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EL DERECHO HUMANO A LA SALUD MENTAL

Ma.JennieDadorTozzini
CoordinadoraAdjunta
Observatorio del Derecho a la Salud

La salud mental abandona su viejo ropaje de estigmatización y dádiva y


empieza a ser vivida como un derecho humano indispensable para el
ejercicio de los otros derechos.

La salud mental involucra tanto a las experiencias cognitivas, es decir,


los procesos mentales y las percepciones, como a las afectivas y
relacionales o la manera en que las personas interactúan con los otros y
las otras. Esto ocurre en un contexto social, económico, cultural y de
relaciones de género donde la desigualdad y la ausencia de derechos
prevalecen y amerita una respuesta integral y diferenciada desde el
Estado, en tanto que una sociedad discriminadora e intolerante
incrementa las tasas de depresión, suicidio e infelicidad en las personas.

Invisibilizada por la epidemiología tradicional, hoy existe conciencia de


que si bien la ausencia de salud mental no es un factor principal en
aumentar la mortalidad, sí tiene un impacto en cómo vivimos y en cómo
nos sentimos; en nuestras capacidades para ser y estar, para producir y
participar. No en vano el Informe de la OMS 2001 sobre la salud en el
mundo, dedicado a la salud mental, señala que los trastornos mentales
constituyen la primera causa de años de vida saludables perdidos por
discapacidad.

Los retos de la salud mental entendida no como ausencia de


enfermedad psiquiátrica sino como derecho al goce de una vida mental
sana y plena, empiezan a tomar cuerpo en las medidas adoptadas por el
Ministerio de Salud en el último periodo, tales como la existencia de una
Estrategia Sanitaria en Salud Mental y Cultura de Paz.

Excluida hasta ahora de los planes de aseguramiento privados y con una


restringida oferta de servicios públicos, la que se concentra en los
hospitales o institutos especializados de los principales centros urbanos,
la salud mental se convierte en un privilegio inaccesible para un
porcentaje considerable de la población peruana, lo que en algunas
situaciones conlleva a una doble violación de derechos.

Así por ejemplo, en el caso de las víctimas de violencia ocurrida en un


contexto familiar, el acceso a los órganos judiciales demanda de la
evaluación previa del daño psicológico sufrido, requisito imposible de
realizar en muchas zonas alejadas del Perú. De esta manera, la persona
afectada no solo no tiene la posibilidad real de acceder a un servicio de
salud, sino que tampoco puede iniciar una acción judicial, lo que
incrementa su nivel de frustración y desesperanza, y convierte al Estado
en cómplice de los perpetradores privados.

En el caso de la salud mental de las personas afectadas por el conflicto


armado interno, superar las heridas del pasado implica garantizar no
solo la atención individual. Se requiere trabajar en lo colectivo para alejar
el miedo y la desconfianza instalados en el cotidiano interpersonal y
comunitario.

Y por supuesto, requiere también que nos interpelemos como sociedad


por los torturadores, muchos de los cuales cruzamos a diario y
probablemente pertenecen a ese “nosotros” hegemónico, que excluye a
esos “otros”, mayoritarios en lo numérico pero no en poder y acceso a
recursos. ¿No perdieron acaso la dignidad los torturadores? ¿no se
deshumanizaron? ¿cómo reconciliarnos con ellos?

Por último, recordar que cualquiera que fuera la expresión de la salud


mental que se afecte, estamos hablando de un derecho humano, frente
al cual el Estado peruano tiene la obligación de respetar, proteger y
cumplir con garantizar el acceso universal a los servicios y al
tratamiento, sin ningún tipo de discriminación; tal como lo establecen los
instrumentos internacionales ratificados por el Estado y la normativa
nacional.
Es en este contexto que el Observatorio del Derecho a la Salud del
Consorcio de Investigación Económica y Social–CIES, se propone
contribuir con información y opiniones de diferentes actores a colocar el
derecho a la salud mental y su exigibilidad en la agenda pública.

NUESTRA INVESTIGACIÓN: EXIGIENDO EL DERECHO A LA


SALUD MENTAL
Observatorio del derecho a la salud –CIES
Febrero 2006

Los afectados por el conflicto armado interno en el Perú en esta cuarta edición
del boletín del Observatorio del Derecho a la Salud desarrollamos el ámbito de
la salud mental en su perspectiva y panorama actuales.

El estudio del que hemos partido es Exigiendo el derecho a la salud mental.


Los afectados por el conflicto armado interno del Perú, elaborado por las
investigadoras Roxana Castellón y Lisa J. Laplante, auspiciado por CARE –
Perú, Defensoría del Pueblo, El Observatorio del Derecho a la Salud y Praxis
Institute for Social Justice.

El contenido de esta edición va más allá del tema tratado en el estudio e intenta
presentar una mirada general de los avances y retos del derecho a la salud
mental en nuestro país. No obstante, el estudio aborda uno de los asuntos
centrales de nuestra actual preocupación, que es el referido al derecho a la
salud mental y a la reparación de los afectados por el conflicto armado en la
etapa de la violencia política. Y que gracias al impulso de diversos actores
involucrados, ha evidenciado avances significativos, que tienen mucho que ver
con el impulso que el Informe Final de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación otorga.

El estudio está dividido en cuatro capítulos:

El derecho a la salud mental en el orden internacional. De los alcances


expuestos en la investigación se podrá comprobar la actividad que organismos
como la OMS o la OPS vienen desplegando a lo largo de las últimas décadas,
y que han llevado al desarrollo y protección del derecho a la salud mental como
un derecho humano. Diversas instancias de acción en estos años han
producido criterios, recomendaciones, documentos, lineamientos y planes de
acción que los países deben tomar en cuenta.

El derecho a la salud mental en el orden nacional. En primer lugar se


analizan los elementos legislativos de la exigibilidad de este derecho en el país,
para luego pasar a la organización, los desafíos y los mecanismos que
salvaguardan el derecho a la salud mental.

La violación del derecho a la salud mental y el derecho a la reparación.


Este capítulo analiza los aportes de la Comisión de la Verdad y Reconciliación
en cuanto a la exigibilidad del derecho afectado. Es importante destacar a su
vez la emergencia del derecho a la reparación como parte insoslayable del
proceso de reconocimiento del Estado y de la sociedad a los afectados por la
violencia política, invisibilizados durante años por los medios de comunicación
y los poderes estatales. Importante es entender que se requiere de
presupuesto y de voluntad política para ir recuperando la salud mental de estas
víctimas y de toda la sociedad en su conjunto.

Resultados encontrados en casos particulares. Partiendo de casos


particulares de asociaciones de afectados que vienen luchando por recobrar los
derechos perdidos o negados, nos introducimos en esa realidad. Indultados,
liberados, afectados por este periodo de nuestra historia reciente son
identificados ellos y su labor. Acciones como la que el CAPS viene cumpliendo
de manera acertada también son analizadas, en este camino por el
reconocimiento y la vigencia del derecho a gozar de salud mental.

Este estudio es una pieza fundamental para entender la vigencia y la


exigibilidad de este derecho humano, que debe integrarse en todo proyecto que
aspire a convertir a nuestro país en uno de iguales.
LA CREACIÓN DE LA DIRECCIÓN EJECUTIVA DE SALUD
MENTAL NOS PERMITE DIRIGIR LA ESTRATEGIA NACIONAL,
DE MANERA QUE SE COMIENCEN A RESOLVER PROBLEMAS
QUE SON EVIDENTES Y PRIORITARIOS
Entrevista a Ricardo Bustamante Quiroz
Director General – Dirección de Promoción de la Salud
MINSA

El doctor Bustamante es uno de los impulsores y responsables de que se


haya logrado crear la Dirección Ejecutiva de Salud Mental en el MINSA.
En la presente entrevista nos trasmite claramente las limitaciones
actuales, los objetivos y las propuestas de esta nueva dirección. Así
como un panorama de lo que implica el derecho a la salud mental.

Doctor Bustamante, ¿cuál es el


panorama actual del derecho a la
salud mental en nuestro país?
La salud mental no ha estado en la
prioridad de la agenda de salud en el
país. Si bien es cierto ha existido un
Programa de Salud Mental en la década
pasada y hace más de dos décadas la
Dirección de Salud Mental que luego fue
Dr. Ricardo Bustamante (ASV) cerrada, el tema siempre ha sido
marginal. En primer lugar porque dentro
de la epidemiología clásica las atenciones por salud mental no aumentan las
cifras de mortalidad. Por otro lado tampoco existe en las cifras estadísticas
constancia de que haya mucha demanda por atención de salud mental.

¿Esta última afirmación cómo puede entenderse?


