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Arquitectura Urbana y Espacio Publico PDF
Arquitectura Urbana y Espacio Publico PDF
1° COLOQUIO
I+P+MFAU
DE INVESTIGACIÓN Y ARQUITECTURA
Investigación en el Proyecto y la
Morfología en Arquitectura
I+P+M
FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMAN
I+P+MFAU 2015
COMPILACIÓN DE PONENCIAS
Arq. María Victoria Longhini
GRÁFICA Y DISEÑO TAPA
I+P+MFAU
UNT
1° Coloquio de Investigación y Arquitectura
1° Coloquio de Investigación y Arquitectura
Investigación en el Proyecto y la Morfologia en Arquitectura. I+P+M
Investigación en el Proyecto y la Morfologia en Arquitectura.
Compilador: Arq, Clara Ben Altabef
I+P+M
1º Edición. Tucumán: Facultad de Arquitectura y Urbanismo. UNT
I.S.B.N.:
ISBN 978-987-42-0997-2
Diseño de tapa: Arq. Victoria Longhini.
Arq, Clara Ben Altabef
Todos los derechos son reservados a los autores de cada trabajo. Los
textos aquí publicados reproducen íntegramente el contenido de los ar-
chivos provistos por los respectivos autores.
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Agradecimientos
Queremos agradecer a:
La Sra. Decana de la FAU Dra. Olga Paterlini de Koch, quien apoyó la ini-
ciativa y por haber facilitado la concreción de este evento y publicación en
nuestra casa de estudios.
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Programa del 1° Coloquio de Investigación y
Arquitectura
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1- Conferencias. (9 de Abril 2015) 2- Mesa redonda. (10 de Abril 2015)
Arq. Sergio Forster. UT Di TELLA. Tema: Transferencia de la investigación a la Docencia de grado y posgrado.
“Saber disciplinar y organizaciones espontáneas”
Exposiciones breves en las que los docentes exponen sus enfo-
Arq. Federico Eliashev. FADU.UBA. ques en relación a la nvestigación en arquitectura en general y en
“Sistemas abiertos de vivienda colectiva de mediana y alta densidad”. particular en la Investigación en el Proyecto y Morfologia de la Ar-
Dispositivos sensibles en sistemas complejos. Arquitectura paramétrica. quitectura, en relación a la formación de grado y posgrado
Mesa 2
Mag. Arq. Raúl Di Lullo.
Arq. Leonardo Combes
Arq. Luis Barrionuevo
Dr. Arq. Hugo Ahumada
Dra. Arq. Clara Ben Altabef
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Diseñar es investigar proyectualmente Arq. Julio Arroyo
IBARRA, A., (2012), “Epistemic Networks. New Subjects for new Forms
RI6FLHQWLƢF.QRZOHGJH3URGXFWLRQŨ, Science, Technology & Innova-
Arquitectura Urbana y Espacio Público
tion Studies, vol. 8, no. 1, pp. 61-74.
IBARRA, A., MORMANN, T., (2000), “Una Teoría Combinatoria de las Re-
Arq. Julio Arroyo
SUHVHQWDFLRQHV&LHQW¯ƢFDVŨ Crítica, vol. 32, no. 95, pp. 3-46.
FADU / UNL – Santa Fe - Argentina
JONAS, W., (2007), “Design Research and its Meaning to the Method-
ological Development of the Discipline” en: R. Michel, (ed.), 2007, pp.
187-206.
El objetivo de este trabajo es abordar la relación entre un tipo particu-
KRIPPENDORFF, K., (2007), “Design Research, an Oxymoron?” en: R. Mi- lar de obras de arquitectura, que en el marco de este texto se denomi-
chel, (ed.), 2007, pp. 67-80. nará arquitectura urbana por su localización y alcance escalar, y el es-
KROES, P., MEIJERS, A., (2002), “The Dual Nature of Technical Artifacts”, pacio público de la ciudad de Santa Fe, Argentina, considerado como un
Techné, vol. 6, no. 2, pp. 4-8. caso particular de una problemática que admite cierta generalización.
Se intentará UHƣH[LRQDU acerca de las relaciones que se establecen en
MARGOLIN, V., et.al., (2005), Las Rutas del Diseño: Estudios sobre Teoría la arquitectura urbana en relación a los tópicos de la arquitectura, la ciu-
y Práctica, Nobuko, Buenos Aires. GDGHOHVSDFLRS¼EOLFR\HOHVSDFLRXUEDQRKDFLHQGRXQDUHIHUHQFLDVLQ
MICHEL, R., (2007), Design Research Now, Birkhäuser, Berlin. un desarrollo exhaustivo de las mismas- a las dimensiones implicadas
en los mismos: heurística, hermenéutica, fenoménica y epistemológica.
NONAKA, I., TAKEUCHI, H., (1995), The knowledge-Creating Company:
Es un supuesto que la arquitectura es una práctica técnico-cultu-
How Japanese Companies Create the Dynamics of Innovation, Oxford
ral, asociada a un soporte ideológico-conceptual, históricamente
University Press, New York.
condicionada y situada espacio-temporalmente. Asimismo, que la
SCHÖN, D., (1988), “Designing: Rules, Types and Words”, Design Stu- arquitectura urbana acelera, potencia o induce deliberadamente
dies, vol. 9, no. 3, pp. 181-190. procesos urbanos. Como práctica material y simbólica, la arquitec-
tura articula mediante el diseño de la forma a sujetos y objetos y
Curriculum Vitae establece una UHODFLµQLQHOXGLEOHW£FLWDRH[SO¯FLWDUHƣH[LYDRLQFDXWD
Carlos Eduardo Burgos es Arquitecto UNNE. Especialista en Docencia pero nunca ingenua, entre un momento previo, un estado de hecho de la
Universitaria. Magister en Epistemología y Metodología de la Investi- ciudad (un entorno, un sector, un sitio), y otro posterior, el del impacto
JDFLµQ &LHQW¯ƢFD 811( 'RFWRU HQ )LORVRI¯D &LHQFLD 7HFQRORJ¯D 6R- de la nueva intervención.
ciedad por la Universidad del País Vasco – España. Director del Depar- Si bien es obvio que toda práctica en tanto que acción material pro-
tamento de Teoría del Diseño Arquitectónico y Urbano y del Instituto duce efectos, lo que interesa ponderar en este caso es si esos efectos
Interdisciplinario de Investigación en Diseño UNNE. Profesor Titular VRQSUHYLVLEOHV\RULHQWDGRVDXQƢQHOELHQHVWDUFLXGDGDQRODMXVWLFLD
Regular de Teoría del Diseño I y II Facultad de Arquitectura y Urbanis- VRFLDOODSURGXFFLµQFROHFWLYDGHORS¼EOLFRWDOFRPRORSURSRQHWRGD
mo - UNNE. acción proyectual fundada en certidumbres disciplinares, corpus de co-
nocimiento y posicionamientos éticos que convalidan el proyecto, o si
hay desvíos o derivacionesLPSUHYLVWDVVDOLGDVWDQJHQFLDOHV\GHƢQL-
ciones coyunturales que ponen en cuestión el proyecto.
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
sitivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho. El dispositivo es que las tres grandes instancias que Foucault distingue sucesivamente (Sa-
la red que puede establecerse entre estos elementos. EHU3RGHU\6XEMHWLYLGDGQRSRVHHQHQPRGRDOJXQRFRQWRUQRVGHƢQLWL-
En segundo lugar, lo que querría situar en el dispositivo es precisamen- vos, sino que son cadenas de variables relacionadas entre sí.'(/(8=(
te la naturaleza del vínculo que puede existir entre estos elementos he- 2009).
