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CERTIFICADO ONLINE EN

GESTIÓN Y DISEÑO
DE POLÍTICAS AMBIENTALES
MÓDULO GESTIÓN AMBIENTAL
Y CAMBIO CLIMÁTICO

CLASE 4

INNOVAR PARA CAMBIAR.


ALGUNAS POSIBLES SOLUCIONES
ÍNDICE DE CONTENIDOS

Introducción
…………………………………………………………………………………………………………………… Pág. 2

Big Data

…………………………………………………………………………………………………………………… Pág. 4

Movilidad Eléctrica

…………………………………………………………………………………………………………………… Pág. 5

Inteligencia Artificial
……………………………………………………………………………………………………………………… Pág. 7

Conclusiones

…………………………………………………………………………………………………………………… Pág. 9

Referencias…………………………………………………………………………………………………… Pág. 10
INTRODUCCIÓN

La necesidad de encontrar soluciones frente al cambio climático implica contar con


fundamentos científicos que nos permitan entender el origen y las causas de este
fenómeno para poder atacarlo.

A nivel científico y de políticas públicas, podríamos hablar de dos grandes formas


de enfrentarse a esta amenaza. Estas son la adaptación y la mitigación. Es importante
destacar la diferencia entre aquellas medidas que buscan atacar a las causas y a los
impactos recibidos. La adaptación busca precisamente afrontar las consecuencias del
cambio climático. Un ejemplo podría ser reubicar a las personas, cuyas viviendas se
encuentran en los márgenes de un río, con probabilidad de futuras crecientes a causa de
un aumento en las precipitaciones anuales.

La mitigación, en cambio, busca atenuar o eliminar las causas que originan el


cambio climático y el calentamiento global en específico. Un ejemplo a la hora de mitigar
es aumentar la cantidad de energía que proviene de fuentes renovables. De esta manera,
se busca reducir la emisión gases de efecto invernadero que resultan tanto de la
producción como del consumo de la energía que proviene de combustibles fósiles.

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Fuente: Lima COP20

Existe otra herramienta que nos puede ayudar y que no es contraria a la mitigación
o a la adaptación, sino que las atraviesa: la innovación. Esta puede aplicarse desde dos
aristas:

 Aplicando herramientas o tecnologías ya existentes.


 Innovar por medio de la creación de nuevas herramientas y tecnologías.

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A continuación, se mencionan algunos campos que ya se están abordando para encontrar
posibles soluciones.

Big Data

Podríamos definir al big data (macrodatos en español) como aquellos datos que
contienen una gran variedad, se presentan en volúmenes crecientes y a una velocidad
considerable.

En otras palabras, el big data está formado por conjuntos complejos de


información que tienen su origen en el aumento de fuentes de datos. Cada vez que
alguien hace un click desde su computadora, su smartphone o su Tablet, hablamos de
nueva información que se genera. En el último tiempo, son muchas industrias las que
recopilan y hacen uso de esta herramienta para mejorar sus resultados.

Estos conjuntos de datos son tan voluminosos que el software tradicional no


contaba con la capacidad de procesamiento adecuada y se empezaron a generar nuevas
formas de administración para poder procesarlos y utilizarlos para abordar problemas, los
cuales no se hubieran podido solucionar de no contar con esa información ni con las
herramientas para analizarla.

¿Pero cuál es el vínculo que existe entre el big data y el cambio climático? A través
de grandes cantidades de imágenes satelitales, por ejemplo, los científicos son capaces de
analizar los cambios en los bosques a nivel mundial, que resultan tanto de la deforestación
legal como ilegal. Un ejemplo de ello es la plataforma Global Forest Watch que

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proporciona datos y herramientas para el monitoreo de los bosques. También podemos
mencionar al Global Fishing Watch que, mediante la recopilación de datos y la divulgación
de esa información, busca terminar con la pesca ilegal.

Movilidad eléctrica

Un auto de la marca Tesla recarga su batería por medio de una electrolinera

Podríamos decir que junto al sector de las energías renovables, el de la movilidad


eléctrica es uno de los que más ha atraído la atención de medios, inversores y gobiernos.
Más allá de ciertos avances o estudios realizados en el campo aéreo o marítimo, es
destacable el avance de la industria automotriz.

