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Revista Portuguesa de Psicossomática

ISSN: 0874-4696
revista@sppsicossomatica.org
Sociedade Portuguesa de Psicossomática
Portugal

Kutter, Peter
El conflicto básico de la psicosomatosis y sus implicaciones terapéuticas
Revista Portuguesa de Psicossomática, vol. 3, núm. 2, jul/dez, 2001, pp. 117-133
Sociedade Portuguesa de Psicossomática
Porto, Portugal

Disponível em: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28730205

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Revista
Portuguesa
117 Revista
de El conflicto básico de la psicosomatosis
Portuguesa
Psicossomática
de
Psicossomática

El conflicto básico de la
psicosomatosis y sus
implicaciones terapéuticas
Peter Kutter*

Resumo el hipertiroidismo. Quisiera renovar


O autor começa por definir as chama- esta "combinación de los siete" reem-
das "psicossomatoses" segundo diversas plazando la artritis y el hipertiroidis-
perspectivas: clínica, psicodinâmica, mo por los trastornos alimenticios
psicogenética e sociogenética. obesidad y anorexia, que seguramen-
De seguida, apresenta e desenvolve o te están condicionados psicoso-
conceito de "conflito básico", que o autor máticamente. En un sentido más am-
acredita estar na origem da perturbação plio, se añade a las perturbaciones
psicossomática. psicosomáticas el así llamado síndro-
Posteriormnete, reflecte sobre o carác- me funcional, dentro del cual los
ter psicossomático, o sintoma psicosso- trastornos psíquicos se manifiestan
mática e a questão da especificidade das corporalmente. En el primer grupo de
relações objectais. las psicosomatosis en sentido estricto,
Finalmente, o autor analisa as impli- surgen siempre lesiones estructurales
cações terapêuticas. orgánicas manifiestas, en el sentido de
Palavras-chave: Psicossomatose; una reacción somática. El organismo
Conflito básico; Terapêutica. reacciona de esta manera sólo como
respuesta al haber fracasado los me-
canismos de regulación psicoreac-
1. Psicosomatosis y neurosis tivos, neuróticos u otros, como por
ejemplo la drogadicción y el compor-
1.1. Desde un punto de vista clíni- tamiento delictivo. Los síndromes
co, designamos bajo el nombre de funcionales se ubican a mitad de
psicosomatosis a las siete enfermeda- camino entre las psicosomatosis y las
des psicosomáticas "sagradas" que neurosis, pues en estos casos no que-
fueron investigadas más a fondo por da definida la bifurcación entre
el psicoanálisis (F. Alexander, 1951). reacciones psíquicas y somáticas. Esto
Estas son el asma, la úlcera, la colitis, se debe al hecho de que en los casos
la hipertonía, la artritis, el eccema y de "inestabilidad estable" o de "certi-
dumbre difusa" se elige un modo de
reacción que está ubicado entre el ter-
* Professor at Johann Wolfgang Goethe – reno orgánico y el psíquico, o bien que
– University of Frankfurt, Germany. abarca partes de ambos planos.

Vol. 3, nº 2, Jul/Dez 2001


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1.2. Desde un punto de vista psico- de un "conflicto básico" de la psi-


dinámico, las psicosomatosis y el sín- cosomatosis que gira alrededor de
drome funcional aluden a un "ser o no ser".
trastorno preedípico, a diferencia de la
neurosis, tras la cual se oculta un 1.3. Desde un punto de vista
trastorno edípico como "complejo psicogenético, los acontecimientos de-
esencial" (S. Freud, 1905, nota al pie, cisivos desde una óptica psicológico-
p. 127). Según donde se ponga el acen- -pulsional se despliegan en la fase
to en este trastorno preedípico, oral. De acuerdo con la psicología del
hablamos de "trastorno básico" (M. yo o la teoría de las relaciones obje-
Balint, 1970), "trastorno de personali- tales, este momento correspondería a
dad narcisístico" (H. Kohut, 1973) u la fase de separación-individuación
"Organización fronteriza de la (M. Mahler et al. 1975) y particular-
personalidad/Borderline personality mente a la primera subfase de dife-
organization" (O. F. Kernberg, 1978). renciación.
Considero, por lo tanto, que los
trastornos psicosomáticos pueden 1.4. Desde un punto de vista
retrotraerse de manera psicodinámica sociogenético, a diferencia de los
a estas perturbaciones originarias bá- trastornos neuróticos que remiten a
sicas. Sin embargo, quiero precisar un tipo de conflicto edípico social que
algo más el "conflicto básico" mencio- incluye conflictos generacionales y
nado en el título. Entiendo por este sexuales inevitables, los trastornos
un tipo de "triangulación psicosomá- psicosomáticos remiten a fracasos
tica" compuesta por las repre- emocionales extremos. Estos pueden
sentaciones de cuerpo, objeto y "self". tener que ver con una privación pri-
Volveré sobre este tema. Por otra par- maria existente desde un principio o
te, cabe mencionar que a diferencia de con una deprivación secundaria pos-
las neurosis, las psicosomatosis se terior condicionada por comporta-
caracterizan por una gran dependen- mientos fallidos manifiestos por par-
cia del objeto y por mecanismos de te de las personas de referencias pri-
defensa inmaduros y de dinámica marias decisivas. Estas no han podi-
principalmente interpersonales. do comprender adecuadamente las
Además, a diferencia de las necesidades elementales del sujeto
pulsiones genitales relativamente debido a sus propias perturbaciones
neutralizadas de las neurosis, en las empáticas y le han producido
psicosomatosis aparecen pulsiones inevitablemente frustraciones que
pregenitales arcaicas y primitivas. La repercutieron negativamente en el
angustia básica de la psicosomatosis desarrollo de las representaciones
es la angustia de separación, destruc- tempranas del "self", de cuerpo y de
ción o muerte, en oposición a la an- objeto. Lo interesante de esto es que
gustia de castracion clásica propia de tales estructuras vinculadas con un
la neurosis. Puede hablarse entonces "conflicto básico" no sólo aparecen en

