Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
www.insconsfa.com
info@insconsfa.com
Bert Hellinger: La enfermedad es un movimiento del espíritu para sanar la consciencia fami-
liar llevando al individuo a la reconciliación con los excluidos de su clan.
El sistema familiar transmite toda la información de sus miembros a todos sus miembros, en
un continuo movimiento circular que integra todo lo que va ocurriendo. Está movido por
dos fuerzas contrapuestas, cuya articulación está en un reequilibrio perpetuo: una fuerza de
cohesión y una fuerza de individuación o autonomización, ambas al servicio de la vida.
Mientras que:
Cuando no se respeta el orden o la pertenencia, la cohesión del grupo se vuelve rígida, impi-
diendo la individuación de sus miembros. Cada vez que se crea una exclusión, el sistema
familiar pone en marcha un mecanismo “ciego”, un nuevo mecanismo de compensación,
para promover la reinclusión de esta persona y así recomponer la cohesión del sistema a un
nivel superior.
Ese mecanismo ciego se dirige a los más jóvenes del sistema, que están al servicio de sus ma-
yores, provocando un sufrimiento en este miembro joven, sufrimiento metafórico de la situa-
ción que provocó la exclusión, cuya meta es ser leído, entendido, hasta la reinclusión del
excluido.
Este sufrimiento, esta metáfora es la enfermedad. Su misión es la reconciliación entre un ex-
cluidor y un excluido.
Tanto el excluidor como el excluido se habían alejado de la vida, y el retorno a la vida consis-
te en esta reconciliación.
El enfermo, o descendiente designado para señalar esta exclusión y esta separación de la vi-
da, va a imitar a los ancestros con los que está intrincado: rechazando la vida como es, exclu-
yendo o siendo excluido.
1
Compensación decidida desde el Estado Adulto de la persona.
2
Compensación sufrida desde el Estado Niño, por fidelidad o por intrincación.
4
La enfermedad es un camino de vuelta a la vida.
La persona enferma estaba vinculada a un excluidor que no asumió el daño que hizo. Por lo
que esa persona va a tener la misma fidelidad y “debilidad” que el excluidor, y tendrá con-
flictos que no sabrá resolver, igual que ese excluidor. El Dr Hamer descubrió y comprobó
que toda enfermedad es la somatización de un conflicto bloqueado.
Los conflictos bloqueados son rechazos a la vida como es. La persona designada por el sis-
tema para señalar al excluidor o al excluido (proceso al que Hellinger llama “movimiento del
alma”, “alma” significando sistema) se enfrenta entonces a conflictos que no consigue resol-
ver, y estos conflictos se somatizan en una enfermedad.
Cuando el enfermo por fin acepta su enfermedad, va a empezar a mirar sus conflictos y
asumir lo que rechazó, dándose cuenta de a quien excluyó él también de su vida. La enfer-
medad entonces se retira.
En las enfermedades físicas graves, veremos un mínimo de tres generaciones sin tomar a la
madre. Por lo que en general hay que trabajar incluyendo también a los abuelos. Y llegar a
que la persona tome a su madre tal como es, aunque no ocupe su lugar de madre.
5
En las enfermedades graves, además de varias generaciones “sin madre”, encontramos va-
rias intrincaciones con excluidores o excluidos y varios conflictos, cada intrincación dando
lugar a un conflicto “programante” (concepto de la Nueva medicina, conflicto programante
de la enfermedad).
Las constelaciones dan luz sobre las dinámicas ciegas que provocan la enfermedad. Frente a
los sufrimientos de los ancestros, la persona responde, desde su amor ciego marcado por el
pensamiento mágico del niño, con una de estas frases:
6
La Nueva Medicina
Buenos días a todos. Mi madre cuando conoció esta medicina me hizo un comentario: -Ahora
entiendo por qué hay tantas enfermedades y tanto cáncer, es porque se está perdiendo el
confesionario. Por eso antes había menos-.
Parece una bobada pero cuando les explique qué es la Nueva Medicina lo van a entender
mucho mejor.
Por primera vez en la historia podemos trabajar con leyes de la naturaleza. Es decir, los mé-
dicos hasta ahora veníamos trabajando con hipótesis, con axiomas no contrastados, con mu-
cha especulación. Esto hacía que pacientes sometidos a un mismo tratamiento dieran diferen-
tes resultados. La medicina clásica es una maraña de interpretaciones, una maraña de espe-
culaciones pero es la única ciencia por llamarla de alguna manera que trabaja sin leyes.
Por primera vez en la historia, un médico alemán Ryke Geer Hamer, catedrático de medici-
na, especialista en medicina interna, especialista en psiquiatría, especialista en radiología
(aparte de eso cursó la carrera de Teología) enuncia leyes de la medicina. Hamer estudió es-
tas especialidades con todo rigor, tres años por especialidad. Ejerció durante quince años
como jefe de diversos servicios hospitalarios en varios hospitales de Alemania. En la década
de los 70 llevaba ya un tiempo dándose cuenta de que la medicina era muy especulativa, que
no encajaba entre las otras ciencias. Se dio cuenta que faltaba algo, que no había orden ni
concierto. La muerte de un hijo suyo, que fue un hecho famoso porque fue a causa de un
disparo que le dio Victor Manuel de Saboya, príncipe heredero de la casa de Saboya, fue un
hecho determinante. Él ya había desarrollado algo sobre la Nueva Medicina y se reprocha a
sí mismo no haber tenido el coraje de sacar a su hijo de los tratamientos de la medicina clási-
ca y tratarlo como él quería.
Tras la muerte de su hijo Hamer se descubre un cáncer de testículo y su mujer, que es médico
oncólogo, desarrolla un cáncer de mama izquierda.
La pregunta de Hamer es cómo es posible que dos personas sanas, relativamente jóvenes
todavía, desarrollen ambos un cáncer y lo relaciona con el hecho traumático de la muerte del
hijo.
En ese momento Hamer era el jefe de los servicios de radiología, oncología y de medicina
interna de modo que estaba en condiciones muy especiales para realizar su tarea de investi-
gación.
7
El protocolo oficial para el cáncer es cirugía, quimioterapia y radioterapia y se sabe cuál es el
resultado para el 95% de los casos. Hamer se subleva ante esa posibilidad y sobre todo ani-
mado por el hecho de ver que hay una incidencia altamente dramática en la vida de él y de
su esposa que pudiera estar relacionado con la aparición de la enfermedad.
En el hospital universitario donde trabaja empieza a hacer una cosa que hasta ese momento
la medicina no había hecho nunca. En realidad sí se había hecho pero tan antiguamente que
ya ni se recuerda en los libros de medicina: preguntarle al paciente por qué cree que está en-
fermo.
Entonces les empieza a preguntar a los enfermos de cáncer del hospital si ha vivido alguna
historia o algún incidente altamente traumático en su vida, anterior a la aparición del cáncer.
Para su sorpresa encuentra que absolutamente todos refieren una historia altamente dramá-
tica en un tiempo anterior al de la aparición de la enfermedad.
En un principio lo que constata es que todos, absolutamente todos tienen ese hecho dramáti-
co. Luego empieza a analizar por descarte, por tipo de enfermedad. Pregunta por ejemplo a
100 mujeres diestras con cáncer de mama izquierda para tratar de encontrar un denominador
común.
Es así que va encontrando enfermedad por enfermedad un denominador común de esa en-
fermedad. Las 100 mujeres con ese cáncer intraductal de mama izquierda tienen un mismo
incidente en su vida, un mismo hecho traumático con un mismo colorido. Pero cuando anali-
za 100 casos de cáncer de riñón encuentra exactamente lo mismo. Cuando analiza los casos
de cáncer de pulmón encuentra lo mismo: un denominador común distinto del de mama y
de riñón. En principio lo que encuentra es la relación entre la psiquis, es decir las vivencias
de las personas y el órgano lesionado.
La sorpresa más grande que se lleva es darse cuenta que no es una relación del 90 o 95% que
ya sería como para tener en cuenta sino que es del 100%. Empieza a darse cuenta que está
tocando leyes de la naturaleza. Las leyes de la naturaleza, como todos sabéis, dicen que este
objeto se caería un millón de veces si yo lo soltara puesto que se ejerce sobre él la fuerza de la
gravedad que es una ley de la naturaleza y no cabe la más remota posibilidad de que al sol-
tarlo se quede suspendido en el aire.
