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República de Colombia: Magistrada Ponente: María Cristina Quintero Facundo
República de Colombia: Magistrada Ponente: María Cristina Quintero Facundo
Expediente 110013336033201500166-01
Sentencia SC3-05-20-2433
Medio de Control REPARACIÓN DIRECTA
Demandantes GREYSER ANDRÉS LADINO NOREÑA Y OTROS
Demandados FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN y NACIÒN – RAMA
JUDICIAL – DIRECCIÓN EJECUTIVA DE ADMINISTRACION
JUDICIAL
Asunto SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA
Tema PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD, APLICA EL
EXCLUYENTE DE RESPONSABILIDAD – CULPA EXCLUSIVA DE
LA VICTIMA
I. OBJETO DE LA DECISIÓN
Refutan de la medida de detención preventiva, que fue tamizada por una pluralidad
de deficiencias probatorias: “(…) el arma recogida por los policiales no ingresó al
juicio, la señora FLOR MARIA EUGENIA MORALES, vendedora de chance, que
dice haber observado la recolección del arma no declaró en juicio; el Coronel
VICTOR HUGO ROJAS ARAGON tampoco compareció a juicio a explicar la
presunta entrega del arma por parte del Patrullero GREYSER ANDRÉS LADINO
NOREÑA; el particular RICARDO RODRIGUEZ ROCHA, quien se dice es una de
las personas que cometió el crimen del Teniente MAURICIO SALCEDO SANTOS,
no fue llevado a juicio por la Fiscalía. Ni arma ni testigos, ni prueba alguna fue
llevada por la Fiscalía General de la Nación (…) si bien existe libertad probatoria,
estos temas eran los trascendentes y no se llevaron a juicio. ¿Para qué se privó de
la libertad y se mantuvo tal privación por tanto tiempo (…) si no se contaba con
prueba para al menos intentar una condena?”.
En este contexto señala la activa, que le asiste responsabilidad a las dos (2)
entidades accionadas, pues aún bajo ésta ausencia de pruebas, la Fiscalía General
de la Nación solicitó la medida de aseguramiento, y la Rama Judicial a través de
sus Jueces la decretó.
III. SENTENCIA O
“ (…)las declaraciones de testimonio de los señores Jorge Hendrik Ávila González – que
para la época de los hechos se desempeñaba como comandante del CAI Ciudad Berna
de la Policía Nacional – y Jesús Antonio Cubides Fontecha – quien era el comandante de
la Estación de Policía Antonio Nariño-, así como del acta de entrega del 12 de marzo de
2008, suscrita por el Comandante del Operativo No. 4 de la Policía Metropolitana de
Bogotá, (…)”
IV. RECURSO D
“(…) Entonces ¿Por qué creerle a ultranza? (…) si hubiese sido cierto que le coronel
ROJAS ARAGÓN sorprendió al demandante LADINO NOREÑA con un arma de manera
ilícita de la cual se pretendía apoderar, pues sencillamente tenía todo el poder en términos
de mando y dirección para haber ordenado su captura in situ e ipso facto dada la clara
condición de flagrancia. No se puede olvidar que era el Comandante de un Departamento
de Policía que hace parte de la Metropolitana de Bogotá, luego llama la atención su actuar
(…) el señor LADINO NOREÑA nunca le entregó el arma en cuestión (…)”.
Ninguno de los testigos que acudieron al juicio: JORGE HENDRIK ÁVILA GONZÁLEZ,
COMANDANTE DEL CAI CIUDAD BERNA, JESÚS ANTONIO CUBIDES FONTECHA,
5.3. Por auto del 23 de agosto siguiente, se corrió traslado para alegar de
conclusión (fl. 160 ibidem); oportunidad que fue ejercida por ACTIVA y PASIVA.
