Está en la página 1de 21

Teoría del

bien primario
exportable

Economía
Argentina

1
Teoría del bien primario
exportable
El período de progreso (1880-1914) y los años entre las
dos guerras (1914- 1945)

El período del progreso (1880-1914)

Crecimiento económico y la teoría del bien primario exportable

Desde una perspectiva de largo plazo, se puede destacar que la Batalla de


Caseros enfrentó a dos grupos antagónicos con concepciones diferentes
respecto del modelo de país que se deseaba: el liderado por Rosas, que
consideraba que la economía debía basarse exclusivamente en la actividad
ganadera, y el dirigido ideológicamente por Alberdi, que pretendía el
desarrollo económico pleno del capitalismo a través del comercio, la industria
y la inmigración de capital y mano de obra. Se puede concluir, de este modo,
con que el triunfo de Caseros es el triunfo de las ideas modernas sobre la
organización política, económica y social del país.

Con la Constitución de 1853, se crearon las bases para el desarrollo de la


economía argentina y su posterior integración a la división internacional del
trabajo. Se produjo la unidad del mercado interno y se reglamentó el libre
tránsito terrestre y fluvial.

El Código Civil de la Nación1 asegura una serie de condiciones que posibilitan


la incorporación de las tierras a la producción destinada a satisfacer las
necesidades del mercado interno y externo y sienta las bases jurídicas para el
desarrollo del capitalismo en Argentina.

Cincuenta años de gran expansión

A partir de 1880, Argentina se incorpora plenamente a la división


internacional del trabajo como país periférico productor de materias primas,

1Ley 340. (1869). Código Civil. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://goo.gl/tUZWUv

2
abasteciendo las necesidades crecientes de los países centrales, en especial
de Inglaterra.

La designación de Buenos Aires como capital del país y la fundación de la


ciudad de La Plata como capital de la provincia bonaerense en 1881 sentaron
las condiciones institucionales para que, durante 50 años, la República
Argentina experimentara un sostenido desarrollo.

El producto bruto de la economía, entre 1900 y 1928, creció a una tasa del 5 %
anual acumulativa; la población pasó de 1 737 000 habitantes en 1869 a 11
600 000 en 1929, creciendo a una tasa del 3,2 % anual acumulativa. El capital
fijo existente tuvo una expansión vigorosa, que pasó de 44 606 millones de
pesos en el quinquenio 1900-1904 a 140 280 millones de pesos en el período
1925-1929.

Las causas que provocaron esta modificación fundamental en la estructura


económica argentina durante este período fueron:

1- El crecimiento en los mercados europeos de la demanda y el precio de


los productos agropecuarios.
2- La inmigración de mano de obra, cuyo origen principal fue España e
Italia, y la inmigración de capitales, que provinieron fundamentalmente
de Gran Bretaña.
3- La incorporación de las tierras de la pampa húmeda para su explotación
con una estructura de tenencia de la tierra que trajo aparejada una
definida estructura social en el sector agropecuario.
4- La definitiva organización del país con la federalización de la ciudad de
Buenos Aires y la unificación de la moneda en 1880.

Argentina se desarrolla económicamente en este período en estrecha


dependencia con los países europeos, en especial con Inglaterra, cumpliendo
el papel de país productor de materias primas.

La estabilidad institucional y la unificación monetaria

Todos los factores apuntados fueron fundamentales para que nuestro país se
incorporara definitivamente a la división internacional del trabajo, pero
diversos hechos de tipo institucional jugaron también un rol importante.

3
La definitiva organización nacional, producto de la federalización de Buenos
Aires y de la creación de la ciudad de La Plata como capital de la provincia de
Buenos Aires, permitió una estabilidad institucional que aseguraba el
beneficio de los capitales invertidos y posibilitaba la inmigración de mano de
obra.

Otro de los factores institucionales que obraron a favor del rápido desarrollo
económico durante esta época fue la unificación de la moneda. Antes de 1880
en el interior del país circulaban monedas chilenas, peruanas y bolivianas,
además de monedas de tipo provincial y nacional, que provocaban un
inconveniente en las transacciones entre las provincias y la capital del país. En
1881 se prohibió la circulación de monedas extranjeras con el objetivo de que
circulara una moneda nacional. A fines de 1883, Argentina tuvo un sistema
monetario practicable que permitió la definitiva unificación del mercado
interno sin trabas de ningún tipo.

La demanda externa factor dinámico del crecimiento de la


producción

En el período que transcurre desde 1880 a 1930, también la demanda externa


fue la variable más significativa en la explicación del crecimiento de la
economía argentina.

A fines del siglo XIX, la demanda por productos agropecuarios experimentó


una notable expansión cuantitativa, modificándose además la composición de
las exportaciones; el trigo, el maíz y el lino comenzaron a adquirir gran
importancia. Los cambios tecnológicos que se produjeron en los medios de
transporte posibilitaron que Argentina pudiera ubicar en el mercado inglés, en
una primera etapa, carne congelada, y en una segunda etapa, carne enfriada.