Son dos razonas bastante claras. En primer lugar no hay oferta. Mientras que
se puede encontrar atención materno infantil, para tuberculosis o VIH sida, en
salud mental no siempre está disponible la oferta. La mayor parte de las
atenciones en salud mental se siguen produciendo en los hospitales
psiquiátricos, y hay zonas del país que no cuentan con un especialista. Por otro
lado, como la salud mental no engruesa las cifras de mortalidad, no ha sido
visto como un problema de salud pública.

A pesar de ello las consecuencias pueden ser también graves.


Es cierto. A fines de la década pasada a nivel regional y mundial, se comenzó a
ver que si bien las enfermedades mentales no engruesan la mortalidad, lo que
si producen es una gran carga de morbilidad: enfermedad crónica, malestar,
disminución de la capacidad para el trabajo, menos rendimiento laboral,
pérdida de horas hombre/mujer, menor calidad de vida.
En el Perú la principal causa de años de vida perdidos por discapacidad
son los producidos por enfermedades neuro-psiquiátricas, y dentro de
esas la depresión ocupa el primer lugar.

En el Perú la principal causa de años de vida perdidos por discapacidad son los
producidos por enfermedades neuropsiquiátricas y dentro de esas la depresión ocupa el
primer lugar

¿Esas constataciones pueden aplicarse a la realidad peruana?


En un estudio de la Oficina General de Epidemiología que aún no se ha
publicado, se ha visto que en el Perú la principal causa de años de vida
perdidos por discapacidad son los producidos por enfermedades neuro-
psiquiátricas, y dentro de esas la depresión ocupa el primer lugar. En la
actualidad la edad media en que las personas presentan una depresión es diez
años menos que hace cuarenta años. Han aumentado también los cuadros
depresivos en adolescentes; ya que la posibilidad de generar frustración es
mucho mayor que hace varios años.

¿Qué significa en estos momentos la creación de la Dirección Ejecutiva


de Salud Mental en el MINSA?
Para los que hemos trabajado en este tema desde hace muchos años, significa
fundamentalmente el logro de una aspiración que hemos estado persiguiendo.
Hace veinte años existía la Dirección de Salud Mental en el Ministerio de Salud,
y eso permitía tener personal, planes, proyectos y presupuesto asignado.
Desapareció la dirección y en su lugar se creo el Programa Nacional de Salud
Mental, pero era una organización funcional, no tenía asignado personal ni
presupuesto. Entonces, la posibilidad de que exista una Dirección Ejecutiva de
Salud Mental beneficia.

¿Cuáles son esos beneficios que trae la creación de la Dirección


Ejecutiva de Salud Mental?
En primer lugar va a poner en la estructura del MINSA una dependencia que se
aboque específicamente a trabajar normatividad en salud mental, diseñar y
evaluar los planes nacionales, organizar el presupuesto, reorientar la inversión
de ser el caso. Nos permite dirigir la Estrategia Nacional de Salud Mental de
manera que se comiencen a resolver problemas que son evidentes y
prioritarios.

En ese sentido, ¿cuales son los problemas que afronta la nueva Dirección
de Salud Mental?

LOSSERVICIOS
El primero, que diría es de urgente necesidad, es el de los servicios. Hoy están
bastante atrasados en cuanto al enfoque que deben tener para ser eficaces.
Siguen concentrados en hospitales psiquiátricos: Noguchi, Larco Herrera y
Valdizán; en las regiones de Piura, Cusco y Junín, y servicios pequeños en
hospitales generales que no tienen mayor incidencia porque sólo sirven para
consulta.
La Dirección Ejecutiva va a poner en la estructura del MINSA una
dependencia que se aboque específicamente a trabajar normatividad en
salud mental, diseñar y evaluar los planes nacionales, organizar el
presupuesto, reorientar la inversión de ser el caso. ¿Eso deja un vacío
importante?
La mayor parte de problemas de salud mental que ocurren en la comunidad no
son asistidos. Un estudio del Instituto de Salud Mental nos ha permitido saber
en los últimos años cuáles son las características de la epidemiología de la
salud mental en el país. También nos da datos importantes, como que casi el
35% de la población en el Perú alguna vez en su vida ha tenido un
problema de salud mental, el 20% un problema de depresión y que el 10%
lo ha tenido en el último año.

¿Qué otros datos relevantes aporta este estudio?


Nos hacen ver que entre el 13 y 15% de la población que requiere atención es
atendida, pero que más del 80% de demanda sentida en salud mental no es
atendida; aparte, hay una gran cantidad de población que siente que no es
necesaria la atención.

¿Se requiere entonces un nuevo enfoque?


Los servicios tradicionalmente no han estado puestos al servicio de la
comunidad, han sido lejanos y marginales. Hay la necesidad de brindar un tipo
de servicio diferente. La propuesta en la Estrategia Sanitaria de Salud Mental,
es hacer un cambio hacia un modelo comunitario: buscar la forma para que en
un nivel inferior al hospital general existan servicios de salud mental insertados
a nivel de la comunidad. En Chile existe un modelo muy interesante, que ha
permitido que haya servicios especializados en salud mental en cada localidad;
Brasil también ha logrado establecer los centros de atención psicosocial
anexos a un municipio. Esto sirve para que los problemas identificados en la
sociedad como la violencia, las depresiones, la violencia juvenil, puedan ser
atendidos en la misma comunidad, porque para que un problema de estos
llegue a un hospital general va a pasar mucho tiempo.

¿En cuánto tiempo se podrá implementar esta parte de la estrategia?


Esto implica lógicamente un proceso, en Chile duró quince años, en Brasil más
de veinte. Se ha comprobado que el 50% de los problemas que se presentan
en la comunidad son resueltos en esos niveles. Hay un proyecto en ese sentido
en el Callao con personal del Larco Herrera y otro en San Juan de Lurigancho.
También se ha logrado con DEVIDA y la cooperación belga establecer en
ciertos municipios un centro de atención; tenemos ocho municipios que ya
trabajan con centros de atención en Lima, Trujillo y Arequipa.

ESTIGMATIZACIÓN DE LOS PROBLEMAS DE SALUD MENTAL


El segundo problema es el de la estigmatización de la salud mental. Se sigue
viendo a la salud mental como locura, lo que le da una connotación a priori
negativa; en eso no ayudan mucho los medios de comunicación, por el
contrario estigmatizan en los programas cómicos, periódicos, publicidad,
etcétera. Es una situación que se encuentra en un nivel macro. Por eso
pensamos que intervenir en salud mental no va a depender únicamente del
MINSA. Hay otros actores que pueden tener ingerencia como Educación y
Trabajo. Hay una serie de tareas que pueden ser desarrolladas de forma
conjunta. Que pasan básicamente por colocar el tema de la salud mental como
un derecho de las personas. Se esta preparando por ello un Plan Nacional de
Salud Mental, en el que cada sector se responsabilice en realizar acciones. Eso
pasa también por incorporar a las asociaciones de usuarios, a todos los que
trabajan en el tema de la salud mental, ONG, agencias de cooperación, en un
gran frente orientado a eso.

RECTORIA DEL MINSA EN SALUD MENTAL


Convertir al MINSA en el rector, ya que la rectoría en salud mental no se ha
visto en el país. Que se vea que hay de parte del MINSA una línea de trabajo
que va a desarrollar un proceso, y se entienda que no es una situación que va
a cambiar en uno o dos años. El MINSA ha descuidado el tema, por lo que
queremos empezar a recuperar esa rectoría.

LOSMEDICAMENTOS
El tema de los medicamentos es otro aspecto de nuestra preocupación. Si bien
es cierto existe un listado de medicamentos esenciales, también es verdad que
los seguros no cubren los medicamentos. Se ha logrado incluir en el SIS los
servicios de salud mental, pero no los medicamentos. Y como los
medicamentos se utilizan de manera continua hasta por años, los seguros
restringen su entrega. El paciente en salud mental, además de tener una
discapacidad para su trabajo, tiene que pagar por sus medicamentos, eso es
algo que tenemos que ir cambiando.

Durante el año 2005 ese ha sido el punto que se atacó de forma


prioritaria. La CVR hizo visible el problema, ya que si no hubiera habido
CVR posiblemente muchas de las cosas que hemos podido avanzar en
estos dos años no habrían tenido la velocidad que se ha logrado.

Doctor Bustamente, otro gran tema en salud mental es el de la población


afectada por la violencia política.
Durante el año 2005 ese ha sido el punto que se atacó de forma prioritaria. La
CVR hizo visible el problema, ya que si no hubiera habido CVR posiblemente
muchas de las cosas que hemos podido avanzar en estos dos años no habrían
tenido la velocidad que se ha logrado. Ayacucho, Huancavelica, Huanuco,
Junín, no tenían ningún tipo de atención en salud mental. El informe de la CVR
ha permitido al MINSA tener un sustento, un aporte para poder negociar,
inclusive con la cooperación internacional presupuestos. Hemos logrado para el
año 2005 y 2006 mediante la cooperación europea tener un insumo económico
que nos ha permitido colocar equipos permanentes de salud mental en las
zonas mencionadas. Además esos recursos también nos han permitido
disponer de equipos itinerantes del MINSA que viajan a nueve zonas del país a
dar atenciones y hacer capacitaciones.