5.3.1. La ACTIVA, solicita se revoque la decisión de primera instancia y en su lugar
se acceda a las pretensiones de la demanda, e insiste en integridad en los
argumentos expuestos como fundamentación del recurso de azada, y agrega que
tampoco se recaudó en el proceso penal la declaración de la persona que
presuntamente se deshizo del arma de fuego, máxime cuando se encontraba
efectuando negociaciones con el Ente Acusador, ente que al momento de solicitar
la imposición de medida de aseguramiento contaba solo con suposiciones no con
pruebas porque de ser así las hubiera llevado a juicio.
aplicación del in dubio pro reo y no por certeza de la inocencia.”, fue él mismo quien entregó a
sus superiores el arma involucrada en los hechos, de lo cual se levantó acta
mencionando que la había recogido el 11 de marzo de 2008, sin haber informado a
su superior y sin reportar esta novedad hasta que se realizó la investigación
correspondiente, “(…) aunado a que nadie puede sacar ventaja de su propia culpa.”
6.1.1. Se reitera la competencia de ésta Corporación para conocer del recurso que
nos ocupa, contrastado que trata de apelación contra sentencia proferida por
Juzgado Administrativo del Circuito Judicial de Bogotá D.C., dentro de proceso de
reparación directa por defectuoso funcionamiento de la administración de justicia
que se imputa a entidad de derecho público, y regido por Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo – CPACA, y que por preceptiva
de su artículo 153:
Premisa a la que agrega, el artículo 320 del mismo estatuto procesal que
prescribe:
“(…) El recurso de apelación tiene por objeto que el superior examine la cuestión
decidida, únicamente en relación con los reparos concretos formulados por el apelante,
para que el superior revoque o reforme la decisión. (…)”.
6.1.3. En ejercicio del control de legalidad de que trata el artículo 207 del CPACA y
numeral 12 del artículo 42 del Código General del Proceso, destacan cumplidos los
presupuestos procesales del medio de control de reparación directa, en particular el
concerniente a oportunidad de la demanda y legitimación procesal en la causa por pasiva
y activa.
1
CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección A, Sentencia
del 31 de enero de 2019, Rad.66001-23-31-000-2012-0027 (52663) C.P. María Adriana Marín.
Advertido que trata de apelante único, la competencia de esta Sala en el
caso que nos ocupa, encuentra limitada a los argumentos del extremo
procesal que acude en alzada, comprendidos los inmersos en aquellos, por
cuanto y conforme decantó antes, no concurre contingencia que imponga el
ejercicio del control de legalidad, previsto en el artículo 207 del CPACA, y
conjugado que el proceso que nos ocupa se rige por el Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo – C.P.A.CA, es de precisar, que
asume como norma supletoria o subsidiaria en lo no reglamentado en aquel, por el
Código General del Proceso – C.G.P., y bajo tal paradigma, reviste importancia su
artículo 328, que regla el tópico así:
“(…) El juez de segunda instancia deberá pronunciarse solamente sobre los argumentos
expuestos por el apelante, sin perjuicio de las decisiones que deba adoptar de oficio, en los
casos previstos por la ley.
Sin embargo, cuando ambas partes hayan apelado toda la sentencia o la que no apeló
hubiere adherido al recurso, el superior resolverá sin limitaciones.
En la apelación de autos, el superior sólo tendrá competencia para tramitar y decidir el
recurso, condenar en costas y ordenar copias.
El juez no podrá hacer más desfavorable la situación del apelante único, salvo que en razón
de la modificación fuera indispensable reformar puntos íntimamente relacionados con ella.
En contraste con el caso en concreto y en particular con los aspectos que son
objeto del recurso de apelación de la activa, no se avizora aspecto global que
imponga a esta Sala de Decisión hermenéutica comprensiva.