Durante el decenio 1900-1910, se produjo una notable expansión en los


precios de los productos agropecuarios en los mercados europeos, lo que
trajo un mayor beneficio al comercio de exportación.

Argentina, entre 1900 y 1914, fue beneficiada con un significativo incremento


en los precios de los productos agropecuarios, el índice de precios de
exportaciones generales creció en un 38 % durante ese período, el precio de
las exportaciones de granos creció en un 34 % y el índice de productos
pecuarios creció, con altibajos, un 40 % hasta 1914.

4
Tabla 1: Evolución de los precios de productos de exportación

Año Índice de precios Índice de precios Índice de precios


totales de granos pecuarios

1990 = 100
1900 100 100 100
1902 108 118 98
1904 102 102 102
1906 121 118 135
1908 120 136 100
1910 140 145 135
1912 135 135 135
1914 138 134 140

Fuente: FORD.

El precio de los bienes exportados no era fijado por los productores


domésticos, sino que dependía exclusivamente del mercado europeo.
Argentina era “tomadora de precios” debido a que no podía controlar el
precio de los productos exportados.

La demanda externa dependía de las fluctuaciones de las economías de los


países europeos: en épocas de auge, se producía una fuerte demanda de
productos agropecuarios, lo que provocaba un incremento en la producción y
en las exportaciones de nuestro país. Esto implicaba un incremento en el
ingreso nacional. El proceso se revertía cuando se producía una crisis en los
países centrales, la cual traía aparejada una contracción en la demanda de
productos agropecuarios, lo que a su vez ocasionaba una disminución en las
exportaciones y la consiguiente caída en el ingreso nacional. Las dos variables
más relevantes del crecimiento del país:

 La demanda de los productos agropecuarios.


 Los precios de los productos agropecuarios.

No podían ser manejadas por las autoridades nacionales, lo cual hacía la


economía interna vulnerable al mercado mundial.

5
Argentina, aprovechando la situación internacional, incrementó su producción
de carnes enfriadas y congeladas basándose en las inversiones directas en
frigoríficos que realizaron los ingleses y los norteamericanos. De esta manera
un conjunto de factores exógenos e incontrolables fueron los que
posibilitaron el gran auge en la industria frigorífica.

Tabla 2: Composición del valor de las exportaciones argentinas

Valores expresados en %
Productos 1899 1910 1919
1. Pecuarios 62 43 53
Animales Vivos 5 1 1
Carnes 3 10 24
Cueros 13 11 9
Lanas 39 16 14
Otros 2 5 5
2. Agrícola 35 53 42
Cereales y Lino 32 50 39
Otros 3 3 3
3. Otros No Agrícolas 3 4 5
Fuente: Giberti, 1964.

Las carnes comienzan a tener una participación importante dentro del total de
exportaciones desde 1899, según se puede observar en la tabla anterior.

También, a principios del siglo XX, la agricultura comienza a destacarse como


actividad destinada a satisfacer la demanda externa de productos. El gran
auge de la agricultura se desarrolla a partir de la crisis ganadera de 1920. Este
cambio de la ganadería por la agricultura también afectó el uso del suelo, por
lo que se aumentaron las tierras dedicadas a la agricultura en desmedro de las
destinadas al ganado bovino.

Argentina, entre 1900 y 1914 fue beneficiada con un significativo incremento


en los precios de los productos agropecuarios, según se pudo apreciar en la
Tabla 1. El índice de precios de exportaciones generales creció en un 38 %
durante ese período, el precio de las exportaciones de granos creció un 34 % y
el índice de productos pecuarios creció un 40 % hasta 1914.

6
El período de rápida expansión 1880-1914
El ritmo del crecimiento

La tasa de crecimiento de la economía en este período fue la más elevada y la


más larga de la historia argentina. Más allá de las fluctuaciones cíclicas y de la
caída del producto durante la crisis de 1890 y la de 1900, que bajaron la
producción ganadera, la construcción, el comercio y el sector estatal, la
actividad económica se expandió de modo sostenido durante treintaicuatro
años a una tasa promedio aproximada del 6 %.

El notable crecimiento que se produjo entre 1880 y 1914 se basó en la


incorporación de factores de la producción: tierra, capital y trabajo, y en una
magnitud menor también se basó en el aumento de la productividad de los
factores.

El ferrocarril y la navegación a vapor acercaron mercados distantes, lo cual


hizo que fuera redituable poner en producción tierras fértiles hasta ese
entonces no explotadas. Pero la utilización de las tierras fue posible por la
incorporación de trabajo y capital, de los que el país solo contaba en medidas
muy escasas; sus rendimientos debían ser más altos que en los países más
avanzados, lo que explicaría su desplazamiento. Pero ese desplazamiento, a su
vez, dependía de que los costos de transporte o institucionales no fueran más
altos que los diferenciales de rendimientos.

