro María
Márquez.
Yo juzgo que no hubo tal muerte, sino que la niña sufrió un desmayo, es decir fue víctima
de una catalepsia (muerte aparente), y aun cuando no le hubieran puesto la imagen en el
pecho, habría vuelto as la vida, pues casos semejantes se publican de vez en cuando.
Los sacerdotes de San Juan de Los Lagos, comenzaron a desarrollar una activa y bien
organizada propaganda en pro de la Virgen de dicho lugar, y por las reseñas históricas que
a continuación transcribiré, nos convenceremos de que tuvieron grandes éxitos en su
campaña pro-popularidad de la Virgen San Juanense. Veamos a continuación algunos
informes, siendo de origen eclesiásticos, advirtiendo que respetaré la ortografía as fin de no
alterarlos en lo más mínimo:
"La noticia del sensacional acontecimiento a que se refieren
los relatos del los P.P. Tello y Florencia y los dos testigos
antes citados, se difundió con gran rapidez por toda la Nueva
Galicia y la Nueva España; de lo que resultó que de todos
rumbos comenzaron a ocurrir tanto los criollos como los
españoles y los indios a visitar la imagen de la Concepción...,
la imagen tomó el nombre de Nuestra Señora de San Juan,
con que es conocida hasta la fecha".
Como los romerías eran cada día más numerosas a San Juan de los Lagos, se deduce que
también las entradas de dinero a la capilla de dicho lugar, aumentaban considerablemente, y
otros curas provincianos hacían su agosto con las limosnas y los donativos. ¿Cómo era
posible que los curas de la Capital del virreinato, permanecieran inactivos? ¡Imposible!
máxime que se dieron cuanta de que los ricos de la misma ciudad de México, y de otras
ciudades del país, comenzaron a dar grandes donativos a la Virgen provinciana, en la
Capital hubo quien diera MIL cabezas de ganado lanar. Si se duda véase la Historia de la
Virgen de San Juan, edición citada, desde la página 44 hasta la 70. En consecuencia, era
imposible desde cualquier punto de vista, que los sacerdotes capitalinos permanecieran
impasibles ante sus correligionarios de San Juan de Los Lagos.
Como la ambición de los sacerdotes romanos por las riquezas materiales no tiene límite, los
de San Juan de Los Lagos sacaron copias de su Virgen, y las mandaron por los pueblos y
ciudades no sólo de la Nueva Galicia, sino de todo el país pidiendo limosnas, quedándose
en el pueblo la original para recibir a los peregrinos y su dinero.
Las excursiones económicas de las vírgenes (copiasa), de San Juan de Los Lagos, les dio a
los curas de dicho lugar, enormes, grandiosas utilidades. Si no se me cree, véanse las
páginas 71 y 72 de la historia de dicha Virgen, edición de 1944. Además en las páginas 72
y 73 de dicha obra, se narra que en Junio de 1649, llegó a Veracruz con la imagen de San
Juan el "hermano Adriano" y que, encontrándose ahí el Sr. D.Juan de Palafox y Mendoza,
obispo de Puebla, quien en breve se embarcaría para España, y al ver a la virgen peregrina
sanjuanense, se propuso llevársela; pero el "hermano Adriano" opuso resistencia,
argumentaba que la lleva para colectar dinero, mas el Obispo Palafox le extendió una
libranza de mil pesos y un rico vestido para la original, y se llevó la copia.
Si el obispo de Puebla hubiera creído en la aparición de la Virgen de Guadalupe, ¿acaso no
hubiera preferido llevar a España a la Virgen bajada del cielo, que la copia de la Virgen de
San Juan? ¿Sí o no? ¿O era de más mérito la Virgen hecha por los hombres que la de origen
celestial? ¿Sí o no?
En aquellos años la Virgen de San Juan era considerada como la "cúralotodo", y por eso fue
que en el año de 1667 los sacerdotes de Valladolid (hoy Morelia) al escasear las lluvias en
aquella región, solicitaron la visita de la Virgen de San Juan, (Nuestra Señora de San Juan
de Los Lagos, por el canónigo Pedro María Márquez, segunda edición de 1944, páginas 44,
65-67 y 74) para que lloviera. Pero ¿por qué no solicitaron mejor la visita de la Virgen de
Guadalupe? ¿O acaso la Virgen hecha por los hombres era más poderosa que la bajada del
cielo? ¿Sí o no?
