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Presenta:
Para Hegel la dialéctica no se limita a ser un método del conocimiento, sino que es
algo más, constituye la naturaleza y estructura de lo real, y por ello es por lo que
es el modo de proceder del conocimiento. La estructura y esencia de la dialéctica
es un todo complejo constituido por tres momentos o aspectos implicados entre
sí: 1. Momento Abstracto positivo 2. Momento Dialéctico negativo 3. Momento
Especulativo o sintético, que se convierte inmediatamente en tesis del proceso
siguiente, a la que se opondrá la antítesis para dar lugar nuevamente a una
síntesis que será a la vez la tesis del proceso siguiente: todo está en constante
progreso dialéctico. En Hegel las contradicciones se van a convertir en algo
positivo: el motor del saber y la realidad. La negatividad es el motor del proceso
dialéctico
El espíritu subjetivo
Hegel denomina espíritu subjetivo el conjunto de las funciones anímicas o
psíquicas del hombre individualmente considerado (como el carácter, los hábitos,
la fantasía, la percepción, la memoria, etc.); de manera que podría decirse que su
estudio constituye una psicología, con la diferencia (entre otras) de que ésta, en el
sentido que el término tiene corrientemente, es una ciencia empírica, en tanto
que Hegel procede de manera apriorística, especulativa, "deduciendo"
dialécticamente aquellas diversas funciones. En su momento subjetivo, el espíritu
aparece en su aspecto puramente individual e "interior" (sus exteriorizaciones
aparecerán al hablarse de las dos siguientes formas del espíritu), en tanto el
espíritu no es todavía para sí, sino sólo para el individuo. El espíritu subjetivo
entonces abarca todo un proceso que, partiendo de su dependencia respecto de
la naturaleza, se esfuerza por llegar a la conciencia de la libertad, desde las
manifestaciones más rudimentarias de la vida psíquica, hasta el momento en que
el hombre se sabe capaz de autodeterminación. La doctrina del espíritu subjetivo
se subdivide en tres. La antropología estudia el alma en tanto unidad ideal del
cuerpo viviente, hasta llegar a la conciencia; se ocupa de temas como el
temperamento, la sensación, el hábito, etc. La fenomenología tiene por objeto la
conciencia a través de tres momentos: conciencia (conciencia sensible, percepción
sensible, entendimiento), autoconciencia y razón. Con ésta, la conciencia se
convierte propiamente en espíritu, del que se ocupa la psicología (en el sentido
que Hegel le da a este término): aquí se considera el espíritu teorético o
cognoscente (cuyos momentos son intuición, representación y pensar), el espíritu
práctico, la voluntad (sentimiento práctico, impulsos y arbitrio, felicidad), y por
último el espíritu libre -libre, es decir, la voluntad que se determina a sí misma.
Pero la libertad tal como aquí aparece es todavía algo interior, es la libertad del
individuo encerrado en sí mismo, la capacidad de dominar las propias pasiones y
sentimientos, propia del sabio estoico. Esta libertad interior es puramente
abstracta, es decir, no es verdadera libertad; para serlo, tiene que objetivarse,
realizarse, manifestarse en el mundo exterior.
Bibliografía.
La Idea: No es más que prosaísmo, no es nada real, sino algo abstracto hasta que
no adquiera existencia o realidad; mientras tanto, quedamos en el poderío de lo
meramente posible, de lo potencial, de lo irreal, en una palabra, de lo no-
existente. Esta "produce” a la naturaleza.