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PRECLASICOS, ECONOMIA POLITICA CLASICA, ELEMENTOS DEL PENSAMIENTO

MARXISTA Y EL SURGIMIENTO DEL MODELO NEOCLASICO


(NOTAS DE CLASE EDGARD SERRANO –
Documento en construcción -VERS. MAYO 22-2020)
PRESENTACIÓN

La construcción del Pensamiento Económico contemporáneo es producto de la evolución de ideas


económicas surgidas en diferentes momentos de la historia de los seres humanos, en particular de la
tradición moderna de varias “escuelas” en los últimos dos siglos de historia de esta moderna diciplina.
Esos diversos momentos que precedieron a la construcción teórica están enmarcados entre el
renacimiento y la ilustración, en donde diversos pensadores pretendieron entender y explicar la
dinámica social y política de las interacciones sociales, de procesos de producción e intercambio que
desarrollaron las sociedades.

El camino que va de los mercantilistas y la teoría cuantitativa del dinero, a los desarrollos de vanguardia
de la teoría de juegos y los problemas de la elección neoclásicos, están enmarcados en el contexto de
emergencia y consolidación del sistema capitalista en el que vivimos. Es allí en donde se construye la
teoría económica contemporánea y sus diversas visiones.

En esta reflexión y síntesis, se presenta una mirada parcial y descriptiva a la evolución teórica en
economía, desde las ideas mercantilistas de Colbert y Mun, pasando por los fisiócratas del producto
neto y el tableau de Quesnay, a las teorías del valor trabajo clásica, la plusvalía y la teoría de la
explotación del marxismo. A finales del siglo XIX la teoría cambia su rumbo y se centró en la utilidad
marginal y el homo economicus neoclásico. En el siglo XX, la evolución teórica, que no
desarrollamos en este texto, continua con el programa neoclásico, su fortalecimiento matemático, los
debates keynesianos de política, y los avances de los economistas formados en la tradición ortodoxa,
que transforman la teoría y la llevan a los modelos formales que se utilizan en la actualidad. Pero a
pesar de esta linealidad, hay desarrollos heterodoxos desde fines del siglo XIX, como el
institucionalismo y la escuela histórica.

En este orden de ideas la ciencia económica, no es un cuerpo unificado de conceptos, no es una


estructura homogénea de pensamientos teóricos y perspectivas metodológicas, las diversas posiciones
de las escuelas y sus campos de investigación, que conforman la base en que se estructura el
pensamiento económico moderno, señalan la divergencia en las ideas económicas desde su origen. El
desarrollo de diversos modelos, con enfoques distintos a problemas similares, y la utilización de las
herramientas metodológicas menos homogéneas y con tendencia al uso más unificado de los diversos
arquetipos que se han desarrollado desde las ciencias duras como la física, la matemática, la biología
y la estadística, demarcan la evolución contemporáneo de la ciencia.

La vigencia de las “viejas” teorías económicas se encuentra presente en diversos enfoques


contemporáneos, las ideas mercantilistas de la protección y el comercio regulado, la vuelta a los clásicos
en el análisis del desarrollo y el crecimiento económico, la teoría de la explotación marxista y el ejército
industrial de reserva ante los problemas del desempleo, los desarrollos éticos de J.S. Mill, las ideas de los
enfoques de la producción en Marshall, y el rescate de las ideas institucionalistas, entre otros aspectos,
hacen parte de postulados teóricos del pasado que se vuelven a discutir, no todo es nuevo en las ideas
contemporáneas ni todo es obsoleto en las viejas posturas teóricas, de allí la importancia de la revisión
de muchos de sus postulados.

1. Antecedentes: el Mercantilismo.

El mercantilismo (siglos XVI al XVIII), no se puede mirar como una corriente definida del pensamiento
económico, es un cumulo de ideas y de elementos prácticos del conocimiento económico de los negocios,
y las finanzas privadas y públicas; manifiesto muchos de ellos, en las aplicaciones de política económica
de pensadores y administradores de los estados de la época. Es indudable que ideas teóricas muy
importantes se concibieron en este periodo, con prácticas que permitieron la administración de las
grandes monarquías imperiales del periodo mercantil.

Es el momento histórico en donde se va produciendo la transición del feudalismo al capitalismo, y se


genera un florecimiento comercial, unidireccional entre los imperios y sus colonias, y un comercio a veces
triangular entre los imperios. Es época también de nuevos productos con mercados coloniales, como el
tabaco, el café, el té, y el mercado de seres humanos, el gran negocio de los esclavos. En la época, se
gestan las bases de la economía de mercado financiero occidental y del capitalismo con
transformaciones sustanciales en las estructuras políticas, sociales, culturales del mundo occidental
europeo.

Los patrones mercantilistas europeos en la época fueron totalmente diferentes a los que se
desarrollaron en el Océano Índico, allí los navegantes de Europa encontraron a principios del siglo
XVI “un paraíso del laissez-faire”. Puertos como Calcuta y Malaca, tenían políticas comerciales más
liberales que las de cualquier ciudad o Estado europeo de aquel tiempo; de hecho tenían prácticas
comerciales desde hacía siglos en todo el océano indico llegando a Japón y China, así es posible
afirmar que los europeos no llevaron a Asia el liberalismo comercial, sino las restricciones
monopolísticas a este, condiciones que fueron impuestas por la violencia y las armas de los imperios
europeos y las Compañías de las Indias Orientales, auspiciadas por ellos durante más de tres siglos.

Durante el periodo mercantil se incrementa el comercio exterior de los imperios, nace la banca moderna,
que va a jugar un papel definitivo en la deuda pública de las naciones, su origen se presenta en la
necesidad de cambiar las monedas locales por plata y oro, luego de que el comerciante en el extranjero,
al finalizar el negocio previsto, organizaba el regreso a su país de procedencia. Ello forjó la necesidad de
contar con cambistas (de monedas por oro y plata), el banco de cambios de Amsterdam se creó en 1609,
con el interés de tener a disposición metales y monedas.

La fortuna en metálico descubierta en México y Suramérica, tiene a la corona Española, con sus
virreinatos, en el origen de la explotación de una gran riqueza, una referencia se encuentra en las siguientes
crónicas, que además muestran el efecto negativo de la abundante riqueza que se apropiaron los
españoles;

"... por todas las faldas de esta cordillera se han hallado grandes mineros de plata y oro,. y en todo el reino del Perú; y
si hubiera quien lo sacase, hay oro y plata que sacar para siempre jamás; porque en las sierras y en los llanos y en los ríos, y
por todas partes que caven y busquen, hallarán plata y oro. Sin esto, hay gran cantidad de cobre y mayor de hierro por los
secadales y cabezadas de las sierras que abajan a los llanos" (Cieza de León, P.)

Fray Tomás de Mercado1 en su obra "Summa de tratos y contratos" (1569) mencionaba algunos aspectos
que retratan parte de la dinámica mercantil en la época;

" … vemos que en las Indias Occidentales, después que los españoles alcanzaron y poseen con quietud el señorío y
jurisdicción sobre los naturales, tienen comúnmente uno de dos tratos: que o son mineros o mercaderes. O se dan a
sacar oro y plata o a llevar y vender la ropa que va de España, porque todo aquel imperio es fertilísimo de estos ricos y
preciados metales y estéril y falto, a lo menos hasta ahora, casi de todo lo que es menester para una vida política y algo
regalada, que ni hay paños finos, ni sedas, ni lienzo, ni vino, ni aceite, sin lo cual no se pasa ni puede pasar bien la
gente, en especial la española, criada en tanta abundancia de todo de sesenta años a esta parte, que se descubrieron las
Indias occidentales, se le recreció (a Sevilla) para ello una gran comodidad y una ocasión tan oportuna para adquirir
grandes riquezas, que convidó (atrajo) a algunos de los principales a ser mercaderes, viendo en ello grandísima
ganancia... Así la Casa de la Contratación de Sevilla y el trato de ella es uno de los más célebres y ricos que hay el día
de hoy, o se sabe en todo el orbe universal. Es como centro de todos los mercaderes del mundo, porque, a la verdad,

1
Economista de la Escuela de Salamanca y teólogo dominico, nacido en Sevilla, escribió el Manual de Moralidad
Mercantil (1569), dedicado al Consulado de Mercaderes de Sevilla es un documento descriptivo considerado como
uno de los antecedentes teóricos más interesantes y profundos de su tiempo, allí describe la teoría cuantitativa
del dinero analizando el efecto que estaba teniendo en su tiempo la importación de metales americanos en los
precios de España y Europa.
soliendo antes Andalucía y Lusitania ser el extremo y fin de toda la tierra, descubiertas las Indias, es ya como medio.
Por lo cual, todo lo mejor y más estimado que hay en las otras partes antiguas, aun de Turquía, viene a ella, para que
por aquí se lleve a las nuevas, donde todo tiene tan excesivo precio.

Se destaca en la crónica la organización comercial española de ultramar, el puerto de Sevilla, y la


compañía occidental de las indias, la gran empresa comercial2 de la época. La agricultura de
subsistencia y la producción de textiles (seda) son importantes para la economía española con la feria
comercial de Medina del Campo. España exportaba, en líneas generales, materias primas como lana o
hierro, e importaba productos manufacturados de las demás naciones de Europa en los siglos XVI y
XVII. Pero el paso a una economía rentista va en detrimento de una economía productiva, fenómeno
que en el mundo moderno se repite de forma reiterada en diversas economías contemporáneas.

El reencuentro europeo del “nuevo mundo” y su conquista, contribuyó a la expansión del imperio
español y de algunas regiones como Castilla, con la exportación de oro hasta la década de 1560, y de plata.
La importación de los metales preciosos americanos rara vez supuso más de un diez o un quince por
ciento del producto interior bruto de la Corona, pero estructuro una economía dependiente.
Posteriormente el comercio con América, luego del establecimiento de la Casa de Contratación en 1503,
hizo de Sevilla una de las más prósperas ciudades del occidente cristiano por cerca de dos siglos.

No se puede dejar de lado la relación crucial, aunque corta en el tiempo, entre el Renacimiento y el
Mercantilismo, Silva (1996, 8) señala que cada momento se vio influenciado por el otro: “(…) en las
décadas renacentistas se advierten dos tendencias opuestas que, sin embargo, coinciden en un
momento dado (…) por un lado, el ideal estético, el amor a la belleza, placer desinteresado (…) por el
otro, el afán de lucro, la pasión por adquirir bienes materiales, sobre todo lingotes y monedas de metales
preciosos, que a los comerciantes de aquella época, les parecía la más codiciada de las riquezas”. Sin
embargo, bien señala el autor, pronto el arte se vio subordinado al comercio (Peñas, O. 2013).

El comercio y la llegada de metálico a España fue vital para su economía, luego lo será para Inglaterra,
Francia y lo que son ahora los países bajos. Pero lo que fue bendición, también generó problemas
económicos, entre estos el fuerte y lento proceso inflacionario de la Europa occidental, y dejo como
estructura una economía rentista, que para el imperio español fue su soporte sustancial durante tres
siglos. La inflación europea del siglo XVI, a pesar de incrementos de un ritmo moderado impacto a
una sociedad rural pobre, ese dos por ciento cada año, se convirtió en el mal del siglo y dio lugar a una
verdadera «revolución de los precios» incidiendo fuertemente en los problemas sociales de la época,
entre estos la mendicidad, que fue narrada en la literatura costumbrista de la época.

Entre los muchos pensadores Mercantilistas se destaca inicialmente Jean Bodin (1530-1596) autor
de “Los seis libros del Estado”. En su análisis sobre los precios publicado en 1568, planteaba que el
aumento de los precios de mercaderías como: trigo, viñas, frutas, etc, era superior a la depreciación de
las monedas. El aumento de precios, un fenómeno real (de los precios en términos de oro y plata),
descrito en esta publicación fue considerado por mucho tiempo la primer exposición de la teoría
cuantitativa del dinero.

Bodin anotaba que la causa de la inflación era la abundancia de oro y de plata de ese momento histórico;
el mayor crecimiento de la oferta de metales preciosos, en relación con la escasa oferta respecto de
los demás bienes y se aumentaban los precios de estos bienes en términos del metálico, por ello al
observar la balanza comercial de Francia con España, notaba que la española era superavitaria de los
demás bienes, disminuían los precios relativos del oro y la plata porla importación neta de estos.

El nivel general de precios (el inverso del valor del dinero), se relaciona así directamente con la
cantidad de oro y plata existente en el mercado (cantidad de dinero) y en esta idea hay una teoría monetaria
de la inflación. Pero otros planteamientos esenciales de la teoría cuantitativa no los desarrolla Bodin, por

2
Una parte importante de los ingresos de la corona provenía del control del comercio con las Indias. Desde el
primer momento se trató de controlar ese comercio con la creación de la Casa de Contratación (1503) y el
Consulado de Sevilla (1543), donde debían arribar todas las flotas y galeones que comerciaran con las Indias.
ejemplo: que la oferta excedente de dinero presiona una demanda excedente de bienes que afecta sus
precios. Lo que Bodin explica en términos contemporáneos es un modelo oferta-demanda del dinero
no de bienes. Sólo recientemente se ha reconocido que los pensadores de la Escuela de Salamanca,
como Martín de Azpilicueta, habían descrito ya, incluso con mayor claridad y profundidad de análisis.

Jean Baptiste Colbert (1619 – 1683), ministro de Luis XIV, sirvió durante más de dos décadas como
ministro de finanzas, marina, obras públicas y comercio y fue secretario de la Casa del Rey. La política
económica diseñada por Colbert desempeñó un papel esencial en el fortalecimiento administrativo de la
monarquía francesa y en la consolidación de la hegemonía gala sobre Europa occidental. La política
económica de Colbert (colbertismo o industrialismo), se basó en un fuerte proteccionismo de la
producción nacional, dirigido a castigar las importaciones y favorecer el desarrollo del comercio interior
y de las exportaciones. En 1664 Colbert ordenó una primera revisión de los aranceles aduaneros, que
sería completada en 1667. Los países afectados por estas medidas respondieron, a su vez, con la
imposición de restricciones a la importación de productos franceses. Esta "guerra de las tarifas" culminó
con el estallido del conflicto bélico franco-holandés de 1672-1678.

Thomas Mun (Londres, 1571 - 1641) comerciante adinerado y miembro del comité de la Compañía
Británica de las Indias Orientales y de la Comisión Permanente sobre el comercio, fue uno de los
autores más importantes del mercantilismo Ingles, para él la riqueza y el tesoro de una nación se derivaban
principalmente del comercio exterior, con una balanza comercial favorable: “vender más anualmente a
los extranjeros en valor, de lo que consumimos de ellos”. Algunas medidas para aumentar las
exportaciones:

a) utilizar tierras ociosas para incrementar el número y calidad de los productos a exportar;
b) disminuir las importaciones, principalmente la reducción del consumo importado del resto del
mundo; c) exportar los excedentes de la producción nacional, teniendo en cuenta las necesidades de
los países extranjeros.

Mun se anticipa a planteamientos vigentes como: concepto de la balanza del comercio (exportaciones
que superan las importaciones); principios del precio de monopolio (vender tan alto como se pueda,
mientras no caiga la demanda del producto); teoría de los precios acerca de las aduanas (minimizar o
eliminar aranceles para incentivar la exportación de productos); teoría general de la riqueza (mantener
saldo a favor en la transacción de productos reexportados); teoría cuantitativa de la moneda (reinversión
del capital financiero en la exportación) (Johnson, 1996, 30-33).