Pues lo que ha descubierto Hamer es de esta índole. Yo sé que parece muy duro, muy difícil
de creer, imaginaros lo que puede suponer para nuestra clase médica, que por primera vez le
pongan por delante cinco leyes de la naturaleza que se cumplen en el 100 por ciento de los
casos.
Cuando él se da cuenta de esa relación, lógicamente piensa que el ser humano no es sola-
mente una rodilla, no es solamente un codo, no es solamente un pecho. La medicina clásica
en su súper especialización continua, nos obliga a especializarnos cada día más. Es habitual
que si a una persona le duele una rodilla va a un traumatólogo pero a su vez ese traumatólo-
go le deriva a un compañero que es a la vez traumatólogo pero más especialista que él en la
rodilla con lo cual el traumatólogo especializado en rodilla sólo sabe de rodilla. Se está per-
diendo la visión de conjunto, tratamos el cuerpo humano por piezas, por partes separadas
del todo y Hamer lo que sí tiene muy claro es la unidad del ser humano. Se da cuenta que el
ser humano tiene sique, cerebro y órganos. Está encontrando la relación entre sique y órgano.
¿Qué está pasando mientras tanto en el cerebro?
8
Él es radiólogo y está harto de hacer scanners (tomografía computada) y nunca ha visto en el
cerebro una señal de nada. Todo sabemos que el cerebro dirige todas las funciones del cuer-
po, sin embargo esto no es tenido en cuenta por la medicina clásica, lo olvida sistemática-
mente. Todos sabemos que el cerebro controla las funciones de todos los órganos, de todos
los tejidos y que está conectado con todas las células. Es más, la medicina clásica admite que
una célula, sólo una célula, es capaz de recibir un orden de 55.000 estímulos bioquímicos
simultáneos a través de neurotransmisores pero solo conoce un orden de 20. Pero en cuanto
a estímulos bioeléctricos es incalculable la posibilidad que tiene una célula de recibir infor-
mación simultánea. Sin embargo no tenemos en cuenta este flujo de información y seguimos
investigando sobre la celulita, que si los oncogenes, que si la célula hace, que si la célula des-
hace como si la célula fuera un ente aislado del resto del organismo, que llevara su propia
vida y se mantuviera completamente ajena a las órdenes cerebrales.
Todos sabemos que un estudiante a la hora de presentarse a examen puede tener una colitis.
Todo médico diría que es normal y que es producto de su estado de ánimo. Si nos damos un
susto nos aumenta la frecuencia cardiaca, también eso es normal. Ante una situación que nos
repele se nos ponen los pelos de punta. La úlcera se llama ya úlcera de stress dando por he-
cho que el stress es la causa de las úlceras de duodeno. Se habla también del infarto de mio-
cardio en las personas de riesgo que trabajan mucho.
Hasta ahí a la medicina no le queda más remedio que asumir, que admitir la relación sique-
órgano pero cuando hablamos de enfermedades mayores la medicina deja de lado estos su-
puestos. Dice: las enfermedades de las que hemos hablado hasta ahora son enfermedades
sicosomáticas y que las trate el médico de cabecera, el médico de pueblo o el siquiatra pero
dejen para nosotros los cánceres y las enfermedades graves que son asunto de los entendidos
de la materia.
Hamer, ante la posibilidad de que el cerebro pueda dar alguna señal de lo que está pasando
a nivel síquico y a nivel orgánico, se sienta un día ante un scanner que tiene en el hospital en
el que es jefe del servicio y empieza a hacer un scanner cerebral, cosa que hasta ahora no se
había hecho nunca, de aquellos pacientes que tienen una patología no neurológica, no cere-
bral, por ejemplo un cáncer hepático.
Todos sabemos que en la radiología hay unas imágenes que la medicina nunca ha sabido
explicar. Son un tipo de circulitos dispersos por el scanner cerebral que aparecen en lugares
diversos y como la medicina nunca pudo darles explicación son considerados todavía como -
artefactos-, productos de la máquina, problemas de la máquina.
Hamer se sentó por primera vez en un scanner para ver si esos “artefactos” tenían algo espe-
cial que decirle en la relación causa-efecto. Y para su sorpresa comprueba que esas cien mu-
jeres que tenían un cáncer intraductal de mama tenían un redondelito de esos, un “artefacto”
en la misma zona del cerebro que paradójicamente es la zona del cerebro que rige la mama
izquierda. Pero si analiza los pacientes que tienen un problema de riñón encuentra que to-
dos, absolutamente todos, tienen un artefacto en una zona del cerebro que paradójicamente
es la zona del cerebro que rige el riñón. Tanto es así que descubre una cartografía, añade una
cartografía nueva al conocimiento médico. Comprueba que eso que se llamaban artefactos no
son artefactos sino la señal cerebral de lo que está ocurriendo a nivel síquico y a nivel orgáni-
co.
9
Él me contaba un día que cuando descubrió eso se quedó durante tres horas sentado delante
de un scanner porque no daba crédito a lo que acababa de descubrir imaginando lo que ve-
nía detrás, lo que iba a venir. Era demasiado fuerte para que una clase médica sumamente
establecida pudiera asumir semejante descubrimiento. Pero como no podía ser él el único
que diera vueltas sobre este asunto se fue a la Siemes que es en Alemania la empresa más
grande que produce scanners y todo tipo de aparatos de radiología. Al entrevistarse con el
jefe de ingenieros de la Siemens y plantearse lo que acababa de descubrir, éste le dice: Pues
mire no está Ud. muy alejado de lo que nosotros pensamos porque nunca hemos creído que
esas imágenes fueran artefactos, la máquina no puede producirlos. Pero como la clase médi-
ca no puede explicarlos y nosotros tampoco se sigue sosteniendo que lo son. Pero podemos
salir de dudas, podemos crear un protocolo y durante seis meses vamos a estudiar con dos
máquinas diferentes para ver si son realmente artefactos o están en la cabeza del individuo.
El protocolo es muy sencillo y la manera de investigarlo es tremendamente fácil y hoy puede
hacerse en cualquier servicio de radiología. Si el artefacto lo está produciendo la máquina y
la máquina lo produce en una determinada dirección en relación a la cabeza del paciente
giremos la cabeza del paciente. Si la imagen se produce ahora en el mismo lugar anterior
estaríamos frente a un artefacto. Si la imagen se mueve junto con la cabeza del paciente es
porque el objeto está en la cabeza y no es producto de la máquina. Si repetimos la experien-
cia con otra máquina diferente y ocurre lo mismo habremos llegado al resultado buscado. Lo
que se había planeado como un protocolo para seis meses en dos meses quedó resuelto.
La conclusión es que esas imágenes estaban en las cabezas de los pacientes y eran la señal de
las enfermedades orgánicas.
Así es que Hamer postula su primera ley: La Ley de Hierro del Cáncer, de “hierro” porque se
cumple en el cien por ciento de los casos. Y no solamente vale para el cáncer. La ley se llama
“Ley de hierro del cáncer y enfermedades similares al cáncer”. La palabra cáncer en la medi-
cina que nosotros trabajamos ha perdido toda su fuerza y tragedia.
La primera vez que la formula, Hamer dice: todo shock síquico, altamente traumático, que
nos toma por sorpresa y es vivido en aislamiento, produce una ruptura de campo electrofi-
siológico en un área concreta del cerebro y a partir de ese momento se lesiona el órgano que
gobierna esa parte del cerebro.
Todo shock síquico, altamente traumático, hiperagudo que te pilla a contra pie, es decir ines-
perado, produce estos efectos. Que te pilla a contra pie y vivido en aislamiento: esto es tre-
mendo, es importantísimo y condición sine qua non para que se produzca el cortocircuito
cerebral. La persona se lo tiene que tragar. La idea por ende le está dando vuelta continua-
mente, lo vive en soledad, en aislamiento, no lo comunica. Mientras dura esa situación con-
flictiva se produce un cortocircuito a nivel cerebral y desde allí se manda un error de codifi-
cación al órgano. De este modo aparece la enfermedad en el órgano. Esta primera ley se
cumple en el cien por ciento de las enfermedades excluyendo tres tipos de enfermedades: los
traumatismos, los envenenamientos y las que ya se nace con ellas. Todas las demás, absolu-
tamente todas se rigen por esta ley.
Hamer sigue adelante investigando y además a una velocidad tremenda y descubre que la
enfermedad es un proceso bifásico.
