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EL DINERO Y EL MIEDO SON LAS PRINCIPALES ARMAS DE CONTROL HUMANO POR

PARTE DE LOS ILLUMINATI


El dinero y el miedo son las principales armas de control humano. Cuando uno rastrea los
linajes a través de la historia, encuentra que hay numerosos temas que se repiten
constantemente: los rituales de sacrificio humano y sangre, la guerra y los conflictos, y el
sistema de préstamos de «dinero» inexistente y el cobro de intereses por ello. Cuando vamos
a un banco y pedimos un «préstamo», no nos imprimen ni un solo billete nuevo, ni nos acuñan
una sola moneda nueva ni mueven una onza de metal precioso un solo centímetro.
Simplemente teclean en la cuenta de uno la cantidad que han acordado «prestar». Han
creado «dinero» de la nada y no les ha costado nada hacerlo. Pero a partir de este momento
uno empieza a pagarles intereses por este «dinero» que nunca ha existido ni nunca existirá. A
esto le llaman «crédito». La misma fuerza —los Illuminati— que creó el sistema bancario y
controla todos los bancos, también creó el sistema político y controla los principales
gobiernos. Esto ha permitido que estos gobiernos aprueben leyes bancarias que permiten que
sus bancos presten, por lo menos y como mínimo, diez veces más de lo que tienen en su
depósito. En realidad, prestan cantidades mucho más grandes de dinero. Cada vez que
ponemos un euro o un dólar en un banco, estamos dándoles el derecho a prestar diez euros o
diez dólares que no tienen. El sistema llamado dinero «fiduciario» y «préstamo de reserva
fraccional» significa que los bancos pueden crear dinero de la nada siempre que quieran. El
aluvión de deudas con el que muchas personas, empresas y gobiernos batallan
constantemente es este mismo «dinero» fabricado de la nada. Las deudas personales,
nacionales y del «Tercer Mundo» son lo mismo. Nada de esto existe realmente, excepto en
forma de cifras en la pantalla de un ordenador. Pensemos en el sufrimiento, la pobreza y las
muertes que estas deudas aplastantes causan cada día y que, sin embargo, solamente son
cifras en una pantalla escritas por el empleado de un banco. No son nada más que eso.
¿Podemos imaginar cómo cambiaría el mundo si el dinero estuviese libre de intereses? Nos
dicen que no pueden hacerlo porque es lo que quieren que creamos. Pero por supuesto que
pueden hacerlo. Tanto el presidente Kennedy como el presidente Lincoln empezaron a emitir
dinero libre de intereses. ¿Qué más tienen estos dos hombres en común? fueron Asesinados
Los gobiernos podrían crear su propio dinero libre de intereses y eliminar al instante la
necesidad de pagar fantásticas sumas de dinero en intereses a los bancos privados. ¿No se
trata acaso de sentido común? Entonces, ¿por qué el gobierno o el partido de la oposición
nunca lo han propuesto? La respuesta es:
(a) los Illuminati que controlan los bancos también controlan los gobiernos y las jerarquías de
los principales partidos políticos; y
(b) la mayoría de los políticos de la parte baja de estos partidos disponen de muy poca
información sobre el sistema monetario.
