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4 Poderosos Pasos Para un Rápido Rompimiento Espiritual

¿Has estado andando en un solo lugar por mucho tiempo? ¿Has perdido la visión que una vez
tuviste para tu vida? ¿Has visto tus finanzas, negocios o ministerio comenzar a declinar?

Satanás tiene un plan de contención para detener el rompimiento del reino de Dios, y siempre lo
está implementando de alguna manera. No debemos sorprendernos cuando cada avance que
hacemos para el reino es contrarrestado por dificultades, obstáculos y persecución. El enemigo
tratará de atarnos y retenernos. Nos confinará a un lugar, situación o circunstancia, en nuestra
vida personal, nuestro ministerio, nuestros negocios o cualquier otra area donde estemos
activamente involucrados en la extensión del reino.

Si has llegado a un punto en tu vida en el que te has topado con un muro inamovible, quizás
pienses que has hecho algo malo. Siempre es importante para nosotros comprobar nuestras
motivaciones y pedirle a Dios que nos revele cualquier cosa por la que necesitemos arrepentirnos.
Sin embargo, puede ser que Satanás haya construido un muro para contener el avance del reino
que estás haciendo o estás a punto de hacer. Puedes recibir un rompimiento espiritual tomando
los siguientes pasos:

1. Niégate a tolerar la situación.

Debemos superar la pasividad y la conformidad en nuestras vidas si queremos luchar contra el


enemigo. Cuando nos enfermamos y nos cansamos de una cierta situación, cuando nos damos
cuenta de que ya es suficiente y elegimos no tolerar la circunstancia por más tiempo, buscaremos
desesperadamente a Dios. Reconoceremos que estamos al final de nuestra propia fuerza y
capacidad y nos apoyaremos sólo en Él.

2. Se lleno de justa indignación.

Cuando tres jóvenes hebreos que vivían en el exilio en Babilonia fueron amenazados con sus vidas
si no practicaban la adoración de ídolos, se llenaron con un celo santo, y declararon al rey que no
adorarían a falsos dioses ni se arrodillarían ante la imagen de oro. Dios los rescató después de que
fueran arrojados a un horno de fuego, y también silenció a sus enemigos y les dio el favor del rey.
(Ver Dan. 3:13-30.) De manera similar, cuando nos enfrentamos a una enfermedad, falta de
finanzas, discordia matrimonial, pecado, esclavitud o cualquier otra cosa que amenace con
destruirnos, entonces nosotros también podemos ser vencedores y recibir nuestros rompimientos
respondiendo con justa indignación. El enemigo sabe cuando somos serios y llenos con el celo
santo.
3. Ejercita la “violencia espiritual”.

Cuando buscamos a Dios, y Él nos da el espíritu de poder, o la unción de rompimiento, debemos


comenzar a empujar hacia adelante lo que ha sido contenido. Debemos volvernos espiritualmente
violentos, no físicamente violentos. Debemos enfadarnos con el diablo y sus demonios, no con
Dios o con otras personas. Si no, nuestra violencia no será ni de Dios ni santa.

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos
lo arrebatan”. (Mateo 11:12)

Una traducción más literal de este verso podría decir, “Desde los días de Juan el Bautista hasta
ahora, el reino de los cielos ha sido gobernado por la fuerza, y sólo los que tienen el poder lo
controlan”. Dios está en control de todo, pero nos ha dado autoridad y poder para ejercer el
dominio en el territorio que nos ha asignado.

¿Por qué tenemos que ser “violentos” en nuestro gobierno? Porque estamos en una guerra
constante con el reino de las tinieblas, peleando por quién tendrá el dominio sobre varios
territorios de la tierra, ya sean lugares físicos, personas o áreas de influencia. Dios ha dado el
dominio a Su pueblo, y el dominio es el poder territorial más alto.

Jesús nos enseñó que para derrotar al “hombre fuerte”, o Satanás, debemos atarlo. Comenzamos
a hacerlo confesando a Jesucristo como el Señor de nuestras vidas, porque la frase “Jesús es el
Señor” es una expresión territorial – la palabra “Señor” significa autoridad absoluta y Maestro.

Para establecer su autoridad en cualquier lugar, siempre debe declarar el nombre de Jesús.

