Está en la página 1de 12

Santiago, veintiséis de marzo de dos mil nueve.

Vistos:
En autos rol Nº 1.228-07 del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo
de Temuco, doña María Merino de la Sotta deduce demanda en contra
de su ex empleador la sociedad Inmobiliaria Nueva Vía S.A., en
adelante INVIA, representada por don Jorge Colque Castillo y en
contra de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, representada por
don Edmundo Dupre Echeverría, en los términos del artículo 64 del
Código del Trabajo; a fin que se declare injustificado su despido y se
condene a los demandados en las calidades invocadas, al pago de las
prestaciones que indica, más reajustes, intereses y costas.
A fojas 12, la Empresa de Ferrocarriles del Estado evacuando el
traslado que le fuera conferido, opone excepciones y, en cuanto al
fondo, solicita el rechazo de la demanda por las razones que esgrime.
A fojas 19, la demandada Inmobiliaria Nueva Vía S.A., opone
excepciones y contesta la demanda solicitando el rechazo de la
misma.
En sentencia de treinta y uno de julio del año dos mil ocho, escrita a
fojas 210, el tribunal de primer grado rechazó las excepciones de
incompetencia del tribunal, nulidad de la obligación, prescripción, de
cosa juzgada y de falta de legitimación activa y pasiva opuestas por los
demandados y, en cuanto al fondo de la acción deducida, estimando
injustificado el despido de la actora, acogió la demanda condenando al
demandado principal al pago de la indemnización sustitutiva del aviso
previo y por años de servicios, está última aumentada en un 50%,
compensación de dos períodos de feriado legal, pago de cotizaciones
previsionales por el período comprendido entre el 1 de abril de 2003 y
30 de marzo de 2007 y la remuneración correspondiente al mes de
marzo de 2007. En cuanto a la demanda subsidiaria en co ntra de la
Empresa de Ferrocarriles del Estado, ésta fue acogida sólo en cuanto
se le condenó como responsable subsidiario del pago de feriados,
remuneración y cotizaciones previsionales a que fue condenado el
demandado principal.
El demandado subsidiario dedujo recurso de apelación y el
demandado principal recurrió de casación en la forma y apeló y la
Corte de Apelaciones de Temuco, en sentencia de veinte de octubre
del año dos mil ocho, que se lee a fojas 253, rechazó el recurso de
casación en la forma y confirmó la de primer grado, agregando nuevos
fundamentos.
En contra de esta última decisión, el demandado principal recurrió de
casación e la forma y en el fondo y la demandada subsidiaria dedujo
recurso de casación en el fondo, a fin que se la invalide y se dicte la de
reemplazo que indican, con costas.
Se rechazó por falta de fundamento el recurso de casación en el fondo
interpuesto por el demandado subsidiario y se trajeron los autos en
relación para conocer de los recursos de casación en la forma y en el
fondo del demandado principal.
Considerando:
I.- En cuanto al recurso de casación en la forma:
Primero: Que el presente recurso de nulidad se sustenta en la causal
del numeral 6° del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto
es, se imputa a la sentencia atacada el vicio de haber sido dada contra
otra pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre que ésta se haya
alegado oportunamente en juicio. Se argumenta que el fallo recurrido
rechazó la excepción de cosa juzgada opuesta por su representada en
relación al poder liberatorio del finiquito que las partes suscribieron el
día 31 de marzo de 2003, el que conforme lo ha reconocido en forma
reiterada la jurisprudencia, tiene la misma fuerza de una sentencia
firme y ejecutoriada, de modo que con éste, se extinguieron todas las
pretensiones ejercidas por la demandante que decían relación con el
vínculo que termino, en forma definitiva, el día 31 de marzo de 2003.
En consecuencia, al rechazar los sentenciadores del grado, la referida
excepción y prescindir del poder liberatorio del finiquito válidamente
otorgado, ordenando el pago de una indemnización por años de
servicios por un períod
o de diez años, ha incurrido en el vicio de nulidad formal que por esta
vía se denuncia, caus e1ndole un perjuicio reparable sólo con la
declaración de nulidad.
Segundo: Que de conformidad con lo dispuesto por el artículo 177 del
Código de Procedimiento Civil, la excepción de cosa juzgada puede
alegarse por el litigante que haya obtenido en el juicio y por todos
aquellos a quienes según la ley aprovecha el fallo siempre que entre la
nueva demanda y la anteriormente resuelta haya identidad legal de
personas, de cosa pedida y de causa de pedir. De lo anterior se
desprende que sólo pueden invocar esta excepción las personas que
el citado precepto señala, entre ellos precisamente, el litigante, que lo
ha sido en un juicio anterior, existiendo una nueva demanda y otra
anteriormente resuelta y siempre y cuando éste haya obtenido en el
mismo, el reconocimiento de un derecho de orden sustancial y no
meramente procesal.
