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Recuadro 7.

Sesión del Consejo Técnico

(Ana cursa el quinto año en una escuela pública ubicada en una colonia urbano-
marginal. Es una niña muy retraída, que vive en condiciones de pobreza y violencia
intrafamiliar. Su apariencia es descuidada; normalmente se presenta a clase
despeinada y con aspecto sucio. La situación no ha sido fácil para Ana, sus
compañeros no quieren sentarse junto a ella porque dicen, que huele mal. Aunado a
esto, su rendimiento escolar ha sido y es muy precario. La siguiente conversación se
desarrolló en una reunión de maestros de su escuela).

Amalia: Ana es una alumna que tiene problemas con la mayoría de sus compañeros y
compañeras. Me preguntaba por qué este rechazo hacia ella. Hasta que un día la vi
muy golpeada de una rodilla, llena de moretones y bastante inflamada. Le pregunté
qué tenía y me contestó que se había caído. Le creí, pero a los pocos días, al
levantarse la manga de su suéter le vi otra vez golpes parecidos al de la rodilla. Le
pregunté y me dijo que era porque se había caído de la escalera, pero una niña me
contó que no era verdad, que su papá la golpeaba. A raíz de esto, yo platiqué mucho
con Ana y sí salió la verdad: el papá la golpeaba.
La golpea continuamente.

Laura: La golpea hasta porque pasa cerca de él. Y es familia golpeada, desde la mamá
hasta las hijas. Eso ya viene de hace años… aquí están Lucy y lolita… No sé… ¿Chuy, tú
tienes ahora a su hermana Verónica? (Chuy asiente.)

Amalia: ¿Verdad? O sea, las niñas andan desaseadas…

Laura: nunca vienen con uniforme…

Amalia: No. O sea, si las niñas así se levantan (con las manos simula despeinarse), así
vienen.

José: Yo la tuve en primero y desde entonces ya la maltrataba…


(Hay comentarios entre los maestros y las maestras. Amalia escucha con interés).

(Amalia toma su turno para hablar y narra lo siguiente.)

Amalia: La otra vez fue su cumpleaños. Ya antes lo había platicado con los niños.
“¿Saben qué?, Hay que aceptar a Ana. Ella es una niña golpeada, necesita amor, hay
que cuidarla, hay que quererla… si no tiene amor en su casa, con nosotros sí. Pero
intenten llevarse bien…” Luego ellos dieron sus opiniones. Bueno, total, que fue su
cumpleaños y entre todos nos pusimos de acuerdo y cooperamos. Compramos
pastelitos y entonces le armamos la fiesta. Le pedí que saliera a dar un recado.

Lucía: ¡Fue a mi salón!

Amalia: Cuando regresó ya ellos le habían puesto ¡Felicidades! en el pizarrón y


cuando Ana entró todo el grupo dijo lentamente ¡felicidades! Ana se quedó así…
como que… (emula a la niña con un gesto de sorpresa y se queda quieta unos
segundos) y le dio tanta risa, ¡se vio que sentía emoción! Y luego: “¡Ay, Ana, corta el
pastel, ándale!”. Nos tocó de a pedacito de pastel a cada uno. Antes de salir les dijo:
“¿Saben qué?”, les espero en mi casa, porque mi papá anda en el rancho y mi mamá
me dijo que me hará tostadas”. Como quince o diez niñas fueron a su casa. Me dio
gusto porque sí sirvió de algo, se acercaron más.

(Los maestros comentan un rato más esta historia…).

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