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Gigoux. 1936. Contribución A La Conchiliología Arqueológica PDF
Gigoux. 1936. Contribución A La Conchiliología Arqueológica PDF
T O M O XV -- 1936
■CONTRIBUCION A L A CONCHÍLIOLOGIA
ARQUEOLOGICA
por
Je fe de la Sección Z oológica.
De una sep ultura 3 - sacó una v alv a de cnoro sim ctricam en-
te gastad as por los lados. E lim inadas las partes m ás débiles p a
ra obtener un utonsilio dete: m inado, resultó algo como una
cuchara a larg a d a, só lid a y gruesa.
En estado n atural y sin dem ostración de haber tenido nin
gún uso se h an encontrado en esas tum bas conchas de "M achas"
Mesodesma donacium L am k., Sím ele solida Sow ., Trocihita tro-
chiforrris Gm., Tegula atra Less., que habiendo peidido su capa
oscura h abían quedado nacaradas. “T acas", Paphi& iFrolotha-
ca) thaca M ol., y “Navajuda" Solen dombeyi Laink.
T am bién se encuentran conchas de Oliva peruviana Lam k.,
Nassa Gayi K iener y Macrocallista pannosa Sow ., que pueden
haber servido com o elem entos de adornos, y a que la prim era
y tercera de estas especies, con su brillo natural, y variedades
num erosas en las form as y hasta color de sus rayas y m anchas,
han debido ag rad ar y convenir al indicar su uso.
He observado sobre el terreno revuelto de. ias acpulturas
excavadas, m uchas conchas y caraco les de tam años diversos, co
mo TurriteHas, Acanthinas, Solertes, Paphias, Turbos y Patellas,
pero, lio sé si han estado siem pre entre la arena, lo ^Ue me p a
rece m ás pro b ab le, o fueron depositados con el c a d a v tr en la
fosa.
Como estos ind ígenas sepultaban com únm ente a sus
m uertos en sus mism os cónchales o m uy cerca de ellos, sería
m uy posible que concahs y caracoles, junto con p iedras y arena
cubrieron esas sepulturas, y por eso se encuentran tales ejem p la
res a m ucha o poca profundidad del nivel del suelo.
Es sensible que a l efectuaise las excavaciones en los ce
m enterios indígenas de A tacam a, lo que em pezó el año 1882,
por afición en unos e interés lucrativo en otros, y en am bos c a
sos por personas que no tenían preparación p ara estos trabajos,
no se hicieran buenas observaciones de carácter ciem íflco, y no
se lle g ara a ninguna conclusión conveniente, porque sólo se ob
tuvo con los m ateriales que se sacaron, colecciones vistosas y
bien presentadas, de objetos varios, pero ignorándose datos de
honduras, direcciones, distancias, alturas, d etalles del terreno,
lugares de procedencia a veces y confusión de las piezas de unas
sepulturas y cem enterios con los de otros.
Y no se dió ninguna im portancia a Ia3 conchas > caraco
les, de los que prescindieron de recoger, prefiriéndose sobre todo
las puntas de flechas, que eran solicitadas p ara m otivos de jo
y e ría o sim ples colecciones, si eran pequeñas y herm osas, como
1-13 de cu sta¡ de roca o de silex de bonitos ctilores.
P or esto se perdió, enterrado o destruido, el m aterial con-
chiliológico de esa región, en gran parte, aprovechándose ailgo
después a l buscarlo especialm ente.
El M useo N acional de H istoria N atural, posee muchas con
cha» y caraco les encontrados en cem enterios indígenas del p aís:
8 B oletín del Museo Nacional
Ocho ‘ ‘O liv as". Oliva peruviana I.am k., con las siguientes
longitudes: 54-50-48-41 y 33 mm., m uy bien conservadas, y 32-
32 y 27 mm. ejem p lares deteriorados por el tiempo, pero te
niendo todos el aspecto de un estado natural.
Lám I
F acsím ile en 1/3 del tam año d e las conchas de lap as (Físsu-
rellas) que Parecen constituir las piezas de un juego