Tercero: Que de lo anterior se establece que la causal de cosa juzgada
que se revisa, únicamente podría prosperar si se constata la existencia
de los elementos a que se ha hecho referencia en los motivos
procedentes. Sin embargo, en el caso de autos, no existen dos
sentencias ejecutoriadas, sobre la misma materia que puedan resultar
contradictorias o antagónicas entre sí. En efecto, en la especie, si bien
no se discute la existencia de un finiquito que las partes suscribieron
con fecha 31 de marzo de 2003 y que esta Corte en forma reiterada ha
señalado que el finiquito legalmente celebrado tiene una fuerza similar
a la de una sentencia firme y ejecutoriada, ello es porque puede
producir los efectos de la cosa juzgada, pero no le asigna ni puede
entenderse que esta convención pueda equiparse a una resolución
judicial, ya que no puede estimarse que uno de los efectos de la cosa
juzgada sea que todos los actos que la produzcan deben ser tenidos
como una sentencia judicial. Corrobora el aserto anterior que la ley
sólo le atribuye el carácter de sentencia a aquellas resoluciones
pronunciadas por los Tribunales de Justicia mediante la cual resuelven
la cuestión u objeto del juicio o fallan incidentes estableciendo
derechos permanentes a favor de una de las partes, dando a aquéllas
que se encuentran firmes, el efecto de cosa juzgada.
Cuarto: Que desde esta perspectiva, resulta improcedente concluir que
se haya incurrido en el vicio de nulidad que alega el recurrente por
haberse desechado la excepción de cosa juzgada fundada en la
existencia de un finiquito legalmente celebrado por las partes con
fecha 31 de marzo de 2003.
II.- En cuanto al recurso de casación en el fondo:
Quinto: Que la demandada principal sustenta el recurso de casación
en el fondo que deduce, en la existencia de cuatro errores de derecho.
En cuanto al primero, expresa que la sentencia recurrida infringió la
disposición contenida en el artículo 177 del Código del Trabajo en
relación al artículo 1545 del Código Civil. Argumenta que quedó
acreditado, en forma indubitable, que las partes celebraron un finiquito
de contrato de trabajo que cumplió con todos los requisitos que la ley
exige para su validez; sin embargo, la sentencia desconoció los
efectos de un acto jurídico plenamente válido, que no ha sido
impugnado y cuya nulidad no ha sido declarada por ningún Tribunal de
la República, motivo por el cual, no pudo prescindirse de los efectos
que de él derivan como lo ha hecho la sentencia recurrida al condenar
a su representada al pago de una indemnización por años de servicios
que se encuentra totalmente extinguida. El segundo error de derecho
se ha fundado en la aplicación errónea del artículo 7 del Código del
Trabajo, infringiendo las disposiciones contenidas en los artículos
2006, 2007 y 2009 del Código Civil, en relación con los artículos 455 y
456 del Código del Trabajo y 1545 del Código Civil. Al efecto, expresa
que ella se ha producido al determinarse que la relación contractual
posterior al 31 de marzo de 2003 entre las partes era de naturaleza l
aboral, conclusión que infringió la sana crítica, pues en estos autos no
existe antecedente alguno del cual pueda deducirse la existencia de
dicha relación laboral, pues el vínculo vigente entre ellas quedó regido
por las normas legales que regulan la prestación de servicios
inmateriales de conformidad con lo dispuesto en los artículos 2006,
2007 y 2009 del Código Civil, sin que la prueba rendida permita, en
forma alguna, deducir la existencia de una relación laboral de las
características contempladas en el artículo 7 del Código del Ramo,
pues la prestación de servicios decía relación con trabajos específicos
y determinados en su calidad de profesional independiente, sin mediar
vínculo de subordinación y dependencia y a través de sucesivos contra
tos de prestación de servicios suscritos en forma voluntaria y que
constituyen ley para las partes, al tenor de lo dispuesto en el artículo
1545 del Código Civil.El tercer error de derecho se habría producido al
infringir la regla de la buena fe contenida en el artículo 1546 del Código
Civil y el principio que de ella deriva y que impone el debido respeto a
los actos propios, al establecer la sentencia que el vínculo contractual
entre las partes por el período 1 de abril de 2003 y 30 de marzo de
2007, era de naturaleza laboral, se ha premiado la mala fe de la
demandante quien al sostener la presente acción ha obrado en contra
de sus actos propios cuestión que el derecho no pude tolerar. En
efecto, la demandante convino voluntariamente poner término su
contrato de trabajo, suscribió un finiquito que cumplió con todos los
requisitos legales, luego suscribió sucesivos contratos de prestación
de servicios, emitió las boletas respectivas y sólo hasta ahora reclamó
por las cotizaciones previsionales no enteradas, pagos de horas