¿Qué es lo que se tiene que asegurar en este caso?


Que este tipo de intervención pueda establecerse de manera permanente.
Porque tenemos una gran preocupación, y es que los proyectos si se acaba el
dinero no pueden institucionalizarse. Por eso hemos logrado con los gobiernos
regionales Acuerdos de Gestión, en los que el Gobierno Regional se
compromete a continuar con la atención de forma institucionalizada.

Se trata de un tema amplio y complejo.


La atención a población afectada por violencia política no puede reducirse a
consultas y medicamentos. Hay que hacer una serie de intervenciones en
memoria histórica, reconstrucción de lazos, pero hay que comenzar por lo
urgente: atender a personas que están sufriendo, que están con problemas, y
que no están siendo atendidas. Este plan es un objetivo prioritario hasta el
2010.

Percibo que los desafíos son grandes pero siento voluntad e ideas.
En ese sentido soy optimista, como Coordinador Nacional de la Estrategia,
reconozco que hemos tenido suerte. La gente que trabaja en salud mental en
esta gestión cuenta con el apoyo incondicional de la ministra Pilar Mazzetti, que
ha asumido el tema como propio. Ella ha sido la que ha impulsado la creación
de la Dirección Ejecutiva de Salud Mental.

¿Existe una mentalidad que debe renovarse en el ámbito de la salud


mental?
Esto aún no es entendido por personas que bajo un ordenamiento clásico
consideran que no es necesaria la Dirección, y que las actividades de salud
mental debían estar integradas en todas las direcciones, lo cual es
relativamente valido. Pero en este momento si se procedería de esa manera,
salud mental se pierde, se dispersa; porque no hemos tenido nunca algo fuerte,
algo que comience a normar, a crear documentos, a empoderarse; una vez que
se haya fortalecido si quieres lo distribuyes.

Pero al parecer en los últimos años se está produciendo una renovación.


Lo bueno es que en los últimos años esto ha trascendido al MINSA, se han
posicionado las organizaciones de familiares, las agencias, las ONG. Es un
triunfo de todos los que hemos creído que es posible poner salud mental en la
agenda. Tenemos sesenta días para implementar la dirección.

Finalmente doctor Bustamante, ¿qué más debemos considerar en este


aspecto de la salud pública?
Seguir trabajando en salud mental para poner en la mente y en el imaginario de
la población y de los decisores que el tema es prioritario. Es un trabajo que
tiene que hacerse teniendo en cuenta fundamentalmente que existe una
negación en la gente a tocar el tema, porque a veces les hace mirar hacia
adentro. Hay entonces que tener perseverancia y consistencia. Se pueden
encontrar en el camino varios obstáculos. Lo más importante es concentrar
fuerzas y aunar esfuerzos. Como diría Mariategui hace más de setenta años:
Somos pocos para dividirnos, por eso tenemos que trabajar juntos.
TRABAJAMOS ORIENTADOS HACIA UNA REINSERCIÓN QUE TIENE QUE

ESTAR EN RELACIÓN DIRECTA CON EL MEDIO FAMILIAR Y LABORAL

Entrevista al Doctor Francisco Bravo Alva


Director del Hospital Hermilio Valdizán

El Hospital Hermilo Valdizán es uno de los principales en salud mental en


nuestro país. El doctor Bravo Alva, nos introduce en la complejidad de un
establecimiento de estas características y nos permite conocer de cerca
sus actividades y las sensaciones que rodean su desarrollo.

Doctor Bravo, como director de uno de los principales hospitales en salud


mental, ¿cuál considera es el panorama acerca del derecho a la salud
mental en nuestro país?
En el momento actual me parece que el tema de salud mental está en la
agenda pública en varios niveles. Creo que el 2005 ha sido un año de
importancia. El hecho de que se haya unido esfuerzos nos da a entender que
podemos hacer más cosas. Desde la dirección del Hospital Hermilio Valdizán
estamos al tanto de todo lo que viene ocurriendo en el escenario internacional
como el nacional, entendiendo que son fundamentales los derechos humanos
de los pacientes. La creación de la Dirección Ejecutiva de Salud Mental en el
MINSA es un verdadero logro como espacio, esperamos se le dé toda la
fortaleza para que pueda cumplir su rol.

En salud mental hay un asunto clave, que tiene que ver con vencer
prejuicios y estigmatizaciones, ¿qué nos puede decir al respecto?
Hay dos temas: la estigmatización y la discriminación. Incluso en el mismo
sector salud algunas autoridades consideran al paciente altamente peligroso;
son creencias en las que se ve la estigmatización, que es paralela a la
discriminación. Pero se está avanzando en estos temas en la medida en que
todos estamos comprometidos. Nuestro hospital ha hecho muchos eventos
sobre estigmatización, para evitar el sensacionalismo que proviene también de
los medios de comunicación.

El departamento de promoción de la salud mental, con fuerte presencia


fuera del hospital, en Huaycán por ejemplo, con atenciones primarias en
salud mental.

Entrando a temas más concretos, ¿cómo está repartida la demanda por


salud mental y qué los diferencia a ustedes de los otros hospitales
dedicados a la salud mental?
Justamente, se viene revisando el nivel de actuación asistencial que estamos
dando desde los tres hospitales. El Noguchi tiene como objetivo central la
investigación, luego la docencia y el aspecto asistencial; en el caso del hospital
Víctor Larco Herrera y el Hermilio Valdizan, en primer lugar está su nivel
asistencial, luego la docencia y la investigación. La fuerte carga asistencial es
compartida entre nosotros y el hospital Larco Herrera.
En el caso del Hermilio Valdizán, ¿de qué cantidad de internos y
atenciones hablamos?
Nosotros contamos con trescientas camas para pacientes internados. Tenemos
el departamento de adultos, que es el mayor, donde se ven cuadros de
esquizofrenia, depresión, trastornos bipolares, trastornos de ansiedad y
algunas demencias seniles. Contamos con el departamento de adicciones, que
ve desde la dependencia alcohólica hasta la ludopatía; ambos son los que
tienen mayor hospitalización. Tenemos también el departamento del niño y
adolescente, ya que en el propio desarrollo se pueden identificar tendencias en
la salud mental. Contamos con el departamento de familia, en el que vemos
problemas de pareja y de familia. El departamento de análisis y modificación
del comportamiento, donde trabajamos la psicoterapia con un respaldo técnico
que permite que la persona se ayude a sí misma. El departamento de
promoción de la salud mental, con fuerte presencia fuera del hospital, en
Huaycán por ejemplo, con atenciones primarias en salud mental. Y contamos
con el Centro de Rehabilitación de Ñaña al que van personas con adicciones
que necesitan un tratamiento más prolongado.

¿El Valdizán tiene participación en los problemas expuestos por la CVR


en cuanto a salud mental de afectados por violencia política?
Cabe resaltar que cumpliendo con las recomendaciones de la Comisión de la
Verdad, el hospital tiene cuatro grupos itinerantes que salen mensualmente a
Tarapoto, Puquio, Huancayo y Bagua. Se pensó que sólo iba a ser para las
personas que sufrieron la pérdida de un ser querido o fueron testigos de
hechos traumáticos, pero al ir allá encontramos que el problema de salud
mental abarca mucho más. La demanda desbordó, por ello también ofrecemos
capacitación al personal de la zona.

Recorriendo el hospital se observa una fuerte demanda de consultas


externas, ¿están en aumento?
La tendencia actual es ir hacia menos casos de internamiento, y si éste se
diese, tratar de que sea por el menor tiempo posible. Trabajamos orientados
hacia una reinserción que tiene que estar en relación directa con el medio
familiar y laboral.

Debemos ir reajustando los tratamientos con nuevos protocolos que


tengan validez, que el paciente se sienta satisfecho de la atención, con un
acercamiento mucho más humano, mejorando la interrelación entre el
paciente y el médico.

¿Eso tiene que ver con los modelos de atención?


Efectivamente, estamos tratando de cambiar los modelos de atención. Dar más
énfasis a consulta externa, a las psicoterapias de grupo respetando las
individuales, la demanda está creciendo en ese sentido. Debemos ir
reajustando los tratamientos con nuevos protocolos que tengan validez, que el
paciente se sienta satisfecho de la atención, con un acercamiento mucho más
humano, mejorando la interrelación entre el paciente y el médico.

¿Cuáles son las principales dificultades que enfrenta el hospital?


