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Alfred Ayer: Verificación y experiencia

Logical Positvism (Ayer, ed., pp. 228-243)


1. Intro
1.11 Tal como Schlick, Ayer pretende analizar qué es conocimiento, qué es lo
verdadero y lo falso, en términos del acuerdo o desacuerdo entre una
proposición y la realidad
1.12 A veces se habla de “correspondencia” en vez de acuerdo; en otras
oportunidades se reemplaza realidad por hechos o experiencia. Para Ayer la
diferencia de palabras no es importante
1.13 El punto importante, que James y los pragmatistas tocan, es qué se entiende por
‘acuerdo’ y ‘realidad’, que es el objetivo de Ayer
1.14 Una manera de avanzar es distinguir entre proposiciones cuya verdad y
falsedad se establece mediante la verdad o falsedad de otras proposiciones, y la
de aquellas proposiciones que son V o F por observación directa
1.15 Por ejemplo, la verdad de p: “el oro es soluble en aqua regia”, depende de la
solubilidad del oro en aqua regia (ácido nítrico + ácido clorhídrico) es un
atributo que define el término ‘oro’, y que hace a p una tautología (ser soluble
en aqua regia sería parte del significado de oro)
1.16 Entonces, P se testea estableciendo la verdad o falsedad de proposiciones que
se relacionan con muestras de oro

2. Proposiciones universales y singulares


2.11 Con el caso de las proposiciones universales, finalmente se infieren
proposiciones cuya evidencia consiste en la verdad o falsedad de proposiciones
singulares (Existe un X tal que ese X es oro y soluble en aqua regia)
2.12 No obstante, independiente de la verdad de las props singulares, la verdad de
una proposición universal nunca se establece de manera definitiva, como
verificada de manera conclusiva
2.13 Asimismo, la falsedad de una prop singular implica la falsedad de una prop
universal, pues la primera se deriva lógicamente de la segunda (De existe un
hombre que es mortal se sigue que es falso que todo hombre es inmortal)
2.14 La asimetría entre props universales y singulares es lo que ha llevado a algunos
filósofos (Popper) a adoptar el falsacionismo en vez del verificacionismo
2.15 Por otra parte, Ayer ha definido la verificación de una prop universal mediante
la verificación de una prop singular. Esta, a su vez, es dependiente de la
verificación de una proposición sobre datos sensoriales
2.16 La verdad de las proposiciones sobre datos sensoriales no depende de la verdad
de otras proposiciones, sino de su confrontación con hechos, por lo cual son
consideradas proposiciones básicas
2.17 Neurath y Hempel están en desacuerdo, ya que no es posible comparar
proposiciones con hechos, sino solo con proposiciones. Por eso el primero
introduce la noción de enunciado protocolar “ON vio la mesa azul a las 15 Hrs
en la Fac de Filosofía”
2.18 Ayer afirma que tanto Hempel como Neurath ponen particular énfasis en los
EPs debido a su forma y no por su conformidad con hechos: como la
designación sintáctica correcta de una formación de palabras
2.19 No obstante, Ayer critica esta caracterización, debido a que simplemente
estipula de manera convencional que los EPs que tienen la forma sintáctica
adecuada son candidatos a fundamentar el conocimiento

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2.20 Pero, alega Ayer, eso es como suponer que una lista de proposiciones con
cierta forma que empiezan con la letra B pueden agruparse como props básicas
2.21 Parece haber cierto acuerdo tácito e inconsciente de parte de Neurath, Hempel
e incluso Carnap en que son protocolares por una peculiar relación que tienen
con los hechos
2.22 Lo que hace Ayer, entonces, es examinar críticamente la teoría coherentista de
la verdad, según la cual una prop es aceptable en caso de que sea compatible
con otras proposiciones ya aceptadas, y rechazada si no