El acaparamiento de riquezas que estaban haciendo los sacerdotes de San Juan de Los
Lagos, con su virgen (muñequita) generó profunda envidia en los tonsurados de distintas
partes del país, y se suscitó una competencia entre imágenes, inventando los curas
apariciones, renovaciones prodigiosas y milagros de distintas clases.
Las Competencias Entres Las Vírgenes
Las competencias entre las distintas imágenes llamadas madres de Dios, adquirió
proporciones nacionales, he aquí un dato histórico de origen eclesiástico, trátase de un
informe que rinde un clérigo a su superior:
"Para decir a V.S. ilustrísima la devoción que se tiene con
esta sagrada imagen (la de San Juan) digo, señor, lo primero,
que le llaman Roba Corazones, de calidad, que la demanda
Nta. Sra. de Guadalupe, la de los Remedios, la de
Cosamaloapan, no se atreven a concurrir con esta Sagrada
Imagen donde pide limosna, porque dicen los demandantes
que la Virgen Santísima de San Juan arrastra todo, y roba los
corazones. Prueba de esta verdad es lo que sucedió en Marfil,
curato del Obispado de Michoacán, que habiéndose hallado la
Virgen de este Santuario peregrina en dicho curato una
Semana Santa, hubo competencias entre los mayordomos de
las Cofradías, sobre que lugar había de tener la Virgen de San
Juan el jueves Santo, para pedir limosna. D.José Ramos curfa
de dicho pueblo, determinó que después del Santísimo
Sacramento se había de seguir la Virgen de San Juan, y
habiendo dado esta noticia al hermano demandante, que lo
era Nicolás Ruiz (de quien hube este noticia) el cual no la
quiso admitir, sino que fiado en la devoción que todos tienen
a esta Sagrada Imagen, la puso en su altar en el cuerpo de la
Iglesia y dejándola sólo con un plato, no quiso pedir limosna,
y obró tanto la devoción, que recibió en esta forma, más que
todas las demandas juntas y era tanto el concurso de gente
que asistían a donde estaba Nuestra Señora de San Juan, que
dejaban sólo al Santísimo Sacramento..." (la misma obra cita
arriba, pág.77).
Notemos los siguientes detalles:
PRIMERO: que las cuatro vírgenes entraron en formal competencia para ver cuál reunía
más dinero, ganando la de San Juan, la hecha por manos de hombres, la no aparecida.
SEGUNDO: que el cura falló en favor de la muñequita (virgen) de San Juan, se deduce que
este sacerdote no creía en la aparición de la guadalupana, pues de haber creído, habría
fallado en favor de dicha imagen, y al no hacerlo, era tanto como menospreciar a la bajada
del cielo.
TERCERO: que el pueblo prefirió a la virgen de San Juan, a cualquier otra del país. ¿Por
qué? Porque las gentes de esa época sabían muy bien que no era verdad lo de la aparición
de la guadalupana. Recordamos que ya en 1649 el padre Miguel Sánchez ya había escrito
que la Virgen de Guadalupe se había aparecido.
 La Preeminencia de La Virgen de Los Remedios
La historia eclesiástica nos dice que en el siglo 16 los sacerdotes de la Capital de la Nueva
España y el mismo gobierno, reconocían a la Virgen de los Remedios como la patrona
nacional. He aquí la prueba: en el interior del templo de los Remedios, se encuentra la
siguiente inscripción que data del año de 1575 y que a la letra dice:
"EL SENADO Y EL PUEBLO MEXICANO A LA VIRGEN
DE LOS REMEDIOS, SU PROTECTORA Y PATRONA
SEGURISIMA, POR LOS INNUMERABLES BENEFICIOS
QUE DE ELLA RECIBE Y POR SU AMPARO
POTENTISIMO QUE TIENE EN SU INTERCESION,
EXPERIMENTADO EN TANTOS MILAGROS, EN
SEÑAL DE AGRADECIMIENTO Y A HONRA SUYA
DEDICA ESTE TEMPLO" --(Historia de Nuestra Señora de
los Remedios, edición de 1940,página 23).
Este dato histórico de origen eclesiástico, es una prueba irrefutable de que, los sacerdotes y
el pueblo en general, en el siglo 16 nada supieron de la inventada aparición guadalupana.