extraordinarias y otros beneficios propios de una relación laboral; en
consecuencia, la pretensión que la actora ahora expresa en su
demanda y que acoge el fallo recurrido, en orden a la existencia de
una relación laboral, es contraria a su comportamiento anterior y, por lo
mismo, ésta debió ser desestimada. Hace presente que en el ámbito
del derecho laboral, la jurisprudencia ha recogido este principio a
través de diversas sentencias que individualiza. Por último, la
sentencia ha infringido el artículo 162 del Código del trabajo, por falsa
aplicación, al imponer a su representada la obligación de pagar las
cotizaciones previsionales e imposiciones de salud de la señora
Merino Sotta que supuestamente se habrían devengado por el período
comprendido entre el día 1 de abril de 2003 y el día 30 de Marzo de
2007, argumentando que, como lo han establecido los Tribunales de
Justicia, la existencia de la relación laboral sólo fue determinado en la
sentencia de modo que ésta viene a constituir el derecho que atribuye
la calidad de trabajador, sin que pueda estimarse que el empleador
esté en mora del pago de las cotizaciones previsionales, pues para el
empleador, sólo existía un régimen de servicios a honorarios, es decir,
los derechos de quien demanda la existencia de una relación laboral
como sucedió en el caso en estudio, sólo se perfeccionan
jurídicamente a contar de la época de dictación y ejecutoriedad de la
sentencia que finalmente acoge la demanda, la que para estos efectos
tiene naturaleza declarativa y constitutiva a la vez. En consecuencia, si
la sentencia que establece la existencia de una relación laboral tiene
naturaleza declarativa y constitutiva, no corresponde que aquella le
condene al pago de las cotizaciones previsionales e imposiciones de
salud de la actora.
Finalizan explicando la influencia sustancial en lo dispositivo del fallo
de los errores de derecho que denuncian.
Sexto: Que son hechos establecidos en la sentencia impugnada, en lo
pertinente, los siguientes:
a) No hubo controversia que la actora prestó servicios para la
demandada en calidad de arquitecta.
b) La fecha de inicio de la relación laboral fue el 1 de noviembre de
1997.
c) La deman
dante prestó servicios para la demandada bajo vínculo de
subordinación y dependencia mediante contrato de trabajo, desde el 1
de noviembre de 1997 hasta el 31 de marzo de 2003, fecha en que la
actora firmó un finiquito por la causal del N° 2 del artículo 159 del
Código del Trabajo.
d) Desde el 1 de abril de 2003 hasta el 30 de marzo de 2007, la actora
prestó servicios para la demandada mediante sucesivos contratos de
prestación de servicios y emitiendo la correspondiente boleta de
honorario.
e) A pesar de la suscripción del finiquito, la actora no dejó de prestar
servicios para la demandada, los servicios fueron continuos, recibiendo
por ellos una contraprestación en dinero fija y mensual y que en
Temuco representaba a la demandada INVIA, era el nexo entre ésta y
sus trabajadores, recibía instrucciones de aquélla y las hacía cumplir.
f) La demandante fue despedida el día 30 de marzo de 2007.
g) La demandada no acreditó la justificación del despido.
h) La demandada no probó el pago del feriado correspondiente a Julio
de 2005 a Julio de 2006 y Julio de 2006 y marzo de 2007, el de la
remuneración del mes de marzo de 2007 y las cotizaciones
previsionales por el período comprendido entre el 1 de abril de 2003 al
30 de marzo de 2007.
i) Se acreditó que la actora prestó sus servicios en beneficio de la
Empresa de Ferrocarriles del Estado.
Séptimo: Que, conforme con los hechos na rrados en el motivo
anterior, los jueces del grado, considerando además el principio de
primacía de la realidad que inspira el Derecho del Trabajo,
determinaron que hubo relación laboral entre las partes entre 1 de abril
de 2003 y el 30 de Marzo de 2007 y que aún cuando se suscribió un
finiquito, la demandante siguió prestando servicios continuos para la
demandada, motivo por el cual, establecieron que la relación laboral
entre las partes se extendió desde el 1 de noviembre de 1997 hasta el
30 de marzo de 2007, fecha en que la actora fue despedida
injustificadamente. Por lo anterior, rechazaron la excepción de cosa
juzgada y declararon que el despido de la actora fue injustificado y
condenaron al demandado principal al pago de las indemnizaciones
sustitutiva del aviso previo y por años de servicio, ésta última con el
incremento del cincuenta por ciento, remuneración del mes de marzo
de 2007, feriado legal y proporcional y cotizaciones previsionales por el
período 1 de abril de 2003 al 30 de marzo de 2007. En cuanto a la
demanda subsidiaria, ésta fue acogida sólo en cuanto se condenó a la
Empresa de Ferrocarriles del Estado a pagar, en tal calidad, las
remuneraciones, feriados y cotizaciones previsionales a que ha sido
condenado el demandado principal.