3. Teoría de la coherencia
3.11 De hecho, al estar ansiosos por aceptar p, que es incompatible con q y r,
tendremos que desechar estas, por el principio de economía, y como una forma
de preservar la coherencia interna del sistema
3.12 Asimismo, una buena aunque incompleta crítica es la de Price: en la medida
que un sistema de proposiciones es una red, y que todas las proposiciones se
apoyan por relaciones de coherencia, la verdad de una proposición es
dependiente del sistema
3.13 Pero, eso hace del sistema algo que flota en el aire, si ninguna proposición se
“ancla” en la realidad: ¿por qué se habría de aceptar la verdad de una
proposición del sistema, y de todo el sistema, si no se sabe que p es verdadero?
Solo se tiene la probabilidad de que p sea V…
3.14 Ayer sostiene que esta noción de probabilidad lleva a un absurdo: una prop es
probable ssi hay algún tipo de evidencia que la apoya
3.15 Otro problema radica en el gesto de los coherentistas, quienes aseveran que las
props en una teoría deben ser consistentes, pero
3.16 ¿Es concebible un sistema de proposiciones que sea máximamente consistente,
T1, y que no sea incompatible con un sistema rival que utilice la misma
evidencia, T2? Antecedente de Quine y sus argumentos sobre el indeterminismo
de la traducción
3.17 Podría ser el caso que T1 fuera una historia de ficción y T2 una historia de
eventos físicos, y ambas fueran igualmente comprensibles, elegantes y libres de
contradicción. Pero, ¿cómo distinguiríamos la verdadera de la falsa, la que
habla de hadas en vez de hechos, si ambas son igualmente probables?
3.18 La respuesta de Neurath y otros: la verdad o falsedad no se establece por las
características internas del sistema, por cuestiones lógicas, sino sintácticas:
habría un conjunto de EPs verdaderas que apuntan a las observaciones
científicas de nuestra era, y estas hacen verdadero a un sistema de proposiciones
3.19 La respuesta es fútil según Ayer, ya que confiamos en los científicos de nuestra
era porque justifican sus agudas observaciones de la naturaleza, lo que lleva a
un círculo: las aceptamos porque vienen de ellos
3.20 Pero, critica Ayer, aceptamos lo que sostienen los científicos de nuestra era
porque proponen teorías en función de hechos…
3.21 En realidad, dice Ayer, aceptamos sus observaciones porque son conducta que
depende del acuerdo que estas tienen con la realidad  las observaciones,
vertidas en EPs, son manifestaciones conductuales de acuerdo entre p y un
hecho
3.22 Intentar hacer una reducción formal del acuerdo entre proposiciones y hechos,
es errar el tiro. Hempel lo hace al querer reducir los EPs a la forma: “El
siguiente enunciado está suficientemente confirmado por los EPs de nuestra
ciencia. Entre los numerosos conjuntos consistentes de EPs, hay en la práctica

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solo uno que se adopta por la vasta mayoría de observadores científicos: es este
conjunto al que llamamos verdad”
3.23 Como habla formalmente, “Adoptado en nuestra ciencia” debe considerarse
una construcción sintáctica arbitraria de un conjunto de oraciones. Pero eso
implica reintroducir la referencia a hechos históricos que él pretende eliminar,
de manera falaciosa
3.24 Es como una falacia: no puede usarse legítimamente “adoptado en nuestra
ciencia” para nombrar un conjunto de oraciones y luego proceder a inferir a
partir de de esto cuáles oraciones se adoptan
3.25 De hecho, los científicos contemporáneos podrían sostener teorías
incompatibles apoyadas por los mismos EPs, lo que no resuelve el problema
3.26 Por lo tanto, cualquier criterio que evite nombrar “hechos”, “realidad” o
“experiencia” parece infructuoso. Solo parece fértil cuando alude a estos
conceptos de manera tácita