El traslado de capital o trabajo de una región a otra se hace con la idea de


obtener una remuneración más alta (debida a su mayor productividad por la
escasez relativa del recurso), pero esta debe deducirse de los costos de
transporte y de otros, que llamamos institucionales, de los cuales el más
importante es el que puede imponer el Estado.

Esto explica por qué el desplazamiento de capital y trabajo desde países


europeos, donde eran abundantes, hacia Argentina, donde eran escasos, se
produjo recién cuando se dieron circunstancias históricas que permitieron que
descendieran notablemente los costos de transporte, pero también gracias a
que, tras la organización nacional, se crearon instituciones que garantizaron
que la remuneración de los factores provenientes de su productividad no
fuera reducida arbitrariamente.

Instituciones fiscales y monetarias que favorecieron el ingreso de factores de


la producción

7
 El acuerdo de San Nicolás y la Sanción del artículo 4 de la Constitución
Nacional de 1853 permitieron llegar a un pacto que recién pudo
concretarse en 1862, que dividió las atribuciones fiscales entre la nación y
las provincias, con lo que concluyó el conflicto que había fragmentado al
país durante cinco décadas. La Constitución estableció de este modo las
atribuciones respectivas en lo que se llamó un pacto fiscal, que desde 1862
tuvo un amplio consenso y fue la base de las nuevas instituciones fiscales
que aseguraron los derechos de propiedad.
 Consolidación de las deudas públicas.
 Creación del crédito público.
 Creación de un fondo de amortización durante la presidencia de Mitre.
 El establecimiento de un régimen jurídico moderno con una corte de
justicia independiente y justicia federal para todo el país.
 Los mecanismos que servirían para impedir el financiamiento del Gobierno
con emisión monetaria fueron: la creación en 1899 de la Caja de
Conversión y la creación en 1890 de nuevos impuestos por parte de la
nación. Estos aspectos pusieron orden a las finanzas públicas y permitieron
una sustancial reducción de la tasa de interés de la deuda pública.

La Caja de Conversión fue el instrumento con que el país entró


definitivamente en un régimen monetario estable (patrón oro) que prohibió el
financiamiento del gobierno mediante creación de dinero, y fue la condición
más evidente para la afluencia de capitales en los años previos a la Primera
Guerra Mundial.

Un régimen fiscal basado en impuestos tributarios conocidos que gravaba el


consumo (impuesto a las importaciones), el ordenamiento de la deuda (la
relación deuda-recaudación), que mostraba la posibilidad de pagarla con la
recaudación corriente, y las instituciones monetarias que aseguraban la
estabilidad de la moneda y que el Gobierno no pudiera monetizar su déficit
permitieron un flujo continuo de capital y trabajo con la seguridad de que sus
remuneraciones se acercarían a sus productividad marginal y, dado que esta
era mayor en Argentina que en los países más viejos, fue la causa de ese
desplazamiento que aumentó la cantidad de factores y crecimiento.

Características del crecimiento

En el período de 1875 a 1912, la agricultura y la industria fueron las causantes


de la mayor parte del crecimiento, seguidas por la construcción. La agricultura
sufrió fluctuaciones debido a las condiciones climáticas, y la construcción
fluctuó aún más profundamente: hasta 1913 creció un 6,4 % anual y el

8
transporte un 10 % anual. La mayor parte de este crecimiento se debió a las
inversiones. Casi todo el desarrollo de infraestructura, incluyendo
construcción pública y privada, se llevó a cabo durante las últimas décadas del
siglo XIX y principios del siglo XX. El ritmo de crecimiento del comercio se
produjo a partir del aumento de la actividad en el resto de la economía.

La producción ganadera experimentó un índice de crecimiento del 2,9 %. En


1885, el valor agregado del ganado representó un 11 % del total, y en 1914
alcanzó el 15 %.

Las exportaciones constituyeron el motor de crecimiento: durante el período


1901-1913, el PBI (producto bruto interno) creció prácticamente a las mismas
tasas que las exportaciones, o sea, cerca del 5,7 % anual. A su vez, el motor
del crecimiento tuvo que ser apoyado por otros bienes y servicios y
alimentado por la incorporación al proceso de tierra, mano de obra y capital.

El crecimiento de la economía argentina fue más elevado que el de Australia,


Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los países europeos. Antes de la
Primera Guerra Mundial, el PBI per cápita creció a un promedio de entre 6,5 %
y 6,6 % anual, mientras que para el mismo período Australia, Canadá y
Estados Unidos crecieron a un 3,5 % y 4 % anual. Este mayor crecimiento
argentino respecto de los otros países se debió a la mayor capacidad de
adaptación de las exportaciones argentinas. Durante 1875 y 1879, las
exportaciones argentinas estaban constituidas fundamentalmente por lanas,
cueros y carne salada.

Entre 1890 y 1904, el maíz y el lino habían adquirido tanta importancia como
los cueros y entre 1910 y 1914 las exportaciones de carne congelada eran tan
importantes como las de lanas.

