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Hacer política.

La participación
popular en el siglo XIX rioplatense
de Raúl O. Fradkin y Gabriel Di Meglio (comps.),
Buenos Aires, Prometeo Libros, 2013.

ROY HORA
Universidad Nacional de Quilmes - CONICET

Este volumen ofrece un buen panorama Sarmiento sobre las clases populares, y se
del estado actual de la discusión sobre la completa con una entrevista al escritor
política popular en la Argentina decimo- Ricardo Piglia sobre las relaciones entre
nónica. Compilado por dos especialistas literatura e historia popular, que es acom-
en este campo, el libro se abre con una pañada por «Las actas del juicio», cuento
introducción dirigida a afirmar tanto la en el que este autor narra el asesinato de
legitimidad como las dificultades teóri- Urquiza evocando la voz (¿y el punto de
cas y empíricas que supone el empren- vista?) de un soldado entrerriano. A tra-
dimiento. A continuación, ofrece doce vés de estas diversas aproximaciones se
artículos que exploran el problema de la ofrecen ideas y reflexiones sobre los pro-
participación de los grupos subalternos blemas de la historia política de las clases
en la vida pública a partir de la reflexión populares, campo de estudio que, pese a
panorámica sobre una región o una pro- su centralidad para la comprensión de as-
vincia o un grupo étnico, en un recorrido pectos decisivos de la historia argentina
que comprende a las clases populares de del siglo XIX, ha concitado menos aten-
Buenos Aires pero también a los sectores ción de la que ha recibido en otras histo-
subalternos de las provincias litorales, de riografías latinoamericanas.
varios distritos del interior, y que incluso Esta última observación puede corro-
se extiende a los pueblos indígenas de la borarse al comparar el artículo que abre
Patagonia y el Chaco, las clases populares la compilación con los que le siguen, en
paraguayas y de las ciudades altoperua- el cual Sergio Serulnikov ofrece un agudo
nas. La compilación incluye además un análisis de la política popular en el Alto
artículo de síntesis sobre condiciones de Perú tardocolonial. Apoyándose en la rica
vida y un estudio acerca de las ideas de producción existente sobre la temática,

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Serulnikov explora aquellos aspectos del sobre los que vale la pena (o es posible)
proceso de politización de la plebe ur- detenerse son las elites.
bana que pusieron en cuestión los fun- Esta visión se apoya sobre una hipótesis
damentos sobre los que se asentaba la consagrada hace más de tres décadas por
legitimidad del orden colonial –sus ins- Tulio Halperin Donghi al afirmar que,
tituciones y sus formas de organización en lo que se refiere a la participación po-
social–, enfatizando que ello sucedió mu- pular, las novedades que aportó la crisis
cho antes de que el derrumbe final de la de independencia tuvieron un impacto
monarquía orientara esa crisis en nuevas profundo y duradero. Atendiendo a las
direcciones. En este sentido, la inclusión peculiaridades de cada contexto, Sara
del artículo de Serulnikov en un volumen Mata desarrolla el argumento para Salta,
centrado en las sociedades que en el cur- Flavia Macías y María Paula Parolo para
so del siglo XIX iban a terminar confor- Tucumán, Fernando Gómez y Virginia
mando la Argentina se justifica más por la Macchi para La Rioja. Beatriz Bragoni
productividad de su enfoque para pensar llama la atención sobre un ejemplo par-
la política popular que por la pertinen- ticularmente notable de Cuyo en un con-
cia de la periodización que propone o las texto caracterizado por el derrumbe de las
conclusiones que alcanza. En este plano, instituciones coloniales y la movilización
posee especial relevancia su invitación a para la guerra. La trayectoria de Lorenzo
dirigir la atención hacia el estudio de las Barcala, que pasó de ser un simple escla-
prácticas políticas y cuestiones como las vo a convertirse en un coronel capaz de
cambiantes nociones de honor y comuni- liderar cientos de hombres y con fuerte
dad, más que hacia el plano de las ideas o ascendiente sobre la población de color,
los discursos ideológicos. sólo puede ser concebida como parte de
En los demás ensayos, la pregunta por una drástica mutación de la condición
las características de la cultura política po- subalterna que revela una no menos sig-
pular de la era colonial y su incidencia en nificativa transformación del universo de
el ciclo abierto en 1806/1810, permanece las prácticas políticas.
como un interrogante sin respuesta. Los Los ensayos reunidos en Hacer política
artículos que ponen el foco en el período nos presentan numerosos ejemplos de
que sucede a la Revolución parten de la que, bajo el impacto de la militarización
premisa de que lo que verdaderamente y la guerra, el espacio abierto a la partici-
cuenta son las innovaciones surgidas con pación popular experimentó una amplia-
la crisis de independencia. Hasta enton- ción decisiva. Todos los trabajos ponen de
ces, sugieren, los únicos actores políticos relieve que las luchas desatadas luego de