terogéneos. Así pues, ese discurso puede aparecer bien como programa En el dispositivo-ciudad los hechos son estados inestables. Esto es
de una institución, bien por el contrario como un elemento que permite particularmente observable en la ciudad contemporánea, y si se es-
MXVWLƢFDU\RFXOWDUXQDSU£FWLFDGDUOHDFFHVRDXQFDPSRQXHYRGHUD- pera mayor precisión, en las ciudades argentinas de rango medio entre
cionalidad. Resumiendo, entre esos elementos, discursivos o no, existe las cuales se encuentra Santa Fe, este dispositivo incorpora elementos
FRPR XQ MXHJR GH ORV FDPELRV GH SRVLFLµQ GH ODV PRGLƢFDFLRQHV GH de escala planetaria (efectos de la economía globalizada, de la cultura
funciones que pueden, éstas también, ser muy diferentes. mundializada, de las redes de comunicación en tiempo real, de la infor-
En tercer lugar, por dispositivo entiendo una especie -digamos- de for- PDWL]DFLµQ GH ORV P£V YDULDGRV SURFHVRV GH SDUDGLJPDV FLHQW¯ƢFRV \
mación que, en un momento histórico dado, tuvo como función mayor problemáticas planetarias como el cambio climático o las migraciones
la de responder a una urgencia. El dispositivo tiene pues una posición poblacionales, etc.) y otros de orden local (sedimentaciones históricas,
estratégica dominante. Esta pudo ser, por ejemplo, la reabsorción de GHWHUPLQLVPRVJHRJU£ƢFRVSDUWLFXODULVPRVDW£YLFRVVLPEROLVPRVFRQ-
XQDPDVDGHSREODFLµQƣRWDQWHTXHDXQDVRFLHGDGFRQXQDHFRQRP¯D suetudinarios, etc.), generándose un ambiente o mundo propio de re-
de tipo esencialmente mercantilista le resultaba embarazosa: hubo ahí laciones que varían entre estructurales (estables, de larga duración) y
un imperativo estratégico, jugando como matriz de un dispositivo, que lábiles (contingentes, virtuales, eventuales).
se fue convirtiendo poco a poco en el mecanismo de control-sujeción de El ambiente urbano presenta una fenomenología de elementos he-
la locura, de la enfermedad mental, de la neurosis. (FOUCAULT, 1984) teróclitos, por lo que la ciudad que vivimos a diario no parece explicar-
se sólo por las estabilidades estructurales sino también –y tal vez en
Esta concepto ha sido recuperado por distintos autores entre los que mayor grado- por esa condición lábil e inestable dada por tensiones y
interesa destacar Gilles Deleuze, quien dice del mismo que es …una es- fuerzas, acoplamientos y deslizamientos, articulaciones y disyunciones,
pecie de ovillo o madeja, un conjunto multilineal. Está compuesto de lí- etc. En efecto, del dispositivo urbano participan formaciones materia-
neas de diferente naturaleza y estas líneas del dispositivo no abarcan ni les tangibles (trazados viales, agregados edilicios, espacios exteriores
rodean sistemas cada uno de los cuales sería homogéneo por su cuenta VLVWHPDWL]DGRVLQIUDHVWUXFWXUDV\UHGHVƣXMRVFLUFXODWRULRV\GHHQHU-
(el objeto, el sujeto, el lenguaje), sino que siguen direcciones diferentes, gía, biomasa y eco-esferas, que se funden generando las imágenes del
forman procesos siempre en desequilibrio y esas líneas tanto se acercan ambiente urbano), prácticas sociales y dinámicas individuaWles (ac-
unas a otras como se alejan unas de otras. En el concepto de dispositivo ciones colectivas, actividades personales, organizadas o espontáneas,
no hay cancelación de las entidades objeto, sujeto, etc. sino autonomías proactivas o reactivas que suponen un tipo de construcción del lazo so-
relativas entre las mismas, no hay relaciones necesarias, determinantes cial a partir de la otredad) y manifestaciones intangibles (axiologías,
o lineales. Esta explicación aplicada a la ciudad lleva a pensar lo urbano narrativas, información, mensajes, idolologías, imaginarios, nociones
como un complejo de elementos diversos que tanto se estructuran como paradigmáticas, sistemas normativos y horizontes de expectativas). El
desestructuran, se cierran en un horizonte que los integran o derivan. modo en que se establecen las relaciones entre estos elementos o com-
&RQWLQ¼D GLFLHQGR 'HOX]H Cada línea está quebrada y sometidas a ponentes explica la particular fenomenología del espacio urbano, deter-
variaciones de dirección (bifurcada, ahorquillada) sometidas a deriva- PLQDODHVSHFLƢFLGDGGHFDGDFLXGDG&DGDPHGLRXUEDQRHVXQPXQGR
ciones. Los objetos visibles, las enunciaciones formulables, las fuerzas en que incluye a los individuos alternativamente en el papel de ciudadanos
ejercicio, los sujetos en posición son como vectores o tensores. De manera
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
Es también un espacio socio-político (ámbito de la intersubjetividad, de 1.5. Espacio público. Fenomenología disyuntiva del dispositivo-ciudad
ODRWUHGDG\GHOFRQƣLFWRVRFLDOGHULYDGR\HVSDFLRVRFLRFXOWXUDOH[- (OHVSDFLRS¼EOLFRVHIXQGDPHQWDHQHO(VWDGR6RFLHGDG\OD&XOWUD\
presiones y representaciones simbólicas, concepciones y narrativas de se orienta a la consolidación de la ciudadanía, la integración social y
la vida urbana). el enriquecimiento simbólico de la vida colectiva. Sin embargo, estos
El sentidoGHODFLXGDGHVJHQHUDUXQHVSDFLRS¼EOLFRYLUWXRVRGHUH- supuestos se ponen en crisis frente a la errática fenomenología de la
lacionamiento de las personas entre sí, de las personas con las cosas ciudad contemporánea.
materiales de la ciudad y de los mensajes surgidos en ese ámbito. El En Argentina, en sintonía con procesos que se repiten a distintas es-
sentido está dado por las relaciones en el seno del dispositivo-ciudad. FDODV JHRJU£ƢFDV \ QDFLRQDOHV OD GHIHFFLµQ GHO Estado de Bienestar
El espacio público urbano reconoce como principales atributos ser bajo la presión de las políticas neoliberales es un hecho relevante. Estas
general (incluye a todos, abarca a los muchos y diversos individuos en políticas subsisten aun cuando se haya recuperado la dimensión políti-
VXVSU£FWLFDV\DJHQFLDPLHQWRVFRP¼QHVde todos, conforma un do- ca bajo gobiernos que pretenden para el Estado una mayor presencia.
PLQLRS¼EOLFRDGPLQLVWUDGRSRUHO(VWDGRHQUHSUHVHQWDFLµQGHODFLX- De manera concomitante, se observa una profunda desestructuración
dadanía), colectivo (su uso y disfrute es entre todos, se constituye en social debida a la desaparición de clases asociadas a las condiciones y
la simultaneidad de la proximidad física de los individuos) y superior los medios de producción como factor de identidad; por el contrario, la
(está sobre todos, se impone a los individuos porque brinda las condi- VRFLHGDGVHKDVHJPHQWDGRHQHVWDPHQWRVVHJ¼QSDXWDVTXHUHVSRQGHQ
ciones necesarias, funcionales y simbólicas, para la sustanciación de las a las denominadas sociedades de la información, del conocimiento y del
UHVWDQWHVFDUDFWHU¯VWLFDVGHFRVDJHQHUDOFRP¼Q\FROHFWLYD consumo, que conducen a subjetividades débiles, que se mueven en au-
La negación o la atenuación de estos atributos pone en riesgo la inte- sencia de marcos ideológicos fuertes y valores universales.
JULGDGGHOHVSDFLRS¼EOLFR\WUDVODWLYDPHQWHGHODFLXGDG(OORHVHVSH- Sobreviene un clima de relativismo e incertidumbre cuyo ámbito
cialmente grave cuando se pone en crisis el atributo de superioridad GH PDQLIHVWDFLµQ HV HO HVSDFLR S¼EOLFR XUEDQR (VWH RVFLOD HQWUH HVWD-
subordinanteTXHLQYLVWHHOHVSDFLRS¼EOLFRSRUVREUHFXDOTXLHURWUR dos más típicos y categóricos en los que las formas materiales, los usos
espacio urbano (residencial, laboral, productivo, logístico) en el que se VRFLDOHV\ORVVLJQLƢFDGRVFXOWXUDOHVVHDUWLFXODQGHPDQHUDHVWUXFWXUDO
desarrollan las actividades propias del interés privado o particular de por una parte, y un amplio arco de estados virtuales en donde esas di-
ORV VXMHWR 3RU HOOR HO HVSDFLR S¼EOLFR HV UHSUHVHQWDWLYR GH OR TXH XQ mensiones se desfasan con resultados desconcertantes y paradojales.
