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ORACIÓN PARA SANAR EL CUERPO

Sugerimos que esta oración por la curación física se haga en un lugar apartado, lejos de
toda distracción. Recítese de manera lenta, en voz alta haciendo suya cada palabra.
(Enciende una vela y reza con todo el corazón).

Jesús mi señor y mi pastor, mírame, mira mi cuerpo, que es semejante al tuyo. Soy una
oveja herida necesitada de tus cuidados. Cárgame sobre tus hombros y venda mis heridas,
señor mira con ternura mi cuerpo, este cuerpo que es obra de tus amorosas manos.

Mira sus enfermedades y sus debilidades, tú que estas lleno de misericordia. Toma cada
uno de los órganos de mi cuerpo y dales un poco más de tu aliento de vida.

Pasa Jesús por mis ojos, para que vean mejor la luz y los colores. Toca mis oídos cansados
y libéralos de todo mal.

Toma todos mis sentidos y libéralos de toda enfermedad que los debilite. Pasa, amado de
mi alma, por toda infección de mi sangre y purifícala.

Fortalece con tu poder mis huesos, mi piel, todos mis músculos. Alivia todo dolor con tu
caricia.

Aquí tienes mi corazón, señor, que fluya por él tu preciosa sangre y lo liberes de toda
obstrucción y de toda perturbación.

Sana también toda raíz de mal que pueda enfermarlo, todo odio, toda desilusión, todo
miedo, todo recuerdo desagradable.

Sana mi sistema nervioso, pasa por mis neuronas, por mi cerebro y pacifica serena,
armonizándolo todo, para que pueda vivir con serenidad con lucidez con gozo.

Adorado Jesús, pasa por cada célula de mi cuerpo restaurándolo, devuélveme vida y
fortaleza a todas las partes de mi cuerpo, abrázalo y penétralo con tu cuerpo santísimo y
lleno de salud.

Yo te entrego señor mi enfermedad. Tú conoces las causas de esta enfermedad, sana esa
raíz enferma que llevo adentro, destrúyela con tu fuego divino. Pero también te pido que
me libres de todo temor a la enfermedad, para que pueda enfrentarla en paz.

Bendice al médico que me atiende, ilumínalo y bendice también los remedios que deba
tomar a todas las personas que intervengan en mi tratamiento, y te doy gracias, señor,
porque comprendes mi dolor y estas a mi lado para darme fuerzas. Amén.

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