Alguna vez hasta he tenido que explicar a «economistas» profesionales cómo se crea el
dinero. No estoy bromeando. Hace unos años conocí a un director jubilado de un banco de
Inglaterra y sólo en los últimos meses previos a su jubilación cayó en la cuenta de que todo el
dinero que había prestado en el banco a lo largo de su carrera profesional era una simple
ilusión. De hecho, este dinero nunca había existido. En Estados Unidos, la deuda del
Gobierno de billones de dólares, pagada con el sudor y el esfuerzo de la gente, se «debe» al
«banco central» estadounidense, la Reserva Federal. Fue fundada en 1913 por agentes de los
Rothschild, los Rockefeller y familias banqueras de J. P. Morgan (véase…And The Truth Shall
Set You Free) y, desde entonces, el Gobierno estadounidense ha tomado prestado su
«dinero» de la «Fed». El director de la Reserva Federal actualmente es el Illuminati satanista
Alan Greenspan (Bil, CT, CFR), que sustituyó a Paul A. Volker (Bil, CT, CFR). Ya nos
hacemos una idea. Greenspan asiste a los rituales de Bohemian Grove y, según Phillip
Eugène de Rothschild, está en lo alto de la jerarquía de rituales de los Illuminati. La «Fed»
decide el tipo de interés en Estados Unidos, un hecho que tiene un efecto fundamental sobre
la economía mundial debido a la interdependencia que los Illuminati han creado en su
sistema. El tener los principales centros de poder donde las decisiones tienen un efecto
mundial y con testaferros como Greenspan que aseguran que el poder se concentre en una
sola persona, hace que el control centralizado sea mucho más fácil. Cabe destacar que el
primer cambio en la política que hizo el Gobierno británico de Tony Blair (Bil) fue la
declaración de su ministro de Economía, Gordon Brown (Bil), de que los tipos de interés no los
fijaría el gobierno elegido, sino el Banco de Inglaterra controlado por los Illuminati y los
Rothschild, y dirigido por su gobernador, Eddie George (Bil). Los estadounidenses creen que,
porque la palabra «federal» aparezca en el título, la Reserva Federal es parte de su Gobierno
Federal. Esto no es cierto. La Reserva Federal no es federal ni tiene ninguna reserva. Es un
cártel de bancos privados, controlados desde Europa, especialmente por los Rothschild y los
Illuminati. No ha realizado cuentas auditadas desde que se creó en 1913 y, sin embargo, es el
origen de la deuda nacional en Estados Unidos. Así es como funciona. Cuando el gobierno
quiere solicitar préstamos, emite un «depósito» gubernamental o «IOU» al banco, vamos a
decir por 1 000 millones de dólares. Entonces el banco imprime 1 000 millones de dólares o
simplemente los crea en una pantalla, lo que no le cuesta nada a la «Fed» porque paga el
coste insignificante de unos pocos miles de dólares con más «dinero» hecho de la nada. A
partir de este momento, el contribuyente estadounidense empieza a pagar los intereses de 1
000 millones de dólares a la «Fed», una empresa privada. Es más, el IOU del gobierno, ahora
en manos de la Fed, se cuenta como bienes del banco, de manera que ahora puede prestar
diez veces más su «valor» (en este caso 10 000 mil millones de dólares) y, además, cobrar
intereses. ¡Esto está ocurriendo en cada país del mundo! Cuando uno va al banco y firma la
«garantía» de un préstamo, está en juego la misma estafa. Nuestra casa, terreno o empresa
se cuenta como un bien del banco, y así puede prestar a otros clientes diez veces más su
valor estimado. Cuando uno acepta un préstamo, está apropiándose de sus propias riquezas y
pagando al banco por el privilegio. A su vez, los bancos tienen un sistema llamado
«operaciones bancarias» que les proporciona un potencial infinito para el préstamo de
«capital». Si a pesar de estas ridículas leyes bancarias un banco no tiene suficientes fondos
en el depósito para conceder un determinado préstamo, lo «toma prestado» de otra fuente.
Esta fuente solamente tiene que poner dinero en el depósito del banco durante un corto
período de tiempo —un mes, incluso unos pocos días— y durante este tiempo el banco puede
conceder legalmente un préstamo diez veces mayor del valor que la fuente exterior ha
depositado. Una vez concedido el préstamo devuelven el dinero a la fuente, pagándole
además un enorme interés por los inconvenientes ocasionados. No hay necesidad alguna de
que nadie en este mundo pase hambre o sea pobre; se ha ingeniado a propósito con ayuda
del sistema del «dinero» y las deudas creado por los Illuminati. Los bancos centrales forman
parte de una red, al igual que las compañías petroleras, y están todas controladas por los
linajes Illuminati. El Banco de Pagos Internacionales en Basilea, Suiza, y la Banca
Internacional de la Comisión, son los cuerpos que coordinan las políticas de bancos centrales
aparentemente desvinculados. El público desconoce por completo de dónde viene el dinero.