Ahora recordemos un importantísimo acontecimiento histórico que tuvo lugar a fines del
año de 1794: El alto clero romano de la Capital de la Nueva España, en Diciembre de 1794
comisionó al ilustre Fray Servando Teresa de Mier, para que el día 12 predicara en la
Basílica de Guadalupe el sermón correspondiente a esa festividad. Fray Servando se
preparó muy bien y predicó un magnífico sermón, negando con argumentos convincentes,
que la Virgen se hubiera aparecido en el ayate de Juan Diego, y claro, su sermón originó
mayúsculo escándalo entre los jerarcas clericales, y lo desterraron para europa (Tomo IV de
México a Través de los Siglos, página 169).
Todavía en los primeros años del siglo próximo pasado, el mito aparicionista no era
aceptado por los personajes más distinguidos de la Nueva España, pues al proclamar
Hidalgo la independencia nacional, el virrey Venegas y el clero romano de México,
llevaron de su Santuario a la Virgen de los Remedios, a la Capital y la proclamaron:
"GENERALA DE LAS TROPAS REALISTAS". Eso prueba que aun en esa época seguían
considerando a dicha virgen "la protectora y patrona segurísima...de la nación mexicana" y
no a la guadalupana, y es más, ni los militares realistas de alta graduación creían en la
cantada aparición, pues de haberla creído, entonces el sanguinario capitán Luis de Aguilar
Tovar no habría fusilado a la Virgen de Guadalupe; véase el Tomo III de México a Través
de los Siglos, página 402).
La Guerra de las Madres de Dios
Prácticamente la guerra de independencia fue la guerra de las madres de Dios, pues la de
los Remedios protegía a los ejércitos realistas, mientras que la de Guadalupe a los
insurgentes, y no obstante de que se las fusilaron, de todos modos ganaron la guerra, y
claro, el culto de la Virgen Morena se fue arriba y arriba, mientras que el de la de los
Remedios ha casi desaparecido, mas si se hubiera perdido la guerra, el resultado lógico
habría sido a la inversa.
¡PUEBLO DE MEXICO, no os convencéis todavía de que la cacareada aparición
guadalupana es un burdo invento, que el clero romano ha fraguado para quitaros vuestro
dinero? ¡Abrid nuestros ojos y haced uso de vuestro cerebro! ¡Razonad, reflexionad,
investigad!
Todos los sacerdotes católico-romanos del mundo, principiando con el pontífice de Roma,
sostienen que las doctrinas que enseñan, tienen base bíblica, en consecuencia, veamos lo
que la santa Biblia dice respecto de las apariciones; pero antes, suplícote, benévolo lector,
contestes (allá en tu interior) las siguientes preguntas:
(1) ¿Crees tú que la Virgen María sería capaz de desobedecer
los mandamientos del Padre eterno? ¿Sí o no?
(2) ¿Crees tú que la Virgen María se convertiría en la causa
para que las gentes desobedecieran los preceptos de Dios? ¿Sí
o no?
Es de sentido común pensar que a las dos preguntas contestarías que no, pues bien,
entonces transcribiré los siguientes pasajes de la santa Biblia:
Exodo 20:4,5
(4) "No harás para ti imagen de escultura, ni figura alguna de
las cosas que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de
las que hay en las aguas debajo de la tierra.
(5) No las adorarás ni rendirás culto..."
Estos versículos son parte del DECALOGO, y con toda claridad prohiben se hagan
imágenes y se les rinda culto y adoración. Veamos a continuación otro pasaje bíblico,
donde Dios por boca de su siervo Moisés dice con toda claridad:
Deuteronomio 4:15-16
(15) "Guardad, pues, con todo cuidado vuestras almas. No
visteis ninguna imagen el día que habló el Señor desde en
medio del fuego en Horeb.
(16) Para que no fuera que engañados os formaseis alguna
estatura esculpida, o imagen de hombre o de mujer".
He puesto en letra cursiva las últimas palabras del versículo 16, para que el lector vea que
Dios repite la prohibición de imágenes de hombre y de mujer.
Es tan claro el lenguaje que Dios usa en los pasajes bíblicos transcritos, que toda persona
con sentido común puede entender e interpretar, percatándose de que Dios prohíbe se hagan
imágenes, y de hecho prohíbe también las inventadas apariciones. Es oportuno hacer el
siguiente comentario:
Si la Virgen María se apareció, entonces ella se rebeló en contra de los mandamientos de la
Ley de Dios, y al dejar a los humanos su imagen para que le rindieran culto y adoración, de
hecho los está induciendo a que también ellos se rebelen en contra de los preceptos divinos.
