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DE LOS
CRÍMENES JUSTIFICADOS”
Derechos de Autor
2016
3
Prefacio
Imaginemos un escenario en donde lo cotidiano en un
“suspiro”, se transforma en trágico, donde comienza a jugar en
nuestras cabezas el instinto de supervivencia, la furia y la
venganza; donde nada importa más allá que devolver al otro
todo el dolor que nos hizo.-
Por todo ello, ésta obra magnífica por cierto, nos desliza
en un sub mundo poco habitual y no por ello menos interesante,
con una narración amena y felíz en su desarrollo, obligándonos
a los lectores ávidos de éste rubro en particular, a seguir leyendo
la secuela de éste libro, presionando a su autor a seguir
trabajando con ahínco y fervor en la segunda parte del mismo.
Enhorabuena.-
Dedicatoria
A todas las personas queridas que me rodean, a mi familia, a
todos ustedes les dedico esta publicación. A todos los que
desean justicia para su nación amada. A los que están lejos de su
tierra, trabajando duro. A los que hace poco han perdido a un ser
querido. A los familiares que sobrevivieron a accidentes de
tránsito. A los que pertenecen a las fuerzas federales y
provinciales de seguridad. A los familiares que le sobreviven a
los que murieron cumpliendo su deber. A nuestros héroes de
Malvinas, que siempre serán argentinas.
Agradecimientos
Agradezco de todo corazón, a las personas maravillosas, que
me ayudan a diario con estas obras literarias. Un agradecimiento
especial, a mi amiga y profesora, Estefanía Papakiriacopulos,
por regalarme un libro, titulado Escribe que fue de mucha
inspiración para mí, escrito por su abuelo, Arnoldo Canclini,
prolífico escritor. Estefy, honro tu vida. Y a Gloria Zura, por el
esmerado asesoramiento y paciencia. Muchas gracias a todos los
escritores, profesores, doctores, editores, que dedicaron de su
tiempo desinteresadamente, para escribir unas líneas en el
prefacio de esta novela.
ÍNDICE
PRIMERA PARTE
El infiltrado
SEGUNDA PARTE
El justiciero
El viejo de la katana
Un robo sangriento
TERCERA PARTE
Capítulo 2. El Presidente
Capítulo 3. El carpetazo
Capítulo 4. El fiscal
Fotos de La Lucila
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PRIMERA PARTE
El infiltrado
En la presente sección del libro, trataremos una de las
facetas del personaje, que es la de infiltrado. Un trabajo muy
delicado, en donde el personaje principal, se infiltra en
organizaciones terroristas y en súper bandas del delito, que
operaban a gran escala, con ladrones internacionales de bancos;
etc. Juntos veremos su trabajo, nada sencillo y muy arriesgado
por cierto. Las historias propias del personaje, abarcan un
período de tiempo, que va desde 1986 al presente, en ámbitos
locales e internacionales. Él se presentará a sí mismo, para que
podamos conocerlo mejor y comprender su tarea sofisticada, las
ejecuciones, (siempre justificadas por él) la obediencia a ciegas
para lograr una relativa paz interior y exterior, de nuestra amada
Argentina.
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Capítulo 1
Las tenebrosas islas de Escobar
Ya teníamos reducidos a nuestros dos prisioneros, de
orígen iraní, eran primos, expertos en bombas caseras. Los
subimos al no identificable, (es un auto que pertenece a la
Agencia, sin inscripciones visibles, parece cualquier auto civil
por fuera, pero es blindado en los vidrios y puertas) Chrysler
Spirit, de color azul, en el asiento trasero, los habíamos drogado
con una sustancia ilegal, al menos por dos horas estarían en
estado de semi conciencia. Esta droga era usada por la Agencia
para propósitos de tortura, traslado, y muerte de prisioneros
ilegales; para eso fue diseñada por nuestro laboratorio.