Simplemente tiene una vaga idea de que el «gobierno» lo emite o algo parecido. En realidad,
todo el «dinero» del mundo, a excepción de una parte muy pequeña, llega a la circulación por
medio de los bancos privados que conceden «préstamos» de «créditos» inexistentes. De este
modo, desde el mismo principio el «dinero» comienza su «existencia» siendo una deuda, ya
que son los bancos que conceden un préstamo o «crédito» los que llevan el «dinero» a la
circulación. Así, los bancos (en última instancia controlados por las mismas personas)
controlan completamente cuánto «dinero» está circulando. Y el dinero en circulación decide si
tenemos un auge o una depresión económica. Las personas que de pronto deciden que no
quieren trabajar, que compran bienes o que tienen una casa no son la causa de las crisis
económicas. Éstas ocurren cuando no hay suficientes unidades de intercambio («dinero») en
circulación para generar la actividad económica que proporciona el empleo y los ingresos
necesarios. ¿Quién controla cuánto «dinero» está en circulación? Los bancos de los Illuminati.
Lo que sigue es un resumen de cómo han estado realizando el «ciclo económico» durante
siglos: primero concedemos numerosos préstamos de bajo interés para animar a las personas
a pedirnos dinero. Esto aumenta drásticamente la cantidad de dinero en circulación,
volviéndose así más disponible para que las personas lo gasten. A su vez, esto estimula un
aumento en la demanda y la producción de productos, lo que genera más trabajo. En tales
momentos hablamos de un «crecimiento» económico. Es interesante notar que las personas
tienden a endeudarse más durante un auge económico, porque como están tan confiadas a
nivel financiero, piden más dinero prestado para comprarse un coche más grande, una casa
más grande y para pasar unas vacaciones más lujosas. Las empresas piden más préstamos a
los bancos para comprar nueva maquinaria con la que hacer frente a la creciente «demanda».
La bolsa de valores se dispara y las personas invierten más en este casino mundial, incluso
pidiendo préstamos para hacerlo. Entonces, cuando este «crecimiento» está alcanzando el
punto más óptimo para que la cadena sea más efectiva, los bancos, bajo una coordinación
central, empiezan a retirar el dinero de la circulación. Aumentan los tipos de interés mediante
su Reserva Federal, su Banco de Inglaterra y sus demás bancos centrales. De pronto, la gran
cantidad de dinero que ha estado circulando y comprando productos se retira de la circulación
para pagar los altos intereses a los bancos, que cambian su política para asegurarse de que
se conceden menos préstamos nuevos. Finalmente, sale más «dinero» de la circulación del
que entra, y no hay suficiente dinero circulando para comprar todos los productos y servicios
disponibles. Las personas comienzan a perder sus trabajos. Las pérdidas de empleo
aumentan el ritmo de la recesión económica porque estas personas no tienen más dinero para
comprar lo mismo que antes. Sin más empleo disponible, las personas desempleadas pierden
sus casas, sus familias pasan hambre y los negocios quiebran. Estas casas y empresas
fueron compradas con «préstamos» de «dinero» fabricado de la nada de los bancos. Ello
significa que los prestatarios aceptaron que los bancos tenían derecho a estas casas y
empresas en caso de que no se siguiesen pagando las cuotas. La crisis, creada por los
bancos, ahora les otorga el derecho a confiscar la verdadera riqueza —casas, terrenos,
propiedades de empresas y bienes— a cambio de no prestar nada más que cifras en una
pantalla. En resumen, los bancos conceden numerosos préstamos en la primera etapa y luego
retiran tanto dinero de la circulación que no hay suficiente para devolverlos, asegurándose así
de poder robar legalmente la verdadera riqueza de las personas. Esto es lo que los
«corresponsales de la economía», vestidos con elegantes trajes y en su mayoría personas
completamente ignorantes, llaman en los medios de comunicación «el ciclo económico
natural». No hay nada de natural en ello. Se trata de una estafa de principio a fin. En la
primera etapa lanzan el anzuelo, el «crecimiento económico», y entonces lo recogen durante
la etapa dos, la «crisis». Este ciclo de manipulación lo han estado llevando a cabo durante
cientos e incluso miles de años, remontándose a las operaciones bancadas de los caballeros
templarios y a Babilonia y más allá. Éste es el ciclo que ha llevado la verdadera riqueza del
mundo a las manos de muy pocos, y todavía sigue haciéndolo.
