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Señor
JUECES DEL CIRCUITO (REPARTO DE TUTELA)
Apartadó, Antioquia
E.S.D.
Los migrantes venezolanos a diario nos vemos agobiados por las circunstancias que tenemos que
pasar junto a nuestras familias en busca de un futuro mejor en pos de tener condiciones de vida
digna. Cada día que pasa en nuestro país devela problemas que afectan nuestros derechos
humanos ante la carencia de agua, energía, medicinas y alimentos, que se agrava con la
inseguridad, lo que ha llevado a que los ciudadanos nos sintamos permanentemente amenazados
por grupos de delincuencia que manejan todo el sistema social, económico y político.
Estas problemáticas, han conllevado a que miles de personas migremos hacia los países vecinos,
siendo Colombia no solo el más cercano, sino el que mejores posibilidades ofrece para subsanar las
graves afectaciones a nuestros derechos.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, refiere que más 3.4
millones de personas hemos salido de nuestra patria, y según datos de UNICEF se espera que para
lo que resta del año 2019, seamos más de 5 millones de venezolanos los que habremos migrado.
La CIDH reiteró su disposición a los Estados de la región para brindar cooperación técnica en la
elaboración e implementación de políticas públicas, leyes y prácticas dirigidas a abordar la situación
de la migración y necesidades de protección internacional de personas venezolanas, para el
ejercicio del derecho de buscar y recibir asilo, así como para prestar y facilitar asistencia humanitaria
y medidas de integración y resiliencia de personas venezolanas.
HECHOS
PRIMERO: Soy nacional venezolano. En mi país viví hasta el año 2018, siendo mi último
domicilio el estado de Nueva Esparta, en la ciudad Porlamar, donde me desempeñaba como
trabajador independiente.
TERCERO: Fui llevado de urgencias al hospital Luis Ortega, lugar en el que duré hospitalizado
20 días durante los cuales me tomaron rayos X, me operaron de ambas piernas, en las que me
pusieron platinas y varios tornillos, dándome de alta el día 27 de marzo de 2017; el médico tratante
me formuló levofloxacina y analgésicos que tuve que comprar con el apoyo económico de mi padre,
ya que dada mi condición médica no podía trabajar; sólo pude asistir a terapias durante un mes
porque no tenía la facilidad económica de transpórtame desde mi casa hasta el Centro de
Diagnóstico Integral –CDI- para realizármelas, por lo que continué haciéndomelas durante 6 meses
más yo mismo en mi casa.
QUINTO: Ingresamos a Colombia de manera irregular, ya que fue imposible la obtención del
pasaporte en Venezuela puesto que la oficina Servicio Administrativo de Identificación Migración y
Extranjería SAIME, no estaba funcionando para la expedición de pasaportes, y para ello tuvimos
que hacer un viaje de dos días en bus y en ferri para llegar de Isla Margarita a San Cristóbal, estado
de Táchira; seguidamente por la trocha, caminando cruzamos la frontera con Colombia para llegar a
Cúcuta, luego viajamos a Medellín y posteriormente llegamos a Apartadó el 10 de Octubre de 2018;
buscando a mi padre, que ya se encontraba desde hace algún tiempo viviendo acá.
Las personas que hemos tenido que abandonar nuestro país y nos encontramos en la condición de
emigrantes nos encontramos expuestos a un mayor nivel de vulnerabilidad que implican
empobrecimiento y deterioro de las condiciones de vida, una mayor vulneración de los derechos
fundamentales.
Entendido como derecho fundamental autónomo, la Corte ha determinado que la dignidad humana
equivale: (i) al merecimiento de un trato especial que tiene toda persona por el hecho de ser tal; y (ii)
a la facultad que tiene toda persona de exigir de los demás un trato acorde con su condición
humana. Por tanto, la dignidad humana se erige como un derecho fundamental, de eficacia directa,
cuyo reconocimiento general compromete el fundamento político del Estado.
EL DERECHO A LA SALUD
El derecho a la salud es un derecho constitucional fundamental así está plasmado en el artículo 49
de la carta política, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social. El bienestar
máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano
sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social es considerada
como una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad de las personas en su ser.
que su acceso debe ser oportuno, eficaz, de calidad y en condiciones de igualdad a todos los
servicios, establecimientos y bienes que se requieran para asegurar su prestación, la cual se cumple
a través del denominado sistema de salud, que comprende, a su vez, “el conjunto articulado y
armónico de principios y normas; políticas públicas; instituciones; competencias y procedimientos;
facultades, obligaciones, derechos y deberes; financiamiento; controles; información y evaluación,
que el Estado disponga para la garantía y materialización del derecho fundamental de la salud”
La prestación integral del servicio de salud, por la imperiosa necesidad que supone para la persona,
debe ser suministrada sin ningún obstáculo burocrático y/o administrativo que conlleve a postergar
reiterativamente el sufrimiento o flagelo de quien padece la condición clínica, todo lo contrario, debe
procurarse por que la prestación, al sujeto en condición vulnerable, sea completa tanto en términos
formales como materiales (Sentencia T-144 de 2008); retrasar el auxilio es, en dicho caso, un
impedimento para la recuperación efectiva tanto física, como emocional de la persona y de su círculo
familiar, o, en el peor de los casos, un equivalente a perjudicar irremediablemente o alterar
fulminantemente la vida del doliente;
De acuerdo con la jurisprudencia, el juez constitucional deberá ordenar la prestación del servicio de
salud de manera integral, es decir, con todo componente que considere necesario el médico tratante
para el pleno restablecimiento de la salud de las personas, pero para el caso que nos ocupa el
tratamiento médico y las cirugías para el retiro de las platinas que requiero de manera prioritaria en
mi pierna derecha, ya que es necesario para que pueda llevar una vida digna y es por ello que el
señor Juez podrá bajo su poder constitucional vincular a las entidades que considere pertinentes
para que se resuelva todo lo relacionado la atención en salud que requiero y que están siendo objeto
de omisión estatal.
