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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

Facultad de Ciencias Sociales


Carrera de Historia

Trabajo de Grado

Violencia cultural en las favelas: Una aproximación al problema de las milicias y sus
alianzas con agentes del Estado en Rio de Janeiro 1995-2008

Carlos Felipe Prieto Bolaños


Dirigido por: Cesar Torres Del Río

Bogotá, I Semestre 2012

1
A la profesora luna

2
Tabla de contenido

Introducción....................................................................................................................................... 5
Marco teórico ..................................................................................................................................... 9
Cap. 1 ¿Qué sucede en Brasil y Rio de Janeiro? ......................................................................... 11
1.1 Posibles causas que fomentan la violencia ........................................................................ 11
1.2 La violencia en números ................................................................................................... 18
Cap. 2 Proceso histórico en la formación de los grupos ilegales ................................................. 21
2.1 Grupos armados de narcotraficantes 80 y 90 .......................................................................... 21
2.1.1 Década de los 90 .............................................................................................................. 25
2.2 ¿Qué son las milicias? ............................................................................................................. 28
2.2.1 ¿Cómo operan las milicias?.............................................................................................. 32
2.2.2 ¿Cómo se financian las milicias? ..................................................................................... 35
Cap. 3 Violencia Cultural en las favelas: La transición del dominio territorial en las favelas 39
3.1 ¿Se puede hablar de guerra en Rio de Janeiro? ....................................................................... 40
3.3 Medidas para justificar la violencia cultural: políticas de Estado y alianzas entre milicias y
policías .......................................................................................................................................... 46
3.4 Violencia cultural como técnica de represión ¿Autos de Resistencia = violencia cultural=
alianzas milicias - policía? ............................................................................................................ 56
Conclusiones .................................................................................................................................... 66
Bibliografía ...................................................................................................................................... 70

3
Tablas y Gráficas

Tabla 1 Delitos que involucran jóvenes de 18 años en la ciudad de Rio de Janeiro, 1980-
2001 ...................................................................................................................................... 15

Tabla 2 Tasa de homicidio por 100.000 habitantes por sexo ............................................... 20

Tabla 3 Policías Militares muertos en servicio y fuera de servicio ...................................... 61

Gráfico 1 Homicidios Totales Rio de Janeiro por 100.000 .................................................. 19

Gráfico 2 Homicidios 15-24 años por 100.000 hab.............................................................. 19

Gráfico 3 Tasa de muertes por 100.000 habitantes según raza en Rio de Janeiro................ 20

Gráfico 4 Concentración de los votos en Rio das Pedras en Nadinho ................................. 34

Gráfico 5 Asesinatos cometidos por la policía por cada policía muerto .............................. 55

Gráfico 6 Total de muertes producidas por la Policía .......................................................... 56

Gráfico 7 Muertes producidas por la Policía por cada 100,000 habitantes .......................... 56

Gráfico 8 Arrestos hechos por la Policía por cada persona asesinada por la Policía ........... 57

Gráfico 9 Autos de resistencia 1997-2008 ........................................................................... 59

Gráfico 10 Número de denuncias ......................................................................................... 60

4
Introducción

En una ocasión, en la clase de Historia Política Hoy, leímos un texto de Medófilo Medina
que trataba de la producción de trabajos realizados por los historiadores, tomando en cuenta
las tesis de los estudiantes que aspiraban a conseguir el título de doctorado en la
Universidad Nacional. El autor era muy crítico en relación con la forma y objeto de estudio
que elegían los historiadores colombianos, en general, y de las tesis de los estudiantes en
particular. Entre las críticas se encontraba, por un lado, que los estudios solamente se
centraban en Colombia, no existía interés por estudiar otros contextos y salir de muestro
espacio. El profesor Medina también criticaba el número reducido de trabajos comparados,
él privilegiaba este método de investigación ya que permitía sustraer de allí elementos de
análisis que, de otra forma, no se podían encontrar.

Haciendo caso al profesor Medina y al debate que ese día tuvimos en la clase, decidí
aceptar el reto de salir de mi zona de comodidad y estudiar otro país, otro contexto; en este
caso Brasil y más específicamente Rio de Janeiro, aunque cabe decir que le quedé debiendo
el trabajo comparado.

El reto de embarcarme en este trabajo y de intentar salir de la burbuja de estudios que solo
se centraban en Colombia, debo decir, no fue nada fácil. La información en las bibliotecas
colombianas es muy escasa, es increíble que a pesar de que Brasil es nuestro vecino
sepamos tan poco de ellos. Además en nuestro idioma hay muy pocos estudios, lo que
implicó una juiciosa lectura tanto en Portugués como en Inglés.

No obstante, a pesar de las dificultades, considero que gracias a este trabajo mis habilidades
como historiador se pulieron, porque cada obstáculo fue una nueva experiencia que me hizo
crecer como investigador. El reto y las ganas por hacer algo diferente prevalecieron y se
vieron manifestadas en este trabajo.

La violencia urbana en Rio de Janeiro en el período que pretendo estudiar se ha


caracterizado por el dominio de los narcotraficantes en las favelas. Son ellos los que,
gracias al negocio de las drogas, controlan territorios y ejercen la violencia cuando tienen
que hacer respetar sus lugares de influencia. Existen cuatro principales grupos que dominan
un gran porcentaje de las favelas de Rio de Janeiro, “El Comando Vermelho” (Comando

5
Rojo) que fue el primer grupo en formarse y el que ha tenido mayor poder e influencia
territorial. El “Terceiro Comando” (Tercer Comando), “Amigos dos Amigos” (Amigos de
los Amigos) y el “Comando VermelhoJovem”, son los otros grupos que nacieron debido a
la fragmentación que vivió el Comando Vermelho a partir de 1986. Los enfrentamientos
entre grupos son frecuentes luchando por la prevalencia territorial y del negocio
(Dowdney, 2003).

La ubicación de los grupos armados en las zonas urbanas se da en lugares donde la pobreza
y la poca presencia del Estado son la constante. La mayoría de las personas que se
involucran en dichos grupos son hombres jóvenes entre 13 y 25 años. La incursión de los
jóvenes en los grupos armados ocurre por distintos factores, el principal de ellos es por la
falta de oportunidades y alternativas de trabajo digno, los grupos armados ofrecen a los
jóvenes en ocasiones salarios fijos por hacer parte de la organización lo que les brinda
cierta estabilidad. Sin embargo, aunque la falta de empleo y de oportunidades es un
elemento fundamental, no es el único.

Los problemas intrafamiliares en los que se encuentran, por ejemplo, familias mono
parentales y violencia en los hogares, hacen que los jóvenes vean en los grupos a los que
pertenecen, a su verdadera familia, lo que genera un alto grado de pertenecía que lo
involucra de una forma activa con el grupo armado; la venta de droga y las comisiones
fruto del negocio también son un aliciente para involucrarse. Relacionado con lo anterior
se encuentra la posesión de armas, dado que, adquirir un arma significa tener el poder, los
jóvenes involucrados en estos entornos sienten la obtención de un arma como un
mecanismo de ascensión y de reconocimiento social.

A pesar de la importante presencia de los traficantes a lo largo de Rio de Janeiro, a partir


del año 2003, la violencia urbana adquirió nuevos matices que hablan de una
transformación. La presencia de grupos de paramilitares que en Brasil se conocen con el
nombre de milicias, ha llevado a que la violencia urbana en Rio de Janeiro adquiera nuevas
dimensiones.

El nacimiento de dichos grupos fue resultado del creciente poder de los narcotraficantes en
las ciudades, sumado a limitada presencia estatal. Estos grupos que también son conocidos

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como “Justiceiros” (Justicieros) o “Polícia Mineira” (Policía Minera), están conformados
por policías armados y bomberos retirados que, con el argumento de frenar la invasión del
narcotráfico en sus territorios, han convertido a las favelas en uno más de sus negocios. Las
milicias se caracterizan por tener un discurso que se basa en la protección a los habitantes
de la violencia de los traficantes, lo que les brida legitimidad frente a la población. También
cuentan con control territorial y de la gente que habita en sus lugares de influencia. El
control que ejercen nace de la coacción física por medio de las armas, teniendo entre sus
principales motivaciones el interés económico y, por tales motivos, sus acciones están
encaminadas a explotar las favelas para sustraer de ellas grandes sumas de dinero.
Finalmente, una de las características más preocupantes es el apoyo reconocido de agentes
del Estado (Cano, 2008: 59).

Las milicias han sido muy activas desde su aparición, la relación cercana que tienen con las
entidades del Estado, entre las que se encuentra la Policía, ha llevado a un aumento en los
enfrentamientos con los traficantes por el dominio de ciertas zona clave como, por ejemplo,
la zona oeste de Rio de Janeiro. También han creado fuertes lazos con la política, una
investigación realizada por el periódico O Globo en 2007 concluyó que de las 92 áreas que
hasta ese momento estaban dominadas por las milicias, 73 de ellas tenían por lo menos un
representante policía, bombero o militar retirado entre los candidatos más votados en las
últimas elecciones O Globo 11 Fevereiro 2007 (ctd en de Souza e Silva, Lannes Fernandes,
& Willardino Braga, 2008: 16).

El sistema de fuerzas estatales que se enfrentan a los delincuentes en Brasil, se encuentra


dividido en policías federales y estatales. La Policía Federal es relativamente pequeña, se
encarga de investigar crímenes federales como terrorismo, crimen organizado, crímenes
fiscales federales, control de la inmigración. Por otro lado,las fuerzas estatales se encargan
de defender los intereses en cada uno de los estados de Brasil,cada uno de ellos cuenta con
una Policía Militar y una Policía Civil, los primeros se encuentran divididos en batallones y
tienen a su disposición armas de infantería de largo alcance. Los segundos no cuentan con
armas tan poderosas y su acción se limita a una función investigativa y judicial, aunque
también pueden detener y enfrentar criminales. Sin embargo, es la Policía Militar la que
tiene el entrenamiento y las armas para contrarrestar las fuerzas ilegales, que cuentan con

7
armas muy poderosas. Ambas fuerzas se encuentran subordinadas bajo las órdenes de cada
uno de los Gobernadores de los Estados. Cabe anotar, que la Policía Militar aunque tenga a
su disposición armas que cualquier Ejército envidiaría y lleve el nombre militar, no
depende del Ejército, es una fuerza independiente que sigue las órdenes de los
Gobernadores. (Husain, 2007: 74)

En Rio de Janeiro además de las instituciones anteriormente nombradas, hay un actor


importante que es el grupo especial denominado Batallón de Operaciones Policiales
Especiales (BOPE) que hacen parte de la Policía militar, son ellos los que se involucran
directamente en los enfrentamientos con los delincuentes en las favelas, dicho grupo se
identifica por la violencia excesiva, teniendo entre sus modos de operación, derribo de
puertas, detenciones de manera arbitraria y disparos para imponer el terror. Los integrantes
del BOPE patrullan las áreas de influencia de narcotraficantes con los rostros cubiertos, lo
que impide que los miembros de la comunidad, afectados por los atropellos, identifiquen a
los miembros de la BOPE para que sean castigados. (Koonings & Veenstra, 2007: 631)

Las técnicas represivas de los agentes estatales en Rio de Janeiro ha generado el asesinato
sistemático de pobladores de las favelas que no tienen nada que ver con el conflicto entre
traficantes, policías y milicias. El uso de técnicas de guerra en espacios donde la presencia
de civiles es la constante ha fomentado la muerte de inocentes, deslegitimando ante la
población las medidas usadas para contrarrestar el tráfico de drogas.

La participación del Ejército brasileño en las operaciones de mantenimiento de paz en


Haití, es un ejemplo de cómo las instituciones brasileñas ven el conflicto en las favelas
como un asunto de guerra, que requiere el entrenamiento especializado de militares en
contextos parecidos a las favelas. “Como el Ejército brasileño lo admitió públicamente en
diciembre de 2007, ha comenzado a utilizar su experiencia de mantenimiento de la paz en
las calles y barrios de Haití para el diseño y ejecución de las tácticas y técnicas de control
social en las favelas de Rio de Janeiro” (Torrres Del Río, 2010: 200).

El proceso del conflicto armado urbano en Rio de Janeiro, caracterizado por el dominio
territorial de grupos armados de narcotraficantes, ha tenido una transformación importante.
Las políticas represivas de los agentes policiales en las favelas, sumado a la limitada

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presencia de entidades estatales en los lugares de ocupación y a las alianzas del Estado con
grupos de milicias, ha permitido el crecimiento de estos grupos donde tradicionalmente
han dominado los traficantes, consolidando un escenario de violencia nuevo.

La transformación que está viviendo la ciudad de Rio de Janeiro en relación con la


prevalencia del poder territorial de las milicias en las favelas, está conectada con una
estrategia de violencia cultural dirigida a ciertos sectores de la clases populares que, para
legitimarse frente a la población, ha adoptado la eliminación física de aquellos que son
considerados no deseables para ciertas capas conservadoras de la sociedad. Lo anterior está
conectado ideológicamente e institucionalmente a partir de ciertos sectores de las
autoridades de Rio de Janeiro.

Marco teórico

En el presente trabajo se usará la categoría teórica de Grupos Armados. Esta categoría se


desarrolló en elSeminario sobre Niños Afectados por la Violencia Armada celebrado en Rio
de Janeiro en el año 2002 por la organización Viva Rio. Los participantes en dicho
seminario estuvieron de acuerdo en que era necesario construir una definición de trabajo
que representara la situación vivida en esa ciudad. Los grupos armados que tienen una
presencia en las favelas de Rio de Janeiro se identifican por tener una estructura de mando
jerárquica y por mantener un dominio sobre un territorio definido, lo que implica el control
sobre la población y los recursos locales, usando acciones coercitivas para mantener ese
control. Los territorios que dominan son espacios en los cuales el Estado tiene poca
presencia, siendo los gobernantes de estos territorios los grupos armados, lo que permite
que consoliden diferentes negocios en las favelas, incluyendo el narcotráfico(Dowdney,
Nem guerra Nem paz, 2003).

Los participantes en esos grupos son, en su mayoría, niños y jóvenes que cumplen una
función determinada en el grupo, recibiendo una remuneración por el trabajo realizado. La
motivación principal está condicionada principalmente al ánimo de lucro individual,
aunque es claro que los que participan en los grupos de narcotraficantes tienen otras
motivaciones importantes como la pertenencia a un grupo, reconocimiento y poder.

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La segunda categoría que se utilizará es Violencia. La violencia se puede entender como “el
uso o amenaza de uso de la fuerza o potencia, abierta u oculta, con la finalidad de obtener
de uno o varios individuos algo que no consienten libremente, o de hacerles algún tipo de
mal (físico, psíquico o moral). La violencia, por tanto, no es solamente un determinado tipo
de acto, sino también una determinada potencialidad. No se refiere sólo a una forma de
“hacer”, sino también de “no dejar hacer”, de negar potencialidad” (Fisas, 1998: 29).

A pesar de su funcionalidad, la categoría violencia es muy amplia ya que existen muchos


tipos de ella, por tales motivos en este trabajo se tendrá en cuenta una violencia especifica.
La violencia cultural es aquella que se refiere a los elementos culturales de un territorio que
legitiman el uso de la violencia. “Puede tratarse de la aprobación de la violencia en nombre
de la revolución, del fanatismo religioso y de guerras santas, de la descalificación de
enemigos o de ideologías políticas” (Fisas, 1998: 29). La violencia cultural permite que los
seres humanos, con base en un pensamiento impulsado culturalmente, justifiquen la
destrucción del otro, llegando hasta el punto de ser recompensados por cometer esas
prácticas. Una de las maneras de la actuación de la violencia cultural es cambiar el color
moral de un determinado acto, pasando de por ejemplo rojo/ incorrecto, verde/correcto.
Otra forma es opacar la realidad de la forma en que vemos el acto violento viéndolo en
ocasiones como no violento (Galtung, 2003: 262).

Al hablar de violencia se requiere hablar de conflicto ya que siempre, cuando hay episodios
de violencia, está presente un conflicto anterior. La categoría Conflicto es fundamental para
entender las dinámicas de la violencia en Rio de Janeiro y, para efectos del presente escrito,
la definición de VincençFisas de conflicto resulta ser bastante acertada, “El conflicto, […],
es un proceso interactivo” que se da en un contexto determinado. Es una construcción
social, una creación humana, diferenciada de la violencia (puede haber conflictos sin
violencia, aunque no violencia sin conflicto), que puede ser positivo o negativo según como
se aborde y termine, con posibilidades de ser conducido, transformado y superado (puede
convertirse en paz) por las mismas partes, con o sin ayuda de terceros, que afecta a las
actitudes y comportamientos de las partes, en el que como resultado se dan disputas, suele
ser producto de un antagonismo o una incompatibilidad (inicial pero superable) entre dos o

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más partes, el resultado complejo de valoraciones, pulsiones instintivas, afectos, creencia y
que expresa una insatisfacción o desacuerdo sobre cosas diversas.” (Fisas, 1998: 29-30)

Cap. 1 ¿Qué sucede en Brasil y Rio de Janeiro?