Capítulo 2
De paisano a espía
Perdona que no me haya presentado antes, todos me
llaman Charly, soy un agente de la Agencia Federal de
Inteligencia (A.F.I.) ex S.I.D.E y lo que hago adentro de la
Agencia, (decir adentro, es muy subjetivo) es de carácter secreto
para toda la población argentina. (En las historias que te contaré,
me referiré a la Agencia, preferiblemente como “SIDE”, y no
como “AFI”, por una cuestión de costumbre, nada más). Estoy a
cargo de mi propia unidad (una unidad está compuesta por dos o
más espías, uno o varios autos oficiales, con capacidad de operar
cualquier tipo de misiones). Dentro de mis variadas actividades,
es la de “eliminar la basura”, sin que nadie se entere de nuestra
intervención. La mayoría de las veces es por encargo de la
superioridad, y he cometido asesinatos de distinta índole, la
mayoría en ocasión de mi trabajo, otras por un alto sentido de
justicia (esto es exclusivamente mío).
cierto es que nunca nos enfermábamos, y ahora creo que era por
las constantes oraciones, que hacía mi mamá por nosotros.
chajás (de esta ave de rapiña, hemos sacado como dos kilos de
milanesas de la pechuga). Hay carpinchos, nutrias, distintas
serpientes, he visto lampalaguas de varios metros, y también
cascabeles, etc. Todo esto generaba una sensación de peligro
inminente, y me producía una estimulación muy grata, de
adrenalina pura, (que luego tendría que influenciar de gran
manera, mis actividades como espía de la SIDE).
que hiciera esas oraciones, como cuando nos arropaba por las
noches, pidiéndole a Dios, que nos guardara.
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Capítulo 3
Los doce apóstoles de Paraguay
Seguimos trabajando unos meses más con el asunto de
los narcos de la isla de Escobar, en las escuchas, descubrimos
que tenían connivencia (acuerdo o complicidad) con las fuerzas
de seguridad locales, que los encubrían en la producción y
distribución de marihuana. Y a nosotros nos habían dado la
orden de infiltrarnos en su organización. Así que comenzamos a
tirar líneas con los vendedores de poca monta. Probamos
primero con el infiltrado que la Agencia tenía en la villa 1-11-14
del bajo Flores, en la Capital Federal. Fuimos para allá, en el
Spirit de color azul, no sé desde dónde nos comenzaron a
disparar, gracias a Dios con calibres chicos. De seguro los
soldaditos o los satélites narcos, (hombres y mujeres que
trabajan para los narcos, en protegerlos y avisarles si hay algo
sospechoso) nos confundieron con alguna brigada de la Federal,
así que esa noche no pudimos entrar para hacer contacto con
nuestro infiltrado.
Capítulo 4
Los mercenarios
Esta operación secreta, se trataba de otra infiltración, con
algunas particularidades. Sería por contratación privada, (en
parte éramos mercenarios, muy caros, no solo espías) por parte
de un empresario millonario de la Capital Federal, que requería
de servicio especializado para hacer un trabajo muy discreto. La
Agencia solo lo hacía con clientes de confianza, que nunca
delatarían nuestra actividad secreta, o sus días estarían contados
(los mataríamos).
Capítulo 5
Problemas de conciencia
Por lo fuerte que ha sido esta misión, no me puedo
concentrar, le pedí a la jefatura una licencia (vacaciones) de dos
semanas, a regañadientes me la dieron, también al pelado.
Aprovecharé para ver a Mike, para contarle lo de mi conciencia,
no sé si puedo seguir haciendo estas cosas. Me pregunto si habrá
cosas peores, no sé por qué, pero creo que sí. Unas horas
después hablé con mi jefe Mike, quedamos en vernos en una
pizzería de Flores, cerca de la plaza, sobre avenida Rivadavia.
color rojo, tapa dura, con letras doradas en la tapa. Era una
Biblia muy antigua,(allí recordé algo de cuando era niño, esa
Biblia siempre estaba abierta sobre una mesita, en Salmos 91,
que decía algo sobre la protección de Dios) según ella, había
pertenecido a su abuela materna, luego pasó a su mamá, para
que finalmente llegara a sus manos y a su cuidado. Me dijo, -
querido hijo, en este precioso libro, dice que Jesús te ama y que
está dispuesto a perdonarte cualquier pecado que hayas
cometido, sea cual sea, Dios te ama y te perdona, sino, en vano
sería la cruz de Su Hijo Jesucristo y su sangre derramada, es
para nuestro perdón hijo-.
