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LEY GENERAL DE SOCIEDAES MERCANTILES

La Ley General de Sociedades Mercantiles (LGSM) es la encargada de regular el reparto de


dividendos para las empresas mexicanas, concediéndoles un  amplio margen de ejercicio,
ya que faculta a sus propias asambleas para adoptar los acuerdos pertinentes respecto a la
forma, temporalidad y destino de las utilidades.

Al respecto, la LGSM prescribe que la distribución de utilidades solo podrá hacerse


después de que sean aprobados por la asamblea de socios o accionistas los estados
financieros que las arrojen.

Esta disposición confirma la distinción doctrinal entre las utilidades y los dividendos, y, por
ende, es posible afirmar que el derecho a percibir estos últimos se gestará a partir de la
aprobación de los estados.

Con esta perspectiva en mente, antes de que la asamblea estudie los estados financieros
para determinar si habrá o no dividendos, están obligados a verificar dos cuestiones (arts.
18, 19 y 20, LGSM):

 el capital social: si se han sufrido pérdidas no podrán repartirse dividendos hasta


que estas sean reintegradas, o en su defecto, se realice la reducción correspondiente al
tamaño del déficit
 reserva legal, es el fondo adicional al capital fijo, que está destinado a responder
por cualquier eventualidad en la que la empresa se vea comprometida. Este depósito será
construido al separar anualmente el 5 % de las utilidades netas, como mínimo, hasta que el
importe llegue a la quinta parte del capital social

Aunado a lo anterior, el artículo 16 de la LGSM determina que el reparto de las ganancias


se hará entre los socios capitalistas en proporción a sus aportaciones, mientras que a los
industriales les corresponderá la mitad de las ganancias (sociedades de personas y no de
capital).

Para asegurar que se cumplan las dos obligaciones reseñadas, la ley en comento prescribe
que cualquier pacto que contravenga su contenido no producirá efecto legal alguno.

Como ya se mencionó, la LGSM otorga a la asamblea de socios o accionistas una amplitud


de facultades, por lo que, este órgano no solo aprobará los estados financieros,
sino también podrá fijar los plazos y formas bajo las cuales se distribuirán los dividendos.

Una vez que esté firme el acta resultante de dicha reunión, la empresa estará obligada a
cumplir todos sus extremos, y de no hacerlo, los accionistas o socios podrán demandar el
cumplimiento forzoso del reparto de los dividendos.

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