Por lo antes expuesto y tomando como base el veredicto bíblico, declaro sin temor a
equivocarme, que la Virgen María NO SE APARECIO, ni se aparecerá jamás, porque al
hacerlo, equivaldría a poner en tela de duda, su buena reputación como hija obediente de
los mandamientos de la Ley de Dios. Veamos a continuación unas citas bíblicas:
Salmo 134:15-17
(De la Biblia Católica de Torres Amat)
(15) "Los ídolos de las naciones no son más que oro y plata,
hechura de manos de hombre.
(16) Tienen boca, pero no hablarán; ojos, mas no verán.
(17) Orejas tienen y no oirán, pues no hay aliento o espíritu
de vida".
Con base en estos versículos que he escrito, tenemos que admitir que todos los santos de
bulto y las imágenes que encontramos en los templos católicos del mundo, no tienen ningún
poder para hacer el bien o el mal, ni siquiera para moverse por sí mismas, y por esa razón
en las procesiones son las gentes las que cargan con sus ídolos llamados santos.
Baruc VI
(3) "Ahora bien, vosotros veréis en Babilonia (Roma) dioses
de oro, y de plata, y de plata, y de piedra, y de madera,
llevados en hombros, que causan temor a las gentes.
(4) Guardaos, pues, vosotros de imitar lo que hacen los
extranjeros, de modo que vengáis a temerlos y a concebir
temor de tales dioses
(7) "Puesto que la lengua de los ídolos limada fue por el
artífice, y muda se queda; y aunque están ellos dorados y
plateados, son un mero engaño, e incapaces de poder hablar.
(9) "A la verdad los dioses de ellos tienen puestas sobre la
cabeza coronas de oro; oro que después juntamente con la
plata les quitan los sacerdotes, a fin de gastarlo ellos para sí
mismos.
(11) "Sin embargo que estos dioses no saben librarse del orín
y de la polilla.
(14) "Tiene igualmente en su mano la espada y la segur; mas
no se puede librar de la guerra ni de los ladrones...
(16) "Colocados que se hallan en una casa o templo, sus ojos
se cubren luego de polvo que levantan los pies de los que
entran.
(25) "Llevados son hombros, como que no tienen pies;
demostrando así a los hombres su vergonzosa impotencia.
Avergonzados sean también aquellos que los adoran.
(33) "Y aunque a los ídolos se les hiciera algún mal o algún
bien, no pueden volver a la paga correspondiente. Ni pueden
quitar un rey ni pueden ponerlo.
(34) Y asimismo, ni pueden dar riquezas, ni tomar venganza
de nadie. Si alguno les hace un voto y no lo cumple, ni de
esto se quejan.
(35) "Ni pueden librar a un hombre de la muerte, ni amparar
al débil contra poderoso.
(36) "No restituyen la vista a ningún ciego, ni sacarán de la
miseria a nadie.
(38) "Semejantes son a las piedras del monte esos sus dioses
de madera, de piedra, de oro de plata. Confundidos serán sus
adoradores.
(44) "Todas cuantas cosas se hacen en honor de los ídolos,
están llenas de engaño e infamia.
(45) "Han sido fabricados por carpinteros y por plateros...
(46) "Los artífices de los ídolos duran poco tiempo. ¿Podrán,
pues, ser dioses aquellas cosas que ellos mismos fabrican?
(48) "Porque si sobreviene alguna guerra o desastre, los
sacerdotes andan discurriendo donde guarecerse con aquellos
sus dioses.
(54) "Porque si se prendiere fuego en el templo de los dioses
de madera, de plata y de oro, a buen seguro que echarán a
huir sus sacerdotes, y se pondrán en salvo; pero ellos (los
ídolos) se abrasarán dentro lo mismo que las vigas.
(56) "No se librarán de ladrones, ni de salteadores, unos dios
que son de madera y de piedra, dorados y plateados..."
He aquí la magisterial descripción que ha la Biblia católica de los ídolos llamados santos en
los templos de la iglesia de los papas.
Antes de terminar este libro comentaré un argumento teológico para probar que la imagen
de la Virgen de Guadalupe, la que está en el ayate en la Basílica, no tiene ningún poder, ni
chico ni grande.
