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ISSN: 1315-2378
cedai@clad.org
Centro Latinoamericano de Administración
para el Desarrollo
Venezuela
La concepción
indígena del
El pensamiento sobre el Buen Vivir.
Buen Vivir Entre el indigenismo, el socialismo y el
fue calando
en el discurso posdesarrollismo*
político de
los partidos y
movimientos
sociales
progresistas Introducción
de la región
andina y ter- El Buen Vivir o Vivir Bien (Sumak Kawsay en kichwa y Suma
minó incorpo- Qamaña en aymara) puede definirse como una forma de vida y con-
rándose como
precepto en las vivencia en armonía con la naturaleza y con otros seres humanos.
constituciones Este concepto está inspirado en la cultura ancestral de los pueblos
de Ecuador y
Bolivia en 2008 indígenas andinos (quechuas y aymaras, especialmente), se apoya
y 2009, respec-
tivamente.
en los principios de equidad social y sustentabilidad ambiental y
aspira a convertirse en una alternativa andina frente a la noción
de desarrollo de la civilización occidental (Acosta, 2010b; Ramírez,
2010; Dávalos, 2011…).
Dicho concepto ha impactado en los últimos años en el ámbito
académico de la Economía Política del Desarrollo (Walsh, 2010; Hi-
dalgo-Capitán, 2011; Radcliffe, 2012; Merino, 2012; Mejido-Costoya,
2013) y está permitiendo conformar una Economía Política del Buen
Vivir como una propuesta alternativa al desarrollo, de carácter pos-
neoliberal y surgida desde el pensamiento ancestral de los pueblos
originarios andinos.
Sin embargo, los primeros documentos que recogen una reflexión
sobre el concepto del Buen Vivir datan de comienzos de la década del
2000 y son una serie de trabajos divulgados por intelectuales indíge-
nas ecuatorianos, bolivianos y peruanos sobre Sumak Kawsay (Viteri,
2002), Suma Qamaña (Yampara, 2001) y Allin Kawsay (Rengifo,
2002). Dichos trabajos recogen la existencia y persistencia de una
concepción andina de la forma deseable de vida, que se contrapone
a la concepción occidental de desarrollo económico.
(*) Esta investigación se incardina dentro del proyecto de investigación “El pen-
samiento sobre el Buen Vivir y mediciones alternativas”, coordinado por el Pro-
fesor Antonio Luis Hidalgo-Capitán. Dicho proyecto forma parte del Proyecto de
Cooperación Interuniversitaria entre la Universidad de Huelva y la Universidad
de Cuenca (Ecuador) para el “Fortalecimiento institucional de la Universidad de
Cuenca en materia de Buen Vivir y movilidad humana” (FIUCUHU), financiado
por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID)
(2013-2015).
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El pensamiento sobre el Buen Vivir. Entre el indigenismo...
Partiendo de utilizada, entre otras cosas, para captar las estrategias de desarrollo
que existen
diferentes económico de diferentes líderes políticos (Doryan, 1990: 132-134)1.
corrientes de Los mapas cognitivos del pensamiento sobre el Buen Vivir han
pensamiento
sobre el Buen sido elaborados a partir de los textos de las transcripciones parciales
Vivir se pue- de tres entrevistas semiestandarizadas, con matices de entrevistas
den clasificar
los trabajos a expertos, con preguntas abiertas, de confrontación y guiadas por
en tres grupos
diferenciados,
la teoría; estas últimas basadas en los criterios de caracterización
a modo de de las escuelas de la Economía Política del Desarrollo (Hidalgo-
paradigmas
competitivos: Capitán, 2011: 285-287). La elección de una misma entrevista, en
el indigenis- lugar de un texto redactado por cada autor, nos permitió disponer de
mo, el socia-
lismo y el pos- unos documentos de partida relativamente homogéneos de los que
desarrollismo. captar mejor las diferencias del pensamiento de dichos autores. La
selección de los autores, todos ecuatorianos, se debió a que se trata
de tres de los autores más citados por la literatura sobre el tema, y
a que en Ecuador se identifican claramente las tres corrientes de
pensamiento que se van a estudiar. No obstante, si bien los mapas
cognitivos han sido elaborados a partir de dichas entrevistas, se
han utilizado también los documentos más citados de dichos autores
como referencias para determinar la relevancia de determinados
conceptos.
Respecto del análisis comparado (Sartori y Morlino, 1991) de las
corrientes de pensamiento a partir de los mapas cognitivos, se han
identificado semejanzas y diferencias entre el pensamiento de los
tres intelectuales. Ello nos ha permitido constatar que la pertenencia
de aquellos a las diferentes corrientes identificadas en la tipología
produce concepciones diferenciadas sobre el Buen Vivir.
Al igual que los múltiples sociedades que vivan cada una bajo un Buen Vivir propio,
intelectuales
indigenistas, que cobraría significado solo en el seno de cada sociedad. Dicha
los posdesa- corriente estaría vinculada con el pensamiento constructivista
rrollistas tam-
bién niegan posmoderno. Entre sus principales representantes estarían intelec-
el desarrollo.