10
Hasta ahora la enfermedad solamente se tiene en cuenta al momento de dar su primera sin-
tomatología o cuando es descubierta por una prueba radiológica o por una prueba fortuita
en el hospital pero nada más. El proceso empieza en el momento en que aparece el primer
síntoma de la enfermedad y hasta que la enfermedad termina. Hamer se da cuenta que esto
no es cierto. ¿Por qué? Porque lo primero que debe hacerse es un scanner cerebral (él a partir
de ese momento y todos nosotros ahora trabajamos con scanner cerebral) que es una prueba
científica irrefutable. Con un scanner cerebral sin saber la historia del paciente se puede
diagnosticar todo lo que tiene, lo que ha tenido, en qué fase se encuentra y qué lo ha produ-
cido. Esto es una prueba científica, no es una especulación, no es medicina alternativa ni es
una medicina especulativa. Esto es: señor mío, aquí tenemos un scanner y vamos a ver si es
verdad o mentira lo que yo digo comparándolo después con la historia clínica del paciente.
Esto es lo más tremendo que Hamer ha aportado a la medicina.
Además, al seguir investigando descubre que el -artefacto- en los scanners puede ser de dos
formas: si hay 100 personas con un problema de riñón, 50 tienen por ejemplo un artefacto en
forma de -diana-, es decir un círculo con un punto en el medio y los otros 50 lo tienen en
forma de mancha, es un círculo con una mancha negra, un edema cerebral. Entonces Hamer
se da cuenta que los que lo tienen -en diana- tienen el conflicto activo, están viviendo el con-
flicto en ese momento. Si se le pregunta al paciente sobre el contenido del conflicto el pacien-
te responde cosas del tipo: sí, todavía estoy enojado con mi hermano o yo todavía estoy pen-
diente de la herencia de mi tía.
Pero sin embargo aquellos que tienen la mancha, han tenido el conflicto pero lo han resuelto.
Y esto en el 100 por ciento de los casos: no hay un individuo con una imagen -en diana- que
diga yo ya he resuelto el conflicto y tampoco hay un individuo con esa imagen en forma de
mancha que diga: yo no he tenido nunca ese conflicto. Ocurre siempre en el 100 por ciento de
los casos.
Sin embargo encuentra un muro impresionante. Muchas veces está el conflicto en solución,
con su imagen cerebral en forma de mancha, a nivel síquico, hablando con el paciente, el
paciente relata que tuvo el conflicto pero que ya lo ha resuelto y en ese momento empiezan a
aparecer los síntomas a nivel orgánico. Y eso no encaja. A veces no existe relación entre el
estado emocional del paciente, su estado cerebral y algunas enfermedades. En la fase activa
no han dado señal, sin embargo en la fase de solución empiezan a dar señales, empiezan a
dar sintomatología. Hamer empieza a investigar sobre embriología.
11
(…)
Somos nosotros los causantes de nuestra propia enfermedad, no podemos echarle la culpa a
otro. Se acabó eso de decir la naturaleza ha fallado en mí, la mala suerte, el castigo divino y
ahora voy al médico para que me cure haciendo abandono de nuestra propia responsabili-
dad. En la medida que se resuelva el conflicto la enfermedad se cura y no hay tu tía y cual-
quier cosa que haga el médico no podrá curar si el conflicto está activo. Se acabó eso de ir al
médico para que el médico resuelva el problema.
(…)
Pregunta: Quisiera que hablara sobre el cáncer en niños, especialmente la leucemia.
Moriano: Primera barbaridad. La leucemia es una mala interpretación total y absoluta de la
oncología. La leucemia no es un cáncer. Es la fase de recuperación de un cáncer de hueso, de
médula ósea. La leucemia solo puede aparecer cuando la persona se está curando. Como en
el caso del cáncer de mama la fase activa de la enfermedad es la pérdida de sustancia. En el
caso de médula, la pérdida de médula. En la fase de curación llega una orden de hematopo-
yesis, de producción masiva de células sanguíneas. Al no haber la suficiente médula ósea
para producirlas, produce inmaduros. Es la aparición de blastos. Nunca jamás un exceso de
blastos en sangre ha matado a alguien. Sin embargo se los considera como enemigos y se da
quimioterapia.
¿Por qué aparece en los niños? Es la fase de curación de un conflicto tremendo de desvalori-
zación de sí mismo. Es muy difícil pensar que un niño de un año se sienta desvalorizado. En
este punto Hamer da un bombazo a todo esto de la ingeniería genética. Hamer se dedicó
algún tiempo a hacer scanners de niños recién nacidos. Con el scanner cerebral del niño se le
puede contar todo el embarazo a la madre. Hamer comprueba que el niño, en el vientre de su
madre tiene plena conciencia de todas las vivencias de su madre y que vive los conflictos en
el claustro materno y que cuando se separa de ella puede provocar la fase de resolución. El
90 % de los cánceres en críos menores de tres años son fases de solución, calificadas como
cáncer pero no son cáncer, son la fase de solución de los conflictos vividos en el vientre de la
madre.
Viendo un scanner de un niño recién nacido se le puede contar a la madre todo el embarazo.
Esa estúpida idea de que el niño en el vientre de la madre no se entera de nada es una autén-
tica payasada que se puede tirar por tierra científicamente.
Hamer nos ofrece esta Nueva Medicina. Ha encontrado el cáncer donde no pensábamos que
estuviera. Ha encontrado la solución donde no esperábamos que estuviera. Ya no está en el
médico sino en uno mismo. Esta Nueva Medicina dice que tenemos que ser coherentes con
nosotros mismos, no con el vecino. Es nuestra vivencia personal, nuestra incoherencia la que
crea el problema, probablemente porque creamos una escala de valores que no va con noso-
tros mismos.
Se acabó aquello de que mi niño tiene que ser ingeniero porque yo soy ingeniero. Mi niño
tiene que ser lo que sea coherente con él. Cuántos hay que tienen conflictos porque fueron
obligados a ser lo que no querían ser o porque han elegido ser lo que no debían ser.
El niño de tres años se cura de leucemia sin quimioterapia. Esperando. Porque en 8 semanas
los blastos empiezan a bajar y suben los hematíes. Y mientras tanto hay un solo tratamiento
12
posible en niños o en adultos, si tiene anemia habrá que transfundir hematíes, si tiene bajos
los leucocitos habrá que administrarle antibióticos para evitar las infecciones y si tiene bajas
las plaquetas habrá que transfundirle plaquetas para evitar las hemorragias. A diferencia de
la medicina clásica se deja reproducir las células y no se las mata con quimioterapia.
13
Curva de Hamer3
“Tal como han demostrado mis investigaciones empíricas, llevadas actualmente sobre más
de once mil pacientes, es absolutamente inconcebible que un virus pernicioso, cuyo objetivo
es, por así decir, la destrucción de las defensas del organismo, pueda actuar independiente-
mente de los procesos psíquicos y cerebrales, casi «in Vitro».
La Ley de Hierro del Cáncer enuncia que toda enfermedad -y no ya únicamente el cáncer- es
desencadenada por un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer). Es decir, por un choque conflictual
biológico muy específico que, de forma instantánea, impacta simultáneamente en el cerebro
y en el organismo creando un Foco de Hamer, visible en el escáner, en el centro de control
cerebral que representa al órgano afectado, y creando alteraciones, tumores, etc. en el órgano
correspondiente.
El sistema ontogenético de los tumores descubierto por mí en 1987, ordena todas las enfer-
medades cancerosas y equivalentes en función de la capa embrionaria (endodermo, meso-
dermo, ectodermo) de la cual provienen, y que se forma en las primeras semanas del desa-
rrollo del embrión.
Por razones ontogenéticas, a cada una de estas capas embrionarias le corresponde una zona
específica del cerebro, un cierto tipo de temática conflictual así como una estructura histoló-
gica bien definida.
El sistema ontogenético de los microbios los clasifica en función de las tres capas embriona-
rias, de lo que se deduce:
que los microbios arcaicos, es decir, los hongos y las micobacterias, son de incumbencia del
endodermo y, hasta un cierto punto, del mesodermo cerebeloso, pero únicamente en todo
caso en lo que concierne a los órganos gobernados por el tronco cerebral (bulbo raquídeo,
puente, mesencéfalo y cerebelo).
que todos los microbios viejos, a saber, las bacterias, son de incumbencia del mesodermo y
de todos los órganos que lo constituyen, y
que los microbios jóvenes, a saber, los virus, que para hablar con propiedad no son micro-
bios verdaderos, es decir, seres vivos-, son competencia exclusiva del ectodermo, para los
órganos gobernados por el córtex cerebral propiamente dicho.