Del pontífice romano para abajo, todos los sacerdotes sostienen que, exclusivamente a Dios
pertenecen los siguientes atributos divinos:
Omnisciencia, Omnipotencia, Omnipresencia
Que Dios todo lo sabe, todo lo puede y que en el mismo instante está presente, en todos los
puntos del universo, pues bien, yo también comparto esa creencia. Ahora, gentil lector, te
encarezco concentres toda tu atención en el comentario que a continuación haré.
Vamos a suponer que un devoto de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México, cierto
día estuvo a punto de morir atropellado por un camión, y clamó a la Imagen de la
Guadalupana.
Otro devoto de dicha imagen, en la Ciudad de Los Angeles, Calif., EE.UU., el mismo día y
a la misma hora, por equivocación ingirió un líquido venenoso y en la angustia de la muerte
invocó a la Virgen de Guadalupe.
Otro devoto de la Virgen Morena, encontrándose en la Ciudad de Roma, el mismo día y a
la misma hora, por descuido iba a ser muerto por un carro de ferrocarril, y también clamó a
la Virgen de Tepeyac.
Otro devoto de la Virgen de Guadalupe, en la ciudad de Tokio, el mismo día y a la misma
hora, estuvo a punto de desplomarse de un quinto piso de un edificio en construcción, y
también invocó a la Virgen del ayate de Juan Diego.
Un devoto más de la "Emperatriz de América" (?) iba en un barco, y en alta mar los
sorprendió una terrible tempestad, y también invocó a la Virgen del Tepeyac.
Si la Virgen de Guadalupe supo de las necesidades particulares de cada uno de sus devotos,
entonces ella posee el primer atributo: LA OMNISCIENCIA.
Si dicha imagen tuvo poder para salvar a sus distintos devotos de los peligros que los
amenazaban, deducimos que ella tiene el segundo atributo: LA OMNIPOTENCIA.
Si la Virgen de Guadalupe al ser invocada el mismo día y a la misma hora, en lugares tan
distantes entre sí, pudo estar presente para librar a sus devotos, entonces ella posee el tercer
atributo: LA OMNIPRESENCIA.
¿Cuál Es la Diferencia Entre Dios y La Imagen?
Pregunto: ¿cuál sería la diferencia entre Dios y la imagen del ayate de Juan Diego?
Ninguna, pues, también a ésta los curas le adjudican los mismos atributos divinos. La
razón, la lógica y el sentido común nos dicen que, eso no es posible. ¿Cómo vamos as creer
que una imagen que no ve, ni oye, ni siquiera puede sacudirse el polvo, ni espantar las
moscas, posea los atributos que EXCLUSIVAMENTE pertenecen al CREADOR DEL
UNIVERSO? Entonces, deducimos que es un vil engaño de los curas romanos, decir a las
gentes que pidan a la Virgen de Guadalupe el alivio de sus necesidades: fraude
anticristiano, diabólico eso es y nada más que eso.
Los curas romanos son cínicos, pues explotan la fácil credulidad de sus feligreses en
cuantas formas se les presentan. Meditemos en lo siguiente:
De acuerdo con las creencias del pueblo católico-romano, la Virgen de Guadalupe oye las
peticiones de sus devotos, y les concede lo que le piden, eso han hecho creer los sacerdotes
a sus feligreses, claro que es una vil mentira; pero por ahora aceptémosla como una verdad.
El público se ha dado cuenta que en el D.F. algunas empresas distribuidoras de vinos y
licores finos, en "X" día del año todos los empleados van en procesión a la Villa de
Guadalupe, a darle gracias ($) a la Virgen por las buenas ventas obtenidas en el año
próximo pasado, y los jerarcas de la Basílica en la puerta de la misma, reciben a los
procesionistas y a los directores de dichas empresas. Con amabilidad los introducen y los
acomodan en las primeras sillas, para que cómodamente presencien la misa y oigan el
sermón correspondiente, y en el cual el sacerdote, con vehemencia pide a la Virgen de
Guadalupe, derrame ricas y abundantes bendiciones sobre aquella empresa, para que en el
nuevo año las ventas sean mayores. Si meditamos en esta práctica, nos convenceremos de
que los sacerdotes católico-romanos han cambiado al dios Baca por la Virgen de
Guadalupe. ¿Bonita práctica del clero romano y de sus feligreses, verdad? ¿Acaso Cristo o
Sus apóstoles aconsejaron que se hiciera eso? ¿Sí o no? ¿Cuánto dinero le cuesta a una
empresa licorera una misa de esa categoría?