El presente capítulo busca ilustrar de forma general algunas explicaciones en relación con
el incremento de la violencia en la ciudad de Rio de Janeiro a partir de los años 90. Para
ello se presentarán dos acápites, el primero titulado “Posibles causas que fomentan la
violencia” y el segundo “La violencia en números”. A lo largo del capítulo se busca
exponer algunas hipótesis que expliquen el crecimiento acelerado de la violencia que,
durante los años 90, se dio en la ciudad de Rio de Janeiro, presentando algunos datos
estadísticos que brinden un panorama general al lector sobre lo que sucede en esta ciudad
brasileña.

1.1 Posibles causas que fomentan la violencia

Aunque en esta investigación no se busca explicar a profundidad las causas estructurales


del elevado número de muertes como consecuencia de la violencia en Rio de Janeiro, si es
pertinente enunciar algunas posibles causas de este crecimiento acelerado a partir de los
años 90 para, de esta forma, entender el contexto en el que nacen los grupos insurgentes
tanto de narcotraficantes como de milicias.

Aunque hay múltiples autores que han estudiado la situación brasileña, presentando
diferentes hipótesis sobre el crecimiento acelerado de la violencia en el territorio brasileño
de forma general y del estado de Rio de Janeiro en particular, en esta investigación se
defiende la idea que sostiene que la elevada tasa de homicidios está asociada a los niveles
elevados de urbanización sumado a niveles altos de pobreza y desigualdad. Para que exista
un elevado nivel de violencia, es necesaria la presencia de dichas variables, siendo el
contexto de Rio de Janeiro un ejemplo sobresaliente de estos fenómenos (Briceño-León,
2008: 108).

El proceso de urbanización en Rio de Janeiro en relación con el crecimiento de las favelas,


inició a principios del siglo XX, el crecimiento comercial sumado a las políticas de
modernización urbana iniciaron un proceso para expulsar a los pobres que se asentaron en

11
el centro de Rio de Janeiro. Como consecuencia, los pobres iniciaron la construcción de
chozas irregulares en territorios baldíos, donde la presión estatal era baja y podrían, de
cierta manera, vivir en paz.

El proceso y consolidación de las favelas inicialmente fue bajo. No obstante, el crecimiento


alcanzó niveles muy altos pasando de 26 favelas en los años 20 a casi 300 en los 60. Greg
O´Hare y Michael Bark(Ctd en: Koonings & Veenstra, 2007: 233). El crecimiento
poblacional fue uno de los principales causantes de esa explosión de zonas marginales. Esto
se debió en parte al crecimiento en los años 30 de los inmigrantes de zonas rurales de los
estados vecinos y del nordeste de Brasil, que empezaron a ocupar zonas de Rio de Janeiro,
debido a la baja en los precios mundiales de los productos agrícolas, lo que obligó a estos
grupos especializados en la agricultura a buscar mejores opciones de vida en las ciudades,
siendo Rio el escenario perfecto para salir de la situación en la que se encontraban (Muxica,
2011: 120).

La expansión de las favelas pasó de la parte central de la ciudad a las zonas industrializadas
del norte, consolidándose posteriormente favelas en las zonas cercanas a las playas, donde
habitaban personas de la clase media alta, lo que se convirtió en un aliciente debido a la
gran cantidad de turistas que visitaban la ciudad, abriendo la posibilidad para obtener un
empleo informal que garantizara la subsistencia de la familia.

Para 1980, el crecimiento de las favelas llegó a un punto muy alto, en la ciudad había cerca
de 500 que agrupaban 630.000 habitantes, que para la época constituían algo más del 12%
de la población total de Rio de Janeiro (Koonings & Veenstra, 2007: 619). A pesar de estos
elevados números la situación no terminó ahí, la grave crisis económica que vivió el
continente americano en los 80, afectó de una forma importante a Brasil. Con la crisis el
desempleo aumentó, llegando la inflación a niveles muy altos, lo que generó el aumento de
la desigualdad produciendo la expansión de las favelas debido a la pobreza creciente. En
los 90 el número de favelas llegó a 600, compuestas por algo más de un millón de personas,
pasando para el año 2000 a 1.100.000 representando el 18,6% de los habitantes de la zona
metropolitana de Rio de Janeiro.

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En el avance y crecimiento de las favelas, se inicia el proceso de división social de la
ciudad de Rio de Janeiro. Por un lado, se encuentran los barrios y zonas donde las clases
medias y altas viven con una prestación de servicios y atención del Estado en constante
desarrollo y, por otro lado, grandes grupos poblacionales ubicados en tierras sin atención
del Estado con múltiples necesidades y sumidos en la pobreza. Al permitir la separación
radical, con una clara diferencia de atención, se genera el proceso de exclusión que inicia
una situación de diferenciación racial, social y espacial. Racial porque en las zonas donde
se encontraban las favelas la gran mayoría de los habitantes eran negros; social porque los
pobres ocupaban estas zonas y, espacial porque la favela era el sitio donde las clases menos
favorecidas y sin presencia estatal convivían en medio de la pobreza (Kruijt & Koonings,
2009: 13).

A partir de 1964 cuando se estableció la dictadura militar, la Policía y los agentes estatales
empezaron a ver las favelas como territorio enemigo, considerando a las comunidades que
vivían allí como criminales. La represión y los señalamientos, sumado a la poca presencia
del Estado proveyendo los servicios básicos, fue una constante a lo largo del régimen
militar. Después de que terminó la dictadura, en 1985 es elegido democráticamente como
gobernador de Rio de Janeiro Leonel Brizola. Entre sus propuestas el Gobernador ordenó a
la Policía no entrar a las favelas, no es claro si para proteger a los favelados de la brutalidad
policial o para que la Policía tuviera un énfasis de protección en las áreas ricas de Rio. Sin
importar las motivaciones del Gobernador, las favelas quedaron a la deriva convirtiéndose
en espacios fértiles para que se cometieran todo tipo de actividades ilícitas, siendo el tráfico
el más común de ellas. La decisión de dejar olvidadas las favelas coincidió con el
crecimiento del negocio del narcotráfico, lo que permitió la incubación del germen que
después explotó. (Perlman, 2009: 57)

Además de los señalamientos considerando a las favelas como los nidos del crimen, el
Estado las dejó en el completo olvido, la posicion de Brizola es sólo un ejemplo de lo que
tradicionalmente han hecho los gobernantes de Rio de Janeiro. Al no existir una presencia
fuerte del Estado no se pueden implementar políticas públicas que estén dirigidas a reducir
la brecha de desigualdad que viven, cerrando las posibilidades para la generacion de

13
oportunidades. Simplemente las medidas represivas y violentas son las que perduran
(Dreyfus, 2009: 2)

Sumado a lo anterior, se encuentra la desigualdad, que es uno de los principales


fomentadores de violencia. No son los países más pobres los que viven los episodios de
violencia urbana más fuerte como lo son Haití y Bolivia, ni las ciudades donde hay más
pobreza como es el caso de los estados del Nordeste en Brasil, por el contrario, la violencia
se da en contextos donde los contrastes en relación con la riqueza y la pobreza están
presentes. Como por ejemplo en países como Colombia y Brasil o ciudades brasileñas
como Rio de Janeiro y São Paulo.

Los episodios de violencia en Rio de Janeiro se caracterizan por ser producidos en su gran
mayoría por jóvenes entre 13 y 25 años, que por falta de oportunidades y alternativas de
trabajo digno, son susceptibles a que los grupos armados les ofrezcan en ocasiones,
oportunidades laborales con salarios fijos por hacer parte de la organización; la venta de
droga y las comisiones, fruto del negocio, también son un aliciente para involucrarse en los
grupos armados.

Para ilustrar lo anterior es importante rescatar los trabajos de El Observatorio de Favelas y


del profesor Luke Downey en su texto Niños en el trafico de drogas: Un estudio de caso de
los niños envueltos en la violencia armada organizada en Rio de Janeiro,los cuales
realizaron una profunda investigación, incluyendo trabajo de campo, que permitió
demostrar muchas de las tesis que se formularon en relación con la presencia de los jóvenes
en los grupos armados en las favelas.

A partir de finales de los 80 hay un gran crecimiento en el número de jóvenes que hacen
parte de los grupos de narcotraficantes obteniendo posiciones importantes en el negocio,
elemento diferente de las décadas pasadas donde la posición de los jóvenes era marginal, su
papel no iba más allá de ser campanero o avioncito 1 . Después de las luchas entre los
diferentes grupos, y el encarcelamiento o muerte de muchos de los líderes de las diferentes

1
Los avioncitos son personas que llevan pequeñas cantidades de drogas o llevan mensajes a
traficantes y a clientes. Los campaneros se encargan de dar aviso, son la alarma del grupo cuando
hay alguna amenaza
14
facciones de tráfico, los jóvenes adquirieron en algunas ocasiones papeles protagónicos,
participando activamente en la organización.

El gráfico que se muestra a continuación muestra el crecimiento en la participación de los


jóvenes en el negocio del narcotráfico a partir de los años 80.

Tabla 1 Delitos que involucran a jóvenes de 18 años en la ciudad de Rio de Janeiro,


1980-2001

Fuente: Dowdney, 2003.p. 121


El crecimiento acelerado en los delitos relacionados con estupefacientes es considerable a
partir de la década de los 90, demostrando la participación de los menores en el negocio. El
número de jóvenes arrestados pasó en 1980 de 110 a 1680 para el año 2000. También la
posesión de armas tiene un crecimiento importante y preocupante, el crecimiento de este
ítem a final de la década de los 90 es un indicio de la explosión de violencia que
posteriormente, se manifestó en el territorio brasileño, pasó en 1991 de 90 menores
prisioneros por este delito a 420 para el 2001.

Otro factor importante que ha fomentado la creciente participación de los jóvenes en estos
grupos de narcotraficantes, ha sido el elevado nivel de penetración de una cultura de
consumo que día a día se encuentra presente de forma constante en los medios de
comunicación. Las campañas publicitarias están orientadas al público joven, lo que ha
generado un crecimiento en las expectativas de éstos. El anhelo por ciertos bienes
15
materiales, choca con la situación de pobreza a la que están expuestos, lo que se traduce en
la no consecución de estas expectativas comerciales. Al no poder conseguir a lo que
diariamente están expuestos, ven en el negocio del narcotráfico un medio para conseguir lo
que tanto desean, sin importar los peligros que diariamente viven los individuos que hacen
parte de este negocio (Briceño-León, 2002: 40)

El olvido estatal de algunas zonas de Rio de Janeiro sumado a una presencia continua de los
traficantes, ha producido una normalización en las comunidades de la presencia de agentes
armados ilegales. Los grupos de narcotraficantes se han convertido en algunas zonas de Rio
de Janeiro en el mayor grupo de poder, responsables en ocasiones de mantener el orden,
toma de decisiones, resolver disputas y proteger a la comunidad. Los grupos también
estimulan la economía local, ya que dejan porcentajes pequeños de las ganancias en los
diferentes negocios de las zonas en las que hacen presencia, estimulando también proyectos
que la benefician, lo que en ocasiones permite que la comunidad respalde al grupo ilegal
que los ayuda. (Dowdney, 2003: 134)

La aceptación del negocio del narcotráfico ha creado en los niños una imagen positiva del
negocio, lo que alienta a los jóvenes a participar en los grupos de traficantes. De igual
forma a partir de los años 80 se ha considerado a los traficantes como ídolos a seguir, ya
sea por sus características especiales, su valentía al enfrentar a la temida y abusiva Policía o
por luchar en contra de la pobreza que los amenaza constantemente.

La convivencia entre los jóvenes y los narcotraficantes es constante, el compartir espacios


públicos afianza una relación de aceptación y respeto por parte de los jóvenes y; sin la
presencia del Estado la relación se consolida libremente debido a que ambos actores
comparten mucho tiempo juntos. El involucramiento activo de los jóvenes en los grupos de
narcotraficantes, es un proceso que inicia con tareas simples como llevar un mensaje o
comprar una bebida. Lo anterior no quiere decir que los niños quieran participar
activamente, simplemente son tareas que se cumplen, pues los narcotraficantes son figuras
“sobresalientes” de la comunidad y llevar un recado o hacer un mandado constituye un
signo de admiración y respeto (Dowdney, 2003: 126).

16
Aquellos niños que, además de las tareas que cumplen por admiración o respeto,
demuestran un elevado interés por el negocio, se les confieren tareas de más peso como,
por ejemplo, guardar un arma, llevar armas o droga. Después de cierto tiempo cumpliendo
estas “sencillas” tareas, los jóvenes formalmente piden trabajo a la organización. Según la
investigación realizada por (Downey, 2008) los niños nunca son obligados a participar en
dichos grupos, son ellos los que toman la iniciativa. El proceso anteriormente nombrado
según el mismo autor es un factor básico para el involucramiento de los jóvenes en el
trabajo a tiempo completo. Estar cerca de los narcotraficantes y andar con ellos durante un
largo período, constituye un insumo fundamental para entrar de lleno en la organización.

Sumado a lo anterior, se encuentra el trabajo realizado por el Observatorio de Favelas2, que


fue una investigación realizada en 34 comunidades de Rio de Janeiro. Los resultados fueron
muy positivos puesto que permitió sustraer ciertas características del entorno de los jóvenes
que hacen parte de los grupos de narcotraficantes, identificando las causas a nivel familiar,
personal y estatal que llevan a que estos niños y jóvenes entren en este negocio ilegal.

A nivel familiar más de la mitad de los jóvenes entrevistados manifestaron que sus padres
nacieron en Rio de Janeiro, contrastado con el 37,8% que manifestó que sus padres eran
migrantes del nordeste de Brasil. El 59,2% de los jóvenes provienen de hogares que viven
con una renta que no supera los tres salarios mínimos y, de igual forma, el 19,2 % de los
hogares viven con una renta que no supera un salario mínimo 3 . Aunque es claro que
muchos de los familiares de los jóvenes hacen parte del negocio del narcotráfico, muchos
de ellos participan en empleos formales legales, entre los trabajos que ejercen los
familiares, los padres con un 20,4 % trabajan en el área de construcción civil, y las madres
con un 57,9 % tienen trabajos relacionados con actividades domesticas (Observatorio de
Favelas, 2006: 11)

La mayoría de las familias son numerosas, en muchos casos compuestas por hijos de
diferentes padres. Entre los entrevistados solamente el 5,7 % manifestó ser hijo único,
mientras que el 47,4 % manifestó que su familia se componía por más de tres hermanos. Un

2
Es una organización social de investigación encargada de generar propuestas de impacto público
relacionadas con políticas sobre fenómenos urbanos en especial lo referente a las favelas.
3
El salario mínimo para el momento en que se realizó la investigación era de 260,00 reales
17
dato interesante fue que solo el 11,7 % de los entrevistados tiene algún hermano
involucrado en el negocio del narcotráfico esto habla de la diversidad de opciones que
tienen los jóvenes al momento de elegir un camino, desmintiendo la hipótesis que plantea
que la estructura familiar fomenta la participación de los jóvenes en dicho negocio
(Observatorio de Favelas, 2006: 11,12,13).

Son frecuentes las separaciones familiares, siendo común el alejamiento del padre por sus
relaciones con otras mujeres, rompiendo la relación con sus hijos y no asumiendo las
responsabilidades que como padre tiene. Solo el 39,1% de los entrevistados afirmaron que
su padre asumió la responsabilidad de su crianza. El 37.4% de los jóvenes entrevistados
manifestaron que su madre fue la única responsable de su crianza, solo el 2,6% manifestó
que su padre tuvo toda la responsabilidad en la crianza. Los anteriores resultados nos
hablan de una tendencia enfocada a familias monoparentales, lideradas en su gran mayoría
por las madres, siendo evidente la limitada responsabilidad de la figura paterna
(Observatorio de Favelas, 2006: 11,12,13).

De los 230 entrevistados solo el 7% continuaba estudiando. El 27,4% estudiaron hasta 5


serie; el 5,2 % terminaron sus estudios de secundaria y el 10,4% llegaron hasta octavo
grado. El 46% de los entrevistados dejó la escuela entre los 11 y los 14 años. Lo anterior es
un buen referente, ya que el 60 % de los jóvenes que entraron en estos grupos de
narcotraficantes lo hicieron entre los 12 y los 15 años, lo que permite considerar que hacer
parte de los grupos es un aliciente para dejar la escuela, o que dejar la escuela es una de las
causas para integrar estos grupos (Observatorio de Favelas, 2006: 11,12,13)

1.2 La violencia en números

Los datos que se presentarán, muestran una radiografía general sobre lo que aconteció en
Rio de Janeiro en el período que se considera en este trabajo, que comprende los años entre
1995 y 2008. Rio de Janeiro vive uno de los momentos más violentos de su historia
reciente, además de los ya tradicionales grupos de narcotraficantes y su contraparte
personificada en la Policía, entra en escena un nuevo actor representado por los grupos de
milicias, los cuales irrumpen fuertemente a partir del 2004 invadiendo un gran número de
favelas. Los índices de homicidios alcanzan niveles muy elevados, superando en ocasiones

18
contextos de conflictos armados internos, como en el caso de Colombia que para el 2005
tenía un índice de 45,4 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Gráfico 1Homicídios totales en Rio de Janeiro por cada 100.000habitantes

60
50
40
30
Homicidios T
20
10
0
1997 1999 2001 2003 2005 2007

Fuente: Waiselfisz, 2010. p. 25


Los datos son muy dicientes sobre la situación en Rio de Janeiro, durante el tiempo que
tiene en cuenta la investigación hubo un elevado número de muertes totales por cada
100.000 habitantes teniendo un promedio de 50 muertes. Aunque los datos son muy altos,
más preocupante aún, son los elevadísimos números en relación con los homicidios de la
población joven entre 15-24 años, convirtiendo a Rio de Janeiro en una de las ciudades con
mayores índices en el mundo de violencia juvenil.