3
De SALOMON SELLAM, en “Origines et préventions des maladies”. Ed. Quintessence, 2000.
14
En este contexto competente significa que cada grupo de microbios no trata más que con
grupos determinados de órganos, derivados de una misma capa embrionaria. La única ex-
cepción a esta regla es la zona limítrofe de los órganos mesodérmicos gobernados por el ce-
rebelo, que son tratados tanto por hongos parásitos y micobacterias (principalmente) como
por las bacterias (en menor grado), que normalmente son competencia de los órganos de la
capa embrionaria media (mesodermo) gobernados por la médula cerebral.
El momento a partir del cual los microbios pueden trabajar no es, como erróneamente lo ha-
bíamos creído hasta ahora, función de factores externos sino más bien algo determinado por
el ordenador que es nuestro cerebro.
Y a la vez que para los microbios el «objeto a tratar» no es fortuito sino exactamente determi-
nado por la historia del desarrollo embrionario para cada grupo de microbios (exceptuando
el cabalgamiento observado anteriormente), el momento en que los barrenderos reciben la
autorización para entrar en faena no es fortuito sino determinado con precisión, en función
del sistema ontogenético, por el ordenador que es nuestro cerebro: se trata siempre del inicio
de la fase de solución del conflicto, es decir, de la fase de curación.
Los microbios, a los que siempre habíamos tomado como a malvados enemigos, ejército de
adversarios temibles intentando aplastarnos, y a los que en consecuencia era preciso eliminar
a cualquier costo, se descubren ahora como nuestros mejores amigos, valiosos auxiliares,
barrenderos y restauradores bienhechores de nuestro organismo. Sólo empiezan a trabajar
cuando nuestro organismo les da la orden concreta, desde el cerebro. Y esta orden siempre
les es notificado por el cerebro en el momento justo en el que se inicia la fase de curación,
cuando el organismo, pasando de la inervación simpática a la inervación parasimpática, en-
tra en una fase de vagotonía (curación) permanente.
Pensábamos pues que era necesario movilizar a cualquier precio el ejército defensivo de
nuestro organismo, reforzar el sistema inmunitario contra el temible ejército de los invasores,
contra los microbios o contra las células cancerosas que buscaban destruirnos. Era una idea
completamente falsa. ¡Debemos empezar nuestra Nueva Medicina por el principio, desde
cero!
15
En el esquema fundamental que sigue, toda enfermedad comporta dos fases:
Primera fase. La fase de conflicto activo con simpaticotonía duradera. Al inicio de esta fase
de simpaticotonía duradera siempre existe un Síndrome Dirk Hamer. Antes estas primeras
fases eran consideradas como enfermedades frías, autónomas, cosa que no eran. A pesar de
que durante esta fase simpático tónica se considera deficiente al sistema inmunitario, en ella
no encontrábamos actividad microbiana, es decir, que los microbios eran considerados apa-
tógenos, y por tanto inofensivos.
Segunda fase. La fase de conflicto resuelto con vagotonía duradera. Al principio de esta fase
de vagotonía duradera siempre está la solución del conflicto. Antes estas segundas fases eran
siempre consideradas como enfermedades calientes autónomas, cosa que no eran. Aunque
durante esta segunda fase el sistema inmunitario pareciese funcionar a pleno rendimiento
(fiebre, leucocitosis, etc.), los microbios no se sentían en absoluto incomodados y continua-
ban alegremente montando su juerga. Los mismos microbios a los que antes se había clasifi-
cado como apatógenos se convertían de repente en patógenos o extremadamente virulentos,
es decir, microbios de naturaleza maligna.
En realidad, las enfermedades de una sola fase no existen. Sencillamente se había olvidado -o
no habíamos tenido en cuenta- la cuestión complementaria. He aquí por qué nuestra medici-
na al completo era totalmente falsa. La Nueva Medicina no reconoce más que enfermedades
con dos fases, a saber, una primera fase (fría) y una segunda fase (caliente). Este esquema
fundamental es válido para las tres capas embrionarias, y para las enfermedades de los ór-
ganos derivados de éstos.
Esta concepción tiene una inestimable ventaja por encima de la medicina clásica: la Nueva
Medicina se puede demostrar sin fallos y reproducir rigurosamente en el triple nivel psíqui-
co, cerebral y orgánico. En una palabra: es precisa, exacta por sí misma. No necesita hipótesis
de apoyo como la medicina anticuada, que no podía dar un paso sin estas muletas y sin las
cuales hace tiempo que habría sido ya desenmascarada. Por ejemplo, las hipótesis relativas a
las células cancerosas malignas que circulan en la sangre arterial. A pesar de que nadie haya
podido observarlas jamás, se considera que se diseminan por vía arterial hacia otros órganos
para fundar nuevas colonias, tumores-hijo, -denominados metástasis-, de un cáncer preexis-
tente, metamorfoseándose en pleno camino y conociendo pertinentemente qué tipo de me-
tamorfosis debían efectuar. Por el contrario, la Nueva Medicina obtiene su lógica de sí mis-
ma, prueba las cosas y obtiene conclusiones sin necesidad de hipótesis de apoyo, prohibidas
en nombre de la probidad y seriedad científica.”
Dr. R. G. Hamer
16
D: UMBRAL DE DISPARO de los programas biológicos memorizados, llamado DHS: Dirk
Hamer Síndrome.
Es el conflicto que hace desbordar el vaso. Es una situación puntual a la que no se esperaba
la persona (aunque sea repetitiva), coge a la persona a contra-pie, por la espalda, y se vive en
soledad. Lo psíquico no lo puede gestionar, y la emoción se reprime, no se puede actuar,
para resolver el conflicto, la persona se encuentra totalmente desbordada y entra en estrés.
En la zona correspondiente al conflicto, el cerebro vive un corta circuito que va a dictar al
órgano correspondiente a la localización cerebral del conflicto la programación de supervi-
vencia que la especie tiene para resolver este conflicto.
La enfermedad es entonces la única alternativa de supervivencia disponible.
17
Fase exudativa: primera parte de la fase de resolución del conflicto. Proceso de recons-
trucción a la vez orgánica y cerebral, con microbios, fiebre, infección, edemas, fatiga, dolo-
res, cabeza caliente y dolorosa (edema de reconstrucción de los Focos de Hamer respon-
sables de la enfermedad).
“Sabemos ahora que los microbios actúan como obreros de tres clases:
1. Los que tienen por misión de retirar los desperdicios (basureros). Por ejemplo, el mycobac-
terium tuberculosis, que descompone los tumores intestinales (de la capa embrionaria in-
terna, el endodermo) durante la fase de curación.
2. Los que actúan como niveladores de terreno, encargados de cubrir los cráteres, por ejemplo,
los virus, cuya misión consiste en rellenar las pérdidas de sustancia producidas en un teji-
do por las ulceraciones. Sólo podemos encontrar úlceras y virus durante la fase de curación,
y eso únicamente en los órganos de la capa embrionaria exterior (ectodermo), gobernada
por el córtex cerebral.
3. Las bacterias, que tratan únicamente con órganos deteriorados (necrosados, osteolisados) de
la capa embrionaria media (mesodermo) y tan solo durante la fase de curación consecutiva
a la solución del conflicto. Podrían ser comparadas a buldóceres que quitan los escombros
para que se pueda construir una nueva casa, es decir, para que el organismo pueda recons-
truirse sobre una base sólida.
Así pues, nuestro organismo hace un llamamiento a sus amigos los microbios para reparar, es decir,
para desescombrar, rellenar o nivelar los tumores, necrosis o úlceras que se han producido durante
la fase conflictual activa. Algo parecido a la revisión técnica de puesta a punto que se aconseja a los
automovilistas.”
Dr. R. G. Hamer
La persona siente mucho cansancio y su organismo necesita el descanso para que la recons-
trucción se lleve a cabo.
18
F: FIN DE LA ENFERMEDAD
Si se ha podido resolver el conflicto programante, y no sólo el conflicto desencadenante, se
llega muy rápidamente a la salud y final de los problemas.