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119 Psicossomática El conflicto básico de la psicosomatosis

las psicosomatosis, sino también en necesidades primarias, se desarrolla


casos que no presentan síntomas un "falso self" en detrimento del
psicosomáticos, a saber, en numero- "verdadero self". Estos términos ya
sas caracteropatías tales como los han sido utilizados, por otra parte,
trastornos narcisísticos de personali- por Balint en 1970, por D. W.
dad, los casos borderline y los casos Winnicott (1974) y por Alice Miller
de abuso de drogas y comporta- (1979). Sin embargo, a diferencia de
miento delictivo. Al menos encontra- Balint, considero que el trastorno bá-
mos también las constelaciones sico no sólo es la consecuencia de una
psicodinámicas señaladas como va- carencia, sino también la expresión de
riantes extremas en la psicosomatosis conflictos yoicos y superyoicos tem-
de manera menos pronunciada en pranos. Desarrollaré esta idea en lo
muchos pacientes gravemente pertur- que sigue.
bados, pero que no obstante caen den-
tro del campo de las neurosis. Resul- 2.1. Los conflictos que se describi-
ta, por ello, conveniente y razonable rán a continuación no se desarrollan
estar ampliamente informado acerca entre las instancias de yo, ello y
de los estados extremos, de manera superyo como en el modelo estructu-
tal de estar en condiciones de com- ral de Freud, sino entre determinadas
prender y tratar – sobre la base de los representaciones. Con ello quiero sig-
casos más graves con manifes- nificar – junto con H. Hartmann
taciones psicosomáticas –, los casos (1939), E. Jacobson (1973) y J. Sandler
menos graves, que no presentan tales y H. Rosenblatt (1962) –, imágenes,
síntomas. figuras o precisamente representacio-
nes que reproducen algo que ya se ha
vivenciado en determinadas relacio-
2. El Conflicto básico nes objetales. Las representaciones del
"self" surgen, como se sabe, de identi-
He desarrollado este concepto ficaciones tempranas, mientras que
partiendo del concepto de "trastorno las representaciones de objeto son el
básico" de acuerdo con el "basic fault" reflejo o residuos de experiencias pa-
de Michael Balint. El mismo alude, al sadas con objetos. En realidad no
igual que el concepto de Balint, a una pueden ser separadas las representa-
relación de dos. Es tanto la conse- ciones de sí mismo y de objeto, pues
cuencia de una falta de dedicación por constituyen modelos de relación no
parte de las personas de referencia separables, tanto en el sentido del
fundamentales, como una falta de "interaccionismo" sociológico como
satisfacción de las necesidades bási- en el de la psiquiatría interpersonal
cas ("ego needs"). Balint se refiere a de Sullivan. Tales modelos de relación
estas necesidades con el concepto de constituyen la quinta esencia de la
"amor primario". Como consecuencia "psicología de las relaciones objetales"
de la falta de satisfacción de tales moderna, en el sentido de O. F.

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Kernberg (1976). También se reconoce tación independiente más allá de la


aquí la influencia de aspectos del representación de sí mismo. Por lo
psicoanálisis como "teoría de la tanto, estamos obligados a introducir,
interacción" (A. Lorenzer, 1971, p. 35), además de las conocidas representa-
como de la teoría de la dinámica y ciones de sí mismo y de objeto, la
terapia familiares surgidas de la representación de cuerpo como
investigación de la esquizofrenia. Sin tercera estructura. Es entre esas tres
embargo, para comprender los tras- representaciones, en mi opinión, que
tornos psicosomáticos debemos agre- se desarrolla el conflicto fundamen-
gar como tercera representación una tal de la psicosomatosis, o sea el
representación corporal. Freud ya conflicto básico.
llamó en 1923 (p. 253) la atención so- Este correspondería a una especie
bre la misma en su trabajo "EI yo y el de triangulación psicosomática o
ello". Asimismo podemos incorpo- complejo de Edipo de la psicosoma-
rarla fácilmente en la doctrina de tosis. Dado que estas representaciones
representaciones moderna del psi- pueden localizarse tanto en la
coanálisis. Dentro del mundo de estructura yoica como en la estructura
representaciones psíquicas de la superoyoica tempranas, se trata al
representación del "self" y de objeto mismo tiempo de conflictos yoicos y
se encuentra de esta manera también superyoicos tempranos.
una representación de cuerpo.
Esta es, por un lado, parte de la 2.2. El significado de las emociones
representación de sí mismo, pues en el marco del conflicto psicosomático
nuestras experiencias corporales son básico
siempre parte de la experiencia sobre El papel de las emociones o bien
nosotros mismos. Pero, por otro lado, de los afectos – ambas expresiones se
se encuentra fuera de la representa- emplean aquí como sinónimas – y de
ción del self en la medida en que sus "destinos" juegan un papel que no
siempre tenemos en relación con la debe subestimarse en la psicodiná-
experiencia sobre nosotros mismos mica y en la psicogénesis de las psico-
una relación dialógica con nuestro somatosis. En mi opinión, se trata aquí
cuerpo, como si éste fuera un objeto. sobre todo de emociones activas que
Con ello nos distanciamos en nuestra se aplican a objetos definidos y que
representación de la experiencia cor- tienen un origen genético temprano,
poral no reflejada. Plügge (1965, p. al menos pregenital. En particular, se
276) lo expresa del modo siguiente: trata de impulsos orales devoradores
"Este distanciamiento es un intento de (voracidad) o de emociones destruc-
objetivación". Así resulta, en el tivo-asesinas, que se originan sobre
lenguaje del sistema de representa- todo por envidia. En el comportamien-
ciones, una representación de cuerpo, to, pueden expresarse como ataques
que debe considerarse una represen- de furia o como ira.

