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Racismo

¿Qué opinas de la muerte de George Floyd en Minneapolis?

Si entiende que existe racismo en Estados Unidos, ¿desde cuándo crees que existe y como se justifica?

¿Existe racismo en Puerto Rico?

La etimología de la palabra racismo proviene de dos vertientes, “raza”, que proviene del latín: radii,
radio, raya, rayo, casta (refiriéndose a la línea hereditaria), más el sufijo “-ismo” (corresponde a doctrina
o ideología). El término racismo se utilizó para referirse a “doctrina que se basaba en la creencia de que
las manifestaciones del humano, desde sus valores hasta su moral, dependen de la raza” (Etimologia de
racismo, Etimología, origen del significado, https:etimologia.com/racismo/), con todo esto como
antecedente, podemos inferir que dicha doctrina se fundamenta en el sentimiento de linaje/casta, y
como lo define la RAE, tiene como motivo exacerbar la raza de un grupo étnico y, a su vez, menospreciar
y perseguir a otro grupo al que consideran inferior. Para evaluar los hechos suscitados en Minneapolis,
el arresto y posterior muerte de George Floyd, se deben tomar en consideración varias aristas. En un
trasfondo histórico, con la abolición de la esclavitud (1865), se dio garantía de derechos en la
constitución, sin embargo, un aspecto dentro de los parámetros legales se permite la segregación, una
separación racial de espacios, servicios y leyes, pero sínicamente con un “Separated but Equal”. Pero la
realidad distaba mucho de dicha frase. Los mejores servicios educativos y médicos se inclinaban a favor
de los blancos, en detrimento de los brindados a los negros, marcando sistemáticamente unas
desventajas económicas, educativas y sociales, hasta la derogación de la Ley de Jim Crow. En una línea
de tiempo breve se puede ver como los blancos a través de la intimidación, la violencia y la
manipulación de las leyes, los derechos adquiridos por los negros cada vez menos válidos (se puede
consultar el derecho al sufragio); la pobreza y el poco acceso a la educación hicieron de éstos víctimas
de las nuevas normas. Las leyes de segregación fueron tan de hábito que permeaban en actividades en
la cuales no aplicaban, como deportes y actividades recreativas, creando así, lo algunos estudiosos han
llamado una “cultura segregada”. El caso de Rosa Park y su negativa de ceder su asiento a un hombre
blanco y los movimientos lidereados por Martin Luther King fueron un catalizador para la lucha contra la
segregación racial y erradicar la ley Jim Crow, para muchos historiadores, esta ley tiene mucho en
común con las Leyes Nuremberg, pero eso, ya sería otro tema de debate. Entrando en una historia más
reciente, si analizamos una serie de frases dichas por Trump en los últimos años, no podemos dudar su
racismo imperante. A finales de su campaña en el 2016 se le ocurrió decir “pido el voto de cada negro
que hay en el país. ¿Qué pueden perder? Viven en la pobreza, sus colegios son malos, no tienen trabajo.
¿qué demonios pueden perder? En el 2019 invita las congresistas demócratas: Rashid, Ilman, Ocasio y
Pressly a regresar a los países de donde vinieron, irónicamente 3 nacieron en EU y una naturalizada a los
17 años. “Este es un país en el cual se habla inglés, no español” se atrevió a decir en un debate en el
2015. Cuando comenzó su campaña en el 2015 tuvo el descaro de aseverar “Cuando México envía
gente, no envía lo mejor… Están enviando gente con montones de problemas. Están trayendo drogas,
están trayendo crimen, son violadores…” En resumen, podemos hacer un perfil del presidente Donald
Trump: supremacista blanco, nacionalista blanco, patriarcado blanco.