Factores determinantes del crecimiento

Sin bien la fuerte expansión de la demanda externa por los productos


exportables nacionales fue el factor dinámico que determinó el crecimiento
del ingreso nacional en el período 1880-1930, fue necesario que se diera una
serie de condiciones para que fuese posible el vigoroso crecimiento de la
producción agropecuaria.

El crecimiento argentino se basó en la incorporación masiva de tierra, trabajo


y capital. La inmigración de capitales esencialmente ingleses hasta 1914
orientados a obras de infraestructura y norteamericanos a partir de 1910, así
como la inmigración de población de origen rural, proveniente de Italia y

9
España, fueron los factores que posibilitaron que el país respondiera con su
producción y sus exportaciones a la creciente demanda de productos
agropecuarios en los mercados europeos.

Hasta fines de la década de 1810, la Pampa húmeda era una zona desértica sin
población destinada especialmente a la explotación del ganado ovino y
bovino. La falta de mano de obra, por un lado, y la carencia de medios de
transporte, por otro, impedían colocar los productos a precios competitivos
en el puerto o en el mercado interno, trabando la expansión de la producción.

Descripción de la incorporación de factores de la


producción

Tierra

A fines del siglo XIX, hubo un continuo aumento de tierras que se pusieron en
explotación: no solo los 400 000 Km2 de la zona pampeana incorporados
durante las campañas al desierto entre los años 1876 y 1890, que se
destinaron principalmente a la ganadería, sino que también se trató de tierras
que, al ser alcanzadas por el ferrocarril, se beneficiaban con la baja de costos
que esto significaba y pudieron ser destinadas a cultivos agrícolas. Esto
implicó un cambio en el uso de la tierra que aumentó su ingreso por hectárea,
lo que le otorgó un mayor valor.

La baja población y el gran volumen de las tierras hicieron que su precio fuera,
por mucho tiempo, relativamente bajo. Recién comenzó a subir en el segundo
quinquenio la década de 1880, como resultado de un proceso inflacionario
que se revirtió en 1890.

Mientras que el primer movimiento de fronteras permitió la puesta en


explotación de las tierras, el segundo produjo un cambio en su utilización y
fue consecuencia de la baja de los costos de transportes marítimo y terrestre.

El acercamiento en términos de costos de las tierras americanas a los


mercados europeos resultó de un cambio en la tecnología de transportes
marítimos y ferroviario que lo hizo posible porque bajaron los fletes marítimos
y los ferrocarriles acercaron la producción de zonas interiores a los puertos
(que, a un costo mayor, no eran explotables).

10
Esto requirió una inversión en infraestructura mayor al ahorro que podía
generar nuestro país y fue provista por los países extranjeros, principalmente
Inglaterra y Estados Unidos.

Tierras, agricultura y ganadería

Al extenderse la frontera, se trasladaron los bovinos a los territorios nuevos, a


donde aún no llegaba el ferrocarril, lo cual posibilitó el crecimiento del stock
vacuno. Ello proporcionó rentabilidad económica a tierras no explotadas, una
vez asegurado el derecho de propiedad.

La agricultura comenzó a expandirse a medida que se extendía el ferrocarril.


Los cultivos de trigo se dieron mayormente en la región de Santa Fe, cerca de
las costas del río Paraná en Buenos Aires, predominando el maíz.

En el segundo quinquenio de 1880, hubo un fuerte incremento de las


exportaciones agrícolas. Sin embargo, el desarrollo de la agricultura no
alcanzó, salvo en algunos años, la magnitud de la ganadería.

Los años de 1890 fueron, en cambio, de una fuerte expansión agrícola.


Aumentaron las áreas cultivadas con cereales y alcanzaron notoriedad el trigo
y el lino en menor medida. Las exportaciones de trigo subieron de 328 000
toneladas en 1890 a 1 930 000 en 1900.

A mitad de la década de 1890, el área dedicada a la agricultura por provincia


era la siguiente:
 Santa Fe: 1 684 937 hectáreas.
 Buenos Aires: 1 395 129 hectáreas.
 Córdoba: 660 125 hectáreas.
 Entre Ríos: 430 593 hectáreas.

Una de las características de la expansión agrícola fue que ocurrió en un


período de precios declinantes. La inconvertibilidad del peso papel se tradujo
en su depreciación en relación con el oro y otras monedas extranjeras, lo que
disminuyó los ingresos reales de los productores principalmente porque los
precios internacionales no subieron tanto como se devaluó la moneda
cotizada en oro, en particular en el período 1891-1892.

Entre 1888 y 1895, se agregaron más de 2 millones de hectáreas a los cultivos


agrícolas y la extensión de la superficie cultivada aumentó un 98 %. Entre
1888 y 1895, la escala de explotación de los establecimientos agrícolas

11
disminuyó sensiblemente, convirtiéndose más intensivos en el uso del trabajo,
coincidiendo con un elevado porcentaje de explotaciones trabajadas por su
propietario.