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121 Psicossomática El conflicto básico de la psicosomatosis

Su origen puede retrotraerse a la sexuales perversas pregenitales


falta de satisfacción de necesidades tendrían una función de prevención
orales tempranas, sobre la cual alerta del surgimiento de trastornos
sobre todo M. Klein (1962). psicosomáticos. Sin embargo, esta
Sin embargo, en lo que respecta a prevención de los trastornos psicoso-
las emociones del conflicto básico de máticos debería pagarse con la
los trastornos psicosomáticos se trata consumación de acciones socialmen-
también, en segundo lugar, de "exci- te dañinas, con el asesinato como ex-
tación somática sexual" no canaliza- tremo, en el marco de masivos
da o descargada (S. Freud, 1894). A conflictos sociales, lo cual obviamen-
esto quiero agregar que también aquí te no constituye una solución para el
deben ser importantes sobre todo los problema. Pero podemos decir ya
aspectos pregenitales de esta excita- ahora que cualquier forma de
ción somática sexual. En tercer lugar, expresión de estas emociones, que de
se trata aquí de todas las formas de lo contrario quedarían ligadas al
excitación pulsional, es decir, de las conflicto básico de la psicosomatosis
emociones persistentes que sufre el son siempre saludables. La tarea con-
hombre en su totalidad, como las que siste entonces, en encontrar canales
surgen como consecuencia de afliccio- socialmente aceptables para estas
nes masivas tempranas (P. Kutter, expresiones.
1978).
En este contexto, han de nom- 2.3. La supresión de estas emociones
brarse también más afectos pasivos y sus destinos
tales como miedo, dolor y duelo, cuya Universalmente suelen suprimirse
expresión deficiente puede traer cada vez más las emociones y las
aparejados trastornos psicosomáticos reacciones corporales a lo largo de la
(S. Freud, 1916: E. Lindemann, 1944). socialización, a través de una "dese-
Siempre que no pueden descar- mocionalización" y una "desomatiza-
garse excitaciones orales devorado- ción" (M. Schur, 1955, A. Mitscherlich,
ras, destructivo-asesinas o arcaico- 1961/62). No es de asombrar enton-
-sexuales, ya sea porque el contexto ces, que en determinados casos exis-
externo o porque instancias internas ta una supresión de esos afectos o
lo prohíben, se producen acumula- emociones que supere el montes de
ciones patógenas de estos "montes de tolerancia del organismo humano1.
excitación" o de "cantidades de afec- En la sociogénesis de los trastornos
to" (S. Freud, 1894, p. 74), que pueden psicosomáticos, estas supresiones
repercutir negativamente de acuerdo masivas se encuentran regularmente
con la teoría de las enfermedades en cada caso particular.
psicosomáticas. Esta tesis significaría Esta supresión se desarrolla ante
que la canalización de los impulsos todo en forma de conflictos sociales en
asesinos y la satisfacción de la la realidad externamente observable
voracidad oral o de las excitaciones a lo largo de los estados más tempra-

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nos de la socialización. Sin embargo, mia). Estos síntomas se incorporaron