¿Hasta cuándo los curas romanos dejarán de robar a sus feligreses con doctrinas
anticristianas?
¿Hasta cuándo los tonsurados dejarán de recurrir a las mentiras para seguir sosteniendo su
religión pagana?
Es oportuno hacer la siguiente pregunta: ¿De qué le sirve a México la Virgen del ayate de
Juan Diego? Concedamos la palabra de la historia para que ella dé la respuesta.
¿En Verdad Nos Protege la Virgen?
Cuando los EE.UU. nos invadieron en 1846, ya existían en México las flamantes madres de
dios: La Virgen de Guadalupe, la Virgen de San Juan de Los Lagos, la de Talpa, la
Conquistadora (en Puebla), la de Los Remedios y la de Zapopan; estas dos últimas cada una
con el rimbombante título de "GENERALA". ¿De qué nos sirvieron las mencionadas
madres de Dios? DE NADA, pues perdimos la guerra y como consecuencia, perdimos más
de la mitad de nuestro territorio nacional, con la aclaración de que los directamente
responsables fueron Antonio Lopéz de Santa Anna, el aciago clero romano y el funesto
Partido Conservador. Lo prueban con muchas citas históricas en mi libro titulado El
Tratado McLane Ocampo bajo el Imperio de la Verdad Histórica.
La Virgen Asesina?
A continuación citaré un horripilante feroz crimen cometido por la Virgen María, dicho no
por un enemigo de la Iglesia Católica Romana, no, sino por un santo (?) de la misma. Nada
menos que por San Alfonso María de Ligorio, en su libro titulado: Glorias de María (este
libro es muy leído por el pueblo católico del mundo), edición de 1941, página 465; he aquí
cómo narra:
"Quiero añadir el caso que cuenta el P. Spinelli en su obra de
los milagros de la Virgen. El año de 1611, vigilia de
Pentecostés, en el famoso santuario de Montevirgen, sucedió
que profanando la fiesta con bailes, borracheras y otros
desórdenes e indecencias la mucha gente que había
concurrido, de pronto se pegó fuego en el albergue donde se
juntaba, y fue tan voraz y violento que en menos de hora y
media quedó hecho cenizas, y murieron en él abrasadas más
de mil quinientas personas. Y cinco de los que lograron
escapar y quedar vivas, declararon con juramento haber visto
a la virgen con dos teas en la mano aplicando el fuego a
varias partes de aquella posada que era de madera".
¿No es esto un asesinato estilo nazi? Pregunto: ¿será verdad que la Virgen María cometió
ese monstruoso crimen? ¿Sí o no? Tomemos en cuenta que es un santo de la Iglesia papal el
que lo dice. Si no lo cometió, entonces ese santo (made in Roma) es un vulgar calumniador;
mas si lo cometió, entonces la Virgen María es una super asesina.
Muy estimado lector, si meditamos en las prácticas del clero romano en relación con la
Virgen María, llegaremos a conclusión de que son paganas cien por ciento. Ya vimos que la
Virgen de Guadalupe substituyó al dios Baco, ahora paso a probar que también representa a
Marte, dios de la guerra.
La Virgen: Protectora de los Españoles
El sacerdote Jesús García Gutiérrez, autor de la Historia de Nuestra Señora de los
Remedios, dice que en la guerra de conquista, en la "Noche Triste" la Virgen María se
presentó en auxilio de los españoles "cegando a los indios". ¿Será cierta tal afirmación?
Tomemos en cuenta que es un señor sacerdote el que lo dice (pág. 22).
Durante la guerra de independencia, en cierta ocasión el valiente insurgente Albino García,
con su ejército atacó a la ciudad de Guanajuato, quedando la victoria de parte de los
realistas quienes le quitaron un cañon, y los sacerdotes hicieron creer al pueblo que el
triunfo se debió a la ayuda de la Virgen de la ciudad, y en reconocimiento mandaron hacer
un cañoncito de oro y se lo colocaron en su altar (México a Través de los Siglos, Tomo III,
pág. 264).