Gráfico 2 Homicidios 15-24 años por cada 100.000 habitantes

120
100
80
60
homicidios 15-24
40
años
20
0

Fuente: Waiselfisz, 2010. p. 69


Otro factor muy interesante que habla del perfil de las víctimas fruto del conflicto que vive
Brasil, es la diferenciación en relación con la raza, según la tabla que se presenta a
continuación, las personas de raza negra son la población que más muere en el territorio
brasileño.

19
Gráfico 3 Tasa de muertes por cada 100.000 habitantes según raza en Rio de Janeiro

300

200
Negros
100 Blancos
0
2002 2004 2007

Blancos Negros
2002 2004 2007 2002 2004 2007
65,3 56,2 44,9 208,2 171,1 144,9

Fuente: Waiselfisz, 2010. p. 122


Los datos son preocupantes tanto por las muertes de blancos como por la de negros. Rio de
Janeiro es la segunda ciudad de Brasil en la que más blancos mueren y ocupa de igual
forma el segundo puesto en muertes de la población negra por cada 100. 000 habitantes
después de Pernambuco (Waiselfisz, 2010: 122). Sin embargo, no deja de preocupar el
elevado índice de muertos en la población negra. Estos datos nos dicen que los negros son
los que ponen la mayoría de los muertos en el conflicto, señalándolos como los culpables
del tráfico de drogas en Rio.

De igual forma, la población que más sufre los embates de la violencia son los hombres.
Aunque no hay datos suficientes sobre el período de tiempo que se tiene en cuenta en este
trabajo, sí se compara la situación entre hombre y mujeres en el 2007 en Rio de Janeiro,
que es el año donde tenemos a nuestra disposición datos precisos, se puede dimensionar la
diferencia entre ambos.

Tabla 2 Tasa de homicidio por 100.000 habitantes por sexo


Mujeres Hombres
5,1 78,1

Fuente: Waiselfisz, 2010. p. 112

20
La creciente participación de los jóvenes en el negocio del tráfico de drogas, es un elemento
que crece fuertemente a partir de los 80 y se consolida en los 90. El crecimiento de zonas
marginales, con múltiples necesidades sin satisfacer, generó la participación de los jóvenes
en los grupos armados ilegales, como una solución para superar la pobreza en la que se
encontraban sumidos, produciendo cientos de muertes de jóvenes.

Los anteriores resultados permiten construir el perfil de las víctimas de la violencia en Rio
de Janeiro. Las tablas constituyen un insumo fundamental para concluir que la población
que más sufre los embates de la violencia son los hombres jóvenes de raza negra. Aunque
estos datos son fundamentales para tener un panorama general sobre lo que acontece en Rio
de Janeiro relacionado con la violencia, es importante decir que hay elementos que no se
tienen en cuenta al momento de la creación de estos datos, como por ejemplo los Autos de
Resistencia 4 al no tener en cuenta los datos en relación con las muertes en dichas
circunstancias, los valores disminuyen claramente, ya que es evidente que la Policía bajo
esta figura ha asesinado a cientos de personas inocentes que en su mayoría son jóvenes
negros que viven en las favelas.

Cap. 2 Proceso histórico en la formación de los grupos ilegales

El presente capítulo está compuesto por dos acápites, el primero titulado “Grupos armados
de narcotraficantes 80 y 90” y el segundo “¿Qué son las milicias?” Ambos intentan guiar
al lector sobre los principales actores ilegales que luchan para conseguir el dominio
territorial en las diferentes zonas donde hacen presencia en Rio Janeiro. A lo largo del
capítulo se señala el proceso en la formación de dichos grupos, enunciando las
características particulares de ambos y resaltando sus modos de operación.

2.1 Grupos armados de narcotraficantes 80 y 90

Aunque en este apartado sólo se trabajará a profundidad el desarrollo del narcotráfico en la


década de los 80 y 90, es importante mostrar algunos elementos destacados a partir de los

4
Término utilizado para registrar los casos de civiles que fallecieron mientras estaban cometiendo
un crimen o fallecieron porque se resistieron al arresto, desobedeciendo las órdenes de la Policía.
Bajo esta justificación se han cometido miles de crímenes por parte de la Policía.
21
60, los cuales enuncian el proceso en la conformación de los grupos dedicados a este
negocio ilegal.

En los años 60 la comercialización de drogas ilícitas tenía un mercado identificado siendo


la marihuana su principal producto. Esta sustancia era cultivada en la zona del nordeste,
llegando posteriormente a Rio donde tenía el mayor número de adeptos, con zonas
específicas donde se vendía. La distribución de la sustancia tenía cierto nivel de
organización existiendo pequeños comerciantes. No obstante, la venta era fragmentada, no
había grandes grupos con jerarquías identificadas dedicadas a comercializarla yla defensa
territorial de la venta no llegó a los niveles que se vivieron a partir de los 80, el grado de
especialización en cuanto a armas, número de integrantes y organización era, de igual
forma, baja.

Solo a partir de los 80 se evidencia realmente el inicio en la conformación de una


organización que buscó consolidar la micro comercialización de drogas en Rio de Janeiro.
La creación del Comando Vermelho es un punto de inicio determinante a la hora de
analizar el desarrollo del comercio de drogas, y las consecuencias violentas fruto de los
enfrentamientos con otras redes de narcotráfico y con los agentes estatales.

A mediados de los años 60, hubo un incremento importante en el número de asaltos a


bancos que realizaban los grupos opositores al régimen militar que imperaba en la época,
con el fin de obtener recursos para financiar la lucha revolucionaria en contra del régimen.
Como respuesta, el aparato militar decreto la Ley de Seguridad Nacional en 1969, dicha ley
abría las puertas para que todo sospechoso de robo armado a entidades bancarias fuera
enjuiciado por una corte militar. Las penas a los acusados por dichos crímenes eran entre 10
y 24 años. Si durante el asalto se hubiera producido alguna muerte, la acusación del
culpable podría llegar a la pena de muerte (Dowdney, 2003: 29).

En el período entre el momento que se expidió la ley y 1976, hubo un proceso de


crecimiento acelerado en el número de capturas, que permitió un crecimiento poblacional
importante en las cárceles, siendo el epicentro de encuentro de los detenidos, la cárcel de
máxima seguridad Cândido Mendes que quedaba en la Isla Grande ubicada en la costa de
Rio. La presencia de prisioneros acusados por crímenes comunesy de acusados por cometer

22
crímenes políticos generó la posibilidad de consolidar vínculos. La comunicación constante
y el intercambio de experiencias dieron como resultado que los criminales comunes
copiaran muchas de las nociones que, como organización, tenían los grupos políticos
recluidos. La alianza entre ambos sectores dio origen a la Falange Vermelha que después
fue conocida como el Comando Vermelho (Leeds, 1996: 52).

Inicialmente la Falange Vermelha sólo se preocupó por la protección del grupo y por el
dominio de la población carcelaria. El grupo sólo tomó protagonismo cuando trasladaron la
estructura criminal que ejercían en la cárcel, al exterior. La organización y planeación de
delitos al interior de la cárcel, con el fin de consolidarlos en el exterior, fue una de las
características fundamentales en los inicios del Comando Vermelho. Los dineros fruto de
las diferentes actividades criminales estaban dirigidas en parte, al pago de sobornos a
agentes penitenciarios y de la Policía, para que varios de sus miembros pudieran salir en
libertad. Este tipo de actividades comprometía a los ex prisioneros ya que los convertía en
contactos de la organización para continuar con los diferentes negocios en el exterior (Gay,
2009: 33)

Las buenas relaciones con las comunidades donde hacían presencia fue una característica
inicial del grupo. El Comando se convirtió en una fuerza paralela del Estado que, además
de consolidar sus negocios, les brindaba y proporcionaba los servicios que éste era incapaz
de suministrar debido al olvido institucional en las favelas. El grupo protegía a los
residentes de las favelas de los abusos de la Policía, ayudaba a la comunidad dando dinero
para la construcción de escuelas y clubs de samba, además proporcionaba dinero para el
seguro médico de los menos favorecidos, pagando funerales, ropa, alimentos. La
comunidad pagaba estos servicios con lealtad, que se manifestaba cuando la Policía atacaba
o cuando un grupo rival intentaba conquistar la favela (Husain, 2007: 61).

El grupo, inicialmente continuó con los robos a entidades bancarias produciéndoles grandes
utilidades ya que sus golpes fueron frecuentes y a gran escala. No obstante los fundadores
del grupo fueron capturados y dados de baja, lo que permitió que esta primera etapa del
grupo finalizara. Sin embargo, con la llegada de la cocaína de Colombia, Bolivia y Perú a
Rio, los herederos del grupo se dieron cuenta de las millonarias ganancia que se podían
generar fruto de este negocio, y decidieron financiar la nueva iniciativa con el dinero

23
conseguido con los robos y secuestros, convirtiéndose rápidamente en los principales
microcomercializadores de cocaína en Rio.

Las bocas de fumo5 que tradicionalmente distribuían marihuana en las favelas, fueron los
escenarios ideales para la comercialización de la cocaína. El grupo empezó a crear nuevas
bocas y a tomarse las que se encontraban en funcionamiento. Conseguir armas se convirtió
en una necesidad para consolidar su poder en las diferentes zonas donde tenían presencia,
esto para tener un dominio territorial que les permitiera mayor control, como también
mantener el monopolio del mercado, la rentabilidad fruto de la venta de la cocaína,
potenció la militarización de las zonas de influencia. Las armas cada vez eran de un calibre
mayor, lo que generó índices de violencia altos si se compara con las décadas anteriores.
No obstante, en este período el Comando operaba sin casi competencia, lo que en parte
ayudó a que esa violencia no llegara a los límites alcanzados en los 90 con la aparición de
nuevos grupos debido a la fragmentación que vivieron.

Bajo la etiqueta del Comando Vermelho se crearon las cuadrillas, estos grupos estaban
organizados jerárquicamente y se encontraban ubicados en ciertas zonas estratégicas con el
fin de defender los puntos de venta, protegiendo a las comunidades de los embates de la
Policía o de los neutrales6. En el período entre 1984 y 1986 aparecen los primeros soldados
del tráfico, que se definen así porque empiezan a recibir un salario por la defensa en armas
del negocio (Dowdney, 2003: 33)

La reproducción en las favelas de Rio de Janeiro de un modelo que buscaba la creación y


toma de las bocas de humo por medio de las armas, fue una constante. Durante este
período, el papel del dono 7 se tornó relevante ya que era considerado en la comunidad
como el jefe de la favela, cada uno de los donos en las diferentes favelas conformaban la
red del tráfico bajo el rotulo del Comando Vermelho. Lo anterior era precisamente lo que
los caracterizaba ya que a pesar de que se agrupaban bajo un mismo nombre tenían una
fuerte independencia.

5
Son puntos de venta de drogas, el nombre se popularizó porque inicialmente solo se vendía
marihuana
6
Grupos que vivían del narcotráfico pero que no le rendían lealtad al Comando
7
Palabra utilizada por los traficantes para referirse a las personas de rango más alto de una banda
en una favela
24
Aunque no existía una jerarquía al interior del Comando Vermelho con un líder supremo, si
había fuertes liderazgos caracterizados en la figura de un dono respetado, que ayudaba a
resolver las disputas al interior de la colectividad, y en la toma de decisiones que
involucraban a todo el conjunto de donos. Un ejemplo de lo anterior, se encarnó en la figura
de Rogeiro Lengruber que era conocido como bagulhao

(…) no era que bagulhao fuese el dono del Comando Vermelho, sino
que era un gran líder porque era respetado y visto como punto de
referencia, pero incluso entonces no mandaba en todas las favelas del
Comando Vermelho, sino que organizaba y centralizaba algunas
decisiones; a decir verdad no controlaba otras favelas o el dinero
generado en ellas, incluso en este período cada favela ya era
independiente” (Dowdney, 2003: 31)

2.1.1 Década de los 90

El proceso en el desarrollo de los grupos de narcotraficantes tuvo una explosión en los años
90. Al final de la década de los 80 muchos de los principales líderes y figuras reconocidas
del Comando Vermelho murieron, esto generó que las cabezas que continuaban y las
nuevas que surgían tuvieran una gran desconfianza y rivalidad entre sí, produciendo
conflictos internos con el fin de dominar el negocio y el territorio, lo que trajo como
principal consecuencia la fragmentación del grupo (Dowdney, 2003: 33)

La división permitió el surgimiento de tres bandas de narcotraficantes nuevas, el Terceiro


Comando, Comando Vermelho Joven y Amigos dos Amigos. El surgimiento de estas nuevas
iniciativas provocó un aumento en el número de enfrentamientos entre los grupos armados
por el control territorial, generando que los grupos se equiparan con armas cada vez más
poderosas, llegando a importar armas de uso militar para defender o adquirir nuevos
territorios. La utilización de dispositivos tecnológicos walkie-talkies y radios de vigilancia
fueron elementos destacados como herramientas defensivas, también hubo un aumento
significativo en el uso de jóvenes en combate, produciendo una gran cantidad de muertes
producto de los enfrentamientos. Además, la Policía entró en el juego violento

25
conestrategias represivas y cada vez más violentas en las favelas, generando una espiral de
violencia que no tuvo control (Dowdney, 2003: 34)8

Las bandas de narcotraficantes que dominan un gran porcentaje de las favelas en Rio de
Janeiro, se caracterizan por mantener una estructura jerárquica que permite consolidar
varias de sus principales características como grupo armado. Dominando el territorio y a la
población que habita en sus lugares de influencia, permitiendoel fortalecimiento del tráfico
de drogas.A continuación, se mostrará un gráfico que muestra la estructura y las
características de cada uno de los puestos en dichos grupos. Para ello se tomará el trabajo
de (Dowdney 2003: 34)

Gráfico 4 Estructura organizacional grupos de narcotraficantes

Fuente: Dowdney, 2003.p. 49


Dono:Tiene bajo su mando al resto de los empleados de la estructura del tráfico de drogas,
se encarga de tomar las decisiones principales que influirán después en las comunidades
donde hacen presencia. Generalmente el dono tiene a su cargo varias favelas y no vive en
ellas. Tiene la función de comprar la cocaína y la marihuana que se vende. También, se

8
Para mayor información ver el documental Noticias de una guerra particular, documental de Kátia
Lund y Joao Moreira Salles Brasil 1999; edición en DVD por VideoFilmes en 2005.
26
encarga de proveer de armas a los empleados que viven en las favelas; de las relaciones
públicas con los otros donos y del pago de sobornos a la Policía.

Gerente General: Es responsable de vigilar todas las operaciones relacionadas con la venta
diaria de la droga. También se encarga de defender la favela contrarrestando cualquier
amenaza. Sus ganancias están directamente relacionadas con la venta de la droga en la
comunidad.

Sub-gerentes: Cada uno de los subgerentes, le rinde lealtad directa al Gerente General. El
Gerente de Preto es el encargado de las ventas de marihuana en la comunidad. El Gerente
de Branco es el responsable de las ventas de cocaína y el Gerente de Soldados se encarga
de la seguridad de la favela teniendo a su mando los soldados. Los dos primeros
subgerentes ganan por comisión según la cantidad de droga vendida, y el otro gerente gana
un salario semanal o mensual que es pagado directamente por el Gerente General.

Gerente de Boca: En cada boca de fumo (punto de venta) hay un gerente encargado de
supervisar las ventas tanto de marihuana como de cocaína. En cada favela se pueden
encontrar varias bocas de fumo. Las ganancias que obtienen también son por comisión.

Soldados: Son los encargados de defender las diferentes bocas de fumo, también se
encargan de defender los interés del grupo en la comunidad contra cualquier invasión. Se
encuentran armados. También son usados para invadir otros territorios.

Fiel: Es la guardia personal de los gerentes generales, son hombres de confianza que se
encargan de protegerlo contra cualquier amenaza. Reciben un salario semanal o mensual.

Vapor: Es elencargado de venden la droga directamente a los clientes en las bocas de


fumo. Los vapores también ganan por comisión según las ventas realizadas, están bajo el
mando del gerente de la boca.

Olheiros: son los encargados de avisar a los demás miembros del grupo de la presencia de
algún agente extraño que amenace la seguridad del grupo. Cuando usan fuegos artificiales
para advertir la presencia de un agente extraño, son conocidos como fogueteiros. Se les
paga un salario semanal o mensual.

27
Endolador: Es el encargado de empaquetar la marihuana y la cocaína. Son controlados por
el Gerente General, el Gerente Petro y el Gerente Branco.

