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Guía para lograr la rigurosidad en una investigación cualitativa.

Un abordaje desde la
transdisciplinariedad.
Elaborado por: Juan Felipe López Tafur.
En el presente artículo se abordará un problema bastante común que suele surgir en las
personas cuando tienen un acercamiento a la investigación cualitativa. Dicho “problema”
surge cuando, en la persona que se acerca al proceso investigativo nacen dudas
conceptuales y teóricas respecto a lo que le gustaría investigar y desde que perspectiva
hacerlo, pues ese es el fin de estudiar investigación (al menos desde la investigación
cualitativa); investigar un fenómeno de interés particular hasta llegar al fondo de la
problemática.
Así pues, llegamos a las preguntas orientadoras que dirigirán el propósito de este texto:
¿Cómo abordar una investigación, un trabajo escrito, un ensayo o cualquier otro tipo de
texto cuando no se sabe desde que mirada conceptual abordar? ¿Cómo orientar un proceso
investigativo para llegar a un enfoque específico sino se sabe por dónde comenzar? O,
dicho de otra manera, ¿Cómo llegar a la rigurosidad investigativa?
Supongamos por un momento que una persona llamada La Señorita Lincey se encuentra
cursando una materia de acercamiento a la investigación cualitativa; La Señorita Lincey
está interesada en estudiar cómo se puede abordar la educación de una manera más
humana, pero no sabe desde que perspectiva abordar dicha investigación, es decir, no sabe,
si abordarla desde el socio constructivismo, desde el aprendizaje por descubrimiento, desde
la teoría de las inteligencias múltiples o desde el aprendizaje conductista, por ejemplo. Es
complejo, muy complejo determinar cuál sería el mejor camino para abordar la
investigación pues, como una persona que apenas está adentrándose en el tema no conoce
de manera muy profunda las implicaciones teóricas y prácticas de cada área del
conocimiento desde la que sé que puede estudiar la educación.
Para dar una solución parcial al dilema anterior se ofrecerán 3 posibles respuestas en
relación con el acercamiento objetivo a los temas de investigación que se pretenden
abordar. Las respuestas no son verdades absolutas y solo son unas formas la cual concibo
que son las mejores para saber desde que visión abordar una investigación. En suma, son
formas más enfocadas para saber diferenciar con que “lentes conceptuales” 1 se debe de
empezar a hacer las lecturas para la investigación. Para esto, les presento al Señor Charles.
El Señor Charles es un hombre sobre los 40 años cuya profesión, situación familiar,
económica y cultural es irrelevante; este hombre llega a urgencias en el hospital más
cercano con muchos síntomas muy vagos. A continuación, se enlistan los síntomas:
 Acidez estomacal.
 Alucinaciones.
 Cansancio.
1
Los “Lentes Conceptuales” se refieren a las miradas conceptuales/teóricas/prácticas desde las cuales se
puede abordar una investigación; pues pueden existir muchas investigaciones de un mismo tema, pero
siempre se van a diferenciar respecto a cómo se aborde la investigación y desde que eje conceptual o autor.
 Congestión nasal.
 Diarrea.
 Dificultad para concentrarse.
 Dificultad para dormir.
 Dolor de cabeza.
 Dolor de estómago.
 Dolor en las articulaciones.
 Falta de aliento.
 Fiebre.
 Irritabilidad.
 Mareo.
 Pérdida de peso.
 Sangre en la orina.
 Sarpullido.
 Taquicardia.
 Visión borrosa.
Los síntomas no corresponden a ningún patrón de enfermedad conocida. Por lo que en
urgencias lo internan y (extraordinariamente) llaman a varios médicos con diferentes
especialidades las cuales atienden a los síntomas que el Señor Charles está presentando. En
la habitación donde el Señor Charles está, se presentan el oncólogo, el internista, el
neurólogo, el infectólogo, el inmunólogo y el gastroenterólogo. Cada especialista ve los
síntomas que atiende típicamente en su cotidianidad y piensa en enfermedades de su área de
trabajo. Pensar en uno o más síntomas específicos es pensar en un especialista puntual, lo
que lleva a pensar en una o más enfermedades específicas de cada área. Entonces, la
pregunta es ¿Qué tiene el Señor Charles? Bueno, más adelante indagaremos en la patología
del paciente, la cual es… curiosa y su diagnostico es aún más curioso.
