Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por ser el texto legal de más alta jerarquía, otras leyes y reglamentos no pueden
contradecir a la Constitución. Esto, normalmente, no sería un problema pero en
Chile sí lo es.
3. ¿Por qué?
En primer lugar, al ser la base legal de nuestra comunidad, es fundamental que una
Constitución cuente con legitimidad política y la nuestra, en cambio, es ilegítima en
su origen.
Lo cierto es que desde que Chile nació como Estado independiente en el siglo
diecinueve, ninguna de sus constituciones ha sido redactada de forma democrática,
pero la Constitución de 1980 tiene un origen especialmente autoritario.
Tras el golpe de Estado de 1973 la Junta de Gobierno, integrada por los cuatro jefes
de las fuerzas armadas, asumió el poder total, suspendió la Constitución de 1925 y
se arrogó el poder constituyente. Esa Junta encomendó la preparación de una nueva
Constitución a un grupo de expertos, la que fue después revisada por el Consejo de
Estado, órgano consultivo integrado por civiles y militares designados por Augusto
Pinochet.
Y el objetivo explícito de sus redactores fue que esta Constitución estableciera una
“democracia protegida”. ¿Protegida de quién? ¡De la voluntad mayoritaria del
mismo pueblo!
¿Pero qué pasó después? ¡Han pasado 30 años desde el fin de la dictadura!
Candados neoliberales
Según este principio, la actuación del Estado debe ser de carácter subsidiaria, es
decir, excepcional y sólo secundaria a la acción de los privados. Así, en lugar de
fortalecer el rol del Estado en materia de educación y salud y garantizar que la
educación pública y la salud pública sean dignas y de calidad, nuestra Constitución
debilita el rol del Estado y promueve la actividad económica privada por sobre la
pública.
Así, la actual Constitución mantiene este candado al rol del Estado, heredado
de la dictadura.
● Debilitó la aplicación de la ley de aborto en tres causales, al declarar que no
solamente los individuos sino las instituciones tienen derecho a una "objeción
de conciencia".
● Impidió que se reforzara el poder de los sindicatos en la Reforma Laboral de
2016, al declarar que la titularidad sindical era inconstitucional y permitir la
presencia de grupos negociadores en la negociación colectiva.
Y no solamente se trata de los candados que van contra las mayorías. Hay además
otras dimensiones de la Constitución de 1980 que la hacen poco democrática.
Por primera vez en nuestra historia, millones de personas nos hemos unido exigiendo
una nueva constitución de origen de democrático, la primera. Hay distintos
mecanismos para crearla, pero el más democrático y participativo es una Asamblea
Constituyente donde el pueblo escoja delegados representativos que redacten
nuestra nueva carta de navegación. Así, una vez aprobado ese texto, tendremos una
Constitución verdaderamente democrática que, si bien no va a solucionar todos los
problemas de la noche a la mañana, es esencial para proyectar un mejor país para la
mayoría y no solamente para unos pocos. La nueva constitución es la llave que nos
permite liberarnos de los candados neoliberales y anti-democráticos, y abrirnos la
puerta de una nueva forma de entendernos como sociedad.
abogadasrenegadas@gmail.com