El principal problema es el del presupuesto. El hospital cuenta con casi
quinientos trabajadores en tres turnos. El presupuesto en salud siempre tiende
a restringirse y la salud mental termina siendo la cenicienta. Contamos con
recursos directamente recaudados por los servicios que brindamos, pero la
mayoría de pacientes son de mínimos recursos económicos y además hay
pacientes derivados de otras instituciones. Cuando trabajamos en una
comunidad como Huaycán notamos que hay una demanda potencial muy
grande que se genera fácilmente. Además de recursos económicos
necesitamos más personal, más siquiatras, sicólogos, internos. También
tenemos a los pacientes abandonados, que son entre el diez y quince por
ciento; la familia los olvida y la sociedad también, son pacientes
institucionalizados.

¿Qué alternativas existen frente a los problemas que nos comenta?


Estamos proyectando la creación de una casa de medio camino, donde estén
pacientes que no necesiten entrar al hospital para que puedan estar más cerca
a la comunidad y así no perder vínculos. Venimos conversando con la
dirigencia de Huaycan para que evalúe si nos conceden un terreno, para
construir una casa de medio camino: una filial de reinserción social.

Existe un tema siempre presente en el ámbito de la salud mental, que


tiene que ver con los malos tratos a los pacientes, ¿qué tanto de realidad
y de mito hay en eso?
En nuestra experiencia siempre hemos tenido el cuidado que merece un
paciente como ser humano: el mayor respeto y la defensa de sus derechos. No
podemos negar que puede haber habido alguna dificultad en uno u otro caso.
Pero eso viene cambiando. Este es un hospital hasta cierto punto docente, acá
hacemos docencia en pre-grado de medicina, enfermería; y en pos-grado con
los alumnos de San Marcos. Gran número de psiquiatras en nuestro país han
sido formados en este hospital. Desde el momento en que ingresa el paciente,
es nuestro, y le damos todo el margen de protección a sus derechos. Sin
embargo, si ocurriese algo, se toman las medidas del caso. Hay campañas de
derechos humanos, visitas inopinadas de la Defensoría del Pueblo, y nos
parece bien que así sea.

Finalmente doctor Bravo, no quería dejar pasar la oportunidad de


preguntar a alguien de su experiencia si es posible definir lo que
conocemos como locura.
No hay una línea que defina lo normal de lo anormal. Todos tenemos una
personalidad que puede ser normal dentro de determinados parámetros. Pero
todos tenemos algunos rasgos, que en algún nivel o circunstancia de la vida
pueden aflorar. Tratamos de que el termino locura no sea usado, porque deriva
en la estigmatización. La depresión ya es un problema de salud mental, y se
calcula que el quince por ciento de la población mundial lo sufre, o los
trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia. Nuestra labor está
relacionada con las neurociencias pero también con las ciencias sociales,
porque necesitamos entender la cultura y la salud de las personas, para no ver
en lo que no conocemos lo anormal.
“SI NO ENCARAS EL PROBLEMA DE ALGUIEN EN MEDIO DE SU
CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL Y CULTURAL, NO LO VAS A ENTENDER.
ESE ES EL CAMBIO DE ENFOQUE Y LA PELEA QUE ESTAMOS
DANDO”

Entrevista a Tesania Velásquez


Psicóloga - Responsable del Programa de Servicios Demus
http://www.demus.org.pe/

Incidiendo en la perspectiva de género y presentando un enfoque


intercultural, Tesania Velásquez, a partir de la experiencia de Demus
actualmente en Manta, nos acerca al trabajo de reconstrucción de la
salud mental y a los problemas y posibilidades que de éste se derivan.

Tesania, ¿qué proyecto en salud mental viene trabajando Demus en la


actualidad?
En Demus hace un año hemos comenzado un proyecto en Huancavelica, en la
comunidad de Manta. Este proyecto tiene dos ejes de acción. Uno es en salud
mental comunitaria y el otro en justicia y reparación. Es interesante porque el
trabajo que veníamos haciendo se centraba en la defensa de derechos de las
mujeres en Lima. Demus no trabajaba en zonas rurales. Esta es una primera
experiencia en ese sentido y de envergadura, ya que supone un equipo de
trabajo de seis personas que se traslada doce días al mes a un local
descentralizado en la zona.

¿A qué responde esta intensión de Demus de intervenir en esta


problemática?
El marco de trabajo de este tipo de intervención tiene que ver con el Informe
Final de la Comisión de la Verdad, que permite a diferentes instituciones y
profesionales involucrarse y conocer mucho más de cerca lo que fue el
conflicto armado interno. Es así que acogiendo las recomendaciones de la CVR
diseñamos este proyecto de intervención.

¿Se trata entonces de un enfoque a la psicología del grupo afectado?


Como es difícil discriminar quién es más víctima, lo que se ha observado es un
grupo humano afectado por el conflicto. Manta es una comunidad que tiene
unas ciento ochenta familias. El trabajo tiene un enfoque comunitario. Este
aporte comunitario permite entender la problemática histórica y social a la par
que la problemática individual, que no son fenómenos aislados. Eso es central
para la propuesta de la institución: Entender que no es una persona la afectada
sino el conjunto social.

Este aporte comunitario permite entender la problemática histórica y


social a la par que la problemática individual, que no son fenómenos
aislados.

¿Qué significa una intervención con enfoque de género y qué aporta una
institución feminista en este caso?
Los derechos humanos reconocidos en el ámbito internacional suponen los
derechos civiles y políticos así como los derechos económicos, sociales y
culturales. En nuestro país los derechos civiles y políticos son considerados
derechos fundamentales mientras que los DESC quedan colocados en otro
nivel. Estos grupos de derechos, que son inseparables, se han dicotomizado y
jerarquizado en dos grandes bloques; donde los DESC han sido entendidos por
muchos y por mucho tiempo como derechos de segunda generación. El
derecho a la salud es un derecho humano que entra en la categoría de los
DESC, por eso durante décadas ha sido invisibilizado como tal.
Esta diferencia más política que racional coloca a los DESC como derechos
progresivos. Es decir, el Estado responde en la medida de sus posibilidades a
las demandas. Mientras que los derechos civiles y políticos cuentan con
diferentes mecanismos de exigibilidad frente a los Estados. Nosotros creemos
que en realidad esta diferencia no ayuda y más bien invisibiliza la salud como
derecho fundamental. Además toda afectación de un derecho humano implica
la afectación de los otros porque los derechos humanos son de carácter
universal, integral, indivisible e interdependientes.

Específicamente, ¿que problemática identificas desde una perspectiva de


género?
Por otro lado y cruzando una perspectiva de género, la situación de las mujeres
se complica ya que socialmente han tenido menos acceso al ejercicio de sus
derechos y les cuesta colocarse en primer plano, su relación con el entorno es
en función de los otros. La realidad nos devuelve que luego de procesos de
conflicto armado las mujeres pueden organizarse para pedir reparaciones y
apoyo psicológico para los hijos, la familia, la comunidad; pero quedando ellas
excluidas de las demandas y posibilidades de reparación.

¿Cuál ha sido el proceso para seleccionar esta comunidad?


Sobre la base de los datos de la CVR hicimos un primer diagnóstico: Un viaje
para realizar entrevistas, talleres, reuniones con autoridades, mujeres,
organizaciones, adolescentes y niños. A partir de ese diagnóstico establecimos
que la comunidad ya podía identificar la problemática de su salud mental. Pero
no de la manera en que nosotros lo denominamos, tenían otra manera de
nombrarlo, pero nos referíamos a lo mismo: tristeza, dolor físico y mental.

¿Qué otros síntomas presenta una comunidad afectada en su salud


mental?
Un vacío al interior de las familias que se hereda a niños y jóvenes, como parte
del quiebre que produjo la violencia. Esta fue una zona tomada por Sendero a
la que el ejército llega posteriormente, en el año 1983, y sin embargo hasta hoy
se heredan los problemas. Esta llegada del ejército trae consigo la instalación
de una base militar por quince años, lo que la convierte en una zona
militarizada, que reproduce otro tipo de violaciones a los derechos humanos.
Hay muchas mujeres violadas y muchos hijos de militares no reconocidos.

¿La violencia como un continuo en el devenir de Manta?


La violencia no es un evento, sino es algo que se reproduce en la historia, hoy
es una zona en la que se siguen dando casos de violencia sexual: Un
constructor de la capital que gana una licitación para construir un colegio viola y
luego desaparece. Se sigue repitiendo la historia de violencia, y el daño se va a
seguir dando.
Nosotros somos una ONG que trabaja con las personas, y esa ha sido la
frase con la que hemos entrado a la comunidad

¿Qué diferencia observas en la percepción de la salud mental de los


pobladores rurales y de los urbanos?
La propuesta de cruzar diferentes fuentes de información nos ofrece miradas
más complejas e integrales sobre la problemática de salud mental y su
ejercicio. No basta con nuestras propias interpretaciones y lecturas, ni la de
aquellos profesionales y funcionarios involucrados en la temática en nuestro
país, es necesario escuchar a los mismos afectados y afectadas del conflicto
armado. Esas voces nos devuelven otras razones para explicarnos el por qué
no se ejerce el derecho.