La manufactura, principalmente la de hilados y telas es clave en la dinámica productiva Inglesa


aunque Mun sostiene que centrar la atención en esa sola actividad –dejando de lado otras como la
pesca o la siembra-, podría poner en aprietos al país en momentos de crisis, lo que es un aspecto claro
y estratégico de una economía nacional, la no dependencia de uno o pocos productos como base de
la economía.

El concepto de riqueza, manejado por Mun, a lo largo de su obra, se acerca a la idea moderna de capital
financiero, lo que lo diferencia de la visión de muchas personas en la época, el metálico sirve para
atesorar. Mun contradice la versión de sus antecesores, frente a que la sacada de dinero del país atenta
contra las posibilidades de riqueza del mismo: “Será muy provechoso exportar dinero así como
mercancías, pues haciéndose esto en intercambio solamente, aumentará nuestra riqueza”, anota Mun
además que el aumento en la circulación de dinero en un país, aumenta a su vez el costo de los productos,
lo que se refleja posteriormente en una disminución en la demanda de los mismos, argumento que en
parte explica las restricciones a la libre empresa y la movilidad de factores económicos.

El trabajo de Petty se sintetiza en sus obras: A Treatise of Taxes and Contributions (1662), Verbum
Sapienti (1664), “The Political Anatomy of Ireland” (escrita en 1672 y publicada en 1691) y Political
Arithmetick (escrita desde 1672 hasta 1676 y publicada por primera vez en 1690). Petty estaba a favor
de un comercio exterior más libre, más que muchos de los mercantilistas, en parte porque creía que
eso evitaría el contrabando. Quería que los bienes importados fueran gravados con impuestos, de
manera que “serán un poco más apreciados que las mismas cosas cultivadas o fabricadas en el país,
si esos impuestos fueran factibles”. La importación de las materias primas se debería “abordar poco
a poco”, es decir, gravarla ligeramente. Petty se oponía a las leyes que prohibían la exportación de
dinero, pero en Political Arithmetick deploraba el dinero pagado a los extranjeros por los embarques,
a los holandeses por su comercio pesquero “practicado en nuestros mares”, y el dinero gastado en
bienes importados que se podían fabricar en Inglaterra.
Petty pensaba que el Estado debería emplear a los desempleados para trabajar en las carreteras, drenar
los ríos, plantar árboles, construir puentes, extraer minerales y fabricar diversos bienes. En este
sentido fue un predecesor de aquellos economistas contemporáneos como Keynes, que defendían el
empleo en el servicio público para reducir el desempleo en momentos de crisis.

Richard Cantillon (1697 ¿?– 1734), nacido en Irlanda y millonario por sus negocios, fue autor del "Essai
sur la Nature du Commerce en Général" y el precursor de una gran cantidad de ideas económicas. Por
ejemplo la idea de centrar los costos de producción al factor tierra, como un antecedente a los
fisiócratas, además se menciona que fue el creador del tableau économique. Su teoría del valor tiene
elementos clásicos, al ser una teoría del costo de producción como unidad trabajo, lo que
posteriormente desarrollaría Marx en su teoría de la explotación.

Cantillon expone una teoría del empresario, similar a la que desarrollaría en la primer mitad del siglo
XX F. Knight3; de otra parte las posturas monetarias de Cantillon se pueden identificar en la vía
keynesiana; otras ideas mercantilistas refinadas son las de observar el tipo de bienes que interesa
exportar e importar a un país, pero sin llegar a confundir nunca el oro con la riqueza.
En sus reflexiones trata el crecimiento de la población como parte integrante del proceso económico, de
esta manera Cantillon y Malthus esbozan una teoría poblacional, coinciden en plantear que son tres los
mecanismos por los cuales la población se ajusta para sostenerse: movimientos poblacionales
(migraciones internas, externas)acordes con la demanda de trabajo; mortalidad infantil (a veces adulta
también); y la nupcialidad que es proporcional a la situación económica. Hace Cantillón un análisis de la
localización de las ciudades y los núcleos de producción.
Cantillon de forma precisas diferencia el precio de mercado y el valor intrínseco de una mercancía
adelantándose a los clásicos. Son importantes sus planteamientos sobre la teoría cuantitativa del dinero,
al demostrar que las variaciones de la velocidad del dinero son equivalentes a las de la masa monetaria y
que las variaciones de la masa monetaria influyen en los precios, observando los flujos de renta entre los
principales sectores de la economía.

Una síntesis de las concepciones de la riqueza a lo largo del siglo XVII: Bullionismo (modelo español:
la riqueza está en la posesión de metales preciosos: buillion). Colbertismo (modelo francés: la riqueza
está en el trabajo, sobre todo industrial). Thomas. Mun: la riqueza por el comercio exterior (modelo
inglés: exportación de capitales).
En necesario tener presente que el contexto mercantilista es restrictivo y los estados absolutistas
generaban serias restricciones a las actividades económicas y a la libre empresa, a pesar delos cambios
en la economía debido al comercio de ultramar, los descubrimientos y las conquistas y las nuevas
colonias que le generaron inicialmente a España grandes rentas y también a Francia, Países bajos y
Portugal. Por ejemplo en Gran Bretaña en el siglo XVIII se tenía:

• Prohibición de exportar herramientas.


• Prohibición absoluta de importar tejidos de lana.
• Multa y cárcel (de 3 a 6 meses) por incitar a un artesano a emigrar.
• Si un artesano emigra y no vuelve en seis meses, tras ser requerido, se le declara incapaz de

3Destaca la distinción entre "riesgo" (aleatoriedad con probabilidades conocidas) e "incertidumbre" (aleatoriedad con
probabilidades desconocidas) el empresario en la economía asume el riesgo de la actividad, el empresario adquiere los
factores de producción a un precio conocido y tiene que hacer previsiones futuras sobre la demanda que es incierta, tanto en
la cantidad que podrá vender como en el precio al que lo podrá hacer. Por tanto, el empresario asume un riesgo y el beneficio
es la recompensa por asumir riesgo. Knight define al beneficio como un beneficio residual que es incierto (no se conoce con
seguridad).
herencia, de ser representante o administrador, de poseer tierra, se le embargan sus bienes
muebles e inmuebles y se le declara extranjero a todos los efectos.

Para Braudel (2002, 16) “la economía europea, si la comparamos con las del resto del mundo, parece
haber debido su desarrollo más avanzado a la superioridad de sus instrumentos e instituciones: la bolsa y
las diversas formas de crédito”. Con todo lo anterior, llega a plantear una jerarquía de países, donde
Europa es el referente de medición, según el desarrollo de cada uno en el mercado de aquella época: en
un estadio superior, Japón y la región del Islam; China en un punto intermedio; y en la base, las economías
primitivas.
La expansión del comercio se da a través de las ferias que prevalecen en los siglos XVI y XVII,
permiten la expansión del crédito y del capital financiero, pero decaen como consecuencia de cambios en
la dinámica económica, tributaria y empezaron a consolidarse las bolsas: “con el aumento de la población,
el crecimiento de las ciudades y la lenta mejoría del consumo”, el comercio al por mayor no podía hacer
otra cosa que desarrollarse, desbordar el canal de las ferias, organizarse de manera independiente.
Para Braudel es en el siglo XVIII (2002, 19) que el capitalismo inicia a través de la producción y el
mercado el camino de intervenir en la vida material individual, el mercado experimenta una expansión que
se refleja en “la variación en cadena de los precios de mercado (…) señal que lo anuncia y lo
demuestra. Estos precios varían en el mundo entero” (Braudel, 2002, 18). Menciona Braudel,
retomando la idea de Smith, que “el mercado es un dios escondido y benévolo, la mano invisible”.
En Marx, el mercantilismo permite pasar del feudalismo al capitalismo y en una etapa avanzada marca
los inicios de la producción capitalista, para este autor el mercantilismo en algunas naciones europeas
impulso el proteccionismo estatal sobre la industria, que permitió un apoyo importante a la consolidación
de la burguesía y la industria (Rodríguez, 2000, 145).
Según Polanyi (referenciado por Rodríguez, 2000, 46), el Mercantilismo marca el nacimiento de un nuevo
esquema económico, el mercado autorregulador, producto de la Revolución industrial. Este último: “es
un sistema gobernado por los precios del mercado y la tarea de asegurar el orden en la producción y
distribución de bienes es confiada a este mecanismo autorregulador”. Desconoce, a diferencia del
Mercantilismo, los esfuerzos del Estado por regular la economía, y construir estados sólidos.
Una síntesis del pensamiento mercantilista y que al mismo tiempo plantea una interesante reflexión sobre
algunos temas claves como la teoría cuantitativa del dinero la encontramos en Keynes (1936, capítulo 23)
para el: 1) Los mercantilistas se dieron cuenta de que el tipo de interés dependía de la preferencia por la
liquidez (demanda de dinero) y de la cantidad de dinero (oferta de dinero), siendo unos de los primeros
en entenderlo de esa forma y añadiendo que distinguía entre la tasa de interés y la eficacia marginal de
capital keynesiana (el beneficio que se obtiene en cualquier actividad económica).
El trabajo de Locke4(Wrington, Somerset, 29 de agosto de 1632- Essex, 28 de octubre de 1704) es
destacado por Keynes. 2) Los mercantilistas advirtieron el peligro de que una competencia excesiva
pudiera hacer que la relación de intercambio se volviera en contra de un país, esto por el abaratamiento
de los bienes importados y la producción nacional. 3) Asimismo se dieron cuenta de que su política
liberaba al país de un indeseado sobrante de mercancías, en el que, según se creía, radicaba la causa de la
desocupación y, de otra parte, aumentaba la cantidad de dinero existente en el país, con las ventajas
resultantes de un descenso en la tasa de interés,
Acorde con esto el mercantilismo no reconoce ventajas mutuas y compartidas entre las naciones que
participen del comercio internacional, tesis que algunos autores clásicos expondrán posteriormente.
Para el mercantilismo en general no hay socios comerciales que busquen acuerdos favorables, el mundo
del comercio se da entre naciones rivales. El comercio entre mercaderes y, por analogía, entre
naciones, se percibe necesariamente como un juego de suma cero, nadie puede ganar a menos que otro

4 Gran pensador Ingles que había estudiado Filosofía y Medicina, padre del empirismo inglés, y «del Liberalismo
Clásico», publica en 1690 An Essay Concerning Human Understanding.. Bacon influyo en sus ideas, contribuyó a la teoría
del contrato social.de Rousseau. Sus escritos fueron estudiados por Voltaire, la Ilustración escocesa, y los padres de la
revolución Norteamericana. En temas económicos escribió Algunas consideraciones sobre las consecuencias de la reducción
del tipo de interés y la subida del valor del dinero (Redactado en 1668 y publicado en 1691).
pierda. Los mercantilistas no ignoran que un país sólo puede conseguir un excedente en el comercio
internacional a costa de los déficit de otros.
Se equivocan quienes atribuyen a los mercantilistas una filosofía nacionalista y propicia a promover
la guerra; la revolución industrial inglesa, contrariamente a lo que se ha dicho en el mundo liberal,
fue impulsada por las leyes mercantilistas británicas, las Navigation Acts, que no dejaron de regir
hasta 1846, con la ley inglesa de cereales (Corn Law). El pensamiento mercantilista propicio la
ruptura con la idea católica de que buscar riqueza era pecado, que el hombre busque conseguir todo
aquello que le sea útil es importante socialmente, (Gramp, 1971).
El desarrollo de las teorías económicas modernas tiene su génesis en la segunda mitad del s. XVIII. Las
ideas económicas de la época tienen como contexto la Revolución industrial, la independencia de USA,
el escenario permanente de la confrontación bélica de Inglaterra, el crecimiento económico inglés a finales
del s. XVIII.

La Fisiocracia. Laissez faire laissez passer (dejar hacer, dejar pasar) Frase de Jean-Claude Marie
Vicent de Gournay5, que se convirtió en la máxima de la fisiocracia y que en la economía liberal se
interpreta como librecambio. Si bien los fisiócratas mencionaron el concepto de laissez-faire, este no
se puede entender como una política general de la interacción económica en la época, es una respuesta
al poder absoluto de la monarquía, un rechazo al dominio del gobierno sobre las actividades
económicas. Pero el laissez faire de los fisiócratas, paradójicamente requería de la intervención estatal
para poderse implementar “su liberalismo [requería] de una activa intervención gubernamental
(Schumpeter, 1954, 274) que removiera los obstáculos para obtener altos precios agrícolas y para
promover las condiciones que los posibilitaran, en este sentido eran enemigos de una competitividad
internacional en el comercio (Escartín, Tema 10).

Posteriormente A. Smith lo retomara en su obra, pero tampoco en ella es sustancial a sus argumentos
centrales, como algunos defensores del libre mercado tratan de enfocarlo, el concepto influirá de manera
determinante en los ideales de libertad de mercado.

Los fisiócratas compartían la idea de un “orden natural y esencial”, reflejado en el conjunto de


instituciones conformes con la providencia que asegurarían la prosperidad. Cuando los fisiócratas hablan
del Orden Natural, no intentan analizar la realidad, sólo describir una situación ideal, en donde hay un
orden ideal de todas las cosas.

La Naturaleza revela sus propias leyes al hombre y éste puede deducirlas mediante el raciocinio. Del
cosmos, perfectamente ordenado se deriva "el orden esencial de las sociedades" humanas, orden que
consiste en "una armonía perfecta de las instituciones sociales sin la que la felicidad y el crecimiento
del género humano no podrían tener lugar" El orden natural es un ideal que tiene que alcanzar el ser
humano para lograr la prosperidad económica, la riqueza. Por lo tanto, el objetivo de todos los estudios
científicos era descubrir las leyes que rigen estos fenómenos. Una constante en las aproximaciones de
las ciencias de la época.

En la descripción del orden natural, de donde se desprende el Derecho Natural, los fisiócratas enuncian
sus propuestas en materia de política económica. La fisiocracia exige la propiedad6, bajo tres formas:
Personal (derecho de todo hombre a disponer de sus facultades físicas o intelectuales, Mobiliaria
(disponer de los frutos de su trabajo) y Territorial (el heredero debía disponer de la tierra)6. El Derecho
natural, se configura en un conjunto de leyes que "regulan los acaecimientos físicos del orden natural
evidentemente más ventajosos para la humanidad" Sin embargo, los hombres manifiestan en sus

5
Jean-Claude Marie Vincent de Gournay (1712 - 1759), rico hombre de negocios y señor de Gournay por la compra de las
tierras que conferían el título. Difundió la obra de Cantillon y fue el profesor particular de Turgot en materia económica.
Preconizó la libertad económica y la eliminación de las reglamentaciones y de los monopolios. Se le atribuye la famosa
frase del Laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même. No escribió ninguna obra específica sobre temas económicos,
aunque sí diversos artículos.
6 La propiedad privada es la más importante institución social que, además, está conforme con el concepto fisiócrata del orden natural en

un triple aspecto (según Spiegel, p. 227):


instituciones un orden positivo que si se separa del natural “es debido a la incapacidad de los
legisladores por interpretar correctamente el derecho natural”.