La evolución en la formación de los grupos de narcotraficantes tuvo un gran recorrido a


partir de los 50, no obstante es claro que hay dos momentos específicos que generaron un
gran cambio. El primero de ellos fue la aparición de la cocaína, las grandes ganancias fruto
del negocio permitieron que los grupos llenaran sus arcas con grandes sumas de dinero,
consolidando la posibilidad de conseguir armas muy poderosas para defender y conquistar
nuevos territorios. La capacidad armamentística de los traficantes ha sido muy grande,
según algunos reportes de la Policía y de la prensa, se estima que poseen un arsenal de
1.500 rifles incluyendo FAL 762, FAL 556, SIG-Sauer, H&K G3, M16, AR-15, AK 47, el
poderío llegó hasta el punto de tener bazucas, lanza granadas y misiles antiaéreos (Perlman,
2009: 59). Estas son solo algunas de las armas poderosas que poseen los traficantes. Ellos,
además, tienen a su disposición miles de armas cortas. Se ha estimado que en Brasil hay
17.3 millos de armas de fuego, las autoridades de ese total tienen 1,7 millones a su servicio,
el resto de armas es decir 15,6 millones se encuentra en manos de civiles. Menos de la
mitad de esas armas están registradas ante las autoridades pertinentes, y 4 millones según
estimaciones se encuentran al servicio de los criminales (Gay, 2009: 58)

El segundo momento que fue fundamental a la hora de entender la evolución de los grupos
de narcotraficantes fue la fragmentación del Comando Vermelho. Al dividirse el grupo
surgieron otros que, defendiendo intereses particulares, crearon aparte redes de tráfico para
consolidar el negocio de la comercialización de las drogas, siendo el dominio territorial una
necesidad. La fragmentación y consolidación de las diferentes propuestas estuvo enmarcada
en fuertes enfrentamientos, caracterizados por luchas con armas muy poderosas que
produjeron cientos de muertes.

2.2 ¿Qué son las milicias?

El fenómeno de las milicias tiene sus orígenes a partir de las década de los 70 y 80, bajo el
nombre de grupos de exterminio, eran conocidos en la zona de la Baixada Fluminense
donde tenían una fuerte presencia, defendiendo intereses locales de comerciantes y
políticos, siendo el asesinato el más común de sus crímenes. Aunque los grupos de

28
exterminio y las milicias comparten ciertas características en sus formas de operación, hay
algunas diferencias que las separa claramente. La diversificación de las milicias actuales es
mucho mayor, participando en múltiples negocios que han consolidado en varias zonas a lo
largo de Rio de Janeiro, siendo destacada la participación directa de miembros del Estado,
lo que permite considerar un quiebre en relación con los grupos de exterminio de años
anteriores, donde la diversificación era mínima y los agentes del Estado no participaban
activamente. Por tales motivos, en este trabajo solo se tendrán en cuenta los grupos de
milicias que según autores como (Zaluar y Conceição 2007) aparecen a finales de la década
de los 90, siendo un factor de poder determinante a la hora de enfrentar a los grupos de
narcotraficantes e imponiendo su poder en zonas donde tradicionalmente dominaban grupos
de traficantes.

Las autoras nos dicen que las milicias, como se conocen en la actualidad, tienen sus
orígenes en la población de Rio das Pedras. La declaración de un habitante de dicho
territorio es muy diciente sobre el fenómeno “Isso que você vê aí nos jornais, das milícias...
Isso começou aqui em Rio das Pedras. Surgiu aqui e foi sendo copiado em outros lugares”
(Zaluar & Conceição, 2007: 92).

Las milicias como decía el poblador,tuvieron su origen como se conocen en la actualidad


en Rio das Pedras, surgieron cuando la comunidad enfrentó al tráfico de drogas en la zona
oeste de Rio de Janeiro. En este territorio, a inicios de los años 90 fueron construidos
conjuntos residenciales que fueron ocupados por policías tanto civiles como militares,
bomberos y agentes penitenciarios. Cuando el narcotráfico intentó tomar este espacio para
consolidar su negocio, los policías unidos con los demás agentes estatales, formaron un
patrullamiento local, creando una pared que frenó el ímpetu de los narcotraficantes(Storani,
2010).

A medida que el grupo fue creciendo, vieron la necesidad de obtener recursos para
autofinanciarse e iniciaron el proceso de tomar ciertas actividades comerciales en la
comunidad, como el cobro por la seguridad, venta de cilindros de gas, control de transporte
alternativo, televisión por cable, entre otros, todo esto enmarcado bajo la extorción y
amenaza. Lo que en un principio fue una alternativa de autoprotección en contra del
narcotráfico, se convirtió más tarde, en una actividad criminal auspiciado desde algunos

29
agentes estatales. El gran territorio que dominaron y las grandes sumas que obtuvieron
debido a la explotación en la comunidad, les dieron un gran poder, lo que les dio la
posibilidadde intentar replicar el modelo en otras comunidades de Rio(Storani, 2010).

La explosión de las milicias inicia, según (Zaluar y Conceição, 2007), a partir del año 2004
cuando es elegido Nadinho 9 abarcando nuevas áreas de operación diferentes a su zona
tradicional de dominio en Rio das Pedras. La milicias inician dominando Bangu, Penha,
Engenho de Dentro, Pilares e Ramos, entre otras. La presencia en estos sitios se debió, en
parte, a los enfrentamientos armados con los grupos de narcotraficantes, donde salieron
vencedores (Zaluar & Conceição, 2007: 94). La incursión y consolidación del poder de las
milicias en las diferentes zonas donde tradicionalmente dominaron los narcotraficantes se
produjo también en parte por la participación activa de las fuerzas estatales.

El proceso de dominio de las milicias en las zonas con presencia del narcotráfico iniciaba
con una fuerte represión policial que en ocasiones, los derrotaba dejando un vacío de poder
que era llenado más tarde por los milicianos, cuando no eran derrotados los debilitaba,
permitiendo que los milicianos los vencieran posteriormente (Zaluar & Conceição, 2007:
94). A pesar de estos hallazgos, la mayoría de las zonas donde hacen presencia los grupos
de milicias son espacios donde el tráfico no es la constante, de las 171 zonas reconocidas
donde hacen presencia, 119 no pertenecían a ninguna organización criminal asociada con el
tráfico de drogas, representando casi el 70% de las zonas (Comisión parlamentaria de
investigación, 2008: 40).

La organización interna con puestos y funciones establecidas no es clara como en el caso de


los grupos de narcotraficantes, debido a lo reciente del fenómeno. Sin embargo, a lo largo
de este acapice se presentan algunas de sus principales características como grupo armado,
permitiendo sustraer de allí, su forma de operación, cómo ejercen el dominio territorial y de
la población, y los diferentes negocios a losque tienen acceso.

9
Su nombre es Josinaldo Francisco da Cruz , es un ex concejal acusado de conformar y promocionar
milicias en Rio das Pedras, fue asesinado en junio de 2009, aún se desconoce quiénes fueron los
perpetradores del crimen

30
Al llegar las milicias a las favelas se inicia un proceso en el que se evidencian varias de sus
principales características como grupo armado. Según (Cano, 2008: 60), las milicias se
caracterizan por tener un control territorial y de la población que habita en dicho territorio,
lo anterior se produce en parte por la ausencia del Estado, lo que permite que las normas
establecidas desde el nivel central sean sustituidas por las iniciativas ilegales. Otro punto es
el carácter coercitivo del control que ejercen, este elemento es fundamental ya que si no
fuera de esa forma posiblemente estaríamos hablando de un caso de seguridad privada,
siendo la iniciativa del usuario que solicita y paga la que prevalece. Por el contrario, son los
milicianos los que toman la bandera de la “seguridad” como propia, la cual tiene que ser
izada en todos los rincones de los territorios que dominan.

Cano plantea que la intensidad de la coacción varía. En algunas ocasiones los residentes
sufren amenazas directas si no pagan las tasas establecidas para protegerlos. En otras
ocasiones la coacción es más sutil, esta viene de los mismos residentes que temen por las
consecuencias de no pagar la cuota por la prestación del servicio de seguridad.

El tercer elemento es el ánimo de lucro individual, además de autoproclamarse como los


llamados a restaurar el orden y proteger a la comunidad de los embates del narcotráfico en
los sectores donde hacen presencia, las milicias buscan en todo momento y, siendo su
motivación principal, generar renta individual, convirtiendo a las favelas en los lugares
propicios para sustraer de ellas dinero por diferentes medios.

La venta de servicio de seguridad es un elemento destacado en la búsqueda de renta


individual. No obstante, la búsqueda de dinero no termina ahí. Las milicias buscan
controlar algunas de las principales actividades económicas como son el transporte, la venta
de gas, de agua, de internet y la señal de TV por cable pirata.

A diferencia de los narcotraficantes, las milicias tienen que presentarse ante la comunidad
como una opción viable y legitima frente al crimen organizado fomentado desde los
traficantes. Lo anterior está conectado con el cuarto elemento que es la utilización de un
discurso que las legitima como las encargadas de proteger a los habitantes de la amenaza
del crimen, que se personifica en la figura de los grupos de narcotraficantes. Las milicias

31
intentan presentarse como un mal menor el cual debe prevalecer para vencer a dichos
grupos que por años han golpeado a las comunidades (Cano, 2008: 60).

Finalmente, el quinto elemento que identifica Cano en su investigación siendo el más


preocupante, es la participación activa y reconocida de agentes del Estado. Normalmente
esta condición es divulgada ante los miembros de la comunidad ya que la participación de
policías, bomberos y agentes penitenciarios les ofrece una clara diferencia con los grupos
de narcotraficantes. La funcionalidad de promulgar su condición como agentes estatales
permite brindarles un aire de legitimidad ante las comunidades, siendo losrepresentantes
estatales dentro de las favelas. Por otro lado, al ser reconocidos como policías se reconoce
su papel como una entidad encargada de promover la seguridad, esto hace que contratar a
un miliciano signifique pagarle a un profesional de la seguridad.

Al ser los milicianos en la mayoría de los casospolicías activos, si hubiera alguna tentativa
por parte de los narcotraficantes de recuperar o tomar algún territorio ocupado por las
milicias, la comunidad supondría que ellos tendrían la capacidad de pedir ayuda a la
Policía, consolidando una mejor posición en la comunidad. Al promulgar su condición
como policías, sustraen de los miembros de las favelas la posibilidad de denunciar las
actividades ilícitas como por ejemplo la extorsión por la prestación de servicios.
Finalmente, su condición las blindaría en contra de los mismos policías, esto significa que
los enfrentamientos con agentes estatales serían inexistentes.

2.2.1 ¿Cómo operan las milicias?

El proceso de escogencia de una nueva favela, como se dijo anteriormente se caracteriza en


la mayoría de los casos por tomar zonas donde la presencia de los grupos de
narcotraficantes es escaza, lo que permite, una rápida ocupación de la favela. No obstante
en los casos en los que se busca tomar el poder de una favela en manos de grupos de
narcotraficantes, el proceso toma nuevos matices que convierten el fenómeno en un
problema mucho mayor.

El uso de fuerza en zonas ocupadas por el tráfico es la constante, en ocasiones acompañada


de la ayuda de las fuerzas del Estado haciendo una intervención antes de la llegada de los
milicianos, siendo un claro ejemplo de la cooperación entre ambos (Cano, 2008: 70). Al

32
ocupar la zona, inician golpizas, asesinatos y torturas selectivas a los traficantes y sus
familias, con la finalidad de expulsarlos del territorio y así ejercer un dominio sin
preocupaciones. Cuando no hay tráfico en las zonas y la comunidad se resiste, los
milicianos inician ataques en las casas y los comercios de los rebeldes, lo que merma el
ímpetu de dichas personas para no permitir la entrada de las milicias, obligándolos a pagar
las contribuciones por la “seguridad” que ejercen en el territorio (Comisión parlamentaria
de investigación, 2008: 39).

Al ocupar la favela,ejercen una fuerte vigilancia en la comunidad, a través, de miembros


armados que se relevan en turnos preestablecidos, los cuales tienen una fuerte presencia
sobre todo en las noches.

El grado de organización que ejercen las milicias, es mucho mayor que la que ejercen los
narcotraficantes; la necesidad de mantener el control de los principales negocios de la
comunidad (internet, gas, transporte, agua, cable) hace necesario que exista una fuerte
vigilancia coordinadade pagos y entregas para el correcto funcionamiento del grupo. Los
narcotraficantes solo se preocupan por el buen funcionamiento del negocio de las drogas, la
diversificación de funciones y posiciones en las milicias es mucho mayor, por eso la
necesidad de funcionar coordinadamente.

Aunque es evidente la cercanía que tienen las milicias con agentes de seguridad del Estado,
su influencia en las esferas del poder estatal no termina ahí. El trabajo de la Comisión
Parlamentaria de Investigación sobre las milicias,denunciaron ante el Congreso el
crecimiento y los contactos estatales de las milicias. El trabajo incluye un análisis electoral
que demuestra la estrecha relación entre estos grupos y ciertos políticos acusados por tener
vínculos muy cercanos con ellos.

La (Comisión Parlamentaria de Investigación, 2008) encontró ciertos patrones de


concentración de los votos en zonas donde según las denuncias realizadas, las milicias
tenían el control. La investigación abarcó el análisis de las votaciones del 2004 y 2006,
encontrando algunas irregularidades con algunos candidatos acusados de tener vínculos
cercanos con grupos de milicias.

33
Uno de los ejemplos más llamativos fue el caso de Josinaldo Francisco de la Cruz
(Nadinho) en la población de Rio das Pedras. En las elecciones de 2004 Nadinho se
presentó por el Partido del Frente Liberal (PFL) al cargo de Concejal, siendo elegido con
un total de 34.764 votos, de los cuales, el 66,90%provinieron de las zonas 179, 119 y 13
que incluye los territorios de Rio das Pedras, Gardenia Azul, Anil, Jardim Clarisse,
Pechincha, Ciudad de Deus, Jacarepaguá, Freguesia en Jacarepaguá, Barra de la Tijuca,
Alto de la Boa Vista y Itanhangá(Comisión parlamentaria de investigación, 2008: 78)

El candidato obtuvo el 43,84% de sus votos 15.239 votos de la zona 179, lo más
preocupante de este dato es que de esos votos, 13.509 provinieron de Rio das Pedras
obteniendo el 38,86% del total de votos solo en ese territorio, y teniendo en cuenta que Rio
das Pedras es una zona con un claro dominio de los grupos de milicias, el dato es muy
preocupante(Comisión Parlamentaria de Investigación, 2008: 78)

Gráfico 5 Concentración de los votos en Rio das Pedras en Nadinho

Fuente: Comisión parlamentaria de investigación, 2008. p. 78

Tomando como ejemplo el caso de Nadihno 10 , se identifica la existencia de corrales


electorales, ya sea por medio de la coacción o por efecto del clientelismo en zonas donde

10
Para ver más casos ver Comisión parlamentaria de investigación. (2008). Informe final de la
comision parlamentaria de investigación destinada a investigar la actuación de las milicias en el
ambito del estado de Rio de Janeiro. Rio de Janeiro. Pag 82- 96

34
claramente según las investigaciones realizadas sobre milicias, hay una fuerte presencia de
dichos grupos. El caso de Rio das Pedras y de Nadihno, es solo uno de los múltiples casos
en el que la posible unión entre políticos y milicianos se consolida para. Por un lado,
brindarle mayor legitimidad a las milicias frente a la población civil que dominan, y por
otro lado, contrastar los intereses electorales de los políticos con los intereses de las
milicias. (Zaluar & Conceição, 2007: 91).

2.2.2 ¿Cómo se financian las milicias?

Marcelo Freixo, fue una de las primeras figuras reconocidas en el Congreso de Brasil en
identificar el problema de las milicias como un fenómeno sumamente grave que,
involucraba agentes estatales tan importantes como miembros de la Cámara de Diputados y
senadores. En el informe que se presentó ante el congreso (Comisión Parlamentaria de
Investigación, 2008) enuncian varias características de las milicias en cuanto a su origen y
modo de funcionamientos. Entre los elementos que destaca se encuentra su forma de
financiación.

Es claro, que las milicias usaron el discurso de la seguridad como una medida para
extorsionar a los habitantes de la favela, con el fin según ellos de frenar la inseguridad
reinante, debido a la presencia de los traficantes, o para evitar su llegada. Sin embargo,
según el informe, la diversificación a la hora de conseguir recursos fue tan fuerte, que las
rentas obtenidas por la venta de seguridad, se convirtieron en uno de los elementos menos
relevantes. A continuación, se presentarán algunos de los múltiples negocios a los que los
milicianos tienen acceso:

Transporte alternativo

A mediados de la década de los 90, el poder público en la ciudad de Rio de Janeiro dejó un
vacío muy profundo en el área del transporte colectivo. La incapacidad de llegar a ciertas
zonas de la ciudad y cuando lograban llegar cumpliendo de forma insatisfactoria el servicio,
permitieron el surgimiento de una actividad paralela para llenar el vacío dejado por el
Estado. La nueva actividad fue el transporte de pasajeros en furgonetas y automóviles, el
crecimiento fue muy grande, capturando a miles de desempleados que bajo la sombra de la

35
crisis económica de ese momento, vieron en el transporte informal una salida para ganar
dinero.