S: SALUD
19
ESTRÉS
FASE DEL CONFLICTO BIOLÓGICO
SISTEMA NERVIOSO
ORIGEN EMBRIOLÓGICO
FASE
DEL TEJIDO
FASE ACTIVA FASE DE RESOLUCIÓN FASE VAGOTÓNICA
SIMPÁTICO-
TÓNICA
MULTIPLICACIÓN REDUCCIÓN celular: cese del crecimien-
ENDODERMO celular: to tumoral. Desescombro por hongos y
No orina
Tronco cerebral pólipo, edema, tumor, mico bacterias (B. K.). Función de basure-
Estrés cardiovas-
etc. ro (sino hay enquistamiento).
cular Sensación de me-
MULTIPLICACIÓN REDUCCIÓN celular: cese del crecimien- Pulso y frecuencia joría
MESODERMO ANTIGUO celular: to tumoral. Desescombro por hongos y respiratoria acele- CANSANCIO
Cerebelo pólipo, edema, tumor, mico bacterias (B. K.). Función de basure- rados Toda la sangre va
etc. ro (sino hay enquistamiento). Músculos energé- al tubo digestivo
ticos Apetito
REDUCCIÓN celular: MULTIPLICACIÓN celular: Agudeza visual, Vuelve a orinar
MESODERMO NUEVO.
úlcera, micro-úlcera, pólipo, edema, tumor, etc. con ayuda de auditiva y del Vuelve a dormir
Médula de los hemisferios cerebrales
geodas, cavernas... las bacterias (función de restauración). olfato Suspira
REDUCCIÓN celular: MULTIPLICACIÓN celular: Parón de la activi- Extremidades
ECTODERMO dad digestiva calientes
úlcera, micro-úlcera, pólipo, edema, tumor, etc. con ayuda de
Córtex cerebral No tiene hambre
geodas, cavernas... virus (función de restauración).
No duerme
BLOQUEO de una fun- Cierre de los shun-
DESBLOQUEO de esta función.
ECTODERMO ción. tes arteriovenosos
equivalentes cancerosos Contracción de los
Córtex cerebral DESBLOQUEO de una vasos periféricos
BLOQUEO de esta función.
función.
Cáncer4
Como todas las enfermedades, el cáncer es un movimiento del espíritu que se pone
en funcionamiento cuando alguien ha rechazado la vida, para llevar de nuevo a esa
persona al asentimiento y al amor.
Cuando se trata de una enfermedad grave, la vida ha sido rechazada una y otra vez,
tras la negación a enfrentarse a toda una serie de conflictos, y ese rechazo se ha pro-
ducido en varias generaciones seguidas. Por ello, precisamente la enfermedad se ha-
ce difícil, dura y exigente. Pues el camino de vuelta a la vida pide la renuncia a
creencias familiares muy arraigadas - creencias muy excluidoras -, pide poder su-
perar el sentimiento de culpa de dejar de ser fiel a varias generaciones.
En cuanto la persona manifiesta su adhesión a la vida como es: su asentimiento a su
madre, asentimiento a su enfermedad, a su carga, cuando toma su lugar de hija y
sólo de hija, cuando decide enfrentar sus conflictos, el cáncer se retira.
MAMA IZQUIERDA: conflicto del nido, relación madre hijos, no poder proteger al
hijo o retenerlo en casa. La enferma tiene falta de respeto u odio hacia su madre; la
rechaza como madre. Al rechazar a su madre, la mujer no consigue dar amor de ma-
dre a sus hijos.
4
Extracto del libro Constelar la enfermedad, desde las comprensiones de Hellinger y Hamer, de Brigitte
CHAMPETIER DE RIBES, Gaia 2010.
21
Las alergias
Las alergias son fidelidades arcaicas a una gran desgracia no integrada en el sistema.
La alergia es la somatización del recuerdo de una emoción bloqueada, en memoria
de la emoción de un antepasado, emoción semejante y bloqueada también.
Observamos un desplazamiento, como en la fobia, sobre una circunstancia del con-
flicto emocional. El desencadenante (polen, metal no precioso, pelo de gatos, etc.),
como en las fobias, es un elemento que el campo mórfico grabó (metafóricamente o
con hiperrealismo) junto con el hecho trágico y que el descendiente vinculado con
este hecho recibe en sus genes a la par que la emoción bloqueada.
5
La noción de conflicto biológico, programante, desencadenante nos viene del Dr. R. G. Hamer. Ver Nueva
Medicina o Nueva Medicina Germánica. El conflicto programante es un conflicto que no fue superado durante la
infancia, que programa la alergia, y cualquier enfermedad, en el guión de vida de la persona, para un momento
futuro. El conflicto desencadenante es el último conflicto no superado, causante directo de la alergia.
6
Ver el Análisis Transaccional: los mandatos son partes del guión familiar transmitidos de generación en gene-
ración, que los padres entregan inconscientemente a sus hijos durante los primeros meses de vida. Son del tipo
“no vivas”, “no disfrutes”, en fidelidad a un excluidor. Y justamente lo que libera el mandato es ver al excluido,
víctima del excluidor.
22
situación de un modo consciente, para ser fiel. Entonces el cerebro organiza la soma-
tización sustitutiva: ordena al sistema inmunitario que busque en el entorno del con-
flicto algo sobre lo que proyectará el recuerdo doble – el recuerdo suyo y el recuerdo
heredado. “Algo” en el entorno recoge la información de la emoción bloqueada y ese
“algo” agrede a la persona de modo que la emoción bloqueada se manifieste física-
mente.
El síntoma nos remite siempre a un significado metafórico, como “ojos llorosos”. Lo
mismo ocurre con el agente de la alergia: alergia al “vil metal” en fidelidad a alguien
que fue despreciado por su baja origen social, etc. La eficacia sanadora de la frase que
revela la metáfora ha sido sorprendente en muchos casos.
Existe un gran beneficio secundario de la alergia, “que cuiden de mí sin que lo tenga que
pedir” o “mi hijo es tan especial que nadie puede curarle”.
23
Alergia al polen
El significado metafórico del síntoma es llorar y no poder tragar la situación, el dolor.
La intrincación suele ser un duelo sin hacer por no poder tragar la muerte del ser
querido. En cuanto se resuelve, también se resuelve el conflicto desencadenante.
El alérgico dice a sus padres, que están fuertemente vinculados fuertemente con esa
tragedia “mejor yo antes que tú, compenso esta tragedia en tu lugar, con mi alergia”.
24
El beneficio secundario de la alergia es de seducir al padre, “¡Qué delicada!”
Conjuntivitis alérgica
Aquí el significado del síntoma es el peligro de reconocer los abortos de una pareja
anterior del padre: Llorar en el lugar de esa mujer que no pudo hacer el duelo de sus
abortos, por demasiado dolor.
Alergia a la penicilina.
La penicilina da la vida, guía, ayuda, está vinculada a un asesinado al que quiere de-
volver la vida. La persona está vinculada con su madre, que, a su vez, es fiel a un
perpetrador. La persona y su madre llevan energía asesina por lo que rechazan la
penicilina.
25
Enfermedad Cardio Vascular
En la familia del enfermo cardio vascular se suele observar que la madre no ha to-
mado ni a su madre ni a su padre, está en rivalidad con el hijo, le puede envidiar el
hecho de estar enfermo. El padre se excluye, se siente despreciado por su mujer. La
madre no se da cuenta de nada: cree querer, cree ser respetuosa pero asusta a todos.
El enfermo se agota dando su amor, no recibe a cambio.
El enfermo teme a todas las mujeres, todas a su manera, le avasallan. Y él se quiere
vengar de ellas muriéndose.
7Tomo tu… en mi corazón, llevo tu…, te devuelvo con amor tu… son frases prácticamente intercambiables.
Llevo tu… constata lo que hay. Tomo tu… en mi corazón es la más sanadora. Pues recoge en el centro
vacío el sufrimiento de la otra persona, desde el asentimiento y la sintonía con el espíritu. A veces las
personas se asustan de esta frase, confundiendo “tomar” con “cargar”.
26
El conflicto causante es no querer/poder ver a la madre como es, con todo su odio
y su dolor.
Cuando el hijo empieza a tomar a su madre como es, se inicia la fase de resolu-
ción, en la que la madre empieza a darse cuenta de su odio, se quiere morir y el
hijo le dice “me muero en tu lugar”.
Arritmia
Miedo y bloqueo para acercarse a la madre que no sabe ser madre, que no ha to-
mado a su propia madre. Pudo haber habido un movimiento interrumpido de la
madre hacia su madre.