Es interesante analizar como en la actualidad ninguna de las grandes empresas


que forman el oligopolio automotriz (Ford, BMW, Toyota, Chevrolet, etc.) quiere quedar
atrás. Originalmente, el surgimiento de empresas como Tesla era una anomalía en este
sector. Sin embargo, en la coyuntura actual, existe una carrera en la industria para ver
quién alcanza el mejor auto eléctrico. “(…) Algunos estudios avisan que todo este mapa
puede cambiar radicalmente cuando los coches eléctricos dominen el mercado. Según el
Clúster de Automoción de Cataluña, el 75% de las empresas desaparecerán si no adaptan
su producto, y algunas, aunque intenten adaptarlo, no tendrán cabida en el vehículo
eléctrico. Un informe reciente del sindicato Comisiones Obreras alertaba de que la cadena
de valor del producto cambiará completamente: si en los coches de combustión el valor se

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reparte entre el motor y los componentes, con el vehículo eléctrico el 40% del valor lo
tienen las baterías, otro 40% la conectividad, y un 20% los componentes.” (En el Efecto
Dominó del coche eléctrico, Foro Económico Mundial 25 de noviembre del 2019).

Esta carrera también viene impulsada, por políticas públicas por parte de los
distintos gobiernos. Por un lado, aquellas que buscan reducir el nivel de emisiones del
automóvil tradicional: la Unión Europea decidió que para el año 2030, todos los autos a
combustible deben reducir sus emisiones en al menos un 30 % (con posibilidad a
incrementar dicho porcentaje). Por otro lado, aquellas que buscan incentivar la transición
de los consumidores desde un vehículo tradicional a uno eléctrico: por medio de
exenciones impositivas a la compra de estos vehículos, o aquellas que permiten utilizar el
carril selectivo si un individuo cuenta con un auto eléctrico, por ejemplo.

Uno de los países cuyo mercado de automóviles eléctricos ha crecido


considerablemente es China. Es cada vez mayor la cantidad de este tipo de autos que son
producidos en el país y casi en su totalidad son para el mercado interno. Sin embargo,
debemos tener en consideración dos cuestiones: el número de autos eléctricos sobre el
total del campo automotor chino no alcanzó aún los niveles necesarios para que los autos
eléctricos superen a los tradicionales. Por eso es importante destacar el caso de Noruega,
donde, para el año 2019 aproximadamente, la mitad del total de autos vendidos fueron de
tipo de movilidad eléctrica. Y si a este grupo se le suman los híbridos, el porcentaje es
mucho mayor. Esto es consecuencia de un fuerte impulso de políticas públicas por parte
del gobierno del país escandinavo: estacionamiento gratuito en lugares como Oslo,
exenciones impositivas a la compra, el uso de carril selectivo, entre otras.

Otro punto no menor es el origen de la electricidad que impulsa a los nuevos


vehículos. Si la energía para el funcionamiento de los autos eléctricos proviene de fuentes
de combustibles fósiles, la transición hacia la movilidad eléctrica no tendrá sentido alguno.
Nuevamente aquí es interesante comparar a China con Noruega: mientras que el país
asiático sigue teniendo una gran dependencia de los combustibles fósiles para producir
energía, la matriz energética del país escandinavo proviene en gran parte de fuentes
renovables, como la hidroeléctrica. Entonces, desde el consumo energético, podríamos

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decir que el uso de un auto eléctrico en Noruega, tiene por el momento mayor valor que
el de uno en China.

Es importante también considerar que la transición hacia una matriz energética


sustentable no puede venir dada únicamente por el uso del vehículo particular eléctrico.
También es necesario transformar a los diversos sistemas de transporte público: no sólo
para que estos se muevan por resultado la electricidad, sino lograr que existan sistemas
multimodales donde el auto privado deje de ser el único medio de transporte posible.