¿A qué aspira este proyecto que Demus viene trabajando en Manta?


Algo que para nosotros fue un proceso largo y difícil ha sido trasmitir al resto de
la comunidad el sentido de la propuesta. Más aun con la precariedad
económica de esas zonas. Se espera que una ONG te ayude en producción de
bienes y que te dé resultados concretos en lo económico. Nosotros somos una
ONG que trabaja con las personas, y esa ha sido la frase con la que hemos
entrado a la comunidad. Pero ha costado mucho hacer entender que no
trabajamos generando productos o regalando calaminas. El enfoque no es
determinar a un individuo que tiene un problema, sino que este individuo
represente al conjunto de la familia y de la comunidad.

¿Qué otras particularidades tiene este proyecto?


Se trata de un trabajo de género intercultural. Trabajamos principalmente con
mujeres, pero eso no quita que trabajemos con adolescentes, autoridades y
niños. Manta se encuentra a cinco horas de Huancayo, no hay luz ni agua ni
carretera. Hablar de salud mental es hablar de un problema de derechos y de
desarrollo. En enfoque de Demus es que la salud mental es parte de un
conjunto de exigibilidades y de derecho a un servicio, para que la gente pueda
sentirse mejor consigo misma.

¿Sienten que este enfoque en salud mental se ha entendido por los


responsables en la sociedad y el Estado?
Hay cada día un reconocimiento mayor a la importancia de la salud mental: No
me basta con tener comida, debo sentirme bien. Hay mucho por hacer. Pero sí
hay que reconocer que el MINSA ha creado la Dirección Ejecutiva de Salud
Mental y está haciendo sus mejores esfuerzos con mucha apertura para
dialogar con la sociedad civil.

¿Qué problemas han identificado que sean responsabilidad del Estado?


No hay recursos para tener personal especializado en cada lugar. Pero así
tuvieras los recursos en el país el tema de la salud mental recién se está
incorporando en la agenda. No cuentas con profesionales formados ni
preparados en este tipo de problemática, la mirada sigue siendo muy
medicalizada, centrada en salud o enfermedad, y no incluye derechos,
interculturalidad, desarrollo, genero. El problema viene desde la formación. Hoy
en psicología no hay buena formación que responda a ese tipo de demandas.

¿Cuál será la duración de este proyecto y su sostenibilidad?


Es un proyecto de mediano y largo plazo. Tenemos asegurado un
financiamiento de tres años que nos permite hacer un trabajo mucho más
sostenido, obtener experiencia, entender las dificultades en términos de
aprendizaje. En un proceso de dialogo y comunicación con los actores en cada
entorno.

¿Qué resultados esperan obtener en esta primera etapa?


Planteamos esta primera fase del proyecto como un proceso de construcción
del vínculo, y eso es para nosotros ya un resultado. La creación de ese vínculo
permite a la comunidad volver a confiar y establecer un tipo de relaciones
diferentes. Ahí hemos centrado toda nuestra energía a lo largo de este periodo.
Porque creemos que a partir de ello va existir una mirada diferente de sí
mismos y del entorno. Anteriormente ha habido mucha desconfianza ante las
personas que iban llegando. Hasta la CVR en su momento fue vivida como otra
llegada extraña de personas de fuera, que solicitaba información y luego
ofrecía nada. Pero la idea de sostenibilidad, de tener un local y mantenerlo,
genera un vinculo distinto Manta-Demus. Construir un modelo diferente, por ahí
va nuestro trabajo.

Sobre la base de los datos de la CVR hicimos un primer diagnóstico: Un


viaje para realizar entrevistas, talleres, reuniones con autoridades,
mujeres, organizaciones, adolescentes y niños.

¿Son distintos los grados de afectación psicológica de las violaciones a


los derechos humanos dependiendo de la procedencia del afectado?
En sociedades donde impera la desigualdad, la violencia afecta también de
manera diferenciada a las personas donde los estratos más humildes,
excluidos y marginados del país fueron el principal blanco de la violencia
subversiva y contra-subversiva. No es casual que los departamentos más
afectados fueron aquellos que son considerados los más pobres del Perú. La
salud mental es vivida como una dádiva, una caridad, un estado demasiado
ideal para ser real, donde el sujeto y sus deseos son invisibilizados por los
otros y por uno mismo. Es decir, prima la necesidad y la supervivencia. Si la
sociedad no contribuye a reconocer nuestra condición de ser sujeto es muy
difícil que cada persona lo pueda hacer. Apropiarnos de nuestra condición
física y psíquica es una tarea constante en medio del ataque social y
económico que desubjetiviza.
Esta situación se acentúa en el conflicto armado donde la violencia presupone
una relación desigual de poder entre sujetos, anulando a unos, justamente a
aquellos pertenecientes a los grupo excluidos, los que a su vez ven limitado el
disfrute de las oportunidades económicas, sociales, culturales y políticas
existentes en una sociedad; con lo cual se afecta sus derechos y el ejercicio de
la ciudadanía.
¿Por qué se escogió Manta?
Demus venia trabajando en Lima el problema de la violencia sexual, y uno de
los grandes problemas que se ha encontrado en Manta ha sido el de la
violencia sexual de la época del conflicto armado y post conflicto armado.
También responde a uno de nuestros ejes institucionales que es el trabajo en
violencia contra la mujer.

¿Cómo enfrentar esta diversidad desde las políticas en Salud Pública


según su experiencia?
Se debe recoger las definiciones sobre salud mental que tienen las personas,
eso imperativo para diseñar una política pública sobre salud que sea inclusiva y
basada en el reconocimiento. Lo otro es negar la diferencia y suponer
definiciones universales y únicas. Lograr este diálogo permitiría conocer y
reconocer a la salud mental como un derecho, con lo cual se reducirían los
obstáculos existentes para el ejercicio y/o la exigibilidad del mismo.

¿Hablamos de un claro enfoque intercultural?


Pero el enfoque intercultural no es sólo una etiqueta que debe acompañar las
políticas y planes que se diseñen de intervención en salud en nuestro país, es
principalmente una forma diferente de entender y reconocer nuestras
diferencias. El estudio señala que las atenciones y programas de prevención y
promoción no consideran el enfoque de interculturalidad, pero que además no
se cuenta con profesionales especializados en atender la salud mental de las
personas afectadas por el conflicto armado. Quedan pendientes tareas no sólo
a nivel del Estado y la sociedad civil sino de la academia y los planes de
formación universitaria.

¿Se requiere repensar entonces el concepto de salud mental?


Es claro que en un país diverso y multicultural no compartimos la definición de
salud y en especial de salud mental. Lo necesario para conseguir un estado de
salud mental óptimo no es lo mismo para las diversas matrices culturales como
las que se encuentran en la sierra sur y la selva. Por ejemplo, en el proyecto
sobre salud mental y justicia que DEMUS viene ejecutando en una comunidad
de la cuenca norte de Huancavelica, los primeros hallazgos señalan que para
los hombres y mujeres de la zona, el logro de la salud mental es el equilibrio
entre los diferentes sentimientos de tristeza y alegría. No es solo la presencia
de sentimientos de alegría, lo cual podría ser entendido desde una lectura
occidental. Es decir, coexisten los sentimientos de tristeza o pena (llaki), susto
o miedo (manchay) y rabia o cólera (piñay). Categorías que por lo demás
forman parte de una comprensión andina de los desordenes sicológicos, que
asimismo se inscriben en una lógica terapéutica propia.

Finalmente Tesania, ¿Qué reflexiones te suscita este proyecto?


Nuestro país exige una mirada diferente de lo que es salud mental. Sino
encaras el problema de alguien en medio de su contexto histórico social y
cultural, no lo vas a entender. Ese es el cambio de enfoque y la pelea que
estados dando. Llegar a una nueva conceptualización de la salud mental. Más
que agotar el término, hay que redefinir sus contenidos. Salud mental es un
término rico, nos puede decir mucho entendiéndolo de una manera que rompa
la dicotomía tradicional loco no loco, sano enfermo.
LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA NO SE DETIENEN EN LOS
AFECTADOS DIRECTOS, SINO QUE VAN PRODUCIENDO UNA SERIE DE
PATRONES Y SECUELAS A NIVEL TRANSGENERACIONAL

Entrevista Carlos Jibaja Zarate


Director Ejecutivo del CAPS
Centro de Atención Psicosocial

Entender que las causas del deterioro en la salud mental no están


circunscritas a la etapa de la violencia política en el Perú, sino que
nuestra sociedad sigue produciendo sus causas y efectos, es una de las
constataciones que el licenciado Jibaja nos brinda en esta entrevista.
Además nos habla de las actividades del CAPS.