luego de su internalización, esta a la literatura como "fenómenos
supresión prosigue en el plano psíqui- psicosomáticos" (P. B. Scheider, 1973;
co, es decir intrapsíquico, en la medi- S. Stephanos, 1973, 1979). Mientras
da en que ahora se desarrolla el que algunos autores (H. H. Wolff,
mismo conflicto entre las representa- 1977; G. J. Taylor, 1977) toman ese
ciones de objeto y de sí mismo. En el fenómeno como una estructura de de-
marco de este conflicto banal se fensa, otros consideran que represen-
bloquean o bien amontonan las mencio- ta un artefacto condicionado a una
nadas emociones arcaicas masivas. situación.
De esta manera el yo de la persona- Otros, por su lado, como por
lidad en cuestión se ve privado de ejemplo J. Cremerius (1977) opinan
ellas. A esto se agrega el gasto de que se trataría de fenómenos relacio-
energía necesario a los fines de la nados con la clase social, es decir que
defensa. Esto trae como resultado un aparecerían sobre todo en la llamada
aparente defecto del yo, que preferi- clase baja. En lo que a mi respeta, coin-
ria llamar un "pseudo defecto del yo", cido con H. H. Wolff y G. J. Taylor
pues el yo en cuanto tal no es en ab- (ibíd) en que en realidad aqui se trata
soluto defectuoso. Simplemente le de un "fenómeno" muy común en los
faltan, desde una perspectiva diná- enfermos psicosomáticos pero que no
mica, aquellas energías frenadas a tra- debe tomarse como una manifesta-
vés de la supresión, además de las que ción estática existente desde siempre,
el individuo pierde a través de la sino dinámica, resultante de procesos
defensa propia. defensivos como los que conocemos
de la clinica de la psicodinámica de
3. Carácter psicosomático, sinto- caracteropatías. La primera de estas
ma psicosomático y la cuestión de la estructuras patológicas de carácter
especificidad de la relación objetal fue descrita por Freud (1908) como
carácter "anal". Posteriores definicio-
3.1. El carácter psicosomático nes de este tipo provienen de Karl
Aproximadamente en la misma Abraham (1925) – carácter oral – y W.
época, autores franceses (P. Marty, M. Reich (1925, 1933) – carácter genital,
de M’Uzan y C. David, 1963) por un pulsional o neurótico. En analogía con
lado, y autores anglosajones (J. C. esta interpretación de la caracteropa-
Nemiah y P. E. Sifneos, 1970) por otro, tía, quisiera hablar de un "carácter
describieron características descripti- psicosomático", que representa el re-
bles clínicamente de enfermos con sultado de una elaboración caractero-
síntomas psicosomáticos. Sus sínto- pática del conflicto básico. Debemos
mas consistian en un pensamiento hacernos la idea de que en esta
operatorio ("pensée opératoire") y en formación de compromiso caractero-
la incapacidad para experimentar pática están ligados todos aquellos
sentimientos y expresarlos (alexiti- afectos o emociones que no pueden

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123 Psicossomática El conflicto básico de la psicosomatosis

canalizarse por la vía de las acciones dos a la formación de carácter se


o expresiones afectivas. liberan entonces. En los hechos
pueden expresarse en esta fase críti-
3.2. El síntoma psicosomático ca a través de ataques de rabia
Coincido con A. Mitscherlich masivos, espasmos de llanto, compor-
(1961/62) en la idea de que el sinto- tamientos prepsicóticos o delictivos y
ma psicosomático sólo aparece ocultarse tras el consumo de drogas.
despues del derrumbamiento de una En los casos que consideramos psico-
formación defensiva previa. Y esto somatosis en sentido estricto, estas
surge a través de una medida defen- emociones libremente flotantes se
siva adicional que es exclusiva de las repelen gracias a una "regresión
psicosomatosis. Podemos hablar aquí psicofisiológica" (S. G. Margolin,
de una defensa bifásica en el sentido 1953) a través de un trabajo psicoso-
de Mitscherlich. Por supuesto, existen mático sintomático al precio de un
casos, como los descritos por este au- trastorno somático manifiesto.
tor, que desarrollan en un principio En la mencionada regresión
los conocidos mecanismos de defensa psicofisiológica desembocan también
psiconeuróticos y que, por lo tanto, los afectos ligados previamente al
enferman de psiconeurosis "clásicas", conflicto psicosomático básico. A la
tales como la histeria, la neurosis regresión psicofisiológica se liga una
obsesiva o las fobias. Sin embargo, disolución anticipada de la relación
existen por otro lado casos como los con los objetos externos o bien de la
que he descrito, que no están en relación entre las representaciones de
condiciones de desarrollar un cuadro sí mismo y de objeto (I. Kistenmacher,
sintomático neurótico pero sí una 1978; H. Loschhorn, 1978). Dicho de
formación de carácter psicosomática. otro modo, la carga de las repre-
Cuando tales sujetos experimentan sentaciones de objeto se "cancela", se
un estrés actual adicional, al que "retira" o disuelve anticipadamente.
sucumben finalmente luego de Esto significa al mismo tiempo que se
desarrollar un síndrome de adapta- ha producido una carga o catexia más
ción – síndrome de agotamiento en el fuerte de la representación de sí
sentido de Selye –, entonces la mismo en la vía de un repliegue
formación de carácter patológica, has- narcisístico o autístico a costas de la
ta entonces relativamente estable al carga o catexia de la representación
haber sobrepasado la carga crítica de de objeto. Más allá del componente
tolerancia, se derrumba. Al derrumbe psicofisiológico, de la desviación de
de esa formación defensiva caractero- la catexia de la representación de
lógica suelen anteceder experiencias objeto hacia la autorrepresentación, el
de pérdida excesivamente intensas, proceso no se diferencia en nada de
reales y fantaseadas (A. Mitscherlich, los correspondientes procesos patoló-
ibíd.; G. L. E. Engel y A. M. Schmale, gicos en la psicogénesis de trastornos
1969). Las emociones o afectos liga- narcisísticos de la personalidad y de