En la primera década del siglo XX, se pudieron notar cambios importantes en


la agricultura. El cultivo de trigo tuvo una nueva y mayor expansión, sobre
todo en la provincia de Buenos Aires, y en 1914 esta lideraba la producción de
trigo con 2 300 000 hectáreas, superando a Santa Fe, que poseía 1 600 000
hectáreas dedicadas al trigo. Esta expansión en el cultivo de trigo se tradujo
en un alza importante en las exportaciones del cereal.

El aumento de los valores de las exportaciones no solo se debió al continuo


incremento de la superficie cultivada, sino también a uno de los rendimientos.
Al no aplicarse tecnologías nuevas, el aumento de los rendimientos del trigo
debió de estar relacionado con el aumento en la escala de explotación, lo que
permitió un mejor uso de los factores productivos: trabajo y capital. De 26
hectáreas por establecimiento en 1895 se pasó a 148 hectáreas en 1914.

En este período se produjo también un cambio en la tendencia de los precios,


iniciándose una tendencia alcista. El trigo subió de 2,73 pesos oro desde 1900-
1901 a 4,19 pesos oro en 1908-1909, de modo que se incrementó en un 82 %
en 7 años.

Estos aspectos influyeron en el fuerte aumento del ingreso agrícola, que entre
1900 y 1907 subió en promedio un 205 %. Este aumento en la rentabilidad de
las explotaciones agrícolas incidió durante esos mismos años (1903-1908) en
el fuerte aumento de los precios de la tierra.

El otro hecho característico de la década fue el incremento de las


exportaciones de carne, especialmente la de carne congelada, resultante del
cambio tecnológico y de un uso más intensivo del capital y no de un aumento
en la producción (faena) o de las existencias. Las existencias vacunas solo
aumentaron ligeramente, pero se dio un cambio sustancial en la calidad y, por
lo tanto, en los valores de las existencias ganaderas. Al mantenerse estables
los precios de los bovinos de exportación, se produjo un cambio en la
composición de los activos, de unos de menor valor a otros de valor mayor,
cambio para el que se necesitó una inversión en bienes de capital, pasturas
permanentes que permitieron obtener una rentabilidad más alta de los
activos ya existentes.

Las exportaciones de carne subieron de 25 000 toneladas en 1900 a 145 mil en


1910. La mayor rentabilidad del negocio ganadero y la explotación

12
agropecuaria combinando agricultura y ganadería debió de haber pesado
sobre la demanda de activos de tierra y, por lo tanto, en el aumento de sus
precios.

Capital

La mayor inversión de capital se hizo en obras de infraestructura, ferrocarriles,


puertos, etcétera, que posibilitaron la puesta en explotación de las tierras
pampeanas.

El gran flujo de capitales recibidos por el país, destinados fundamentalmente


a ferrocarriles, creó la infraestructura necesaria para eliminar el problema del
aislamiento que existía entre las tierras aptas para el cultivo y los mercados.
La evolución de la red ferroviaria fue muy significativa:

 1857 = 10 kilómetros.
 1887 = 6700 kilómetros.
 1900 = 16 600 kilómetros.
 1914 = 33 500 kilómetros
 1930 = 38 634 kilómetros.

La estructura de las líneas férreas se asemejaba a un abanico cuyo punto de


partida era el puerto de Buenos Aires: todas las líneas que cruzaban la Pampa
húmeda y el resto del país convergían en la principal salida de los productos al
exterior.

Algunas inversiones inglesas en los ferrocarriles estaban garantizadas por el


Gobierno nacional con un porcentaje determinado sobre la inversión, que
oscilaba, en algunos casos, entre el 6 % y el 8 % anual. Además, se solían
entregar las tierras colindantes a las líneas férreas en concepto de garantía. A
partir de 1880, los beneficios de los ferrocarriles fueron cuantiosos debido al
gran auge de las cargas de cereales y productos pecuarios.

El ferrocarril amplió el área de mercado de los productos debido a que


provocó una disminución en los costos medios totales de transporte, lo cual
posibilitó el tráfico de los productos agropecuarios hacia los puertos,
haciéndolos comercializables en el mercado internacional.

Así como el ferrocarril permitió que la producción interna se expandiera en


forma vigorosa para satisfacer la demanda creciente de productos
agropecuarios en los mercados europeos, también posibilitó que los bienes

13
importados, especialmente ingleses, afectaran la industria artesanal del
interior del país, dado que los productos elaborados en el interior no podían
competir ni en calidad ni en precio con los fabricados en serie en los países
europeos. Se produce, por lo tanto, un deterioro de las economías regionales
del interior con la llegada del ferrocarril. De todas maneras, estas economías
regionales pudieron revertir esta situación con una expansión de actividades
primarias regionales.

El ferrocarril, al consolidar la unión del mercado interno argentino, determinó


que el interior pasara a depender económicamente de un polo de desarrollo
que fue el litoral, en especial Capital federal y el Gran Buenos Aires. Toda esa
zona creció vertiginosamente durante el período: Capital Federal pasó de 187
000 habitantes en 1869 a 663 000 en 1895 y alcanzó 1 576 000 en 1914.