grupo social asume como forma de vida urbana, como vida civil y ci- En la ciudad argentina actual la experiencia de vida urbana se ha
vilizada, cuyo sentido es pertenecer a una totalidad de la que deriva el vuelto compleja, atenazada por el FRQƣLFWR, el miedo, la GHVFRQƢDQ]D
sentido de la vivir en la ciudad: una vida colectiva virtuosamente sobre- por el otro social, con lo cual la experiencia de vida urbana se ha vuelto
llevada por individuos sujetos a normas de civilidad de la que extraen extremadamente relativa a las circunstancias de sujetos, tiempos y es-
pertenencia (fenoménico-existencial, sentido de situación temporal y pacios. Un mismo lugar (forma) admite diversos usos (que van desde
espacial de la cual se es parte material) y pertinencia (correspondencia los previsibles a los compatibles, disruptivos, intempestivos, abusivos)
entre las expectativas individuales y las generales, comunes y colectivas \VXVVLJQLƢFDGRVVHUHODWLYL]DQVHJ¼QODFLUFXQVWDQFLDYDULDQGRHQWUH
del grupo social, sentido de adecuación a una totalidad que lo incluye VLJQLƢFDGRV SRU FRQVHQVRV DPSOLRV GHVYLUWXDGRV WHUJLYHUVDGRV FRQ
y a la cual adhiere). La sociedad desarrolla los más variados procesos el resultado de fenómenos paradojales que desconciertan. El mismo in-
HQHOHVSDFLRS¼EOLFRFLUFXODVHWUDVODGD\VHPRYLOL]DLQWHUDFW¼DSRU dividuo, se dijo, es reclamado simultáneamente desde varios roles (ciu-
motivos laborales, productivos o comunicacionales, se expresa y se re- dadano, vecino, viandante, foráneo, habitante, intruso, okupa, sin techo,
presenta simbólicamente, etc. Estos procesos ocurren a la vista de todos cartonero, villero, etc.) a lo que se suma la ubicuidad propia de una
–los otros sociales- en un marco de tolerancia recíproca. sociedad conminada a la información y la comunicación en tiempo real
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
que lleva a que los habitantes de la ciudad no sólo se desdoblen en va- cipal complejidad del aborda de la relación entre arquitectura y ciudad
rias subjetividades en su vida cotidiana sino también que participen de SDUDODGHƢQLFLµQGHOHVSDFLRS¼EOLFR6HSRG¯DDSHODUDODPHW£IRUDGH
UHDOLGDGHVP¼OWLSOHVHQVLPXOWDQHLGDG ODIXQGDFLµQGHXQHGLƢFLRVREUHXQSLVRTXHYDU¯DHQWUHORHVWDEOH\OR
Por su parte, la exacerbación de la vida privada alentada por los me- inestable, lo cual vuelve a la situación particularmente compleja por la
dios de comunicación, los estímulos a la satisfacción mediante el con- amplitud de los rangos de variación. La ciudad contemporánea pone a
sumo personal y familiar y el uso programado del tiempo libre lleva a prueba las dimensiones epistemológicas, heurísticas, hermenéuticas y
potenciar modelos de vida recluidos en ambientes cada vez más especí- fenoménicas. Concomitantemente se ponen a prueba tres concepciones
ƢFRV\VHJUHJDGRV de la ciudad: la totalidad, la la topología de la centralidad témporo-es-
%DMRHVWDVFRQGLFLRQHVQLHOHVSDFLRS¼EOLFRQLODDUTXLWHFWXUDXUEDQD pacial.
son ámbitos estables o universales por lo que se necesita reorientar la
atención a los deslizamientos y las oscilaciones entre las certidum- 2.1. Totalidad
bres y las virtualidades, entre las totalidades y las escisiones para inter- En la concepción de la polis, la totalidad es un concepto central. La idea
pretar la ciudad contemporánea. de la ciudad como mundo o sistema presupone un conjunto de elemen-
De tal modo, el principio de la ciudad como una totalidad de formas, tos de cuya reunión depende la existencia del objeto ciudad. Ese objeto
XVRV\VLJQLƢFDGRVTXHFRQIRUPDQXQDHVWUXFWXUDunitaria e íntegra y es apreciado como una de las construcciones más sustantivas de la histo-
que se experimenta como un fenómeno universal para los ciudadanos ria de la humanidad, junto con el lenguaje. La posibilidad de desarrollar
HQVXFRQMXQWRVHYXHOYHDEVWUDFWR(OHVSDFLRS¼EOLFRHVXQIHQµPHQR una forma de vida no sólo colectiva –muchos individuos compartiendo
FX\DH[SHULHQFLDRVFLODHQWUHVXDƢUPDFLµQ\VXVdesplazamientos, ne- XQHVSDFLROLPLWDGRVLQRHQFRP¼QHVGHFLUFRPSDUWLHQGRXQFRQFHSWR
gaciones y derivas. de polis. La unidad, la integridad y la identidad de objeto ciudad brin-
dan su fundamento metafísico, le dan entidad como cosas totales. Una
2. Estados de constitución de lo urbano ciudad bien organizada en su forma material, con prácticas ciudadanas
El dispositivo-ciudad oscila entre HVWDGRV DƢUPDWLYRV –inequívocos, convenientemente articuladas entre sí y con respecto del medio físico,
precisos, asertivos- y estados desplazados –equívocos, inciertos, pa- y con un universo cultural ampliamente compartido que permite a los
UDGµMLFRV(VGHFLUHQRFDVLRQHVODDUTXLWHFWXUDS¼EOLFD\HOHVSDFLRXU- ciudadanos reconocerse como tales respecto de los lugares materiales
bano son perfectamente discernibles para el ciudadano, que reconoce pero también en el orden
centralidades, topologías, simbologías, ambientes aprehensibles, esta- de lo simbólico, tiende a
bles, fruíbles, caracterizados por la continuidad perceptiva y valorativa aceptarse como una to- USOS
basada en una axiología de valores políticos, sociales y culturales que talidad favorable y bené-
HQDOWHFHQHOSDFWRF¯YLFRHQRWUDVWRGDVHVWDVDƢUPDFLRQHVGHGHVYD- ƢFDXQDEXHQDFLXGDG
necen, se vuelven virtuales o simplemente se quiebran, sobreviniendo Una buena ciudad se FORMAS SIGNIFICADOS
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
WXURVHJ¼QODFXDOHOSUHVHQWHHVXQPRPHQWRGHQWURGHXQDVHFXHQFLD
que le da sentido. El tiempo es un concepto cronológico, de segmentos
discretos que se suceden despertando la conciencia del pasado-presen-
te-futuro. No obstante, la experiencia subjetiva es la del presente, que se
Fig. 5: Tiempo como orientación al futuro. Fuente: JA
percibe como una experiencia in totum. Una continuidad de momentos
sucesivos conforma la linealidad sucesoria de un tiempo continuo en la
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
/DVFU¯WLFDVDODPRGHUQLGDG£OJLGDVHQODV¼OWLPDVG«FDGDVVRQDFHSWD- FHSFLµQGHXQVXMHWRXUEDQRFROHFWLYR\ODKLVWRULDFRPRMXVWLƢFDFLµQGH
das en la actualidad como una condición histórica inexorable. Fundadas un destino, conformaron las bases de una utopía urbana que hunde sus
en las observaciones empíricas de las defecciones de los grandes relatos raíces en la Ilustración y el cartesianismo, en la razón sustantiva e ins-
de la modernidad, de las promesas emancipadoras de la humanidad, es- trumental. (MUNFORD, 1979; (BENEVOLO, 1971; SECCHI, 2008; HALL,
tas críticas han conducido a la desesperanza y el nihilismo, al cinismo 1996).