Octavo: Que en cuanto al primer error de derecho denunciado, cabe
señalar que la controversia radica en determinar la eficacia del finiquito
suscrito por las partes, el 31 de marzo de 2003, para los efectos de
precisar la procedencia de la indemnización por todos los años
servidos por la actora al demandado principal o la improcedencia de
ese resarcimiento.
Noveno: Que, al efecto resulta útil transcribir la norma decisoria litis,
esto es, el artículo 177 del Código del Trabajo, que prescribe en lo
pertinente: ?El finiquito, la renuncia y el mutuo acuerdo deberán
constar por escrito. El instrumento respectivo que no fuere firmado por
el interesado y por el presidente del sindicato o el delegado del
personal o sindical respectivos, o que no fuere ratificado por el
trabajador ante el inspector del trabajo, no podrá ser invocado por el
empleador.?
Para estos efectos, podrán actuar también como ministros de fe, un
notario público de la localidad, el oficial del registro civil de la
respectiva comuna o sección de comuna o el secretario muni cipal
correspondiente...?.
Décimo: Que el finiquito suscrito por los litigantes, el 31 de marzo de
2003, reúne todos y cada uno de los requisitos formales que la norma
transcrita establece, es decir, consta por escrito, está firmado por el
interesado y ante Ministro
de Fe, de manera que no es posible desestimar el poder liberatorio de
ese instrumento por la concurrencia de otras circunstancias, tales
como, la continuidad en la prestación de los servicios o por la
aplicación del principio de la primacía de la realidad.
Undécimo: Que, en efecto, esta Corte ya ha decidido que al finiquito,
se le conceptualiza formalmente como ?el instrumento emanado y
suscrito por las partes del contrato de trabajo, empleador y trabajador,
con motivo de la terminación de la relación de trabajo, en el que dejan
constancia del cabal cumplimiento que cada una de ellas ha dado a las
obligaciones emanadas del contrato, sin perjuicio de las acciones o
reservas con que alguna de las partes lo hubiere suscrito, con
conocimiento de la otra? (Manual de Derecho del Trabajo, autores
señores Thayer y Novoa, Tomo III, Edit. Jurídica de Chile).
Ciertamente, tal acuerdo de voluntades constituye una convención y,
generalmente, tiene el carácter de transaccional.?
Que, asimismo, el finiquito legalmente celebrado tiene la misma fuerza
que una sentencia firme o ejecutoriada y da cuenta del término de la
relación laboral en la forma que en él se consigna. Tal convenio, de
acuerdo a la transcrita norma contenida en el artículo 177 del Código
del Trabajo, debe reunir ciertos requisitos. A saber, debe constar por
escrito y, para ser invocado por el empleador, debe haber sido firmado
por el interesado y alguno de los Ministros de Fe citados en esa
disposición. Además, se ha agregado a esos requisitos la circunstancia
conocida como la ratificación, es decir, el ministro de fe actuante debe
dejar constancia, de alguna manera, de la aprobación que el trabajador
ha prestado al acuerdo de voluntades que se contiene en el respectivo
instrumento. Además, en el finiquito, obviamente, como se dijo, debe
constar, desde el punto de vista sustantivo, el cabal cumplimiento que
cada una de las partes ha dado a las obligaciones emanadas del
contrato laboral o la forma en que se dará cumplimiento a ellas, en
caso que alguna o algunas p ermanezcan pendientes.
Duodécimo: Que, por otra parte, el finiquito, da cuenta de una
convención, es decir, de un acto jurídico que genera o extingue
derechos y obligaciones, que se origina en la voluntad de las partes
que lo suscriben, es vinculante para quienes concurrieron a otorgarlo
al dar por terminada una relación laboral, esto es, a aquellos que
consintieron en finalizarla en determinadas condiciones y expresaron
su asentimiento libre de todo vicio, en el caso, las partes dejan
constancia que la relación laboral habida hasta el 31 de marzo de
2003, concluyó por renuncia de la trabajadora y que nada se adeuda
con motivo de esa vinculación, en consecuencia, es dable asentar que
el finiquito suscrito el 31 de marzo de 2003 ha constituido una forma
legítima de extinguir los derechos y obligaciones laborales que
afectaban a lal demandante y a su empleador, independientemente
que la relación contractual entre las partes continuara, en iguales o
distintas condiciones.