Válvula
Está con la vida y el movimiento. Si la válvula está enferma, está diciendo a al-
guien “te sigo en la muerte”.
27
Dengue
Es una enfermedad de fase activa. Para entrar en resolución, el dengue necesita ser
reconocido, honrado. Señala un pasado con abusos de poder y sacrificios humanos.
El conflicto es la agresión del mosquito, vivida como una agresión ciega y la persona
se entrega a las ganas de venganza. El mosquito lleva la carga de desesperación,
odio, venganza y maldición de las víctimas que fueron entregadas al poder por sus
padres “mejor tú que yo”. El conflicto biológico, la picadura del mosquito, es la metá-
fora de las víctimas de los sacrificios humanos, que una vez reclutadas, no podían
escapar a su suerte. Y era un destino que todos temían. Por eso, el mosquito puede
picar a cualquiera.
¿Qué quiere el dengue? Que los vivos recuerden a los perpetradores con amor, para
cerrar esa época en la que la crueldad y el miedo dominaban la vida, reconciliando
en su mirada a víctimas, familiares y perpetradores.
El dengue une a todos los actores que actuaron sin amor y que a su vez fueron ex-
cluidos de la memoria colectiva, tanto por miedo como por culpa.
28
Diabetes
Siempre observaremos, que sea propio o por fidelidad a alguien del sistema, un do-
ble rechazo: rechazo de la madre que rechazó a su hijo. Por lo que se ven transgredi-
dos varios órdenes del amor: el equilibrar el dar y recibir (el enfermo no toma a su
madre) y el orden (tampoco respeta a su madre).
A lo que se añade “Madre, llevo tu culpa”, o “madre llevo tu expiación”.
29
Alzheimer
Encontraremos frecuentemente:
Fidelidad a un niño pequeño.
No querer ver la pérdida del apoyo del entorno.
Varias intrincaciones.
30
Conflictos de territorio
31
El dolor
El dolor primario, resultante inmediato de una agresión; dura hasta que se reponga
la zona agredida.
El dolor secundario, causado por el final de la represión de una emoción como dolor,
miedo, culpa, ira, vergüenza. Aparece en la fase de resolución de un conflicto: dolor
de mandíbula al no haber podido decir que no, dolores de la gripe que muestra la
resolución de una gran aflicción, el dolor del reuma que muestra la ira reprimida y
volcada hacia uno mismo.
El dolor secundario es entonces la manifestación externa de una emoción que quiere
y ya puede ser reconocida. El dolor designa y enmascara a la vez a la emoción blo-
queada.
El dolor adoptado, en el que no se detecta ninguna lesión física, ninguna causa obje-
tiva al dolor y sí la fidelidad al sufrimiento físico o moral de un ancestro olvidado o
excluido.
32
Trasplante de Órgano y Memoria Celular
Nexus nº 39, Julio-Agosto 2005
Se suele considerar que el aprendizaje, primero pasa por el sistema nervioso y luego
por el sistema inmunitario. En consecuencia, los pacientes que recibieron trasplantes
de órganos “periféricos” no tendrían que padecer los cambios de personalidad ni
adquirir los rasgos propios de unos donantes que nunca encontraron.
Permite también sacar nuevas conclusiones. Por ejemplo, que los receptores sensibles
de órganos trasplantados pueden manifestar algunos aspectos de la historia personal
del donante almacenados en los tejidos trasplantados.
33
En 1977, se publicó un libro titulado “Un cambio de corazón” que relata los cambios
aparentes de personalidad observados en Claire Sylvia, una mujer joven que recibió
un trasplante de corazón- pulmón en el Yale New Heaven Hospital en 1988. Declaró
haber notado cambios en sus actitudes, costumbres y preferencias después de su
operación. Tenía antojos inexplicables de alimentos que no le gustaban antes. Por
ejemplo, a pesar de ser una bailarina y coreógrafa muy cuidadosa con su salud,
cuando salió del hospital, no pudo resistirse a ir a un fastfood para encargar nuggets
de pollo, alimento que nunca consumía.
Claire se sintió atraída por los colores fríos y dejó de lado el rojo y el naranja que lle-
vaba antes. Empezó a comportarse de manera agresiva e impetuosa, lo que no era
propio de ella, pero sí típico de su donante.
William Novak, coautor del libro, estudió las diversas opiniones relativas a la plausi-
bilidad del concepto de memoria celular.
Pearsall sugería que los medicamentos inmunosupresores podían teóricamente reba-
jar el umbral a partir del cual unos pacientes eran capaces de registrar recuerdos ce-
lulares almacenados en los órganos trasplantados.
Schwartz y Russek pensaban que el proceso del rechazo podía reflejar no solamente
el rechazo del “material” componente de las células sino también el de la energía y
de las informaciones sistémicas almacenadas en las células. El caso de Claire era muy
peculiar porque recibió una cantidad muy importante de tejido nuevo (corazón y
pulmón); se preocupaba por su salud, era abierta y emocionalmente sensible. Según
Swartz y Russek, Claire Sylvia era, sin duda, el caso típico representativo de la me-
moria sistémica.”
Autores: Paul Pearsall - Gary E.Schwartz - Linda G Russek
En cada parte está el todo, y en cada órgano está toda la persona y toda su historia.
De modo que al recibir un órgano de alguien el trasplantado recibe la persona entera,
recibe el donante, su sistema familiar y su destino, y por compensación, ya que ahora
debe la vida a ese donante, se transforma en el mismo donante y es adoptado por su
Sistema familiar.
34
El deseo del receptor de cambiar de destino, de vivir a pesar de la enfermedad sin
resolver la causa de la enfermedad, es decir sin haber aceptado su propio destino,
tiene un precio. Su supervivencia es al precio de abandonar su propio destino y vivir
el destino del donante.
El destino del trasplantado necesita ser honrado y aceptado antes de ser abandonado
por el del donante. Y para que no se produzca un rechazo del trasplante después de
la operación, el receptor necesita agradecer profundamente el destino de su donante
y su sistema familiar y asumir las consecuencias del trasplante.
El donante consciente de donar sus órganos suele sentirse superior a la vida y al des-
tino, más grande que la muerte. Se ha observado como varias de estas personas, des-
pués de donar un órgano en vida, o simplemente de decidir donar un órgano, se
transforman literalmente en zombis, con problemas en los riñones que nos manifies-
tan que han perdió su pertenencia, porque la han cedido a otro.
35
Observaciones sobre los trastornos mentales
Los sistemas están atravesadas por dos fuerzas, una conservadora, de cohesión, de
fidelidad al grupo de pertenencia; y otra, dinámica, creadora, de autonomía e indivi-
36
duación de cada uno de los miembros del grupo de pertenencia. En la enfermedad
mental, el grupo familiar vive de un modo muy rígido la cohesión. No permite la
individuación a sus miembros so pena de revelar el secreto y poner en riesgo la su-
pervivencia de los “grandes” del sistema.
El psicótico suele ser rodeado de mujeres castradoras. Si es una de ellas la que pro-
pone la constelación, el constelador tendrá cuidado de no dejarse manipular por ella,
porque su afán inconsciente será el de no conseguir la autonomía/sanación del en-
fermo.
En la misma familia suele haber a la vez un psiquiatra y un psicótico, las dos vertien-
tes del crimen no asumido: un perpetrador y una víctima. Y la Institución suele o so-
lía reproducir el crimen sobre la persona del enfermo mental, con sus “tratamientos”.
37
Estas constelaciones requieren un trabajo profundo del constelador respeto a su pro-
pia vida. Sólo podrá hacer estos trabajos si es capaz por un lado de aliarse por igual a
víctima y perpetrador y encararse con las consecuencias de los actos, sin sentimiento
y sin consciencia moral y por otro de respetar y agradecer profundamente los secre-
tos que desencadenan los trastornos mentales y se transformarán en fuente de una
inmensa fuerza para los descendientes.
Lo peligroso de un secreto no es que sea secreto sino lo que hay detrás: un daño no
asumido y un sufrimiento no visto por nadie. Lo que ocurre entre dos personas ha de
seguir perteneciendo a la intimidad de estas dos personas, ahí es donde encontrará
este hecho su grandeza y su función al servicio de la vida.
Cuando alguien no asume el daño que hizo, un descendiente lo tendrá que asumir
por él, a través de la compensación arcaica, con comportamientos de expiación que
puede ir hasta el suicidio.