y a las aporías, en todos los casos claudicantes respecto de las utopías &RQODFRQVROLGDFLµQGHODFLXGDGPRGHUQDHOHVSDFLRS¼EOLFRVHFRQ-
modernas. ƢJXUDFRPRHOVLVWHPDGHHVSDFLRVI¯VLFRVH[WHULRUHVFRQGRVIXQFLRQHV
En este contexto, es necesario revisar estas nociones de totalidad. Esta principales: la circulación (red vial) y la recreación (espacios verdes)
UHDOLGDGSRVVREUHKLSHUWDUGRPRGHUQD"TXHVHKDFRQƢJXUDGRD junto a otras funciones remanentes de las ciudad tradicional tales como
escala planetaria, coloca al término en un espacio de oscilaciones entre HOFRPHUFLRIHULDV\ODFHOHEUDFLµQƢHVWDVF¯YLFDVSRSXODUHV(OHV-
estados asertivos (la ciudad todavía es, puede o debe ser vista como una SDFLRS¼EOLFRH[WHULRUVHFRPSOHPHQWDFRQORVHTXLSDPLHQWRVşGHOGR-
totalidad) y desplazados (la ciudad ya no es, parece ser, se ha desviado o PLQLRS¼EOLFRRSULYDGRHQODPHGLGDHQTXHDORMDQIXQFLRQHVLQVWLWX-
no puede ser concebida como una totalidad). La totalidad entra en crisis FLRQDOHVGHLQWHU«VFRP¼QHGXFDFLµQVDOXGVHJXULGDG'HWDOPRGR
VHJ¼QWUHVGHFOLQDFLRQHV HO HVSDFLR S¼EOLFR HVW£ LQWHJUDGR SRU ORV H[WHULRUHV XUEDQRV GH OLEUH
FLUFXODFLµQ\SRUORVHGLƢFLRVLQVWLWXFLRQDOHVJHQHU£QGRVHXQDIHQRPH-
Totalidad dialéctica. Contradicción y segregación nología de lo urbano que subsiste hasta el presente. Es con referencia
Totalidad implícita. Fragmento a esta ciudad cuyo modelo son las formas de producción del capitalis-
Totalidad clausurada. Escisión PRLQGXVWULDOTXHVHSHUƢODXQFRQFHSWRGHFLXGDGDQ¯DSRO¯WLFDVRFLDO
\FXOWXUDO'HHVWHPRGHORGHYLHQHHOFRQFHSWRP£VDƢUPDGRGHHVSD-
2.2. Totalidad dialéctica1 FLRS¼EOLFRFRPR£PELWRGHUHSUHVHQWDFLRQHVGHFODVHV\GHH[SUHVLµQ
La ciudad moderna se explica desde la lógica de la acumulación del capi- GHOFRQƣLFWRVRFLDODOO¯VHH[SOLFDHOPLVPRSRUVXVDWULEXWRVGHHVSDFLR
tal industrial que da lugar a las contradicciones y consecuentes segrega- general, en el sentido de incluir a la totalidad de la población con un
FLRQHVVRFLRI¯VLFDVEXUJXHV¯DV\SUROHWDULDGRVXUEDQRVFHQWURVFDOLƢ- VHQWLGRGHPRFU£WLFRFRP¼QFRPRSURSLHGDGDGPLQLVWUDGDSRUHO(V-
cados y periferias degradadas, barrios integrados y barrios marginales, tado; colectivo, por la modalidad de uso necesariamente compartido; y
etc.). Las disfuncionalidades, desequilibrios y frustración de la ciudad HVVXSHULRUSRUFXDQWRVLJQLƢFDYDORUHVGHOD«WLFDFLXGDGDQDTXHVHFR-
europea del siglo XIX devinieron en críticas contra la realidad de las ciu- rresponde con un complejo conjunto de representaciones simbólicas. A
dades, críticas que encontraron en los arquitectos modernos europeos su concreción concurre no sólo el Estado –con el sistema legal, las obras
la posibilidad de pensar la ciudad de modo alternativo. Esta concepción y las infraestructuras, los discursos legitimadores, etc.- sino también la
FU¯WLFDƣXFWXµHQWUHODPD\RUHƢFLHQFLDGHOVLVWHPD\ODHTXLGDGVRFLDO sociedad con sus prácticas concretas que supone formas de uso y de
abarcando en estos extremos el variado arco entre la ciudad liberal y disfrute de los ámbitos urbanos.
ODVRFLDOLVWD(ORUGHQDPLHQWRGHPHGLRVDƢQHV\ODVUHODFLRQHVGHFRV- (OHVSDFLRS¼EOLFRXUEDQRHVHO£PELWRI¯VLFRFDUDFWHUL]DGRU\FRQWH-
WREHQHƢFLR OD HFRQRP¯D GH HVFDOD \ OD SURGXFFLµQ LQGXVWULDO OD FRQ- nedor de la dinámica material de la ciudad (urbs), de realización de la
acción social y construcción de vínculo intersubjetivo (civitas) y mani-
1 Este y los siguientes subtítulos reproducen parcialmente el texto publicado en ARROYO, IHVWDFLµQ GHO FRQƣLFWR SRO¯WLFRLGHROµJLFR GH OD VRFLHGDG polis). Dado
-3DLVDMH\HVSDFLRS¼EOLFR8QDOHFWXUDGHVGH$P«ULFD/DWLQD(Q5HYLVWD*HRJUDƢFLGDGH TXHODSROLVHVXQDFRQVWUXFFLµQFXOWXUDOGLIXVDHLQPDWHULDOTXHUH¼QH
Grupo de Pesquisa Geografía Humanista Cultural. Vol. 5, nº 1, 2015. ISSN: 2238 0205. Ac-
FHVLEOH HQ KWWSZZZXIIEUSRVDUTJHRJUDƢFLGDGHUHYLVWDLQGH[SKSJHRJUDƢFLGDGH los sistemas ideológicos, simbólicos y estéticos que alimentan las visio-
article/view/203/pdf nes, las expectativas colectivas y las narrativas sobre la ciudad, regulan-
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
do y orientando las prácticas en el espacio físico. En esta dimensión de 2.3. Totalidad implícita
la polis se construyen las perspectivas éticas y estéticas de la ciudad. Los procesos de globalización, las defecciones políticas del socialismo,
&RQWUDGLFWRULD\FRQƣLFWLYDSHURUHGLPLEOHHQODV¯QWHVLVGLDO«FWLFDR la remisión del pensamiento ideológico y utópico a favor de un pensa-
compleja pero administrable en razón de su estructura sistémica, pre- miento local y escéptico, la planetarización de las comunicaciones y la
valece en la ciudad moderna el concepto de totalidad alentada por es- incidencia de los medios en la sociedad, dibujan un estado de hecho que
tados consolidados sobre la idea del desarrollo y el bienestar general ya no puede ser totalmente administrado por los estados nacionales
de la población. No obstante, durante la segunda mitad del siglo XX, la La ciudad posmoderna se explica como frustración ética o bien como
construcción socio-política cambia de rumbo especialmente (de mane- imposibilidad material de la utopía. Este clima de frustración gana espa-
ra dramática en América Latina debido a las dictaduras militares y sus cio en el ámbito del pensamiento (posestructuralismo, existencialismo,
secuelas sociales, económicas y culturales) a favor de la liberalización escepticismo, irracionalismo, giro cultural de las ciencias humanas y
de las economías con el consiguiente incremento de las de los desequili- sociales, pensiero débole) desde donde se enarbola la crítica a la moder-
EUDGRVHQWRGRVORVµUGHQHV/DVFLXGDGHVYHQDJXGL]DGDVXFRQƣLFWLYL- nidad asociada a la era de la razón, a los procesos de modernización y
dad, que en el caso de Latinoamérica toma la forma de pobreza urbana sus efectos en todos los órdenes de la vida. La caída del muro de Berlín
\PDUJLQDFLµQLQVXƢFLHQFLDXREVROHVFHQFLDGHLQIUDHVWUXFWXUDYXOQH- simboliza la defección del modelo socialista, las democracias represen-
rabilidad ambiental, etc., y se abre un cono de sospechas sobre la con- tativas pierden credibilidad por la burocratización de las dirigencias po-
cepción de ciudad como una totalidad. Y de la dialéctica como motor de O¯WLFDV\JUHPLDOHVHOGLVFXUVRKHJHPµQLFRKDEODGHSHQVDPLHQWR¼QLFR
los cambios históricos. Fig. 6 y exhibe al capitalismo como modelo excluyente, el concepto de verdad
FLHQW¯ƢFDVHSRQHHQFULVLVDSDUWLUGHODUHYHUVLELOLGDGGHOWLHPSRFX\R
CONTRADICCIÓN ejemplo máximo es la teoría del caos), las contraculturas y subculturas,
TOTALIDAD DIALÉCTICA
RWURUDGHVDƢDQWHVGHORUGHQFRQVWLWXLGRVHYLVLELOL]DQGHOPLVPRPRGR
que las minorías excluidas ganan reconocimiento y adquieren progre-
sivamente estatus políticos. El desarrollo de la telemática permite la
operación de los mercados a tiempo continuo del mismo modo que la
crisis energética reformula los procesos de producción industrial, redu-
ciendo la materialidad de los productos (más liviano, más pequeño, más
U£SLGRHQXQSURFHVRSRUHOFXDOVHWUDQVƢHUHODSULPDF¯DHFRQµPLFD
del sector industrial al de los servicios. (HARVEY, 1998; LASH & URRY,
1994).
