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Factores internos, como las aptitudes o intereses personales del estudiante, o externos, como
su entorno social, cultural, económico y familiar, o la situación del mercado laboral,
son elementos que condicionan esta trascendental elección.
Factores internos. -La identificación de los gustos personales, así como de las aptitudes
o capacidades potenciales para desempeñarse en un ámbito determinado, es un
proceso de indagación interna que resulta fundamental en el momento de la elección.
Las amistades. -Sin duda, la juventud es una etapa vital en la que los amigos
conforman un rol preponderante en la formación de identidad, así como en la
construcción de la idea de pertenencia. Lo importante es que el joven, sin dejar de
atender las sugerencias del entorno, logre diferenciarse y reconocerse a sí mismo,
valorando sus propios deseos e intereses.
En la elaboración de dicho documento se incluyen dos tipos de habilidades: las duras o hard y
las blandas o soft. Es decir, las que pueden estudiarse y aprenderse dentro de un aula; y
aquellas que se adquieren con la experiencia, y pueden ser desarrolladas únicamente por seres
humanos, como la creatividad o la empatía.
Cada año, las empresas establecen de forma directa o indirecta lo que esperan encontrar en
sus futuros empleados. Por lo que conocer estas demandas de antemano puede ayudar a los
trabajadores a lograr un mejor acceso al empleo.
Sabemos que los jóvenes tienen poca o nula experiencia laboral por razones obvias. Para
poder ampliarla y conseguir éxito profesional, los recién graduados deben saber que existen
cualidades en una persona que son vitales para conseguir un trabajo.
Aprender una serie de habilidades tales como la dedicación al trabajo, las ganas de aprender o
el entusiasmo son de las cualidades más importantes que buscan los reclutadores. Estas son
las llamadas habilidades blandas, es decir, las habilidades personales que tienen que ver con la
forma de ser de cada individuo, su experiencia y, principalmente, su actitud.
1. Flexibilidad/adaptabilidad
Poder adaptarse a los cambios rápidamente, ser multitarea y saber trabajar en equipo son
aptitudes sustanciales para los reclutadores.
Siempre es positivo que una persona sepa adaptarse a diferentes situaciones o puestos de
trabajo, esto lo podes reflejar en tu currículum, por ejemplo, poniendo conocimientos de
idiomas, añadiendo una experiencia o situaciones en las que tuviste que organizar diversos
compromisos. La adaptabilidad también se relaciona con la habilidad de gestionar bien el
tiempo y de adaptarse a grupos de trabajo.
2. Habilidades comunicativas
Hoy en día se buscan personas capaces de escuchar, observar, comprender y relacionar ideas
con eficacia para ser capaces de diseñar estrategias para el trabajo en equipo, es decir,
personas con grandes habilidades comunicativas.
Esto se debe mostrar con un currículum claro y conciso. Incluí cualquier experiencia en la que
hayas tenido que hablar en público o haber redactado proyectos. Es sumamente positivo que
sepas comunicarte por escrito y verbalmente.
Las personas líderes comprenden las metas y objetivos de la compañía, por lo que saben cómo
motivar e inspirar a sus compañeros, a su vez, la capacidad para resolver problemas reconoce
las consecuencias a largo plazo y asume su responsabilidad personal sobre ellas.
No tenés que tener un gran puesto para mostrar habilidades de líder, los nuevos empleados o
las personas con pocas responsabilidades también pueden tener habilidades para mejorar un
producto o un proceso.
4. Creatividad
5. Relaciones interpersonales
Tu objetivo es convencer a los empleadores que sos lo que ellos necesitan: sos confiable,
dedicado y trabajador. Considerá las habilidades interpersonales que ellos valorarán para el
puesto de trabajo en el que te estas postulando; y si querés, hacé una lista.
Un empleado con buena actitud frente a sus compañeros y superiores, que sepa trabajar en
equipo sin problemas, es el trabajador ideal para cualquier empresa.
6. Actitud positiva
Es una aptitud muy valorada por los reclutadores. No todos tienen una actitud positiva frente a
los objetivos de la empresa y los desafíos que se puedan presentar. Hoy en día se requiere a las
personas que sean entusiastas, flexibles y positivas. Por ejemplo, evitá críticas de tu trabajo
anterior, enfócate en lo bueno de tu ex trabajo y en las buenas experiencias que tuviste.
7. Confianza
Para muchas empresas este es el principal atributo: la confianza en sí mismo, estar seguro de
tus capacidades y conocimientos.
8. Honestidad e integridad
Hacer lo correcto incluso cuando otros no lo hacen. Los reclutadores buscan candidatos que
sean honestos.
Ya no vale tanto como antes las experiencias y responsabilidades pasadas. Quieren saber que
has logrado en el presente: en tu curriculum usá tiempos en pasado: “desarrollé”, “inicié”,
“aumenté”. Por otro lado, tenés que estar preparado para hablar con ellos, evitá las
afirmaciones vagas. Deciles números, cifras concretas y, si los tenés, contales tus premios o
reconocimientos, demostrá confianza y seguridad en lo que decís.
En el caso de que no tengas experiencias ni reconocimientos en tu área podés incluir tus logros
en el mundo académico o en tu vida personal. Por ejemplo, si lograste algo en tu antiguo
trabajo, si alguna vez te eligieron “mejor compañero”, si lideraste algún grupo en la
universidad, todo sirve.
Si tenés experiencia en la comunidad web ya sea con un blog o manejando las redes sociales es
algo que te puede ser muy útil cuando busques trabajo. Las empresas valoran a los empleados
que sepan navegar las nuevas tecnologías.