La expansión fue muy amplia, creciendo vertiginosamente entre el 2000 y 2001. Teniendo
en cuenta los datos suministrados por los sindicatos y cooperativas de trabajadores del
transporte alternativo, para el 2001 había cerca de 20 mil vehículos que funcionaban
prestando el servicio en las calles de Rio de Janeiro. (Comisión parlamentaria de
investigación, 2008: 98)

Después de interrogar a las entidades encargadas de regular el servicio y hablar con los
sindicatos y cooperativas que representan al gremio de trabajadores, el informe concluyó
que el transporte alternativo en Rio de Janeiro se encontraba fuera de control y no existía un
poder real que regulara este tipo de actividades. Las cooperativas estaban tomadas por las
milicias, estando 2/3 partes de los automóviles funcionando sin estar autorizados. Además,
las pocas que contaban con autorización para funcionar no cumplían con los requerimientos
que por ley deben efectuar anualmente. La Secretaria Municipal de Transporte, encargada
de parte de esa responsabilidad no contaba con el poder necesario para llevar a cabo los
procesos necesarios de organización, siendo preocupante la incapacidad de conocer los
responsables de las cooperativas y las ganancias fruto del servicio (Comisión Parlamentaria
de Investigación, 2008: 98)

Las milicias explotan el mercado del transporte de dos maneras. Por un lado, al manejar las
cooperativas son los explotadores directos de las ganancias y, por otro lado, cobran
impuestos por el funcionamiento de los carros, extorsionando a los conductores y
cooperativas diariamente. Según la Comisión, citando el artículo del periódico O Globo en
su edición del 27 de agosto de 2008 el Vicepresidente de Sintral (Sindicato de los
Trabajadores Autónomos del Transporte Alternativo) Guilherme Biserra afirmó que los
conductores tienen que pagar en promedio 50,00 reales por día, que se traducen en pesos
colombianos en más o menos 100.000 pesos. Las ganancias solo por este tipo de impuesto,
llegarían anualmente a 145 millones de reales,eso sin contar las ganancias por el control
directo de las cooperativas. A modo de ejemplo, en la zona oeste donde las milicias tienen
un gran control, hay 15 cooperativas, teniendo cada cooperativa en promedio 8.000

36
vehículos. Aunque es aventurado asegurar el número de cooperativas que controlan las
milicias, el dominio solamente de una significaría una gran suma de dinero.

Venta de gas

La diversificación de las milicias, en relación con los negocios que tienen en los territorios
donde tienen dominio es muy grande. Estos grupos participan activamente en actividades
que a la luz pública parecen legales, la venta de gas es una de ellas. Según la declaración
hecha por el vicepresidente del sindicato de revendedores de gas, del estado de Rio de
Janeiro (Sirgaserj), Mauricio Rodrigues al periódico O globo, demostraba que el 90% del
gas que se vende en las favelas de Rio lo hacen los grupos de milicias(Comisión
parlamentaria de investigación, 2008: 102).

La venta de gas tiene unos precios específicos preestablecidos. No obstante, los grupos
armados aprovechando la limitada presencia del Estado, venden el producto a precios muy
superiores a los precios normales. Además, hay empresas clandestinas que venden
directamente el producto, los habitantes de la favelas son obligados a comprar las pipetas
en empresas dominadas por los grupos de milicias, un ejemplo, de los anterior según las
denuncias hechas, es la RP 2006 Distribuidora de Gas Ltdaque es una empresa que
perteneció al inspector de la Policía Civil Félix Tostes, señalado como uno de los jefes de la
milicia en Rio das Pedras, después de su muerte la empresa estuvo a cargo de su esposa
María do Socorro y dos socios más. La empresa estaría vendiendo 3 mil pipetas por día lo
que significaría 20 mil reales (Comisión parlamentaria de investigación, 2008: 102)

El “gatonet”

El nombre fue puesto por las comunidades, significa la captación ilegal y distribución de la
señal de televisión tanto por satélite, cable y microondas. El servicio legal en Brasil es muy
alto, lo que sumando a la poca presencia de estos productos en las favelas, se les resta a las
capas más pobres de la ciudad, la posibilidad de acceder legalmente a dicho servicio.
Inicialmente los miembros de la comunidad comenzaron a “piratear” la señal, al ver el éxito
de este tipo de prácticas, sumado a la gran demanda del servicio, los grupos de milicias
iniciaron el proceso para hacer suscripciones ilegales, cobrándoles a los residentes de las
favelas una mensualidad por el servicio prestado.

37
“Los valores cobrados por las milicias para el servicio de TV por suscripción, de
acuerdo con las denuncias recibidas por el Disque milicias, varían de R$ 50,00 a
R$ 60,00 la instalación; y de R$ 20,00 a R$ 40,00 la señal. En una comunidad de
4 mil domicilios es posible suponer que la facturación de las milicias sólo con
este servicio estará en torno a R$ 1 millón por año” (Comisión parlamentaria de
investigación, 2008: 108)

Tráfico de drogas

Aunque el argumento principal de las milicias, cuando hacen presencia en las favelas que
ocupan, es la lucha en contra del tráfico siendo la droga el enemigo que deben derrotar. Los
milicianos también lo usan como una fuente de lucro personal, aunque es importante aclarar
que sin las dimensiones de los grupos de narcotraficantes. Según la investigación realizada
por (Zaluar & Conceição, 2007: 96) el 45 % de los entrevistados que viven en zonas donde
el tráfico tiene el control de la comunidad, afirmaron haber visto venta de drogas. Si estos
datos los comparamos con los entrevistados que viven en las comunidades dominadas por
las milicias, los datos son menores 14,9%. Lo anterior, también se relaciona con el
consumo de drogas en la comunidad, siendo clara la diferencia en las zonas dominadas por
los traficantes, en estos contextos la cifra alcanzó un porcentaje de 52,2%, mucho mayor
que las zonas dominadas por las milicias 18,5%. Los datos indican las diferencias en cuanto
al énfasis que tienen ambos grupos. Sin embargo, también demuestran la participación
aunque mucho menor de los grupos de milicias en el negocio del tráfico de drogas.

Es importante anotar la presencia de las milicias en varias esferas de la economía de las


favelas. La intervención directa controlando una gran cantidad de negocios, permite las
elevadas sumas de dinero a las que tienen acceso. Es preciso anotar que muchas de las
medidas de control de los negocios, se ejercen por medio de la coacción a los habitantes de
los sectores que dominan. Aunque aquí se presentaron solo algunos de los negocios, hay
evidencia según las denuncias realizadas, que los milicianos le impusieron gravámenes a
muchos servicios y artículos que el mismo Estado debería regular, lo que habla del claro
olvido estatal

“Control y especulación en la venta de gas y garrafas de agua, cobro


de alimentos para composición de la cesta básica para los milicianos,

38
tasa que varía del 10 al 50% del valor de la venta de inmuebles, tasa
para legalización de inmuebles, tasa para permitir construcciones en
la comunidad, control y cobro de tasas de transporte alternativo:
mototaxi, furgonetas y combis, cobro de tasa para funcionamiento de
casetas de caramelos, fiestas y palomitas, Cobro de instalación de
portones y garitas en las comunidades” (Comisión parlamentaria de
investigación, 2008: 110

Aunque parcialmente los grupos de milicias y los grupos de narcotraficantes tienen


posicionesdiferentes, siendolas milicias un opositor directo de los narcotraficantes. Ambos
tienen varios puntos de encuentroque diluyen en parte la barrera que los separa, entre los
que se encuentra el control territorial y de la poblacion, que les permite consolidar sus
actividades delictivas sin ninguna oposicion de los pobladores. Al ejercer este dominio
impulsado por la coaccion fisica, convierten a los pobladores en protagonistas del lucro de
los grupos. Ambos grupos ilegales buscan por diferentes medios que se han expuesto a lo
largo del capítulo, obtener ganancias de los negocios que tienen a su disposición, buscando
como su principal motivación el beneficio económico. No obstante, tienen unas claras
diferencias que las distancia diametralmente. La participacion directa de agentes estatales
es la mas llamativa de ellas, aunque es comprobado que la Policía ha participado en el
negocio del narcotrafico aliado con los grupos que trafican, la participacion directa,
creando y consolidando grupos encargados de someter a las favelas bajo el rotulo de las
milicias es algo novedoso. La explotacion global a la que son expuestas las favelas con una
gran variedad de negocios,es un elemento que tradicionalmente los narcotraficantes no
tienen entre sus modos de operación, dicha actividad es una caracterísitca muy fuerte de
los grupos de milicias.

Cap. 3 Violencia Cultural en las favelas: La transición del dominio territorial en las
favelas

En este capítulo, se busca presentar evidencia que demuestre las prácticas tanto de agentes
del Estado representados en la Policía y del Gobierno, como de miembros ilegales
representados en las milicias, que den cuenta de la violencia cultural dirigida a las capas
más pobres del estado de Rio de Janeiro. Para ello, se presentarán cuatro acápites, el

39
primero titulado“¿se puede hablar de guerra en Rio de Janeiro?”; el segundo“Derechos
humanos ¿la policía los tiene que cumplir?; el tercero“Medidas para justificar la violencia
cultural: políticas de Estado, alianzas entre milicias y policías”; y el cuarto“Violencia
cultural como técnica de represión ¿Autos de resistencia +violencia cultural= alianzas
milicias - Policía?

3.1 ¿Se puede hablar de guerra en Rio de Janeiro?

Si tomamos en cuenta, algunas definiciones presentadas por algunos especialistas y


organizaciones dedicadas sobre el tema de las guerras civiles, como por ejemplo, Derrienic
(ctd en Zuluaga: 47) que plantea que las guerras son enfrentamientos violentos entre dos o
más grupos organizados y cuando en los enfrentamientos existen luchas entre
conciudadanos en las fronteras nacionales, se podría hablar de guerras civiles; o la
definición de K. J Gantzel (ctd en Zuluaga: 47) que las caracteriza como enfrentamientos
violentos en las que participan dos o más fuerzas, una de las cuales se encuentra al servicio
del gobierno, siendo fundamental que los enfrentamientos respondan a una estrategia
global; o la definición para determinar un escenario en guerra, teniendo en cuenta la
magnitud del conflicto, formulada por el Departamento de Investigación de Paz y
Conflictos de la Universidad de Uppsala en Suecia señalando que “Una guerra es un
conflicto armado mayor, como reacción a una incompatibilidad que afecta a un gobierno
y/o un territorio, donde se da un uso de la fuerza armada entre las dos partes, siendo al
menos una de ellas gubernamental, y que genera como mínimo 1.000 bajas como
consecuencia del enfrentamiento en un período de un año” ( ctd en Pérez & Luz, 2008: 73).

Brasil en general y Rio de Janeiro en particular, alcanzan unos niveles muy altos en
relación con las cifras que toma la Universidad de Uppsala para medir una guerra civil, lo
que sumado a las definiciones anteriormente presentadas, se podría clasificar la situación de
Rio de Janeiro, como una guerra, con unos niveles de violencia muy altos. A modo de
ejemplo, si tomamos el caso de Colombia que vive un conflicto armado, y analizamos las
cifras entre 1978 y 2000, hubo aproximadamente 39.000 muertes relacionadas con el
conflicto armado (Stockolm Internacional Peace Research Institute – SIPRI) ( ctd en Pérez
& Luz, 2008: 78) En ese mismo período de tiempo en Rio de Janeiro se reportaron 49. 913

40
muertes por armas de fuego, de las cuales el 70% de las muertes se debieron a los
enfrentamientos con las facciones del narcotráfico de la ciudad (Pérez & Luz, 2008: 78)

Aunque las cifras son muy altas y los niveles de violencia que ha alcanzado la ciudad de
Rio son preocupantes, el análisis no puede ser tan simple de tomar unos números,
compararlos con otros y sacar una conclusión afirmando que hay guerra. El contexto
brasileño es especial y los actores que se encuentran insertos en este conflicto, cambian por
completo la caracterización que se le quiera dar a este enfrentamiento entre el Estado y
grupos ilegales. Los actores ilegales en Rio de Janeiro no tienen motivaciones políticas,
ellos lo único que quieren es lucrarse de los diferentes negocios que tienen a su disposición
en las favelas, tampoco cuentan con la voluntad de conquistar el gobierno, lo que los separa
completamente de una definición que busque afirmar que Brasil se encuentra en un guerra
civil (Pérez & Luz, 2008: 76)

Por el contrario, las autoridades en Rio de Janeiro, han considerado el problema del
narcotráfico y la violencia producida por este negocio, como un asunto de guerra, que debe
ser enfrentado como tal. Al exaltar estas iniciativas confrontacionales bajo un rotulo de
guerra, las medidas para enfrentar a los delincuentes se vuelven muy represivas y violentas.
Al izar la bandera de la guerra, se pueden realizar todo tipo de injusticias solo por estar en
dicha situación, cometiendo crímenes, no solo en contra de las personas que se encuentran
del lado de la ilegalidad sino también en contra de los habitantes de las favelas, que no
tienen nada que ver en la mayoría de los casos con los crímenes relacionados con el
negocio del narcotráfico.

Hablar de guerra, significa señalar y culpar a las zonas donde generalmente ha estado
presente el narcotráfico y los grupos que dominan esta actividad. Es señalar al enemigo
basado en un carácter geográfico (favelas), social (pobres), racial (negros). Que en otras
palabras, es atacar a una población específica, afianzando la violencia cultural dirigida a los
favelados.

Este tipo de prácticas, es negar por completo la responsabilidad del Estado, al dejar por
muchos años a la población de las favelas en el completo olvido, lo que permitió la
cooptación de estos espacios por agentes ilegales. Considerar la guerra como la única

41
solución es una medida facilista que, simplifica las múltiples atenciones que necesita la
población que vive en las favelas.

Además de entender la situación como un asunto de guerra, se ha vuelto difusa la diferencia


entre la política de seguridad del Estado y la política de seguridad ciudadana. La primera,
se caracteriza por el derecho que tienen los Estados por medio de las Fuerzas Armadas, a
defender sus territorios en contra de una amenaza que ponga en peligro la soberanía
territorial, está diseñada para repeler una acción externa. Esta concepción estuvo
fuertemente ligada bajo los preceptos de la Guerra Fría y por ende, las amenazas a
neutralizar tenían un carácter estatal y externo(Restrepo, 2004: 45). Noobstante, en el caso
de Latinoamérica en general y de Brasil en particular, la política de seguridad del Estado
estuvo fuertemente influenciada por la Doctrina de la Seguridad Nacional11. Las Fuerzas
Armadas fueron el canal principal para frenar los embates del “enemigo interno”,
representado en aquellos opositores al régimen militar. El Ejército sirvió para contrarrestar,
encarcelar y torturar a todos aquellos opositores, interviniendo en un escenario que como
Fuerzas Armadas no debía intervenir, perdiendo su función primordial de defender al
Estado de las amenazas externas.

Al consolidarse la seguridad del Estado bajo la influencia de la Doctrina, no hay una


diferencia entre las amenazas externas e internas que puede sufrir el Estado. Lo que trae
como principal consecuencia que el tratamiento que se haga sobre esas amenazas sea el
mismo. Convirtiendo a la Fuerzas Armadas en el protagonista de la defensa al exterior, y de
la seguridad al interior. Desnaturalizando las funciones de entidades como la
Policía(González, 2003: 16)

Después de terminar la dictadura militar se buscó implementar una política de seguridad


ciudadana, diferenciada de la del Estado bajo los preceptos democráticos que la apoyaban.
Idealmente dicha seguridad se diseñó para contrarrestar o prevenir acciones que atentaran o

11
La Doctrina de Seguridad es un término utilizado para enunciar las acciones de la política exterior
de Estados Unidos, en relación con el papel que tenían que desempeñar las Fuerzas Armadas en los
países latinoamericanos. La doctrina exigía a las Fuerzas Armadas a prestar sumo cuidado al orden
interno en sus países, esto dirigido a combatir aquellas ideologías, organizaciones y movimientos
que pudieran favorecer al comunismo. Lo anterior, legitimaba a las Fuerzas Armadas para tomar el
poder y violar los derechos humanos si era necesario, con el fin de que dichas ideologías no tocaran
suelo latinoamericano.
42
estuvieran dirigidas en contra del orden público, entre las que se destacaban la delincuencia
común y el crimen organizado. La seguridad ciudadana incluía los derechos de los
pobladores de una sociedad, a poder desenvolverse de una forma tranquila en contra de
amenazas a su integridad personal, defendiendo sus derechos y permitiendo el goce de sus
bienes. (González, 2003: 16)

Sin embargo, la influencia de la Doctrina de la Seguridad Nacional, de participación de las


Fuerzas Armadas en asuntos internos, no permitió la diferencia entre las dos, por el
contrario la volvió difusa.Al no existir una diferencia clara entre ambas políticas, lo excesos
y participación del Ejércitoen escenarios típicamente bajo la jurisdicción de la Policía que
es la encargada de asegurar la política de seguridad ciudadana, no permitió la consolidación
de un escenario de respeto y defensa de derechos, simplemente la amenaza interna cambió
de protagonista. Esta vez personificada por los pobladores de las favelas.