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los casos fronterizos. Sin embargo, en sos de excomulgación corresponden


las psicosomatosis se incluye en el a las representaciones de partes del
acontecer conflictivo, acorde a la cuerpo o de los órganos. Estas se ven
triangulación psicosomática, además perturbadas forzosamente en su
de la representación de objeto y de sí función por los afectos arcaicos
mismo, sobre todo la representación cuantitativamente voluminosos y
de cuerpo, que ocupa un lugar cen- cualitativamente indiferenciados, y
tral. Los "cuantos" afectivos que flotan conducen en los casos de excitación
libremente debido al derrumbe de la duradera y permanente a una lesión
formación del carácter psicosomática de la estructura corporal más o me-
se "ligan" principalmente en el terre- nos delimitada. Una formación de
no de esta representación de cuerpo. síntoma psicosomático de este tipo
En la psicodinámica decisiva de la puede, sin lugar a dudas, denominar-
formación psicosomática de sintomas -se – junto con G. Overbeck (1977) –
no se produce entonces sólo una un logro "generativo" del yo, aunque
desviación de la carga de la represen- la misma tenga lugar en un nivel muy
tación de objeto en beneficio de la arcaico en el que las reacciones
representación de sí mismo, sino ante corporales afectivas y psíquicas se
todo – y esto sería patognómico para la producen todavía como unidad no
psicosomatosis – una sobrecarga de la separada.
representación de cuerpo.
En lo que se refiere al grado de 3.3. Respecto de la "especificidad de
integración de esta representación de la relación objetal" y de las "fantasías
cuerpo se "excluyen, excomulgan" o emocionales"
"sacrifican" partes de la representa- Ya he nombrado a la fase oral y
ción de cuerpo de la estructura más específicamente a la primera
accesible al yo, en el proceso de for- subfase de la diferenciación según M.
mación del síntoma psicosomático. Mahler (ibíd.) como la fase decisiva
Estas pérdidas se suceden con el úni- para la traumatización patógena
co objeto de rescatar las partes restan- esencial en la niñez temprana del fu-
tes de la representación de cuerpo. turo enfermo psicosomático. Si las
Una paciente psicosomática relató relaciones objetales son en esa época
esto cierta vez de un modo drástico: "lo suficientemente buenas" (Winni-
"Arrojé a mis padres el hígado para cott, 1974), es decir, si el comporta-
que lo devoraran". Con la "excomul- miento de las personas de referencia
gación" de partes decisivas de la decisivas se caracteriza sobre todo por
representación del cuerpo, el la satisfacción empática de las
individuo se encuentra "engañado" o necesidades elementales de atención,
"amputado" respecto a esas partes. el resultado serán representaciones
Ahora experimenta esas partes como objetales, investidas libidinalmente
"ajenas" y como "fantasma". luego de la internalización de
En el plano somático, estos proce- experiencias predominantemente

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125 Psicossomática El conflicto básico de la psicosomatosis