FORMAS USOS SIGNIFICADOS La modernización desigual, sectorial e incompleta de América Latina
contribuye a este clima de escepticismo. La penosa experiencia históri-
ca de las dictaduras militares y los gobiernos conservadores genera las
)LJ7RWDOLGDGGLDO«FWLFDFRQWUDGLFFLµQ\VHJUHJDFLµQ)RUPDVXVRV\VLJQLƢFDGRVHVWD- condiciones para el debilitamiento del pensamiento crítico y sus arti-
EOHFHQUHODFLRQHVHVWDEOHV\FRQFUHWDVVµORPRGLƢFDEOHVSRUSURFHVRVGLDO«FWLFRV culaciones políticas en cuerpos sociales de creciente pobreza material
Fuente: JA \ PRUDO $XQ FRQ H[FHSFLRQHV TXH QR PRGLƢFDQ ODV WHQGHQFLDV JHQH-
UDOHVORVSD¯VHVGHODUHJLµQVXIUHQODLQƢOWUDFLµQGHODVSRO¯WLFDV\ODV
concepciones neoliberales se expresan en todas las dimensiones de la
ciudad. La ciudad es suma de partes, de fragmentos, cada uno dotado
78 79
Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
de características propias y se la estudia desde los elementos primarios prácticas sociales. La vida urbana, como acción colectiva o dinámica de
y las áreas homogéneas y desde los análisis tipo-morfológicos cuya re- actores individuales, parte de reconocer la potencialidad intrínseca del
SURGXFFLµQKDEU¯DGHƢMDUXQY¯QFXORWHPSRUDOHQWUHODFLXGDGDFWXDO\ fragmento. El instrumento de actuación será el proyecto urbanístico,
su desarrollo histórico. que ve en las suturas entre partes la estrategia de recomposición de la
La conciencia creciente de un aquí y ahora relativo a una experiencia totalidad de urbana. Esta estrategia no pudo evitar que las partes urba-
existencial individual no se compatibiliza con la racionalidad discipli- nas no sólo se remitan a la revalorización de los espacios existenciales
nar del plan director, instrumento enteramente desbordado por las rea- relativos a una pauta local sino que bajo este concepto del fragmento
lidades urbanas de las migraciones, la pauperización, la desinversión se extremaran las diferencias con la aparición de enclaves urbanos (ba-
en infraestructuras, etc., todo lo cual da cuenta de los estragos de los rrios cerrados, centros comerciales y de ocio, country clubs) que gene-
JRELHUQRVWDQWRGLFWDWRULDOHVFRPRSDWHUQDOLVWDVVHJ¼QORVFDVRVQDFLR- raron fragmentos elitistas y excluyentes,
QDOHVTXHDODSRVWUHFRQYHUJHQHQODƢJXUDGHFOLQDQWHGHO(VWDGRGH (QHVWDFLXGDGHOHVSDFLRS¼EOLFRHVHVFHQDULRPDWHULDOGHODIUDJPHQ-
Bienestar. Esta declinación no es sino el marco de referencia para la cre- tación urbana, representación simbólica a partir de narrativas de iden-
ciente desigualdad social, pérdida de representatividad de los partidos tidad de lo urbano y sede natural de la fragmentación entre estamentos
SRO¯WLFRVJHQHUDOL]DGDVRVSHFKDGHFRUUXSFLµQ\LQHƢFLHQFLDGHODDF- sociales dirimidos por las mercadotecnias antes que por la acción social
ción del Estado, avances en la transnacionalización de las economías, su orientada.
articulación en procesos globales soportados por las tecnologías de la
LQIRUPDFLµQ\ODFRPXQLFDFLµQTXHDJXGL]DQHOFRQƣLFWRVRFLDODFRP- 2.4. Totalidad clausurada
pañado de una desideologización de su abordaje. La ciudad escindida es la disyunción de formas físicas, prácticas socia-
La ciudad es suma de partes al igual que la sociedad es un aglomerado OHV\VLJQLƢFDGRVFXOWXUDOHVFDWHJRU¯DVTXHHQWUDQHQXQMXHJRVLQƢQ
de estamentos antes que de clases en contraposición. En este contexto LUUHGXFWLEOH D XQ VHQWLGR ¼QLFR /DV IRUPDV PDWHULDOHV ODV SU£FWLFDV
ganan presencia política las minorías sociales, las organizaciones no gu- VRFLDOHV\ORVVLJQLƢFDGRVFXOWXUDOHVurbs, civitas y polis) pierden rela-
bernamentales y los movimientos focalizados en problemáticas puntua- ciones estructurales y desarrollan lógicas autónomas cuyos efectos no
OHVHQWDQWRTXHDODPLVPDYH]VHGHƢQHQSUREOHPDVDHVFDODSODQHWDULD responden a una linealidad de causas y consecuencias ni a un sentido
tales como el cambio climático y la economía global. En esta noción de teleológico auspiciado por un origen fundacional. Por el contrario, deri-
ciudad el fundamento del discurso político cultural (polis) es todavía YDQHQXQMXHJRGHVLJQLƢFDGRVDELHUWRV/DH[SHULHQFLDVHSDUHFHDXQ
el de una totalidad, pero implícita en los fragmentos urbanos y en las movimiento browniano2 cuya intensidad es tal que satura la capacidad
de percepción, encandila y seduce, a la vez que desaliente la voluntad
FRAGMENTO
TOTALIDAD IMPLÍCITA cognitiva.
(OVXMHWRTXHGDDWUDSDGRSRUHOPRYLPLHQWRTXHQRLQƢHUHGHWHUPL-
naciones lógicas, que llevarían a buscar causas para prever consecuen-
cias, sino que produce efectos intempestivos. Es puro efecto cuyo regis-
Fig. 7:
Totalidad implícita: 2 Movimiento browniano. Es el movimiento aleatorio de partículas suspendidas en un
Fragmentos. Formas, ƣXLGRO¯TXLGRRJDVFRPRUHVXOWDGRGHVXFROLVLµQFRQORV£WRPRVU£SLGRVRPRO«FXODVHQ
XVRV\VLJQLƢFDGRV el gas o líquido. El término movimiento browninano también puede referirse al modelo
establecen relaciones matemático utilizado para describir estos movimientos al azar. El movimiento browniano
FORMAS USOS SIGNIFICADOS localmente complejas. es uno de los del procesos estocásticos (o probabilísticos), más sencillos en un tiempo con-
Fuente: JA tinuo. Voz: Brownian movenent, Encyclopædia Britannica. Accedido en noviembre 2014 en
http://www.britannica.com/ (Trad. propia)
80 81
Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
tro no retiene una imagen que representa la totalidad de lo urbano sino La segregación, la fragmentación y la escisión ponen en crisis la ontolo-
que produce un efecto de intensidad en la contingencia de un tiempo gía de la centralidad. La centralidad es una cuestión crucial en la ciudad
aiónico. El tiempo de Aión es el que corresponde al intervalo entre un de- escindida, centralidad material, pero también pragmática y simbólica.