Lo anterior se vio manifestado en la participación de las Fuerzas Armadas brasileñas en la


Misión de Paz de las Naciones Unidas en Haití. El Ejército brasileño aprovechó su
experiencia en Haití entrenando a sus soldados en escenarios parecidos a las favelas, para
después usar esas mismas técnicas en territorio brasileño, siendo la ocupación del Morro
Providencia un ejemplo de ello.El general que tuvo bajo su responsabilidad la ocupación de
la favela Morro da Providéncia teniendo a su cargo a 200 soldados, William Soares, dirigió
la 9a. Brigada de Infantería Motorizada en Haití.(Zibechi, 2008)

El anterior ejemplo es una clara muestra de cómo las autoridades brasileñas ven la situación
de la seguridad ciudadana bajo el mando de la seguridad del Estado, y como se debe
enfrentar.

No obstante, a pesar de estas pruebas que confirman como Brasil ve el problema de las
favelas, y es evidente el papel que desempeña las Fuerzas Armadas en escenarios ajenos a
su responsabilidad.Más preocupante aún, es que el perpetrador principal de violaciones a
los derechos humanos sean los miembros de la Policía, los encargados idealmente de
garantizar la seguridad ciudadanasin importar su origen ocondición.

43
3.2 Derechos humanos ¿la Policía los tiene cumplir?

Los derechos humanos, se establecieron para regular ciertos aspectos en la vida de los
hombres y mujeres, con el fin, de que nuestro comportamiento en sociedad fuera lo más
correcto posible. Todos los seres humanos tienen la obligación de cumplir estos valores o
normas a cabalidad. Sin embargo, los miembros de la Policía por estar investidos por la
autoridad del Estado, están obligados a defender los derechos humanos dando ejemplo de
su responsabilidad en todo momento. Además, su comportamiento debe ser impecable ya
que por el poder que les concede el Estado tienen la capacidad de ejercer la fuerza por
medio de las armas cuando consideren que es pertinente hacerlo, de ahí la importancia de
su posición.

En esta parte de la investigación, tendré en cuenta aquellos derechos, valores, estándares y


normas (Husain, 2007: 31) que están relacionados con las funciones diarias de los policías,
y que por ende pueden ser más susceptibles a ser violados. Para esta sección se tendrán en
cuenta la Declaración Universal de Derechos Humanos,el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y el Code of Conduct for Law Enforcement Officials.

El derecho a la vida, libertad y seguridad12

Todos los seres humanos tienen derecho a la vida, todos sin excepción se encuentran
investidos jurídicamente bajo la ley que los protege, como consecuencia nadie podrá
arbitrariamente ser privado de su vida. La Policía como uno de los miembros de seguridad
del Estado tiene la obligación de defender la vida en todo momento, protegiendo a todos los
ciudadanos. No ejerciendo, funciones más allá del arresto justificado y el uso de la fuerza
cuando sea necesaria. Los derechos que tienen los ciudadanos, exigen por parte de la
Policía la obligación de garantizar el debido proceso, respetando el camino judicial sin
saltar etapas. Lo que acontece en Rio de Janeiro es la toma de la “justicia” por parte de la
Policía, condenando a muerte cuando consideran necesario, contrariando los derechos que
protegen a los ciudadanos sin importar si son culpables o no.

Derecho a estar libre de la tortura y de prácticas degradantes e inhumanas13

12
Artículo 3 de Declaración Universal de los Derechos Humanos y articulo 6 y 9 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos
44
Nadie sin excepción, será expuesto a tratos inhumanos incluyendo la tortura y actos
degradantes de castigo. La Policía debe proteger la dignidad humana, manteniendo y
defendiendo en todo momento los derechos humanos de la persona. La fuerza solo puede
ser usada, cuando sea estrictamente necesaria y siempre enmarcada en el desempeño de su
deber. Además de proteger estos derechos, la Policía los debe cumplir. En Rio los policías
se encuentran muy alejados del deber ser siguiendo estas normas, por el contrario, cometen
constantemente la más degradante de todas las prácticas, quitarle el derecho a una persona a
vivir solo por el hecho de tener unas ciertas características sociales, raciales y espaciales. Ni
siquiera, el llamado a la guerra manifestado por las autoridades y por algunos medios, es un
argumento para cometer estas infracciones. Los derechos aquí presentados, rechazan
tajantemente la justificación de la guerra para cometer dichas infracciones.

En 1990 las Naciones Unidas modificaron el artículo 3, entre los cambios que hubo, se
agregaron unas provisiones especiales, sobre las situaciones particulares en las que los
agentes encargados de impartir el orden y la protección pueden usar las armas.

“Law enforcement officials shall not use firearms against


persons except in self-defence or defence of others against the
imminent threat of death or serious injury, to prevent the
perpetration of a particularly serious crime involving grave
threat to life, to arrest a person presenting such a danger and
resisting their authority, or to prevent his or her escape, and
only when less extreme means are insufficient to achieve these
objectives. In any event, intentional lethal use of firearms may
only be made when strictly unavoidable in order to protect
life.”14

Derecho a ser libre de la arbitrariedad del arresto15

13
Artículo 5 de Declaración Universal de Derechos Humanos, articulo 7 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y los artículos 2,3 y 5 del Code of Conduct for Law Enforcement
Officials
14
Punto 9 Basic Principles on the Use of Force and firearms by Law Enforcement Officials
15
Artículo 9 de Code of Conduct for Law Enforcement Officials y artículo 9 de International
Covenant on Civil and Political Rights
45
La Policía no podrá arrestar a nadie arbitrariamente, debe existir un motivo comprobable
para tomar esta acción. Cuando una persona sea arrestada, tiene el derecho a ser informada
porque motivos fue capturada, teniendo el derecho posteriormente a ser juzgada por las
autoridades competentes. En Rio, la Policía no tiene entre sus modos de operación
predilectos el arresto, primero dispara y después pregunta. En el 2008 por cada persona
muerta en operaciones arrestaron a 23, elemento opuesto a lo que ocurrió en Estados
Unidos en el mismo año, donde por cada muerto arrestaron 37.751 personas (Human Right
Watch, 2009: 34)

Igualdad ante la ley16

Todas las personas deben tener igual tratamiento y protección bajo la ley, sin importar su
sexo, etnia, religión, edad, circunstancia socio económica, lengua, raza, opinión política. La
Policía siendo uno de los bastiones en la defensa de estos derechos, debe proteger y exigir
el cumplimiento a cabalidad de posiciones que infrinjan el derecho a la igualdad. No
obstante, en Rio de Janeiro la situación es totalmente contraria, la Policía discrimina y
selecciona las personas que según su criterio merecen ser protegidos por la ley, y cuales por
ciertas características, se convierten automáticamente en objetos sin derechos, auspiciando
la discriminación a algunas capas de la sociedad.

3.3 Medidas para justificar la violencia cultural: políticas de Estado y alianzas entre
milicias y policías

La construcción de la política de seguridad pública de las décadas de 1980 y 1990, basada


en el discurso de la lucha contra el tráfico de drogas en la ciudad de Rio de Janeiro, tuvo
una fuerte influencia por parte de la Doctrina de la Seguridad Nacional que se consolidó
durante la dictadura militar, alcanzando niveles muy altos de penetración en la vida
cotidiana de las personas. En el momento de la dictadura, la doctrina y sus implicaciones
estuvieron dirigidas en contra de los opositores políticos al régimen autoritario,
considerados como los enemigos internos que debían ser acabados por el bien de la
sociedad. Después que terminó la dictadura, la seguridad pública tuvo un viraje importante,

16
Artículo 7 de Declaración Universal de Derechos Humanos y articulo 26 de International
Covenant on Civil and Political Rights
46
ahora los enemigos que debían ser controlados y derrotados no eran los opositores al
régimen, sinolas capas populares que vivían en las favelas las que debían ser controladas a
toda costa. Cecilia Coimbra (ctd en Ribeiro, Dias, & Carvalho, 2008: )

En la actualidad, por medio de otras estrategias, el "enemigo interno" se ha convertido en


aquellas porciones de la población más pobre. Si se analiza con precisión los
discursos producidos por los funcionarios estatales, es latente la continuidad de ciertos
aspectos de la Doctrina de Seguridad Nacional, haciendo posible el crecimiento de la
criminalización de los negros pobres, y los habitantes de las favelas, entendidos como las
"clases peligrosas", afianzando la violencia cultural. La militarización de la seguridad
pública en el estado de Rio de Janeiro, activó discursos de “limpieza social” en contra de
los sectores más pobres de la población ubicada en las favelas.

Ese tipo de pensamiento, fue expresado recientemente por Marcus Jardim, Comandante de
la Zona de Policía de comandos primero (CPA) deRio de Janeiro, afirmando que: "la PM
(Policía Militar) es el mejor insecticida social”, en referencia a la acción llevada a cabo el
15 de Abril de 2008, en la favela de Vila Cruzeiro, donde fueron muertas nueve personas y
heridas seis, bajo la justificación de la lucha contra el narcotráfico(Ribeiro, Dias, &
Carvalho, 2008: 7). De esta manera, las autoridades del estado de Rio de Janeiro han
logrado naturalizar acciones inhumanas y represivas, comparando a los seres humanos a
plagas que pueden ser exterminadas sin ningún tipo de investigación. Desde 1980, en el
nombre de la lucha contra el tráfico de drogas, varios gobiernos han aplicado una
política de seguridad, cada vez más represiva en contra los pobres, que lamentablemente en
la mayoría de los casos son poblaciones integradas por negros.

El concepto de seguridad pública de guerra contra el crimen, ha generado medidas que


fomentan la violencia cultural dirigida a los sectores más pobres de la población, la cual se
justifica desde el mismo gobierno de Rio de Janeiro. La estigmatización de toda una
población por el hecho de pertenecer a un espacio geográfico determinado y de tener unas
características sociales y raciales particulares, ha permitido que las capas más pobres de la
población caigan víctimas de estos enfrentamientos. Al hablar de guerra de la forma como
se ha venido dando en Rio de Janeiro, el discurso sirve como pretexto para justificar
medidas que van en contra de los derechos humanos, lo que ha generado asesinatos

47
injustificados y limpieza social, señalando a toda la población favelada, de los crímenes
cometidos por unos pocos.

En 1995, el Secretario de Seguridad Pública el General Newton Cerqueira del gobierno de


Marcelo Alencar17, implementó la “premiação faroeste”, que consistió en dar premios a los
policías militares que en acciones perpetradas bajo la lucha contra el tráfico demostraran
actos de valentía, la mayoría de los agentes que fueron premiados dieron de baja a
supuestos criminales. La medida implementada por Cerqueiraaumentó considerablemente
las muertes en muchas ocasiones injustificadas; en los años que permaneció vigente la
medida 1995-1997, el número de muertos aumentó considerablemente. Lo que
inicialmente, se presentó como una medida para incentivar el esfuerzo y trabajo de los
policías, se convirtió más tarde, en un máquina de asesinatos que no distinguía entre
criminales e inocentes (Gay, 2009: 36)

Posteriormente, en el gobierno de Rosinha Garotinho en el 2003, su secretario de


Seguridad Pública Josias Quintal, hizo algunas declaraciones que dan cuenta de su posición
al respecto, sobre la situación de la violencia en las favelas “Nosso bloco está na rua e, se
tiver que ter conflitoarmado, que tenha. Se alguém tiver que morrer por isso, que morra.Nós
vamos partir pra dentro”O Globo 27 febrero de 2003 (Ctd enRibeiro, Dias, & Carvalho,
2008: 8)lo anterior aunque no es contundente, si muestra una posición violenta.
Considerando a todos aquellos que están en la calle como un posible blanco que se señala y
se asesina sin contemplación, sin capturar, sin preguntar; simplemente la solución es una
bala que sume una baja, engrosando las estadísticas que sirven estúpidamente para
presentar resultados positivos en la lucha en contra de las drogas, sumando miles de
inocentes en una no guerra que justifica el asesinato.

Otra declaración que es muy diciente, de las posiciones de muchos de los gobernantes de
Rio de Janeiro, fue la que manifestó el Gobernador Cabral Filho 18 , en relación con la
necesidad de frenar la violencia desde los “motores de la misma” “A questão da interrupção
da gravidez tem tudo a ver com aviolência. Quem diz isso não sou eu, são os autores do
livro“Freakonomics” [Steven Levitt e Stephen J. Dubner]. Elesmostram que a redução da

17
Marcello Alencar Gobernador entre 1995 y 1999
18
Cabral Filho gobernador entre el 2007 -2011 y reelecto en el 2011
48
violência nos EUA na década de 90está intrínsecamente ligada à legalização do aborto em
1975pela Suprema Corte ”(Ribeiro, Dias, & Carvalho, 2008: 10). Esta intervención del
gobernador es increíble, atreverse a hacer este tipo de afirmaciones en una entrevista
pública, que está al alcance de millones de personas, habla muy mal de los gobernantes de
Rio. La anterior declaración agrupa muchos de los puntos que permiten demostrar cómo las
autoridades del estado entienden el fenómeno de la violencia, y como ello se encuentra
directamente ligado a la clase y ubicación social.

El gobernador, asocia la violencia como un problema que se reproduce debido al número de


hijos, que posteriormente se convertirán en jóvenes violentos metidos en el negocio del
narcotráfico. La dinámica perversa manifestada por el gobernador, se encuentra claramente
ligada a considerar la violencia, las causas y consecuencias de ella, un problema exclusivo
de las favelas y de los jóvenes en su mayoría negros que hacen parte de ellas, de ahí la
necesidad de afirmar la importancia del aborto, para de esta forma frenar la supuesta
máquina de negros narcotraficantes, olvidando las obligaciones que como Estado tienen
frente a un problema que no solamente es de narcotráfico, es un problema de educación,
acceso a la salud, vivienda, oportunidades de trabajo, presencia del Estado con autoridades
eficientes y con credibilidad frente a la comunidad.

Cabral Filho, en la tan aclamada operación que “recuperó” El Complexo do Alemão, y


donde murieron 19 civiles, manifestó nuevamente su posición guerrerista. La operación
dejó muchas dudas, debido al gran número de muertes en circunstancias confusas,
muriendo muchos civiles que no tenían nada que ver con el Comando Vermelho que fue el
grupo de traficantes que pretendían sacar de la zona. Las denuncias no se hicieron esperar,
muchos grupos de derechos humanos acusaron al gobierno, por provocar estas muertes.
Como respuesta Cabral Filho habló en una entrevista con la agencia de noticias O Globoe
hizo la siguiente declaración “it was time to take back the city and that the state was at war
with criminal elements, a war that could not be won without bloodshed”(Gay, 2009: 29)

La necesidad de las autoridades de hablar de guerra y de situar al enemigo interno en los


hombros de los habitantes de las favelas, sirve para justificar muchas de las acciones
violentas en contra de los derechos humanos emprendidas por los agentes del Estado. La
afirmación del historiador Renato Prata Biar es muy diciente al respecto:

49
“Encontrar justificativas para continuar a exercer medidas de
repressão e coerção sem que o Estado seja acusado de injusto,
autoritário ou despótico? A solução, embora pareça complexa, foi
muito simples: criminalizar a pobreza, principalmente aqueles
que moram nos morros e favelas. Mas para que isso ganhasse um
ar de legitimidade e legalidade a estratégia não foi de criminalizar
o pobre pura e simplesmente, mas de associar o local onde ele
habita ao terror imposto por um novo e moderníssimo grupo de
selvagens, assassinos cruéis e sanguinários: os traficantes de
drogas. A figura do traficante nessas localidades é o que permite
que se exerça essa política de invasão e de extermínio, mesmo
quando se sabe que ali funciona apenas uma parte do
tráfico”(Prata Biar, 2007)

El enfoque violento y represivo, auspiciado por las autoridades estatales para organizar la
seguridad pública, recae sobre los hombros de la Policía Militar. Ellos, usan entre sus
tácticas para controlar y traer “paz” a los territorios, operativos de muchos hombres
fuertemente armados, en ocasiones con apoyo aéreo y motorizado. Durante los operativos,
los policías con armas que cualquier ejército envidiaría, entran en la favela con el supuesto
objetivo de arrestar a los delincuentes que operan allí. Sin embargo, la forma de operación
contradice totalmente ese objetivo inicial. La Policía entra a los lugares disparando sin
contemplación en todas las direcciones, sin ocuparse realmente de las zonas donde
posiblemente operan los grupos ilegales. Por el contario, llegan a asesinar inocentes que
sólo por el hecho de ser sospechosos o por ser hombres negros que estaban en el lugar y
hora equivocada, son asesinados impunemente acusados por el crimen de ser pobre y negro,
sin respeto alguno por los derechos humanos(Koonings & Veenstra, 2007: 624).

La Policía Militar que entra en las favelas, funciona bajo una dinámica propia de un
Ejército de asalto, cumpliendo una operación especial. Entran cumplen su objetivo y salen
de la zona.

“[la policía] entra a la favela con un objetivo específico y luego


sale[…]Es una operación de guerra, es una operación de
comando que entra con objetivo táctico hasta un determinado

50
punto, destruye un montón de armas de fuego, una instalación de
empaquetado de droga, arresta a alguien y se retira”(Dowdney,
2003: 82)

La anterior declaración, manifestada por el Mayor Antonio Carlos Carballo Blanco de la


Policía Militar, habla del carácter de guerra que se le quiere dar al conflicto en las favelas
con los narcotraficantes, y del carácter esporádico de la actuación de la Policía, trayendo
varias consecuencias nefastas que fomentan la violencia cultural. El desconocimiento de la
Policía Militar al entrar en las favelas y no quedarse de forma permanente en el territorio
ocupado, fomenta el asesinato de muchos miembros de la comunidad inocentes, ya que
desconocen totalmente a sus miembros. Para ellos todos son iguales, todos son criminales,
sujetos susceptibles a ser asesinados sin distinción.