Un colectivo eléctrico en las calles de Suecia

Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial (IA) requiere la combinación de distintas disciplinas, como


la lógica, la informática e incluso la filosofía. Su fin último es darle la capacidad a las
computadoras para que no solo procesen datos, sino que sean capaces de tomar
decisiones y hacer razonamientos. Si bien ya tiene cierto recorrido histórico, sus avances
son cada vez más importantes. Existen entonces quienes argumentan la importancia de la
IA como una herramienta eficaz para combatir el cambio climático.

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¿Pero cómo podría ayudarnos esta tecnología? Un ejemplo podría ser el uso de
sistemas eléctricos autónomos, que reciban constantemente grandes cantidades de
información (big data) y mediante el procesamiento de esta puedan saber en qué
momento es necesario aumentar la potencia eléctrica suministrada y cuándo puede
disminuirse. Es decir, mediante el análisis de picos y bajas de consumo en determinados
centros urbanos, el sistema eléctrico sabría cuándo y en qué momento producir energía.

En el año 2011 fue creada la informática climática, una disciplina que hace una
combinación de la ciencia climática y la ciencia de los datos. Sus objetivos van desde
mejorar la predicción de fenómenos extremos como huracanes a predecir los impactos
socioeconómicos del tiempo y el clima. Entonces, la IA puede ayudarnos a descubrir nueva
información basada en una enorme cantidad de simulaciones de escenarios climáticos.

Otro ejemplo muy interesante es el de Carbon Tracker. Este es un grupo de


expertos cuya meta es evitar la construcción de nuevas centrales basadas en la extracción
y procesamiento del carbón para producir energía. Mediante la observación de imágenes
obtenidas por satélites, recopila información y busca demostrar que estas plantas no son
rentables. Si se utiliza la IA, podría automatizarse este proceso: la tecnología analizaría de
forma constante las emisiones de carbono que emiten estas plantas y cruzaría esos datos
con el consumo eléctrico necesario y el costo de la infraestructura cercana para su
funcionamiento, todo con el fin último de demostrar la inviabilidad de las centrales de
carbón.

La logística es otro posible campo de aplicación. Si no se lleva a cabo de manera


eficiente, tanto para el transporte de recursos como de personas, esto puede aumentar el
nivel de emisiones (movilidad por combustibles fósiles) o el consumo eléctrico (movilidad
eléctrica). Mediante la aplicación de la IA, se pueden estudiar miles y miles de
posibilidades, desde rutas de transporte a preferencias de viaje de los ciudadanos. De esta
manera, se pueden ofrecer “las mejores rutas” de acuerdo a la necesidad en específico.

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Conclusiones
En suma, vimos que unas de las dos respuestas más importantes al cambio
climático son la mitigación y la adaptación. Asimismo, demostramos que la innovación es
una herramienta fundamental a la hora de buscar soluciones y que la aplicación de la IA al
cambio climático posee muchas potencialidades que deben ser aprovechadas.
Claramente, se necesita un cambio de paradigma humano urgente, pero tal vez esto sea
lo más fácil de alcanzar si utilizamos la creatividad humana y la tecnología como nuestros
aliados contra la amenaza climática.

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REFERENCIAS

Sitio Oficial de Naciones Unidas Medio Ambiente. Disponible en:


http://www.unep.org/

Sitio Oficial de la FAO: http://www.fao.org/home/es/

Sitio Oficial del Foro Económico Mundial: https://es.weforum.org/

Global Forest Watch: https://www.globalforestwatch.org/

Global Fishing Watch: https://globalfishingwatch.org/es/

https://www.oracle.com/ar/big-data/guide/what-is-big-data.html

https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2019/07/anteligencia-artificial-combatir-
cambio-climatico

https://www.technologyreview.es/s/11252/diez-formas-de-luchar-contra-el-cambio-climatico-
con-ia

https://es.weforum.org/agenda/2017/08/la-ambicion-de-noruega-usar-solo-energia-limpia-en-
2050/

https://es.weforum.org/agenda/2018/10/la-ue-acuerda-rebajar-las-emisiones-de-los-vehiculos-
nuevos-un-35-para-2030/

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