4. La visión pragmatista de Carnap


4.11 Carnap tampoco comparte la visión de Ayer, ya que estipula que el conjunto de
proposiciones básicas se establece por pura conveniencia: de hecho cualquier
proposición dentro de un sistema podría servir de EP
4.12 Carnap sostiene que de una ley G pueden derivarse proposiciones concretas
refieriendo a coordenadas espacio temporales, y con ayuda de instrumentos
lógico matemáticos, a EPs
4.13 Así, sería una cuestión de elección que proposiciones se eligen como EPs
4.14 Popper le introduce una modificación a la propuesta de Carnap, afirmando que
los EPs deben tener la forma de enunciados existenciales singulares. Aún así,
aceptarlos sería un acto de voluntad…
4.15 Por supuesto, Ayer está en desacuerdo, ya que la verdad de una proposición
existencia singular como “Hay un borrador al borde de la pizarra” se verifica
mediante al menos un test, y eso no tiene que ver con la aceptación o no de la
proposición, sino con cómo se establece la verdad de una observación 
¡mediante hechos! L. p. 236
4.16 La decisión pragmática tiene más bien que ver con cuántos y cuáles test voy a
emplear para verificar un enunciado singular o un EP; podría, por ejemplo, no
quedar satisfecho con los tests desarrollado y aspirar a más o a otros
4.17 Asimismo, Ayer manifiesta su desacuerdo con Carnap respecto del supuesto
carácter convencional y pragmático (puramente formal y sintáctico) que tiene la
adopción de ciertos enunciados como básicos y protocolares
4.18 Tal desacuerdo se fundamenta en que la psicología de las sensaciones no es una
rama científica a priori, y que no puede confundirse lo que se adopta por
convención de los hechos del mundo real
4.19 Por ejemplo, que “ J O Y” sea la palabra que refiere a contento o alegría en
Inglés no implica que el contento y la alegría sean cuestiones convencionales,
sino que son hechos, cuestiones que se dan en el mundo
4.20 Uno puede complementar este argumento con la distinción de Searle sobre La
Construcción de la Realidad Social: que algo sea observador dependiente es un
asunto epistémico (y podría ser convencional como, por ejemplo, el valor del
dólar), pero eso no quiere decir que los objetos no puedan tener propiedades que
son observador independientes (por ejemplo, el papel del billete de dólar), y que
ciertamente son un asunto metafísico y no epistémico

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4.21 Para Ayer, aunque es en parte verdad que la forma de los EPs como básicos es
una cuestión de decisión, eso no obsta para que los EPs refieran a hechos,
cuestión que ocurre porque usamos palabras para reportar los hechos
4.22 Un asunto que también aclara Ayer es qué significa para el PL “experiencia
posible”: no refiere a la experiencia de una persona concreta, por ejemplo, “S
experimenta la presencia de Dios” (L. p. 239), cuestión que sería
autocontradictoria, sino la experiencia que todo el mundo puede potencialmente
tener en lo dado
4.23 Una interesante crítica que hace Ayer a Wittgenstein es por qué la
proposiciones no serían dibujos [picture] con forma: si lo son, ¿cómo es
entonces posible distinguir las proposiciones verdaderas de las proposiciones
falsas?
4.24 Deberíamos decir entonces que las proposiciones verdaderas describen hechos
de la realidad, y las falsas no, y ello significa que la noción de dibujo no puede
prescindir de la noción de acuerdo
4.25 Lo mismo se aplica al pensar que las proposiciones verdaderas son tal en virtud
de su forma, y de que son como como mapas compatibles entre sí
4.26 Ojo: se deben distinguir las oraciones de las proposiciones, ya que dos
oraciones pueden implicar la misma proposición O1: llueve O2: “It’s raining”
O1 y O2 implican p
4.27 A lo que apunta Ayer: el criterio para establecer que p es verdadero debe ser
empírico, ya que “estoy enojado” se verifica si estoy enojado, y así
sucesivamente con todas las demás proposiciones  relaciones entre hechos y
proposiciones; si no se adopta el criterio del acuerdo, no sabe Ayer qué otro
podría darse
4.28 ¿Son las proposiciones verdaderas incorregibles? Resulta difícil contestar la
pregunta para Ayer, ya que resulta difícil de analizar
4.29 Una respuesta es la de Price, quien cree que la incorregibilidad de los
enunciados sintéticos tiene que ver con que hay razones para aceptarlas, y esas
razones apuntan a nuestra experiencia
4.30 Ayer concuerda con eso, y agrega que si una proposición fuera corregible, se
estaría hablando de otra proposición…
4.31 Moore, a su vez, le sugiere a Ayer que la incorregibilidad no es solo de las
razones para aceptar p, sino de uno además no puede estar equivocado cuando p
es verdadero, y ese es un hecho no de la psicología, sino del lenguaje

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