Doctor Jibaja, ¿nos puede explicar acerca del origen del CAPS?
El Centro de Atención Psicosocial inicia sus actividades en 1994, a partir de
una convocatoria de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos para
cubrir el vació en la atención a personas afectadas por la violencia política.
Somos una ONG que forma parte del colectivo de la CNDDHH.

¿Cómo podríamos definir el objetivo principal de una institución como el


CAPS?
Que las personas que se acercan a nosotros recuperen su rol, lleguen ser
sujetos de derecho ciudadano, porque muchas veces son personas excluidas
de la sociedad, en extrema pobreza que sienten que no tienen ningún derecho.

En ese sentido, ¿en qué forma intervienen ustedes en personas o


comunidades?
Tenemos diferentes modalidades de intervención. La modalidad principal por
varios años en el CAPS fue la psicoterapia individual, que tiene con diferentes
componentes. Por ejemplo, una persona torturada es una persona que requiere
de diferentes servicios simultáneamente. Muchas veces requiere de
fisioterapia, porque quedan con el cuerpo y la salud bastante deteriorada; y un
trabajo de atención social, en el que requieren de un acompañamiento para
que puedan tener acceso a ciertos servicios del Estado o de otra ONG.
También, si es que hay necesidad, a veces se procede a una atención
psiquiátrica para calmar el nivel de ansiedad o de angustia que tienen. Hay
diferentes componentes a nivel individual para el tratamiento de personas
afectadas por violencia política.

Hay diferentes componentes a nivel individual para el tratamiento de


personas afectadas por violencia política.

Sobre la atención a comunidades o grupos, ¿qué nos puede señalar?


Más allá de eso tenemos modalidades de intervención grupal. Hemos
intervenido por varios años en comunidades como Santa Cruz, Monterrey,
Chinco, que son básicamente zonas en donde la gran mayoría de sus
habitantes son desplazados por la violencia política, muchos de ellos afectados
directamente con familiares desaparecidos. Hemos trabajado con los niños y
niñas de las comunidades, fortaleciendo el trabajo de las promotoras.

¿Arrastran las secuelas a pesar de ser hijos de los afectados que no


sufrieron directamente la violencia?
Lo que pasa es que hay que ser muy claros. Las consecuencias de la violencia
no se detienen únicamente en los afectados directos, sino que van produciendo
una serie de patrones y secuelas a nivel transgeneracional.

¿Cómo es la recepción de las personas a la labor de instituciones como


CAPS u otras que trabajan en este sentido?
Yo diría que es variado. Depende muchísimo de los primeros pasos que se
realicen. Por lo general una intervención a nivel comunitario tiene que tener un
diagnóstico situacional participativo, es decir, se tienen que dar pasos previos
para evaluar cuáles son las necesidades en la salud mental de la población.
Las comunidades pueden confundir salud mental con algún otro tipo de
propuesta de desarrollo o propuesta asistencialista, entonces es muy
importante desde el inicio deslindar en qué cosas estamos proponiendo ayudar
y en qué cosas no. Muchas personas efectivamente luego de ese deslinde
aceptan de buen grado el trabajo en ese aspecto y otras personas no,
simplemente dicen teníamos otra idea o dejan de venir a estas entrevistas
iniciales previas a las actividades psicoterapeuticas del trabajo psicosocial.

¿La atención que brinda el CAPS distingue entre víctimas producidas por
la subversión y las afectadas fuerzas del Estado?
No realizamos esa distinción. En el CAPS recibimos a los afectados por la
violencia política que se acercan a nosotros enviados por alguna red u ONG.
Entendemos que se trata de seres humanos afectados en sus derechos
humanos cuya atención no puede ser limitada.

Si bien ahora es claro que se afectó la salud mental con de la violencia


política, ¿qué es lo que viene sucediendo hoy, se siguen practicando
abusos como la tortura u otros en el país?
La tortura sí existe en la actualidad en nuestro país. Ya no en la magnitud y con
la dinámica de los momentos de la violencia política, ni es tan pronunciada
como en otros países latinoamericanos. Hoy se concentra en abusos de las
fuerzas policiales frente a detenidos; se ve como una práctica normal el hecho
de golpear o maltratar al algún delincuente o detenido. Existen también los
casos de abusos denunciados al interior de las Fuerzas Armadas. Hay que
dejar en claro que los abusos físicos constituyen formas de tortura.
En el CAPS recibimos a los afectados por la violencia política que se
acercan a nosotros enviados por alguna red u ONG. Entendemos
que se trata de seres humanos afectados en sus derechos humanos
cuya atención no puede ser limitada.

¿Puede esto último ser producto de una continuidad de la violencia


política transformada hoy en violencia social de menor intensidad?
Si nos detenemos un poco a observar determinados comportamientos sociales,
podremos ver que hay sensaciones como la inseguridad, la desconfianza, el
rechazo a determinadas personas, que son consecuencia de la violencia que
trasciende en el tiempo de distinta forma. Nuestra sociedad está muy lejos de
considerarse recuperada de los recientes años de enfrentamiento, y sigue
arrastrando algunos de sus prejuicios que la acompañan desde hace mucho.
Los medios de comunicación también reflejan esas exclusiones en la publicidad
o en ciertos programas.

Sobre la continuidad de la agenda que el Informe Final de la CVR propone


al país, ¿cómo observan esto a la luz de la campaña electoral y el próximo
cambio de gobierno?
Estamos preocupados. No se ha incorporado estos temas en la agenda de la
discusión electoral. Por el contrario en los principales grupos o partidos que
aspiran a gobernar hay una posición ambigua frente al tema o hasta de
soslayo. Y representantes o candidatos que tienen acusaciones de violaciones
a los DDHH que no han aclarado. Debiera haber un acercamiento a este tema.

¿En aspectos como las reparaciones y otros?


En el campo de la reparaciones se ha avanzado, el Estado en cierto sentido ha
asumido esa responsabilidad. Pero hay una disyuntiva para determinar si éstas
deben ser individuales o grupales. El gobierno ha optado por aplicar las
reparaciones en un sentido grupal. La implementación del registro nacional de
víctimas también es otro aspecto que contribuirá a tener más claro a los
afectados en salud mental o a los posibles receptores de las reparaciones
futuras.

Finalmente doctor Jibaja, ¿cree que en el Perú se ha avanzado en la


conciencia del derecho a la salud mental?
En este campo uno siempre es optimista. De otro modo sería muy difícil poder
trabajarlo si es que no tuviéramos esas dosis de optimismo en la que los
pequeños cambios que se realizan son vistos con la esperanza de que las
cosas están cambiando. Efectivamente ha habido algunos cambios en los
últimos cinco años. La CVR es una plataforma importante, pero eso no quiere
decir que sea una situación totalmente libre de problemas o dificultades.

CONOCER APROVAL, DEJA UNA SENSACIÓN POSITIVA. NOS HACE VER


QUE MÁS ALLÁ DE LAS DIFICULTADES Y DE LA ESTIGMATIZACIÓN, HAY
VOLUNTAD Y SOLIDARIDAD EN DISTINTOS ÁMBITOS DE NUESTRA
SOCIEDAD.

Entrevista a las mujeres de Aproval Asociación Pro Apoyo a los Pacientes del Hospital Hermilio
Valdizán

Cuéntenos acerca de Aproval


Aproval es una asociación que brinda apoyo integral a todos los pacientes. Se
formó por personal y cesantes de éste y otros hospitales preocupados por la
salud de los internos. También pertenecen a Aproval algunos familiares de
pacientes. Este año Aproval va a cumplir diez años de vida.

¿Qué actividades tienen a su cargo en la actualidad?


Tenemos el botiquín-farmacia para ayudar a solventar los gastos de los
medicamentos. También administramos la cafetería, que es de donde
provienen la mayor cantidad de fondos con los que contamos. Nuestros
ingresos son independientes del hospital. En algunas ocasiones hemos
realizado charlas sobre la estigmatización hacia los pacientes con algunos
especialistas o jóvenes sicólogos.

¿Y este espacio en el que venimos conversando?


El hospital nos cedió el espacio y nosotros hemos construido las instalaciones
con los fondos recaudados. También organizamos algunos talleres como
manualidades, en los que apoyamos con alguna persona de Aproval que pueda
enseñar. Dos veces por semana les damos desayuno a todos los pacientes de
consulta externa, y para las fiestas organizamos actividades para todos.

¿Cómo nace la intensión de apoyar a estos seres humanos dejados de


lado por la sociedad?
Quizá por haberlos visto, trabajado con ellos, aparte vemos que existe la
necesidad de medicamentos. Nosotros compramos con los fondos de la
cafetería los medicamentos y se los damos a los pacientes de escasos
recursos. A veces conseguimos una que otra donación de laboratorios o
iglesias.

¿Se han integrado bien con el hospital?


