Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
No estás solo en el intento por gestionar tus intensos enfados. Tienes a tu disposición
diversas herramientas, sin embargo, ninguna será productiva, si te limitas a probarla un
par de veces.
Este tipo de respiración en la que desplazas el aire inspirado hasta la zona abdominal,
expandiendo el diafragma, te permitirá reducir la frecuencia cardíaca y repartir el oxígeno
de forma más equilibrada por tu cuerpo.
Es más eficaz, si a la vez que expiras lentamente el aire por la boca, te repites mentalmente
alguna palabra como “calma, relax, paz”, o cualquier otra que para ti vaya asociada a un
estado de tranquilidad.
Practícalo a diario, de modo que cuando llegue un momento de enojo profundo, te resulte
mucho más fácil atenuar la activación fisiológica que acompaña a tu cuerpo.
Tiempo fuera.
Póntelo fácil y concédete ese tiempo para omitir tu respuesta ante lo que te frustra,
pero hazlo en otro espacio diferente al del estímulo o persona que ha desencadenado tu
ira.
Si estas frases son habituales para ti, no es extraño que hayas perdido los papeles en más
de una ocasión. Te agarras enfados y dejas que te invadan esas interpretaciones
dramáticas y catastrofistas.
Esta técnica te invita a que detectes las palabras radicales, los conceptos absolutistas que
añaden dramatismo y rigidez a tus pensamientos.
Técnica de la Asertividad
La ira retenida y no expresada genera más ira. Necesitas exteriorizar lo que sientes sin
agredir, y es en eso justamente en lo que consiste la asertividad.
Expresar que discrepas o que estás molesto, sin mostrarte agresivo (alzar la voz, gestos
de rechazo, fruncir ceño…).
Algo útil es utilizar enunciados que empiecen por “yo me he sentido…cuando tú has
hecho…”, en lugar de descalificar al otro “es que tú…”, “hay que ser…” o
culpabilizar “me hundes, me ofendes, me agobias…”
De esta manera, le das una función positiva al enfado, pues te permite formular peticiones,
expresar quejas o críticas constructivas, movilizarte para el cambio, etc.
El ejercicio físico
Date la oportunidad de liberar esa emoción, canalizándola de forma positiva a través del
ejercicio físico; tarea, por otra parte, altamente recomendable para tu salud.
Cualquier actividad aeróbica que sea de tu agrado (nadar, correr o andar a paso ligero), te
ayudarán a aumentar los niveles de endorfinas en tu cuerpo, esos neurotransmisores del
cerebro que producen la sensación de bienestar. Sentirás como la ira se va diluyendo
gradualmente.