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Apuntes Ayer Verification and Experience PDF
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2.20 Pero, alega Ayer, eso es como suponer que una lista de proposiciones con
cierta forma que empiezan con la letra B pueden agruparse como props básicas
2.21 Parece haber cierto acuerdo tácito e inconsciente de parte de Neurath, Hempel
e incluso Carnap en que son protocolares por una peculiar relación que tienen
con los hechos
2.22 Lo que hace Ayer, entonces, es examinar críticamente la teoría coherentista de
la verdad, según la cual una prop es aceptable en caso de que sea compatible
con otras proposiciones ya aceptadas, y rechazada si no
3. Teoría de la coherencia
3.11 De hecho, al estar ansiosos por aceptar p, que es incompatible con q y r,
tendremos que desechar estas, por el principio de economía, y como una forma
de preservar la coherencia interna del sistema
3.12 Asimismo, una buena aunque incompleta crítica es la de Price: en la medida
que un sistema de proposiciones es una red, y que todas las proposiciones se
apoyan por relaciones de coherencia, la verdad de una proposición es
dependiente del sistema
3.13 Pero, eso hace del sistema algo que flota en el aire, si ninguna proposición se
“ancla” en la realidad: ¿por qué se habría de aceptar la verdad de una
proposición del sistema, y de todo el sistema, si no se sabe que p es verdadero?
Solo se tiene la probabilidad de que p sea V…
3.14 Ayer sostiene que esta noción de probabilidad lleva a un absurdo: una prop es
probable ssi hay algún tipo de evidencia que la apoya
3.15 Otro problema radica en el gesto de los coherentistas, quienes aseveran que las
props en una teoría deben ser consistentes, pero
3.16 ¿Es concebible un sistema de proposiciones que sea máximamente consistente,
T1, y que no sea incompatible con un sistema rival que utilice la misma
evidencia, T2? Antecedente de Quine y sus argumentos sobre el indeterminismo
de la traducción
3.17 Podría ser el caso que T1 fuera una historia de ficción y T2 una historia de
eventos físicos, y ambas fueran igualmente comprensibles, elegantes y libres de
contradicción. Pero, ¿cómo distinguiríamos la verdadera de la falsa, la que
habla de hadas en vez de hechos, si ambas son igualmente probables?
3.18 La respuesta de Neurath y otros: la verdad o falsedad no se establece por las
características internas del sistema, por cuestiones lógicas, sino sintácticas:
habría un conjunto de EPs verdaderas que apuntan a las observaciones
científicas de nuestra era, y estas hacen verdadero a un sistema de proposiciones
3.19 La respuesta es fútil según Ayer, ya que confiamos en los científicos de nuestra
era porque justifican sus agudas observaciones de la naturaleza, lo que lleva a
un círculo: las aceptamos porque vienen de ellos
3.20 Pero, critica Ayer, aceptamos lo que sostienen los científicos de nuestra era
porque proponen teorías en función de hechos…
3.21 En realidad, dice Ayer, aceptamos sus observaciones porque son conducta que
depende del acuerdo que estas tienen con la realidad las observaciones,
vertidas en EPs, son manifestaciones conductuales de acuerdo entre p y un
hecho
3.22 Intentar hacer una reducción formal del acuerdo entre proposiciones y hechos,
es errar el tiro. Hempel lo hace al querer reducir los EPs a la forma: “El
siguiente enunciado está suficientemente confirmado por los EPs de nuestra
ciencia. Entre los numerosos conjuntos consistentes de EPs, hay en la práctica
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solo uno que se adopta por la vasta mayoría de observadores científicos: es este
conjunto al que llamamos verdad”
3.23 Como habla formalmente, “Adoptado en nuestra ciencia” debe considerarse
una construcción sintáctica arbitraria de un conjunto de oraciones. Pero eso
implica reintroducir la referencia a hechos históricos que él pretende eliminar,
de manera falaciosa
3.24 Es como una falacia: no puede usarse legítimamente “adoptado en nuestra
ciencia” para nombrar un conjunto de oraciones y luego proceder a inferir a
partir de de esto cuáles oraciones se adoptan
3.25 De hecho, los científicos contemporáneos podrían sostener teorías
incompatibles apoyadas por los mismos EPs, lo que no resuelve el problema
3.26 Por lo tanto, cualquier criterio que evite nombrar “hechos”, “realidad” o
“experiencia” parece infructuoso. Solo parece fértil cuando alude a estos
conceptos de manera tácita
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4.21 Para Ayer, aunque es en parte verdad que la forma de los EPs como básicos es
una cuestión de decisión, eso no obsta para que los EPs refieran a hechos,
cuestión que ocurre porque usamos palabras para reportar los hechos
4.22 Un asunto que también aclara Ayer es qué significa para el PL “experiencia
posible”: no refiere a la experiencia de una persona concreta, por ejemplo, “S
experimenta la presencia de Dios” (L. p. 239), cuestión que sería
autocontradictoria, sino la experiencia que todo el mundo puede potencialmente
tener en lo dado
4.23 Una interesante crítica que hace Ayer a Wittgenstein es por qué la
proposiciones no serían dibujos [picture] con forma: si lo son, ¿cómo es
entonces posible distinguir las proposiciones verdaderas de las proposiciones
falsas?
4.24 Deberíamos decir entonces que las proposiciones verdaderas describen hechos
de la realidad, y las falsas no, y ello significa que la noción de dibujo no puede
prescindir de la noción de acuerdo
4.25 Lo mismo se aplica al pensar que las proposiciones verdaderas son tal en virtud
de su forma, y de que son como como mapas compatibles entre sí
4.26 Ojo: se deben distinguir las oraciones de las proposiciones, ya que dos
oraciones pueden implicar la misma proposición O1: llueve O2: “It’s raining”
O1 y O2 implican p
4.27 A lo que apunta Ayer: el criterio para establecer que p es verdadero debe ser
empírico, ya que “estoy enojado” se verifica si estoy enojado, y así
sucesivamente con todas las demás proposiciones relaciones entre hechos y
proposiciones; si no se adopta el criterio del acuerdo, no sabe Ayer qué otro
podría darse
4.28 ¿Son las proposiciones verdaderas incorregibles? Resulta difícil contestar la
pregunta para Ayer, ya que resulta difícil de analizar
4.29 Una respuesta es la de Price, quien cree que la incorregibilidad de los
enunciados sintéticos tiene que ver con que hay razones para aceptarlas, y esas
razones apuntan a nuestra experiencia
4.30 Ayer concuerda con eso, y agrega que si una proposición fuera corregible, se
estaría hablando de otra proposición…
4.31 Moore, a su vez, le sugiere a Ayer que la incorregibilidad no es solo de las
razones para aceptar p, sino de uno además no puede estar equivocado cuando p
es verdadero, y ese es un hecho no de la psicología, sino del lenguaje