“En el imaginario policial, cuando él entra en una favela sin


conocer a la gente que vive en ella, ve a una persona como alguien
que puede estar directa o indirectamente involucrada en el tráfico
de armas, una persona que podría estar ocultando una estructura
criminal que para él es extremadamente complicada”(Dowdney,
2003: 82)

El accionar violento de la Policía cometiendo todo tipo de excesos, produce un profundo


rechazo por parte de la comunidad. Los pobladores consideran la intervención de la Policía
una invasión que solo tiene el objetivo de destruir, lo que trae como consecuencias una
profunda desconfianza y un gran temor. Lo anterior afianza la posición de los
narcotraficantes en la comunidad, permitiendo que consideren que el orden social impuesto
por los traficantes sea el aceptado y esté por encima del orden que pretende imponer el
Estado (Dowdney, 2003: 83)

A modo de ejemplo, se presentarán algunos casos emblemáticos y recientes que demuestran


el accionar violento por parte de los miembros de la policía

51
Caso do Coroa19

El 2 de abril de 2009, la Policía Militar mató a 6 personas en una operación en el Morro do


Coroa en Rio de Janeiro. Una de las personas que murió en la operación de nombre
Josenildo Estanislau dos Santos, según los testigos del caso, fue asesinado después de haber
sido detenido e inmovilizado por agentes de la Policía Militar.

Según la familia, Josenildo recibió primero un disparo en la pierna, entre gritos de dolor le
preguntó a los policías si habían visto alguna vez a un bandido con las manos con grasa.
Según su hermano, esta replica no fue suficiente para frenar el ímpetu asesino de los
policías, que posteriormente completamente inmovilizado, dispararon una vez más en
contra de Josenildo, esta vez en su cabeza.

El caso de Josenildo, es solo uno de los casos del total de 6 personas que murieron ese día
en el Morro do Coroa. El accionar de la Policía es muy preocupante ya que además de su
intervención violenta, según algunos testigos, hicieron la operación con los rostros
cubiertos y sin identificación.

Morro da Mineira20

El 17 de marzo a las 7 de la mañana, en un horario de gran circulación de personas sobre


todo de niños, la Policía Militar entró en el Morro da Mineira. En la acción murieron 3
personas y 2más fueron heridas. La operación inició con la persecución de un joven que
supuestamentehacia parte de un grupo de traficantes, los policías empezaron a disparar sin
discriminación, según los testigos el joven que corría y que más tarde murió no se
encontraba armado. Así mismo, como en el caso anterior los policías estaban sin
identificación en los uniformes. Debido a las ráfagas de fusil, Francisco Fabrício de 6 años
de edad murió en la sala de su casa con un disparo en la cabeza.

Aparte del niño que cayó por una bala perdida y del joven que fue perseguido y
posteriormente asesinado, murió Aloiso Acosta de 38 años,un respetado residente muy

19
Caso presentado por (Justiça Global, 2009) en el informe Os Muros nas Favelas e o Processo de
Criminalização, pág. 8
20
Caso presentado por Justiça Global, (2009) en el informe Os Muros nas Favelas e o Processo de
Criminalização, pág. 9
52
querido por los residentes del Morro. Según los testigos la escena de crimen fue limpiada
por los policías, recogiendo los cuerpos,una práctica común hecha por ellos, para no dejar
pistas sobre la muerte de las víctimas.

Además, de las intervenciones violentas de los policías con actos represivos asesinando sin
contemplación, los policías buscan encubrir y manipular las posibles pruebas que se pueden
conseguir del cuerpo (como en el caso en el Morro da Mineira). Existen tres principales
formas o técnicas usadas por los policías, para encubrir los actos violentos que traen como
consecuencia el asesinato una persona.

Una de las medidas usadas, es lo que se denomina los falsos “rescates”. Este fenómeno
ocurre cuando los policías toman el cuerpo de una víctima asesinada en una operación de la
Policía, y se la llevan al hospital con el supuesto afán de ser atendido lo más pronto posible
y salvarle la vida. Sin embargo, la aparente buena obra lleva escondido un perverso interés,
porque la víctima generalmente está muerta. En estos casos, la Policía debe acordonar el
lugar para que los especialistas forenses investiguen los hechos que dieron como resultado
la muerte de la persona. Cuando se llevan los cuerpos arbitrariamente del lugar donde cayó
muerta la víctima, destruyen la evidencia que se puede encontrar en la escena del crimen.
El solo hecho de analizar la posición al momento que la víctima muere, puede dar muchas
pistas sobre lo que realmente ocurrió (Human Right Watch, 2009: 52).

Un ejemplo muy diciente al respecto, fue el caso de la operación en el Complexo do


Alemão. En esta incursión murieron 19 civiles, todos los cuerpos fueron trasladados de la
escena del crimen a un hospital, destruyendo por completo las circunstancias particulares
de sus muertes. El argumento del falso rescate llevándolos al hospital para salvarles la vida,
no era un argumento válido ya que hubo clara evidencia que las víctimas murieron antes de
ser trasladadas.

“Human Rights Watch reviewed autopsy records and


more than 100 photographsindicating that the victims
appeared to have died at the scene of the shooting,
beforethey were taken to hospitals. In the images, the
victims appear to be lying lifeless andunattended in
parts of Complexo do Alemão prior to their removal.

53
Analyzed together,the evidence leaves little doubt that
the victims were dead prior to their removal to
thehospital” (Human Right Watch, 2009: 59).

Otra de las técnicas usadas por la Policía, es no prestarle la seguridad a los cuerpos
conservando integralmente todas sus pertenencias al momento de su muerte. Es común, que
la ropa de las víctimas desaparezca, puede ser que los mismos policías retiren estas prendas
o los miembros del hospital lo hagan, el caso es que al desaparecer la ropa, se quita un
elemento fundamental para determinar las causas de su muerte. Los especialistas pueden
comprobar el asesinato a quema ropa, sólo con ver las prendas de vestir, al encontrar
evidencia al respecto se podría estar hablando de una ejecución, debido a la corta distancia.

“In the Complexo do Alemão case, photographs show that at


least 17 of the 19 persons killed by police were wearing
clothes at the scene under police custody. However, all 19
victims arrived naked for autopsy. According to a federal
panel of forensics experts commissioned to study the reports
in the case, “the original garments [of the victims] were not
subsequently sent for [forensics] examination.”(Human Right
Watch, 2009: 59)

Siguiendo en la misma línea, los policías en Rio para sustentar de alguna forma los
asesinatos cometidos en nombre de los Autos de Resistencia, ponen armas y drogas en los
cuerpos caídos en las operaciones, convirtiéndolos automáticamente en traficantes, lo que
claramente merma la posible culpa por atacar a un civil inocente, y si se suma un discurso
que hable sobre el no sometimiento al arresto, permite que los policías se laven las manos y
el crimen quede impune(Gay, 2009: 36).

Human Right Watch nos presenta un ejemplo de lo anterior, en su informe sobre la


situación de derechos humanos en Brasil:

“In the 2002 Rio police killing of Hanry Silva Gomes de Siqueira,
16, there was strong forensic evidence that the victim was shot at
close range, which was incompatible with the shootout story given
by the police. Officers were convicted of the crime of procedural

54
fraud for having planted drugs and a .38 revolver on Siqueira’s
body. One officer was also found guilty of homicide” (Human
Right Watch, 2009: 64)

Lo paradójico, es que el accionar violento que los policías ejercen en las favelas, no tiene
justificación. Según el estudio de(Cano, The use of lethal force by police in rio de Janeiro,
1997: 64-65) teniendo en cuenta los registros de la Policía Militar sobre víctimas fatales en
confrontaciones policiales en Rio de Janeiro. Entre enero de 1993 y julio de 1996, hubo un
policía muerto por cada 75 acciones armadas, con víctimas civiles, y un policía herido por
cada 12 acciones perpetradas por la Policía en las favelas. Fuera de las favelas, un policía es
muerto por cada 35 acciones y uno es herido en cada 8 acciones. Los policías mueren más
y, tienen más posibilidades de ser heridos, en las zonas urbanas fuera de las favelas que en
ellas. Lo que no justifica el accionar violento, asesinando sin contemplación a los
favelados. Afirmando una vez más la violencia cultural dirigida a esta poblaciones.

Adicionalmente, teniendo en cuenta datos del 2008, por cada policía asesinado en
operaciones murieron 43.73 personas, lo que nuevamente habla de los excesos de la Policía
en muchas ocasiones sin justificación.

Gráfico 6 Asesinatos cometidos por la policía por cada policía muerto (2008)

Fuente: Human Right watch, 2009, p.35

55
3.4 Violencia cultural como técnica de represión¿Autos de Resistencia =violencia
cultural= alianzas milicias- policía?

Antes de presentar los problemas en relación con los Autos de Resistencia, es importante
presentar algunos datos referentes al accionar de la Policía. En Rio de Janeiro los
encargados de imponer el orden a lo largo del territorio, se caracterizan por ser sumamente
letales en sus operaciones.

Gráfico 7 Total de muertes producidas por la Policía (2008)

Fuente: Human Right watch, 2009, p.31


Aunque es alarmante el número de personas que asesinan los policías en Rio en un año, más
preocupante aún es el dato de muertes por cada 100.000 habitantes.

Gráfico 8 Muertes producidas por la Policía por cada 100,000 habitantes (2008)

Fuente: Human Right watch, 2009, p.32

56
Otro dato muy diciente del accionar de la Policía en Rio, es el número de arrestos por cada
persona asesinada. En Rio de Janeiro para el 2008, fueron arrestadas 23 personaspor cada
persona muerta en operaciones de la Policía, si lo comparamos con los datos en Estados
Unidos el dato es sumamente preocupante, pues, los policías en Estados Unidos en ese
mismo año arrestaron 37,000 personas por cada persona muerta en operaciones (Human
Right Watch, 2009: 34).

Gráfico 9 Arrestos hechos por cada persona asesinada por miembros de la Policía

Fuente: Human Right watch, 2009, p.34


Una de las iniciativas más controversiales, en relación con las medidas impulsadas desde la
gobernación de Rio de Janeiro, para justificar el asesinato de personas sin previo
juzgamiento, es la figura denominada Autos de Resistencia,que he nombrado a lo largo del
trabajo. Dicha figura es usada, para registrar los casos de civiles muertos durante una
confrontación con la Policía. La medida ha tenido importantes deformaciones, ya que en
ocasiones es usada para justificar la muerte de personas que no tienen nada que ver en las
supuestas confrontaciones. La Policía ha usado en nombre de los Autos se Resistencia,
estrategias de eliminación de las capas menos favorecidas que viven en las favelas, lo que
sumado a enmarcar el problema del tráfico de drogas bajo el discurso de la guerra, ha
convertido la iniciativa en el insecticida social del que tanto ha hablado el Comandante de
la Policía Militar Marcus Jardim.(Direitos Humanos No Brasil 2003 Relatório Anual do
Centro de Justiça Global, 2004: 50 )

A modo de ejemplo, en la retoma del Complexo do Alemão, como dije anteriormente,


murieron 19 personas, las cuales, en su mayoría tuvieron ciertas características en sus

57
cuerpos al momento de morir, que permitieron concluir que fueron ejecutadas. Según la
Comisión designada por la Secretaria Especial de Derechos Humanos de la Presidencia de
la Republica, encargados de hacer el estudio de los cuerpos. Las personas que murieron en
la retoma tenían clara evidencia de procedimientos de violencia sin justificación.En 14 de
las 19 víctimas, en total, se encontraron 25 orificios producto de las balas en la parte
posterior del cuerpo. 6 de las 19 víctimas totalizaron 8 orificios entre el cráneo y la cara. 18
de las 19 víctimas recibieron en total 46 disparos, entre el cuello y el tronco. Secretaria
Especial de Direitos Humanos. Relatório Técnico de Visita de Cooperação Técnica – Rio
de Janeiro( ctd en Sousa Alves, 2008: 35)

El gran número de orificios de entrada en la región posterior del cuerpo,habla de disparos


por la espalda. Numerosas heridas en sectores como la cabeza y pecho son pruebas de la
intención de matar. El elevado promedio de disparos es otro elemento destacado,ya que las
19 personas que murieron recibieron en total 70 disparos, en promedio las víctimas
recibieron 3,84 balas. Otro elemento es la utilización dearmas diferentes en un mismo
cuerpo.

Lo anterior, son solo algunas pruebas de la violencia ejercida por los policías y de las
posibles ejecuciones. El informe de los peritos también llamó la atención sobre la ausencia
de capturados y de conductas defensivas por parte de las víctimas, lo que permite concluir
que la Policía buscó la muerte de los civiles sin importar la posición ofensiva en la que
estuvieran, asesinando sin justificación (Souza Alves, 2008: 35).

La figura de los Autos de Resistencia ha crecido considerablemente desde su aparición, la


gráfica que se presenta a continuación muestra claramente los números en relación con el
uso de esta figura han ido creciendo. Llama la atención el salto estadístico entre el año 2001
al 2003, pasando de 592 a 1195 muertes de civiles en el estado de Rio de Janeiro, llegando
en el 2007 a su punto máximo con 1330, y de 381 a 798 muertes en lacapital, entre el año
2001 al 2003, llegando en el 2007 a 902 muertes de civiles.

58
Gráfico 10 Autos de Resistencia 1997-2008

1400
1200
1000
800
600 Estado
400 Capital
200
0 1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Fuente:Centro de Estudos de Segurança e Cidadania, 2008
El crecimiento incipiente de los Autos de Resistencia, desde el 2001 hasta el 2003 llegando
a su puntomás elevado en el 2007,concuerda con la aparición y crecimiento de las milicias.
Según los datos proporcionados por Disque Denuncia 21 (Cano, 2008: 52-53)las milicias
entre el 2006 y 2007 tuvieron un crecimiento muy importante, que se relaciona con el punto
máximo de los Autos de Resistencia.

Lamentablemente no existen datos previos del Disque Denuncia relacionados con las
milicias, para corroborar la hipótesis a partir del 2001. No obstante, con la información
disponible se podría considerar que según la complicidad de algunos miembros de la
Policía con las milicias, manifestada en múltiples escenarios.Las muertes en ese período de
tiempo fueron una estrategia entre ambos, convirtiendo la figura de los Autos de
Resistencia en una herramienta para asesinar civiles, los cuales pudieron ser desde
empleados del narcotráfico hasta personas inocentes que cayeron víctimas de los atropellos
de los agentes del Estado, aliados con grupos ilegales.

21
Es un canal de denuncia anónima, que es usada por la población para señalar los perpetradores de
crímenes en la comunidad, además es una fuente muy útil para las agencias de seguridad del estado
para señalar culpables y hacer capturas. Las informaciones valiosas son recompensadas con
dinero.

59
Gráfico 11 Número de denuncias

Mar-08
Sep-07
Mar-07
número
Sep-06
Mar-06
0 100 200 300 400

Fuente: Cano, Seis por meia dúzia. Um estudo exploratório do fenomeno das chamadas milicias, 2008. p. 59
Otro elemento interesante que habla de las múltiples actividades de algunos miembros de la
policía, fueron los elevados números de muertes fuera de sus funciones como policía. Es
claro que la incursión en trabajos alternativos se debe a los bajos salarios, en promedio
ganan entre US$ 440 y $ 500 dólares por mes, entre $ 5,250 y $ 6.000 dólares al año,
siendo un valor muy bajo para mantener una familia, teniendo en cuenta el elevado costo de
vida en Brasil (Perlman, 2009: 60).

Aprovechando su experiencia en seguridad, los trabajos relacionados con ese tema son
buscados por los miembros de la Policía. Aunque muchos de los trabajos alternativos se
encuentran en el lado de la legalidad, muchos otros, están en el lado de la ilegalidad,
conformando milicias y buscando dinero fruto de los incipientes negocios de estos grupos
(Alston, 2010: 5)

El gráfico que se presenta a continuación, es muy diciente sobre la situación de los policías
en relación con sus trabajos fuera del servicio. Es evidente, la gran diferencia entre el
número de muertos cuando se encuentran en servicio que cuando no lo están, lo que puede
hablar de una clara actividad alternativa sumamente peligrosa, que puede estar dirigida a
hacer parte de grupos de milicias. Si se analiza bajo la lupa de las relaciones milicias-
policías, el dato es preocupante y muy diciente sobre el papel que desempeñan los policías
cuando no están en servicio.