¿Cómo se relaciona el problema del Señor Charles con el problema que tiene La Señorita
Lincey sobre la educación más humana y desde que perspectiva abordarla? Sencillo, ambos
poseen una cantidad alarmante de “vías” por las cuales transitar (en el caso del Señor
Charles las vías se refieren a los síntomas), pero deben de concentrase en una para poder
resolver su predicamento.
A continuación, presentaré las 3 formas en las cuales La Señorita Lincey junto al Señor
Charles podrían resolver su difícil situación.
La primera forma es simple. Pensar en los síntomas que posee el Señor Charles es pensar
en la rama de la medicina que puede solucionarlos; así pues, pensar en lo que La Señorita
Lincey desea investigar desde sus pensamientos y reflexiones es pensar en la perspectiva
desde la cual orientar su investigación. Dicho de otra forma, la primera solución para la
problemática de La Señorita Lincey es pensar en las particularidades que desea investigar
cuando se refiere a “una educación más humana” para poder contrastar dichas
características con los modelos educativos que posee como opciones de profundización
conceptual. Si desea investigar cómo es que cada persona aprende de manera más
personalizada, es decir, de manera más allegada a sus particularidades, entonces es claro
que debería de orientar su investigación por el lado de la teoría de las Inteligencias
Múltiples de Howard Gardner. Pero si considera que la “educación más humana” implica la
repetición de tareas, la conducta que hace buenas a las personas en sus labores cotidianas,
entonces debería de orientas su investigación por el conductismo de John B. Watson.
Si pensamos en esta forma, como la manera más rápida con la cual llegar a la resolución del
misterio de los síntomas del Señor Charles, nos encontraríamos con la difícil situación de
que los síntomas en cuestión apuntan a desordenes neuronales, estomacales, de riñón o en
el peor de los casos podrían apuntar a cáncer. Establecer la relación directa de los síntomas
y su diagnóstico es casi imposible utilizando el método anterior ya que toda la información
es muy vaga; por lo que la forma número 1 no sirve para diagnosticar al Señor Charles,
pero La Señorita Lincey sí que puede utilizar esta forma para orientar su investigación.
Pasemos pues a otra forma de abordar las problemáticas investigativas del Señor Charles y
La Señorita Lincey; la cual la he denominado “Rigurosidad en la Investigación: Forma
Número 2”. Esta se concentra en abordar un extremo del problema en cuestión, el más
burlesco desde la obviedad o el más burlesco desde la extrañeza. Abordar un bloqueo
investigativo desde lo más obvio o desde lo más extraño (entendiendo por ‘extraño’ como
inverosímil, absurdo o raro) puede dar la perspectiva necesaria para orientar la mirada a eso
que se desea investigar o encontrar.
Dicho de otra manera, abordar un bloqueo investigativo desde la obviedad o desde la
extrañeza permite comprender qué es aquello que sí se desea investigar y que no.
Expliquemos mejor esta cuestión desde el caso de la Señorita Lincey, que como ya hemos
procurado, pretende investigar cómo se puede abordar la educación desde una manera más
humana. Si aun ella no tiene la más mínima idea de por donde empezar a abordar su
investigación, entonces es apropiado que empiece a fragmentar su tema de investigación en
los componentes más esenciales de la misma, es decir, la educación y la naturaleza humana,
las cuales responden a las 2 categorías conceptuales más generales. El descomponer la
pregunta de investigación, el tema de investigación o la idea a investigar es el paso esencial
para entender en que categorías conceptuales se podría dividir el proceso investigativo para
indagar desde la obviedad. Otro ejemplo; si otra persona tiene por tema de investigación
“El cine como recurso para educar en contextos de reincorporación”, las categorías
conceptuales más obvias serían el cine, los recursos educativos y la reincorporación.