buenas. Con esto queda garantizada 1974). Ante la amenaza a su existencia


no sólo la sobrevivencia, sino también elemental, el niño reacciona con angus-
una vida con una relativa confianza tia de muerte. Sin embargo termina
en el entorno. sacrificándose al objeto por motivos de
Si falta esta relación suficiente- supervivencia al tiempo que va
mente buena y en su lugar existe un desapareciendo su propio "self";
comportamiento frio, distante y ca- 3) un comportamiento que ignora
rente de afecto o, por el contrario, un o incluso menosprecia al niño,
comportamiento invasor por parte de comportamiento al que particular-
las personas de referencia decisivas, mente A. Miller (1979) ha hecho
la existencia se ve amenazada de referencia. Esto hace que el niño sólo
inmediato y se puede no sólo temer pueda existir como falso "self";
la muerte física, sino también el 4) un comportamiento invasor, que
aniquilamiento psíquico ("afanisis" menosprecia los limites del niño
según E. Jones, 1948). pequeño y que no respeta la "privacy
En estas fases decisivas del desar- of the self" (M. R. Khan, 1974). Esto
rollo se instauran pautas duraderas trae como consecuencia que el
que dejan sus huellas para toda la desarrollo de un "self" tan oprimido
vida y que marcan todas las fases se vea sofocado en su origen.
evolutivas siguientes. Ahora se El primer modo de relación pato-
entiende que los "modelos patógenos lógico llevó a una enfermedad de úl-
básicos" característicos condicionan cera, el segundo, a una enfermedad
variantes características equivalentes psicosomática inespecífica, el tercero,
al conflicto básico de la psicosoma- a un asma bronquial, y el cuarto a una
tosis conforme a la especificidad de anorexia. Sin embargo, éstos son sólo
la relación objetal. En otro lugar (P. casos particulares. Seria apresurado
Kutter, 1981) he destacado cuatro realizar generalizaciones respecto de
modelos de relaciones básicas la especificidade las relaciones
patógenas con ayuda de material de objetales en las enfermedades psico-
casos de la supervisión de una clínica somáticas. Esto debería verificarse a
psicosomática, a saber: través de un mayor número de casos
1) una denegación de la satisfac- observados. No obstante, puede
ción de las necesidades simbióticas suponerse que determinadas patolo-
elementales del niño, quien se replie- gías de las personas de referencia de-
ga reactivamente de una manera cisivas aportan determinados mode-
narcisística en un "self" autístico los patológicos de relación que
librado a sí mismo; desencadenan, por su lado, determi-
2) un devoramiento y una incor- nadas "fantasías emocionales" primi-
poración del niño al propio mundo psí- tivas; a) según cuál sea el lugar del
quico, por lo cual aquel adquiere la desarrollo temprano del yo y del
función de un "camuflado" que superyo y, b) en relación a la zona
disimula los defectos (F. Morgenthaler, orgánica particularmente comprome-
tida.
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Podemos representarnos estas fan- en el seno del conflicto básico con in-
tasias como una reacción unitaria de clusión de los órganos de evacuación,
un "psique-soma" aún no separados acarreará fantasías alrededor de la
(J. Mc Dougall, 1974). En el mismo "cavidad anal". En cualquiera de los
funcionarían procesos corporales, casos, un cuidado patógeno suscita-
emocionales y psíquicos todavía no rá fácilmente reacciones emocionales
separados. Aunque más no sea por intensas, que corresponden a prefigu-
motivos heurísticos, podemos imagi- raciones primitivas de fantasías , en
narnos que en forma análoga al desar- cuyo punto central se encuentra a
rollo de las etapas de organización menudo el "vientre" (H. Grunert,
psicosexual y al desarrollo de las 1977). Podemos imaginar prefigura-
estructuras yoicas y superyoicas, ciones análogas de fantasías caracte-
también estas fantasías emocionales rizadas por su predominio emocional
seguirían una línea de desarrollo de- en relación con las funciones del
terminada. corazón y de la respiración, las que
Las etapas abarcarían desde las por su parte tienen que ver con afec-
etapas inmaduras en las que el mo- tos de angustia masivos en relación
delo de reacción bio-psico-emocional con una amenaza a la existencia. En
sería una unidad, pasando por los casos nombrados por último, la
procesos de desemocionalización, separación entre la representación de
desomatización y "psiquización", has- cuerpo y las representaciones de
ta etapas más maduras del desarrollo objeto malignas será muy incomple-
en nuestro sentido, con modos más ta. Así es que P. Fürstenau et al. (1964/
separados de reacción entre psique y /65) describen cómo se equiparan las
soma. Según cuál sea el momento de representaciones de corazón y de
los actos traumatizantes por parte de madre en la fantasía, en conexión con
las personas de referencia decisivas, los afectos correspondienes. Sabemos
según cuál sea el estado de desarrollo a través de O. Fenichel (1931) que en
y según cuál sea la zona orgánica afec- relación con los trastornos respirato-
tada, podremos suponer determina- rios, las imágenes en las que se
dos "puntos de fijación psicosomá- introyecta algo maligno (en el
tica". De esta manera, una falta de ter- lenguaje médico: alérgeno), pueden
nura y de contacto corporal dentro de facilmente jugar un papel patógeno.
la díada madre-hijo podría conformar
fácilmente una zona de fijación para 4. Implicaciones terapéuticas
una futura afección de la piel. La so- Si recordamos las ya mencionadas
bre o subestimulación en relación con relaciones psicodinámicas patógenas
los procedimientos alimenticios de las psicosomatosis en el sentido
acarreará "fantasías emocionales" alre estricto y de los síndromes funciona-
dedor de la "cavidad bucal primitiva" les en el sentido amplio incluyendo
(R. A. Spitz, 1955/56). su condicionamiento sociogenético,
Los afectos destructivo-asesinos volveremos a encontrarnos con estos

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de
127 Psicossomática El conflicto básico de la psicosomatosis

factores patógenos a lo largo del 131) en los modelos infantiles funda-


tratamiento de estos trastornos en el mentales de relación reactivados. No
marco de una terapia que ataque las le será tan fácil como en la terapia de
causas. Esto significa en lo particular, las neurosis clásica mantener la dis-
que el conflicto básico con su triangu- tancia óptima para sostener la
lación psicosomática entre las repre- atención flotante deseada. Existe más
sentaciones de sí mismo, objeto y bien el peligro de que se identifique
cuerpo, se reactiva forzosamente y de manera masiva en forma "concor-
será una característica esencial de la dante" con el sujeto de su paciente o
terapia. A esto corresponden también en forma "complementaria" (H.
infaliblemente las emociones ligadas Racker, 1968) con los objetos de
al carácter psicosomático y/o al referencia tempranos del mismo. Otra
síntoma psicosomático. Si en nuestra posibilidad es que se distancie como
fijación de objetivos terapéuticos reacción extrema. Ambas posturas
hacemos desaparecer el síntoma serían contraproducentes a los fines
psicosomático y queremos modificar de una solución ulterior del conflicto
la estructura de carácter psicosomá- básico. Sin embargo, estos peligros
tica en el sentido de un aflojamiento, pueden combatirse de manera efecti-
entonces quedarán liberados sin fal- va a través de una supervisión conti-
ta en el curso de la terapia los afectos nua en un contexto diádico con un
y emociones ligados a estas estruc- analista supervisor o en un contexto
turas. Y esto en el orden inverso a la grupal en un grupo Balint. Conside-
"regresión psicofisiológica". Es decir ro condición "sine qua non" una
que deberemos contar con considera- supervisión de esta naturaleza en el
bles resistencias por parte del enfer- tratamiento terapéutico de enfermos
mo en lo que respecta a la reactivación psicosomáticos.
de estos afectos enormemente El objetivo esencial de la terapia
amenazadores desde un punto de vis- con casos como éstos será entonces
ta subjetivo. Pareciera evidente que dominar la inevitable "crisis psicoso-
ningún enfermo psicosomático mática" (W. Widok, 1979) con sus
quisiera verse confrontado con estos peligros de sobreidentificación o
conflictos básicos que amenazan di- formación reactiva por parte del
rectamente la existencia misma y con terapeuta. Esta crisis psicosomática
los impulsos e insoportables excita- coincide ampliamente con la "crisis
ciones continuas relacionados con los catatímica" descrita por R. C.
mismos. Hoekstra (1978) en la terapia con pa-
Sin embargo, también deberemos cientes delictuosos graves. C. de Boor
contar con resistencias por parte de (1976) había señalado la analogía en-
los terapeutas. Pues en las psicotera- tre pacientes psicosomáticos y
pias de este tipo de casos, el terapeu- delincuentes.
ta no podrá eximirse de ser incluido Podemos, por lo tanto sostener
con "fuerza actual" (S. Freud, 1914, p. como implicación terapéutica de