masiado tarde y un demasiado pronto, un tiempo diferente del Cronos, Jacques Derrida (DERRIDA, 1989: 384) propone la revisión de la estruc-
secuencial y continuo. El aiónico es un tiempo sin medida, de duración turalidad de la estructura. La estructuralidad radica en un centro que el
instantánea. '(/(8=( *8$77$5,. DXWRUDVRFLDDORULJHQƢMRTXHRULHQWD\HTXLOLEUDODHVWUXFWXUDGDQGR
En la ciudad escindida Esta temporalidad del intervalo se correspon- coherencia al sistema pero, sobre todo, hace que, en tanto principio de
dería con una espacialidad del intersticio, dando lugar a una ciudad organización de la estructura, limite el juego de la misma. El centro abre
episódica, exacerbación tanto de las contradicciones segregativas como y cierra el juego, dice el autor y agrega: […] siempre se ha pensado que
de la fragmentariedad, ambas potenciadas al punto de provocar efectos HOFHQWURTXHSRUGHƢQLFLµQHV¼QLFRFRQVWLWX¯DGHQWURGHXQDHVWUXFWXUD
intempestivos, que colocan al sujeto en la coyuntura de entender la ciu- justo aquello que, rigiendo la estructura, escapa a la estructuralidad, es
dad como un fenómeno desconcertante y paradojal. Es la ciudad que no decir, está dentro y fuera de la estructura puesto que, siendo necesario
VHFRQFLEHFRPRWRWDOLGDG\SRUORPLVPRXQDFLXGDGTXHUHK¼\HWRGD para la existencia de la misma, su pertenencia a ella anularía su exigen-
GHƢFQLµQFDWHJµULFDIXQGDGDODRQWRORJ¯DGHODFHQWUDOLGDGODWRSRORJ¯D cia de irreductibilidad. (DERRIDA, 1989a: 384)
GHODFRQWLQXLGDG\ODFURQRORJ¯DGHORVƣXMRVWHPSRUDOHV Esta paradoja es inquietante puesto que pone en crisis el deseo de
orden y estabilidad que el centro garantiza y que, en la historia de Occi-
2.5. Centralidad. Espacialidad topológica y temporalidad cronológica dente, ha tomado la designación de Sujeto, Dios, Razón, Hombre o Natu-
La ciudad como totalidad lleva implícita la centralidad como espe- raleza, representando siempre una presencia que por sí misma ordena
FLƢFLGDG HVSDFLRWHPSRUDO HQ OD TXH VH H[SUHVDQ \ FRQFUHWDQ YDORUHV los elementos del sistema y los integra en una estructura dotada de sen-
y procesos relativos a la continuidad histórica de la ciudad. El centro tido (ARROYO, 2011).
SUHYDOHFHSRUVREUHODVSHULIHULDVLPSRQHMHUDUTX¯DVLQWHQVLƢFDODH[- Derrida sospecha de que el centro sea tal; dado que es el punto en
periencia de vida urbana. La centralidad se concreta a distintas escalas TXHQRHVSRVLEOHWUDQVIHULURGHVSOD]DUORVVLJQLƢFDGRVHVHOSXQWRGH
I¯VLFDVFHQWURHVODFLXGDGUHVSHFWRGHVX£UHDVGHLQƣXHQFLDWHUULWRULDO lo irreductible, pensar su inexistencia vuelve indiferente toda referencia
un equipamiento urbano singular respecto de la ciudad en su conjunto, DXQRULJHQRDXQƢQarkhé o thelos, quedando los elementos envueltos
de barrio o una vecindad). También a distintas escalas temporales, por en una historia de sentido, que se expresaría como el juego de la estruc-
lo que el centro será histórico, antiguo, nuevo, emergente, vacante, etc. turalidad de la estructura, que el autor se propone rescatar. El origen y
El concepto de espacio topológico es inherente a la centralidad. Los HOƢQWLHQHQSRUIXQFLµQSRQHUDVDOYRDODHVWUXFWXUDGHORVDYDWDUHVGH
lugares dan entidad material y simbólica al principio estructurador de la historia de sentido. Visto en la perspectiva histórica de occidente, la
la centralidad de modo tal que la ciudad es para el ciudadano un es- HSLVWHPRORJ¯DGHODFLXGDGVHKDIXQGDGRHQODE¼VTXHGDGHXQRULJHQ
SDFLRWRSROµJLFRTXHVHYLYHHQHOƣXMRGHOWLHPSRXQDUHGGHOXJDUHV y un destino que otorguen sentido a su estado presente. La modernidad
que concretan la centralidad ontológica y con ello brindan al ciudadano actualiza ese sentido en el progreso, de la historia fundada en el desa-
referencia e identidad, un espacio urbano vivible porque es discernible rrollo de la ciencia, la moral y el arte.
como imagen: el sujeto percibe, sabe y valora dónde está. El concepto de El autor señala la existencia de un acontecimiento de la estructura.
tiempo de tiempo cronológico es igualmente propio de la centralidad. Para Derrida, el acontecimiento no es sólo efectuación, que remite a un
$OO¯VHHVSHFLƢFDHOWLHPSRKLVWµULFRFRPRPHPRULDH[SHFWDWLYDGHIX- estado de cosas que se encarna en personas, en individuos. Esto implica
turo o momento presente. (HARVEY, 1989) un SUHVHQWHGHƢQLWLYR en acto, intenso, para aquel que lo encarna, que
82 83
Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
así puede juzgar un antes y un después del acontecimiento. Es también nomía de mercado o el del capitalismo con rostro humano. El centro sólo
la contra efectuación del acontecimiento que mira a la vez al futuro y el aparecerá como una función, como un recurso de método dentro de un
pasado en sí mismos, ambos eludiendo el presente en la medida en que sistema de diferencias, o sea, en el marco de unos términos de acuerdo
no están encarnados en un estado de cosas sino que se representa por que por sí mismos no constituyen ley, axioma o fundamento ontológico.
un instante móvil siempre desdoblado entre el pasado y el futuro, una Organiza un discurso, pero no produce sentido como representación.
virtualidad. (DERRIDA, 1989b) 6LJXLHQGRD'HUULGDVHSRGU¯DDƢUPDUTXHFLXGDGDQRVREMHWRVHVFD-
(ODFRQWHFLPLHQWRVHPDQLƢHVWDYLYDPHQWHHQQXHVWUD«SRFDSHURTXH las, territorios, espacios, tiempos, sociedades, lugares, etc. son co-pre-
es inherente a la propia historia de la noción de estructura y que está sencias que generan en la ciudad un discurso continuo, un encadena-
relacionado con esta necesidad de pensar la estructuralidad colocándo- miento de signos que hacen un juego sólo posible en ausencia de un
se en el punto de ruptura o de desintegración de la obviedad del centro, FHQWUR ¼QLFR UHVXPLGR HQ HO FRQFHSWR GH OD polis. Esta pragmática de
esos lugares de certeza y verdad que adquieren naturalidad, como si centralidad en la que convergen una espacialidad y una temporalidad
fueran los fundamentos y los designios no cuestionados de nuestra vida HVSHF¯ƢFDSODQWHDXQDDOWHUQDWLYDUDGLFDODODFRQFHSFLµQGHODpolis que
como sujetos urbanos. se constituye sobre el valor central del lugar/espacio/tiempo público,
La ciudad es una estructura y en tanto tal tiene centros (materiales y el mundo que distancia y vincula a los individuos quienes se vuelven
simbólicos) que la explican, centros que, en la posición de Derrida, cons- ciudadanos en el momento de ejercer el debate en el disenso, el lugar
tituyen a la vez la condición de posibilidad y la negación del juego de la y el tiempo de ver y ser vistos, de escuchar y ser escuchados. (ARENDT,
estructura. La urbanística y la arquitectura, al hacer la ciudad (entién- [1958], 1993) al que el discurso urbano-arquitectónico se aferra aun
dase: proyectar, construir, reglamentar, pensar, interpretar, etc.) asumen FXDQGRORVKHFKRVQRORYHULƢFDQ'HHVWDSDUDGRMDGHFLXGDGVLQpolis
esos centros como referencias fundadoras, como categorías constituti- fundada en una noción de totalidad, del juego de civitas-urbs en ausen-
vas que en su perenne vigencia estarían ocultando o impidiendo el jue- cia de centralidad ontológica, se deduce que, en todo caso, ciudadano,
go de lo urbano, en un intento de neutralizar la angustia que produce el objeto, escala, etc. son funciones de dinámica inmanente, prácticas me-
hecho de sentirse tomado por sorpresa por ese juego que, para el caso, ramente pragmáticas.
