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Materia :

literatura infantil
participante: Yomelis Escaño
Matricula : 16- 4859
facilitadora
Dominga Gomez de del Rosario
Es un placer verte de nuevo en nuestro entorno virtual para trabajar con la unidad II
"Historia de la Literatura Infantil".

Consulta las fuentes orientadas y otras de interés relacionadas con la asignatura y realiza
las siguientes actividades:

1. Un glosario donde resaltes aspectos puntuales de cada uno de los sub-


capítulos que aparecen en esta unidad.

El mito y la tradición oral

El mito: cuento o relato, que tradicionalmente se refiere a acontecimientos prodigiosos,


extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes o monstruos, etc.

Tradición oral: son todas aquellas expresiones culturales que se transmiten de generación
en generación y que tienen como propósito de difundir conocimientos y expresiones
nuevas.

Periodos de desarrollo de la Literatura Infantil

Humanismo: en este periodo no existía noción de la infancia como periodo diferenciado


de obras específicas.

Edad Media: en esta no existía propiamente una literatura infantil. Dado el aparcamiento
de saber y la cultura por parte del clero y otros estamentos las escasas obras leídas por el
pueblo pretendían inculcar valores e impartir dogmas.

Siglo XVIII: Aquí el panorama comienza a cambiar y son cada vez más as obras que
versan, mitos leyendas, etc.
Romanticismo: En este periodo arriba el siglo de oro de la literatura infantil, muchos
autores adaptan literaturas de esta época.
Siglo XX: En este siglo aparecen nuevos formatos, ilustración donde las palabras van
acompañadas por imágenes.

Siglo XXI: cuadernos de literaturas infantil y juvenil entre otras cosas.

Historia de la literatura infantil en América latina

Guatemala: La rica tradición oral de sus 4 pueblos (Inca, Maya, Garífunas y Ladinos),
transmiten leyendas muy asombrosas.

Honduras: No existe en este país una literatura infantil arraigada en los niños, al menos
en su forma escrita pero oralmente si.

El Salvador: Esta surge con muchos problemas ya que la literatura surge a partir del siglo
XIX.

Nicaragua: Esta no ha tenido pocas dificultades en su difusión y desarrollo para ser leída
y disfrutada plenamente.

Costa Rica: Poco se ha estudiado la literatura que va dirigido a los niños y niñas por esto
autores reconocidos se han empeñado en hacer literatura de este tipo.

Panamá: la literatura panameña comprende el conjunto de obras producidas en este


país.

Chile: Primer obra literaria 1982, autor Manuel Pena Muñoz, este ha sido un gran
exponente de la literatura.

Bolivia: la actuar enseñanza en Bolivia de literatura para niños y niñas es deficiente.

Colombia: En Colombia la literatura para niños ha tenido grandes avances.

Rep. Dom: aquí ha surgido en gran manera y tiene un progreso muy grande.

La Literatura Infantil en Iberoamérica

Argentina: En Argentina la literatura infantil ha tenido un gran auge y se le ha otorgado


importancia.

Brasil.: esta literatura está avanzada ya que los sistemas educativos de este país han
avanzado de gran manera.

México: México es una de la más prolíficas de la lengua Española tiene autores


conocidos a nivel internacional: Carolos Fuentes, Juan Rufo, Juan José Arreola, etc.

2. Un esquema o cuadro donde identifiques las semejanzas y diferencias que


caracterizan la historia de la literatura infantil en América Latina y el Caribe.

SEMEJANZAS DIFERENCIAS

La literatura latinoamericana es muy La literatura del caribe es una categoría


parecida en su definición a la caribeña. más pequeña y sólo abarca las obras
Sin embargo es muy fácil distinguir una que originalmente se escribieron en
de otra si se piensa en ellas como una lengua española, mientras la literatura
serie de historias educativas. latinoamericana abarca a todas las
Ha habido una maduración del género y obras literarias escritas en lengua
se han diversificado las tendencias. romance en América Latina, y por ello
se toma en cuenta al francés.
La literatura latinoamericana
principalmente en las lenguas española
y portuguesa, ha obtenido premios
Nobel; pero la literatura caribeña no ha
recibido este tipo de premios.
Las historias de Literatura Infantil de
Latinoamérica son variadas y tienen
fabulas interesante, pero en el Caribe
hispánico, las historias nacieron al calor
de las ideas patrióticas liberales
antillanas, a fines del siglo. Estas ideas
patrióticas generan una literatura que, al
igual que la literatura europea, valoriza
y se nutre del folclore y lo autóctono.

Lee la obra literaria “EL Quijote" para que realices un análisis crítico
del
capítulo: “Sancho Panza y el Caso de las Monedas de Oro”.
Análisis
Sancho Panza y el caso de las diez monedas de oro.
Autor de esta adaptación: José Luis García

(Espacio vacío. Entra el Presentador).