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Peter Kutter 128

nuestras reflexiones teóricas sobre la ferenciales que surgen y poder ser útil
psicodinámica y la psicogénesis de los en el diagnóstico y en la terapia de
enfermos psicosomáticos, que toda for- pacientes graves;
ma de psicoterapia develadora debe b) La terapia grupal tiene la ventaja
superar esta etapa crítica con vistas a de que los conflictos reactivados son
una ulterior solución del conflicto, más tolerables cuando se reparten
independientemente del hecho de entre varias personas. La transferen-
que se encare una psicoterapia esta- cia escindida con una disociación
cionaria, grupal, concentrada o un caracteristica en partes "exclusiva-
psicoanálisis clásico2: mente buenas" y "exclusivamente
a) En la psicoterapia estacionaria se malas" proyectada en diferentes
tratará de utilizar al marco ins- miembros del grupo, puede recono-
titucional como "entorno favorecedor cerse más fácilmente y puede ser
del crecimiento" en el sentido de D. mejor elaborada por los miembros no
W. Winnicott (1974) y como "seguri- participantes y por los coordinadores
dad" en el sentido de J. Sandler (1961/ grupales. Sin embargo, la desventaja
/62). Esto será posible sobre todo en de la terapia grupal se presenta
unidades de tratamiento pequeñas, cuando los modelos patógenos de
abarcables y de carácter familiar. Más relación de cada miembro del grupo,
allá de esto, las estructuras grupales provenientes de los conflictos básicos,
organizadas de manera clara, con nor- se actualizan simultáneamente en el
mas reglamentadas y sopesadas, jun- "hic et nunc" del grupo, a través de
to con actividades maternales y una externalización. Fácilmente pue-
paternales equilibradas, crean en den aparecer situaciones caóticas
cierto modo las premisas básicas para difíciles de manejar. Por ello es
la reactivación del modelo patógeno recomendable no tratar en lo posible
del conflicto básico en el aqui y ahora a pacientes psicosomáticos en un gru-
de la institución. Las desventajas de po homogéneo, sino en un grupo he-
la psicoterapia institucional son los terogéneo, que incluya a pacientes
conflictos inmanentes de este comple- menos graves. Esta es también una
jo sistema social en sí, los frecuentes recomendación de A. Kadis y C. Wi-
conflictos de equipo y los propios nick (1965);
conflictos y miedos de los terapeutas c) El psicoanálisis clásico es consi-
que a su vez intensifican el potencial derado inadecuado por varios auto-
conflictivo ya existente en el pacien- res para el tratamiento de enfermos
te. Aqui se requiere, como ya se dijera, psicosomáticos (F. Fromm Reich-
una supervisión consecuente, ideal- mann, 1959; R. D. Chessik, 1973; C.
mente a posteriori de la propia Rohde-Dachser, 1979). Incluso O. F.
experiencia, ya sea a través de un Kernberg (1978) opina en lo que
análisis didáctico o de un grupo de respecta al tratamiento de pacientes
experiencias propias, para reconocer borderline , que en estos casos a me-
a tiempo las reacciones contratrans- nudo lo indicado es una modificación

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129 Psicossomática El conflicto básico de la psicosomatosis