Ahora bien, una vez que se descompone el tema de investigación o la problemática es sus
partes más generales (más obvias) ya se puede empezar a hacer una subdivisión en temas
obvios dentro de las categorías conceptuales más generales. Las categorías conceptuales de
la Señorita Lincey, por ejemplo, son educación y naturaleza humana; entonces si se hace
una división para extraer los subtemas de la categoría educación se pueden obtener los
siguientes términos: Aprendizaje, enseñanza, evaluación, contenidos, estilos de aprendizaje,
estilos de enseñanza etc. En tanto a los subtemas de naturaleza humana se pueden extraer
los siguientes términos: Niño, adolescente, adulto, cognición, metacognición etc.
Descomponer entonces, el tema de investigación en los subtemas más obvios es una forma
de llegar a la rigurosidad investigativa, pero también existe el polo opuesto, es decir,
investigar todo lo contrario a lo más obvio; lo más extraño, lo más raro, lo más inverosímil.
Sigamos con el caso de la Señorita Lincey, que como ya se ha visto, pretende investigar
como se puede abordar la educación de una manera más humana. Si lo obvio es pensar en
educación, pues entonces lo menos obvio sería pensar en analfabetismo, incultura o
ignorancia por lo que se podría empezar a indagar respecto a índices, tasas y causas sociales
del analfabetismo o incultura para llegar posiblemente a que implicaciones tiene la
educación en sociedad; así mismo, si lo obvio es pensar en la naturaleza humana, entonces
lo menos obvio es pensar en naturaleza robótica o animal, pues estos dos tipos de
naturaleza pueden dar señales para entender qué es la naturaleza humana y como
comprenderla de una manera más sistemática. Pero ¿por qué pensar en esto sino tiene nada
que ver con los propósitos investigativos de la Señorita Lincey? Bueno, las ideas buenas
siempre se van a quedar de una forma u otra en el proceso y las ideas malas no se desechan
solo se apartan de la investigación, temporal o permanentemente. No hay forma de saber en
que momento al investigar sobre la naturaleza animal o robótica se puede llegar a conceptos
claves que incluso resulten importantes a la hora de estructurar el contenido sobre
naturaleza humana y lo mismo para el analfabetismo en relación con la educación.
Entonces, ¿El Señor Charles, podría sacar algo de esta forma de investigación, para poder
llegar a la resolución de su problema? Bueno, pensemos en la obviedad por un segundo; lo
obvio es que la mayoría de los síntomas parecen ser neurológicos o inmunológicos. El
cansancio, las alucinaciones, el dolor de cabeza, el mareo y la visión borrosa podría apuntar
a una enfermedad neurológica, eso sería lo más obvio ya que el cerebro es ese centro de
control de todo el cuerpo humano; es el cerebro quien dirige, quien controla y quien
reacciona ante todo estimulo. También es el cerebro quien controla desde los procesos más
generales como el movimiento y las reacciones hasta los procesos más finos como son la
regeneración neuronal, la visión, el reconocimiento de patrones etc. Un desorden de
cualquier tipo en los lóbulos podría hacer que el cerebro no interprete bien la información y
empiece a mandar señales confusas al cuerpo, haciendo que empiece a experimentar
síntomas extraños como los anteriormente mencionados. Esto (pese a ser una teoría muy
vaga) puede ser un diagnostico valido hasta para el más diestro de los neurólogos, pero
también hay síntomas que no tienen relación con el cerebro como lo son la congestión
nasal, la fiebre, la irritabilidad, el dolor en las extremidades o la taquicardia sino más bien
síntomas que pertenecen al área que atendería un nefrólogo o un internista. entonces pensar
en lo obvio no cabe aquí. Pero que tal pensar en lo menos obvio; si lo más obvio es
enfermedad neurológica, de los riñones o fallo multisistémico, lo menos obvio con base a
los síntomas sería la congestión nasal, pues esta puede ser una simple gripa o problemas
respiratorios agudos o genéticos lo cual apuntaría a una complicación pulmonar. Esto es lo
‘menos obvio’ ya que la congestión nasal es el único síntoma respiratorio “común” en el
mar de síntomas que presenta El Señor Charles. Después de hacer una espirometría, un
proceso para saber la condición actual de los pulmones del Señor Charles, los médicos
tratan de relacionar sus otros síntomas con la congestión nasal y desean que se trate de una
neumonía eosinofílica, pues dicha enfermedad puede provocar fallos sistémicos sino se
diagnostica a tiempo. Los médicos tienen su fe puesta en ese diagnóstico.