Hemos logrado complementar el trabajo del hospital, nos entendemos bien.
En otros hospitales hay decenas o cientos de voluntarias, nosotros no somos
muchas. Acá nadie quiere venir, le tienen temor a los pacientes. Somos entre
quince y veinte mujeres que trabajamos directamente con los pacientes. Hay
algunas que estamos desde que se fundó Aproval. Pero también nos
reciclamos y cada cierto tiempo entran nuevas voluntarias que viven cerca de
la zona.

¿Qué se han propuesto para este año que se inicia?


Nuestro objetivo es tener más recursos para innovar en los talleres, enseñar
nuevas cosas. Como un taller de costura bien implementado para trabajar para
el hospital mandiles, ropa de cama. Y así mejorar la autoestima de nuestros
pacientes. Quisimos hacer una panadería hace un tiempo, nos donaron el
horno, pero la implementación era tan cara que tuvimos que donar el horno al
hospital para su cocina.

¿Qué piensan de su labor?


Es una de las mejores labores que puede realizar alguien porque se trata de
las personas más desprotegidas y olvidadas.

TESTIMONIO DE CANDELARIA RÍOS INDACOCHEA


FAMILIAR DE INTERNO DEL HOSPITAL HERMILIO VALDIZÁN

Hola Alexandro,

Como recordarás soy psicóloga, y teniendo un familiar con esquizofrenia,


comprenderás que tengo una visión bastante completa y compleja del tema.

En primer lugar la estigmatización de la que hablas viene de la asociación de


salud mental con los casos de esquizofrenia considerados como los "locos".
Pero en realidad la salud mental involucra desde el duelo que tú o yo podamos
sufrir tras la culminación de una etapa, pasando por el estrés post-traumático
de las víctimas de violencia política, hasta la anorexia que no es exclusiva de
modelos o reinas de belleza. Respecto a la esquizofrenia, la falta de recursos
económicos hace que en nuestro país esta enfermedad sea vista como
incurable, cuando en otros países, gracias a las medicinas y terapias
integrales, una persona con esquizofrenia puede vivir con tanta normalidad
como un diabético insulino-dependiente o un cero-positivo (que acá también es
estigmatizado).

De los 3 hospitales especializados en Lima, el Valdizán es el que muestra una


situación intermedia. Si vas al Honorio Delgado - Hideyo Noguchi, encontrarás
una atención y servicios aún mejores. Esto se debe a que teniendo la categoría
de instituto recibe un mayor financiamiento y se dedica más a la investigación y
actualización de su personal. Además siendo más pequeño, permite una mejor
distribución de los recursos.

La otra cara de la moneda es el Víctor Larco Herrera, que lamentablemente


tiene ganada su mala fama. La antigüedad de su infraestructura, y el haber
tenido pésimos directores son un factor. Pero también lo es el descuido a su
personal, que se ha mimetizado con los pacientes por no tener un apoyo
psicológico y capacitación constante.

Esa es la situación de Lima. Hasta donde sé, en otras ciudades no existen


hospitales con el nivel de especialización de estos tres. Es decir, con todos sus
defectos el Víctor Larco Herrera es mejor que lo que encuentras en Arequipa o
Trujillo. Y, como supondrás, esa es la situación de las ciudades más grandes.
Si llegas a una provincia o centro poblado no encuentras ningún psicólogo o
psiquiatra, excepto tal vez un serumista que no cuenta con el apoyo necesario.

Lo que me lleva a otro punto importante. Pese a los esfuerzos que se puedan
hacer desde el Sector Salud, estos siempre serán insuficientes si no hay una
coordinación con otros sectores estatales y privados. Por ejemplo, si tienes a tu
familiar en crisis, debes buscar la forma de trasladarlo por tu cuenta ya que los
bomberos por "seguridad propia" no prestan sus ambulancias para pacientes
de salud mental; la policía no mueve un dedo sin enfermeros, y lo mismo pasa
con el serenazgo... Ahora, si llamas a alguno de los tres hospitales te niegan la
ambulancia, sea porque no tienen o porque están restringidas para
determinados pacientes; finalmente la causa subyacente es la falta de
recursos.
De modo te queda contratar un taxi y por lo bajo a dos enfermeros para que
sujeten a tu paciente y lo lleven dopado o a la fuerza, según el caso. Lo cual
supone un costo adicional que oscila los S/.150 según el caso.

Finalmente, creo que lo que más limita el acceso a la salud mental son
precisamente los costos. Muchas veces se trata de enfermedades crónicas que
requieren una medicación constante, y aún las medicinas genéricas suponen
un gasto semanal de entre 10 y 30 soles. Sin embargo, estos medicamentos
tienen una serie de efectos secundarios (dolores de cabeza, etc) que hacen
que el paciente y la familia duden de sus beneficios y descontinúe el
tratamiento. La solución serían fármacos de marca y de última generación que
no tienen tantos efectos secundarios, pero entonces el presupuesto se elevaría
hasta unos 100 soles semanales. Ello fuera del tratamiento, es decir las citas.
El desconocimiento hace pensar a la familia y al paciente que la enfermedad
mental es como una gripe que se cura tomando medicamentos por unas
semanas, o en todo caso que la psicoterapia es innecesaria y que bastan las
medicinas, o viceversa, que la psicoterapia logra todo por sí sola.

Bueno, esos son algunos alcances, si deseas podemos conversar mas


extensamente al respecto, se me acaba la hora en la cabina

LA LEGISLACIÓN DEL MOMENTO NO CONSIDERÓ EL DAÑO A LA


SALUD MENTAL DE LAS PERSONAS, PRIMÓ LA SEGURIDAD SOBRE LA
PERSONA

Entrevista a Gabriela Joo


Trabajadora Social - Ideele
http://www.idl.org.pe

De las ONG en los momentos más críticos de la Gabriela Joo ha trabajado


de cerca el tema de los afectados por la violencia política tanto en
asuntos legales como posteriormente en la problemática en salud mental
derivada de esos años. Su aporte nos acerca a la experiencia
estigmatización social de los afectados a los que ahora el Estado busca
reparar.

Gabriela, cuéntanos cómo nace el interés del Ideele por la salud mental de
los afectados por la violencia política.
Fue una respuesta a la demanda de la gente que venía a pedir ayuda, sobre
todo legal, ya que estaban deteniendo a muchas personas en la ofensiva
contra el terrorismo, en los inicios de los noventas. Y como esa acción de
Estado fue relativamente eficaz, la gente prefirió no ver el otro lado de la
moneda que estaban viviendo. Como consecuencia de esto miles de personas
fueron detenidas injustamente. Así comienzan a llegar los casos a las
organizaciones de Derechos Humanos indicando que había inocentes
presentados con trajes a rayas condenándolos anticipadamente. Para nosotros
fue un reto decir en ese momento que se estaban equivocando.

¿Cuáles fueron las primeras acciones que se tomaron al respecto?


En 1995 se implementa un proyecto conjunto con varias organizaciones,
empezamos a recibir casos a nivel nacional. Tomamos la decisión de hacer
una campaña. En primer lugar para ir ubicando e identificando a las personas.
Por ejemplo en el caso de las detenidas en Santa Mónica el daño que se les
causaba era mucho mayor ya que se afectaba el vínculo con sus hijos; muchas
eran jefas de hogar y madres solteras con niños pequeños, a los que podían
ver sólo cada tres meses. La legislación del momento no consideró para nada
el daño a la salud mental de las personas, primó la seguridad sobre la persona.

Lo primero que hicimos fue hacer una historia de cada persona para
demostrar ante la justicia y la sociedad que estábamos hablando de
inocentes, y quitarles la máscara de terroristas
¿Cómo se inició este trabajo de reconstrucción de la salud mental?
Lo primero que hicimos fue hacer una historia de cada persona para demostrar
ante la justicia y la sociedad que estábamos hablando de inocentes, y quitarles
la máscara de terroristas. Luego de trabajar mucho con los medios de
comunicación, Fujimori entiende que debe dar una salida política al problema.
Así se crea la Comisión de los Indultos en 1996 y se comienza a flexibilizar el
régimen de seguridad.

Primero presionar por la libertad física y luego el trabajo de recuperación


mental.
No solamente era cuestión de ocuparnos de la parte jurídica del asunto, sino
trabajar todo el lado humano, ya que se había producido una destrucción de la
integridad de la persona. En el 2000 se logra que los psicólogos que trabajaban
este tema conformen el CAPS (Centro de Atención Psicosocial). Luego se logra
ingresar a los penales. Pero la labor no terminaba logrando la libertad de la
persona injustamente condenada.

¿Este trabajo previo le es útil a la CVR?


Luego de la salida de Fujimori un grupo de nosotros decidimos dejar a un
gobierno democrático la tarea. Se forma la CVR que recoge e incorpora el
trabajo previo en salud mental y el derecho a la reparación. Tanto así que en la
CVR hay dos personas del CAPS que trabajan el componente de salud mental.
Se comienza a entender que no se trata solo de reparaciones económicas sino
de ver a la persona en su integridad, qué paso con su familia, con su
comunidad.