De forma similar, cada hombre sólo tiene el derecho natural sobre todas las cosas obtenidas con su
propio trabajo. Esta teoría procede de Locke, pero Quesnay7 la amplía con la recíproca, ya que el
trabajo personal , útil tanto para sí mismo como para la sociedad, se justifica (Escartín, Tema10).
Francois Quesnay8 (1758) fue uno de los primeros en plantear un modelo de interacciones económicas
en su “Tableau Economique” (Cantillon ya había esbozado esta idea). La tabla muestra “la percepción
de la identidad fundamental entre "producto" y "renta" (ingreso), una identidad que expresa un hecho:
la renta ha de tener necesariamente un equivalente en la producción de bienes y servicios en que se origina.
La estructura económica era regida por “leyes” análogas a las que se utilizaban para describir fenómenos
naturales; esta idea “la concepción de la economía como un flujo circular de gastos e ingresos”. El Tableau
intenta mostrar también cómo la clase productiva9 (los agricultores que producían la riqueza, los
terratenientes, poseedores del factor tierra), por un lado, y la clase estéril (comerciantes, artesanos), por
otro, venden sus productos entre sí y cómo gastan a su vez los ingresos monetarios derivados de tales
ventas” (Fellner, 13).

7 Quesnay, fue el médico personal del rey Luis XV, publicó el Tableau Économique en 1758, acompañado de un suplemento
Maximes Générales du Gouvernement Économique d’un Royaume Agricole .
8 Lo justificaban afirmando que era la retribución por haber mejorado y conservado el suelo durante las generaciones, y que

era el mejor sistema para asegurar el mantenimiento de la tierra.


9 Para la fisiocracia, la sociedad se dividía en clases sociales, unos generan riqueza (producto neto), dueños de la tierra

(aristócratas, alto clero), agricultores, ganaderos (considerados productivos y otros no se consideran generadores de riqueza:
artesanos, mercaderes (no se consideraban productivos al no generar excedente).
La idea del flujo económico descrito en el Tableu, no fue utilizada por los economistas clásicos hasta
Marx. En el caso de Smith10, quien estuvo en contacto con los Fisiócratas, no la considero de forma
sustancial. Hay en el modelo de Quesnay un sistema cerrado, equilibrado, sin acumulación, en el cual
no existe distinción clara entre factores productivos y bienes producidos. Los fisiócratas consideraban
a la agricultura como única forma de producción de riqueza, el comercio y la industria solo permitían
en su visión la distribución de aquella riqueza y el gobierno debía reducir al mínimo su intervención
económica.

El producto neto es una cantidad de bienes superior a los utilizados como materia prima, como
reposición del capital productivo y como pago de los asalariados (en general como costos de la
producción): El excedente agrario sobre los costes de producción es un don que brota gratuitamente de
la naturaleza; ésta origina la creación física de bien es cuyo producto neto (o excedente) es la base que
sustenta a toda la sociedad. "La tierra es la única fuente de riquezas y la Agricultura las multiplica" ,
según afirma Quesnay (Máxima III). (Escartín, Tema 10)

«Mientras la agricultura prospere, las otras artes florecerán con ella, pero cuando abandonemos el cultivo, por cualquier
causa que sea, el resto de trabajos, tanto los de la tierra como los del mar, se agotarán al mismo tiempo»

La idea de un sector que produce el excedente en una sociedad, desempeño un papel importante en los
argumentos de Ricardo y Marx, estos autores con algunas modificaciones mostraron: el primero los
efectos negativos que la renta produce a la producción capitalista, y en Marx los elementos para la
discusión sobre trabajo productivo e improductivo, un efecto clave de la herencia fisiócrata. El “error
capital” de la fisiocracia según Adam Smith, fue el que considerara a los artesanos, fabricantes y
comerciantes como clases improductivas.

Turgot fue explícito en estos argumentos, consideraba a la agricultura y no a la industria, como la base de
la riqueza de una nación, se adelantó a Adam Smith en mostrar las bondades que representaba la división
del trabajo; si cada persona se especializa en una actividad determinada, la productividad es mayor que si
cada persona realiza actividades distintas en un mismo proceso.

Turgot fue pionero en hablar de la "ley de los rendimientos decrecientes", ley que establece que en la
medida en que se intensifica la mano de obra (o el capital), el rendimiento va siendo cada vez menor, en
otras palabras cuando a un terreno concreto se le van aplicando sucesivamente cantidades iguales de
capital, el aumento de producto obtenido en cada aplicación va siendo inicialmente mayor hasta un
límite, en el que la razón entre el aumento del producto y el aumento del capital alcanza un máximo.
A partir de esta combinación óptima entre el factor fijo y el variable, nuevas adiciones iguales de capital
originan aumentos del producto cada vez menores y progresivamente estos nuevos aumentos de la
producción tienden a cero (Schumpeter, 1954, p. 305).

Economía Política. El término “economía política clásica” fue acuñado por Marx y se puede identificar
con el paradigma dominante del pensamiento económico en el largo periodo 1750-1870, en el cual la
teoría económica tuvo como núcleo central la teoría del valor trabajo. La economía política trata sobre la
intervención del Estado, para generar condiciones favorables para el “bienestar”.

Smith (1723-1790), defendido en la tradición británica como padre de la economía moderna, escribe dos
obras sustanciales que fundamentaran el pensamiento social y económico: la Teoría de los sentimientos
morales (TSM) publicada en 1759 y La riqueza de las naciones (RN) publicada en 1776, en la primera
se discuten algunas percepciones frente al comportamiento de las personas en la sociedad y su forma
de11 actuar, la simpatía es un criterio de aprobación o reprobación de la conducta, pero no sirve para

10 Smith se relacionó con los fisiócratas, estuvo en Francia entre 1764 y 1766 en Ferney con Voltaire y, en París, con
filósofos y escritores como D’Alembert, Turgot, Helvétius, el barón d’Holbach, Marmontel, y, sobre todo, con François
Quesnay y los fisiócratas, sobre cuyas tesis económicas haría una dura crítica (Vargas Llosa, 2018), conoció el Tableau ,
pero según .Blaug (1978, p. 53) fue “mencionado pero no explicado por A. Smith”. Smith recoge algunas teorías de la
fisiocracia, pero no comprendió o ignoro la importancia científica del cuadro para la economía.
11 En su Introduction to the Principles of Morals (1780) propone como objetivo de la actividad política la consecución de

“la mayor felicidad para el mayor número” de personas. Bentham es el padre de la función de utilidad y conoce la tendencia
decreciente de la utilidad marginal
motivarla, nuestra felicidad y nuestro interés, aparecen en muchas ocasiones como principios de
acción que son loables.

El marco delineado por Smith, denota la complejidad expuesta en la R.N. (tratado de crecimiento y
desarrollo económico). Las conexiones entre el sistema liberal de pensamiento político y el sistema
económico son en parte la descripción en el texto de la piedra angular del capitalismo como estructura
económica y social dominante.

Para Smith la fuente de toda riqueza es la actividad humana a través del trabajo, no lo es el suelo, el clima,
la extensión territorial, el excedente agrícola, la cantidad de plata y oro, el superávit de la balanza
comercial, todas consideraciones de los fisiócratas y algunos mercantilistas, criticadas por Smith. La
mejor organización de la economía se logra espontáneamente, defendiendo cada uno sus intereses
personales (“la mano invisible del mercado”).

Edmund Burke, partidario de una interpretación metafísica de “la mano invisible de Smith” (las leyes del
mercado), acotaba las funciones del Estado a ser garante de la propiedad privada, regulación de los
trabajadores, y otros aspectos de no intervencionismo, con sus Pensamientos y detalles sobre la
escasez (1795): una legislación nacional de esas características sería perjudicial para los pobres, ya
que los impuestos para financiar las ayudas acabarían con el fondo de salarios para la contratación de
los jornaleros, y resultaría además inútil (al interferir en las leyes naturales del mercado), e injusta (un
impuesto arbitrario sobre la propiedad privada).

La discusión sobre intervención del estado o solo regulación, que puede ser extractada de muchos
párrafos de los textos de los clásicos, no puede dar pie para una concepción simple de un estado regulador
y no interventor como lo reclama posteriormente la teoría neoclásica. La discusión debe estar matizada
por el contexto, sin éste la discusión pierde su esencia, como en ciertos discursos ideológicos que
desfiguran los elementos sustanciales clásicos.

Egoísmo y utilitarismo. El utilitarismo de Bentham y el radicalismo filosófico de inspiración liberal,


fueron el signo distintivo de la mayoría de los economistas políticos.

Las ideas de las motivaciones, centradas en el egoísmo, perviven como el aspecto preponderante de
incentivo de nuestra época. La economía neoclásica lo reforzó con su dominio en los escenarios
académicos, pero esa visión reduccionista desconoce el Smith de la TSM y toda la riqueza de la filosofía
utilitarista y confunde sus objetivos con un sesgo moralista que niega los aspectos de la esencia del
comportamiento emocional humano.

La Teoría de los sentimientos morales inicia con un capítulo titulado “De la simpatía”. La simpatía,
decía Smith, vence incluso al egoísmo. La simpatía (o “empatía”, o “sentimiento de compañerismo”)
hace que el individuo se interese por la suerte de otros y hace que su felicidad sea necesaria para
todos. Esto es cierto a pesar del hecho de no obtener nada de la felicidad de otros, excepto el placer
de verla. El dolor y la alegría en otros despiertan emociones similares en los demás. Si se coloca en
la posi- ción de otras personas, sus imaginaciones pueden evocar simpatía hacia una situación de la
cual la otra persona no está consciente. Las personas que enloquecen pueden reír y cantar y ser
totalmente insensibles a cualquier sufrimiento.

Las preocupaciones éticas de TSM no dan prevalencia al egoísmo, este no parece jugar un papel
determinante en Smith, como lo retoman los pensadores y textos neoclásicos12. El planteamiento
hedonista de Bentham11, su principio de utilidad (donde hay dos elementos a maximizar: la mayor
felicidad y el mayor número de personas felices), y el Ensayo de la Población de Malthus, como otras
obras clásicas, tratan de teorizar sobre aspectos del comportamiento humano y su incidencia en la
dinámica social y económica.

invisible o armonía natural y el principio de la libertad natural del individuo o el derecho a la justicia.
12 La teoría neoclásica es hoy en día la teoría económica dominante y surge finalizando el siglo XIX, un elemento clave es que
abandona la tradición clásica, se enfoca en la interacción en el mercado y en las maximizaciones de la utilidad del individuo y
el beneficio empresarial.
En La Teoría de los sentimientos morales, la simpatía y la benevolencia frenan al egoísmo; en La
riqueza de las naciones, la competencia canaliza al propio interés económico hacia un beneficio
social, idea que será discutida en el siglo XX.

A diferencia de Hume y Smith, Bentham consideraba que los individuos egoístas, en la medida en que
buscan maximizar su propio placer, entran en conflicto con otros individuos. Por tanto, el legislador, a
través del derecho positivo (con un código legal o Pannomion), debe producir una identidad artificial de
intereses con el objetivo de conseguir “la mayor felicidad para el mayor número” principio de utilidad,
que Bentham identifica con la utilidad general (es decir con la utilidad total).

Como el ser humano es un sujeto que busca interesadamente el placer y huye del dolor, es decir, desea
alcanzar un estado de máximo bienestar, el interés general de la sociedad será la suma de los intereses
individuales, a los que Bentham otorga inicialmente el mismo peso (de ahí el carácter democrático e
igualitario del radicalismo filosófico) así la justicia de cada acción legislativa es susceptible de
medirse.

Aunque Bentham estableció una larga lista de tipos de placer, que comprendía muchos de orden no
material, al final se encontró con un problema todavía hoy irresoluto, el de las comparaciones
interpersonales de utilidad (cada individuo valora subjetivamente los distintos tipos de placer que
tiene), así que decidió establecer la siguiente secuencia reduccionista, asumida por la moderna
economía del bienestar:

Felicidad = Bienestar (estado placentero de ausencia de dolor) = Utilidad

Midiéndose la utilidad en dinero, mediante el principio de aditividad, lo que importa es la suma total
de dinero que “es la medida más exacta de la cantidad de dolor o de placer que cualquier hombre
pueda recibir”. Bentham, estaba convencido de que la posesión de bienes materiales (que clasifica,
anticipándose a Menger [autor marginalista] en instrumentos de primer orden o de consumo, y de
segundo orden o de producción) era tan básica para el logro de todas las demás satisfacciones que al
final identificó el medio (el ingreso monetario) con el fin (el bienestar). A partir de esta “aritmética
moral”, recomendó la intervención del gobierno en los procesos económicos, siempre que produjera
un aumento neto del bienestar, para lo cual las leyes debían “facilitar la subsistencia, producir la
abundancia, favorecer la igualdad [y] mantener la seguridad”.

Lo liberal va más allá de una postura económica

Los gobiernos emergen de contratos entre individuos en el contexto moderno, vida, libertad y
propiedad hacen parte de ese contrato que no era respetado en los escenarios del absolutismo
monárquico medieval o el esclavismo; las luchas de la burguesía contra la nobleza y la Iglesia, buscan
un contrato en donde los derechos individuales sean respetados.

Dos caminos del liberalismo se plantean en el siguiente esquema y ambos determinan muchas
estructuras de la vida moderna de los individuos, sin embargo enfrentan dos caminos opuestos, la
cooperación contra el individualismo
LIBERALISMO

POSTURA FRANCESA POSTURA SAJONA

INDIVIDUALISMO SAJON
CONTRACTUALISMO ROSSONIANO
LOCKE SMITH BENTHAM

INDIVIDUO ALTRUISTA QUE


ENCUENTRA SU SATISFACCION AL INDIVIDUO EGOISTA QUE ENCUENTRA SU
ENTREGARSE AL OTRO SATISFACCION
EN EL BENEFICIO PROPIO

SOCIEDAD Y COOPERACION SOCIEDAD INDIVIDUALISTA


MODELOS EGOISTAS

Podemos observar que estas dos visiones aun hoy en día se enfrentan en términos de los caminos
planteados a las sociedades. La postura sajona se ve reflejada en el modelo del “sueño americano” ,
es el ideal del individuo triunfador en una sociedad competitiva que premia a los mejores, pro la
realidad de este camino se matiza al observar como esa es una sociedad de gran desigualdad, de gran
concentración dela riqueza y en donde el bienestar de la sociedad solo lo tiene una parte de sus
miembros. Por el contrario las sociedades donde la cooperación se muestra como el camino, se pueden
reflejar en las naciones social demócratas escandinavas, y la Alemania contemporánea.

El pensamiento de Locke y la evolución del sistema político inglés, representaron en el continente


europeo los antecedentes más próximos que inspiraron el ideal de alcanzar un régimen político dotado
de legitimidad democrática, para reemplazar la monarquía absoluta legitimada por la irracional gracia
de Dios; Locke es un hijo de su tiempo, las grandes transformaciones políticas en Inglaterra que
permiten el ascenso de un parlamento burgués se van consolidando.

Para autores como Max Weber (referenciado por Braudel, 2002, 28), “el capitalismo, en el sentido
moderno de la palabra, no habría sido ni más, ni menos que una creación del Protestantismo o, mejor
aún, del puritanismo13”, agregando que quienes lideraron este proceso eran burgueses ingleses que
cambiaron las estructuras de gobierno, inicialmente en Inglaterra y luego influirán en el pensamiento
de la revolución independentista americana y la revolución francesa.