Después de varias horas los resultados salen completamente negativos. El Señor Charles no
tiene neumonía eosinofílica y así las teorías de los médicos se desechan como los guantes
después de cada consulta. Con el ejemplo anterior se puede concluir que abordar una
investigación desde lo más obvio puede ser muy útil, pero también desde lo menos obvio
puede otorgar una visión completamente nueva que posibilite nuevas conjeturas. Lo más
raro, lo más absurdo, lo más extraño puede dar incluso más indicios que lo más obvio. Pero,
por desgracia, los médicos siguen sin dar cuenta qué es lo que padece el pobre Señor
Charles.
Finalmente, la tercera forma de abordar un bloqueo investigativo consiste en un concepto
llamado Zona de Desarrollo Próximo, abordado por el psicólogo de origen judío Lev
Vygotsky. Esta forma de superar un bloqueo investigativo puede considerarse la forma más
humana de las 3, debido a que es la única en la que interviene un elemento humano ajeno al
investigador. La Zona de Desarrollo Próximo es la distancia que hay entre el desarrollo
efectivo del alumno, es decir, lo que es capaz de hacer, expresar y comprender y la zona de
desarrollo potencial, es decir, lo que es capaz de hacer en un futuro; todo con la ayuda de
otra persona con conocimientos más avanzados en el tema a desarrollar. El elemento
humano ajeno al investigador es clave, debido a que es este elemento el que constituye un
cambio en el pensamiento de la persona, es el elemento que posibilita un aprendizaje y una
construcción del conocimiento más profundo del que ya se tiene.
Veamos entonces a la Señorita Lincey, quién no ha podido ubicar su investigación en un
concepto o camino claro, a pesar de que ya se han abordado dos formas de hacerlo; la
primera forma que consiste en pensar en los aspectos más generales de su investigación y
tratar de orientarla hacia dichos caminos conceptuales y la segunda forma que consiste en
pensar que aspectos desea de investigar partiendo desde, o lo más obvio o lo más extraño.
Pero, para esta forma la Señorita Lincey va a contactar a sus profesores, a sus amigos, a sus
colegas de curso y a sus conocidos para poder indagar ¿cuál sería la mejor ruta de
investigación para su tema de investigación? Porque es precisamente allí, en la interacción
con el elemento humano que tiene mayores conocimientos que entra a escena la Zona de
Desarrollo Próximo. Probablemente al interactuar con sus compañeros de curso le pueden
decir que el aprendizaje de manera más humana se da desde el aprendizaje por
descubrimiento, es decir, desde la dirección autodirigida del aprendizaje. O sus amigos le
pueden decir que el aprendizaje más humano atiende a las emociones más naturales del
hombre, por ende, la pedagogía del amor de María Montessori sería la más adecuada para
investigar. O también, sus profesores al haber caminado por esos rumbos le pueden decir
que la pedagogía más humana atiende a construir procesos de enseñanza aprendizaje desde
la emoción y la lógica como elementos mediadores. Diferentes elementos humanos ajenos
pueden conducir a un camino por el cual orientar la investigación y superar el bloqueo
investigativo, para pasar de una Zona de Desarrollo Real a una Zona de Desarrollo
Potencial.
