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Citas de Ana Frank

- El papel es más paciente que los hombres (p. 110)


- El amor no se puede forzar (p. 22)
- Disfruta de tu vida despreocupada mientras puedas.
- Como todos suponíamos, Dussel es una persona muy agradable. Por supuesto, le pareció
bien compartir la habitación conmigo; yo sinceramente no estoy muy contenta de que un
extraño vaya a usar mis cosas, pero hay que hacer algo por la causa común, de modo que es
un pequeño sacrificio que hago de buena gana. «Con tal que podamos salvar a alguno de
nuestros conocidos, todo lo demás es secundario», ha dicho papá, y tiene toda la razón. (p
85)
- De todos modos, he aprendido una cosa, y es lo siguiente: a la gente no se la conoce bien
hasta que no se ha tenido una verdadera pelea con ella. Solo entonces puede uno juzgar el
carácter que tienen (p60)
- A los escondidos les pasan cosas muy curiosas (p60)
- También nos trae todos los sábados cinco libros de la biblioteca. Siempre esperamos con
gran ansiedad que llegue el sábado, porque entonces nos traen los libros. Como cuando les
traen regalitos a los niños. Es que la gente corriente no sabe lo que significa un libro para
un escondido. La lectura, el estudio y las audiciones de radio son nuestra única distracción.
(p132)
- “Para todo el que tiene miedo, está solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir
al aire libre, a algún sitio en donde poder estar totalmente solo, solo con el cielo, con la
naturaleza y con Dios. Porque solo entonces, solo así se siente que todo es como debe ser y
que Dios quiere que los hombres sean felices en la humilde pero hermosa naturaleza.
Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tiene consuelo, en
cualquier circunstancia que sea. Y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar
muchas cosas terribles, pese a todo el horror. ¡Ay!, quizá ya no falte tanto para poder
compartir este sentimiento de felicidad avasallante con alguien que se tome las cosas de la
misma manera que yo.
P.D. Pensamientos: A Peter.
Echamos de menos muchas, muchísimas cosas aquí, desde hace mucho tiempo, y yo las
echo de menos igual que tú. No pienses que estoy hablando de cosas exteriores, porque en
ese sentido aquí realmente no nos falta nada. No, me refiero a las cosas interiores. Yo,
como tú, ansío tener un poco de aire y de libertad, pero creo que “nos han dado
compensación de sobra por estas carencias. Quiero decir, compensación por dentro. Esta
mañana, cuando estaba asomada a la ventana mirando hacia afuera, mirando en realidad fija
y profundamente a Dios y a la naturaleza, me sentí dichosa, únicamente dichosa. Y, Peter,
mientras uno siga teniendo esa dicha interior, esa dicha por la naturaleza, por la salud y por
tantas otras cosas; mientras uno lleve eso dentro, siempre volverá a ser feliz. La riqueza, la
fama, todo se puede perder, pero la dicha en el corazón a lo sumo puede velarse, y siempre,
mientras vivas, volverá a hacerte feliz.
Inténtalo tú también, alguna vez que te sientas solo y desdichado o triste y estés en la
buhardilla cuando haga un tiempo tan hermoso. No mires las casas y los tejados, sino al
cielo. Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro y que, pase
lo que pase, volverás a ser feliz.”

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