“(…) Quien haya sido privado injustamente de la libertad podrá demandar al Estado
reparación de perjuicios.” (Subrayado fuera de texto)
“(…) En una primera etapa (…) la responsabilidad del Estado por la privación
injusta de la libertad de las personas se fundamentaba en el error judicial que se
produce como consecuencia de la violación del deber que tiene toda autoridad
judicial de proferir sus resoluciones conforme a derecho, previa una valoración
seria y razonable de las distintas circunstancias del caso y sin que resultare
relevante el estudio de la conducta del juez o magistrado a efecto de establecer si
la misma estuvo caracterizada por la culpa o el dolo. Bajo este criterio, la medida
de aseguramiento consistente en detención preventiva se tenía como una carga
que todas las personas tenían el deber de soportar.
(…)
(…)
“En una tercera línea, tras reiterar el carácter injusto atribuido por la ley a aquellos
casos enmarcados dentro de los tres supuestos previstos en el artículo 414 del
Código de Procedimiento Penal, la Sala añadió la precisión de acuerdo con la cual
el fundamento del compromiso para la responsabilidad del Estado en estos tres
supuestos no es la antijuridicidad de la conducta del agente del Estado, sino la
antijuridicidad del daño sufrido por la víctima, en tanto que ésta no tiene la
obligación jurídica de soportarlo, reiterando que ello es así independientemente de
la legalidad o ilegalidad del acto o de la actuación estatal o de que la conducta del
agente del Estado causante del daño hubiere sido dolosa o culposa.
(…)
Para indicar que ello comporta, excluir del concepto de acción sus efectos
imprevisibles, advierte además que en tal esquema, el núcleo de la imputación no
gira en torno a la pregunta acerca de si el hecho era evitable o cognoscible, sino
que primeramente hay que determinar si el sujeto era competente para desplegar
los deberes de seguridad en el tráfico o de protección6.
4
“La profesora BELADIEZ comparte sin reservas la preocupación por los excesos que desfiguran
la institución, admite que con alguna frecuencia se producen <<resultados desproporcionados e
injustos>> para la Administración e insiste en advertir que la responsabilidad objetiva no es un
seguro universal que cubra todos los daños que se produzcan con ocasión de las múltiples y
heterogéneas actividades que la Administración lleva cotidianamente a cabo para satisfacer los
interese generales”. LEGUINA VILLA, Jesús. “Prólogo”, en BELADIEZ ROJO, Margarita.
Responsabilidad e imputación de daños por el funcionamiento de los servicios públicos. Con
particular referencia a los daños que ocasiona la ejecución de un contrato administrativo. Madrid,
Tecnos, 1997, p.23.
5
“El Derecho se dirige a hombre y no a adivinos. Declarar típica toda acción que produzca un
resultado dañoso, aun cuando éste fuese imprevisible, significaría que la ley no tiene en cuenta
para nada la naturaleza de sus destinatarios; pues una característica del hombre es precisamente
la de que no puede prever más que muy limitadamente las consecuencias condicionadas por sus
actos. Vincular un juicio de valor negativo (el de antijuridicidad) a la producción de un resultado que
el hombre prudente no puede prever sería desconocer la naturaleza de las cosas (más
concretamente): la naturaleza del hombre”. GIMBERNAT ORDEIG, E. Delitos cualificados por el
resultado y relación de causalidad. Madrid, 1990, pp.77 ss.
6
Deberes de protección que es “una consecuencia de la obligación general de garantía que deben
cumplir las autoridades públicas y se colige claramente de los artículos 2.3 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
regulan el derecho a disponer de un recurso efectivo en caso de violaciones a los derechos
humanos”. CASAL H, Jesús María. Los derechos humanos y su protección. Estudios sobre
derechos humanos y derechos fundamentales. 2ª ed. Caracas, Universidad Católica Andrés Bello,
2008, p.31.