PRESENTADOR.-
Querido público, seguro que ya sabéis que Sancho Panza ha sido nombrado Gobernador
de la Ínsula de Baratería. Y si no lo sabéis, yo os lo digo.
(Desde abajo entra una trompeta y con su “pa-parari” asusta al Presentador, que no se
esperaba esta aparición ni el sonido que hace el trompeteo).
PREGONERO.-
(En off).
Atención, atención. Hace su entrada el señor Gobernador.
(Entra Sancho Panza, trae consigo un lujoso bastón de mando).
SANCHO.-
(Al Presentador).
Te conozco. Tú eres el que presenta las obras de teatro.
PRESENTADOR.-
Ese y no otro soy yo.
SANCHO.-
Me gusta mucho el teatro.
PRESENTADOR.-
Me alegro, señor Gobernador.
SANCHO.-
Me entretiene y me ayuda a hacer la digestión entre una comilona y otra.
(Entran un Viejo con un bastón y un Joven).
JOVEN.-
Eres un embustero.
SANCHO.-
(Creyendo que se lo dice a él).
¿Cómo te atreves a llamar mentiroso al gobernador?
JOVEN.-
No se lo decía a usted, sino a este viejo mentiroso.
SANCHO.-
Contadme qué es lo que sucede.
(El Viejo y el Joven se acercan hasta Sancho y el Presentador).
JOVEN.-
(Muy nervioso).
Hace tiempo que este viejo…
VIEJO.-
¡Un respeto!
SANCHO.-
Eres viejo y te ha llamado viejo; así que no hay insulto. Continúa joven, que tampoco es
un insulto.
JOVEN.-
Eso, pues que hace tiempo le presté a este viejo diez monedas de oro. Y como el tiempo
pasaba sin que me las devolviera, hoy he ido a buscarle y a pedirle mis diez monedas. Y
el muy villano dice que ya me las ha devuelto. Y yo no lo recuerdo. Y me acordaría si me
hubiese devuelto las diez monedas de oro que le presté hace tiempo y que no me ha
devuelto.
PRESENTADOR.-
Vale, vale. El señor Gobernador ya se ha enterado de que le has prestado las diez
monedas a este hombre, No hace falta que lo repitas. También se ha enterado aquel
espectador del fondo…
(Mira hacia el público).
Sí aquel del fondo, el que se ha quedado dormido. ¡Qué alguien lo despierte, que este
caso parece emocionante!
SANCHO.-
¿Y tú qué dices, viejo?
VIEJO.-
¡Protesto!
SANCHO.-
(Muy sosegado).
Como vuelvas a protestar te arreo con mi bastón.
PRESENTADOR.-
Señor gobernador, eso no es protocolario.
SANCHO.-
¿Ah, no? Bien, como no es “protoculario”, como vuelvas a protestar, el Presentador te
arreará con mi bastón.
PRESENTADOR.-
¡Señor!
SANCHO.-
No me lo agradezcas, soy así de magnífico. Y tu viejo, ¿qué dices de las diez monedas?
VIEJO.-
Digo que le he devuelto las monedas a este jovenzuelo mentiroso. Y para que no quede
duda, estoy dispuesto a jurarlo aquí y ahora.
SANCHO.-
Perfecto, supongo que jurar es bastante “protomulario”.
(Al Viejo).
Jurarás sobre mi bastón de mando. Y como jures en falso, con este mismo bastón te
dejaré las costillas como los dientes de mi abuela.
PRESENTADOR.-
Señor Gobernador, esa frase no es digna de un gobernador. Debería decir: “Jura decir la
verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; o el peso de la ley caerá sobre ti”.
SANCHO.-
Esa frase será “protoluminaria”, pero es muy complicada para mi.
(Al Viejo).
Antes de que jures, escucha lo que dice en mi nombre el Presentador.
PRESENTADOR.-
Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; o el peso de la ley caerá
sobre ti.
SANCHO.-
¿Te has enterado?
VIEJO.-
No he entendido ni “papa”.
SANCHO.-
Quiere decir que como mientas, la ley te dejará como el que fue a por lana y salió
trasquilado. ¿Entiendes ahora?
VIEJO.-
Mucho más claro, señor.
Sancho.-
Pues jura, como es “protozoico”.
VIEJO.-
Claro, claro; pero por favor, jovenzuelo, coge mi bastón para que yo pueda coger el del
señor gobernador.
(El Joven coge el bastón del Viejo, y éste a su vez coge el de Sancho).
SANCHO.-
¿Por qué ha de coger él tu bastón?, ¿no tienes dos manos?
VIEJO.-
Soy viejo.
SANCHO.-
Vaya, cuando tu mismo te llamas viejo no protestas. ¡Jura, como es “proluminario”!
VIEJO.-
Juro que he devuelto a este joven las diez monedas de oro. Y si miento, que la ley del