60
Tabla 3Policías Militares que murieron cuando estaban en servicio y fuera de servicio
2000-2008

%
Fuera fuera
En de de
servicio servicio Total servicio
2000 20 118 138 85,5
2001 24 104 128 81,3
2002 33 119 152 78,3
2003 43 133 176 75,6
2004 50 111 161 68,9
2005 24 111 135 82,2
2006 27 117 144 81,3
2007 23 ND 23 ND
2008 22 ND 22 ND

Fuente: Centro de Estudos de Segurança e Cidadania, 2008


Sumado a lo anterior, la policía ha estado envuelta en varias actividades ilegales que
confirman la hipótesis de su dudosa participación en actividades fuera de servicio, lo que ha
generado ese elevado número de muertes

“The police en Rio have been involved in almost every


conceivable illegal activity, including charging motorists for
improper paperwork during blitzes, laundering drug money,
robbing apartments, extorting Money from tourists, stealing
cars, kidnapping civilians, apprehending high-profile drug
dealers and then extorting money for their release, drug
trafficking, drug dealing, prostitution and the sexual
exploitation of minors, providing security for drug
traffickers, leaking and selling information about police
activities, and training drug gangs members in the art of
urban warfare” (Gay, 2009: 43)

Uno de los casos más emblemáticos sobre los excesos de algunos miembros de la Policía,
cometiendo crímenes y asesinatos, demostrando sus actividades fuera del servicio, fue la

61
masacre en la Baixada Fluminense. El 31 de marzo, un grupo conformado por miembros de
la Policía Militar, asesinaron a 30 personas en Nova Iguaçu y Queimados que son
municipios de la Baixada Fluminense. El ataque fue producto de una retaliación por la
captura de 15 policías acusados de estar aliados con el crimen organizado.

La masacre inició en NovaIguaçua las 8:30 pm, los primeros muertos fueron dos ciclistas y
untranseúnte que se cruzaron por el camino de los asesinos, posteriormente dispararon en
contra de dos travestis, los cuales murieron por el ataque. Después, llegaron a un bar y
dispararon indiscriminadamente a 11 personas que se encontraban adentro del
establecimiento, muriendo en el lugar 9 personas entre ellos 4 adolescentes. Finalmente,
mataron a 4 más, incluyendo dos hombres que se encontraban en la calle y a dos hermanos
que a esa hora estaban en su casa, uno de los hermanos fue asesinado delante de su hija de 4
años.(Folha de S. Paulo, 2005)

Los homicidas dejaron el municipio de NovaIguaçu asesinando en total a 18 personas.


Después, siguieron su camino de muerte y fueron al municipio de Queimados. La segunda
parte de la matanza,inició con elasesinato de 3 personas que se encontraban en la calle en
ese momento. Posteriormente, se dirigieron a un bar y allí mataron a 5 personas, incluyendo
a dos menores de edad que estaban a las afueras de un bar. Finalmente, asesinaron a 4 más
en un lava autos.(Folha de S. Paulo, 2005)

Las 30 personas que cayeron víctimas de esta incursión armada, no fueron seleccionadas
como comúnmente hacen los grupos de exterminio, estas personas fueron
injustificablemente asesinadas, sólo por el hecho de encontrarse en la hora y el lugar
equivocados. Las 30 personas eran pobres, negros y en su mayoría hombres, que cayeron
por la retaliación de policías corruptos y asesinos que no piensan más sino en el dinero y el
poder. Afortunadamente los criminales que cometieron esta masacre fueron capturados y
enjuiciados, aspecto alentador ya que el crimen no quedó impune, como muchos otros que
han ocurrido en la Baixada.

Tradicionalmente la Policía y el Ejército se han considerado como fuerzas regulares al


servicio del Estado. El Ejército se encarga de defenderlo de una amenaza externa y la
Policía se encarga de las tareas internas ejerciendo un control social, buscando que el orden

62
público sea la constante y previniendo la criminalidad. Por otro lado, los paramilitares y los
escuadrones de la muerte, se identifican por ser fuerzas irregulares,que comparten ciertas
características con el fenómeno de las milicias y puede ser un elemento interesante a tener
en cuenta para comprender el crecimiento de dichos grupos en Rio de Janeiro.

El primero, se caracteriza por ser grupos generalmente estructurados con un comando,


sedes y funciones preestablecidas, conformados y creados por el mismo Estado, o por
grupos dominantes. El segundo, son grupos informales que no tienen una estructura clara,
no tienen una sede, ni tienen una composición reconocida.

(Cano, Policía, paramilitares y escuadrones de la muerte en América Latina, 2001: 223-


224) presenta algunas ventajas que el Estado obtiene al promocionar grupos
paramilitares.El autor toma el caso de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) en
Guatemala y la organización “Orden” en El Salvador, como ejemplos para enumerar los
beneficios fruto de dicha creación.

1. La creación de paramilitares permite aumentar el pie de fuerza militar a un costo


mucho menor, tener un paramilitar es mucho más barato que formar a un militar en
la legalidad. En el caso de Guatemala las PAC, sirvieron como soldados en la
primera línea, con el fin de preservar a los soldados que tenían un valor superior.
2. Los paramilitares en el ámbito rural eran muy importantes, ya que cooptaban o
creaban redes locales de apoyo político y logístico al Ejército. Esto permitía que los
que estaban a favor de los paramilitares y por ende a favor del Ejercito cerraran el
cerco en contra de los insurgentes, separándose radicalmente entre paramilitares y
guerrilleros, polarizando el conflicto entre “buenos y malos”, “amigo- enemigo”
3. Los grupos paramilitares se caracterizan en la mayoría de los casos, por hacer
presencia y por estar conformados por personas que conocen la geografía y a los
habitantes del lugar. Dichas características, los convierten en una herramienta
importante, ya que pueden identificar rápidamente los caminos apropiados
moviéndose con facilidad, como también pueden informar e identificar a las
personas que se encuentran en el bando contrario.
4. Tener un grupo de paramilitares, es una clara ventaja ante la opinión pública, tanto
nacional como internacional, ya que crea un pantalla que libera a los miembros del

63
Estado de la responsabilidad por los crímenes cometidos, echar el agua sucia a los
paramilitares es una táctica que el Estado usa para lavarse las manos.

Aunque no todos los elementos que identifica el autor concuerdan con el caso de Rio de
Janeiro, hay algunos elementos sobre todo los puntos 1, 3 y 4 que son algunas
características de los grupos de milicias, que se encuentran en consonancia con los intereses
de las fuerzas estatales.

En la dinámica emprendida por los agentes del Estado en contra de las capas menos
favorecidas, acusadas simplemente por vivir en un determinado espacio, y por tener ciertas
características sociales y raciales, y que desafortunadamente conviven en lugares con una
fuerte presencia de narcotraficantes. Entra al juego una alianza preocupante, invadiendo
todos los espacios en la vida diaria de los habitantes de las favelas.

En el caso de Rio de Janeiro, es un poco aventurado afirmar que el Estado haya creado las
milicias, como un tentáculo más en la lucha en contra del tráfico de drogas. Sin embargo, la
alianza es evidente, a lo largo de la investigación se han presentado varios ejemplos y
pruebas que ratifican esta relación, lo que permite poner en duda la no promoción en la
creación de las milicias. Las ventajas que significa tener un grupo paramilitar sin reglas que
cumplir y sin derechos humanos que defender y tener en cuenta, reduce el trabajo de la
Policía, ayudándolos a cumplir la tarea de forma más rápida pero bajo la sombra de estar
promocionando el crimen.

La conformación de las milicias, sus alianzas con algunos agentes del Estado siendo común
la presencia en sus filas de policías y bomberos; su continuidad y el crecimiento acelerado
en las favelas de Rio de Janeiro. Se pueden entender, como una estrategia para consolidar
un poder paralelo, con el fin, de contrarrestar el poder de los grupos de narcotraficantes,
aprovechando un segmento de la población que es muy rentable si se explota de forma
global, como son las favelas.

La alianza entre las milicias y los policías, es una relación muy preocupante ya que los
comprobados nexos entre ambos, prestándose ayuda material, logística y humana, son
argumentos muy fuertes que ayudan a corroborar que las milicias se convirtieron en un
apéndice de la Policía en la lucha en contra del tráfico de drogas. “The rationale is that the

64
state cannot occupy 800 favelas but the militias can” (Perlman, 2009: 61). El crecimiento
fue sumamente rápido, entre el 2004 y 2005 las milicias solo controlaban la favela Rio das
Pedras en el oeste de Rio, solo tres años después llegaron a ocupar algo más de 160
comunidades. Es sorprendente que en tan poco tiempo crecieran de esa forma a los ojos
ciegos de la Policía.

Las milicias están conformadas en su gran mayoría tanto, por policías y bomberos retirados
como activos, lo que los vincula de una forma cercana a los miembros de las instituciones
de las que hicieron parte, blindándolos en la lucha por tomar una favela.

Además del papel detestable de la Policía, ejerciendo violencia directa en contra de los
pobladores de las favelas, asesinando a sangre fría bajo el despreciable rotulo de “Autos de
Resistencia”. Tienen una alianza muy cercana con las milicias, que al mismo tiempo que
asesinan a cualquier persona que se les oponga incluyendo a (narcotraficantes, pobladores
inocentes, periodistas) ejercen una clara coacción física y sicológica en contra de las
comunidad que dominan, amenazándolos y extorsionándolos para que cumplan las cuotas
de los diferentes negocios que tienen, lo que también es una forma violencia.

La Policía y su alianza con las milicias es una relación que somete, explota asesina, sólo
por el hecho de tener ciertas características, geográficas, sociales y raciales. Es una
violencia cultural, que se ejerce sin contemplación en todo nivel, desde las autoridades
máximas del Estado como son los Gobernadores, hasta por la gente del común no favelada,
que consideran que la táctica guerrerista sin reglas es la mejor forma de llegar a una
supuesta pacificación de estos territorio (Cano, Policía, paramilitares y escuadrones de la
muerte en América Latina, 2001: 231).Lo único que están consiguiendo con esta forma de
actuar, es propagar la discriminación, afianzando la desigualdad y fragmentando aún más la
ya desintegrada sociedad de Rio de Janeiro.

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Conclusiones

Este trabajo de tesis fue un reto importante, las limitaciones que tuve a lo largo de la
investigación para encontrar información confiable y pertinente para el tema,estuvo en todo
momento presente. No obstante, cada obstáculo fue un reto que fui superando con la ayuda
de mi director de tesis y personas muy especiales, que día a día con su apoyo fueron
fundamentales en este reto.

Los aprendizajes fueron muchos, el reto de intentar construir un trabajo fuera del contexto
en el que crecí y en el que vivo fue algo muy especial que siempre estará rondando en mi
cabeza. Salir de Colombia es algo que obligatoriamente debemos realizar todos los que
estudiamos Ciencias Sociales. Sin embargo esta obligatoria apertura, no debe desechar
nuestro contexto, por el contrario, nuestros ojos deben estar dirigidos en todo momento a
nuestro país.Lo que propongo, es que al estudiar otros contextos podemos consolidar
herramientas para comparar la situación a la que diariamente estamos expuestos en
Colombia, abriendo un panorama que definitivamente nos labrará el camino para encontrar
puntos en común y en contra, que nos pueden ayudar a encontrar soluciones a las
limitaciones que encontramos en nuestro presente.

Los puntos de encuentro son muchos, Latinoamérica tiene múltiples problemáticas que
tienen un origen en común, de ahí lo interesante de comparar los diferentes contextos
latinoamericanos y tratar como dije anteriormente de hallar soluciones. La consolidación de
las milicias en Brasil es solo un ejemplo de los muchos países de nuestro continente que
han sufrido este problema, siendo el caso de Colombia sobresaliente al respecto. Los
vínculos entre agentes estatales y los grupos ilegales, es una constante que ha nublado el
papel de la Policía y del Ejército en su función principal, de proteger a todos los ciudadanos
sin importar su origen y condición social.

La posibilidad que brinda un trabajo comparado, teniendo en cuenta los diferentes orígenes
de los grupos paramilitares a lo largo del siglo XX en Latinoamérica, es un estudio que
merece una gran atención ya que solo haciendo un ejercicio superficial teniendo en cuenta
la situación de Brasil y de Colombia, encontramos múltiples puntos en común. Comopor
ejemplo, la participación de la Policía y el Ejército en la conformación y apoyo a grupos
paramilitares; intervención en política consiguiendo puestos por medio del voto popular; la

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violencia como medio para conseguir sus objetivos; el interés económico, en fin, varios
puntos de encuentro que merecen la pena estudiarlos a profundidad.

El fenómeno de las milicias, no es exclusivo de la ciudad de Rio de Janeiro. Varias de las


principales ciudades de Brasil están sufriendo el flagelo de este proceso que evidentemente
aumenta la complejidad del conflicto, sumando un nuevo actor a la ya compleja situación
brasileña, en relación con la violencia. La comprobada presencia en ciudades como São
Paulo y Pernambuco, son solo algunos ejemplos del crecimiento de este fenómeno a lo
largo del territorio brasileño, siendo la participación de agentes estatales en la
conformación y promoción un factor sumamente preocupante. Si los llamados a defender y
proteger los derechos humanos, se encuentran en varios casos al lado de la ilegalidad ¿qué
podemos esperar de las instituciones brasileñas? y ¿cómo sería la respuesta de la población
civil a estos atropellos? ¿Violenta? ¿Pasiva?

Los jóvenes son una fuerza que en el caso de los países latinoamericanos es muy fuerte, la
intervención que los Estados deben hacer es primordial para que esa fuente no se pierda en
la criminalidad. El impulso de políticas dirigidas a repeler la incursión de los jóvenes en los
grupos ilegales, es primordial. El Estado debe proveer incentivos, en relación con el empleo
y educación que permitan que los jóvenes vean una opción viable y alternativa, al lucro que
significa hacer parte del crimen organizado.

La violencia cultural, a la que han estado sometidas ciertas capas de la sociedad de Rio de
Janeiro, en su mayoría favelados, es un fenómeno evidente en el período que se tuvo en
cuenta en este trabajo. Sin embargo, cabe preguntarse teniendo en cuenta la violencia
cultural, si este fenómeno es reciente o lo podemos rastrear en el siglo XIX o XX. Los
resultados al respecto podrían darnos pistas sobre el proceso de exclusión y violencia
dirigida a personas con ciertas característicassociales y físicas.

También, estos fenómenos de violencia selectiva dirigida a la población sobre todo negra,
se encuentran presentes en muchos países latinoamericanos, siendo muy interesante
adelantar un ejercicio de comparación, teniendo en cuenta los parámetros que presenta la
violencia cultural.No deja de sorprender que las poblaciones negras sean las más pobres del
continente, con el mayor número de necesidades sin satisfacer, y que además en el caso
colombiano y brasileño tengan que vivir los episodios de violencia más fuertes.
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Institucionalmente lo que se haga, afectará para bien o para mal el desempeño de los
ciudadanos y agentes estatales. El ejemplo de la “premiação faroeste”es sobresaliente. En el
diseño institucional cometieron un grave error, premiando a los policías por demostrar su
“bravura” lo que se tradujo en el aumentó en el número de muertes de personas inocentes,
bajo la figura de los Autos de Resistencia. Los cambios institucionales que se hagan
importan, de ahí la necesidad de generar propuestas consecuentes con la realidad de la
Policía y del contexto en el que se encuentran insertos, para no volver a cometer los
mismos errores. Además, como los cambios institucionales pueden cambiar
comportamientos, generar propuestas de políticas públicas es fundamental, para frenar, la
ola de violencia dirigida a los favelados, generando espacios de inclusión y desarrollo en
estas poblaciones que tienen múltiples necesidades.

La continuidad de la Doctrina de Seguridad Nacional ha permitido que no exista una


diferenciación clara entre una política de seguridad del Estado y una política de seguridad
ciudadana. La intervención del Ejército en escenarios bajo la responsabilidad de la Policía,
ha traído como consecuencia que se afiance los señalamientos hacia la población de las
favelas, acusándola de ser los enemigos internos que deben ser controlados a toda costa.
Esta difusa separación, afianza la posición de los Policías, que al igual que el Ejército,
consideran que los pobladores de las favelas son los enemigos, reforzando la violencia
cultural hacia estas poblaciones, olvidando los preceptos de la política de seguridad
ciudadana, que busca que los derechos de todos los ciudadanos sin distinción, sean
respetados.

Las estrategias violentas para frenar el narcotráfico no han tenido el impacto que se
esperaba, replantear la estrategia es un camino fundamental que deben seguir los gobiernos
de los diferentes países que viven este flagelo. Los elevados niveles de violencia ejercidos
por los miembros de la Policía y el Ejército, lo que ha producido es que los procesos de
exclusión social que por tantos años han vivido las comunidades se profundicen. Los
gobiernos tienen que tener en cuenta en la generación de políticas públicas, que los
crímenes y la violencia son producto de la exclusión social, política y económica. Como
consecuencia, es primordial impulsar medidas para revertir la exclusión, con propuestas,
que busquen la participación estatal a nivel social, político y económico, con fuerzas de

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orden público entrenadas en derechos humanos, protegiendo a todas las comunidades sin
distinción, que es la función principal para la que fueron creadas.

Los grupos ilegales están mutando, el narcotráfico es un negocio sumamente rentable, sin
embargo la persecución de los agentes estatales ha sido tan grande, que ha llevado a que los
grupos ilegales miren en otras direcciones aparte del tráfico de drogas. El ejemplo de las
milicias es sobresaliente, la posibilidad de autofinanciarse y ganar dinero en negocios
“legales” como la venta de gas, internet, seguridad etc. Es un elemento que no sólo el
gobierno de Brasil, sino todos los países que están expuestos a este flagelo deben perseguir
y prestarle mucha atención, ya que en medio de esa legalidad siguen cometiendo crímenes
amparados en la ilegalidad.

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