daño, en primer lugar, en la falla en el servicio sustentada en la vulneración de
deberes normativos, y destaca en contraste con los títulos de imputación del
régimen objetivo de responsabilidad:
“(…). En concreto, la atribución jurídica debe exigir la motivación razonada, sin fijar un solo
criterio de motivación de la imputación en el que deba encuadrarse la responsabilidad
extracontractual del Estado (…), en primer lugar, en la falla en el servicio sustentada en la
vulneración de deberes normativos(…), en caso de no poder hacer su encuadramiento en
la falla en el servicio, cabe examinar si procede en el daño especial, sustentado en la
argumentación razonada de cómo (probatoriamente) se produjo la ruptura en el equilibrio
de las cargas públicas; o, finalmente, si encuadra en el riesgo excepcional. (…) “
“(…) debe examinarse todos los elementos de la imputación, en este caso analizar
contrastadamente la Resolución por la que se ordenó la medida de aseguramiento por
parte de la Fiscalía Delegada ante los Jueces Regionales, la Resolución de Acusación, y la
que decidió precluir la investigación por parte de la Fiscalía Delegada ante el Tribunal
Nacional, ya que puede tratarse de supuestos de hecho que encuadren en alguna de las
excepciones fijadas por la sentencia de la Sala Plena de la Sección Tercera de 17 de
octubre de 2013, específicamente por deficiente o insuficiente recaudo y valoración
probatoria.
(…)
“En este orden de ideas y retomando el precedente judicial del H. Consejo de Estado en
particular sentencias del 17 de octubre de 2013 y 10 de agosto de 2015, antes reseñadas,
no es refutable de la detención preventiva de la doctora CLAUDIA PATRICIA ARENAS
MEJIA, su injusticia, contrastado que concurre deficiente o insuficiente recaudo
probatorio, y fortalece conjugado que la medida se mantuvo por lapso que evidencia
razonable y en curso del cual se adelantó la investigación y el juicio penal.
(…) Fue causa eficiencia de la detención domiciliaria de la doctora ARENAS MEJIA, su
conducta, dado que en virtud de la misma, edificó sobre ella, sospecha de ser miembro
activo de banda delincuencial, sospecha que mantuvo incólume en el fallo absolutorio por
duda” (Suspensivos fuera de texto)
9
Rad.25000232600020120037000, M.P. María Cristina Quintero Facundo
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Dentro del radicado No. 11001-03-15-000-2019-00169-01, Demandante: Martha Lucía Ríos Cortés y otros
Demandado: Consejo de Estado - Sección Tercera, en la que se ordenó a la demandada que en el término
de 30 días, profiriera un fallo de reemplazo en el que, al resolver el caso concreto y teniendo en cuenta las
consideraciones que sustentan el amparo tutelar, se valore la culpa de la víctima sin violar la presunción de
inocencia de la accionante.
En este orden asume como doctrina vigente, que en estructuración de la
responsabilidad extracontractual del Estado por privación injusta de la libertad,
asume necesario demostrar la antijuridicidad del daño, y en este orden, aun
cuando se aplique el régimen objetivo de responsabilidad, de la sola verificación
de forma llana, de la existencia del daño - la privación de la libertad, no es
deducible la responsabilidad indemnizatoria del Estado, porque juicio similar,
desnaturaliza los elementos en los que se estructura la cláusula general de la
responsabilidad extracontractual del Estado, por relegar la necesidad probar la
antijuridicidad del daño. Presupuesto que en los términos de los artículos 90
superior y 68 de la Ley 270 de 1996, se torna imprescindible para que surja la
obligación de reparar, por parte de la administración, los perjuicios ocasionados
en asuntos de privación injusta de la libertad.
“El daño se entenderá como debido a culpa exclusiva de la víctima cuando ésta haya actuado
con culpa grave o dolo, o no haya interpuesto los recursos de ley. En estos eventos se
exonerará de responsabilidad al Estado”. (Subrayado fuera del texto).