Recordemos un caso más de nuestras guerras intestinas. En los últimos tres meses del año
de 1859, sin exagerar, me permito declarar que, en todos los frentes de batalla los ejércitos
conservadores habían derrotado a los ejércitos constitucionalistas, y como si fuera poco,
todos los puertos del Pacífico los del Golfo de México, con excepción del puerto de
Veracruz, estaban en poder de Miramón. Y éste y el clero creían que los triunfos los debían
a la ayuda de la Virgen del Tepeyac. Por lo tanto, y en reconocimiento, ordenaron una gran
concentración en la Villa de Guadalupe; concentración que tuvo lugar el día 7 de Enero de
1860; y como si aquello hubiera sido una maldición, pronto comenzaron a triunfar los
ejércitos juaristas sobre los conservadores, y sin entrar en detalles, el día Sábado, 22 de
Diciembre de ese mismo año, en la lomas de Calpulalpan, el Gral. Jesús Gonzáles Ortega
infligió una total y completa derrota al ejército mandado personalmente por Miguel
Miramón. Y con eso terminó la fratricida guerra de Reforma. Pero después, el criminal
clero romano y los dirigentes del aciago Partido Conservador cometieron el crimen de lesa
patria más abominable de la Historia: gestionar la intervención napoleónica en México. Nos
trajeron más de 40 mil bayonetas francesas, no sólo para matar soldados mexicanos, sino
también mujeres, ancianos y niños. Concordia, Sinaloa fue uno de los pueblos incendiados
y sus habitantes todos asesinados con lujo de salvajismo. Es prudente pregunta: ¿Fue la
Virgen de Guadalupe o la de Lourdes la que los instó a cometer tan feroces crímenes?
¿Cuál de esas madres de Dios fue la responsable? ¿o las dos se pusieron de acuerdo?
Estos casos históricos recordados exhiben a la Virgen María como un ídolo feroz y
sanguinario, enemiga de la libertad de los pueblos oprimidos, y fraguadora de guerras
fratricidas.
La Virgen en el Deporte
Independientemente de lo anterior, en los últimos tiempos algunos boxeadores mexicanos
(con beneplácito de los sacerdotes), han tomado a la Virgen del Tepeyac como copartícipe
de ese salvaje deporte, y paso a probarlo.
Creo que a fines del año de 1959, el "Ratón Macías" peleó en Los Angeles, Calif., U.S.A., y
triunfó. Y al regresar a la Ciudad de México, fue a la Basílica a darle gracias ($) a la Virgen
Morena, porque según él, le ayudó a ganar; mas poco tiempo después volvió a pelear en
dicha ciudad con Halimí (francés) y perdió el "Ratón Macías". Es prudente preguntar: ¿Qué
pasó? ¿O acaso Halamí como francés que era, invocó a la Virgen de Lourdes y esta fue más
poderosa que la del Tepeyac? Veamos lo que sucedió después.
El boxeador José Becerra (jalisciense) también peleó en Los Angeles, Calif., nada menos
que con Halimí y lo derrotó, adjudicándose el título de campeón mundial de los pesos gallo,
y a su regreso a esta Ciudad (de Guadalajara) pública y textualmente dijo: "Mi triunfo lo
debo a la Virgen de Guadalupe" (Sol de Guadalajara, Viernes, 5 de Febrero de 1960).
Yo pregunto: ¿Se vengó la Virgen de Guadalupe de la derrota que le infligió la Virgen de
Lourdes en la pelea de "Ratón Macías" y Halamí? ¿Sí o no? Imaginémonos a la Virgen de
Guadalupe y a la de Lourdes con guantes de púgil tirándose golpes. Qué bien se verían
¿verdad? Y cuando los dos boxeadores sean devotos de la misma Virgen ¿cuál de ellos
ganará? El que sea más consentido de la Virgen, ¿no es así?
Ahora traigamos a la memoria el homicidio cometido por José Becerra en "La Coliseo" de
esta ciudad, en la persona del pugilista Ingram, quien murió por los golpes que le propinó
en la cabeza José Becerra. A no dudarlo, en este encuentro Becerra invocó a la Virgen
Morena del Tepeyac, para que le ayudara a ganarle a Ingram, y se le pasó la mano,
¿verdad?
Amigo lector, ¿no habías pensado en estos detalles? Debo aclarar que, de acuerdo con lo
que dice la Santa Biblia, las imágenes y las esculturas no tienen poder, ni para hacer el bien,
ni para obrar el mal; pero los sacerdotes romanos han hecho creer a sus feligreses que sí
tienen poderes sobrenaturales, para fácilmente explotar su credulidad.
Para terminar resumiré en los siguientes 10 puntos todo lo que he dicho:
(1)Recordé que el virrey de la Nueva España don Antonio de Mendoza, en el informe
general gráfico-jeroglífico que mandó al Rey de España en el año de 1549, nada le dice de
la aparición guadalupana, es de sentido común que, si la hubiera habido, habría sido lo
primero en comunicarle (Códice Mendocino).