es el juego de lo inter-subjetivo y lo inter-objetual que propone la vida En esta ciudad escindida, sin centralidades sustantivas que organicen
urbana. Esta pretensión de concretar el centro supone la utopía de la el juego de las partes, no hay una topología que territorializa el espacio
polis, el lugar de la realización de la idea (perfecta, justa, recta) de lo urbano sino derivas, desplazamientos constantes en busca de un lugar
urbano. TXHQRORJUDƢMDUWLHPSRV\HVSDFLRV3UHYDOHFHODdistopía y la heteroto-
'HUULGD DƢUPD TXH WRGR VH FRQYLHUWH HQ GLVFXUVR FRQ OD FRQGLFLµQ pía (FOUCAULT, 1984; SOJA, 1989) en las formas multiplicadas del lugar
de que por tal se entienda que […] HO VLJQLƢFDGR FHQWUDO RULJLQDULR \ como exasperación o enervación paradójica de la centralidad sin valo-
trascendental no está nunca absolutamente presente. (DERRIDA, 1989a: res. La distopía no niega el lugar sino que lo entiende desvirtuado, en
386). En efecto, siendo que todos los elementos de una estructura se tanto que la heterotopía se explica en la como multiplicidad de espacios
UHPLWHQHQOD¼OWLPDLQVWDQFLDGHVXVLJQLƢFDFLµQDOFHQWURXRULJHQHO multiplicados bajo diferentes imágenes de ciudad que conviven con (o
OXJDUHQHOTXHODVLJQLƢFDFLµQ\DQRHVSRVLEOHUHFRUGDUTXHVLJQLƢFD- también junto, dentro, sobre, fuera) de la ciudad tradicional, la de las
FLµQHVVLHPSUHVXVWLWXFLµQWUDQVSRVLFLµQGHVLJQLƢFDGRVTXHGDYDF¯R contradicciones o la de los fragmentos.
y, por lo tanto, la totalidad pierde a la vez sentido lógico y posibilidad
SU£FWLFDHQFRQVHFXHQFLDTXHGDDELHUWRHOFDPSRDXQMXHJRVLQƢQGH
ODVLJQLƢFDFLµQXQFRQWLQXRGLVFXUVRVLQFHQWURHQHOTXHWDQWRWLHQH
cabida el discurso de la liberación del imperialismo como el de la eco-
84 85
Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
ESCISIÓN
TOTALIDAD b) la epistemología de la ciudad (los modos de generar conocimien-
CLAUSURADA
to acerca del objeto urbano a través de sus dimensiones materiales, las
prácticas sociales y las concepciones políticas y culturales);
c) la hermenéutica GHO HVSDFLR S¼EOLFR ODV Y¯DV GH LQWHUSUHWDFLµQ
del concepto y el valor de publico recurriendo a los ámbitos de valida-
FLµQGHORVSURFHVRVXUEDQRV\ƢQDOPHQWH
Fig. 8:
d) la fenoménica dada por las situaciones coyunturales en el espa-
Totalidad clausurada: escisión.
)RUPDVXVRV\VLJQLƢFDGRVHV-
cio-tiempo de la existencia (humana, histórica) como condición de una
tán co-presentes en relaciones experiencia subjetiva particular.
FORMAS USOS SIGNIFICADOS
contingentes. Fuente: JA (VWDVGLPHQVLRQHVVHWHQVDQGHPRGRGLIHUHQWHVHJ¼QVHREVHUYHODFLX-
dad como una totalidad dialéctica, de fragmentos o de escisiones, es decir,
Las declinaciones de la totalidad están presentes en la constitución de la de la ponderación histórica del particular momento en que se pondera
ciudad actual, aludiendo a la ciudad contemporánea en general dentro el hecho urbano y la posición que conceptual e ideológica que se asume.
de la cual caen las argentinas. El cuadro debería operar tanto en el abordaje ex ante de la obra, es
La categoría de la polis se constituye de manera radicalmente dife- decir, en su instancia de objeto a ser proyectado como la ex post, es
UHQWHVHJ¼QVHDVXPDODVHJUHJDFLµQGHSDUWHVHOIUDJPHQWRRODHVFL- decir, cuando la obra es un hecho concreto susceptible de ser tomado
sión. Cada una de estas nociones, o concepciones de polisPRGLƢFDODV como caso de estudio. Entre la obra virtual ínsita en el proyecto y la obra
condiciones exo-disciplinares del proyecto de urbano-arquitectónico a concreta media la distancia en la que se pone a prueba la pertinencia del
la vez que alteran el concepto, la percepción y la valoración del espacio proyecto y su correspondencia con realidades de la ciudad. Estas tensi-
S¼EOLFR\VXYDORUHQODFLXGDGFRQWHPSRU£QHD$FRQWLQXDFLµQVHSUH- nes se expresan en la matriz que sigue de la Fig. 9
sentan algunas intervenciones arquitectónicas recientes en la ciudad de
Santa Fe, Argentina, referencia empírica de este trabajo, cuya pondera-
ción como contribuciones a la ciudad de contradicciones, de los frag-
mentos o de las escisiones queda planteada como interrogantes.
88 89
Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
90 91
Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
cionado por la inversión privada. En efecto, el proceso sigue las pautas 3.4. Sistema de Jardines Materno-Infantiles Municipales
habituales de la transformación de áreas de vacancias en sectores desti- Los jardines municipales conforman un conjunto de equipamientos
QDGRVDOWHUFLDULRFDOLƢFDGRVKRSSLQJVFDVLQRVKRWHOHVRƢFLQDVHWFv educativos que a la fecha cuenta con 12 establecimientos construidos
Con esta presencia formal del Estado, se quiere compensar la ten- y varios más en construcción y proyecto. Los jardines responden a una
dencia ya impuesta en el sector y si bien el nuevo destino atraerá otros política del gobierno del intendente José Corral, cuyo mandato comenzó
XVXDULRV QR HV PHQRV FLHUWR TXH HO HGLƢFLR SHUGHU£ SDUD PXFKRV HO en diciembre de 2011, y consiste en la provisión de servicios educa-
atractivo de los usos actuales, menos estructurados, más rotativos y con tivos de calidad dirigidos a la población preescolar de barrios pobres
XQS¼EOLFRP£VGLYHUVLƢFDGRUHFLWDOHVGHP¼VLFDDUWHXUEDQRDUWHVFLU- de la ciudad de Santa Fe. El proyecto es complementario del sistema
censes, etc.). GH HGXFDFLµQ S¼EOLFD GH OD SURYLQFLD GH 6DQWD )H \ VH IRFDOL]D HQ XQD
banda etaria de educación no obligatoria pero que requiere de urgente
atención dado que para el caso de sectores sociales carenciados no hay
ofertas adecuadas.
La política de los jardines apuesta centralmente a que la educación
temprana brinde mejores posibilidades a las personas para que puedan
superar adversidades propias de los contextos de vulnerabilidad. Se es-
SHUDTXHORVEHQHƢFLDULRVVHDQQRVµORORVSHTXH³RVVLQRWDPEL«QVXV
familias, en particular sus madres, quienes deberían ver en los jardines
la provisión de servicios por parte del Estado que le reporta al menos
dos cosas: facilidad para una mejor inserción en el mercado laboral al
contar con mayor disponibilidad de tiempo con la seguridad de que sus
hijos están en un espacio físico e institucional adecuado y una indica-
ción clara de que cual el Estado –en este caso, el municipal- es capaz
de generar condiciones equitativas de acceso a servicios asumiendo sus
responsabilidad políticas como nivelador de posibilidades y oportuni-
dades en el seno de la sociedad.
Fig. 12: Ex-Molino Marconetti en el área de renovación portuaria. (OSUR\HFWRLQFOX\HODIRUPDFLµQGHXQFXHUSRGRFHQWHFDOLƢFDGRSDUD
Fuente: www.santafeciudad.gov.ar
lo cual se hacen periódicos llamados a concurso de aspirantes quienes
deben reunir requisitos de base (titulación) y superar pruebas riguro-
sas; asimismo, se han previsto mecanismos de capacitación permanen-
WHQRVRORHQDVSHFWRVGRFHQWHVVLQRWDPEL«QHQUHVROXFLµQGHFRQƣLFWRV
(violencia familiar, de género) dadas las condiciones sociales en los que
deben desempeñar tareas.
El proyecto arquitectónico es una componente fundamental de esta
política para lo cuya se ha tomado como premisa la construcción de una
infraestructura edilicia de alta identidad de imagen, que permita reco-
Fig. 13: Ex-Molino Marconetti: interior e nocer cada ejemplar como parte de un sistema. El diseño procura que
LPDJHQGHUHIXQFLRQDOL]DFLµQFRPRHGLƢFLRHVFRODU)XHQWHZZZVDQWDIHFLXGDGJRYDU los jardines marquen una absoluta diferencia con las condiciones del
94 95
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entorno, de modo tal que se pueda establecer una asociación entre los HGLƢFLRVLQVWLWXFLRQDOHVDOEULQGDUSHTXH³RV£PELWRVGHUHXQLµQGHYH-
niños como esperanza de un mundo mejor con unos espacios arquitec- cinos -en ocasiones un simple banco y un árbol-, que en algunos casos
tónicos que superan ampliamente las condiciones generales del sector HVHO¼QLFRHTXLSDPLHQWRS¼EOLFRHQHOVHFWRU
de emplazamiento.