Ahora los Illuminati están planeando completar su control financiero de la raza humana con un
banco central mundial y una moneda mundial electrónica. Pretenden que este banco sea el
responsable de tomar las decisiones financieras más importantes que afectan a todos los
países. La moneda electrónica permitiría acabar con el «dinero efectivo» físico y con todas las
demás monedas. Mientras estaba escribiendo este libro, un periódico del Reino Unido llamado
Metro informó el 20 de diciembre de 2000 que Singapur daría paso a una sociedad sin dinero
en efectivo en el año 2008. En un artículo titulado «El comienzo del fin del dinero efectivo», el
periódico revelaba que Singapur (un «país» británico controlado por los Illuminati) estaba
introduciendo «dinero electrónico» e iba a insistir en que todos lo utilizaran. Las transacciones
financieras se harían utilizando dinero almacenado en chips, decía, y el dinero efectivo
pasaría a la historia a medida que el dinero cambiara de manos electrónicamente utilizando
pulsos digitales trasferidos a través de los teléfonos móviles, ordenadores portátiles e incluso
relojes. Precisamente se trata de la fase anterior a la llegada de los implantes de microchips
en toda la población mundial. Con el proyecto de Singapur, los consumidores podrán apuntar
con el teléfono móvil a un artículo para registrar su precio. El teléfono comprobará a través de
Internet el saldo disponible en el banco del comprador y retirará el dinero de la cuenta en caso
de querer comprar el artículo. El Gobierno de Singapur dijo que esto permitiría ahorrarse los
costes de trabajo, seguridad y transporte necesarios para fabricar y transportar billetes y
monedas. Low Siang Kok, el director de asuntos monetarios de Board of Commissioners of
Currency de Singapur, dijo:
«Los billetes y las monedas físicas pasarán a la historia. No tiene sentido luchar contra la
tecnología. Cuando uno quiera darles dinero suelto a sus hijos, se lo podrá dar por teléfono.
Podrán utilizarlo para comprar billetes de autobús, en la cafetería de la escuela, o para lo que
sea».
Luego hizo una lista de todos los beneficios de una sociedad sin dinero en efectivo, que desde
hace tiempo he tenido la intuición de que tratarían de vendérselo a las personas calificándolo
de ser más seguro que el dinero en efectivo y las tarjetas de crédito, etc.
Mayer Amschel Rothschild, el fundador de la dinastía banquera
Rothschild, dijo:
«Dadme el control de la moneda de una nación y no me importará quién haga las leyes».
Esta frase se le ha atribuido también a otro Rothschild. Cuantas menos monedas distintas
haya, más control se puede ejercer sobre el sistema monetario. Por eso en la Unión Europea
se ha introducido el euro y en Canadá está aumentando la presión para que incorpore el dólar
estadounidense. Se trata de escalones que conducen a una moneda mundial. Bajo el euro,
por ejemplo, un grupo de banqueros no elegidos del Banco Central europeo en Fráncfort
(donde empezó la dinastía banquera de los Rothschild) tiene el control sobre los tipos de
interés y las políticas financieras de toda Europa. ¿Alguien lo ha cuestionado alguna vez? ¿O
incluso se ha molestado en descubrirlo? El siguiente paso es crear un Banco Central Mundial
en el que los banqueros de los Illuminati fijen los tipos de interés y las políticas financieras de
cada uno de los países del planeta. La moneda mundial será electrónica porque permite que
el control de las personas sea más fácil. Actualmente, si uno quiere pagar con dinero
electrónico —con una tarjeta de crédito— y el ordenador no la acepta, todavía puede pagar en
efectivo. ¿Qué ocurre cuando no hay efectivo y el ordenador rechaza tu tarjeta de crédito o tu
microchip, diseñado para sustituirlo? Uno no tendrá otra forma de comprar, y quien programe
este ordenador para aceptar o no aceptar la tarjeta o el chip de uno, controlará qué y dónde
compra y lo que puede o no puede comprar. Además, siempre que uno compre un producto
de cualquier tipo, quedarán registrados el lugar, la hora, el artículo y el precio. Éste es el
objetivo, y la cantidad de dinero físico en circulación es ya una pequeña parte en comparación
con los pulsos electrónicos en las pantallas de los ordenadores. Incluso esta relación está
disminuyendo sin cesar.

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