Paralelamente a las inversiones ferroviarias financiadas por los capitales


ingleses, el destino de los fondos recaudados por el Gobierno nacional a
través de los empréstitos extranjeros fue asignado a la creación de la
infraestructura económica: puentes, caminos y comunicaciones que
posibilitaron un mejor proceso de comercialización de los productos
agropecuarios.

A partir de 1887, comenzaron las radicaciones de inversiones directas en


frigoríficos por parte de los ingleses y en 1907 se produjo el desembarco de
capitales norteamericanos en el sector de carnes.

En la década de 1880, las inversiones crecieron a un ritmo vertiginoso, hasta


alcanzar las de origen inglés; en el año 1889, representaba el 50 % de las
inversiones totales realizadas por ese país fuera del Reino Unido.

Con la crisis de Baring en 1890, el ritmo de los préstamos extranjeros y las


inversiones directas disminuyó de forma significativa, y la economía se
recuperó a principios del siglo XX.

Las principales inversiones externas se dirigían a empréstitos emitidos en el


mercado de Londres por el Gobierno nacional y algunos gobiernos
provinciales. Luego le seguían las inversiones en ferrocarriles, en bancos y en
servicios públicos.

Este esquema de dependencia del mercado de capital inglés duró hasta


iniciada la Primera Guerra Mundial. A partir de entonces, Gran Bretaña
suspendió los préstamos masivos a nuestro país y Estados Unidos comenzó a

14
aparecer como el principal acreedor, situación que se consolidará con el
tiempo.

Las inversiones norteamericanas en el período tienen una naturaleza distinta


en relación con las británicas: se trataba de préstamos para financiar o
refinanciar la deuda inglesa y de inversiones directas en sectores productivos
que proporcionaban una alta rentabilidad. Las ramas en las cuales se
radicaron los capitales norteamericanos fueron: los frigoríficos, las plantas de
embalaje de automotores y la industria de bienes de consumo. De tal manera
que, a partir de la Primera Guerra Mundial, la dependencia económica de
Argentina respecto a Inglaterra comenzó a desintegrarse y pasó a depender
del capital norteamericano.

Podemos señalar que el capital extranjero cumplió un papel significativo en el


desarrollo económico argentino durante este período, creando la
infraestructura económica (ferrocarriles, comunicaciones, puertos, etc.)
necesaria para posibilitar que Argentina se integrara a la división internacional
del trabajo como país productor de bienes agropecuarios.

El capital extranjero jugó un papel muy importante en la fuente de


financiamiento del proceso de acumulación del capital en este período 1880-
1930. Una economía, para poder iniciar un fuerte proceso de crecimiento de
acumulación, debe financiarlo con el ahorro interno o el ahorro externo o
resto del mundo. En el caso argentino, el ahorro del resto del mundo tuvo una
importante participación en el financiamiento de la inversión a través de un
elevado nivel de importaciones de bienes de capital que excedían en
numerosos períodos las exportaciones, lo cual generó un importante saldo
negativo en la cuenta corriente.

Trabajo

La incorporación de otro factor que alcanzó una magnitud extraordinaria fue


la del trabajo. La escasez de mano de obra en la región pampeana fue
solucionada por la inmigración proveniente de Italia y España. No solo se
produjo un aumento de la población debido a la inmigración, sino un
incremento en su tasa de crecimiento y en su distribución regional con un
desplazamiento desde el centro y noroeste hacia el Litoral.

El saldo inmigratorio neto entre 1871 y 1914 fue de 4 100 000 habitantes, de
los cuales un 90 % se radicó en la Pampa húmeda. La población de esta región
pasó de 600 000 habitantes en 1869 a 1 300 000 habitantes en 1875,
alcanzando 1 900 000 habitantes en 1914. El período de mayor auge se dio

15
entre 1906 y 1910, cuando el saldo de inmigración neta fue de 844 000
personas, siendo muy destacado el flujo migratorio del período 1886-1890
con un saldo neto de 757 000 personas.

Análisis de las causas de la inmigración de capital y mano de obra

Como consecuencia del proceso de acumulación de capital, durante varios


siglos Inglaterra experimentó un crecimiento económico sostenido,
alcanzando la máxima rentabilidad en todos los sectores a mediados del siglo
XIX. La saturación de la tasa de rentabilidad del capital motivó a los
inversionistas a que buscaran un rendimiento más elevado de sus capitales en
los países periféricos.

Debido al auge de la demanda de productos agropecuarios en los mercados


internacionales, hubo un significativo aumento en los precios de estos
productos, y los términos de intercambio mejoraron en favor de los países
productores de materias primas. De ese modo, la producción de materias
primas se convirtió en un rubro muy rentable, lo que derivó en un flujo de
capitales de los países centrales a los periféricos, destinados a todas las
actividades económicas relacionadas con la exportación. En el caso particular
de Argentina, la inmigración de capital proveniente de Gran Bretaña tuvo
como destino las inversiones en ferrocarriles y el financiamiento de puertos, y
las provenientes de Estados Unidos se destinaron a plantas de bienes de
consuno.