“(…) que la culpa exclusiva de la víctima, entendida como la violación por parte de
ésta de las obligaciones a las cuales está sujeto el administrado, exonera de
responsabilidad al Estado en la producción del daño. (…)
(…) Específicamente, para que pueda hablarse de culpa de la víctima (…) debe
estar demostrada además de la simple causalidad material según la cual la víctima
directa participó y fue causa eficiente en la producción del resultado o daño, el que
dicha conducta provino del actuar imprudente o culposo de ella, que implicó la
desatención a obligaciones o reglas a las que debía estar sujeta. (…)”. (Suspensivos y
subrayado fuera de texto)
11
Ver CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN TERCERA,
SUBSECCIÓN C, C.P. JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA, Sentencia del 14 de septiembre de 2017,
Rad.: 68001-23-31-000-2009-00295-01(57279), y sentencia del 25 de abril de 2018 Radicación número:
Radicación: 05001-23-31-000-2010-00463-01 (58890)
de garantizar los principios constitucionales al debido proceso y a la defensa de las
entidades y sujetos demandados ante esta jurisdicción12.
Con criterio más amplio, se indica, que para determinar si la aplicación del nuevo
precedente vulnera la seguridad jurídica y el principio de confianza legítima, se debe
establecer en cada caso en concreto: (i) si la conducta del extremo procesal, dependió o
no de la regla jurisprudencial vigente para el momento de los hechos objeto de
juzgamiento, es decir, si su actuar dependió del conocimiento previo y calculabilidad de la
regla sentada en el precedente que posteriormente es modificado, y, (ii) el grado de la
fuerza normativa material del precedente modificado, para lo cual es necesario estudiar la
corrección de la regla sentada en éste.13
12
CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN TERCERA, SALA
PLENA, Sentencia del 27 de junio de 2017, C.P. Hernán Andrade Rincón Rad. 50001-23-31-000-2000-30072
13
CONSEJO DE ESTADO, SALA PLENA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SALA SÉPTIMA ESPECIAL DE DECISIÓN. Consejero ponente:
MARTÍN BERMÚDEZ MUÑOZ. Sentencia del cuatro (4) de junio de dos mil diecinueve (2019, Radicación número: 11001-03-15-000-2013-
01628-00(REV)
14
Corte Constitucional en sentencia SU 406 de 2016
consistente en punto a que debe probarse el injusto, y avizora sin mayor fuerza
normativa respecto al régimen de responsabilidad aplicable confrontados el
subjetivo y objetivo. Así emerge de la reseña jurisprudencial que antecede (6.4.4.2 y
6.4.4.3)
CASO CONCRETO
Después de esto, el citado oficial, hizo entrega por medio de un acta, del
artefacto en mención al servidor de la Policía Judicial Yonel Fabricio Rincón
Peña encargado de la investigación de lo acontecido, primordialmente
clarificar las condiciones y circunstancias de todo orden en que se produjo el
fallecimiento del Teniente Salcedo Santos.
(…)
(…)
(…)
(…)
(…)
Ese tercero quien fue el que leyó el contenido del acta ante la audiencia
pública, es un servidor de la Policía Judicial que no tiene certeza de lo
acontecido, que no estuvo en el momento de entrega del artefacto y que
tampoco participó de las labores propias que llevaron a establecer que fue
precisamente LADINO NOREÑA y no otra persona, quien entregó el
artefacto al superior Coronel Rojas Aragón.
(…)
(…)
(…)
“El juez de control de garantías, a petición del Fiscal General de la Nación o de su delegado,
decretará la medida de aseguramiento cuando de los elementos materiales probatorios y
evidencia física recogidos y asegurados o de la información obtenidos legalmente, se pueda
inferir razonablemente que el imputado puede ser autor o partícipe de la conducta delictiva
que se investiga, siempre y cuando se cumpla alguno de los siguientes requisitos:
1. Que la medida de aseguramiento se muestre como necesaria para evitar que el imputado
obstruya el debido ejercicio de la justicia.
FALLA:
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,