No quieren ya tuales progresistas latinoamericanos y europeos vinculados con el
otro desarrollo ecologismo y con otros movimientos sociales (León, 2008; Tortosa,
más, sino múl-
tiples estrate- 2009; Escobar, 2009; Esteva, 2009; Carpio, 2009; Quintero, 2009;
gias de futuro
emanadas Quirola, 2009; Gudynas, 2009a, 2009b, 2011a y 2011b; Acosta,
de la propia 2010a, 2010b, 2011 y 2012; Boff, 2009; Quijano, 2011; Lang, 2011;
visión de cada
pueblo. Prada, 2011; Svampa, 2011; Aguinaga…[et al], 2011; Vega, 2011;
Vega, 2012; Lander, 2013…).
Para la mayoría de los intelectuales posdesarrollistas que han
reflexionado sobre el Buen Vivir (Escobar, 2009; Esteva, 2009;
Acosta, 2010b; Gudynas, 2011a y 2011b) esta es una propuesta por
construir de manera participativa con aportaciones intelectuales de
marcos de referencias muy diversos, unos premodernos (como las
tradiciones ancestrales indígenas), otros modernos (como el socialis-
mo neomarxista) y otros posmodernos (como el ecologismo profundo
o el feminismo posmoderno), conformando una suerte de collage
posmoderno (Oviedo, 2011: 237-238); collage en el que todo cabe y en
el que el tiempo y el espacio pueden comprimirse a discreción, en un
marco virtual, para crear significados. Esto coloca el Buen Vivir en
un marco cultural de referencia occidental y posmoderno; es decir,
lo coloca dentro del posmodernismo. Dicho marco se caracteriza
por el rechazo de los metarrelatos y de la autoridad intelectual y
científica y por la defensa de la hibridación y de la cultura popular,
lo que implícitamente supone el cuestionamiento de la racionalidad
y la aceptación de la irracionalidad (las creencias, los sentimientos,
la magia, el más allá…) (por ejemplo, Lyotard ,1979).
Los teóricos de la corriente posdesarrollista prefieren usar la
expresión Buen Vivir en lugar de Sumak Kawsay, como una forma
de apropiación de este concepto indígena, que hacen suyo en su
acepción básica y que tratan de llenarlo de significado por medio de
un proceso participativo de “(re)construcción” de una “utopía” (Acos-
ta, 2010a) “en el camino del post-desarrollo” (Acosta, 2010b). Dicho
proceso, si bien desvirtúa la esencia indígena y ancestral del Buen
Vivir, lo dota de una mayor riqueza conceptual y lo hace aceptable
Tabla 1
Leyenda de los mapas cognitivos
Para los El mapa cognitivo de Alberto Acosta nos muestra claramente que
indigenistas,
el Buen Vivir su pensamiento se corresponde con la corriente posdesarrollista del
es un ideal Buen Vivir. Desde una perspectiva occidental, su mapa cognitivo
de vida (vida
en plenitud) también es de fácil comprensión porque su pensamiento está ins-
inherente a su pirado igualmente en un marco epistemológico occidental; toma el
cosmovisión,
mientras que posmodernismo como variable de gran diseño; refleja una concepción
para los socia- del Buen Vivir (como propuesta política) opuesta al maldesarrollo
listas y pos-
desarrollistas (como diagnóstico); y plantea varios objetivos principales, tales como
pasa a ser un el Estado plurinacional, el poscapitalismo y el biocentrismo. Dicho
instrumento
para la acción mapa refleja el perfil social del autor como líder de movimientos
política desde sociales (construcción colectiva, diversidad de aportes…).
su institucio-
nalización Las principales semejanzas entre los tres mapas radica en que
como precepto
constitucional.
en todos aparece un diagnóstico de la situación socioeconómica de la
nación de referencia (en este caso Ecuador) sobre el que se constru-
ye la propuesta del Buen Vivir. Los tres hablan de armonía con la
naturaleza, de respeto a la diversidad, de Estado plurinacional y de
economía de mercado (o capitalismo). En líneas generales, los tres
destacan el origen indígena del concepto del Buen Vivir y la impor-
tancia de la equidad social y la sostenibilidad ambiental (que son los
fundamentos del Buen Vivir). A fin de cuentas, estos tres pensadores
representan diversas variantes de un pensamiento de izquierda sobre
el Buen Vivir, sobre el que tienen ideas coincidentes y divergentes.
Así, el Buen Vivir (Sumak Kawsay) es, para Dávalos, un objetivo
intermedio a alcanzar para un cambio civilizatorio, mientras que, para
los otros dos, es una variable política al servicio de la consecución
del biosocialismo, en el caso de Ramírez, o del Estado plurinacional,
el poscapitalismo y el biocentrismo, en el caso de Acosta. Esta dife-
rencia se debe a que para los indigenistas, el Buen Vivir es un ideal
de vida (vida en plenitud) inherente a su cosmovisión, mientras que
para los socialistas y posdesarrollistas pasa a ser un instrumento
para la acción política desde su institucionalización como precepto
constitucional.