(i) el derecho a la salud debe comprender la atención integral en salud en condiciones de igualdad e
ir mucho más allá de la urgencia. Por eso, de contar con estándares más bajos, (ii) pese a los
limitados recursos disponibles, los Estados tienen la “obligación concreta y constante de avanzar lo
más expedita y eficazmente posible hacia la plena realización del artículo 12” del Pacto de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales mediante la adopción de medidas; especialmente y con
mayor rigurosidad, cuando dichos estándares atentan contra una obligación de naturaleza inmediata,
como lo es la obligación de no discriminación en la prestación del servicio de salud (sentencia
T210/18)
Es relevante señalar que el artículo 86 de la Constitución Política señala que “Toda persona tendrá
acción de tutela para reclamar ante los jueces… la protección inmediata de sus derechos
constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la
acción o la omisión de cualquier autoridad pública…”; y el artículo 1º y 10º del Decreto 2591 de
1991, establecen que “Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, … la
protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos
resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública o de los
particulares...”, de donde se desprende en principio, que no existe distinción alguna respecto del
sujeto reclamante del amparo constitucional, pudiendo ser un ciudadano colombiano o un ciudadano
extranjero, quienes en su calidad de persona y no de ciudadano, acuden a este mecanismo en pos
de la garantía de derechos fundamentales. Así, ha de recordarse que la Corte Constitucional,
respecto a la posibilidad de acción de ciudadanos extranjeros, manifestó:
“A su vez, esta Corporación ha establecido que la acción de tutela puede ser ejercida por
ciudadanos extranjeros: “En tal sentido, esta Corporación ha considerado que (i) cualquier
persona, sea colombiana o extranjera, puede instaurar una acción de tutela, por cuanto ´Los
sujetos de la protección no lo son por virtud del vínculo político que exista con el Estado
colombiano sino por ser personas´(…)” 1.
Así pues, tal como se señaló en el acápite de derechos amenazados, violados o vulnerados, la
acción de tutela se erige como el mecanismo idóneo en la defensa de los derechos fundamentales
de mi grupo familiar, al producirse la transgresión de mis derechos fundamentales a la dignidad
humana, igualdad, la salud, entre otros.
Ha de recordarse que en las sentencias T-380 de 1998, T-269 de 2008, T-314 de 2016, T-1088 de
2012; T-412 de 2017, entre otras, así como en el artículo 100 de la norma superior, se estableció
que los extranjeros gozan de “los mismos derechos civiles” salvo las excepciones consagradas por
ley, deduciendo de ello el acceso a los mecanismo de defensa bajo los postulados de igualdad del
artículo 13 Constitucional, siempre que es vestigio de la dignidad humana Permitir el acceso a la
tutela de los derechos humanos por el simple hecho de ser titular de la calidad humana(sentencia
SU-062 de 1999).
1
Sentencia T- 172 de 1993. M.P. José Gregorio Hernández Galindo, Hernando Herrera Vergara y Alejandro Martínez
Caballero. Sentencia C-834 de 2007. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto
Más aún, se justifica su procedencia de la tutela siempre que los otros medios administrativos,
legales o jurisdiccionales existentes no sugieren la idoneidad o premura con que debe ser atendida
la condición de mi grupo familiar.
PRETENSIONES
Con fundamentos en los hechos narrados y en las consideraciones expuestas, ruego su señoría al
tenor del artículo 86 de la constitucional política reglamentado por el decreto 2591 del 1991 que:
PRUEBAS
Con el fin de establecer la vulneración de mis derechos presento las siguientes pruebas:
COMPETENCIA
Es usted señor juez el competente por la naturaleza del asunto y por tener jurisdicción en el lugar de
ocurrencia de los hechos vulneratorios de los derechos fundamentados de la presente acción
(artículo 37 decreto 2591 de 1991).
JURAMENTO
Bajo la gravedad de juramento, manifiesto que no he instaurado otra acción de tutela ante ninguna
autoridad judicial, contra la misma entidad que instauro la presente, con fundamento en los mismos
hechos y derechos (artículo 37 decreto 2591 de 1991).
NOTIFICACIONES
Recibiré notificaciones en las oficinas de su despacho o en el Barrio Obrero bloque 4, manzana 204,
casa 07, Teléfono: 3115760965 – 3208744662. Igualmente, manifiesto autorización expresa para
notificación por correo electrónico en la cuenta e- mail: gisellecarolina251016@gmail.com
Atentamente,