Andrea Amaya, en el artículo El “efecto Trump” y el aumento de los crímenes de odio en Estados Unidos,
(france24.com/es/20190805-efecto-trump-aumento-crimenes-odio), hace referencia a un estudio que
presenta que, en el período que comprende 2015 al 2016, hubo un aumento en los crímenes de odio. Al
ver las gráficas del estudio, parece que “casualmente o causalmente” el mayor aumento se registró en
noviembre 2016, año eleccionario, Trump es electo presidente de los Estados Unidos, según el Center to
the Study of Hate & Extremism (CSUSB), en el Report to the Nation, Factbook on hate & extremism in
the US & Internationaly; sumado a eso, el FBI informó un aumento de 26% de los delitos raciales entre
diciembre y noviembre de 2017, además, se reporta que en el 2018, hubo un aumento en los crímenes
de odio en las ciudades principales del país. Y que desde 2015 los homicidios “extremistas” son
originados por “supremacistas blancos”. Igualmente señala que según el punto de vista de
investigadores estadounidenses advierte un potencial incremento de violencia extremista durante el
período político, de cara a las próximas elecciones presidenciales de noviembre. En Estados Unidos
existen grupos extremistas, de supremacía blancos: los neo-nazis, nacionalistas blancos, Alt-right
(extrema derecha), el Ku Klux Klan, entre otros, quienes apoyan sus ideologías en la ideas del francés
Renaud Camus, quien asegura que los franceses están siendo “reemplazados” por etnias foráneas y
propone como solución “la expulsión del país todo aquel de origen extranjero, aunque haya nacido en
Francia (este libro fue el soporte ideológico del manifiesto que justificó los ataques de El Paso, que
provocó la muerte de 21 personas). Vaya, con esas referencias podemos inferir el “background” de las
palabras de Trump, cuando le dijo a las congresistas demócratas conocidas con The Squad, conformado
por Alexandria Ocasio-Cortez (latina), Ayanna Pressley (afroamericana), y Ilham Omar y Rashida Tlaib
(musulmanas) “si no estaban contentas que regresarán a los países de donde vinieron”, aun cuando 3 de
ellas nacieron en EU, del cual podemos inferir que para él cualquier estadounidense que no sea blanco y
nacido en EU no tiene lugar en el país. Desde su campaña en el 2016 pudimos darnos cuenta de su
retórica racista y xenófoba. A que voy con todo esto, a uno de los efectos más negativos de dichas
conductas, la “normalización”. Según la RAE, normalizar: hacer normal una cosa que no lo era o que se
había dejado de hacer. Hacer que algo se ajuste a una norma, una regla o un modelo común. Pero
“normalizar” no es justificar, es solo permisible una conducta que se supone que no. Como pudimos ver,
el bagaje histórico de los Estados Unidos está plagado de un racismo que muchas veces cayó en la
normalidad y aún sigue cayendo. El caso de George Floyd, es un caso que amerita una mayor evaluación
y no precipitarnos en conclusiones. Se habla de la difusión del caso por la viciada viralización en las
redes sociales, en una posible agenda política de Trump con tinte de nacionalismo y, otro tanto, en el
stress social y de salubridad por la pandemia, no olvidemos que los negros y los latinos son las tasas más
elevadas de mortalidad. Las manifestaciones recientes en torno al caso Floyd no se habían visto desde
1968 tras el asesinato de Luther King, la pregunta es por qué, si es un caso como tantos otros ocurridos
en los recientes años. Para mí, me recuerda el caso Rosa Park, es un catalizador, una válvula que
reventó, que hizo visible el contexto político social en el cual la población negra es sometida en un
sinnúmeros de ocasiones, en el sentir constante de vulnerabilidad, el hecho de ser negros los hace ser
“sospechosos”, el estadísticamente punto elevado en asesinatos por personal del orden. Sin duda, este
caso hace resurgir el movimiento Black Lives Matter (2013). Es la necesidad de romper con un racismo
sistematizado y normalizado. Y como cereza de pastel, la respuesta del presidente Trump no fue más
que una chispa en la pólvora.

Freud decía que en el inconsciente no hay la negación, al contrario, es en la conciencia donde surge ésta,
es decir, lo que no se desea darle luz encuentra su elemento encubridor en la negación. Cuantas veces
Trump ha dicho que no es racista, tal pareciera que su repetición quisiera convertir en verdad, tanto
individual como colectivo, pues en la psicología de las masas, hay que entender por qué frente a ciertos
problemas sociales se busca un caudillo, ese líder. Trump es como el Hitler americano, el político capaz
de negar el contexto. Así como los alemanes deseaban que Hitler hiciera desaparecer la crisis posguerra,
los estadounidenses desean negar su contexto actual, un país dependiente de la mano de obra
extranjera, una economía supeditada a la producción externa y una nación vulnerable a los cambios
petroleros, entre otros factores. Por algo Martin Luther King decía que “el racismo es malévolo porque
su lógica de fondo es el genocidio”.

¿Existe racismo en Puerto Rico? Mi percepción del racismo en Puerto Rico se mueve dentro de una
ambigüedad, ya que su mayoría, las referencias raciales no son fijas en cuestiones fenotípicas o
significativas. La raza no es biológica, pero el racismo sí es un hecho social. A veces he llegado a pensar
en un racismo velado, camuflajeado. Vaya, cuantas veces no hemos escuchado el concepto “pelo malo”,
haciendo alusión a lo rizado del cabello de los negros; malo, por qué, ¿qué consideraciones se tienen
para catalogarlo como malo? En la familia he escuchado decir, “es negro, pero es bien bueno”, ¿qué
tiene que ver el color de piel con la conducta humana?. Mi abuela, EPD, solía decir una frase bastante
despectiva: “el negro siempre la hace a la entra o a la salida”, o sea, la maldad era implícita con el color
de piel. Siento en ese racismo velado a un estigma vinculado a la esclavitud. El término negro en Puerto
Rico tiene tantas acepciones, que pareciera tener un proceso de “blanqueamiento”, como eufemismos.

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