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Resumen de Libro
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Hoy en día, todas las áreas responsables de la administración tienen el reto de incrementar su
productividad y eficiencia, a la par de reducir sus costos de operación e inversión. El proceso
de Administración de la Capacidad es uno de varios procesos, que define estándares para
lograr la eficiencia y optimización de costos en la entrega de servicios de TI. Un poco de teoría
Los pasos que llevaremos a cabo para esto son los siguientes:
Unidades de trabajo. A fin de medir las cargas de trabajo, es necesario establecer unidades de
trabajo. Ésta es una métrica de la cantidad de trabajo realizado, contrario a la cantidad de
recursos necesarios para completar el trabajo. En este ejemplo en específico, los recursos
necesarios son procesadores, almacenamiento en disco, memoria, ancho de banda de red,
etcétera. La medición de los recursos antes mencionados es importante, pero no sirven para
cuantificar las cargas de trabajo o para definir las unidades de trabajo. Por ejemplo: para una
carga de trabajo en línea, una unidad de trabajo puede ser una transacción. Para una carga de
trabajo interactiva o por batch, la unidad de trabajo puede llegar a ser un proceso.
Establecimiento de niveles de servicio. Una vez definidas las unidades de trabajo, procedemos
a establecer un acuerdo de nivel de servicio. Dicho acuerdo se da entre el área de TI y el área
usuaria para definir el nivel aceptable del servicio. El nivel aceptable se define típicamente
desde la perspectiva del usuario, en términos de tiempo o unidades de trabajo. Idealmente, los
niveles de servicio deberán ser determinados por los requerimientos del negocio. En la vida
real, comúnmente se definen por experiencias del pasado, por ejemplo: “que el tiempo de
respuesta del servicio sea como mínimo al tiempo registrado actualmente, aun cuando se
llegue a incrementar la carga de trabajo”. En la medida que se pueda predecir o conocer la
carga de trabajo, se podrá mantener el nivel de servicio requerido. Para poder definir los
niveles de servicio, es necesario conocer la capacidad de respuesta de la infraestructura actual.
Una vez determinados los niveles de servicio, lo siguiente es analizar la capacidad actual de los
sistemas para determinar si están cumpliendo con las expectativas de los usuarios, y en base a
esto, hacer recomendaciones.
• Realizar una comparación de las mediciones de los elementos referenciados en los acuerdos
de niveles de servicio, contra los objetivos especificados. Esto proveerá información básica
para definir si el sistema es adecuado para soportar la capacidad requerida. Se establecen
líneas base, umbrales y alarmas.
• Ejecutar mediciones en los recursos del sistema (procesadores, memoria, discos, red,
etcétera). El análisis de estas mediciones permitirá detectar recursos sobrecargados que
podrían provocar problemas en el presente o futuro.
• Identificar los recursos demandados para cada una de las cargas de trabajo existentes. Esto
permite detectar y enfocar la atención en las cargas de trabajo que realizan la mayor demanda
de recursos del sistema.
• Una vez identificadas las cargas de trabajo, se debe realizar un análisis de los tiempos de
respuesta de cada uno de sus componentes, a fin de determinar cuáles son los recursos con
mayor impacto en el tiempo de respuesta.
Una pregunta muy común es: ¿cómo asegurar que el próximo año los sistemas no se
encuentren sobrecargados y el presupuesto del área por los cielos? La mejor forma de mitigar
tal riesgo, es con un plan de capacidad basado en pronósticos de procesamiento requerido. Lo
que debemos hacer es obtener un pronóstico de los requerimientos del negocio para con los
sistemas de TI en el futuro. Esta información se debe registrar en forma de incrementos de
cargas de trabajo, que a su vez se traducirá en una demanda de mayores recursos del sistema.
En base a modelados o prototipos de estas nuevas cargas, se definirá la configuración de la
infraestructura necesaria para soportarlas.