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INTRODUCCIÓN

La complejidad de los sistemas biológicos en sus diferentes niveles de abstracción (desde


moléculas a ecosistemas) ha hecho necesaria la utilización de todo un abanico de metodologías y
aproximaciones para poder entender su verdadera realidad relacional. En este contexto, la
modelización ha adquirido un especial protagonismo.

El objetivo, el nivel de conocimiento a priori del sistema, y los datos de los que se dispone serán
determinantes para la elección de las herramientas apropiadas. En este artículo, además de sentar
las bases fundamentales de cómo elaborar un modelo, se presentarán las metodologías de
modelización en Dinámica de Sistemas y en Sistemas Basados en Agentes. Antes de entrar en los
aspectos propios de la modelización, es importante definir que tipo de entidades podemos
modelar. Puede resultar sorprendente comprobar que cualquier entidad que observemos en el
mundo que nos rodea puede catalogarse bien como un sistema o bien como un proceso. ( Lahoz-
Beltrá, 2004, Bioinformática, Simulación, vida artificial e inteligencia artificial, Díaz de Santos Ed.,
pp. 13)

Resumen
El estudio de la dinámica de los sistemas biológicos es, desde hace décadas, uno de los grandes
objetivos en los que han aunado sus fuerzas las Ciencias de la Vida y las Ciencias de la
Complejidad. La elaboración de modelos que reflejen dinámicas esperadas, lejos de ser un mero
ejercicio de autocomplacencia, resulta un paso esencial para la comprensión de cualquier sistema.
Un sistema del cual tenemos muchos datos experimentales, no es un sistema del cual tenemos
gran conocimiento, sino gran cantidad de información. La síntesis de dicha información para lograr
confirmar o desechar las hipótesis previas y la búsqueda de representaciones adecuadas que
capturen la esencia del comportamiento son las bases para un buen modelo, y, por tanto, para
una adquisición de conocimiento. En este artículo se presentan dos metodologías muy útiles para
la modelización de sistemas biológicos:

la Dinámica de Sistemas y los Sistemas Basados en Agentes. Ambas son de muy distinta
naturaleza, y vienen a representar una gran disyuntiva a la hora de realizar un modelo: modelar las
poblaciones o modelar los individuos. Es importante comprender la naturaleza y el contexto de
estos paradigmas, para ser conscientes de cuándo es adecuado aplicar cada uno de ellos,
explotando así sus virtudes y tratando de evitar sus carencias.

La naturaleza se organiza en sistemas con muchos componentes que están relacionados de


muchas maneras, en ocasiones de forma no lineal. De la misma manera, las poblaciones
biológicas no están aisladas, sino que interactúan unas con otras y con su medio de formas
a veces muy complicadas. Esta aseveración tiene algunas consecuencias relevantes, no muy
obvias.
Los sistemas biológicos son jerárquicos. Esto quiere decir que algunos sistemas están
"inmersos" en otros sistemas mayores, que a su vez están "dentro" de otros mayores aún.

Las fronteras de los sistemas biológicos son difusas, no siempre se puede saber donde
acaba exactamente un sistema o proceso y empieza otro. Es una consecuencia de que haya
muchas interacciones en sistemas jerárquicos.

Los sistemas biológicos "se regeneran", tienen estabilidad. Son constantes en el tiempo y el
espacio. Los sistemas biológico están conformados por subconjunto de componentes de
carácter orgánico que, junto con aquellos de índole inorgánico conocidos como “Sistemas
Físicos” integran en nuestro planeta ese agregado universal que denominamos “Sistemas
Naturales”. Luego, los sistemas biológicos están constituidos por la suma de todos los seres
vivientes que existen.

   El análisis del sistema biológico muestra que es dinámico, con movimientos complejos y
por ello resulta imposible su exacta predicción cuando la acción del fertilizante se mide
después de mucho tiempo, por lo que se induce una situación de caos. Los
microorganismos recuperan la estabilidad luego de la incorporación de nitrógeno y generan
un fractal.

Los sistemas biológicos son jerárquicos. Esto quiere decir que algunos sistemas están
"inmersos" en otros sistemas mayores, que a su vez están "dentro" de otros mayores aún.
Este concepto se puede representar como si la población de una especie estuviera "inmersa"
dentro de un conjunto mayor de poblaciones de otras especies (que comparten todas en una
misma región). Al decir inmerso se deben precisar dos cosas: primero, que la población (o
sistema biológico) mantiene su identidad y se puede diferenciar sin demasiados problemas
de su entorno; segundo, que está influenciado por las poblaciones vecinas (los cambios de
tamaño de la población están principalmente originados por factores externos a ella).

Las fronteras de los sistemas biológicos son difusas, no siempre se puede saber donde
acaba exactamente un sistema o proceso y empieza otro. Es una consecuencia de que haya
muchas interacciones en sistemas jerárquicos.

Algunas de las características de los sistemas biológicos dependen del sitio y la temporada
del año en las que se evalúen.  Un ejemplo muy claro lo constituyen las selvas secas, que
tienen características muy contrastantes si se estudian en temporada de lluvias o en secas. 
Pero al mismo tiempo los sistemas biológicos mantienen su "identidad" cuando se les
perturba.  Los sistemas biológicos "se regeneran", tienen estabilidad. Son constantes en el
tiempo y el espacio.

De estas propiedades se puede desprender que el estudio de los sistemas biológicos es una
tarea difícil, porque los objetos de estudio cambian y permanecen constantes, se delimitan
claramente y poseen fronteras difusas, todo simultáneamente.
 Sistemas/Mecanismos Biológicos de Control Homeostáticos
Concepto

        Los sistemas biológicos para la autorregulación de la homeostasia


representan un conjunto/serie de componentes interconectados que trabajan
mediante reacciones que invierten los cambios que la activaron
(retroalimentación negativa) con el fin de restablecer el equilibrio homeostático
del medio interior. Su función primordial es la de regular algunas
variables/parámetros fisiológicos para mantenerlos cerca de valores constantes. 

        En términos generales, estos mecanismos biológicos regulatorios tiene el


objetivo fundamental de enfrentarse al estrés (estímulo que induce los
cambios/variaciones en el medio interno) para poder, entonces, conservar o
restablecer la homeostasia. Más específicamente, se busca mantener/conservar
relativamente constante (cerca de niveles/valores normales) las siguientes
variables/parámetros físicos o químicos. Algunos ejemplos de estas variables que
continuamente estos sistemas auto regulatorios intentan mantenerlas en una
relava constancia incluye: 1) las concentraciones de los elementos sanguíneos; 
2) las características de los líquidos del cuerpo (e.g., oxígeno, glucosa, sodio,
potasio, ácido clorhídrico, entre otros); 3) el volumen y pH (nivel de acidez) de
los líquidos corporales, 4) la temperatura del cuerpo; 5) presión arterial; 6)
frecuencia cardíaca, entre otros. 

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