Demostrá tus ganas por ir más allá de lo que ellos buscan, de sus expectativas, más allá de lo
que escribiste en tu currículum. Resaltá situaciones en las que hayas tenido que salir de tu
área. Si lográs comunicar esto, vas a encontrar personas dispuestas a fomentar tu éxito.
Demostrá tu sentido de pertenencia hacia la empresa y tus ganas de crecer en la misma.
12. Hobbies
Este es uno de los cambios más radicales en los empleadores. Hoy en día les interesa –y es
bastante lógico- saber qué hacés en tu tiempo libre. Cuando les cuentes, demostrá dedicación,
pasión y compromiso con lo que hacés. Podés destacar que tus hobbies denotan aspectos
positivos de tu personalidad, por ejemplo, pasión. No tiene sentido nombrar una actividad que
no significa nada para vos.
Un manager, ahora más que nunca, debe convertirse en un líder. Un líder capaz de motivar,
inspirar y coordinar a su equipo para que funcione como un reloj suizo. El problema es que
muchas empresas asumen que manager y líder son conceptos sinónimos y por lo tanto todavía
es fácil encontrar organizaciones en las que los managers carecen de las habilidades necesarias
para asumir esa responsabilidad.
Todo líder debería desarrollar determinadas capacidades que le pueden ayudar a dirigir un
equipo. Las habilidades de liderazgo son cualidades que permiten al individup tomar mejores
decisiones en un marco de responsabilidad, asignar los recursos disponibles de manera más
eficiente, planificar con acierto y gestionar a las personas desde la motivación, el entusiasmo y
el compromiso.
Entre estas capacidades tan necesarias para cualquier líder se encuentran las siguientes:
Saber delegar
Los problemas derivados de este comportamiento son muchos: Por ejemplo la desmotivación
que genera en el equipo la falta de confianza, la falta de tiempo que sufre el manager para
realizar las que sí son realmente sus tareas, la pérdida de la perspectiva global o la poca
eficiencia derivada del switching mental constante entre tipos de tareas.
Para incentivar coordinación y colaboración el líder tiene que establecer las técnicas y
herramientas que sirvan de canal para dicha coordinación. Hasta hace poco tiempo las
posibilidades eran reducidas; los equipos se comunicaban a través de reuniones o email pero
en los últimos años plataformas como Slack, TribeScale o Basecamp han surgido como
alternativas tecnológicas más avanzadas.
Planificación estratégica
Habilidad comunicativa
Sin una buena capacidad comunicativa sería difícil desarrollar el resto de habilidades. Los
grandes líderes siempre se han diferenciado por tener grandes dotes oratorias, pero no nos
engañemos, en la comunicación tan importante es saber hablar como saber escuchar.
Prestar atención, ser conciso o tener un buen control sobre el lenguaje no verbal, son algunas
de las claves para mejorar nuestras habilidades comunicativas.
Empatía
La empatía es la capacidad de percibir lo que otra persona siente, es decir, la capacidad de
poder ponerse en el lugar de otras personas (psicológicamente hablando). Un buen líder debe
ser siempre una persona empática ya que gracias a ello podrá modular y adaptar su discurso
dependiendo de la persona o personas con las que se está comunicando.
Motivación e Inspiración
Un equipo motivado no sólo es un equipo que trabaja a un rendimiento superior sino que
también es más feliz y ayuda a atraer y retener al mejor talento. Existen casos como la guerra
de contrataciones abierta entre Tesla y Apple en los que el salario ya no es un motivo
suficiente para retener al talento. Es la motivación que inspiran los proyectos y las personas
que los lideran los que determinan quién se queda con este talento.
Uno de los objetivos de un buen líder es motivar a su equipo y suponer una inspiración lo
suficientemente importante como para que el resto de miembros siga su ejemplo. Un manager
que no es capaz de transmitir esta inspiración, jamás llegará a ser un verdadero líder.
Valor
El valor es una de las habilidades que diferencia a un manager de un líder. Un líder demuestra
valor cuando toma decisiones difíciles, cuando asume las responsabilidades de sus errores y
los de su equipo o cuando tiene que salir de su zona de confort para realizar tareas que están
más allá de su deber.
Un líder valeroso no implica que tenga que tomar las decisiones a la ligera, siempre hará un
exhaustivo cálculo de riesgos, pero lo que nunca hará será quedarse bloqueado ante una
decisión importante o una tarea complicada.
Compromiso
Resolución de problemas
Un manager también debe ser una persona resolutiva, es decir, una persona con recursos y
conocimientos para desatascar y resolver problemas. Y es que en ocasiones hay ciertos
bloqueos que sólo los puede resolver un manager y es ahí donde entra la capacidad de
resolución de problemas que permite al equipo seguir avanzando.
Resiliencia
No todos los líderes lo son de forma innata, de hecho, en muchos casos su eficacia revela un
progreso que ha llevado a la persona ha desarrollar sus capacidades de liderazgo, con esfuerzo
y constancia. Precisamente eso, disciplina, es una de las formas de empezar a trabajar por ser
un mejor líder. No es el único cambio que hay que abordar, también será preciso tratar de
abarcar, cada vez, mayor responsabilidad, aprender nuevas técnicas de resolución de
conflictos, desarrollar la consciencia, descubrir formas nuevas de empoderar a otros y de
inspirarles y, por supuesto, seguir formándose.
A lo largo de tu carrera irás obteniendo más y más experiencia en todas estas habilidades de
liderazgo y, aunque es un gran reto, tu objetivo debe ser “masterizar” todas ellas Una vez lo
consigas, tu capacidad de gestión de equipos será tan elevada que habrás alcanzado el estatus
de líder.