El ingreso de capitales debido al incremento en los precios de los productos


agropecuarios permitió que las exportaciones argentinas aumentaran de
forma significativa, lo cual provocó, a su vez, un incremento en el ingreso
nacional. Este auge económico inducía a personas de baja posición económica
de Europa a emigrar a nuestro país en busca de mejores condiciones de vida.
Es decir, siempre el flujo de capitales durante el período considerado fue
acompañado por una inmigración sostenida de mano de obra. La importante
diferencial de salario real entre Europa y Argentina inducía este fuerte
proceso de inmigración. Aunque las diferencias de salario no fueran tan
importantes entre ciudades de Europa y la zona rural argentina, el bajo costo
de los alimentos se hacía atractivo por un mayor salario real (expresado en
alimentos) comparativamente con la zona de origen de los inmigrantes.

El proceso se revertía cuando, por cualquier fenómeno coyuntural, había una


disminución en el precio de los productos exportados. La depresión de los
precios provocaba una disminución en la rentabilidad en este tipo de
industrias y el flujo de capitales de los países centrales a los países periféricos

16
se desaceleraba o invertía su signo, lo cual provocaba una disminución en las
exportaciones y, por consiguiente, en el ingreso nacional, lo que exigía a
numerosos inmigrantes a regresar a sus países de origen.

No solamente el aumento o la disminución en los precios de los productos de


exportación eran las causas que provocaban una expansión o contracción en
el nivel de actividad económica interna, sino que, además, las crisis que se
producían en los países del centro se traducían en crisis en los países
periféricos. Una disminución en el ingreso nacional en los países centrales
provocaba una contracción en la demanda de productos agropecuarios. Esto
traía aparejada una disminución en las exportaciones nacionales, una
disminución en el ingreso nacional y una pérdida en la capacidad importadora
del país.

Estos mecanismos demuestran claramente cómo la economía argentina


dependía de factores extranjeros totalmente exógenos a su control y todas las
crisis que se producían en los países centrales tenían repercusión en la
actividad económica interna. En la medida en que el país estaba incorporado a
la división internacional del trabajo como país exportador de materias primas
y deudor internacional, las crisis repercutían significativamente en el nivel de
ingreso, al no tener mecanismos de control de las principales variables
macroeconómicas.

El rendimiento de capitales

Los capitales de desplazan desde donde son abundantes y tienen


rendimientos más bajos hacia donde son escasos y tienen rendimientos más
altos.

La tasa de interés, medida como el rendimiento de los títulos argentinos, fue


más elevada respecto al de los bonos consolidados del Tesoro británico. Parte
de esa diferencia corresponde a una prima de riesgo que se fija según la
evaluación que hagan los inversores acerca de los factores institucionales que
pueden perjudicarlos, lo cual impide obtener la ganancia que tendría un
mercado donde esta correspondiera a la productividad del factor.

Cuando la prima por riesgo es demasiado alta, se produce un efecto distinto al


esperado. A pesar de que los mayores rendimientos debieran atraer capitales,
ocurre lo contrario: el alto riesgo desalienta la inversión y solo queda aquella
que está dispuesta a asumir el riesgo a un cierto precio.

17
La prima de riesgo se estima como la diferencia entre los rendimientos de la
deuda pública en un país donde no se percibe la posibilidad de confiscación o
algún tipo de incumplimiento que baje la rentabilidad de capital y aquel en
que la percepción es, en diferentes grados, más negativa. La prima de riesgo
mantuvo muy elevadas tasas de interés en el país y fue la causa de la gran
escasez de capitales durante gran parte del siglo XIX. Durante la primera
mitad del siglo XIX, los ahorros se atesoraban, no se colocaban en el mercado;
cuando en la segunda mitad comienzan los períodos de estabilidad, se
produce un aumento en los ahorros.

Las circunstancias que contribuyeron a cambiar las expectativas de los


capitales fueron generándose a partir de la sanción de la Constitución, que
decidió la asignación de jurisdicciones tributarias entre la nación y las
provincias.

La Constitución y el acuerdo con Baring de la deuda externa en Buenos Aires


en 1857, la fundación del Banco Provincia con un régimen bimonetario; el
definitivo arreglo fiscal entre nación y provincias de 1862, con la cesión de la
Aduana de Buenos Aires a la nación; la ley de conversión de Buenos Aires de
1863, el arreglo de la deudas flotantes y la formación de un fondo de
amortización fueron creaciones institucionales que modificaron las
expectativas sobre la capacidad del Gobierno de cumplir con sus obligaciones
y que no se vería en la necesidad de recurrir a confiscaciones explícitas o
veladas.