Las bases de un nuevo régimen político, para un estado monárquico con separación de poderes, están
descritas en Del Espíritu de las Leyes (1748) de Montesquieu. La constitución teórica de un estado
democrático, en el que la soberanía popular es delegada a un gobierno elegido por el pueblo, no
tardaría en ser publicada por Rousseau : El contrato social (1762). Se presentan como lo hemos
revisado dos caminos en la visión del mundo liberal, estos denotan la diversidad de pensamiento en
las sociedades francesa e inglesa, aún en el enfoque del pensamiento liberal que tanto ha influenciado
el pensamiento de la economía tanto en lo teórico como en lo pragmático.
La mano invisible. Es el mecanismo espontaneo de mercado, que permite un sistema autoregulado
y universal, de asignación de recursos de manera eficiente. El ideal de mercado esquematizado como
un numeroso grupo de individuos que se auto-organiza de forma aislada a través de la mímesis (como
un átomo sin contexto), y no como un conglomerado de individuos racionales. La mano invisible
interviene para unir los intereses públicos con los privados solo dentro de marcos competitivos que
dirigen el interés egoísta hacia el bien social,
El mercado libre presupone la existencia de la propiedad privada, la igualdad de los ciudadanos ante
la ley, el rechazo de los privilegios y la división del trabajo. Nadie antes que Adam Smith había

13 lo que introduce la mirada de las creencias religiosas y su incidencia en las estructuras económicas modernas.
explicado con tanta precisión y lucidez ese sistema autosuficiente que hace progresar a las naciones
(Vargas Llosa, 2018)

Pero al contrastar este ideal de mercado con el contexto inglés, lo que se encuentra es un mundo dual,
en donde las transformaciones industriales generan gran riqueza para los empresarios y comerciantes,
pero la gran mayoría de la población vive en la pobreza. En la Inglaterra de la revolución industrial
los trabajadores eran fuertemente explotados, no había un mínimo de equidad en la distribución del
proceso de riqueza. Finalizando el siglo XIX Robert Giffen, importante pensador del momento, al
igual que Marshall padre de la teoría neoclásica compartían preocupación por la pobreza dela
población y sus condiciones de vida. Giffen (citado por Nassar, recordaba que al final del siglo XVIII
hasta inicios del siglo XIX (ella muere en 1817), época en que vivió la novelista Jane Austen “el
salario diario medio ascendía a la mitad de un salario a fines del siglo XIX, «las masas de trabajadores
de todo el reino estaban periódicamente sujetos a las hambrunas…..[en tanto] se daba un avance
extraordinario en la riqueza, el lujo y el refinamiento en el gusto» las hermanas Austen eran más bien
pobretonas, su ingreso anual de 210 libras esterlinas superaba la del 95% por ciento de las familias
inglesas de la época. (Nasar, 2012)

En ese contexto, donde el nivel de vida de los obreros de las ciudades industriales británicas se
deterioró durante la Revolución Industrial (aunque paradójicamente sus salarios reales aumentaron) la
posterior mejora de su bienestar se debió no sólo al crecimiento de los salarios, sino a la intervención
del Estado en la reforma sanitaria de las ciudades y en la regulación de las condiciones laborales.
(Escudero, )

Por lo que se requiere que el Estado intervenga no solo protegiendo la soberanía, defendiendo a los
nacionales de posibles agresores externos, preservando los derechos de propiedad de los agentes que
operan en la nación; es decir, administrando la justicia y procurando y manteniendo los bienes y
servicios que el mercado no genera por la falta de incentivos que tienen para hacerlo, pero que son
fundamentales para el funcionamiento de la sociedad y el logro del bienestar general, alejándose con
ello de una defensa del capitalismo avaro no redistributivo que permite a los particulares moverse sólo
por el interés de particular (Valencia G, 2011).

En Smith los principales planteamientos pueden resumirse en su teoría del valor, la división del
trabajo, el mercado como mano invisible, la distribución de la riqueza. El crecimiento de la riqueza
(que también fue un planteamiento de los fisiócratas) “en la sociedad moderna” viene dado por la
división del trabajo (que permite el aumento de lo que hoy llamamos la productividad) en todos los
niveles, incluidos el internacional (al contrario que los mercantilistas que querían producirlo “todo”
en su país).

Ya se ha hablado de tres de esas ideas, la división del trabajo, la ley de la conducta egoísta y la ley de
la ventaja absoluta en el comercio internacional. Otras leyes incluyen aquellas que tratan del valor y
el precio; salarios, utilidades y rentas; el papel del dinero y la deuda, y el desarrollo económico (Brue
y Grant, 2009)

Este tipo de organización coincide con la “naturaleza humana” (lo que puede interpretarse como que
A. Smith consideraba que el capitalismo es el estadio natural de las relaciones sociales). Pero en la
R. N (Libro V, Capítulo 3), Smith afirma que no pueden florecer largo tiempo el comercio y las
manufacturas en un Estado que no disponga de una ordenada administración de justicia, en este
sentido él explícitamente describe tres deberes que ha de cumplir el soberano en su “sistema de la
libertad natural”: la defensa, la justicia y “el deber de edificar y mantener ciertas obras públicas y
ciertas instituciones públicas que jamás será del interés de ningún individuo o pequeño grupo de
individuos el edificar y mantener, puesto que el beneficio nunca podría reponer el coste que
representarían para una persona o un reducido número de personas, aunque frecuentemente lo reponen
con creces para una gran sociedad” (WN IV.ix.51).

Este pasaje parece permitir una agenda intervencionista ilimitada “Es evidente que, dadas las
externalidades, bienes públicos, y economías de escala, esta misión puede servir para justificar numerosas
actividades del Estado” (Niehans, 1990, p. 71).

El paso a la mirada Ricardiana y el método. David Ricardo, en su obra más importante “Principios
de economía política y tributación” (1817) manifestaba que “Determinar las leyes que regulan la
distribución es el principal problema de la Economía Política”. En una carta a Malthus, insistía en ello:
"La Economía Política, es una investigación de la naturaleza y las causas de la riqueza [énfasis sobre el
que se enmarca también la piedra angular de la ciencia económica clásica, el libro de Adam Smith: “La
Riqueza de las Naciones”, de 1776]. En cambio, yo creo que debería ser la investigación de las leyes que
determinan la división de la producción industrial sobre las diferentes clases que concurren en su
formación."

Ricardo deja a un lado el planteamiento smithiano (un relativismo metodológico inspirado en el


empirismo filosófico deudor de Hume), menos inductivo y cada vez más abstracto: Ricardo elabora un
modelo y deduce a partir del mismo leyes universales (absolutismo metodológico) de las que se extraen
recomendaciones de política económica sin tener en cuenta el contexto institucional, Schumpeter lo llamo
“vicio ricardiano” este método será el dominante en economía ( ensayo de Friedman sobre economía
positiva).

Por el contrario Marx planteara un método propio que denominará materialismo histórico, aunque al
final será un gran ecléctico que mezclara deducción e historia como elementos sustanciales de su análisis.
J.S Mill retornara a la vía empírica de la tradición lockeana, y la influencia del empirismo, el conocimiento
del mundo proviene de la información que se obtiene observando.

La teoría del valor trabajo. Smith no considera el trabajo como posible productor de materia, sino de
valor (de cambio), una categoría social que sólo se concibe como fruto de relaciones entre individuos.

La esencia de la riqueza era la producción de bienes físicos, esto conduce a Smith a distinguir entre
trabajo productivo y trabajo improductivo. Según esta distinción, el trabajo productivo es el que produce
un bien tangible que posee un valor de mercado. El trabajo improductivo, por otra parte, se traduce
en la producción de cosas intangibles, como los servicios prestados por los artistas o profesionales,
mantenidos con una parte del producto anual del trabajo de los demás. Valor no es igual a precio, el
precio de los bienes oscila en torno al costo de producción (su “valor verdadero”), así el precio de los
bienes viene en palabras de Smith determinado por la oferta (renta de la tierra, salario del trabajo y
beneficio del capital tienen sus “tasas naturales”). Si el trabajo mide el valor de cambio de los bienes y
ese valor es, por tanto,
objetivo.

Ricardo planteó el valor en términos de los costos reales de trabajo y capital. Su teoría difería de la de
Smith en que excluía la renta de los costos. Pero desde el punto de vista empírico, Ricardo sostenía que
las cantidades relativas de trabajo utilizadas en la producción son los principales determinantes de los
valores relativos. “El valor de una mercancía, o la cantidad de cualquier otra mercancía por la que se puede cambiar,
depende de la cantidad relativa de trabajo que es necesario para su producción”. El trabajo entra en todos los procesos
productivos y se mide en tiempo de trabajo, por ello el capital al ser trabajo acumulado es trabajo pasado.

Ricardo introdujo dos matices importantes en la diferencia entre el valor de uso y el valor de cambio:
afirmó, en oposición a Smith, que el valor de uso es necesario para la existencia del valor de cambio, lo
que significaba reconocer implícitamente que antes de que un bien adquiriera un precio positivo en el
mercado debía existir una demanda del mismo; y admitió que algunos bienes tienen un precio que está
determinado por su escasez debido a que no son reproducibles.

No obstante, Ricardo desechó esta última consideración al suponer que tales bienes son “una parte muy
pequeña de la masa de bienes que se intercambian en el mercado”. Así, el fundamento del valor de la
mayor parte de los bienes intercambiados, incluso en una economía tan desarrollada como la inglesa de
principios del siglo XIX, es únicamente el costo del trabajo.

En esta línea de análisis la oferta también influye en los costos de producción, pues el componente
más importante es el trabajo para Ricardo y para Malthus el capital (1820, 90-91), esta diferencia
implica que para Ricardo el trabajo invertido en producir un artículo influye en su valor; pero para
Malthus, todo el costo de producción interviene en la oferta, “ya que su pago es la condición necesaria
de su oferta” (citado por Schumpeter, 1954, 669). Otra diferencia consiste en que Ricardo se refiere
al “trabajo invertido” y Malthus al "trabajo comprado".

En Ricardo el capital es trabajo acumulado, cuyas cantidades, junto con las de trabajo directo, componen
el trabajo incorporado a una mercancía como único fundamento de su valor (a este esquema se acogieron
los socialistas ricardianos para reclamar todo el producto para los trabajadores).

La ley de Say. Presenta un punto clave de debate sobre el crecimiento económico y el desarrollo, Para
Ricardo la ley de Say es evidente en la hipótesis del trueque y también en una economía dineraria, bajo su
concepción de un dinero neutral. Pero Malthus consideraba que no respondía a la realidad. en sus
“Principios de economía política”, publicados en 1820 y como réplica a los Principios de Ricardo, partió
de la distinción smithiana entre trabajo productivo e improductivo y de las distintas propensiones de
los propietarios de los factores de producción del esquema distributivo de Smith, allí los ingresos de
los trabajadores y de los terratenientes crean una demanda inmediata en forma de bienes de consumo
de primera necesidad y bienes de lujo respectivamente, los ingresos de los capitalistas dependen, para
crear demanda, de las expectativas que tengan de obtener beneficios.

En Ricardo: “no hay cantidad de capital que no pueda ser empleada en un país, porque la demanda sólo está limitada
por la producción”. John Stuart Mill hizo la misma observación, aunque con mayor fuerza: “todos los vendedores
son inevitablemente, y ex vi termini, compradores. Podríamos de repente doblar las fuerzas productoras de mercancías en
cada mercado; pero entonces deberíamos, a la vez, doblar el poder de compra”. Entonces “la producción podrá estar ‘mal
combinada’ pero no puede ser excesiva”. 15

Cuando el mercado está saturado y la economía presenta un exceso de oferta de trabajo (como ocurría
en Gran Bretaña después de la guerra), los capitalistas no tienen incentivos para invertir (no contratan
más trabajadores) y la condición de la ley de Say (donde el ahorro se transforma automáticamente en
inversión) no se cumple. En tales circunstancias, actuar sobre los costos (por ejemplo liberalizando el
comercio de importación de alimentos o sustituyendo trabajo por máquinas) no serviría más que para
profundizar la crisis de subconsumo: la primera medida deprimirá los salarios de los trabajadores agrícolas
y las rentas de los terratenientes para favorecer el ahorro de los capitalistas en detrimento del consumo,
lo que desalentaría aún más la inversión; la segunda generará desempleo tecnológico y una mayor caída
de la demanda.

Malthus (1820, 8-9) argumenta que “el principio de ahorro, llevado en exceso, destruiría el incentivo
para producir. Si todos se contentasen con la comida más sencilla, el vestido más pobre y la casa más
humilde, es indudable que no existirían comidas, vestidos, y casas de otra clase”. Y añade: Si la
producción supera al consumo, tienen que sobrar las mercancías producidas y no demandadas; el
ahorro no se invertiría en algo que nadie demanda.

Si el consumo excede a la producción disminuye el ahorro, el capital y la capacidad productiva. Entre


estos dos extremos tiene que haber un punto intermedio en el que, teniendo en cuenta la capacidad
productiva y los deseos de consumo, se fomente el crecimiento de la riqueza al máximo. La dificultad
estriba en determinar tal punto (ibídem, 9).(Escartin, tema 15, 206), este pasaje es importante para
entender el problema moderno de cierto tipo de crisis económica, como las producidas por
subconsumo.

Lo que se necesitaba para recuperar el equilibrio entre ahorro e inversión era fomentar el “consumo
improductivo” de los que no producen mercancías (terratenientes y trabajadores improductivos). Keynes
quien elogiaba a Malthus y criticaba a Ricardo, planteaba en los años 30´s del siglo XX que en un
mercado especial —el mercado de ahorros— el precio no es, o no necesariamente tiene que ser, capaz de
limpiar el mercado (debido a la preferencia por la liquidez). Y si no es capaz de ejercer tal función existe
otro mecanismo, el del multiplicador, para equilibrar ese mercado: igualdad entre ahorros e
inversiones, entre la oferta y la demanda de ahorros. Cabe repetir que ese mecanismo opera
modificando la producción en general y conduce a una situación que no es restringida por la
disponibilidad de recursos productivos.

Hay una razón esencial en la que la Ley de Say es errónea, las personas ahorran en “términos reales”,
acumulan inventarios de sus propios productos, lo que rompe un mecanismo automático de convertir
ahorros en inversiones directas, no todo lo que se produce se consume, pues el mismo Keynes
argumentara en su trabajo en el siglo XX que las personas no necesariamente consumen todo su
ingreso, lo que restringe el consumo.

La teoría de la distribución. Un gran aporte clásico se refiere a los cambios en la distribución funcional
del ingreso (Riqueza nacional o PIB) a lo largo del tiempo y su conexión con el crecimiento, para Ricardo
expresamente era “el principal problema de la economía política”, planteado en Principios de economía
política y tributación (1817), estructurada como un análisis crítico de la Riqueza de las naciones (Smith) y
que se publicó en su versión definitiva en 1823.

En sus Principios de Economía Política y Tributación, Ricardo elabora en primer lugar una tipología de
ingresos para los actores del proceso productivo y su modo de determinación: el salario (S) de los
trabajadores como un costo de producción, el beneficio (B) pago al capitalista, y la renta (R) a los
dueños de la tierra, estas dos últimas aparecen como un residuo.
El beneficio (B)desempeña un papel central en la idea económica de Ricardo del incremento de la riqueza
en una sociedad, de éste depende la tasa de ahorro, la tasa de acumulación y por ende el crecimiento
del producto desde lo que denominaríamos inversión.