¿Será posible que esta forma pueda ayudar al Señor Charles y a sus médicos a descubrir
que es lo que padece? Bueno, por desgracia no. Increíblemente, los médicos del Señor
Charles están más preocupados por su salud que el mismo paciente, por lo que descartan un
elemento social como causa de sus síntomas y siguen tratando sus síntomas
individualmente.
Ahora sí, la Señorita Lincey puede elegir que método o métodos utilizará para orientar su
investigación y posteriormente que lentes teóricos utilizará y abordará. Podrá elegir entre la
forma número uno, observar los aspectos más generales del tema de investigación e
investigar los aspectos subyacentes del mismo. La forma número dos, que tiene dos
posibilidades; observar los aspectos más obvios del tema de investigación y de allí sacar los
temas subyacentes o, por el contrario, observar los temas menos obvios, los más absurdos o
tontos para posteriormente sacar temas subyacentes. De esta forma se pueden obtener temas
o subtemas que sí se desean investigar y temas o subtemas que no. Así mismo, desde la
transdisciplinariedad se permite ver más allá de lo común a la hora de orientar un proceso
investigativo. O la tercera forma, que consiste en pedir la ayuda (colaboración sin imponer
un punto de vista) de una segunda persona más diestra en el tema que se desea investigar;
esta persona podrá marcar un rumbo desde su experiencia por el cual orientar el proceso
investigativo.
Llegando al final del documento es cuando nos preguntamos: ¿Qué tiene El Señor Charles?
No se pudo llegar a una respuesta por ninguna de las formas anteriormente mencionadas y
los médicos están en un punto de colapso. La respuesta a su enfermedad es casi… risible.
No se trata de una enfermedad extraña nunca antes vista en la historia de la humanidad,
tampoco de un desorden multisistémico; se trata de una simple gripe común. El cansancio,
la congestión nasal, la dificultad para concentrarse y dormir, el dolor de cabeza y en las
articulaciones, la fiebre y el mareo son síntomas de un resfriado común. Debido a que no ha
tomado nada medicamente recetado y sus síntomas persisten entonces se irrita fácilmente y
al ser de un temperamento colérico entonces se marea fácilmente. Como se irrita fácilmente
pierde la calma y eso provoca taquicardia y visión borrosa. Unos días antes de ir a
urgencias El Señor Charles estuvo en una consulta online y el sistema le recetó unos
medicamentos, los cuales tuvieron una reacción adversa y le provocaron la acidez
estomacal, la diarrea y el dolor de estómago. Debido a la acidez estomacal, El Señor
Charles estúpidamente empezó a tomar amantadina, una medicina que su hermana usaba
para la gripe hace unos años y como todo niño sabe, las medicinas usualmente funcionan
entre hermanos, pues sus sistemas son parecidos en ciertos aspectos, pero como pocos
niños saben la amantadina se mezcla con las proteínas, por lo que los riñones no las filtran
y cuando el usuario sufre de los riñones (padecimiento que tontamente el Señor Charles
ignoró) estos empiezan a lanzar la toalla, por lo que dejan de funcionar poco a poco y así,
El Señor Charles es como empezó a ver sangre en su orina y comienza a tener sarpullido en
su vientre y su espalda. Finalmente, y a causa de los dolores tan intensos que estaba
padeciendo, El Señor Charles empieza a fumar marihuana para apaciguar sus dolores, lo
que provoca las alucinaciones.
Risible. ¿No?
Esperemos pues que el hospital tenga un riñón de sobra y mucho acetaminofén para El
Señor Charles.
Así pues, es como finaliza este documento con el cual se espera que se haya podido ilustrar
como ser riguroso en el proceso investigativo cuando no se tiene ni la más mínima idea de
por donde comenzar.

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