Los diferenciales de salarios

El factor principal de atracción para la inmigración fue el gran diferencial de


salarios que existía entre los países de Europa, desde donde migraban, y
Argentina. También se dio una mayor productividad por habitante en la
producción de trigo y maíz en Argentina con respecto a España.

En definitiva, la puesta en explotación de la tierra que la tecnología de


transportes había acercado a los mercados europeos fue el resultado de la
incorporación de capital y trabajo que se desplazaron debido a la posibilidad
de obtener remuneraciones más altas en Argentina, donde esos recursos eran
más escasos que en Europa, y a la disminución de costos de transporte,
información y otros costos institucionales que generaban la expectativa de
que los titulares de los factores podrían apropiarse de los beneficios que esos
produjeran.

18
En síntesis, podemos decir que las causas que motivaron la inmigración de
recursos productivos a Argentina fueron:

1. La disminución de la tasa de rentabilidad en los países centrales, lo cual


les exigió a los inversionistas europeos a buscar mejores oportunidades
de inversión en los países exportadores de materias primas.
2. El auge económico, provocado por la expansión de las exportaciones
con un efecto multiplicador sobre el ingreso, inducía la inmigración de
personas hacia Argentina.

El sector industrial en el periodo 1880-1930

Antes de la incorporación de Argentina al mercado mundial, las economías


regionales producían una serie de productos artesanales que tenían como
destino principal el mercado del Litoral, pero, cuando el ferrocarril se extendió
por todo el país, a partir de 1880, estas industrias artesanales fueron
totalmente desplazadas por los productos importados. Sin embargo, algunas
industrias de tipo regional pudieron subsistir e incluso crecer en forma
significativa (azúcar y vinos, por ejemplo). El sector industrial, durante el
período 1880-1930, tuvo una estructura dual: estaba constituido, por un lado,
por un grupo de industrias pequeñas destinadas a satisfacer el consumo
interno, y por otro, estaban los grandes establecimientos de exportación, es
decir, los frigoríficos, los molinos harineros y la industria del azúcar orientada
al mercado interno y, cuando se presentaban condiciones favorables, al
mercado internacional.

• La industria harinera comenzó a desarrollarse con el cultivo del trigo en


la Pampa húmeda. Esto posibilitó un desplazamiento de los molinos
regionales a los centros urbanos para aprovechar las economías de
escala. El auge de la producción de harina a fines del siglo XIX permitió
que se pudiese exportar harina a Brasil, a pesar de que este mercado
era muy competitivo debido a la oferta de harina norteamericana.

• La industria azucarera se desarrolló con la llegada del ferrocarril a


Tucumán, lo que permitió enviar a precios razonables este producto al
mercado del Litoral. Como consecuencia de la industrialización de la
caña en gran escala, se produjo un desarrollo económico de la zona, lo
cual atrajo mano de obra de las provincias aledañas, como Catamarca,
Salta, etcétera. Es necesario señalar que esta industria estuvo sujeta a
numerosas crisis de subproducción y superproducción; en algunas
épocas podía exportar y en otras era necesaria la importación. Durante
todo el período analizado, la industria del azúcar fue una industria

19
protegida con elevados aranceles sobre la importación que solo
disminuían en épocas de escasez del producto.

• Con la radicación de los capitales ingleses en una primera etapa (a partir


de 1887) y los capitales norteamericanos en una segunda (a partir de
1907), se estructuró la industria frigorífica en el país, destinada a
abastecer al mercado inglés. El número de obreros empleados por esta
rama industrial fue el más elevado de la época, de modo tal que en 1914
alcanzó los 15 000. A pesar de la magnitud esta fuerza laboral, tuvo poca
importancia política, puesto que cada frigorífico tenía su gremio y no
tenían relaciones entre ellos. Sin embargo, es importante destacar que
los principales actores de las huelgas del período fueron los obreros de
esta industria.

Dadas las características oligopólicas de la industria frigorífica, diversos


conflictos surgieron entre las empresas frigoríficas inglesas y
norteamericanas, que se manifestaron a través de guerras de precios. Sin
embargo, el mayor poder económico y financiero de los frigoríficos
norteamericanos les permitió en pocos años tener la mayor participación en
los despachos de carne al mercado inglés. Así, en el año 1911, al constituirse
el primer pool, los frigoríficos americanos participaban con un 42 % en los
envíos al exterior, los británicos con el 40 % y los argentinos con un 15 %; y en
el año 1926 los frigoríficos norteamericanos absorbían el 55 %, los ingleses el
35 % y los argentinos solo el 10 % del mercado inglés.

20
Referencias
Cortés Conde, R. (2007). La economía política de la Argentina en el siglo XX.
Buenos Aires, AR: Edhasa.

Gerchunoff, P. y Llach, L. (2007). El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo


de políticas económicas argentinas. Buenos Aires, AR: Emecé.

Ley 340. (1869). Código Civil. Honorable Congreso de la Nación Argentina.


Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=109481

21

También podría gustarte