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1810, amén de destruir bienes y hombres, puntos el nuevo equilibrio supuso un re-
también tuvieron una naturaleza política- torno al pasado y en qué aspectos llevó la
mente productiva al lanzar a nuevos ac- marca de las intervenciones de los actores
tores colectivos al escenario público y dar populares que contribuyeron a forjarlo.
vida a nuevas formas de subjetividad po- En otras regiones, en particular el lito-
pular. En todos ellos se señala la impor- ral, la política popular mantuvo su vita-
tancia de la lucha armada no sólo como lidad hasta entrada la segunda mitad del
estímulo para la movilización popular siglo. La Buenos Aires primero rosista y
sino también como canal para encuadrar- luego liberal y la Entre Ríos urquicista
la, como fueron los casos de disputas por ofrecen los ejemplos más evidentes de
la extensión del fuero militar. este fenómeno. El hecho de que los en-
En general, los trabajos avanzan menos sayos que abordan estos casos, a cargo de
en el estudio de las nuevas formas de con- Di Meglio y Fradkin, sean los únicos que
ciencia política que se forjaron al calor de se propongan abarcar todo el siglo es un
esta movilización. Son aún más escuetas buen indicio de esta peculiaridad, dejan-
las referencias explícitas sobre cuál fue la do claro que sólo los proyectos de poder
dinámica de largo plazo de esta politiza- capaces de dotarse de arraigo entre los
ción popular, qué fuerzas la impulsaron, grupos subalternos estuvieron en condi-
cuáles la apaciguaron y cuáles fueron sus ciones de aspirar a forjar soluciones po-
legados. Los estudios centrados en las líticas duraderas. ¿En qué medida la más
provincias norteñas sugieren que, desde prolongada gravitación de las clases sub-
la década de 1820, una vez que la guerra alternas en la vida pública de estas regio-
de independencia quedó atrás, las clases nes fue consecuencia de la permanencia
propietarias y los estados provinciales del estado de movilización guerrera, de
encontraron un contexto favorable para rasgos propios de esas sociedades menos
reafirmar su autoridad. Por ejemplo, las jerárquicas o de otros factores más especí-
movilizaciones de los indígenas de la ficamente políticos? Por el momento, no
puna jujeña de la segunda mitad del siglo contamos con respuestas explícitas a esta
estudiados por Gustavo Paz constituyen pregunta que nos ayuden a explicar esta
un fenómeno que se recorta nítidamente divergencia respecto al patrón que acaba-
contra un panorama en el que las clases mos de señalar para el interior.
subalternas de esa provincia ya habían de- Pero incluso en estos distritos el último
jado de incidir en las disputas de las elites tercio del siglo supuso discontinuidades
dirigentes. Pero al mirar al norte en su con el pasado. En primer lugar, transfor-
conjunto, no queda del todo claro en qué maciones asociadas al cambio social y la

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afirmación del orden liberal, que dieron que, en el nuevo escenario el margen de
lugar a fenómenos tales como el incre- iniciativa popular y la importancia de lo
mento de la competencia partidaria y la que sucedía en la base se volvieron más
puja electoral, el auge de una cultura de reducidos que en las décadas que van de
la movilización y la expansión de la pren- Mayo a Caseros o al Ochenta.
sa política. Al mismo tiempo, ese mayor Cobran relevancia entonces interrogan-
dinamismo de la esfera política corrió pa- tes referidos a la naturaleza de los apoyos
ralelo a una disminución de la gravitación populares sobre los que se erigió el orden
de las clases subalternas en la vida públi- político liberal. Sin muchas guías para
ca, cuya expresión más emblemática fue abordarlos, Di Meglio parece sugerir que
la formación de lo que en su momento la consolidación del régimen oligárqui-
se denominó el régimen oligárquico. La co supuso la represión de toda forma de
construcción de ese nuevo orden estuvo política popular, cuya vigorosa presencia
plagada de conflictos, todavía poco cono- sólo volvería a emerger tras la revolución
cidos en lo que se refiere a la participa- del noventa, a través de la Unión Cívica
ción de los actores sobre los que este libro Radical. Fradkin, en cambio, afirma que
centra su atención. Esas disputas por el para entender cómo se afirmó el proyecto
poder, sin embargo, no pueden narrarse liberal es preciso prestar atención al pro-
bajo la misma clave que los nacidos tras la blema de la construcción de un consenso
independencia y parecen obedecer a otras que en parte excluía y en parte integraba
lógicas. Luego de que los gauchos de los a las clases populares, pero a lo largo de su
distritos andinos experimentaran con du- trabajo el eje de su análisis tiende a des-
reza la represión estatal en las décadas de plazarse desde la cuestión de la integra-
1860 y 1870, vastos segmentos de las cla- ción hacia el problema de las resistencias.
ses populares se acomodaron, aparente- Pero ello no debe hacernos olvidar que, a
mente sin mayor resistencia, a una nueva la luz de la historia que nos ofrece Hacer
configuración de poder que, en nombre política, la principal novedad de las últi-
del progreso, les asignaba un lugar secun- mas décadas del siglo no fue la oposición
dario, y muchas veces incluso les daba la al avance liberal sino la subordinación de
espalda. Y aun cuando la literatura viene las clases subalternas a ese nuevo orden
señalando que el mundo político finise- signado por la primacía de las elites diri-
cular fue más abierto e inclusivo de lo que gentes y la concentración del poder en el
relatos como El orden conservador (1977) Estado. ¿La clave de bóveda de este proce-
de Natalio Botana nos invitaban a con- so de marginación política popular debe
cluir, no quedan dudas sobre el hecho de buscarse en el poder integrador del pro-

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greso material, su impacto positivo sobre preguntas de manera algo simplista revela
el nivel de vida y las aspiraciones de me- que ese capítulo de la historia política de
jora de las clases populares? ¿O debemos las clases populares sigue reclamando más
privilegiar otras dimensiones, vinculadas atención de la que hasta ahora se le ha
al incremento del poder represivo de la prestado. Entre los méritos de este valio-
nueva configuración de poder? El hecho so libro también está el haber invitado a
de que todavía podamos formular estas considerar este problema.

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