del psicoanálisis clásico en forma de tales reactivadas con sus investiduras


"psicoterapia psicoanalítica", en la emocionales concomitantes, que se
que se interprete en forma prematu- reproducen en el proceso psicoana-
ra sobre todo la transferencia negati- lítico. Los modelos de transferencia
va a través de una reactivación de mo- que se despliegan en estos casos son
delos de relación patógenos. obviamente diferentes de los casos de
Por otra parte, existen autores que neurosis clásicos. Lo mismo puede
emplean el psicoanálisis clásico aun decirse de los afectos reactivados re-
en psicosis esquizofrénicas (P. Federn, lacionados. Es, por lo tanto, impres-
1956; H. Rosenfeld,1952, 1954; M. cindible que el analista esté familiari-
Little, 1958/59; L. Boyer y P. Giovac- zado con la patología específica de la
chini, 1967; H. F. Searles, 1974). Yo psicosomatosis como la expongo aquí
mismo opino que el psicoanálisis a través de los conceptos de conflicto
clásico puede aplicarse también con básico, triangulación psicosomática y
pacientes psicosomáticos. Sin embar- fantasías emocionales y sus destinos.
go, es imprescindible que el analista El analista podrá luego descubrir los
tenga la capacidad suficiente para to- modelos de transferencia que se
lerar y dominar los afectos arcaicos despliegan en su contratransferencia,
que se reactivan en la crisis psicoso- organizarlos sobre la base de sus
mática y amenazan la existencia de las conceptos teóricos e interpretarlos del
dos personas involucradas. mismo modo que en la terapia de
Para ello es necesario que a su vez neurosis clásica. Para ello no se
el paciente tenga la capacidad de requieren medidas de apoyo particu-
aceptar un contrato confiable de lares. En este sentido los "essentials"
trabajo con el terapeuta y procurar la del psicoanálisis, como los definió por
necesaria escisión yoica terapéutica ejemplo M. M. Gill (1954) se encuen-
(R. Sterba, 1932), a pesar de sus tras- tran absolutamente a salvo. Esto no
tornos psicosomáticos masivos. excluye que paralelamente a la
Puede ser ventajosa una terapia pri- reconstrucción de escenas traumáti-
maria inicial en el sentido de A. Janov cas patógenas con sus afectos y me-
(1975) como "opening phase" (P. canismos de defensa primitivos rela-
Geerling, 1975) con la posibilidad de cionados aparezca una construcción
abreacción al menos catártica de una de relaciones experimentadas por
parte de los afectos involucrados, aun primera vez, que posibiliten nuevos
cuando éstos no se elaboren psicoana- procesos de constitución del yo. En
líticamente. estas relaciones el psicoanalista es
En mi opinión, pueden evitarse las vivenciado, además de su función
modificaciones ampliamente sugeri- como figura transferencial y pantalla
das del procedimiento psicoanalítico de proyección, como persona de
clásico si el terapeuta está en con- referencia real. Es posible discutir e
diciones de seguir con la misma identificarse con él de manera más
atención flotante las relaciones obje- real. Sin embargo lo decisivo es la

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Peter Kutter 130

reconstrucción de los modelos de crisis psicosomática y su dominación.


relación patógenos esenciales, cuyo La sinceridad, la calidez y la con-
contenido significante ha de volverse gruencia de la personalidad del ana-
evidente de inmediato para las dos lista, cuya constancia, confiabilidad e
personas implicadas. Por otra parte, indestructibilidad en relación con los
es obvio que el terapeuta asumirá a afectos destructivos evocados inevi-
lo largo de estos complicados pro- tablemente, son otras premisas im-
cesos terapéuticos una actitud since- portantes para el éxito de este
ra, cálida y congruente en lo que procedimiento. En tratamientos de
respecta al discurso y al comporta- este tipo, que yo mismo he llevado a
miento (C. C. Rogers, 1973). También cabo o supervisado, se confirmó de
es obvio que se basará en los funda- inmediato la relevancia de estas ca-
mentos sólidos de la teoría y la técni- racterísticas de personalidad del
ca psicoanalíticas. Al respecto terapeuta. Cabe señalar todavía que
resultan muy útiles los conceptos los procesos de constitución del yo
efectivamente ampliadores del sólo pueden desarrollarse a través de
psicoanálisis clásico respecto de la una fase más o menos larga de
"regresión terapéutica" de M. Balint dependencia fáctica por parte del pa-
(1970), la terapia "borderline" de ciente en relación con el analista. En
Kernberg (1974) y el trauma acumu- tales casos no deben aparecer angus-
lativo de M. R Khan, así como las tias contratransferenciales por parte
experiencias de Rosenfeld y de H. F. del terapeuta en relación con los
Searles (1974) en la terapia de psicosis deseos de dependencia del paciente.
esquizofrénicas y los sólidos aportes Estos deseos de dependencia deben
de D. W. Winnicott (1974) en lo que más bien tomarse en serio y respetarse
respecta al desarrollo de la relación dada la traumatización masiva en la
madre-hijo temprana; niñez temprana del paciente. Si esto
d) Teniendo como premisa una es así, puede evitarse modificar el
experiencia adecuada, la terapia procedimiento psicoanalítico de
psicoanalítica de enfermos psicoso- tratamiento, trátese de "psicoanálisis
máticos puede llevarse a cabo clásico" o de "psicoterapia concentra-
también en la forma de una da con fundamento psicoanalítico".
"psicoterapia concentrada sobre una base Lo decisivo es en cualquier caso, que
psicoanalítica" (P. Kutter, 1977). Para el significado inconsciente de los
ello es condición que sólo los compo- deseos, resistencias y transferencias,
nentes esenciales del conflicto básico incluidas las emociones ligadas a ellos,
sean objeto del análisis, mientras que que se desprenden del conflicto bási-
otros conflictos – que también pueden co del enfermo psicosomático, se
existir – quedan sin analizar. También hagan conscientes. Esto es aplicable,
con este procedimiento terapéutico el por supuesto, al psicoanálisis en ge-
problema central de la terapia será la neral.

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de
131 Psicossomática El conflicto básico de la psicosomatosis

Notas: • Balint M. Therapeutische Aspekte der Re-


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empleando por exemplo sólo técnicas phrenic Disorders. New York (Science
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de movimiento concentrada. O bien • Chesik RD. The Technique and Practice of
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