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Para La Mala Actitud
Para La Mala Actitud
El primer paso hacia el cambio es entender claramente lo que necesita ser cambiado. El
establecimiento de objetivos claros es la clave del éxito de cualquier empresa. Cuando se trata de
cambiar de actitud, se necesita hacer una autoevaluación honesta y profunda para señalar
exactamente cuáles de tus rasgos necesitan ser mejorados o cambiados totalmente.
Quizás quieras ser más optimista, más sociable o más paciente. Encuentra a alguien que tenga
el tipo de actitud que deseas tener y no le pierdas la pista. Si conoces a esa persona mucho
mejor. Queda habitualmente con ella (todo lo que puedas).
Si es una persona famosa o alguien que sigues en Youtube, puedes ver vídeos de él. Puedes
descargarte el audio de los vídeos y escucharlos cuando vas dando un paso o cuando vas
conduciendo (es lo que yo hago). Cuando voy en el coche solo no escucho música; escucho a las
personas que sigo en Youtube.
Cambiar de actitud no es fácil. Se trata de superar viejos vicios que se han instaurado
profundamente en tu personalidad. Visualiza cómo serías tú sin ese rasgo de personalidad que
deseas eliminar. Averigua exactamente lo que este supuesto cambio podría traer a tu vida.
¿Mejorará tu vida familiar, tu vida social o tu relación de pareja? ¿Significará una carrera más
exitosa para tu trabajo? Visualiza todas las noches cómo sería tu nueva vida. Duérmete
pensando en ello 😉
Como se suele decir, “las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. No esperes
que te vaya bien en la vida si te rodeas de personas que poseen todos los rasgos negativos que
deseas cambiar.
Las actividades de voluntariado son una excelente fuente para hacer nuevos amigos. Busca
en Google qué tipos de voluntariado hay donde vives.
Yo por ejemplo soy voluntario de una protectora de animales y saco a pasear perros que han sido
abandonados. Allí he conocido a gente maravillosa. Puedes colaborar con la Cruz Roja, con
asociaciones de personas disminuidas físicas o psíquicas…
Otra posibilidad es apuntarte a clases de baile (aprende a bailar salsa), a clases de yoga…
A menudo, el mayor obstáculo para lograr nuestros objetivos somos nosotros mismos o nuestra
incapacidad para confiar en lo que somos capaces de hacer. Si no crees en ti misma/o o no crees
que tu vida pueda cambiar, simplemente no sucederá. O bien nunca lo intentarás o renunciarás
rápidamente con el primer fracaso que tengas.
Los recuerdos felices se suelen arraigar fuertemente a la memoria y pueden ayudarte a cambiar
tu actitud rápidamente. Basta con recordar tu recuerdo más feliz o divertido. Quizás sientas
nostalgia… ¡ojo! este consejo quizás no valga para todo el mundo, como por ejemplo para una
persona que acaba de romper con su pareja.
Cuando yo he pasado por momentos difíciles, en los que mi autoestima estaba por los suelos, o
en los que me preocupaba más por otras personas que en mí mismo, recordar a mi yo pequeño
me ha ayudado bastante. En seguida te sale un instinto protector hacia ti mismo que te puede
ayudar cuando las cosas se tuerzan en la vida.
Lo sé, es difícil reírse cuando estás realmente molesto, enojado, frustrado, triste… Respira
profundamente, relájate y ve alguna película de risa (busca algún listado de películas de risa en
google).
También es aconsejable crear una lista de reproducción en Youtube con aquellos vídeos que
te hayan hecho reír.
Si esto no te funciona, prueba simplemente a sonreír. Se han hecho estudios que indican que
poner una sonrisa en tu rostro acaba por mejorar tu estado de ánimo.
9. Muévete.
Grita, canta, salta, baila, corre o simplemente agita tu cuerpo. Esto puede ayudarte a liberar la
actitud que deseas cambiar. ¿Nunca te has sentido mejor después de hacer ejercicio? Prueba a
hacer ejercicio la próxima vez que quieras cambiar tu actitud.
Te animo a que vivas una vida con un sentido de propósito. Por ejemplo, el propósito principal
de Walt Disney era “hacer feliz a la gente”.