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PROFESOR:
TEMA:
ALUMNO:
FECHA
07 – 05 – 2020
1. Introducción:
1.1.Contexto:
1.3.Tesis: Considero que no es ético quitarle sus órganos a una bebe provocándole la
muerte.
2. Desarrollo: Considero que no es ético matar una vida para salvar otra, ya que nadie tiene
derecho de decidir sobre la muerte de un ser humano.
3. Desarrollo: Hay quienes opinan que debió aprovecharse los órganos de la niña Theresa,
para trasplantes. Sin embargo, considero que la vida tiene valor intrínseco y se debe
respetar hasta el último momento.
3.1. El Eticismo
3.1.1. Problema ético y moral.
3.1.2. Autoridad para matar.
3.2. Problema médico
3.2.1. Restructuración en sistemas de salud.
3.2.2. Todas las enfermedades importan.
4. Cierre:
4.1.Conector: En conclusión,
4.3 Comentario crítico: La donación de órganos es importante para salvar vidas y eso
es innegable sin embargo no debe ser acosta de otra vida ya sea de un ser con un mal
congénito o con cualquier tipo de problema médico; la vida es un don y nadie tiene
derecho a decidir sobre el valor de nuestra existencia o sobre quién es descartable o
no.
Considero que no es ético matar una vida para salvar otra, ya que nadie tiene derecho de decidir
sobre la muerte de un ser humano. En primer lugar, si bien la bebe Theresa tenía una enfermedad
congénita que no le hubiera permitido vivir plenamente, ella tenía derecho a existir el tiempo que
su condición le permitiera sin que nadie decida dicho tiempo de vida. Ella era un ser indefenso y su
valía era igual a la de cualquiera de nosotros y debió estar en todo momento protegida y amparada
por sus padres y más aún por sus derechos, sin diferencias por tener el mal que la aquejaba. Por
otra parte, está el tema de la donación de órganos, que también es muy importante en el ámbito
médico para salvar la vida de muchos, en este caso, se debe revisar la legislación en general de este
tema ya que si bien es básico incentivar a que la gente done sus órganos al morir, no se trata
tampoco de sacrificar las vidas de unos por otros en ese afán, ya que cada ser humano debe ser
preservado y contar con las mismas facultades hasta el último día de su presencia en este mundo.
No se trata de quitar para dar, no se trata de matar en favor de la vida, eso le quita el sentido a la
fascinante acción de otorgar y lo vuelve algo frío y calculador.
Hay quienes opinan que debió aprovecharse los órganos de la niña Theresa para trasplantes. Sin
embargo, considero que la vida tiene valor intrínseco y se debe respetar hasta el último momento.
Por un lado, está el problema ético y moral, cuanto está permitido hacer para salvar una vida,
matar no debería ser una opción. Justamente la existencia, no debe ser elemento de un círculo
vicioso. No somos entes con autoridad de elegir quienes mueren y quienes siguen adelante. Por
otro lado está el problema médico, hemos dicho que la medicina lo que busca son las soluciones y
el alivio a los males físicos y mentales de las personas y por ello deben contar con apoyo y recursos
para continuar mejorando su labor. Es entonces, necesario una restructuración en los sistemas de
salud que favorezcan los procesos de donación de órganos, es cierto, y que incentiven a que más
personas donen pero no a cambio de su vida. Además, debemos considerar que todas las
enfermedades importan, no porque alguien tenga un mal congénito debe ser desechable, nadie
debe ser discriminado y menos aún para la medicina; todos debemos estar unidos en pro de la
existencia y el desarrollo personal. Aniquilar no es una opción, aquí el fin no justifica los medios.
En conclusión, considero que no es ético matar una vida para salvar otra, ya que nadie tiene
derecho de decidir sobre la vida o la muerte de un ser humano. Asimismo, considero que la vida
tiene valor intrínseco y se debe respetar hasta el último momento. Aquí cabe recordar las palabras
del reconocido médico argentino Rene Favorolo, él dijo: “en cada acto médico debe estar presente
el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y la conciencia
estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad”, (1999). Por lo tanto, la donación de
órganos es importante para salvar vidas y eso es innegable, debemos apoyar la iniciativa para
aumentar los donantes pero no se puede matar para donar. Además tener un mal congénito con
bajos promedios de vida no nos vuelve desechables o intercambiables, cada ser humano es único,
especial y valioso y todos debemos preservar la vida, impulsarla, cuidarla y atesorarla como el
valioso regalo que significa.