Desde la distribución del ingreso(W) entre las tres clases sociales que había distinguido Smith,

W= S + B +R

se reformula la teoría del valor de Smith (la teoría del trabajo adquirible y la teoría aditiva del valor) como
teoría del trabajo contenido (los cambios en los precios relativos a lo largo del tiempo se explican por los
cambios en los costos del trabajo medido en horas), la renta y el beneficio son residuos producto del
excedente que se reparte, y todos los que participan de esta distribución son clases que lo merecen.

En Ricardo la formulación de Smith se traduce en la siguiente expresión W= CC+CK+R


CC= es el capital circulante que contiene el costo de los salarios
CK= el capital constante que es la inversión en insumos y maquinas
R= renta que es parte del excedente que según Ricardo se entrega a una clase ociosa como son los terratenientes

Esto genera dos conflictos uno por el pago de la renta dela tierra que afecta el costo del CC por los bienes salarios
y otro entre capitalistas y trabajadores, pues si suben los S caen los B.

En Mill en cambio, las leyes de la distribución dependen de las instituciones humanas así que, al cambiar éstas,
aquéllas no se pueden tratar como definitivas y para su análisis hay que recurrir a la observación y al
razonamiento; es decir, empleando el método histórico de deducción inversa.

Mill aceptó la idea de que los beneficios podían depender del nivel general de precios, según fuera la coyuntura
social. Pero sacó poco partido de esta apreciación; únicamente la consideración de la existencia de unos beneficios
extraordinarios debido a un alza general del nivel de precios y que tenían una naturaleza análoga a la renta de la
tierra (ibídem, pp. 369 y ss.). Que la renta no era algo exclusivo de la tierra ya lo había anticipado, pero
atribuyéndolo a cualquier bien que pudiera ser monopolizado (ib., p. 50). En estas ideas se encuentra el origen
del concepto de cuasi-renta y que prácticamente se deduce de un estudio un poco más a fondo de la teoría de la
distribución de Ricardo

También, siguiendo a Ricardo, atribuye las rentas a las diferencias marginales de costes de producción, según la
calidad de las tierras. El elemento de novedad que introduce Mill (ibídem, 373) es que la persona que ejerce el
monopolio sobre un agente natural dispone de él con “potestad exclusiva” [...] “por disposición de la sociedad”.
Así, “los propietarios de tierras forman la única clase, numerosa o importante, que tiene derecho a una parte en
la distribución de los productos por el hecho de ser dueños de algo que ni ellos ni nadie ha producido” (ibídem,
373-374).

Mill no estaba dispuesto a la renuncia de las libertades públicas y políticas que la burguesía inglesa tenía
consolidadas desde hacía mucho tiempo, conciliar estas libertades con los ideales de mejora social para los
trabajadores implicaba en sus planteamientos concesiones. Por ello consideraba que la influencia del gobierno, si
actuaba con eficacia (pues juzgaba las actuaciones gubernamentales ineficaces) podía ser muy útil para lograr
una más justa distribución de la renta. Sus principales propuestas para conseguirlo fueron:

1º. Adjudicación al estado de las plusvalías nacidas de la coyuntura social, mediante un impuesto.
2º. Limitación del derecho de herencia mediante impuestos progresivos, sin menoscabo de la libertad
testamentaria y de un mínimo legal, a favor de los descendientes.
3º. Fomento del asociacionismo voluntario (tanto de los obreros con los capitalistas como de obreros entre sí) y
de las cooperativas obreras.

Renta y Rendimientos decrecientes. Malthus en la 3ª edición del principio de población (1806), planteaba que el
precio de las subsistencias determina siempre la cuantía de la renta de la tierra y no al revés como algún autor
había dicho al considerarla parte del costo de producción (Spiegel, p. 350). Malthus (1820, pp. 139-140) consideró
tres causas de la renta que tenían que actuar a la vez. La más importante, que la tierra proporcione más producto
que el necesario para mantener a quienes la cultivan; que se genere la demanda para consumir ese excedente; y
que haya escasez relativa de tierra fértil, natural o artificial. Y vio (ib., p. 161) en las innovaciones técnicas
aplicadas a la agricultura un motivo del incremento de la renta (Escartin, E. Tema 15).

Éste se basa en la diferencia de ingresos debidos a los rendimientos decrecientes obtenidos en una tierra después
y antes de la subida del precio del producto cultivado en ella a causa de un aumento de su demanda. El primero
de estos artículos fue Investigación sobre la naturaleza y el progreso de la renta (1815) de Robert Malthus.
(Escartin, E. Tema 15).

Inglaterra es una nación de terratenientes con una demarcada jerarquía social …….A pesar de las
«vulgares economías» que Jane se veía obligada a practicar para evitar «la incomodidad, la miseria y
la ruina», los miembros de su familia tenían propiedades, disponían de tiempo libre, podían elegir una
profesión, estudiaban y tenían libros, papel y periódicos a su alcance.

Ni Jane ni su hermana Cassandra se vieron obligadas a trabajar como institutrices (el temible destino
que aguarda a Jane, la rival de Emma) o a casarse con un hombre al que no quisieran. En palabras de
una biógrafa, el abismo que separaba a las hermanas Austen de lo que se conocía como «clases
ínfimas» de la sociedad era «absoluto e incontestable».

El filósofo Edmund Burke clamó contra la dura situación de los mineros, que «apenas ven la Luz del
Sol; permanecen enterrados en las Entrañas de la Tierra, donde desempeñan una Labor severa y
agotadora, sin la menor Perspectiva de liberarse de ella; subsisten con un Rancho basto” (Nasar, 2012)

En Ricardo el monopolio natural que genera la escasez de tierras (supuesto por Ricardo) permite en su
planteamiento proponer una teoría de la renta: al requerir la sociedad de más productos agrícolas se
requiere de más tierra para incorporar a la actividad productiva, se incorporarían tierras menos
productivas (supuesto de Ricardo) al mercado de tierras generando un aumento en el precio de la renta14,
que incide de forma gradual en los precios de los productos agropecuarios demandados por los
trabajadores.

Ricardo supone, la existencia de tres clases sociales: propietarios de la tierra que cobran rentas, capitalistas

14
Este concepto de renta diferencial, va a derivar en la idea de rendimientos decrecientes que la teoría neoclásica
asimilara posteriormente para el resto de factores de la producción.
que toman en arriendo la tierra y contratan trabajo en busca de ganancias, y jornaleros que cobran salarios.
Esta organización de la producción agrícola correspondía a la del sur de Inglaterra pero era bastante
excepcional en el contexto europeo. La generalización de la misma en su modelo y los supuestos
restrictivos del mismo (especialmente el de que la tierra no tiene usos alternativos y de que no hay
progreso tecnológico) culmina en una falacia teórica que va a incidir en el pensamiento económico con
la “ley” los rendimientos decrecientes en la agricultura.

El mundo real trabaja con rendimientos crecientes-costos decrecientes, la forma de los rendimientos
crecientes consiste en aumentos de la productividad del trabajo conforme se amplía la escala de
producción, en tanto que la del capital permanece constante. En tanto la relación capital-trabajo
aumenta dramáticamente en el curso del desarrollo (y varía en forma igualmente dramática, en un
momento dado, entre países ricos y pobres), estas diferencias se presentan sin cambios equivalentes
en la relación capital- producto. Por ejemplo, comparando los Estados Unidos con la India (en los años
setenta del siglo XX) observamos que la relación capital-trabajo es del orden de 30:1, mientras que la
relación capital-producto es cercana a 1:1

Cambio Técnico.

Los clásicos compartieron preocupaciones por las causas del crecimiento y el atraso económico, pero
no alcanzaron a ver las posibilidades de crecimiento que albergaba el progreso tecnológico con
excepción de Marx y Mill; también la mayoría defendió la existencia de un equilibrio macroeconómico
(no mencionado de esa forma en la época) basado en la ley de mercados de Say, pero las excepciones son
Malthus y Marx, y en sus modelos en general- con varias notables excepciones- prescindieron del
Estado.

Ricardo defendió la idea de que la introducción de maquinaria ahorradora de trabajo no produce


desempleo tecnológico y favorece los intereses de todas las clases sociales. Sin embargo, en la tercera
edición de los Principios (1821), incluyó un nuevo capítulo sobre la maquinaria, en el que sostiene
que la sustitución de trabajo por máquinas es “frecuentemente muy perjudicial a los intereses de los
trabajadores”. Su razonamiento consiste en afirmar que las máquinas ahorradoras de trabajo pueden
reducir el producto bruto de la sociedad (la suma de los salarios, beneficios y rentas), sin que varíe el
producto neto (beneficios y rentas) y, por tanto, provoca paro.

Si las innovaciones son repentinas, se tienen que financiar con parte del fondo de salarios destinado al
mantenimiento de los trabajadores, lo que impedirá absorber a todos los que la maquinaria haya
desplazado, generándose paro tecnológico a “corto plazo” (aunque este término en Ricardo significa un
período inferior al de funcionamiento del principio de la población de Malthus, por lo que podría durar
hasta 16 o 17 años).

Sin embargo, las innovaciones se incorporan gradualmente y en ese sentido Ricardo termina
defendiendo la introducción de maquinaria para contrarrestar los rendimientos decrecientes en la
agricultura; para aumentar la competitividad exterior de los productos manufacturados vía reducción de
costos absolutos y comparativos; y para evitar que la disminución del fondo de salarios aumentase el
desempleo (si se prohibiera la introducción de maquinaria el capital sería exportado a otros países en
busca de mayores ganancias, provocando un aumento del paro mucho mayor que el que se podría derivar
inicialmente de la sustitución de trabajo por máquinas).

Comercio y Costos. Las Ventajas absolutas en Smith mostraban una camisa de fuerza en la estructura
económica de una nación en la ruta hacia la especialización, sin embargo la teoría de los costos
comparativos del comercio en Ricardo mostraba que podían conseguirse ganancias del comercio
internacional si dos países se especializaban en la producción de aquellos bienes en los que la relatividad
productiva de la industria eficiente lo es realmente frente a la de otras industrias, así el país presenta
menores costos comparativos en esa actividad, y puede obtener el resto de bienes por medio del
intercambio.

Es cierto que muchas regiones pueden tener o no ventaja absoluta en la producción de bienes o servicios
lo que relativiza la generalización de ventajas absolutas y comparativas en el mundo moderno, la teoría
Smithiana se valida en la región desde lo empírico, la ricardiana en lo internacional. Si hay perfecta
movilidad de trabajo la tendencia de largo plazo es hacia la homogenización de salarios, lo que eliminaría
entre regiones las ventajas comparativas.

Los supuestos del ejemplo Ricardiano en su obra son altamente restrictivos: perfecta movilidad de
factores de producción dentro de los países, ausencia de barreras al comercio y de costos de transporte,
sumado a idénticas tasas de beneficio entre los sectores y un precio de los bienes deducido de la teoría
pura del valor trabajo.

La “Teoría de la ventaja comparativa” es otro de los modelos conocidos de Ricardo, a través de éste
demostró las bondades del comercio internacional en ciertas circunstancias, lo que sería favorable incluso
en circunstancias en las que un país era menos eficiente en todo frente a otro u otros. Krugman valida
empíricamente el modelo.

David Ricardo puso como ejemplos de este conocido modelo dos países (Inglaterra y Portugal) que
producían e intercambiaban dos productos (paño y vino): 18

En el argumento ricardiano del comercio internacional se afirmaba que el país en ese contexto exportará
aquel bien en el que la productividad del trabajo, en términos relativos al otro bien, sea mayor que la del
otro país. Es decir, que las diferencias en las tecnologías (la cantidad de trabajo incorporado en el bien
producido) entre países causan las diferencias en los precios relativos y por lo tanto son el determinante
de la dirección del comercio, así está determinada exclusivamente por las condiciones de la oferta de
producción, mientras que la demanda no juega un papel importante.

Por último en el siglo XX, el modelo neoclásico conocido H-O15 de proporciones factoriales ha sido
contrastado empíricamente y sus resultados son desfavorables, en USA por ejemplo no se corrobora que
fuera exportador de bienes capital intensivos e importador de bienes trabajo intensivos, el trabajo de
Leontieff (1953) (paradoja de Leontieff demuestra esto), la evidencia empírica apoya a Ricardo y su teoría,
pero la interpretación debe darse en términos de diferencias tecnológicas.

La equivalencia ricardiana, sugiere que en algunas circunstancias la decisión de un gobierno de cómo


financiarse (utilizando impuestos o mediante la emisión de deuda pública) puede no tener efecto en la
demanda agregada.

El gobierno puede financiar su gasto mediante los impuestos cobrados a los contribuyentes actuales o
mediante la emisión de deuda pública. No obstante, si elige la segunda opción, tarde o temprano tendrá
que pagar la deuda subiendo los impuestos por encima de lo que éstos se ubicarían en el futuro si otra

15
En el modelo de HECKSCHER- OHLIN, son los factores de producción disponibles en una economía, que
al ser empleados plenamente para producir bienes dan origen a las diferencias de productividad entre los países,
así la ventaja comparativa en la producción de un bien que tiene un país, puede deberse a la INTERACCIÓN
entre los factores de producción disponibles y la tecnología de producción, que indica las proporciones en las
que se deben combinar esos factores disponibles.
fuera la elección: la elección es entre pagar impuestos hoy o pagar impuestos mañana. Se presupone
por ahorro que los déficit presupuestarios públicos reducen el ahorro Nacional y expulsan la inversión,
pero esto se discute con la idea de la Equivalencia Ricardiana. Ricardo fue el primer economista en
exponer la idea (pero también cuestionó su validez empírica).

Imaginen que el Gobierno disminuye impuestos sin alterar el gasto, por el déficit presupuestario
disminuye el ahorro público, pero si los hogares ahorran toda la reducción de impuestos, en lugar de
gastar parte el ahorro privado aumentaría en la misma cuantía de la disminución del ahorro público.

Ahorro Nacional = Ahorro Privado + Ahorro Público no varía nada, pero no existe evidencia empírica
de esto, es más bien lo contrario. Pero, si el Estado disminuye el ahorro nacional aumenta el déficit
presupuestario, sube los intereses y la inversión disminuye. Como la inversión es clave en el largo plazo
los déficit reducen la tasa de crecimiento de la Economía.
19
Hay que evitar los impuestos sobre los beneficios y sobre los salarios: Colocar éstos sobre los gastos
“improductivos” y sobre quienes los realizan (especialmente sobre los rentistas y el consumo de lujo). Si
son sobre los salarios (de subsistencia) se trasladarán a los capitalistas y disminuirá el beneficio. Aunque
Ricardo también consideró que esa tendencia podía detenerse por la mejora de la tecnología (en la
industria y en la agricultura), por la importación de productos alimenticios más baratos y con la
emigración de parte de la población a las colonias.

Malthus. En política económica mantuvo posiciones diferentes: comercio exterior (defensa del
proteccionismo agrícola), las finanzas estatales (defensa del gasto público) y el papel del ahorro
(defensa del consumo) y rechazó a la ley de Say, con un enfoque a corto plazo que le separó del resto
de los economistas de su generación.

