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LUMEN GENTIUM
ESCUELA DE TEOLOGÍA
LICENCIATURA EN TEOLOGÍA
MODALIDAD SEMIPRESENCIAL
PRESENTADO POR:
EDGAR RANGEL ROJAS
DOCENTE:
MTRO. ALEJANDRO ALMAZÁN DEL CASTILLO
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10. Describa una cristología del sacerdocio cristiano.
Signo visible, a través del cual Dios quiere significar el ofrecimiento de sus dones y
sobre todo de su Espíritu, el gesto se recoge en el NT para expresar los nuevos
dones ofrecidos, por medio de Cristo. a los hombres y a su Iglesia. Más claramente
que en el mismo AT aparece que la imposición de manos es un gesto "eficaz", es
decir, que realiza lo que de alguna manera significa; en términos teológicos
podríamos decir que tiene un valor "sacramental". Más allá del uso amplio de la
imposición de manos, documentado especialmente para la actividad taumatúrgica de
Jesús y de sus discípulos, la Iglesia primitiva utilizaba este gesto sobre todo en el
ambiente litúrgico, bien sea para conferir el Espíritu en los sacramentos del /
bautismo y de la / confirmación, bien para crear ministros al servicio de las diversas
comunidades. Con este mismo gesto litúrgico la Iglesia antigua transmitía el "poder
sagrado" que habilitaba a sus ministros a realizar determinados servicios en la
comunidad con el don del Espíritu que se les confería. De forma que no se trataba
de una mera designación externa que constituyese a los sagrados ministros, sino de
la irrupción del Espíritu, que propiciaba el rito y la oración.
Los miembros del presbiterio tan sólo extienden las manos con la función de sello,
criterio último para la ordenación en el ministerio eucarístico. En la breve plegaria
de ordenación —que quizá se remonta a una comunidad presbiteriana— está
presente, dándosele una gran importancia, la dimensión pneumática del sacerdocio,
que confirma y explicita el gesto bíblico-judío de la imposición de las manos; se
alude también por primera vez a la tipología veterotestamentaria (Moisés) que se
encontrará de nuevo en textos posteriores (por ejemplo, Serapión de Tmuis, en el s.
1v, en Egipto...). Es interesante observar que, según Hipólito, la imposición de las
manos u otro gesto/rito de ordenación presbiteral resulta superfluo en el caso de los
confesores, que han sufrido persecución por la fe, porque con su testimonio han
demostrado poseer ya el Espíritu (sin embargo, dado que no tienen el poder de
transmitir el Espíritu, también los confessores deben ser ordenados en el caso de que
lleguen al episcopado).
Un segundo elemento importante, existente asimismo en la oración consecratoria y
expresado varias veces desde perspectivas diferentes, es la relación entre sacerdote y
obispo. Aparte del estrecho punto de vista disciplinar, se trata de recuperar el
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sentido profundo de esta relación observando que "los presbíteros deben obedecer a
los obispos en la comunión del sacramento del orden, misión de paternidad y
fraternidad, como Cristo obedeció al Padre en la comunión de la única naturaleza
divina, misterio de paternidad y filiación en la igualdad. La obediencia presbiteral
no es para afirmar una superioridad personal de los obispos o para confesar la
sujeción personal de los presbíteros, sino que es solicitada y dada, junto con los
obispos, por Cristo y en Cristo al Padre, para afirmar, testimoniar y difundir el
misterio de Dios y de su salvación en el mundo".
Son signos exteriores de los distintos grados jerárquicos de los ministros del culto
cristiano usados en las celebraciones cultuales y, en algunos casos, también fuera de
ellas; su estudio presenta particular interés por su uso universal y constante en la
Iglesia, así como por su peculiar historia y significación.
Las insignias son inseparables, en su origen y desarrollo, de las vestiduras
litúrgicas, y así como éstas proceden en general de distintos trajes usados en la
antigüedad, las insignias derivan de prendas u objetos accesorios al vestido, o de
otras insignias antiguas. En general, el simbolismo de las insignias gira alrededor de
la idea de autoridad; su significado espiritual, como en las vestiduras litúrgicas, se
deduce de la tradición y de las oraciones de imposición, bendición y vestición.
Insignias litúrgicas mayores. a) Estola: Es una faja de tela de hasta tres metros de
larga por casi un decímetro de ancha usada por el obispo, el sacerdote y el diácono
en determinados actos del culto. El origen de la estola es difícil de conocer, pues los
datos conocidos dan lugar a confusiones en la etimología, uso, aplicación, etc.
Según la teoríá de Wilpert, que parece la más lógica y consistente, atribuimos un
origen distinto a la estola diaconal de la que usan el presbítero y el obispo. La
procedencia de ambas es de tipo práctico.
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Nacidos como fruto de esta oración, los presbíteros mantendrán vivo su ministerio
con una vida espiritual a la que darán primacía absoluta, evitando descuidarla a
causa de las diversas actividades. Para desarrollar un ministerio pastoral fructuoso,
el sacerdote necesita tener una sintonía particular y profunda con Cristo, el Buen
Pastor, el único protagonista principal de cada acción pastoral.