Cuando comencemos a tomar el dominio sobre un territorio en el que Satanás ha estado


gobernando, él se defenderá. Además, cuando el enemigo pierde un territorio, nunca dejará de
intentar retomarlo. Por eso debemos estar siempre alerta a sus planes y resistir sus ataques.
Cuando recibimos a Jesús, nos da Su espíritu, Su fuerza y Sus armas sobrenaturales para retomar
lo que Satanás nos ha robado, estableciendo el reino de Dios por la fuerza espiritual.

Si queremos un rompimiento, por lo tanto, debemos ser militantes en el ejercicio de los principios
del reino. Este es un asunto espiritual, y se aplica a todos nosotros, ya sea que nuestra
personalidad natural sea asertiva o tranquila. La pasividad nos dejará espiritualmente heridos en
lugar de asegurar nuestros rompimientos. Debemos ser despiadados con el enemigo, ¡él quiere
destruirnos! Las fortalezas demoníacas temblarán y se caerán mientras empujamos contra ellas
con el poder de Dios.

Jesús fue el hombre más compasivo que jamás haya caminado por la tierra, pero también fue el
más violento espiritualmente por el poder del Espíritu. Era fuerte y firme, y nunca toleró la
religiosidad, el pecado, la enfermedad o la muerte. De la misma manera, el espíritu del poder de
Dios vendrá sobre nosotros, dándonos el poder para empujar agresivamente las cosas que nos han
mantenido estancados.

Podemos tomar y controlar territorio para el reino cuando tengamos poder, pero no podemos
ejercer el poder a menos que estemos bajo autoridad espiritual. Este es un principio del reino. El
diablo reconoce a los que hablan con el peso de la autoridad y a los que no.

Si no establecemos la autoridad de Dios y nos sometemos a Su gobierno superior, no tenemos


derecho legal a ejercer Su poder. ¿Podría ser que le hayamos concedido al enemigo el derecho
legal de permanecer porque no estamos sometidos a Dios y a Sus autoridades humanas
delegadas? Sometámonos a Dios y hagamos avanzar su reino con autoridad y fuerza.

Esta es una cuestión espiritual que se aplica a todos nosotros, ya sea que nuestra personalidad
natural sea asertiva o tranquila.

4. Ofrezca una gloriosa y espontánea alabanza a Dios.

Muchas personas no están produciendo frutos en varias áreas de sus vidas debido a un espíritu de
infertilidad que les está robando la expansión y la bendición. Cada vez que están a punto de
encontrar un trabajo, cerrar un negocio, casarse o terminar un proyecto importante, un espíritu de
esterilidad o aborto les hace perder su bendición. La solución a la infructuosidad es el avance
espiritual, y el paso final en el proceso de recibir el avance es ofrecer una gloriosa y espontánea
alabanza a Dios (ver Isaías 54:1).

Regocíjense, den gritos de júbilo, ofrezcan a Dios una alabanza exuberante, ¡canten una nueva
canción al Señor! Debemos alabar a Dios en medio de nuestro dolor, aunque parezca anormal
hacerlo. El principio del reino aquí es invadir el reino de las tinieblas a través de canciones
inspiradas por el Espíritu de Dios.
No me refiero a las canciones habituales que solemos cantar en la iglesia, aunque podemos
empezar con esas canciones. Me refiero a lo que yo llamo “estallidos espontáneas” de canciones.
No se trata de que cantemos una canción, parando y esperando el rompimiento, sino de continuar
cantando en voz alta hasta que el espíritu del poder venga sobre nosotros. Debemos continuar
empujando contra el reino de las tinieblas a través de la canción porque estamos en el proceso de
dar a luz algo en el Espíritu.

Cuando el espíritu de la fuerza venga sobre nosotros, nos extenderemos al norte, sur, este y oeste.
Las barreras que nos obstaculizaban serán derribadas, los límites que se nos impusieron caerán.
Entonces, expandiremos el reino multiplicando nuestros ministerios, iglesias, negocios y dones. El
espíritu de poderío estará sobre nosotros para lograr grandes rompimientos. ¡Hoy es el día de la
expansión en nuestras vidas!

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