Respecto del diagnóstico de la situación socioeconómica nacional y
global, para Dávalos el perjuicio para la utilidad nacional y univer-
sal deriva de la crisis de la Modernidad, que tiene entre sus raíces
el desarrollo económico (o extractivismo), junto con el colonialismo,
la invisibilización ontológica y la ciudadanía política; mientras que
Ramírez y Acosta coinciden en identificar el maldesarrollo como el
principal perjuicio para la utilidad nacional y universal; aunque
este diagnóstico está algo menos desarrollado en el pensamiento de
Conclusiones
Llegados a este punto, podemos afirmar que el pensamiento sobre
el Buen Vivir se articula en tres corrientes bien diferenciadas: la
indigenista, la socialista y la posdesarrollista. Dichas corrientes se
corresponden con tres marcos epistemológicos diferentes: la cosmo-
visión andina (o pensamiento indígena ancestral), el modernismo (o
pensamiento de la Modernidad) y el posmodernismo (o pensamiento
de la Posmodernidad), tal y como hemos constatado por medio de la
elaboración y análisis de mapas cognitivos.
Dado que tanto el modernismo como el posmodernismo son marcos
de referencia propios de la cultura occidental, las similitudes entre el
Buen Vivir socialista (moderno) y el Buen Vivir posdesarrollista (pos-
moderno) son mayores que con el Buen Vivir indigenista (ancestral),
cuyo marco de referencia, la cosmovisión andina, no es occidental. No
obstante, dichas corrientes son todas variantes de un pensamiento
de izquierda (en términos occidentales) sobre el Buen Vivir.
A la luz del debate político que se está dando en la actualidad en
Ecuador y Bolivia, y en América Latina en general, y a partir de la
tipología presentada, es posible afirmar que las tres corrientes man-
tienen un enfrentamiento dialéctico con duras críticas a tres bandas.
Así, los indigenistas acusan a los socialistas de haber desvirtuado el
verdadero sentido del Sumak Kawsay, para convertirlo en una forma
de socialismo del bienestar, eliminando así la dimensión espiritual
del concepto; mientras que a los posdesarrollistas los acusan de haber
vaciado de contenido el Sumak Kawsay para llenarlo con elementos
ajenos a la cultura indígena, tales como el feminismo, el ecologismo,
el sindicalismo, etc.
A la luz del Los socialistas, por su parte, acusan a los indigenistas de tener un
debate político
que se está planteamiento sobre el Buen Vivir propio de un indigenismo infantil,
dando en la excesivamente idealista y carente de pragmatismo, que no es útil
actualidad
en Ecuador para afrontar los problemas de una economía del siglo XXI; mientras
y Bolivia, y que, por otra parte, acusan a los posdesarrollistas de adoptar una
en América
Latina en posición sobre el Buen Vivir propia de un izquierdismo y un ecologis-
general, y mo infantil, que antepone la conservación del medio ambiente a la
a partir de
la tipología satisfacción de las necesidades materiales y lucha contra la pobreza.
presentada, Y los posdesarrollistas, por otro lado, acusan a los indigenistas de
es posible
afirmar tener un planteamiento sobre el Buen Vivir cercano al pachamamis-
que las tres mo6 y de estar demasiado próximos a un fundamentalismo milenaris-
corrientes
mantienen ta, que o bien impide una verdadera transformación social o aleja a
un enfrenta-
miento dialéc-
otros sectores de la sociedad del Buen Vivir, al no sentirse partícipes
tico con duras de dichos planteamientos y considerarlos como regresivos; mientras
críticas a tres
bandas. que a los socialistas los acusan de tener una concepción neodesarro-
llista del Buen Vivir, que subordina el respeto a la naturaleza a la
consecución de ingresos con los que financiar una transición hacia
el socialismo, transición que además no cuenta con mecanismos de
participación de la sociedad civil.
Esta polémica sobre el pensamiento del Buen Vivir y sobre cómo
hacerlo realidad, amenaza con impedir que, en la práctica, pueda
consolidarse el Buen Vivir como una forma de vida y convivencia en
armonía con la naturaleza y con los demás seres humanos, tal y como
recogen las Constituciones de Ecuador y Bolivia.
No obstante, pese a ello, o en parte gracias a ello, el Buen Vivir
ha irrumpido con fuerza en el debate político y académico latinoa-
mericano sobre el desarrollo. Y ello hace que en la actualidad nos
encontremos en un momento histórico de relevancia similar a los
vividos en América Latina durante los años cincuenta y sesenta del
siglo XX con la emergencia del estructuralismo latinoamericano o
con los debates de la teoría de la dependencia.
Notas
(1) Los mapas cognitivos, como técnica de generación de estructuras
de pensamiento, fueron desarrollados para captar el pensamiento de los
individuos que conforman las élites políticas (Axelrod, 1976; Hart, 1977;
Eden, 1988; Doryan, 1990; Kim, 2005; Aligica, 2006; Kim …[et al], 2009);
posteriormente se utilizaron para captar el pensamiento de organizaciones
colectivas (Weick y Bougon, 1986; Carley, 1997; Matchant, 1999; Tegarden
y Sheetz, 2003). Los mapas cognitivos pueden ser considerados como una
Bibliografía