Crecimiento de la población

Demanda creciente de alimentos Necesidad


de aumentar los salarios

Malthus y Ricardo partían


del crecimiento de la
población, lo que le llevó a
plantear que los
rendimientos y los Aumento de los precios
beneficios empresariales de los alimentos y de Descenso de beneficios
tendían a descender a largo las rentas de los :La economía tiende
plazo.
terratenientes al
estancamiento.
estacionariose presenta
una tendencia a un estado

La teoría de la población de Malthus presentaba débiles fundamentos empíricos, el carácter normativo


de sus supuestos, y en especial la conexión que planteaba entre reproducción y relaciones sexuales y la
confusión entre población y fuerza de trabajo, daba por sentado una distribución cada vez más desigual
del ingreso (a medida que la población trabajadora crece y se aproxima al salario de subsistencia, debería
aumentar la renta de los propietarios de la tierra).

Malthus consideraba que los frenos preventivos y, en concreto, la postergación del matrimonio
acompañada de la abstinencia sexual (la “restricción moral”) había operado convenientemente para frenar
el aumento de la población (así concilió la teoría con los datos que recopiló entre 1798 y 1803 y que
podría ésta inculcarse a los pobres mediante la educación.

Sin embargo “de la ley de Malthus era que la beneficencia podía incrementar el sufrimiento que
supuestamente trataba de aliviar, lo cual iría contra el mandamiento cristiano «Amarás al prójimo
como a ti mismo». Malthus se mostró muy crítico con el sistema inglés de asistencia social, que
establecía pocos requisitos para acceder a las ayudas, porque según él recompensaba a los ociosos y
no a los laboriosos. La ayuda era proporcional al tamaño de la familia, lo que de hecho incentivaba
los matrimonios tempranos y el número excesivo de hijos. Los contribuyentes, tanto conservadores
como liberales, encontraron tan convincente el argumento de Malthus que en 1834 el Parlamento
aprobó prácticamente sin oposición una nueva Ley de Pobres que limitaba la asistencia”, para James
Henderson, Canción de Navidad, es un ataque directo contra Malthus. El relato incluye abundantes
alusiones a olores y sabores suculentos. En lugar de una isla pedregosa, árida y superpoblada donde
escasea la comida, la Inglaterra descrita por Dickens parece una fantástica tienda de lujo donde los
estantes están repletos” (Nasar, 2012).

En Malthus, el precio se forma por la acción simultánea de dos elementos, el uno objetivo y el otro
subjetivo. Por lo que respecta a la oferta, Malthus (1820, 84) la vinculó al costo de producción, porque
la oferta queda condicionada a que se cubran los costes a través del precio. Y, para él, la demanda
dependía de la apreciación subjetiva de los individuos, ya que “uno de los grandes elementos de la
demanda es el valor que las gentes dan a las mercancías” (citado por Keynes, 1933,34).

J.S. Mill. En su obra “Principios de Economía Política con algunas de sus aplicaciones a la Filosofía
Social” (1848), marca un hito editorial (siete ediciones y varias traducciones) los Principios de Mill consta
de cinco libros dedicados a la producción, la distribución, el cambio, la influencia del progreso y la
influencia del gobierno. Mill un gran utilitarista, fue discípulo de Jeremy Bentham, y estuvo
profundamente impactado por los socialistas románticos, que paradójicamente eran críticos de la
economía política y el utilitarismo.

La producción se rige por las leyes de la naturaleza que imponen unos topes máximos a la producción
debido a los rendimientos decrecientes. Sin embargo, reconoce que esos topes son flexibles, ya que
están fijados por el estado de la tecnología (en continuo avance), de los niveles educativos y de otros
factores institucionales; a todo esto lo denomina "el progreso de la civilización". La distribución se rige
por las instituciones humanas, eminentemente cambiantes

Para Mill, la utilidad social debía valorarse en función del humanitarismo y del bienestar de los
trabajadores; para lograrlo recurre a la intervención del gobierno, pero sin renunciar al régimen de
libertad. La actuación del gobierno debía mitigar los perniciosos efectos de la distribución favorable a los
más ricos. (Escartin, E. Tema 18)

Le llamaba la atención de los socialistas románticos el que enfatizaban el carácter único de la personalidad
individual, la diversidad, la generosidad y la capacidad del ser humano para ser dueño de su propio
destino, frente al supuesto utilitarista de que todos los seres humanos se comportan de manera similar en
su esencial egoísmo y, por tanto, se precisa la creación artificial de una identidad de intereses para reducir
conflictos. Estos autores familiarizaron a Mill con las nociones del socialismo utópico, la contingencia de
las instituciones, la importancia de la cooperación y la necesidad de generalizar la propiedad y otorgar los
mismos derechos de los hombres a las mujeres; pero “aunque manifestó su simpatía hacia este sistema
rechazó tajantemente el socialismo de Estado, por considerar que desalentaba la innovación y era
incompatible con la libertad individual”. (Perez, 2006)

La obra de Mill “On Liberty”, se dirige a la naturaleza y límites del poder que puede ser ejercido
legítimamente desde la sociedad sobre el individuo. Uno de los argumentos insignia de Mill, era el
principio del daño o principio del perjuicio (harm principle), desde se manifiesta que cada individuo tiene
el derecho a actuar de acuerdo a su propia voluntad en tanto que tales acciones no perjudiquen o dañen
a otros.

Mill argumentaba por razones económicas y sociales, que el Estado tenía la obligación de asegurar el
acceso universal a la educación, por otra parte él sabía que en ausencia del intervencionismo del estado
no necesariamente se daba la máxima libertad y que existían restricciones e injusticias que solo la
legislación podía eliminar.
El gobierno solo debe intervenir en tanto se trate de la protección de la sociedad, explica Mill. En este
sentido, en The Contest in America (la disputa ..) afirmó: “No hay otro fin que la raza humana tenga
garantizados, individual o colectivamente, al interferir en la libertad de acción cualquiera que sea su
número, que no sea la protección personal.

Respecta de las desigualdades no aceptaba la distribución desigual del ingreso y de la riqueza así fuera un
hecho inevitable, por ello planteaba soluciones redistributivas como las de una reforma agraria a través
de la carga tributaria sobre predios y la valorización de la tierra sumando la restricción de los derechos a
las herencias. (Perez, 2006)

En su época el principio de competencia era importante, en el contexto de la economía Inglesa


Victoriana, pero también intuía la protección a la industria. Si bien las libertades económicas son
importantes la intervención estatal en la economía lo es también. En cuanto al Laissez Faire Mill se
ubica en una posición intermedia, que combinaba su convencimiento de la teoría clásica con su interés
por el bienestar social y hay una aceptación de que las relaciones entre la sociedad no son del todo
armoniosas, por ejemplo para el la propiedad privada es un derecho que no debe ser considerado
como absoluto así que la sociedad puede interponer sus criterios cuando se genere un conflicto con
el bien público.

Para Mill las leyes que rigen la producción pertenecen a las realidades físicas (Mill, 1848, pp. 45 y 191),
dependen de las propiedades de los objetos y son por necesidad comunes a todas las sociedades. Por eso,
para su análisis se puede usar un método abstracto y deductivo, esto último porque a partir de hechos
observables presentó una teoría del valor en función de los costos de producción en la que los costos
monetarios representan fundamentalmente a los costos reales de las desutilidades del trabajo y la
abstinencia, así para que un bien tenga un valor de intercambio o un precio debe ser útil y difícil de
obtener aunque el valor de uso determine el valor de intercambio solo bajo circunstancias inusuales.
Como costo de producción o "suma de costos de producción" el valor de cambio de un bien depende
del gasto invertido en el mismo, tanto en la remuneración del trabajo como de las ganancias
(representadas por la tasa de ganancia multiplicada por el capital invertido).

En los autores clásicos que antecedieron a Mill se encuentra que Adam Smith no definió claramente su
teoría del valor y dejo ambigüedades entre la aceptación de una teoría de costos de producción y la teoría
del valor-trabajo. Ricardo intentó salvar la teoría del valor introduciendo el componente del tiempo de
trabajo y explicando que las ganancias y las rentas eran deducciones del porcentaje destinado a salarios,
pero finalmente terminaría aceptando como "excepcional" (sin explicarla) una situación que luego se
demostraría como regla: que la igualación de las tasas de beneficio llevan a que un cambio en el capital
invertido no reduce el porcentaje destinado a salarios sino que aumenta el valor total del bien.

De las argumentaciones de Mill se pueden extraer tres importantes apreciaciones: i) Sus curvas de oferta
y demanda eran funciones en las que las cantidades dependían de los precios. ii). Las condiciones bajo las
cuales se establecen la oferta y la demanda podían cambiar dando lugar a una nueva situación de equilibrio.
(Schumpeter, 1954, p. 675 n). .iii) Especifica la demanda en términos de elasticidad (en terminología de
actualidad). Para él, cuanto más fuerte sea la demanda de un artículo, y más susceptible de aumentarse
sea aquélla ante el abaratamiento de su precio, más dinero obtendrá el país que lo produce.

Mill hablo de tres tipos de bienes anticipándose a los elementos posteriores desarrollados por Marshall
sobre las elasticidades de los bienes, pero esto en el caso de la oferta y para la relación de ésta con los
precios, aunque Cournot desarrolló la cruz marshalliana16 (los gráficos de oferta y demanda) con
anterioridad Mill deduce estas relaciones no formalmente como este si lo había hecho.
Para Mill, si la oferta está limitada y los bienes no cambian su precio por aumentos de demanda, estos
son inelásticos el valor lo determina la demanda, si la oferta es elástica no incrementa el costo y de oferta
relativamente elástica sin aumento de costo donde el valor lo determinan los costos de producción. La
demanda es demanda efectiva en la vía keynesiana y los precios van a depender de la demanda y la oferta.
16
Marshall, al exponer sus teorías, manifestó que sólo hacía "un tratamiento en forma de diagrama del problema de Mill de los valores
internacionales" y que sus curvas "eran como poner en forma definida, algo presentado ya por Mill" (las citas proceden de Spiegel, p. 442).
Mill compartía con David Ricardo la idea del stady state (estado estacionario): el crecimiento económico
tiende a un estado estacionario, el cambio tecnológico, los rendimientos decrecientes, la acumulación de
capital y el incremento de la competencia de las empresas, lo generaría: la combinación de los factores
descritos provocaría la caída de los beneficios con un aumento de la renta de la tierra, así la economía en
algún momento pasaría de crecer a estancarse.

Sobre el comercio exterior Mill, destaca en Ricardo el principio de las ventajas comparativas y
manifiesta que pretende aclarar el problema de indeterminación de la relación de precios que se genera
cuando cada país obtiene simultáneamente una ganancia del comercio exterior. En Mill cuanto más
fuerte sea la demanda de un artículo, y más susceptible de aumentarse sea aquélla ante la caída del
precio, más dinero obtendrá el país que lo produce.

Mill escribía: “Cuando la mercancía es de uso general y la baja de su precio la pone al alcance de mayor
número de personas que antes, la demanda aumenta con frecuencia en mayor proporción que la baja del
precio, y se gasta en ella una cantidad total de dinero mayor que antes.” [...]. “Pero lo más frecuente es
que cuando una mercancía baja de precio se gaste menos en ella que antes: se consume una cantidad
mayor pero de menor valor.” (Mill,1848, 514) También puede darse el caso de que “un aumento de la
baratura produce un aumento exactamente proporcional del consumo; o, en otros términos, que el valor
que se gasta en la mercancía, [...] es siempre el mismo” (ibídem, 516). Algunos autores se asombran, y
elevan a la categoría de genio a Mill, por "el hecho de que usara razonamientos matemáticos sin los
símbolos matemáticos" (citado por Spiegel,442).

Sobre los planteamientos de la ley de Say, Mill consideraba que este postulado era incuestionable
siguiendo en esto a Ricardo. Mill desarrolló un programa de investigación que combinaba una teoría
deductiva y abstracta, en lo general, que afecta a la producción, con un estudio inductivo de las
instituciones sociales, en lo concreto, que afecta a la distribución.

Marx. Escribe su obra más conocida “El Capital” en 1867, su subtítulo “Crítica de la Economía Política”
muestra como objetivo develar las interacciones del capitalismo de forma crítica. Su visión más general
plantea que el motor de la sociedad moderna es la oposición entre las clases que la conforman
(trabajadores, capitalistas y terratenientes), la cual se expresa en las contradicciones históricas entre lo que
Marx llamó el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

Las relaciones de producción (RSP) son las reglas del juego, estáticas en la perspectiva marxista, la
suma total de estas relaciones es lo que constituye la estructura económica de la sociedad, sobre la
cual se sobrepone una superestructura política y legal, que corresponde a unas formas definidas de
conciencia social

En los Grundrisse17(1858), Marx intentó relacionar los procesos de producción con las etapas del
desarrollo de la sociedad. Se opuso particularmente a la posición de Mill, en el sentido de que la
producción –al contrario que la distribución- estuviera sujeta a leyes inmutables independientes de la

RSP

17 Conjunto de las anotaciones de Karl Marx, completada entre 1857-1858, que son los borradores del Capital.
3

Mercado trabajo salarios


explotación

Trabajo no pago
plusvalía

historia; su opinión era que la producción sólo puede ser llevada a cabo en una determinada etapa del
desarrollo social. Además, toda forma de producción crea sus propias relaciones legales y formas de
gobierno.

Debe resaltarse la coherencia interna de las teorías de Marx, que utilizando la deducción construye
importantes categorías como la mercancía, la composición orgánica de capital, la plusvalía, la tasa de
beneficio, el ejército industrial de reserva, para explicar el problema central del capitalismo como modo
de producción que oprime a los trabajadores.

El proletariado vive una condiciones sanitarias deplorables, “en Manchester la vida media de los
varones era de diecisiete años, la mitad que en las poblaciones rurales, y que solo uno de cada dos
recién nacidos llegaba a superar los cinco años de edad” (Nassar, 2012).

Sismondi ya había anticipado la lucha de clases entre el trabajo y el capital, Ricardo también había
establecido tal tensión entre capitalistas y trabajadores por los problemas de la renta de la tierra y su efecto
negativo en los precios de los bienes salarios. La diferencia de Marx con Sismondi, es que este para Marx
no veía la lucha de clases como un fenómeno permanente, para él era sencillamente el resultado de las
instituciones sociales existentes y podía eliminarse mediante los cambios adecuados en esas instituciones y
con Ricardo la diferencia está en que este que no observa el problema directo de la explotación por
parte de los empresarios capitalistas al trabajo.

Los economistas clásicos consideraron la introducción de la maquinaria como algo beneficioso, ésta
aumentaba la eficiencia económica y disminuía los costos de producción y los precios del producto,
incrementando de este modo el bienestar del consumidor.

En Marx y Smith, el desarrollo de las fuerzas productivas en las economías depende del grado alcanzado
por la división del trabajo, la diferencia con Smith, es su idea del conflicto de intereses como resultado
de la progresiva división del trabajo; los intereses individuales se oponen a los intereses comunitarios y
todo trabajador viene a estar “encadenado” a un puesto de trabajo específico, de modo que con el tiempo,
“el trabajo de los humanos se convierte en un poder ajeno, que se opone a ellos y los esclaviza” (La
ideología alemana, en Writings of the Young Marx, 419. Citado por: Ekelund, Robert B. y Hébert,
Robert F, 279.)

