Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Se define como bioseguridad todas las acciones requeridas para minimizar los
riesgos de la tecnología del DNA recombinante (ingeniería genética) y otras técnicas
moleculares modernas. La ingeniería genética es un proceso complicado mediante
el cual, se transfiere el gen de un organismo a otro.
Los genes determinan las características que puede tener un organismo, tales como
el color del fruto, el tamaño de una mazorca de maíz, la resistencia a sequías,
heladas, etc. Cuando se añade genes ajenos a un organismo, éste adquiere las
características introducidas. El organismo resultante se llama organismo transgénico
o genéticamente modificado.
En 1975 se reunieron los 40 científicos de todo el mundo que trabajaban con el DNA
recombinante. De esta reunión surge la primera guía de bioseguridad. Estas normas
tratan de minimizar los riesgos de estas nuevas tecnologías.
Cultivos transgénicos son plantas que han sido objeto de ingeniería genética para
adquirir características de organismos no relacionados.
Dado los altos costos que tiene esta tecnología, los precios resultantes de los
cultivos transgénicos serán muy altos, por lo menos al principio, pues las compañías
desean recuperar sus inversiones, y por lo tanto no serán accesibles a los pobres.
Riesgos ambientales
Estas nuevas malezas serán muy difícil de ser controladas, porque tendrán las
ventajas que han recibido de los genes introducidos.
A nivel del suelo también habrán efectos negativos, porque posiblemente las plantas
originales permitían que se desarrolle en el suelo un determinado tipo de micro-
organismos y pequeños animales que desaparecerán y el proceso de
descomposición se alterará, impactando a otros ambientes que dependían de éste.
2. Los cultivos modificados, pueden cruzarse con variedades silvestres que han sido
usadas tradicionalmente por los campesinos para mejorar sus cultivos. Esto es algo
que ocurre todo el tiempo en forma natural. Pero, dado que en este caso se trata de
genes extraños, estas plantas pueden también transformarse en malezas. Estas
nuevas malezas serán también muy difíciles de controlar.
Estas nuevas variedades pueden tener impactos aun más serios que los descritos en
el punto anterior. Si estas nuevas variedades invaden vegetación natural, podrían
producir ahí cambios profundos e irreversibles, como la extinción de poblaciones
pequeñas que no pueden competir con estas variedades modificadas, la
desaparición de especies en peligro de extinción, seguir generando nuevos
organismos transgénicos por la continuo intercambio de polen que ocurre en la
naturaleza y generar el efecto cascada descrito anteriormente.
Es muy importante tomar en cuenta este aspecto, sobre todo en países como el
Ecuador, que es centro de formación de cultivos. La introducción de cultivos
transgénicos podría hacer desaparecer las variedades silvestres de la que ha
dependido la agricultura tradicional. Esto podría poner en riesgo la seguridad
alimentaria del pueblo.
Muchos científicos han cuestionado la validez de las premisas básicas en las que se
ha fundamentado el paradigma de la ingeniería genética.
Por ejemplo, no se ha tomado en cuenta las complejas interacciones entre los genes
y el medio ambiente celular, extra-celular y externo. El cambiar el ambiente externo
de un gen puede generar procesos impredecible, que pueden impactar
negativamente en la salud pública y el medio ambiente.
Es imposible predecir que va a pasar con un gen una vez que entra en un nuevo
huésped. Cualquier predicción puede resultar frustrada por el dinamismo de las
poblaciones naturales. Los genes transferidos pueden mutar o recombinarse en el
genoma y hasta ser transferidos a otro organismo o especie. La estabilidad de un
organismo o ecosistema puede estar, por lo tanto, muy amenazado.
Es aun más seria la falta de una regulación adecuada, si se toma en cuenta que
algunos modificaciones pueden tomar varias décadas para manifestarse en algunos
organismos. Las observaciones hechas en organismos transgénicos cubren apenas
pocos años. Un organismo puede ser declarado "seguro" y a largo plazo puede
resultar ser muy peligrosos. Este problema se magnifica cuando se llevan a cabo
transferencia de actividades de ingeniería genética u organismos transgénicos a
otros países, especialmente del 3er. Mundo, donde la infraestructura legal y técnica
es aun menos adecuada, y los ecosistemas más complejos.
Propuestas
4. El principio precaución debe ser observado. Esto es, cuando hay alguna
amenaza de un daño serio o irreversible al medio ambiente, la falta de información
científica no debe ser una razón para posponer las medidas que prevean el deterioro
ambiental.
5. Se debe aumentar los recursos para la evaluación científica y objetiva sobre los
impactos de la ingeniería genética en la seguridad social, de la salud y ambiental.
11. Se debe dar especial interés a las implicaciones que las nuevas biotecnologías
tendrán en los países del 3er. Mundo. Se debe tomar medidas para prevenir los
impactos negativos, particularmente en las comunidades rurales. Se debe tomar
medidas para proteger y promover la biodiversidad agrícola en el 3er, Mundo, y
estudiar los prácticas tradicionales y como contribuyen éstas a la agricultura
sostenible.
Varios países del 3er. Mundo recomendaron que se tome como base de trabajo este
documento (UNEP/CBD/COP/1/4 - Panel IV) y se pase a trabajar directamente en el
Protocolo. A continuación se presenta un resumen de las recomendaciones de la
mayoría de los miembros del Panel:
Los organismos modificados genéticamente que van a ser transferidos y usados bajo
condiciones de confinamiento para investigación y desarrollo, no deberían seguir los
procedimientos descritos arriba, sino que deben regirse por procedimientos un poco
más simples.
Las ONGs abajo firmantes, preocupadas por los efectos potenciales que las nuevas
biotecnologías - especialmente los organismos transgénicos- pueden generar en el
medio ambiente, en la salud humana y en la seguridad alimentaria de nuestras
naciones, proponemos algunos elementos básicos que deben ser tomados en
cuenta en un Protocolo de Bioseguridad.
abedul*, alfalfa*, avena, café, cebolla, clavel, crisantemo*, eucalipto*, lechuga*, yuca,
nogal, papaya, remolacha*, soya*, trigo*, achicoria*, algodón*, camote, pepino*,
centeno, calabaza*, palma de dátiles, frutilla, lino*, manzana*, ñame, papa, col*,
sorgo, melón*, aguacate, arándano, berenjena, caña de azúcar*, ciruela, coliflor*,
durazno, girasol*, lirio, mijo, neem, petunia*, rosa, tabaco*, vid, álamo, arroz*,
brócoli*, cebada*, cítricos, colza*, espárragos*, kiwi*, maíz*, nabo*, palmera de
aceite, pimiento verde, sandía*, tomate*, zanahoria*.
El orden de las compañías de biotecnología ha sido hecho en base a los gastos para
investigación y desarrollo; de las empresas de agroquímicos y semillas, en base a
sus ventas