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156 LAS PROHIBICIONES PROBATORIAS

clarar8. Las prohibiciones de métodos probatorios limitan la


obtención de evidencia o información por medio de ciertas
prácticas que resultan proscritas por la Constitución, como,
por ejemplo, las declaraciones autoincrim inatorias que se
surten por efecto de la tortura, el engaño, o la inducción en
error9. Además de esta clasificación, la doctrina germana
distingue entre prohibiciones de producción de pruebas ab­
solutas y relativasl0. La prohibición de prueba absoluta no
permite bajo ninguna consideración la práctica probatoria
como, por ejemplo, la interceptación de las comunicaciones
entre el defensor y el imputado. Las prohibiciones de prue­
ba relativas limitan la obtención de pruebas a condición de
que su práctica resulte autorizada o convalidada de confor­
midad con la ley como, por ejemplo, la autorización para
una intervención corporal, la cual está reservada legalmen­
te a un juez de control de garantías con exclusión de cual­
quier otro su jeto .
Ahora bien, es legítimo preguntar: ¿qué puede signifi­
car el planteamiento de temas como estos para el desarrollo
del proceso penal colombiano? Pareciese que la importa­

8Véase J u l io M a ie r , “Las prohibiciones de valoración probato­


ria en el procedimiento penal”, en revista Nuevo Fqro Penal, núm.
60, Bogotá, Edit. Temis, 1999, págs. 135-143.
9Esta vieja clasificación sigue en lo fundamental el trazado por
aunque nos resulta mucho más clara de B e u l k e entre prohibi­
B e l in g ,
ciones normadas y no normadas, op. cit., supra nota 4¿págs. 271-272.
10 Sobre la clasificación de absolutas y relativaS7también se re­
curre a E u g e n io F l o r ia n , Elementos de Derecho Procesal P enal, Bar­
celona, Bosh Casa Editorial, págs. 314-318. Allí el autor esteblece las
prohibiciones absolutas como aquellas que recaen sobre el objeto de
prueba y las relativas a las que recaen sobre el medio de prueba.
LAS PROHIBICIONES DE PRUEBA EN EL PROCESO PENAL 157

ción de otras figuras provenientes en su mayoría del derecho


norteamericano en un proceso penal como el nuestro, en este
caso el de la exclusión de evidencia, son suficientes para eva­
luar la ya aludida tensión y solucionar los problemas que ella
presenta, teniendo en cuenta que además la Constitución de­
term ina la consecuencia respectiva cuando la producción
probatoria se realiza sin el respeto del debido proceso. Des­
de este punto de vista, la noción de exclusión probatoria se
superpone a la de prohibición probatoria, pues simplemen­
te tendríamos que toda prueba practicada con violación del
debido proceso debe ser excluida. Sin embargo, existen va­
riantes complejas que trascienden el problema de la exclu­
sión por la simple violación de normas procesales. Ejemplo
de esta última apreciación pueden ser las discusiones rela­
cionadas con cómo y cuándo se vulnera el derecho a la inti­
midad, por ejemplo con la lectura de documentos privados
en un registro; igualmente, la protección de las relaciones de
confianza entre ciertos profesionales que deben guardar se­
cretos y las personas afectadas por el proceso de investiga­
ción penal o las consecuencias de obtención de información
a costa del imputado, por ejemplo por medio de métodos que
si bien no están proscritos en la ley, sí se pueden deducir del
contenido material de normas constitucionales aplicadas a la
investigación penal, como por ejemplo el tan mentado uso
del polígrafo".

11 Sobre este aspecto véase C l a u s R o x i n . En los ensayos corres­


pondientes la Jurisprudencia del Tribunal Supremo con respecto al
derecho procesal penal y autoincriminación involuntaria y derecho
al ámbito privado de la personalidad en las actuaciones penales.
Pasado, presente y futuro del derecho procesal penal, Buenos Aires,
Rubinzal-Culzoni, 2007. Traducción nuestra.

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