El valor de la fuerza de trabajo se divide en una cantidad necesaria para la subsistencia del trabajo y una
cantidad por encima o por debajo de aquélla. La primera, es trabajo socialmente necesario, ésta determina
el valor de cambio del trabajo, el salario. La “plusvalía”, se la apropia el capitalista. Marx dejó bien claro
que el capitalismo no podría existir si el trabajador no produjese un valor mayor que el requerido por su
propia subsistencia, en el capitalismo surgen dos clases (burguesía y proletariado), una de la cuales se ve
obligada a vender su fuerza de trabajo a la otra, a fin de ganarse la vida. Este acuerdo contractual
transforma el trabajo en una mercancía ajena. Si cada uno de los capitalistas introduce más maquinaria,
la composición orgánica del capital aumenta, la plusvalía disminuye al igual que la tasa de ganancia. Si
los trabajadores presionan y logran salarios más altos, la plusvalía cae.
A diferencia de Ricardo, Marx veía que el aumento continuo de la producción y la capacidad productiva
llevaría a una sobreproducción, reduciendo los precios hasta un punto en que sólo los productores más
eficientes sobrevivirían. Las empresas menos eficientes se verían eliminadas de la actividad, la industria
se iría centralizando progresivamente y el poder económico se monopolizaría.

La teoría de la distribución de Marx es una continuación derivada de las ideas de Ricardo, pero con
unos principios categóricamente opuestos. Primero, divide en dos las clases sociales: obrera, que
trabaja y capitalista, que posee los medios de producción, de este modo iguala a rentistas y a
capitalistas. Ya que Marx comienza a hablar de la estructura y el desarrollo capitalista e industrial,
donde el peso agrario (fundamental en Ricardo) comenzaba a ser cada vez menor.

Explicaba que, puesto que los que trabajan son siempre menos de los que están buscando trabajo, hay
un cierto equilibrio en el salario que no tiende a subir (por este exceso de competencia entre
trabajadores). El ciclo parte de esta consideración: Si aumenta mucho el número de capitalistas,
aumentará la demanda de trabajadores, aumentando su salario, reduciendo la tasa de beneficio y
potenciando a la baja el crecimiento de una economía basada en el capitalismo, reduciendo el número
de capitalistas y volviendo al comienzo.

En el capitalismo, lo que se busca por parte del dueño de los medios de producción es aumentar su
riqueza expresada en dinero (D) que se obtiene en el proceso de producción e intercambio

“D – M – D* donde D*>D”

para ello los empresarios intentarán ser más eficientes y necesitarán aumentar el nivel de su
producción y de la plusvalía18 generada (por rendimientos crecientes a escala, en oposición a la visión
de Ricardo).

Esto lleva a la concentración del capital en unas pocas manos, la de aquellos que han sabido aumentar
su nivel de producción y son más eficientes que el resto, al tener más beneficio que acumular. El segundo
tipo de crisis viene a través de una escasez en la demanda efectiva, cuando los empresarios ni consumen
ni invierten sus beneficios, esto fuerza a la baja la demanda de producción.
La caída de los precios es vista por sobre oferta y no por productividad, los cambios tecnológicos permite
observar otras tendencias en producción, consumo y ganancia en el sistema diferentes a los argumentos
marxistas. Marx vinculó la explicación de los ciclos económicos al gasto de inversión; observó que los
capitalistas invertirán más en unas épocas que en otras: cuando el ejército de desempleados aumenta y
los salarios disminuyen, los capitalistas tenderán a contratar más trabajadores y a invertir menos en
maquinaria y equipo, pero cuando los salarios aumentan, los capitalistas sustituirán trabajadores por
máquinas, generando desempleo y salarios más bajos, lo que puede producir crisis periódicas a lo largo
del tiempo, estas crisis se irían haciendo más graves; esto es, afectaría a un mayor número de personas.
Además, habría una tendencia hacia la depresión permanente, porque el ejército industrial de reserva
aumentaría de medida que las crisis fueran siendo más graves.

Algunos marxistas modernos han coincidido en el núcleo esencial de humanismo en el pensamiento de


Marx. Las complejidades de la producción en masa, el fetichismo de la mercancía, los procesos de
alienación (donde se intuye una teoría sociológica de la producción) el crecimiento del desempleo, las
crisis recurrentes entre otros son elementos interesantísimos en el aporte del marxismo, como los temas
de la existencia que determina la conciencia (materialismo dialéctico): la conciencia humana nace de la
situación social en la que vivimos las personas (y no al revés). Aunque como la situación social está basada
en intereses contradictorios, de la misma situación nacen conciencias (representaciones de la realidad)
diferentes. 25
En Marx los planteamientos teóricos pueden resumirse en: La denominada Ley del valor-trabajo

18
El valor del trabajo generado que se queda el capitalista (que provee de los medios de producción) y que este
no paga.
y la plusvalía: Las mercancías tienen valor de uso o utilidad (lo que es subjetivo) y valor de cambio (que
es objetivo y proviene del tiempo de trabajo, “socialmente necesario”, que llevan incorporadas. Este
planteamiento parte de la distinción entre valor de uso y de cambio, que ya hicieron algunos pensadores
en la Antigüedad, como Aristóteles, y que retomaron los Clásicos, especialmente David Ricardo.

De todo lo que se incorpora a la producción, sólo el trabajo crea un nuevo valor, pues el “valor” de la
fuerza de trabajo (el trabajo que cuesta reponerla) es menor que el valor creado por la fuerza de trabajo.
Esa diferencia es el origen del excedente, que en la sociedad capitalista toma la forma monetaria de
“plusvalía” (que resume beneficio, interés y renta) y que se la apropia el capital.

La producción es el eje y la base de la economía, allí está incluida la apropiación (quién se queda con lo
producido o cómo se “distribuye” lo producido) y las relaciones sociales (es decir, las relaciones entre los
grupos o clases sociales, que son de explotación y opresión en las sociedades de clase). Marx considera
que en todas las sociedades se participa en la apropiación (o “distribución”) según como está organizada
la producción.

Para Marx la economía es siempre social, colectiva y condicionada por la sociedad y la superestructura
(instituciones), y que no se puede buscar su lógica en supuestas “leyes naturales” o en el análisis del
individuo. Considera que no hay leyes económicas validas universalmente. La “tasa de ganancia” (es un
porcentaje de beneficio sobre la inversión total) es decreciente, el capital intenta siempre incrementar la
plusvalía. Para ello tiene tres caminos:

a) Reduciendo los salarios (es limitado)


b) Ampliando la jornada de trabajo (es limitado)
c) Elevando la productividad del trabajo con “capital fijo” (maquinaria, herramientas, instalaciones,
etc.), al haber cada vez más capital fijo por trabajador (aumento de la “composición orgánica del
capital”), disminuye la “tasa de ganancia” (el % de ganancia sobre el total de la inversión), el capital
fijo no produce plusvalía.

La tendencia lógica del capitalismo es a la concentración del capital. La caída de la tasa de ganancia hace
que para mantener y aumentar la plusvalía, el capital tenga que invertir cada vez mayores volúmenes de
capital, por lo que los pequeños y medianos capitalistas van desapareciendo, las grandes empresas
tenderán a fusionarse, se crean grandes grupos de capital, etc. En el capitalismo son inevitables las crisis
económicas y la tendencia al estancamiento, lo que llevará políticamente a la destrucción del capitalismo
(sustituido por el socialismo o comunismo): “La burguesía produce sus propios sepultureros”.

Estos planteamientos económicos marxistas están sustentados sobre otros planteamientos más generales,
que podemos llamar filosóficos, que se han venido agrupando en el “materialismo” dialéctico e histórico:

En el Materialismo histórico la característica básica de las sociedades es su economía, su “modo de


producción”, que incluye: Fuerzas productivas (fuerza de trabajo, herramientas, máquinas,
conocimientos, tecnología, organización de la producción) y unas relaciones de producción que se
producen entre las personas, agrupadas en clases sociales, en la producción y distribución.

Las fuerzas productivas tienden a crecer y crean nuevas realidades que chocan con las viejas relaciones
de producción (por ejemplo, la industrialización termina con los restos del poder feudal). A medio plazo
esas “viejas relaciones de producción” terminan siendo sustituidas por otras nuevas y acordes con el
desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas.

Reflexión. Esta síntesis delos clásicos trata de recoger algunas de las ideas claves de la denominada
escuela clásica; sin embargo, hay muchos más autores y más desarrollos individuales que los aquí
descritos, aunque los autores mencionados son los más destacados en el contexto de esa centuria que
cubre el desarrollo teórico de estos autores.

Destacamos entonces como unidad sistémica para hablar de una escuela clásica el hecho que
comparten una teoría del valor sobre la base del trabajo, que se diferencia entre los autores y que en
algunos casos diverge de forma muy fuerte entre sus posiciones, igual las teorías de la distribución y
de la apropiación del excedente. El método de estos autores tiene una línea de conducción deductiva,
aunque con matices, algunos filosóficos, otros ideológicos y otros históricos.

II. MARGINALISTAS Y EL SURGIMIENTO DE LA TEORIA NEOCLÁSICA (JEVONS, 26


MENGER, WALRAS (marginalistas) y MARSHALL).

Las teorías del capital, de la producción y de la distribución del marginalismo surgieron del aporte de
científicos no precisamente sociales preocupados por encontrar otras explicaciones a los problemas del
intercambio y la dinámica de los precios, pero una parte importante de estos nuevos aportes se dan como
una reacción al marxismo. La teoría del valor con base en la utilidad marginal niega la teoría clásica del
valor en todas sus acepciones, la teoría desarrollada por los neoclásicos (Wicksteed, 1890)frente a la
distribución niega la existencia de clases sociales como en los clásicos y la existencia de una teoría de la
explotación, la teoría del capital desarrollada por Böhm-Bawerk (1880) responde a los argumentos de
Marx .

El surgimiento del marginalismo se produce en la década de 1870, de forma independiente en los


planteamientos de tres brillantes pensadores que publican sus obras con relativo poco tiempo de
diferencia:

· W.S. Jevons con su obra Teoría de la Economía Política de 1871.


· Carl Menger con su libro Principios de Economía también de 1871.
· Leon Walras con su trabajo Elementos de Economía Pura de 1874.

Posteriormente Alfred Marshall publicara sus ideas en Principios de Economía en 1891. La aceptación
de las ideas marginalistas recorre un largo camino. De hecho antes de los anteriores autores la utilidad
había sido considerado un elemento importante como expresión del valor (Aristóteles con su valor de
uso, Bentham aplico el concepto en la filosofía). La utilidad marginal se considera del tipo decreciente
en el contexto marginalista y a finales del siglo XIX su aplicación a los temas económicos se torna
sustancial.

Jevons, Walras y Menger aplicaron el análisis marginal de la utilidad a la teoría de la demanda, los tres
estaban de acuerdo en que la asignación de los recursos era el tema principal de la economía. Las nuevas
ideas reflejaban un análisis claramente microeconómico, aunque diferían en sus métodos. Jevons
(meteorólogo y químico ) optó por las pruebas empíricas, mientras que Menger se acercaba más a la
lógica deductiva, por último Walras hizo un amplio uso de las matemáticas.

Estos autores argumentaron que la teoría clásica del valor no llegaba a explicar satisfactoriamente los
precios de las mercancías ya afirmaban que los altos costos de producción no necesariamente
resultarían en altos precios finales ya que el valor depende del consumo y la utilidad se genera en el
futuro y no en el pasado, es decir que el precio de un bien al llegar al mercado dependerá de la utilidad
que el comprador espera recibir por su consumo, es decir de la demanda.

En este orden de ideas, lo que se discutía era si los factores productivos en particular el capital creaban
el valor de los bienes finales, o si al contrario eran los bienes finales los que daban el valor a los bienes
intermedios. Para lo cual los Marginalistas explicaban que el valor de los factores era determinado por
la utilidad marginal del bien final que se fabricaba con esos factores, pero que estos a su vez no
conferían valor alguno a los bienes finales.

Era obvio para los marginalistas que el error de los anteriores modelos radicaba en que el precio no
depende de la utilidad total ni de la utilidad promedio sino de la utilidad marginal. Con esto es mucho
más sencillo explicar la paradoja del agua y los diamantes de Smith y Ricardo.
Jevons, Menger y Walras, aplicaron el análisis marginal de manera casi exclusiva a la teoría del
intercambio y la demanda e ignoraron casi por completo el lado de la oferta y la cuestión de la
distribución del ingreso, suponían que esta distribución, igual que la oferta, estaba dada y que el
problema de la economía era la asignación de recursos de una oferta fija entre varios usos
alternativos. No ofrecieron ninguna explicación de las fuerzas que determinan los precios de los
factores de producción cuando la oferta de dichos factores es variable, ni de las fuerzas que
determinan la distribución del ingreso.

Jevons introdujo tres elementos en el cálculo hedonista de Bentham, bajo el supuesto de recursos
escasos, supuesto básico de la escuela neoclásica, distingue entre e utilidad total y utilidad marginal,
establece el principio de equimarginalidad19e introduce el método gráfico-matemático, respecto de la
paradoja del agua y los diamantes de Smith, plantea que el valor de uso se relaciona con la utilidad total
(relación entre recursos por definición escasos y necesidades humanas diferentes para cada individuo)
20
y el valor de cambio referido al “grado final de utilidad” que depende del “deseo permanente que
nosotros u otros tenemos de poseer más”. (Jevons, 1871)

Surgen dos cuestiones ¿Qué es la utilidad?, ¿Cómo se mide la utilidad?. Resulta paradójico que estos
escritores no las hubiesen asumido de forma directa, de hecho ninguno utilizo la expresión Utilidad
Marginal. Se limitaron a dar por sentada su existencia y a delegar a los gustos personales la decisión de
diferenciar entre las utilidades de los bienes, dando a entender que consideraban la utilidad como un
fenómeno psicológico no medible, pero que estaba en los bienes de consumo. Ahora bien, para los
bienes intermedios y de intercambio se dio el concepto de Utilidad Adquirida.

Luego de estas concesiones pasaron a dar por aceptado el concepto de la utilidad marginal decreciente
que no es otra cosa que la idea de que conforme un bien es consumido su utilidad marginal disminuye;
sin embargo esta afirmación acepta que la utilidad marginal puede medirse. Y contrario a sus
afirmaciones los tres supusieron en sus ejemplos la mensurabilidad cardinal de la utilidad.

Para sus representaciones Walras y Jevons utilizaron funciones de utilidad continuas ya que con
variaciones pequeñas en la cantidad y en la utilidad la igualdad en las canastas de consumo continua,
no así con las curvas discontinuas donde se maximizaría pero no habría igualdad. Menger y Walras no
se ocuparon de explicar si se podían hacer comparaciones interpersonales de utilidad; por su parte
Jevons afirmó que eso era imposible, sin embargo lo hizo. Pero si estaban de acuerdo en que una
persona podía sopesar la utilidad de dos mercancías.

En cuanto a las funciones de utilidad que desarrollaron los marginalistas debemos decir que estaban
de acuerdo pese a la diferencia en la metodología de exposición. Según ellos la utilidad que una persona
recibía por el consumo de un bien x dependía únicamente de la cantidad que de ese bien se haya
consumido y no de las cantidades de otros bienes y & z que también se hayan consumido, no importa
que sean sustitutos o complementarios. Por eso se considera la función de utilidad total como una
función aditiva.

Por otro lado Jevons, Menger y Walras trataron de señalar las condiciones bajo las cuales se maximizaría
la utilidad de los individuos conjuntamente con un teoría del intercambio y en el caso de Jevons y
Walras investigaron la relación entre la utilidad y la demanda.