Eran casi las mismas palabras del luterano Juan, las que
no pude creer en ese momento, ahora, de los labios de mi mamá,
sonaban más armoniosas que una canción y sabían más dulces
que la miel de campo. Ahora las creía, y sentía alivio mi
corazón, mi mamá me dijo, -hijo tu mirada, ahora es como la de
aquel muchacho de catorce años que se había ido con rumbo
incierto-. Dijo entonces, -mi hijo ha vuelto-. -Ayayay, me estás
matando mamy, ahora no me quiero ir de tu lado, mi conciencia
encontró la paz que buscaba-, pero ella inmediatamente replicó,
que no era ella, sino que Jesús estaba conmigo, que Él era real, y
nuevamente comencé a dudar de esa realidad que ella afirmaba
con tanta fe, yo no tenía fe para nada. Le dije que me quedaba
unos días más y que luego por razones laborales, debía
presentarme en la Capital Federal. Vi que sus ojitos brillaban
más que el sol de verano, pero eran lágrimas, que reflejaban
mucha nostalgia.
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Capitulo 6
El violador de Núñez
Teníamos una nueva misión, en las vías de la Estación de
trenes de Núñez, había sido violada y estrangulada una chica
jóven, de unos quince años de edad, estudiante, hija de un fiscal
general de la nación. Había que ubicar a esa rata violadora, y
enfriarla. Le había robado el celular a la chica, había cambiado
la tarjeta Sim, pero podíamos rastrear el aparato, gracias a la
tecnología GPS que traen todos los celulares. Nuestro Comando
indicaba que la señal se había activado en la villa Mitre, del
barrio porteño de Saavedra, lindante con el de Núñez. Había que
infiltrarse en la villa, yo hacía el trabajo de las fotos. Me vestí de
paisano y sacaba fotos al frente de un edificio (pero en realidad,
gracias a la cámara especial de la Agencia, tenía el ángulo
regulable, yo enfocaba al edificio, pero les sacaba fotos a unos
sujetos que estaban a unos quince metros en diagonal, de donde
yo estaba.
Capítulo 7
El doble homicidio de Pompeya
Todavía estábamos franco de servicio, (descansando, el
pelado también) cuando me modulan por el tranking, que
me presentara urgente en la Agencia. Pasé a buscarlo a mi
compañero, y todavía no habíamos llegado, que suena la
radio otra vez, pero ahora quien modulaba era Mike,
(recuerda que era el dueño de la carpintería donde yo
trabajaba, y que él fue quien me presentó como becario o
aspirante) el pelado responde: -“Móvil 134 en QRV”- (del
código “Q” que se utiliza para las comunicaciones radiales,
significa: Atento y en escucha). Mike modula diciendo: -
“Venga vía QSO”- (que significa, que lo llamemos por
teléfono) inmediatamente, lo llamamos para ver qué sucedía.
la hoja que trajo desde nuestra base. Era una orden del juez
(faxeada) que lo autorizaba a él y a sus acompañantes, a
entrar a la escena del crímen (la casa de sus padres). El
vigilante (el agente) moduló a la comisaría 64° para darles la
novedad, despegó la faja, y luego pasamos por el portón del
garaje. Cuando ingresamos, noté que a la izquierda nuestra,
(todo dentro del mismo terreno) estaba la vivienda, y hacia
el fondo, en línea recta a nuestros pasos, había un gran taller
mecánico, de autos. El papá de Mike, hacía carburación, y
mecánica en general. Hacía también el escaneo de
computadoras del automotor, pero no había autos en
reparación en ese momento. Salvo un auto muy antiguo, al
parecer hacía mucho que estaba allí.
Capítulo 8
Crímen organizado
Para mediados de la década del 90, una de las más
poderosas bandas del crímen organizado, asolaba a la Argentina,
con numerosos asaltos a bancos y blindados, inclusive robando a
nivel internacional, salían en las noticias a diario. Habían
matado a muchas personas, inclusive a policías, para cometer
sus atracos. Para la Agencia esto no era tan inquietante, porque
era materia policial. Además estábamos muy enfocados al
espionaje y antiterrorismo. Hasta que se filtró un dato, en las
escuchas telefónicas a los iraníes que habíamos enfriado en las
islas de Escobar. Era que se mencionaba reiteradamente, a La
iguana ese era el alias de un capo del crímen organizado,
perfectamente vinculado a altos mandos militares, y se lo
sindicaba como el principal proveedor de explosivos, a los
terroristas. (Dinamita, C4, pentolita, etc.)
SEGUNDA PARTE
El justiciero
En esta segunda sección del libro, ya conociendo mejor
al personaje principal, lo veremos en la situación de hacer
justicia por mano propia. Él te contará más detalles al respecto.