Los jardines se localizan en barrios poco consolidados, caracteriza-
dos por trazados irregulares, calles sin pavimentar, falta de infraestruc-
WXUD\VHUYLFLRVGHƢFLHQWHVDORTXHVHVXPDXQDHGLOLFLDSUHFDULDRPX\
modesta, casi siempre hacinada y con una componente social profunda-
mente atravesada por, la precarización laboral, el asistencialismo pater-
nalista del Estado, etc., lo que promueve un ambiente de gran vulnera-
bilidad tanto en el orden físico como social y cultural. Los imaginarios
de ciudad en estas condiciones se debilitan frente al imperativo de un
presente de mera sobrevivencia que deja poco espacio para el pensa-
PLHQWRSUR\HFWXDO(QHVWHFRQWH[WRORVMDUGLQHVDSDUHFHQFRPRHGLƢ-
FLRV PX\ GLIHUHQFLDGRV FRQ VXSHUƢFLHV FRQWLQXDV TXH GHƢQHQ SODQRV
blancos extensos, modulados por las texturas de los cerramientos de los
patios, con una fuerte marcación del ingreso resuelto como una profun-
GDRTXHGDGTXHLQWHUUXPSHODFRQWXQGHQFLDGHODFDMDFRQTXHVHGHƢQH
la imagen urbana de los jardines.
El interior, por el contrario, se organiza entono de patios centrales Fig. 14: Sistema de Jardines Municipales. Localización urbana. Fuente: www.santafeciu-
y galerías, con una sucesión de salas y sus complementos (lactario y dad.gov.ar
espacio de cambiado), cada cual con su propio patio. Las salas sorpren-
den por la calidad espacial y por el equipamiento (mobiliarios, juegos,
implementos) todo lo cual da por resultado una espacialidad de que rá-
pidamente recibe la aprobación de los usuarios (padres, docentes, veci-
nos). Es de destacar la excelente calidad constructiva como asó también
la incorporación de elementos tales como calefactores solares, sistemas
de recolección de agua pluvial, de retención de excedentes de lluvia, etc.
TXHWLHQHQXQHIHFWRHMHPSODUSURSLDGHORTXHGHEHVHUXQDREUDS¼EOL-
ca modélica.
El proyecto corresponde a un equipo de arquitectos conformado en
el ámbito de la Secretaría de Planeamiento Urbano de la Municipalidad
de la Ciudad de Santa Fe que toma como referencia criterios de los Li-
neamientos del Plan Urbano en lo que atañe a la generación de focos de
centralidad a distintas escalas en todo el espacio urbano. Los jardines
corresponden a centralidades de escala barrial y, como tales, ofrecen Fig. 15: Jardín Barrio Varadero Sarsotti. Acceso con micro situación de espacio público.
DSRUWHVDOHVSDFLRS¼EOLFRXUEDQRP£VDOO£GHVXVRODSUHVHQFLDFRPR Fuente: www.santafeciudad.gov.ar
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4. Conclusiones
Con la presentación de casos se intentó reconocer, someramente, las
dimensiones hermenéutica, heurística, fenoménica y epistémica implí-
Fig. 17: Idem. Salas. Fuente: www.santafeciudad.gov.ar
citas, en obras concretas sometidas a un análisis crítico a los efectos
de ponderar la contribución y las razones por las cuales contribuyen
DODSRWHQFLDFLµQGHOHVSDFLRS¼EOLFRGHODFLXGDG6LELHQWRGDVHVWDV
GLPHQVLRQHVHVW£QSUHVHQWHVVHJ¼QORVFDVRXQDXRWUDDGTXLHUHPD\RU
LQFLGHQFLD$V¯HQODUHKDELOLWDFLµQGHHGLƢFLRVH[LVWHQWHV/D5HGRQGD
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Arquitectura Urbana y Espacio Público Arq. Julio Arroyo
El Molino y la Estación) ha sido determinante la concepción política de Si bien el desarrollo de los análisis ha sido breve, el abordaje de los mis-
la cultura como un factor de consolidación e integración de la ciudad mos en relación a una matriz de 4 dimensiones ha permitido avanzar
a partir de la generación de centralidades urbanas asociadas a formas con mayor rigor en el objetivo de abordar la relación entre un tipo par-
arquitectónicas de fuerte pregnancia. La apelación al valor patrimonial ticular de a arquitectura urbanaHQUHODFLµQDOHVSDFLRS¼EOLFRGHOD
\QRVRORPHUDPHQWHXWLOLWDULRGHHVWRVHGLƢFLRVDVRFLDGRVDSURJUDPDV ciudad. Para ello se propuso primero y se aplicó luego, someramente, un
originales (El Molino y La Redonda) o la sola habilitación de progra- instrumento que se pretende sostener sobre una base conceptual perti-
mas eventuales emergentes de la dinámica social (la Estación) permiten nente, con el cual tanto al momento de planteamiento del problema pro-
prácticas ciudades mejor referenciadas en el espacio urbano. yectual (situación ex ante de la obra) como al momento de la valoración
En el caso de los jardines maternales, ha sido por el contrario el pro- crítica de la misma (situación ex post).
yecto de arquitectura lo determinante al generar unas organizaciones Con lo dicho, se ha procurado despejar estratégicamente ciertas re-
fuertemente reconocibles por sus topologías de patios centrales lo cual laciones del dispositivo-ciudad con el objetivo de comprender sistemá-
permite una fácil semantización social de la obra al reconocer en esos ticamente lo que la experiencia de vida en la ciudad funde en un plexo
espacios ámbitos domésticos. No obstante, la imagen urbana recupe- magmático y se confunde, simplemente, en el fragor patético de la ciu-
UDHOUDQJRGHHGLƢFLRLQVWLWXFLRQDOQRGRP«VWLFRDOGHVDSDUHFHUWRGR dad contemporánea, Santa Fe por caso.
vestigio de vivienda (puerta, ventanas, techos inclinados). El proyecto
se tensa en esta relación entre lo doméstico (lo próximo, lo familiar, lo 5HIHUHQFLDVELEOLRJU£ƢFDV
reconocible) y lo institucional (lo que rompe con la escala del tejido ba- ARENDT, HANNAH (1958). La condición humana. Barcelona, Paidós, 1993.
UULDOORGLIHUHQWHORRƢFLDOUHODWLYRDO(VWDGR1RREVWDQWHHOKHFKRGH ARROYO, JULIO (2011). EVSDFLRS¼EOLFR(QWUHDƢUPDFLRQHV\GHVSOD]DPLHQ-
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pecialmente en contextos de pobreza y las posibilidades de interactuar ZZZXIIEUSRVDUTJHRJUDƢFLGDGHUHYLVWDLQGH[SKSJHRJUDƢFL-
con la institución e incluso derivar de ello nuevas acciones (cooperati- dade/article/view/203/pdf
vas de trabajo, asociaciones cooperadoras, etc.) hacen que el proceso de ASCHER, FRANÇOISE. (2001). Los nuevos principios del urbanismo. Ma-
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R LGHQWLƢFDFLµQ VH GHPRUH (Q WRGRV ORV FDVRV FRQVLGHUDGRV KD VLGR
el Estado el actor promotor y protagónico, recuperándose por tanto la BATTISTI, EMILIO (1980). Arquitectura, ideología y ciencia. Madrid, Blu-
dimensión política de la ciudad, pero se trata de una acción política que me.
propicia la actividad social, la cual no sólo se ve referenciada en el hecho BORJA, JORDI (2003). La ciudad conquistada. Alianza, Madrid, 2005.
de que se genera un servicio educativo que la tiene por destinaria sino BORJA, JORDI. “El espacio público: ciudad y ciudadanía”. En Ramírez Kuri,
que es un inductor de mejores relaciones interpersonales en ambientes 3DWULFLD FRRUG (VSDFLR S¼EOLFR \ UHFRQVWUXFFLµQ GH FLXGDGDQ¯D 0«[LFR
caracterizados por las relaciones hostiles. Ello sin duda repercute en el 3RUU¼D)/$&62
orden de lo simbólico, al asociarse estas obras urbanas con prácticas
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