Walras derivó matemáticamente las ecuaciones que rigen la maximización mientras que los otros dos
autores, con técnicas más rudimentarias expusieron el concepto según el cual un consumidor maximiza
su utilidad si gasta su ingreso de tal forma que la última unidad gastada en un bien le reditúe la misma 28
utilidad marginal que si la hubiera bastado en cualquier otro bien. Este postulado es conocido como la
segunda ley de Gossen.

Recordemos que la utilidad del individuo es la causa de la demanda, entonces debe haber una relación
entre las funciones de utilidad y las curvas de demanda. Solo Walras pudo solucionar este problema

19
Cuando un bien además de ser escaso, puede ser utilizado para satisfacer varias necesidades, tiene una utilidad marginal
que no disminuye tan rápidamente, ya que la utilidad que reporta va a ser mayor al satisfacer varias necesidades y no una sola.
20
teoría subjetiva del valor basada en los gustos y preferencias del consumidor (la demanda)
demostrando que el motor que mueve la demanda es la utilidad marginal, pero finalmente los tres
trataron de hallar las relaciones entre la utilidad marginal, la maximización de la utilidad y el intercambio
de bienes. En esta oportunidad fue nuevamente Walras quien se llevó los primeros honores.

No pasemos por alto las diferencias en la concepción de causalidad de los precios, ya que Jevons y
Menger sostenían que el precio de los bienes intermedios estaba dado por la utilidad marginal de la
mercancía final. La diferencia con Walras radica en que este asumió el análisis a través de un modelo
de equilibrio general lo que le dio una gran ventaja en la comprensión de la causalidad que lo llevo a
entender que las relaciones eran mucho más complejas.

Los autores Clásicos (Smith, Ricardo y Marx) pensaban que el valor no surgía de la utilidad,
consideraban a la misma, pero simplemente como una característica de los bienes económicos. por
otra parte, sostenían la teoría objetiva del valor (que se basaba en los costos; es decir en la oferta).

Jevons se retracta de su afirmación en donde el valor depende por completo de la utilidad, va a


demostrar que con una oferta fija, de dos mercancías y dos agentes los precios y las cantidades que se
intercambian dependen de las utilidades marginales que ambas mercancías tengan para cada uno de los
individuos. En el caso de la oferta variable, elabora la siguiente línea de causalidad.

1. La oferta está determinada por el costo de producción.


2. A su vez la oferta determina la utilidad.
3. Esta utilidad determina el valor de la mercancía.

Jevons y Menger no entendieron que el costo, la oferta, la demanda, y el precio son interdependientes
y no forman una cadena causa efecto simple como ellos proponían. Este error es el mismo de los
clásicos. Por fortuna Walras y Marshall pudieron comprender mejor estos supuestos.

El concepto de utilidad marginal Walras y Jevons lo aplicaron el análisis de la empresa, Walras fue
más allá y formuló de manera independiente su análisis del equilibrio general. Ninguno de estos
autores llega a los mercados de los factores ni desarrollan la noción ni las aplicaciones de la
productividad marginal, se concentran en el lado de la demanda y se sesgan como los autores clásicos
con la oferta.

Así, para Jevons, Menger y la escuela austríaca los precios dependen solo de la demanda, en una
oferta inelástica se puede sostener el argumento, pero los costos de producción determinan el precio
de los bienes en ofertas elásticas y si los costos son crecientes no se puede asumir que la oferta de
los mismos está dada y que la demanda determine sus precios.

Una anotación importante es la gran influencia que Menger ejerció en la Universidad de Viena
con lo cual se ha dado por llamar a sus seguidores la Escuela Austríaca, allí se continuo con la
tradición del análisis al estilo de Menger. Desafortunadamente su iniciativa de estudiar el
conocimiento como factor de desarrollo no fue explotada posteriormente.

El criticar las premisas de Marx era tocar también las teorías de Smith y Ricardo, y los
marginalistas prefirieron esto, dejar atrás todo lo planteado y desarrollado en la escuela clásica y
en su economía política y enfocar la teoría económica a una ciencia económica pura, en donde
la deducción y las abstracciones, los métodos formales, el análisis gráfico iban a ser parte clave
del proceso, Walras fue líder en este aspecto y Marshall igual.

Alfred Marshall, (1842-1924). Uno delos principales pensadores ingleses de fin del siglo XIX ,
podríamos calificarlo como uno de los padres de la economía ortodoxa moderna junto a León
Walras. Durante su juventud logro una excelente preparación universitaria en matemáticas, pero
aparte de esto también se distinguió por sus fuertes sentimientos humanitarios, relativos a mejorar
la calidad de vida de las personas en la sociedad inglesa de su tiempo. Marshall permaneció en
Cambridge después de graduarse de su licenciatura en matemáticas, pero pronto incursionó en la
lectura de la metafísica, la ética y la economía. Marshall era consciente del cambio de las teorías a
través del tiempo, por ello trataba de combinar su preparación matemática con sus fundamentos en
historia, lo que le podría permitir adaptarse al cambio.

Si bien Jevons se había declarado el campeón de la teoría marginalista, Marshall experimentó entre
sus estudiantes y colegas durante más de 20 años con sus ideas antes de exponer sus planteamientos
al publicar en 1890 los Principios de Economía.

En 1870 Marshall había comenzado su trabajo en la fundamentación matemática de su teoría,


complementándola con técnicas gráficas, pero solo cuando tuvo todo el material listo, lo que incluye
un desarrollo matemático y grafico más riguroso.

Para Marshall "la economía política o economía, es el estudio de la humanidad en las ocupaciones
ordinarias de la vida; examina esa parte de la acción individual y social que está más estrechamente
conectada con la obtención y el uso de los requisitos materiales del bienestar”. Pero sus desarrollos
no tienen que ver con la idea de economía política clásica, el trabajo de Marshall, refleja que su fuerte
se hallaba en el arte de la economía que es capaz de relacionar la ciencia positiva con las metas
normativas; es decir que se concentró en la aplicación de la teoría y en la teoría aplicada.

A diferencia de los clásicos, Marshall estaba convencido que la economía tenía la tarea principal, de
eliminar la pobreza, a tal punto que reclamó en las ideas de Ricardo el hecho de no entender que la
pobreza genera más pobreza, dado que la falta de recursos en las familias no garantizan, ni la salud,
ni la preparación para permitirles ganar más.

Al considerar el método de Marshall se debe tener presente que su habilidad formalizadora le


había permitido manejar con destreza la construcción de modelos abstractos, aunque también
había desarrollado trabajo empírico estadístico en sus investigaciones socioeconómicas, un punto
vital dentro de sus construcciones teórico económicas; sin embargo, pudo señalar que considerar
a la sociedad estable era un error clásico que la combinación de teoría abstracta y análisis
histórico podía corregir; tal vez por esto tampoco prestó gran atención a que si los economistas
usaban tal o cual método, o inclusive si usaban varios a la vez, de hecho, aceptó esta diversidad que
proporcionaba diferentes puntos de vista sobre el funcionamiento de la economía.

El método marshalliano reconoce los problemas del método científico en las ciencias básicas, al no
poder mantener constantes variables para experimentar a nivel teórico impone el camino de los
supuestos; la técnica central en este caso es el llamado CETERIS PARIBUS que quiere decir
“permaneciendo otras cosas igual”. El procedimiento marshalliano limitaba el problema al
equilibrio parcial con la mayoría de las variables constantes para luego con mucho cuidado ir
permitiendo su movilidad de “una cosa a la vez”.
Esta técnica metodológica estaba relacionada muy de cerca con el convencimiento que los
análisis y conclusiones del corto plazo de una causa en particular pueden ser incorrectos al ser
aplicados en el largo plazo. Más concretamente, se considera que a través del tiempo la oferta
refleja cambios más marcados que la demanda. Los cuatro tiempos convencionales de Marshall
son: el periodo de mercado, en el cual la oferta es fija y perfectamente inelástica. El corto plazo
en este se alcanza a cambiar la producción y la oferta mas no la planta instalada. El largo plazo,
ya a este nivel todos los costos son variables. El periodo secular, en este no solo varía la
tecnología sino la composición poblacional.

La defensa del corto plazo está en la idea de que en este periodo “el poder de la demanda fija el
precio” contrario cuando se prolongaba el factor tiempo donde según su intuición cobraba mayor
relevancia la influencia de la oferta. En sí Marshall condenaba al fracaso cualquier intento unicausal
de explicación de las variaciones del precio y del valor.

Una de las críticas más interesante generada por Marshall es la del mal uso, por parte de los
economistas del análisis marginal, como si este fuera el omnipotente determinante del valor, se debe
entender la marginalidad como el campo donde actúan las fuerzas que gobiernan el valor del todo y
no de afirmar que la utilidad marginal o el costo marginal determinan el precio, ya que estos, gracias
a la mutua interacción de los factores también son determinados en el margen.

La contribución más importante de Marshall a la teoría de la demanda fue la formulación clara del
concepto de elasticidad precio de la demanda, donde el precio y la cantidad demandada se relacionan
inversamente. El grado de la relación entre el cambio en el precio y el cambio en la cantidad
demandada se manifiesta mediante el coeficiente de la elasticidad del precio, que es la relación de
signo negativo entre el porcentaje de cambio de la cantidad demandada sobre el porcentaje de
cambio en los precios.

Es decir que si el precio disminuye en un 1% y la cantidad demandada aumenta en un 1% el gasto o


el ingreso total permanecerán sin cambio y el coeficiente será 1. Si el; precio disminuye y el gasto o
el ingreso aumenta el coeficiente será mayor a 1 y se dirá entonces que el precio es elástico, por el
contrario si el precio disminuye y la cantidad demandada aumenta en un porcentaje menor entonces
el coeficiente será menor a 1 y entonces el precio será inelástico.

En cuanto a cómo asumía la utilidad, Marshall manejó una función aditiva suponiendo que los
individuos consumían por la utilidad obtenida. Así que su función consideraba la utilidad de cada
bien por separado, por lo tanto se ignoraron las relaciones de complementariedad y sustitución.

Para facilitar su trabajo, Marshall supuso que la utilidad era medible a través del precio. Pero también
señaló que la principal preocupación de la teoría de la demanda era determinar la forma de las curvas
de la misma. El, aceptó la utilidad marginal decreciente y formuló la condición de equilibrio que daría
el máximo de utilidad a un individuo que consumiera muchas mercancías. Esto es que en equilibrio
el consumidor gastará de modo que la última unidad monetaria gastada en cualquier bien final tenga
la misma utilidad marginal que si la gastara en cualquier otro bien.

De lo anterior se desprende el concepto de utilidad marginal del dinero, la utilidad marginal de un


solo bien es igual a su precio multiplicado por la utilidad marginal del dinero. En efecto Marshall
supuso que el efecto ingreso debido a pequeños cambios en la cantidad de dinero eran despreciables
y no supo distinguirlo del efecto sustitución ya que no tenía las herramientas teóricas necesaria.

En la teoría de la oferta contribuyó acertadamente con la conceptualización de los tiempos, el corto


plazo dividió los costos en fijos y variables con lo cual evalúo una serie de circunstancias de la
empresa en las cuales señalo sus características. En el largo plazo diferencio entre las economías
internas y las externas para explicar los procesos de crecimiento de las empresas. 31

El análisis económico neoclásico parte del supuesto de que los individuos saben lo que quieren
(elección racional) y buscan la mejor manera de conseguirlo (optimización), dadas las
restricciones que enfrentan (presupuesto). Los costos de la producción incluyen no sólo los
factores productivos, sino además incorporan el costo que supone crear y dirigir una empresa, y
ahorrar el dinero para constituir el capital.

Marshall observo que los rendimientos de escala creciente, asociados a la aplicación de


tecnologías avanzadas, podían originar complicaciones en el intento de modelar el procesos
productivo, las economías de escala implicaban que un pequeño número de grandes productores
podía funcionar a costos medios más bajos produciendo la misma cantidad que un gran número
de pequeñas empresas, quedando en entredicho las premisas de un mercado competitivo, lo que
lleva a trabajar con los supuestos de competencia perfecta y rendimientos de escala constantes o
decrecientes.
El modelo de la competencia perfecta (CP) se utiliza ampliamente dentro de la microeconomía
y de la economía gerencial, abriéndose campo también en otras subdisciplinas de la economía
tales como la economía del trabajo, la economía internacional, las políticas públicas, las finanzas
públicas, la organización industrial, etc. La herencia del modelo de CP proviene desde las
propuestas de autores de inclinación neoclásica como L. Robbins, quien definió la economía
“como una ciencia que estudia la utilización de medios escasos susceptibles de usos alternativos
para la satisfacción de las necesidades humanas”. La concepción de Robbins implícitamente
supone un conocimiento dado de los fines y los medios, con lo que el problema económico queda
reducido a un problema técnico de mera asignación, maximización u optimización, sometido a
unas restricciones que se suponen también conocidas.
Como modelo positivo, el núcleo de la competencia perfecta consiste en un mercado en el cual
los bienes y servicios son homogéneos; cada empresa es tan pequeña que produce una porción
insignificante del total de la oferta del mercado, y por lo tanto cualquier incremento en la oferta
de la empresa no afectará los precios del mercado ni en una mínima porción; y también se asume
que existe una información completa para todos los participantes del mercado, sobre todos los
bienes y servicios.

Como un estándar normativo, el modelo de competencia perfecta se sustenta en el argumento que en


equilibrio, una cantidad Q es producida y vendida al precio P, el cual iguala el ingreso marginal IM,
que a la vez iguala al costo marginal CM, este también iguala al costo total promedio CTP,

La Microeconomía estudia el comportamiento de las unidades económicas individuales y sus


interacciones, dos tipos de unidades económicas se consideran típicamente:
- Firmas
- Consumidores
La interacción más utilizada es la de mercado.

Algunos principios de economía:

• Optimización – la gente trata de conseguir lo que más le conviene (o gusta) dados sus recursos
• Equilibrio – las acciones de la gente eventualmente son consistentes unas con otras (como
cuando el precio de oferta igual al de demanda y el mercado se vacía).
• Precios dados
• Racionalidad/ utilidad

Dos técnicas analíticas se utilizan (1) el análisis de optimización donde el modelo de conducta de las
unidades económicas es optimizar. En la firma se describe el modelo de conducta como objetivo, la 32
maximización de los beneficios y las restricciones.

(2) La segunda técnica analítica involucrada en el comportamiento microeconómico es el estudio del


equilibrio. Visto como el análisis de lo que sucede en el sistema económico cuando todo en el
comportamiento es COMPATIBLE.

El enfoque sobre el EQUILIBRIO no implica que este sea más importante que el DESEQUILIBRIO,
el problema está en la dificultad de que existe en el análisis del comportamiento del desequilibrio.
33

La pendiente positiva de la curva de oferta refleja el hecho de que los costos totales tienden a
aumentar cuando los productores aumentan la producción a Corto Plazo (este se define como el
periodo en el cual solo el factor variable de la producción puede ser cambiado).
Roy Weintraub expresa que la economía neoclásica se basa en tres cuestiones, sin embargo algunas
ramas de la teoría neoclásica pueden tener distintas aproximaciones:

1. Las personas tienen preferencias racionales hacia los resultados que pueden ser identificados y
asociados con un valor.

2. Los individuos maximizan la utilidad y las firmas maximizan la ganancia.

3. Las personas actúan independientemente con base e información completa y relevante

TEORIAS SMITH RICARDO MALTHUS MARX J.S. MILL 34


VALOR TRABAJO
EXCEDENTE
ACUMULACION
CRISIS
DISTRIBUCION
CLASES SOCIALES

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