¿Crees que se ha avanzado en la comprensión de la salud mental como


derecho?
Creo que ya no se niega, pero lo que falta aún son las formas en cómo hacerlo
vigente. No hay mucho personal especializado, recién hablamos de capacitar a
personal en zonas rurales. A veces los mismos afectados creen que no
necesitan atención, las comunidades piensan que los equipos llegan por un
tiempo a sacar información y se van a volver a ir. Entonces para qué tocar
estos temas que son difíciles y dolorosos.

¿El Ideele actualmente en qué proyectos sobre salud mental viene


participando?
Estamos en Huancavelica con un proyecto piloto. A su vez venimos
implementando un proyecto de seguimiento a las recomendaciones de la CVR
en el ámbito de salud mental. Trabajamos también con el CAPS para que en
Huancavelica se logren acuerdos con el Gobierno Regional y con algunos
gobiernos locales que puedan incorporar el tema y capacitar promotores en
salud mental. Desde nuestro proyecto, que es de seguimiento a las
recomendaciones de la CVR, hacemos de puente con las autoridades y
asociaciones de afectados. Venimos trabajando en el registro nacional de
víctimas.

No solamente era cuestión de ocuparnos de la parte jurídica del asunto,


sino trabajar todo el lado humano, ya que se había producido una
destrucción de la integridad de la persona
Gabriela, finalmente, ¿ante un tema tan complejo, qué consideras se debe
tener en cuenta para trabajar idóneamente en salud mental?
La mirada debe ser integral, trabajando para fortalecer la red que se ha creado.
Entender que estas personas pueden tender a la victimización, sólo a la
demanda, a no querer hablar de lo que les ha pasado. Es bueno también
comprender que todos estamos inmersos en esta tarea, que todos hemos sido
afectados. Considerar que lo que está pasando en el país es consecuencia de
esos años de violencia. Hay mucha negación, tendencia al olvido, se cree que
por hablar y analizar los temas se van a repetir situaciones. Ir buscando salidas
porque la única manera de curarnos es con la palabra.

POR QUÉ LA SALUD MENTAL ES UN DERECHO

En esta ventana de nuestra cuarta edición del boletín, hemos colocado los
enlaces que nos remiten a las principales normas, declaraciones y principios
relacionados con las actividades en salud mental. Se trata de un amplio campo
de estudio y de desarrollo médico legal que en nuestro país recién se incorpora
a la agenda de la salud pública. La nueva Dirección Ejecutiva de Salud Mental
del MINSA, tiene que concordar estos alcances internacionales con su
estrategia nacional en salud mental.

Monitoreo Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad


Informe regional de las Américas
http://www.risolidaria.org.pe/docs/ficheros/200507200015_62_0.pdf

Normas Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con


discapacidad
Naciones Unidas resolución 48/96, del 20 de diciembre de 1993
http://www.risolidaria.org.pe/docs/ficheros/200410110012_62_0.doc
Legislación sobre salud mental y derechos humanos
http://www.who.int/mental_health/policy/legislation_module_spanish.pdf

Principios de ética médica aplicables a la función del personal de salud,


especialmente los médicos, en la protección de personas presas y detenidas
contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes
http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/h_comp40_sp.htm

Naciones Unidas. Comité Especial encargado de preparar una convención


internacional amplia e integral para proteger y promover los derechos y la
dignidad de las personas con discapacidad. Séptimo período de sesiones
http://www.risolidaria.org.pe/docs/ficheros/200512200002_62_0.doc

Convención interamericana para la eliminación de todas las formas de


discriminación contra las personas con discapacidad
Aprobada en la primera sesión plenaria, celebrada el 7 de junio de 1999
http://www.risolidaria.org.pe/docs/ficheros/200410110016_62_0.doc

Declaración de los derechos de los impedidos


Proclamada por la Asamblea General de la ONU en su resolución 3447 (XXX),
de 9 de diciembre de 1975
http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/72_sp.htm

Proceso de dación de la Convención Amplia e Integral para Promover y


Proteger los Derechos y la Dignidad de las Personas con Discapacidad de la
Organización de las Naciones Unidas
http://www.risolidaria.org.pe/docs/ficheros/200410110017_62_0.doc

Salud Mental OMS Informe Región del Pacífico Occidental


http://www.wpro.who.int/health_topics/mental_health/

Declaración de los Derechos del Retrasado Mental


Proclamada por la Asamblea General en su resolución 2856 (XXVI), de 20 de
diciembre de 1971
http://www.risolidaria.org.pe/docs/ficheros/200410110013_62_0.doc

Documentos Institucionales

En estos links en primer lugar colocamos el Informe Defensorial sobre Salud


Mental y Derechos Humanos elaborado por la Defensoría del Pueblo, por ser
un documento actual que da un panorama claro en este campo. Se encuentran
a su vez los principales documentos en salud mental producidos por el MINSA,
como la estrategia y los lineamientos para las acciones que la Dirección
Ejecutiva deberá sostener y aplicar. También se encuentra un documento clave
en la actual circunstancia sobre las reparaciones a la población afectada por la
violencia política. Se colocan proyectos e informes de la OMS muy útiles para
esta problemática y un estudio sobre la salud mental durante la dictadura
pinochetista en Chile.

Informe Defensorial N 102: Salud mental y derechos humanos: La situación de


los derechos de las personas internadas en establecimientos de salud mental.
http://www.ombudsman.gob.pe/modules/Downloads/informes/informe_102.pdf

Plan General de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de


Paz 2005 – 2010.
http://www.minsa.gob.pe/portal/03Estrategias-Nacionales/10ESN-
SaludMental/Archivos/RM012-2006.pdf

Lineamientos para la Acción en Salud Mental


http://www.minsa.gob.pe/portal/03Estrategias-Nacionales/10ESN-
SaludMental/Archivos/10LineamientosSALUD_MENTAL.pdf

Plan Integral de Reparaciones en Salud para la Población Afectada por la


Violencia Política
http://www.minsa.gob.pe/portal/03Estrategias-Nacionales/10ESN-
SaludMental/Archivos/Informe%202004.pdf

Proyecto de la OMS sobre políticas y planes de salud mental


http://www.who.int/mental_health/policy/mhpp_brochure_spanish.pdf

El contexto de la salud mental. Conjunto guías sobre servicios y políticas de


salud mental. OMS
http://www.who.int/mental_health/policy/Maqueta_OMS_Contexto_Ind.pdf

Estudios sobre Salud Mental Chile 1973-1989 Equipo de Denuncia,


Investigación y Tratamiento al Torturado y su Núcleo Familiar.
http://www.derechos.org/nizkor/chile/libros/poder/

Documentos Institucionales

En estos links en primer lugar colocamos el Informe Defensorial sobre Salud


Mental y Derechos Humanos elaborado por la Defensoría del Pueblo, por ser
un documento actual que da un panorama claro en este campo. Se encuentran
a su vez los principales documentos en salud mental producidos por el MINSA,
como la estrategia y los lineamientos para las acciones que la Dirección
Ejecutiva deberá sostener y aplicar. También se encuentra un documento clave
en la actual circunstancia sobre las reparaciones a la población afectada por la
violencia política. Se colocan proyectos e informes de la OMS muy útiles para
esta problemática y un estudio sobre la salud mental durante la dictadura
pinochetista en Chile.
Informe Defensorial N 102: Salud mental y derechos humanos: La situación de
los derechos de las personas internadas en establecimientos de salud mental.
http://www.ombudsman.gob.pe/modules/Downloads/informes/informe_102.pdf

Plan General de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de


Paz 2005 – 2010.
http://www.minsa.gob.pe/portal/03Estrategias-Nacionales/10ESN-
SaludMental/Archivos/RM012-2006.pdf

Lineamientos para la Acción en Salud Mental


http://www.minsa.gob.pe/portal/03Estrategias-Nacionales/10ESN-
SaludMental/Archivos/10LineamientosSALUD_MENTAL.pdf

Plan Integral de Reparaciones en Salud para la Población Afectada por la


Violencia Política
http://www.minsa.gob.pe/portal/03Estrategias-Nacionales/10ESN-
SaludMental/Archivos/Informe%202004.pdf

Proyecto de la OMS sobre políticas y planes de salud mental


http://www.who.int/mental_health/policy/mhpp_brochure_spanish.pdf

El contexto de la salud mental. Conjunto guías sobre servicios y políticas de


salud mental. OMS
http://www.who.int/mental_health/policy/Maqueta_OMS_Contexto_Ind.pdf

Estudios sobre Salud Mental Chile 1973-1989 Equipo de Denuncia,


Investigación y Tratamiento al Torturado y su Núcleo Familiar.
http://www.derechos.org/nizkor/chile/libros/poder/

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