Ya vimos su faceta de infiltrado, ahora lo veremos como un
justiciero, al que le hierve la sangre, cuando ve al más desvalido
y débil, en apuros. También hará lo mismo, frente a los
conductores que ponen en riesgo su vida o la de otros. Esto de
seguro le hará recordar (al personaje) la muerte del encargado
del taller, en el cual trabajó por varios años. Pero mucho más la
muerte de su padre, cuando volvía borracho, desde San
Cristóbal a su casa, en La Lucila, Santa Fe.
Capítulo 1
La chica semi desnuda
En los días que asediábamos los pasos de La iguana,
estábamos recorriendo en el Spirit azul, por el microcentro
porteño. Cuando de repente sobre la calle Uruguay, a metros de
la avenida Corrientes, vemos que por la vereda, corría una chica
con poca ropa puesta, y otras prendas de vestir en sus manos. A
ambos nos llamó la atención, y le dije al pelado que se acercara
con el móvil para ver qué le ocurría. Nos contó que un tipo la
quiso violar. Eran cerca de las cinco de la mañana. La subimos
al auto, y nos indicó dónde había sucedido el hecho. Cuando
llegamos, había un tipo en la puerta del edificio señalado, semi
desnudo también. La chica lo señaló como el autor de la
tentativa de violación. Arremetí contra él, con uno de los
bastones que llevábamos en el auto. Lo metí a golpes en el hall
del edificio. El hombre me explicaba que ella era una prostituta,
a la que él se había negado a pagarle por el servicio sexual
prestado.
El viejo de la katana
Un robo sangriento
Capítulo 2
No conviene hablar de esto
Hasta aquí te he contado solo unas pequeñas cosas que
hicimos, no todas. La verdad es que hicimos muchas locuras, en
pos de nuestra libertad, hablo como argentino. Hice muchas
cosas malas, muy malas. Mi mamá se moriría de un infarto si las
escuchara. Le costaría creerlas, porque ella sigue pensando en
mí como un niño dulce. Abro un paréntesis, para contarte que
pronto iré a verla, al tambo de La Lucila, para ver cómo anda y
darle una mano. Y volver a comer ese arroz con leche, y pan
casero, de seguro volveré a ganar unos kilos, esta vez iré con el
pelado, para ir a cazar al monte. Volviendo a los temas laborales
importantes, no te he contado cómo nos encargamos de enfriar a
muchos de los grupos neonazis, o de las Maras (pandilleros
violentos), los rezagos del ku klux klan, racistas y xenófobos de
todo tipo. Y a los grupos menos relevantes, solo los hicimos
cruzar a nado, el Riachuelo, desde la ribera del lado capital
(Pompeya) hacia el lado de provincia (Lanús). Imagínate, ese
líquido negro, maloliente del apestoso Riachuelo, y estos
mugrientos nadando en él, para salvar sus vidas. A nosotros
nunca se nos ahogó nadie, pero a otras fuerzas que hicieran lo
mismo sí, varios murieron, ejecutados o ahogados.
Capítulo 3
Sin salida en el monte de los chañares
Una semana después, de la toma de rehenes en Pompeya,
quedamos con el pelado de salir juntos de licencia (vacaciones).
Pedimos permiso en la Agencia. Pasamos por la armería de la
Dependencia para llevarnos armas y equipamiento. Y Tony, el
jefe, siempre tan sarcástico, nos dijo: -“vayan con Dios y su
bolsa llenas de armas”-. Salimos para La Lucila, al tambo de mi
mamy. En el nuevo móvil, una VW Amarok de color blanco.
Habíamos llevado unas escopetas 12/70 para cazar en el monte.
Llevamos brújulas y miras con visión nocturna para los fusiles
FAL calibres 7.62 mm. Llegamos de madrugada, mamá ya
estaba levantada, seguro que haciendo sus oraciones diarias. Nos
abrazamos fuerte, le hice sonar los huesitos de la espalda. Le
presenté a mi compañero, y comenzamos a comer arroz con
leche, pan casero y dulce de leche. El pelado no paraba de
comer al igual que yo. Mamá me mostró que las vacas estaban
saludables y dando mucha leche. Además me señaló que casi
todas las hectáreas de su campo estaban listas para sembrar soja
y maíz.