La víctima y el perpetrador necesitan ser mirados con amor. Pero al ser un secreto,
necesitan ser respetados, su identidad necesita seguir siendo secreta. Los descendien-
tes que investigan secretos lo hacen desde una actitud de arrogancia, se sienten más
grandes que los ancestros implicados en el secreto, se sienten con derecho a estar por
encima de ellos, mirando con “voyerismo” la intimidad de sus antepasados.
Un crimen está al servicio de la vida: al servicio de una futura reconciliación entre el
perpetrador y su víctima, pero si alguien interfiere esta reconciliación nunca podrá
tener lugar.
38
Esquizofrenia
Tal y como lo explica Franz Ruppert en su artículo, los delirios fueron en su día
realidad y se transmiten de generación en generación a través del inconsciente fami-
liar, habitando las pesadillas o las mentes de algunos de los descendientes.
El trastorno bipolar
Las fobias
39
Violencia, asesinato, terrorismo
Depresión
La persona se siente vacía, le falta tomar a alguien. Falta algún eslabón en la cadena
familiar de la persona y su transmisión del flujo de la línea materna o de la línea pa-
terna está interrumpida. La persona está incompleta, le falta densidad, peso específi-
co. Le falta por amar y respetar a algún miembro de su familia, por identificación,
fidelidad, excesivo dolor, etc. solemos observar la identificación a un ancestro que
rechazó tomar a su madre (aborto provocado, hijo abandonado, etc.) que provoca
que la persona misma no tome a su madre por transferencia.
La depresión y las ganas de morir consiguientes pueden también ocultar una fuerte
energía asesina. En este caso la depresión y los intentos de suicidio son modos de
redimir esta pulsión agresiva.
40
La plenitud, la felicidad o el ideal de perfección se sienten alcanzados cuando hemos
tomado a todos los excluidos de nuestro sistema familiar.
Suicidio
El suicidio está siempre motivado por una dinámica de “te sigo en la muerte”, o “pago
por ti”, con un antepasado. Aunque los vivos se culpabilicen, no tienen ninguna res-
ponsabilidad en este suicidio. La intrincación del suicidado es tal que se habría suici-
dado sí o sí. Muchos accidentes son suicidios, si la persona es responsable del acci-
dente, su muerte fue buscada inconscientemente.
El que no llega a morir en su intento de suicidio está pidiendo ayuda a gritos con su
intento fallido. Tiene una intrincación grave de la que no puede salir solo.
Por amor a un familiar fallecido, una pareja o un hijo, un vivo puede decidir “te sigo
en la muerte”, desde la fidelidad ciega.
Recordar que al morirse una persona querida, el vivo le entrega algo valioso. Se ata al
muerto con una promesa, del tipo “te entrego mi alegría, mi éxito, mi guitarra, mi
vida, etc.”. El reconocimiento y liberación de esa promesa será muy fructífero.
- A tu muerte, te prometí…
- Te libero de mi promesa, te dejo ir.
Ahora elijo disfrutar de estar vivo (o cualquier decisión que contrarreste la antigua promesa)”
Algunas veces se trata de un muerto “mal muerto” que está vampirizando al vivo. Y
el vivo no tiene otra escapatoria que seguir a este muerto.
Puede existir una decisión precoz del tipo “para tener derecho a vivir y pertenecer, hago
lo que quiere mi madre y sino…” decisión que reforzará una intrincación grave. Enton-
ces cuando la persona por fin madura y deja de seguir el mandato, vuelve la segunda
parte de la decisión precoz “Y sino…”, y la persona muere del modo que sea.
41
Trastornos de la Alimentación
Las observaciones psicoanalíticas sobre las fijaciones de las personas que sufren trastornos de
la alimentación, muestran un sufrimiento no superado en la fase “oral”, los 6 primeros meses
del bebé. Y esas fijaciones provocan los comportamientos siguientes:
Pasividad, sentirse incapaz de alcanzar uno mismo sus propias satisfacciones, incapaz
de cubrir por sí mismo sus necesidades.
Actividades preferentes: mirar y recibir. Fascinación o miedo por el mirar a los ojos.
Estados contemplativos. Con dificultad para actuar.
Maniqueísmo: todo/ nada, agradable/desagradable, bonito/feo, buenos/malos, prepo-
tencia/aniquilación de la voluntad. Imposibilidad de vivir la unidad y los matices, todo
es o muy bueno o muy malo.
Depresión, vació, no tomar a uno de los padres
El misticismo: llenar el vacío de madre real por una Madre simbólica todo poderosa y
todo buena.
Tomar, recibir, engullir, pedir con el sentimiento que el otro nos lo debe, que es su pa-
pel darnos, ayudarnos.
Necesidad de tener siempre algo en la boca: chupete, caramelos, cigarros, líquidos, etc.
Interés (o rechazo) por llenarse con “bonito”, la estética, la poesía.
Interés por la comunicación con la boca, hablar, besar. La alteración suele ser provocar
bloqueo, a veces exceso.
Alteración de la inspiración torácica, asma, del tomar la vida y el amor de la madre.
Actitud selectiva frente a una clase de alimentos: los lácteos, una serie de los que fue-
ron introducidos después de la leche materna, el rechazo a la carne (puede estar muy
unida a la pulsión “caníbal” que siente el bebé al seguir mamando cuando ya tiene dien-
tes), rechazo de la alimentación sólida como consecuencia del destete.
42
No querer comer: no querer vivir.
La anorexia dice “me voy en tu lugar”. Por lo tanto, se tratará de buscar quién se quie-
re ir, marchar o morir – en general es el padre –: resolverlo o aceptarlo.
Comer y Vomitar
En Revista Hellinger nº1
“Cuando un anoréxico va mejor, a menudo se vuelve bulímico. Es decir, come y entonces es-
cupe la comida otra vez.
Aquí se muestra un conflicto interno entre marcharse y quedarse.
Cuando una joven o una mujer no ha conseguido del todo despedirse de la anorexia, entonces
come. Con ello se dice internamente: ‘me quedo’.
Pero entonces expulsa la comida otra vez diciéndose internamente: ‘me voy’.
La solución es que la joven o la mujer, cuando quiere volver a vomitar la comida, diga inte-
riormente a su padre: ‘me quedo’.
Junto a la bulimia se da también otra dinámica. Por ejemplo, cuando la madre le dice al hijo:
‘lo que viene de tu padre no tiene ningún valor, debes tomar sólo de mí.’ Entonces el hijo coge
la comida de la madre, por lealtad hacia ella, y la vomita, por lealtad hacia el padre. Este tipo
de bulimia se curará cuando el hijo tome la comida de los dos padres, sobre todo del padre.”
En las intolerancias hay una fidelidad a unos abusos, casi siempre sexuales, y el ali-
mento intolerable es una metáfora del acontecimiento. Se puede vivir como fidelidad
a la víctima tanto como al perpetrador.
Ejemplo del rechazo a la leche templada que representaba el semen tragado bajo vio-
lencia; la intolerancia al gluten por lealtad a niños muertos de hambre, sin ni siquiera
pan.
43
Obesidad
Obesidad y sobrepeso están vinculadas a una gran desgracia y lo que espera la cons-
ciencia familiar es la compensación de esta desgracia por el aceptar la vida como vie-
ne y amarla como es.
En el caso de la compulsión el ancestro no pudo asumir la desgracia, como la pérdida
de un hijo y se queda en la primera etapa del duelo, la de la ira y de las ganas de
vengarse matando a alguien y en particular a su propia madre.
Los conflictos somatizados pueden ser varios, según la causa o la localización del
sobrepeso, como vemos a continuación:
8
Concepto del Análisis Transaccional.
44
Una retención de grasas nos muestra un conflicto de abandono físico: me tengo que
proteger a mí misma.
Las cartucheras quieren proteger la feminidad, para ser igual que mamá, me cierro al
contacto sexual.
La grasa en la parte superior de la espalda, por contra, dice: “soy fuerte como papá
para poder llevar a otro como él”.
Celulitis: resentimiento.
45
Los hijos
Las dos dinámicas que siguen los hijos son o bien “Tú por mí”, compensación arcaica
dramática, o bien “Tú como yo”, resonancia de imitación para bien y para mal, pero
que de todos modos, limita la autonomía de ese descendiente.
Mientras son dependientes de los padres, los hijos sólo pueden vivir la pertenencia a
su familia, la adhesión incondicional a los valores y hábitos de esos padres. Sólo
pueden imitarlos. Ahí es cuando aprenden la buena conciencia que da pertenecer, y
que el rechazo de todo lo que no pertenece es bueno, pues aumenta la seguridad de
pertenecer y aumenta la buena conciencia.
