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La  intolerancia:

Resultado del miedo y la falta de autoestima.


El mundo camina lenta pero inexorablemente hacia la integración y el planeta se
hace cada vez más pequeño, aquellos individuos y pueblos que creen amenazada
su identidad, sus creencias y características distintivas propician al miedo, pueden
dar lugar a la intolerancia más irracional y con ella arrastra problemas de
inseguridad, de baja autoestima y miedo patológico.

A fin de cuentas, la intolerancia no deja de ser siempre sino producto de la


ignorancia y el miedo.

Es una enfermedad tan vieja como la humanidad y siempre presta a recrudecer en


cualquier parte. De hecho, los estudiosos prevén gravísimos estallidos de
intolerancia allí donde la “globalización” ponga en entredicho y en situación de
desventaja a grandes grupos de personas.

Sin embargo, hoy en día hay que tener bien en claro que es el proceso de la
“globalización” y que es lo que conlleva ya que en un mundo donde día con día las
tecnologías cambian constantemente, puede resultar no tan fácil adaptarse al
cambio y es ahí en donde viene la intolerancia.

La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a escala


planetaria que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los
distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través
de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un
carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso
dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el
capitalismo democrático o la democracia liberal, y que han abierto sus puertas a la
revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización y
democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico
nacional, y en sus relaciones internacionales.
Esta también puede ser llamada o en su defecto descrito como un fenómeno que
se detecta también en el seno de las sociedades aparentemente homogéneas
como la nuestra y no solo en presencia de forasteros.

Se recurre siempre a la misma evidencia: el intolerante no acepta las inevitables y


enriquecedoras-diferencias que median entre unas personas y otras.

La incorporación de ideales a alcanzar y de modelos a imitar forma parte del


normal proceso que empuja a los niños y a los jóvenes por el camino de la
madurez, lo cual esto nos lleva de la mano en búsqueda de la tolerancia desde los
tiempos remotos.

El hombre primitivo desde el origen del universo llega solo, sin un idioma claro y
preciso para enfatizar o llevar a cabo el proceso de la comunicación por el cual,
resultaba difícil para ellos comunicarse los unos a los otros pero no imposible, ya
sabiendo esto, nos enfocamos en la búsqueda del conocimiento humano, lo que
nos dice que, el hombre primitivo estaba siempre en contacto con la naturaleza y
por ende en constante aprendizaje de lo desconocido, cabe mencionar que
durante este proceso, el hombre primitivo siempre tuvo miedo a lo nuevo, a los
cambios y le costaba adaptarse rápidamente por lo cual nos lleva a tener una
conclusión breve de que el hombre primitivo era intolerante , ya que necesitaba
sobrevivir y esto lo llevaba tener experiencia “conocimiento de los hechos”.

Ahora que entendemos esto, sabremos que el ser humano siempre ha sido un ser
social, es decir; un ser sociable.

La socialización es el proceso mediante el cual el ser humano aprende, en el


transcurso de su vida, los elementos socioculturales de su medioambiente, los
integra a la estructura de su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de
agentes sociales significativos, y se adapta así al entorno social en cuyo seno
debe vivir. También, es la asunción o toma de conciencia de la estructura social en
la que un individuo nace, y aprende a diferenciar lo aceptable (positivo) de lo
inaceptable (negativo) en su comportamiento que se le llama socialización.
El perfil de una persona intolerante es el de aquel individuo que no respeta las
opiniones de los demás, practicas, ideología, costumbres, etc. Creen tener en todo
momento pleno derecho pero se olvidan de que este termina donde empieza el de
los demás. Son individuos que viven la diferencia como algo amenazante, nunca
se ponen en el lugar de otros y suelen ser egoístas.

En conclusión podemos decir que ser tolerante es aprender a respetar las


diferencias de los demás sin importar cualquier tipo de religión, nación o sexo, va
más allá de la discriminación, se crea un concepto de cultura global y valorarlas
como positivas independientemente si no compartes la opinión del otro individuo o
en su defecto puede que te ilustren con información enriquecedora; es ser de una
manera un tanto empáticos y ponernos en el lugar del otro, comprender su
situación, sus sentimientos, sus creencias, etc. Por otra parte también creo que es
fundamental ser flexible y aceptar la relatividad de muchas situaciones en muchos
contextos, no ser totalitarios o prepotentes y estar siempre en disposición de
aprender algo nuevo. Aceptar incondicionalmente a los demás, con sus virtudes y
defectos, pues tenemos entendido que mi derecho termina en cuanto empieza el
de mi compañero, el respeto hacia la otra persona es fundamental y ser tolerante
implica un aprendizaje continuo a lo largo de nuestras vidas ya que se practica día
con día y tal vez no sea fácil al principio pero no te preocupes, casi todo lo nuevo
comienza con un poco de miedo pero al final resulta divertido respetar y ser
respetado ante la sociedad, ya que con acciones dejas ver más allá de la gran
persona que puedes llegar a ser: madura, culta y empática.
 

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