Capítulo 4
Zona liberada
Pasaron unos días, ya en Buenos Aires, (te cuento que sí
cazamos al puma con la ayuda de los perros) de servicio otra
vez. El Comando nos había dado órdenes de recorrer una villa
de emergencia, en la zona de Isidro Casanova. Nos había pasado
la información, de una poderosa banda, que traficaba personas.
En esas tareas de pesquisa (investigación), nos pasó lo
siguiente: Circulábamos con la camioneta blanca, por la calle
Ignacio Rucci, hacia la avenida Crovara. Cuando a la par nuestra
se nos pone una moto, con dos ocupantes. El acompañante saca
un arma de fuego para intimidarnos y hacer que nos
detuviéramos. Pero el pelado sacó por la ventanilla, la Bataan
71, recortada. Al ver el arma el conductor de la moto, hace una
maniobra evasiva, mientras el acompañante, nos dispara en el
parabrisas, que era blindado. Dejó una marca importante,
mientras los perseguimos a toda velocidad por Rucci, notamos
que el acompañante llamaba a alguien por teléfono.
TERCERA PARTE
El asesino profesional del Estado
Nacional
En este último tramo de la obra veremos al personaje
principal, en una tercera faceta (tiene unas cuantas más). Tratará
de resolver si una muerte ha sido natural, o por el contrario, un
asesinato. Y de ser así, ¿Quién es el asesino? Por otro lado,
recibirá órdenes complejas, muy difíciles de llevar a cabo. Pero
si ya conoces un poco al personaje principal, pensarás que lo
arriesgará todo, sin temores. Resumiendo, investigará una
muerte, tratará de ubicar al responsable, si lo hubo. Además de
llevar a cabo un plan siniestro, ordenado por el Comando. No
puedo darte más detalles, seguro que él te dará los detalles.
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Capítulo 1
La Primera Dama
Era un día no laborable, un feriado, de los tantos de
nuestro país. Yo estaba en mi casa, descansando, supongo que el
pelado estaría haciendo lo mismo. Cuando suena mi teléfono
celular, (una línea segura, sin posibilidades que otros la
pincharan). Era el Comando, para que nos presentáramos de
manera urgente. Había ocurrido algo muy malo para la Nación.
Salí de mi casa, en la camioneta blanca, para buscar al pelado e
ir a la Agencia. Cuando llegamos, estaba Tony esperándonos en
su oficina. Nos hizo guardar silencio, porque estaba en línea con
el Presidente de la Nación.
Capítulo 2
El Presidente
Como unos treinta días después de la muerte de la
Primera Dama, la jefatura nos apretó por no poder avanzar en la
línea de investigación. A esto se sumaba un nuevo evento, que
habían abierto una investigación, acerca de los motivos
sospechosos del velatorio a cajón cerrado. Un fiscal investigaba
al Presidente. En los medios de comunicación, no se hablaba de
otra cosa. Y nosotros teníamos la pista del disparo, pero
teníamos en contra el certificado de defunción, que aseguraba
una muerte natural no traumática.
Capítulo 3
El carpetazo
Sabemos que no es un término que toda la población
maneja. Pero para nosotros los espías, es cosa común y corriente
armar un carpetazo. Consiste en refregarle en la cara (a algún
opositor insistente o denunciante) una parte de su pasado, para
denunciar la actual impostura opositora. Para esto usamos el
archivo y el espionaje sincronizado. Sirve para descubrir
inconsistencias y dobles posturas, o algún delito menor, por
parte de quienes son opositores de cualquier manera. Nuestras
órdenes fueron que armáramos uno en contra del fiscal de la
causa. Con ello trataríamos de embarrar la cancha, de sacar el
foco de atención sobre el tema de la Primera Dama, y que todas
las miradas recayeran en el fiscal, y no en el Presidente.
Capítulo 4
El fiscal
Nuestro plan se puso en marcha para matar al fiscal. No
sería fácil, debido a que siempre estaba custodiado. Debería
parecer un suicidio, sin sospechas y mucho menos que recayeran
sobre el Estado Nacional. Estaba muy complicado, por
cuestiones de tiempo, y porque la causa estaba en continuo
avance. Decidimos con el pelado, que no había mejor lugar para
el suicidio, que el domicilio particular del fiscal. Pinchamos los
teléfonos, hackeamos la alarma de su departamento, intentamos
entrar por la puerta principal. El pelado metió la ganzúa, y logró
vencer esa cerradura, pero tenía otra que era digital, no pudimos
abrir esa; desistimos por ese día.
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