Sólo cuando sean adultos y puedan tomar decisiones adultas como la de vivir su
propia vida y no la de sus padres o ancestros, estos hijos entrarán entonces en la
“compensación adulta” que aportará una inmensa sanación a toda la carga familiar,
del pasado, del presente y del futuro.
46
Las enfermedades adoptadas son debidas a que los hijos ven a los excluidos que los
padres no ven y por amor a sus padres cogerán toda la carga asociada a esos exclui-
dos.
La enfermedad en los niños tiene como misión mantener la cohesión del grupo fami-
liar, señalando a los excluidos que también forman parte. Al estar intrincado con un
excluido el niño dice “te sigo” al excluido, y a uno de sus padres “yo por ti”.
Por otra parte, frecuentemente el niño recibe un mandato del padre o de la madre,
sobre todo de la madre o abuela “tú por mí”.
1.- conflicto sin resolver: aparición de una enfermedad terminada en –itis, el niño vi-
ve en estrés, con actitud de excluidor, rechazando ciertos aspectos nuevos de su
realidad.
2.- resolución del conflicto e inicio de un catarro, gripe, de una infección o de una
enfermedad terminada en –osis. Su actitud se ha relajado, está cansado y cariñoso.
Las infecciones más comunes son las que se manifiestan en la piel (rubeola, varicela,
sarampión, catarros, anginas, etc. como consecuencia de la superación de una separa-
ción. Por eso los niños que van a la guardería, al cabo de unas semanas ya han supe-
rado la separación con mamá, con su casa, con la abuela, etc. y empiezan a manifes-
tarlo a través de la letanía de las enfermedades infantiles.
Otras enfermedades como la tos ferina muestran un vínculo especial del niño a su
sistema: un secreto le está ahogando.
Cuando se trata de otras enfermedades como alergia, dolores, cáncer, leucemia, etc.
el hijo se entrega, a través de su enfermedad, a un excluido que sus padres no ven.
Por amor a sus padres se sacrifica incondicionalmente, e incluso, no suelta su fideli-
dad inconsciente al excluido hasta estar totalmente seguro de que sus padres no van
a sufrir por ello.
Los padres cuando eran niños veían a los excluidos que sus padres no veían y lo ma-
nifestaban con sus síntomas, enfermedades, fracasos escolares o sociales. Cuando
crecieron organizaron todas sus vidas y decisiones alrededor de estos excluidos. Por
lo que cuando a su vez tienen hijos, estos últimos ven a los demás excluidos que sus
padres no ven.
El amor ciego incondicional de los hijos les vincula a los padres con “pago por ti, yo
por ti” y a los excluidos con “yo como tú”, “te sigo en la exclusión” o “te sigo en la enfer-
medad”. Al tener este vínculo con los padres y los excluidos, estos niños no están en
47
su lugar de hijos, están por encima de sus padres y no pueden tomarlos, en concreto
no pueden tomar a la madre, lo que les impide tener acceso a la salud física.
Cuando los padres ven al excluido al que sigue el hijo, se produce una gran libera-
ción en el niño y en el sistema, ya que el síntoma ha cumplido con su misión y se
puede retirar.
Honrar el destino del niño introduce mucha fuerza de sanación en la vida del niño y,
en ocasiones, será lo único que se pueda hacer. A veces con un cambio en el rumbo
de la enfermedad, y otras veces como acatamiento a un amor mayor en el que sólo
queda agradecerle su amor a este hijo.
El hijo ama a los dos padres por igual, si la relación entre estos padres no fluye, el
hijo compensa el desorden con su comportamiento: si la madre desprecia algo del
padre, el hijo o la hija no puede hacer cosa que ser o tener ese algo despreciado; el
hijo es el campo de batalla de los padres y lo manifiesta con pesadillas, mal comer,
fracaso escolar, mala salud; o bien dice inconscientemente al progenitor más despre-
ciado “Yo por ti” o “yo como tú”, etc.
El primogénito suele tener, además, el destino de reemplazar a las parejas anteriores
de sus padres cuando fueron excluidas u olvidadas.
La falta de concentración se produce o bien cuando el niño sólo puede prestar aten-
ción a un excluido, no se da el permiso de estar disponible para lo demás; o bien
cuando hay un secreto que necesita manifestarse, pidiendo ser respetado.
48
Sobre un hijo irrespetuoso
Juzgar a los padres, significa que estamos reemplazando a alguien mayor que ellos. Y
ese alguien fue un perpetrador que no asumió su culpa, por lo que necesita juzgar a
los demás para alejar el miedo a ser descubierto. Y ese hijo hace lo mismo que el an-
cestro al que reemplaza. Lo que juzga ya lo tiene dentro.
En la hiperactividad el niño dice “Mejor que me muera yo” a dos o más personas dis-
tintas, habitualmente a sus dos padres. Es fiel por lo tanto a varios excluidos a la vez,
y los tiene que atender a todos a la vez. Pueden existir también unos secretos que no
permiten la adaptación de este niño, hasta que alguien vea y honre estos mismos se-
cretos.
En el déficit de atención el niño también dice a uno de sus padres “Mejor yo. Lo veo yo
en tu lugar”, y sólo se permite atender al excluido.
Está tomado por un excluido que necesita ser visto por alguien, o por un muerto
“mal muerto” que lo quiere consigo.
Libera a ese niño/a que un familiar muy cercano, padres o abuelos, tome conciencia
del excluido, lo vea con amor, lo tome, le ayude a descansar en paz, para después
poder decir al niño:
49
“Ahora lo veo yo. Ya no te necesita. Tienes permiso para ser un niño y disfrutar de tu vida de
niño”.
Autismo
El hijo autista es fiel a un excluido secreto, a alguien que fue “eliminado” en vida de
un modo muy cruel. El autista incluso puede estar identificado con ese excluido se-
creto, llevando todas sus emociones como el pavor al contacto, soledad extrema,
prohibición para comunicarse con nadie. Este niño tampoco tiene permiso para per-
tenecer y no puede reconocer a sus padres ni nombrarles sin faltar a su fidelidad.
Se trata de una intrincación grave, donde hubo crímenes secretos en la familia, varias
generaciones antes.
La experiencia con las constelaciones es muy positiva, liberando el secreto, reanu-
dando la relación con la madre, reintroduciendo el respeto por el padre, permitiendo,
por fin, la pertenencia y la comunicación.
Liberar a los hijos es prioritario, pues tienen como destino llevar los vínculos arcaicos
pendientes (los que nadie ve o que pesan demasiado sobre los padres) de la cons-
ciencia familiar y por lo tanto su sufrimiento puede ser muy grande. No tienen auto-
nomía para liberarse de estos vínculos arcaicos, dependen enteramente del grado de
“crecimiento” de sus padres.
50
Bibliografía de apoyo
CHURCH, Dawson: El genio en sus genes. La medicina energética y la nueva biología de la inten-
ción, ed. Obelisco, 2008.
DELISLE, Gilles: Las perturbaciones de la personalidad: una perspectiva gestáltica, ed. Sociedad de
Cultura Valle-Inclán, 2000.
FLECHE, Christian:
El origen emocional de las enfermedades, ed. Integral, 2007.
Descodificación biológica de las enfermedades, ed. Obelisco, 2015.
GATTI, Alejandro D: La biología no miente. Revolución en salud. Basada en las cinco leyes biológi-
cas descubiertas por el Dr. Hamer, ed. Sincronía, 2017.
MAMBRETTI y SERAPHIN: La medicina patas arriba ¿y si Hamer tuviera razón?, ed. Obelisco,
2002, 4ª ed. 2008.
MEDINA: La enfermedad y su origen emocional: bases y fundamentos del Dr Hamer, ed. Ecotienda
Natural, 2010.
RUPPERT, Franz:
Psicosis y esquizofrenia. Artículo, 2002, en www.insconsfa.com.
Trauma, Miedo y Amor, Velsen&Partner, 2012
51
TEIXEDOR, Assensi:
Descubre tu esencia, ed. Assensi Teixedor, 2009.
Las ocho leyes biológicas, ed. Assensi Teixedor, 2010.
WOLDER HELLING, Ángeles: Descodificación biológica original. El arte de escuchar el cuerpo, ed.
Gaia, 2016.
52