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“…La Felicidad:

Todos nosotros en algún momento de nuestras vidas nos la pasamos intentado buscar y
comprar la felicidad, como si fuera un bien o algo material que puedes encontrar en
cualquier tienda. Pero, en esa tarea terminamos vencidos, rabiosos, decepcionados y,
muchas veces, descorazonados porque los que nos han dicho que podemos encontrar, no
aparece o aparece "por momentos" y se nos va en un instante, sin poder hacer nada para
retener o parar ese instante maravillosos donde nos sentimos plenos y contentos.

Ciertamente, deseamos permanecer en lo que llamamos felicidad eternamente. Sin


embargo, la vida nos presenta miles de vivencias, como es natural, unas afortunadas y otras
desafortunadas, o así pensamos cuando algo desagradable nos ocurre y caemos en el más
absoluto desconocimiento de los momentos en que hemos estado plenos de alegría y
felicidad.

¿Por qué sucede esto? Porque olvidamos que la fuente del dolor es la misma fuente de la
alegría. Olvidamos la ley de dualidad y la de correspondencia. Nos hemos separado de las
leyes universales y ya no entendemos que todo obedece a la Ley de Causa y Efecto.
También olvidamos que nosotros mismos con nuestras actitudes y comportamientos
creamos situaciones que nos conducen a saborear la hiel o la miel.

Al respecto, Khalil Gibran en su libro El Profeta, señala:


La Felicidad:

“…Cuando estéis contentos, mirad en el fondo de vuestro corazón y encontraréis que es


solamente lo que, os produjo dolor, lo que os da alegría. Cuando estéis tristes, mirad de
nuevo en vuestro corazón y veréis que estáis
llorando, en verdad, por lo que fue vuestro deleite. Algunos de vosotros decís: "La alegría
es superior al dolor" y otros: "No, el dolor es más grande." Pero yo os digo que son
inseparables. Vienen juntos y, cuando uno de ellos se sienta con vosotros a vuestra mesa,
recordad que el otro está durmiendo en vuestro lecho."/ Rnj/ 2014

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