(2)También recordé que en el año de 1562, los sacerdotes de la Ciudad de México,
remitieron un informe general al Pontífice de Roma, sobre la historia del pueblo
conquistado, y NADA le dicen de la aparición de la Virgen en el Tepeyac. En cambio, sí le
comunican que el Obispo Zumárraga ya había fallecido. Si la Virgen se hubiera aparecido,
sin lugar a duda, habría sido lo primero que le habrían comunicado con todo género de
detalles (Códice Vaticano).
(3)Además recordé que, en el año de 1575 el Rey de España, Felipe II, escribió al Virrey de
México preguntándole cuál era el origen de la ermita del Tepeyac. Y éste después de
investigar, le contestó diciéndole que allá por los años de 1555 o 1556, un campesino
anduvo diciendo que había sanado de una enfermedad, yendo a visitar a la imagen de aquel
lugar y que así comenzó la devoción.
(4) Recordé que la historia eclesiástica nos dice que en el año de 1575, todo el clero de la
Ciudad de México y los altos funcionarios del gobierno español, reconocían a la Virgen de
los Remedios, como la patrona y protectora de la Nación Mexicana, y en solemne
ceremonia le consagraron el templo del lugar. Es de elemental lógica pensar que, si en ese
año hubieran sabido lo de la aparición guadalupana, habrían proclamado a la Virgen del
Tepeyac, y no a la de los Remedios.
(5) También recordé que en el año de 1630, se inició una competencia entre las vírgenes de
San Juan de Los Lagos, la de Guadalupe, la de los Remedios y la de Cosamaloapan, Ver., y
en virtud de que la primera virgen mencionada arrastraba grandes multitudes y obtenía
cuantiosos donativos, con el fin de contrarrestar ese acaparamiento, el padre Miguel
Sánchez que estaba al frente de la ermita del Tepeyac, escribió por primera ocasión,
diciendo que la Virgen de Guadalupe se había aparecido, así se inició el mito aparicionista.
(6) Recordé que en el mes de junio del año de 1649, el obispo de Puebla, Juan de Palafox y
Mendoza, dio mil pesos y un fino y rico vestido para la Virgen de San Juan de Los Lagos, a
cambio de una copia de dicha imagen, la cual se llevó a España. Si dicho obispo hubiera
creído en la aparición, habría preferido una copia de la bajada del cielo, a la de la virgen de
San Juan.
(7) Inclusive recordé que en Diciembre del año de 1794, el ilustre Fray Servando Teresa de
Mier, con gran valor civil, en el sermón que predicó en la Basílica el día 12, desmintió que
la Virgen se hubiera aparecido en el ayate de Juan Diego.
(8) Históricamente probé que, todavía en la época de la guerra de independencia, las
personas distinguidas del país, comenzando con el virrey, no creían en el mito aparicionista.
(9) Probé que la Santa Biblia prohíbe se hagan esculturas, imágenes de hombre y de mujer,
y de hecho prohíbe también las inventadas apariciones. Esto es una prueba incontrovertible
en contra del mito guadalupano.
(10) Al comentar yo los atributos divinos: OMNISCIENCIA, OMNIPOTENCIA,
OMNIPRESENCIA, que son exclusivamente del Creador del Universo, probé que la
imagen del ayate de Juan Diego NO TIENE NINGUN PODER; deducimos pues, que el
clero romano utiliza dicha imagen para explotar anticristiana e inmisericordemente la fácil
credulidad de sus feligreses. Esto que he comentado, es otra PRUEBA IRREFUTABLE EN
CONTRA DE LA INVENTADA APARICION GUADALUPANA.
Estas dos últimas pruebas son más que suficientes para probar a todos los sacerdotes del
mundo, comenzando con el sumo pontífice, que mienten al enseñar a sus feligreses que la
Virgen María se ha aparecido y que tiene poderes para aliviar sus necesidades.
Gentil lector, con todo mi corazón te pido perdón si es que algunas de mis expresiones te
hirieron. Dios bien sabe que no fue ese mi objetivo, sino el de PROCLAMAR LA
VERDAD, a fin de que el pueblo católico del mundo se convenza de que sus guías
espirituales lo han estado engañando.

Fin
 

También podría gustarte