señor gobernador, me de tantos garrotazos como años que tengo.
SANCHO.-
(Al Joven).
¿Estás conforme?
JOVEN.-
Si jura ante usted con la amenaza de ser aporreado, yo quedo conforme. Así, debe ser
que él me devolvió las monedas, pero por algún extraño enredo no logro recordarlo.
PRESENTADOR.-
¿Y qué opina usted señor gobernador?
¿Eh?, ¿oh?… Debo dictar sentencia. Viejo, devuélveme mi bastón.
(El Viejo le devuelve a Sancho su bastón).
SANCHO.-
Joven, dame tu ahora el bastón del viejo para dictar sentencia.
VIEJO.-
¿Mi bastón?
SANCHO.-
¿Algún problema?
VIEJO.-
¡No! No, no, no, no, no. Coged mi bastón, señor.
(El Joven le da a Sancho el bastón del Viejo).
SANCHO.-
(A voz en grito).
¡Dicto setecientas!
PRESENTADOR.-
No es así, señor; dicta usted una Sentencia, no Setecientas.
SANCHO.-
¿Una en lugar de setecientas?, mejor; antes acabaremos.
(Pausa dramática, en la que Sancho coge aire).
“Seteciento” lo siguiente: como el viejo ha jurado y sin embargo el Joven no tiene sus
monedas, que parece que han volado, el viejo regalará su bastón al joven.
VIEJO.-
(Muy alarmado).
No, no señor gobernador. Mi bastón no tiene valor alguno, es viejo como yo. Yo le
compraré a este simpático joven un bonito bastón, bien labrado y nuevo.
JOVEN.-
¿Y para qué quiero yo un bastón?, aún no lo necesito.
(Sancho hace oscilar el bastón del anciano sobre la cabeza del Viejo, que trata de cogerlo
sin conseguirlo).
PRESENTADOR.-
Todavía estamos a tiempo de que alguien se lleve un garrotazo.
SANCHO.-
Bien. Te ordeno pues, joven, que si no quieres el bastón, lo rompas aquí mismo, delante
de todos.
(El Joven coge el bastón del viejo).
VIEJO.-
¡No!
(El Joven rompe el bastón por la mitad y de su interior caen al suelo doce monedas de
oro).
SANCHO.-
Joven, coge tu diez monedas y dale las dos restantes al Presentador, para que al menos
un día gane algo de dinero con esto del teatro.
(El Joven hace lo que Sancho le dice).
SANCHO.-
Llévate al viejo contigo y dile al alguacil que le de con todo el peso de la ley, al menos diez
veces, una por moneda. Y que si no lo recuerda, el libraco ese de leyes está bajo la pata
de mesa del comedor, que está coja.
JOVEN.-
(Confuso).
¿Señor?
SANCHO.-
Para que caiga sobre él todo el peso de la ley, mejor un libraco de leyes que uno de
cocina. Vendrá bien, es un tocho bien gordo.
JOVEN.-
¿Señor?
SANCHO.-
Podéis marchar.
JOVEN.-
¿Señor?
SANCHO.-
¡Arrea pa’lante!
(Salen Viejo y Joven).
PRESENTADOR.-
¿Cómo supiste dónde estaban las monedas?
SANCHO.-
En mi pueblo dicen que quien más protesta, es quien más esconde. Este mentiroso
protestaba cuando otro le llamaba viejo, pero luego él mismo se lo decía sin perder el
resuello… Y luego me fijé, que para jurar, le dio sin motivo su bastón al joven, y en cuanto
el otro tuvo el bastón entre sus manos, juró que ya le había devuelto las monedas .
PRESENTADOR.-
¡Sois formidable!
SANCHO.-
¿Te has fijado, eh? Creo que desde que soy Gobernador soy más formidable cada día
que pasa. Por lo menos habré engordado diez kilos.
(Desde abajo sale la trompeta y suena con pompa y alegría).
PREGONERO.-
(En off).
El señor Gobernador ha dictado sentencia.
SANCHO.-
(A voz en grito).
¡Setecientas no, sólo una! ¡Y abrid paso que mis tripas rugen ya como el dragón del mago
Alí Fanfarrón!
(Comienza a salir y se detiene un momento).
Y tú, amigo presentador, gástate las dos monedas en algo útil, que estás más flaco que el
perro de un hortelano.
(Saliendo).
¡Abrid paso y que el mantel esté preparado!
(Sale Sancho).
PRESENTADOR.-
Y así el Gobernador de Barataria dictó una más de las setecientas Sentencias que lo
hicieron famoso en el mundo entero y en otras ciudades extranjeras.
Yo me voy, que estas dos monedas de oro me han abierto el apetito.
¡Sed felices y no dejéis que nadie pase hambre!
(Mientras sale).
¡Unos huevos fritos con papas fritas!
(Sale).

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