Décimo tercero: Que, en consecuencia, al decidirse que el finiquito
suscrito por las partes, el 31 de marzo de 2003, carece del poder
liberatorio que le otorga la ley, se ha vulnerado el artículo 177 del
Código del ramo, por errónea interpretación, yerro que alcanza lo
resolutivo del fallo en examen, en la medida que condujo a ordenar se
pagara a la actora una indemnización por años de servicios
considerando un período ya extinguido.
Décimo cuarto: Que en cuanto al segundo error de derecho
denunciado porque la sentencia determinó que durante el período
comprendido entre el 1 de abril de 2003 y el 30 de marzo de 2007, el
vínculo contractual entre las partes fue de naturaleza laboral, cabe
señalar que según se desprende del tenor del recurso, las
argumentaciones realizadas por la demandada llevan consigo un
reproche a los hechos fijados en la sentencia de que se trata, por la
errada valoración de la prueba rendida, los cuales intenta modificar
, ya que alega que no se acreditó la concurrencia de los requisitos
legales para establecer la existencia de un contrato de trabajo sino que
lo que hubo fueron sucesivos contratos de prestación de servicios a
honorarios.
Décimo quinto: Que según lo ha decidido reiteradamente esta Corte, el
establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de la
prueba, de acuerdo a las reglas de la sana crítica, corresponde a
facultades privativas de los jueces del grado y se agota en las
instancias respectivas, salvo que en dicho establecimiento se hayan
quebrantado las normas de la lógica o de la experiencia, lo que en la
especie no se advierte pues el recurrente, se limita a alegar una
ponderación distinta de los elementos de convicción de aquélla
realizada, para obtener, como se ha dicho, la alteración de los
presupuestos fácticos.
Décimo sexto: Que, en cuanto al tercer error de derecho denunciado,
éste también se rechazará toda vez que la sola infracción a un
principio general del derecho como es el artículo 1546 del Código Civil,
no permite acoger el recurso en estudio.
Décimo séptimo: Que, por último, en relación a la supuesta infracción
al artículo 162 del Código del Trabajo en relación a la condena al pago
de las cotizaciones previsionales de la actora por el período
comprendido entre el 1 de abril de 2003 y 30 de marzo de 2007, ésta
también habrá de desecharse, pues la norma invocada como infringida
no es atingente al caso de autos, pues ella está referida a la sanción
que se aplica al empleador en el caso de encontrase impagas a la
fecha del despido las cotizaciones previsionales de la trabajadora, en
circunstancia que, tal sanción no ha sido demandada ni menos
aplicada al caso de autos, sino sólo se ha impuesto al recurrente la
obligación de pagar cotizaciones previsionales durante el período que
la sentencia reconoció la existencia de un contrato de trabajo, en su
carácter de empleador, obligación que como se ha dicho, no se
encuentra establecida en la norma que se ha denunciado como
infringida.
Décimo octavo: Que, conforme a lo reflexionado y lo concluido en los
motivos noveno al décimo tercero de esta resolución, el recurso de
casación en el fondo será acogido por haber infringido el artículo 177
del Código del Trabajo en relación al artículo 1545 del Código Civil,
invalidándose la sentencia atacada para corregir el vicio sustantivo
anotado.
Por estas consideraciones y de acuerdo con lo previsto en los artículos
463 del Código del Trabajo y 764, 765, 767, 771, 772, 783 y 785 del
Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en la
forma y se acoge, sin costas, el recurso de casación en el fondo
deducido por la demandada principal en el primer otrosí de fojas 258,
contra la sentencia definitiva de veinte de octubre del año dos mil
ocho, que se lee a fojas 253 y siguientes, la que, en consecuencia, se
invalida y se reemplaza por la que se dicta a continuación, sin nueva
vista, separadamente.
Redacción a cargo de la Ministra, señora Gabriela Pérez Paredes.
Regístrese.
Nº 7359-08.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P., Ministro
Suplente señor Julio Torres A. y los Abogados Integrantes señores
Alberto Chaigneau del Campo y Nelson Pozo S. No firma el Ministro
señor Torres y el Abogado Integrante señor Chaigneau, no obstante
haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa por estar ambos
ausentes. Santiago, 26 de marzo de 2009.

Autoriza la Secretaria de la Corte Suprema, señora Rosa María Pinto


Egusquiza.

También podría gustarte