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Mijail, Bajtin.

Teoría y estética de la novela: El problema del contenido, el material y


la forma. Traducción de Helena S. Kriúkova y Vicente Cazcarra. España: Taurus,
Alfagura. 1989. Páginas 13-75.

En el capítulo “El problema del contenido, el material y la forma” de Teoría y estética de la


novela Bajtin plantea una propuesta metodológica en la que analiza la relación de las partes
fundamentales de la obra artística. Este es un avance en la teoría sociológica.

I) Organización de desarrollo.

La teoría de Bajtin, a diferencia de la de Hegel, está enfocada en la obra literaria; esto


permite una mayor especificidad y profundidad en la estructura de la obra y su relación con
el autor y su mundo. Este capítulo se desarrolla de forma valiosamente estructurada.

Ante todo, el autor resalta las cinco mayores inconformidades que tiene con el grupo
formalista (al que perteneció): no tienen en cuenta el elemento axiológico, no distinguen el
objeto estético de la obra externa, confunden la forma arquitectónica con la forma
compositiva, no pueden dar una visión estética por fuera del arte y no pueden fundamentar
la historia del arte.

Luego de esto, procederá explicando la naturaleza del contenido, el material y la forma;


junto a cómo estos se relacionan en la obra artística.

II) Propuesta metodológica.

II. I) Generalidades de la obra.

Lo primero que se debe tener en cuenta es que la obra literaria no será nunca una copia de
la realidad, pues todo producto artístico se verá atravesado por el elemento axiológico de su
autor; la obra literaria es, entonces, una reacción, una repuesta, un diálogo. En esta reacción
el autor toma una distancia crítica con su mundo, se aleja de él y lo revalúa.

Tal revaluación plantea una participación valorativa sobre su realidad efectiva, en la que el
autor toma una posición: política, literaria y/o estética. Este punto de vista no será evidente
solo en frases, párrafos o expresiones; todas las decisiones que el autor tome frente a la
obra serán axiológicas, ninguna decisión ni ningún enunciado tienen una naturaleza neutra.
Por esta misma no-neutralidad ninguna obra literaria será completamente original. Toda
obra, en el momento en el que su autor toma decisiones sobre ella, se inscribe o rechaza
anteriores tradiciones; las renueva, las destruye, las afirma, etc.

Con estos aspectos ya planteados, es evidente el papel crucial del autor en la obra; no solo
como creador sino como configurador de sentido. Todas las decisiones que el autor toma
conformarán la forma arquitectónica de la obra.

Esta forma arquitectónica comprenderá todo el objeto estético, que se presentará como una
estructura. En esta totalidad (nunca dividida), las partes se relacionarán de forma
problemática, pues toda parte constitutiva y estética interactúa con las partes restantes, y a
su vez, todo este conjunto de particularidades (decisiones) interactúan individual y
colectivamente con el todo. Por tal interacción la forma arquitectónica determinará las
formas compositivas de la obra literaria; según las decisiones, la intención y el sentido
deseado por el autor la obra tomará “forma material”.

II. II) Forma, material y contenido.

Se debe recordar que en la teoría de la sociología toda decisión por parte del autor es
intencionada. Por esto, la forma no será un simple recipiente en el que el autor hace encajar
su obra, sino que la forma, junto a toda la estructura, encajará en la intención axiológica
que el autor tenga. La forma es portadora de sentido, es fruto de una decisión consciente del
autor y no una mera casualidad.

¿Cuál sería la función de la forma? Según Bajtín, aparte de comunicar un sentido, la forma
artística realiza el contenido “por completo en base al material y sujeta a él” (60). Por tal
razón, la forma y el contenido son partes inseparables al momento de realizar el análisis
estético, pues ninguna de ellas puede expresar en plenitud su sentido si le falta la otra.

Ya establecida la relación entre contenido y forma podemos ante todo plantear la relación
básica en la obra de arte. El autor, con su intención axiológica determina la estructura de la
obra, y dentro de esta el contenido determinará el material, que, a su vez, determinará la
forma.

¿Cuándo deja de ser entonces el material forma plenamente compositiva, para convertirse
en objeto estético? Cuando es intervenido. La pintura adquiere sentido cuando es
manipulada por el artista, cuando la mezcla, la esparce, la plasma o la limpia. Antes de esta
intervención el material es solo parte de la obra externa, de su inmediatez real; no expresa
nada en tales momentos.

Anclando nuevamente el estudio a la obra literaria, Bajtín plantea que el material de esta no
es el papel, ni el libro; el material es el lenguaje en toda su totalidad. Pero en la obra no se
hace uso del lenguaje en bruto, no se brinda importancia únicamente a las rasgos
lingüísticos y gramáticos de esta; el lenguaje se convierte en parte de la creación literaria y
el autor lo transforma según su subjetividad. El artista hace uso del material verbal y lo
obliga a superarse a sí mismo en su propio campo.

Todas estas formas de relación y composición revelan la mayor propuesta metodológica de


Bajtín: el autor tiene una participación axiológica determinante en la creación, de la cual la
obra no puede separarse sin perder gran parte de su valor y sentido.

Como se dijo inicialmente, la obra es una reacción. Pero ahora, entendiendo por completo
su valor axiológico la obra es también un interrogante, que al confrontarse con su lector le
obligará a dialogar con ella axiológicamente, a responder activamente a sus preguntas, a
averiguar y cuestionarse sobre las decisiones estéticas del creador; se convirtirá de esta
forma, el receptor, en un creador mismo.

III) Opinión crítica.

Bajtín desarrolla el texto de una forma valiosamente organizada. La estructura textual


responde incluso a la relación que él planteará dentro de la obra. Su propuesta sociológica
se fundamenta perfectamente y responde muy bien a los interrogantes sobre el valor
estético decisivo que tiene el autor en la creación literaria. El planteamiento de la estructura
(totalidad) es una precisión de gran valor para el análisis estético, pues hace evidente el
error de analizar de forma individual las partes constitutivas de la obra de arte, ignorando la
relación que estas mantienen.

La especificación del arte le permite una mayor profundización y explicación de las


relaciones que dentro de este suceden. Tal exposición no limita la equiparación con otras
formas artísticas, sino que las clarifica.

Universidad Nacional de Colombia. Helen Alejandra Suárez Liévano.

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